Un gusto aparte (Claire)

Estaba segura que se vería algo infantil si cruzaba las calles dando saltitos. ¿Debía ocultar que si estaba emocionada por el encuentro de esa noche? No sólo sabía que tendría más en sus bolsillos, también que le iban a pagar por algo que sabía disfrutaría. Jamás había disimulado lo que era con ropas más recatadas o una capa que la cubriera completamente. Ella conocía el poder que ejercía con cada paso que avanzaba, las miradas que los señores le daban de reojo debajo de aquellos sombreros lo comprobaban, incluso se atrevía a sonreírles descaradamente como recordándoles lo sucedido en el último encuentro. El sector cercano al hotel parecía una congregación de clientes.

Sólo un imperceptible movimiento de sus labios fue suficiente como llave para ingresar, alguien ya la esperaba para guiarla hasta la habitación y todo ese piso preparado especialmente para ellos. Esa sin duda era una de las ventajas de su llamado, él siempre se preocupaba de todos los detalles, ella podría reír a carcajadas, gritar sin controlarse por lo que el vampiro le hiciera y no tendrían vecinos curiosos susurrando en los alrededores. No es como que a Claire le importara, su oído no era tan sensible, pero estaba segura que Alexei hasta podría darse cuenta de las variaciones en los tonos de voz que usarían las escandalizadas mujeres. Y ella si se preocupaba por los clientes, especialmente por aquellos que pagaban tan bien como el que estaba al otro lado de la puerta.

Sabía que no debía golpear, estaba abierta para ella desde antes. Asintió con su cabeza para indicarle al hombre a su lado que ya podía retirarse, de ahora en adelante sería ella la que daría los pasos a solas. Debajo del vestido y debajo de aquel corsé negro y la ropa de encaje que la cubría estaban las joyas con las que él le había pagado el encuentro pasado, sería una agradable experiencia cuando la dejara desnuda y sólo con ellas como decoración, la luz de las velas jugaría con el brillo de ellas dando una atmósfera distinta a la noche. Empujó la puerta mirando con los ojos bien abiertos y una amplia sonrisa al hombre parado al otro lado, respiró profundo y el olor que esperaba la llenó por completo.

Alexei… susurró su cabeza mientras sus pies seguían el camino para encontrar esa piel que parecía atraerla como un imán. Con los brazos a los costados fue la boca quien hizo todo el trabajo, de alguna forma logró encontrar los fríos labios del vampiro haciendo caso omiso de las palabras que él acababa de darle. Fue apenas un roce que equivaldría a algo como un beso de bienvenida, aunque fuera ella quien llegaba al lugar. – También me da gusto verlo… - dijo retrocediendo y quitándose la capa que hacía más trabajo como accesorio que como algo que la protegiera del frío parisino. La dejó en la silla sólo para darle la espalda. Quería sentir esos brazos firmes alrededor de su cintura, saber que un exceso de su fuerza podría matarla en segundos.