AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
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Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
Mis brazos seguían temblando mientras mi cabeza tomaba la última determinación, era el único lugar seguro, el único donde podría darle los cuidados necesarios y por sobre todo, el único sitio donde podría volver luego de su transformación sin miradas ajenas… mi casa, al que jamás nadie había ido, sólo una señora que iba a verla los días en que yo dormía en el orfanato, aparte de ella, siempre estaba sola. Las voces desde la Catedral se hacían más fuertes y más demandantes, comencé a caminar antes de que alguien pudiera encontrarnos, no me iba a arriesgar a eso sólo porque mi cabeza pareciera dar vueltas por las dudas.
Mis flores me daban la bienvenida como si supieran que fuera una ocasión especial la que me tenía aquí un día que no correspondía, algunas sólo florecían en las noches, pero en el clima invernal que teníamos permitía que sólo sus siluetas desnudas fueran las que adornaban mi jardín. En ningún momento durante el camino relajé mis brazos, Aifric descansaba en ellos como si fuera un bebé al que carga una madre, una de mis manos acariciaba su pelaje mientras susurraba que pronto estaríamos en casa, me seguiría sintiendo insegura hasta que aquellas paredes nos resguardaran, hasta que las preguntas, las personas, los peligros, fueran aislados.
Dejando una de mis manos libres y aún con el miedo constante en mi espalda abrí la puerta y miré hacia todos lados antes de cerrar. Prácticamente corrí hasta mi habitación y dejé a Aifric en el centro de la cama, lucía tan pequeño en aquel lugar, di unos pasos atrás y caí nuevamente al piso derrumbada por el cansancio. Nunca un hombre había entrado a mi casa, ni siquiera alguien de mi familia, ellos no habían visitado París aún. Pero ese no era un hombre, era un gato, un gato macho pero gato, ¿no sería tan incorrecto verdad? Ese gato era Aifric, el detective… estaba demasiado tranquilo y yo ahora estaba demasiado preocupada.
Como si hubiera salido de un trance me lancé para comprobar que siguiera vivo, no habíamos luchado todo eso para nada, - Come on Aifric… come on… come back with me… open your eyes, change, anything… I need you…- me tapé el rostro con las manos y comencé a llorar otra vez, en el último día había derramado más lágrimas que en todo el tiempo que llevaba en Francia, recordé al niño secuestrado y esperaba que estuviera bien, recordé el orfanato que tanto quería y la inseguridad que sentiría de ahora en adelante, todas las noches pendiente, siempre preocupada de los niños, y supe, sin duda, que desde el día en que el detective Colfer había aparecido buscándome, mi vida había cambiado para siempre.
Mis flores me daban la bienvenida como si supieran que fuera una ocasión especial la que me tenía aquí un día que no correspondía, algunas sólo florecían en las noches, pero en el clima invernal que teníamos permitía que sólo sus siluetas desnudas fueran las que adornaban mi jardín. En ningún momento durante el camino relajé mis brazos, Aifric descansaba en ellos como si fuera un bebé al que carga una madre, una de mis manos acariciaba su pelaje mientras susurraba que pronto estaríamos en casa, me seguiría sintiendo insegura hasta que aquellas paredes nos resguardaran, hasta que las preguntas, las personas, los peligros, fueran aislados.
Dejando una de mis manos libres y aún con el miedo constante en mi espalda abrí la puerta y miré hacia todos lados antes de cerrar. Prácticamente corrí hasta mi habitación y dejé a Aifric en el centro de la cama, lucía tan pequeño en aquel lugar, di unos pasos atrás y caí nuevamente al piso derrumbada por el cansancio. Nunca un hombre había entrado a mi casa, ni siquiera alguien de mi familia, ellos no habían visitado París aún. Pero ese no era un hombre, era un gato, un gato macho pero gato, ¿no sería tan incorrecto verdad? Ese gato era Aifric, el detective… estaba demasiado tranquilo y yo ahora estaba demasiado preocupada.
Como si hubiera salido de un trance me lancé para comprobar que siguiera vivo, no habíamos luchado todo eso para nada, - Come on Aifric… come on… come back with me… open your eyes, change, anything… I need you…- me tapé el rostro con las manos y comencé a llorar otra vez, en el último día había derramado más lágrimas que en todo el tiempo que llevaba en Francia, recordé al niño secuestrado y esperaba que estuviera bien, recordé el orfanato que tanto quería y la inseguridad que sentiría de ahora en adelante, todas las noches pendiente, siempre preocupada de los niños, y supe, sin duda, que desde el día en que el detective Colfer había aparecido buscándome, mi vida había cambiado para siempre.
