El corazón inquieto de Janelle

Recuerdo a la perfección mi tierra natal por allá en América. Había pocos brujos y gitanos, por esa razón usábamos nuestras habilidades muy poco y en secreto por la cantidad de humanos, pero todos eramos muy unidos. Recuerdo que antes de empezar mi entrenamiento, antes de que mis habilidades despertaran, yo jugaba con los animales en el bosque y con otros pocos niños que amaban la naturaleza como yo. Recuerdo que una tarde, me tome una siesta bosque adentro y me desperté con el sonido del búho. No tuve miedo alguno, ya que conocía muy bien los bosques con tan poca edad y sus criaturas. Cuando estaba por irme a casa, escuche un ruido que inundo toda el área y me asuste. No sabia que hacer ni a donde ir... era la primera vez que escuchaba tal estruendo y no era de una tormenta que se avecinaba. Me infiltre un poco mas y fue cuando escuche un lamento. No era un niño ni tampoco un mujer... no era un lamento humano. De los arbustos salio una criatura que yo reconocí en seguida como un cachorro de lobo. No era normal que un lobo se pasease por las zonas donde habitaban los humanos, asi que me pareció extraño. El cachorro no seria mas que un niño de quizás dos o tres años. Me di cuenta de que su cara estaba manchada de algo oscuro y oli el olor a sangre. Pero no vi herida alguna en el, tal vez, hubiera presenciado la matanza de uno de los suyos. Me apiade de el y quise protegerlo, mas el cachorro estaba asustado y no lo culpaba. Deje que me olfateara y poco a poco confió en mi.
Si, recuerdo muy bien a ese pequeño lobo. Recuerdo que lo ayude a creer a escondidas de mis padres y se convirtió en mi amigo y mi guardián. Pero claro, cuando crecí, tuvimos que separarnos, puesto que mis padre y yo nos mudábamos a Paris, en Francia.

Cuando veo la luna llena, recuerdo otra de las costumbres de mi tierra. Como olvidar aquello? Las mujeres de vestían solo de blanco y bailaban en círculos saludando a la luna y ella las iluminaba y les prestaba su belleza por esa noche. Recuerdo también, que los hombres vestían de amarillo y a veces bailaban con la mujer de blanco que mas le gustaban. A pesar de que no era parte del saludo, era algo voluntario y opcional. Decían que la belleza de la mujer era tan hermosa como la luz de la luna y que la belleza del hombre era tan radiante como el sol. Y eso era cuando ambos bailaban, representaban a el sol y la luna, bailando juntos al compás de los tambores, porque, rara vez se los veía juntos en el cielo. Como yo era pequeña para aquello, en ese entonces, solo podía observar y soñar. Recuerdo muy bien que a veces soñaba con convertirme en una mujer para bailar tan bello como aquellas mujeres.
Y hablando de bailar, recuerdo que mi padre fue el que me enseño a hacerlo. No solo para aquello, sino simplemente por diversión. De esos bailes comunes que baila todo el mundo. Mi padre y yo eramos muy unidos, pero eso no significaba que dejaba de lado a mi madre. También era unida con ella, pero la conexión de unión con mi padre era un poco mas fuerte que con la de también mi madre. Yo amaba a ambos por igual.




Fue a los quince que lo supe. Fue a esa edad cuando mis padres me confesaron la verdad, después de insistirles tantas veces de que me dijeran porque razón vivíamos en París. Ellos me contaron sobre mi hermano que abandono la casa cuando era joven para practicar la magia negra. Me dijeron que esa magia era peligrosa y trataron de advertirle a mi hermano, pero no hizo caso y se atrevió a desafiarles para escapar. En cuanto me dijeron que los había lastimado, estaba a punto de empezar a odiarlo, porque, quien en su sano juicio lastimaría a sus propios padres? Y fue cuando ellos me dijeron que cuando era muy pequeña, yo solía hacerle sonreí y hacerle feliz. Por eso, me dijeron, me amaba y para comprobar que me amaría por siempre, me dejo un colgante que servia como protección y pensé "Entonces, no todo esta perdido...". Me lo colgué al cuello y prometí en mi mente, como si mi hermano pudiera oírme a través de pensamientos, que lo llevaría siempre conmigo, no importa lo que pasese.
Dos años después, mis padres fallecieron en un incendio, pero con su ultimo aliento me pidieron que buscara a mi hermano y prometí. Luego de dar sepultura, tuve que aprender a vivir por mi misma y luego de un año cuando me hube adaptado y encontrado un trabajo, empece mi búsqueda. Busque día y noche sin descanso por las calles de París, pero no tuve éxito. Lo busque en la biblioteca y tuve la esperanza de encontrarlo frente a la tumba de mis padres, por lo que iba por el día y por la noche. No quería preguntar por ahí, dado que no era seguro darme a conocer por un simple hecho. Busque mientras iba de compras, busque mientras estaba en el teatro, busque mientras caminaba por el bosque recordando mi tierra. Busque y busque y no lo encontré. Empezaba a ponerme nerviosa y empece a llorar por las noches. Empece a amar la lluvia cuando cuando lloraba, porque de alguna manera, sentía que estaba consolándome y al mismo tiempo, lloraba conmigo. Hasta a veces, me pareció que cuando venia cuando el sol se hubo ocultado, provocaba mi dolor al recordar mi desesperación para luego consolarme y acompañarme... me parecía que lo hacia por diversión y otras veces me parecía que solo lo hacia para no llorar sola, tal como estaba yo.




Una noche, como era ya habitual en mi, fui al cementerio a ver a mis padres, con la misma esperanza de siempre, de encontrar a mi hermano. Claro que el no apareció, sino alguien mas. Al principio pensé que se trataba de un hombre lobo o un vampiro, ya que estaba bien enterada de ellos y solía olfatearlos en las calles de Paris. Agradecí a mi padre, quien era mitad gitano, que me enseño a descubrirlos por medio del olfato, dado que no tenia la habilidad para presentir los poderes como lo hacían los gitanos.
En mi mente formulaba alguna estrategia de defensa, según lo que sea que fuese, humano, hombre lobo o vampiro. Sin embargo, cuando pude ver ya a mi seguidor, note que era un hombre joven, casi de mi misma edad. Cuando hice contacto físico con su mano, mi poder de empatia me revelo sus sentimientos y la verdad. No quería hacerme daño, así que no le haría daño a el. Por su forma de hablar me di cuenta de que solía seducir a las damas, por lo que le seguí el juego un rato para compensar mi creencia de que trataba de alguien que quería lastimarme. Una palabra, dos palabras y revele al igual que el, que era huérfana, pero con recuerdos. Y también le revele sobre mi hermano perdido. Aun ahora no se porque confié en el para decirle tal información, pero a cambio, el me revelo su oficio de detective y me ofreció sus servicios. Sonreí tanto que di a entender que mis esperanzas se elevaron hasta el cielo, puesto que ya había escuchado sobre un detective que encontraba cualquier cosa que para los demás parecía imposible. Le dije todo lo que sabia sobre mi hermano, esperanzada con cada palabra. Mi olfato de pronto me advirtió sobre el y distinguí en seguida lo que era en verdad: un cambiaformas.
Mas no me importo... No podía entender porque confiaba en el, porque me sentía segura a su lado. Recuerdo que no solo soñaba con encontrar a mi hermano, también soñaba con el amor. Pero me pareció algo casi imposible, dado que si le mostraba mi verdadera naturaleza a alguien que me gustara, corría el riesgo de perder la vida. A nadie le gustaban las brujas. Pero algo en el había que me inspiraba confianza para decirle, pero no lo hice. Hasta cuando me marche del lugar hasta que tuviera una pista de mi hermano, no quise separarme de el. Por que? ... Que seria que me empujaba a estar con el? ... Seria sus ojos? Su cabello? Su sonrisa? Su voz? O tal vez la forma en que hablaba con las damas? ... Seria que sus palabras también me habían capturado al igual que, quien sabe cuantas mujeres?
Tenia que ser fuerte, si era asi, tenia que resistirme y olvidarle. No quería ser otro pez mas en su red. Mi hermano... el tenia que ser el único en ocupar mi mente y mi corazón, nadie mas. Hasta llegue a pensar, cuando regrese a casa, que yo jamas encontraría el amor de un hombre, porque... quien amaría a esta bruja en soledad y con lagrimas de oscuridad en el corazón? Quien seria capaz de demostrarle que el amor estaba por encima de todo, incluso sobre la magia? Quien seria capaz de amar a alguien que vive en su propio mundo lleno de sueños que tal vez nunca se cumplan? ... Quien seria capaz de amarme?