Maëlle A. Sloan- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 110
Fecha de inscripción : 21/10/2010
Edad : 51
Re: Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
En algún momento perdió la noción del tiempo y del espacio y calló sumido en un sueño extraño, normalmente cuando dormía, descansaba y se sentía bien, Aifric particularmente adoraba dormir, pues en el fondo era un gato y todos sabían cuan perezosos podían llegar a ser dichos animales. Pero aquel sueño fue inconstante, oscuro y gris, el sueño le causaba miedo y el estómago se le recogía en espasmos.
Cuando se despertó ya no estaba en la iglesia, ni en el callejón, sus ojos tardaron segundos en reconocer el techo de una vivienda desconocida y como siempre su mente trabajó buscando detalles a su alrededor que le ayudaran a hacer un análisis previo, pero estaba demasiado cansado para eso también y cuando menos pensó su cuerpo volvió a su estado natural como humano, quedando desnudo e indefenso en aquella cama.
Por primera vez en todo ese tiempo, sintió vergüenza de estar allí desnudo en esa cama frente a la profesora, quizás porque su mente no estaba ahora preocupada por una amenaza superior y el trabajo no se interponía entre ambos, deseó poderse tapar las partes nobles con las manos, pero no pudo ni siquiera molerlas, de hecho le apetecía quedarse en esa posición de medio lado una semana entera.
- Can... you please... cover me with a blanket... - Susurró apenas con las mejillas coloradas como un par de duraznos. Respiró apaciblemente y continuó recordando las palabras que ella había dicho segundos antes – What...do you need from me? - Preguntó, preocupado de haber dejado algo sin resolver.
Cuando se despertó ya no estaba en la iglesia, ni en el callejón, sus ojos tardaron segundos en reconocer el techo de una vivienda desconocida y como siempre su mente trabajó buscando detalles a su alrededor que le ayudaran a hacer un análisis previo, pero estaba demasiado cansado para eso también y cuando menos pensó su cuerpo volvió a su estado natural como humano, quedando desnudo e indefenso en aquella cama.
Por primera vez en todo ese tiempo, sintió vergüenza de estar allí desnudo en esa cama frente a la profesora, quizás porque su mente no estaba ahora preocupada por una amenaza superior y el trabajo no se interponía entre ambos, deseó poderse tapar las partes nobles con las manos, pero no pudo ni siquiera molerlas, de hecho le apetecía quedarse en esa posición de medio lado una semana entera.
- Can... you please... cover me with a blanket... - Susurró apenas con las mejillas coloradas como un par de duraznos. Respiró apaciblemente y continuó recordando las palabras que ella había dicho segundos antes – What...do you need from me? - Preguntó, preocupado de haber dejado algo sin resolver.
Re: Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
Respiré como si jamás lo hubiese hecho antes, casi como si recién mis pulmones conocieran el aire. Lo vi cambiar frente a mi y mis ojos automáticamente buscaron en él algún signo que me indicara si estaba herido o dañado de alguna forma. Al parecer todo estaba bien, él estaba bien, desnudo y quizás muy cansado pero bien. Le di la sonrisa más grande que pude, era lo mismo que hacía con mis pequeños cuando se lastimaban una rodilla al caer, unas palabras amables, un beso en la frente y la seguridad de que eso pronto sanaría. En el caso de Aifric y del niño secuestrado, no podía darles esa garantía.
Dejé de llorar al verlo despierto, no quería que pensaba que no era capaz de soportar una situación así, podía lucir quizás un poco débil, pero mi vida no había sido jamás un lecho de rosas. Abrí los ojos al escuchar su opinión y me levanté rápidamente buscando en el armario algo con que cubrirlo, una manta blanca que yo misma había tejido fue lo primero que encontré, era suave al tacto y bastante cálida, algo que de seguro sería útil especialmente con el clima en que nos encontrábamos. A mis hermanos les agradaba aquella manta, por lo que estaba segura que a Aifric también, después de todo, quizás los gatos tenían gustos parecidos ¿no?
-Here… Take it…- creo que era imposible que mis mejillas tomaran un color aún más rojo, ahora ambos estábamos sonrojados, claro que en mi caso era peor, porque pese a no ser la primera vez que lo veía desnudo, era algo que me seguía sorprendiendo, Aifric era el primer hombre que veía así y debo decir que era una imagen que constantemente se repetía en mi mente haciéndome sentir peor. Puse la manta sobre él y me di la vuelta, dándole quizás algo de espacio para que se acomodara en mi cama, todo en aquella habitación era quizás demasiado femenino para él, pero al parecer ese no era mi mayor problema ahora, había otro peor.
No sabía que responderle, no sabía como decirle, estaba tan acostumbrada a decirle siempre la verdad a los niños que sabía que si mentía el se daría cuenta. Yo lo necesitaba, pero ¿para qué? No era para que me protegiera, ni para que me salvara de algún peligro porque ya no estábamos en nada, yo simplemente quería saber que él estaba vivo, a salvo y especialmente a mi lado. –Is nothing… I mean… - carraspeé intentando que él no notara mi nerviosismo, - is just… - comencé a respirar algo más agitada y me giré para mirarlo de frente, - I just need you Aifric… - no sabía si él me entendería o no, ni yo comprendía lo que sentía o lo que quería decir, pero por ahora me bastaba con que estuviera en esa cama, recuperándose el tiempo que fuera necesario.
Dejé de llorar al verlo despierto, no quería que pensaba que no era capaz de soportar una situación así, podía lucir quizás un poco débil, pero mi vida no había sido jamás un lecho de rosas. Abrí los ojos al escuchar su opinión y me levanté rápidamente buscando en el armario algo con que cubrirlo, una manta blanca que yo misma había tejido fue lo primero que encontré, era suave al tacto y bastante cálida, algo que de seguro sería útil especialmente con el clima en que nos encontrábamos. A mis hermanos les agradaba aquella manta, por lo que estaba segura que a Aifric también, después de todo, quizás los gatos tenían gustos parecidos ¿no?
-Here… Take it…- creo que era imposible que mis mejillas tomaran un color aún más rojo, ahora ambos estábamos sonrojados, claro que en mi caso era peor, porque pese a no ser la primera vez que lo veía desnudo, era algo que me seguía sorprendiendo, Aifric era el primer hombre que veía así y debo decir que era una imagen que constantemente se repetía en mi mente haciéndome sentir peor. Puse la manta sobre él y me di la vuelta, dándole quizás algo de espacio para que se acomodara en mi cama, todo en aquella habitación era quizás demasiado femenino para él, pero al parecer ese no era mi mayor problema ahora, había otro peor.
No sabía que responderle, no sabía como decirle, estaba tan acostumbrada a decirle siempre la verdad a los niños que sabía que si mentía el se daría cuenta. Yo lo necesitaba, pero ¿para qué? No era para que me protegiera, ni para que me salvara de algún peligro porque ya no estábamos en nada, yo simplemente quería saber que él estaba vivo, a salvo y especialmente a mi lado. –Is nothing… I mean… - carraspeé intentando que él no notara mi nerviosismo, - is just… - comencé a respirar algo más agitada y me giré para mirarlo de frente, - I just need you Aifric… - no sabía si él me entendería o no, ni yo comprendía lo que sentía o lo que quería decir, pero por ahora me bastaba con que estuviera en esa cama, recuperándose el tiempo que fuera necesario.
Última edición por Maëlle A. Sloan el Miér Mar 16, 2011 10:22 pm, editado 1 vez
Maëlle A. Sloan- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/10/2010
Edad : 51
Re: Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
El gato quería creer que todo había terminado allí, que una vez destruido el vampiro y salvado al niño, los problemas y sus preocupaciones llegarían a su fin, pero entonces una nueva cuestión apareció vislumbrándose en las palabras de ella, un nuevo personaje entraba a participar su obra teatral personal, un personaje que, no pensaba incluir, por lo menos no aún, hacía mucho tiempo que Aifric no pensaba en la posibilidad de juntarse con una mujer y tener una relación.
Pero en ese momento luego de la tormenta, cuando la calma amainaba en esa penumbra y ese cálido confort de la habitación, su corazón volvía a palpitar agitado, aún cuando estaba completamente fuera de peligro. Con la manta puesta, se encogió haciéndo un ovillo como era propio en los felinos y de reojo observó el colorado rostro de la profesora.
¿Será posible que le guste alguien como yo?