Como comenzó? En una noche que encontré -o mejor dicho, me encontró- un detective al que le confesé mi búsqueda y mi promesa. Una promesa, dos promesas... Y luego de un tiempo, recibí la noticia que cambio el rumbo de mi vida.
Lo que yo no pude hacer en 3 años, el lo hizo menos de un mes. Lo había encontrado... Había encontrado a Abel, mi hermano mayor, perdido y desconocido. Recuerdo que casi no le creí, pero enseguida fui a arreglarme lo mejor que pude, quería verme bien para el, darle una buena impresión de su hermanita ahora hecha una mujer.
A cada paso que daba, acompañada del hombre quien lo encontró, estaba mas cerca de terminar mi búsqueda y mas nerviosa. Muchas preguntas surgían en mi mente, como seria el? Como me vería a mi? Recordaría a nuestros padres? Los recordaría al verme? Y si fuera el caso, trataría de escapar por solo recordar el pasado?... Muchas preguntas, ninguna respuesta, pero sin embargo ese día, las tendría.
Llegamos a destino, un bar y el detective me dio una advertencia sobre la profesión de mi hermano. No dije nada, solo asentí, sabia muy bien que mi hermano tenia fascinación sobre la magia negra, estaba enterada. Solo que no sabia hasta que punto la usaba en su vida y eso me preocupaba. Entramos dentro y me señalo la mesa que había reservado para nosotros y fue entonces que nuestras miradas se encontraron de nuevo luego de tantos años -y digo luego porque cuando era una bebe habríamos de intercambiar muchas miradas sin necesariamente una razón, pero que había olvidado-. Cuando se paro al verme, tenia una mirada de asombro y al mismo tiempo alegría. Quise reír cuando le vi aquello, dado que yo también sentía igual. Lo admire desde donde estaba, su cuerpo, su cabello, sus ojos, el resto de su cara... Realmente se parecía a mi, mis padres no me mintieron al respecto, cualquiera hubiese dicho que eramos hermanos y se lo hubiéramos afirmado.
Pero luego le vi una mirada de preocupación y quizás miedo, no estaba segura. Tal vez tenia miedo de que yo le odiara por las cosas que le hizo a nuestros padres o porque me había abandonado. Y aunque debería de haber sentido odio hacia el... No podía... Solo sentía amor hacia, le quería a pesar de que no le conocía, por el simple hecho de ser mi hermano, mi propia carne y sangre. Me acerque a el con cuidado, no quería que sin motivo alguno largara a correr o algo parecido, y cuando estuve lo suficientemente cerca, lo abrace tan fuerte como pude. Sentí su aroma, su calor y sentí ganas de llorar de alegría. Por instante mi hermano pareció sorprendido, pero luego me devolvió el abrazo también feliz. No quería soltarle... Lo había encontrado finalmente y no pensaba soltarle, pero tenia que hacerlo de momento.
Por supuesto, no olvide al hombre que hizo aquel reencuentro posible. Las gracias que le di no parecía ser suficiente con la inmensa gratitud que sentía por haberle encontrado y permitirnos conocernos. Y pesar de que quería que se fuera para estar a solas con mi hermano aun por conocer, sentía que quería tenerlo también a mi lado, pero finalmente se fue, entendiendo que tres eran multitud y no quería estropear nuestro reencuentro. Me puse un tanto triste al verle marchar, pero el tener a mi hermano conmigo de nuevo, lo compenso.
Hablamos de nuestras vidas y contestamos preguntas que parecían hasta ese entonces, un misterio para ambos. Le hice saber mis sentimientos hacia el usando un poco de magia, la mirada de felicidad en sus ojos era algo celestial y tuve entonces la esperanza de que mi hermano aun sabia amar y sentir alegría, algo que muchos brujos de la magia negra quitaban de sus vidas. En ese momento solo se me ocurrió prometerle, ahora que le había recuperado, estar a su lado y apoyarlo en todo lo que hiciera. Claro que pensé que habría cosas de su profesión que no aceptaría, así que en mi mente me dije que le convencería de no hacer algo estúpido o algo que lamentara en el futuro. No tenia intención de cambiar su vida, en su forma de hablar del trabajo note pasión por aquello y no quería arrebatárselo. Pero como ahora ambos nos recuperamos, tendría que pensar un poco en lo que me gustaría para el.
Mi promesa, cumplida. Mi familia, recuperada. Mi felicidad,... Bueno, elevada por los cielos. La búsqueda termino en el momento de ver sus ojos mirándome. Pero aquello solo era el comienzo de todo, de mi vida, de una familia y quizás mas.