Pensó en esos instantes, por primera vez desde que la conoció días atrás, comenzaba a verla como lo que realmente era, una mujer y no sólo una víctima de aquella tragedia. Comenzaba a pensar en un posible vínculo que fuera más allá de una relación estrictamente laboral.
- I don't know... what to say... - Murmuró y entonces sintió sus propias mejillas rojas - It's...it's...been long time since... you know...umm... - Se detuvo ¿Y si estaba interpretando mal las señales que le daba ella? a lo mejor lo necesitaba sólo porque estaba asustada por lo ocurrido - My dear teacher, you had been so brave tonight and you helped me a lot to acomplish this terrible thread, but I'm afraid you aren't and me either, in a good mood for thinking... I'm afraid you're confused and shocked by the situation... - Explicó. de nuevo su mente lógica de detective le buscaba una razón a todo - You should rest... and tomorrow morning I wish we can discuss about it...do you agree with me My lady? -
Pero en ese momento luego de la tormenta, cuando la calma amainaba en esa penumbra y ese cálido confort de la habitación, su corazón volvía a palpitar agitado, aún cuando estaba completamente fuera de peligro. Con la manta puesta, se encogió haciéndo un ovillo como era propio en los felinos y de reojo observó el colorado rostro de la profesora.
¿Será posible que le guste alguien como yo?
Pensó en esos instantes, por primera vez desde que la conoció días atrás, comenzaba a verla como lo que realmente era, una mujer y no sólo una víctima de aquella tragedia. Comenzaba a pensar en un posible vínculo que fuera más allá de una relación estrictamente laboral.
- I don't know... what to say... - Murmuró y entonces sintió sus propias mejillas rojas - It's...it's...been long time since... you know...umm... - Se detuvo ¿Y si estaba interpretando mal las señales que le daba ella? a lo mejor lo necesitaba sólo porque estaba asustada por lo ocurrido - My dear teacher, you had been so brave tonight and you helped me a lot to acomplish this terrible thread, but I'm afraid you aren't and me either, in a good mood for thinking... I'm afraid you're confused and shocked by the situation... - Explicó. de nuevo su mente lógica de detective le buscaba una razón a todo - You should rest... and tomorrow morning I wish we can discuss about it...do you agree with me My lady? -
Re: Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
Por lo general yo siempre tenía buen humor, prefería evitar los malos ratos o enfadarme con alguien a menos que fuera absolutamente necesario. Había desechado de mí todo ese tipo de sentimientos, para enfocarme en todo lo contrario, gastar mi energía y tiempo intentando no sembrar odio o rencores, sin duda el vampiro me había hecho dejar ese pensamiento un poco de lado, pero era algo quizás comprensible, no quería justificarme, pero él se lo merecía, aunque cuando pensaba en eso nunca se me ocurrió que ahora podría enferme conmigo misma, por no ser capaz de controlarme, ahora estaba pasando una vergüenza enorme.
Era obvio que él no sentía los mismo y quizás tenía razón, quizás yo sólo creía eso por la situación en la que habíamos estado envueltos, pero hace rato había dejado de ser una adolescente enamoradiza, mi cabeza sabía que mi corazón tenía razón, y eso para mi ya era el indicio de que no estaba equivocada. Me giré porque simplemente tenía miedo de que mi rostro hiciera visible como mi corazón se trizaba, si era necesario hacer como que nada había pasado lo haría, pero no podía mirarlo de frente, no mientras la herida estuviera tan reciente y aún casi sangrando.
-You don’t have to say anything… I’m sorry, I never… I mean, we better forget what I said… - mi voz salía como un hilo casi imperceptible, casi como un fantasma de los gritos que sólo momentos antes había dado en la catedral intentando que él se aferrara a la vida, sabía que no podía volver el tiempo atrás, pero lo deseaba, - I’m not confused Mr. Aifric… I know what I feel, but I’m not asking you an answer… - no podía creer que ahora habláramos de sentimientos, él tenía su vida clara, yo también, quizás todo esto sería un solo enredo, él volvería a su trabajo y yo al mío, sin poder olvidar la imagen del detective en un largo tiempo.
-You’re right… I’ve been a long day ando both of us need to rest… - tomando coraje que no sabía que tenía lo miré a los ojos girandome rápido, había puesto una sonrisa en mis labios antes de que él pudiera notar como realmente me sentía, - I’m gonna be in the guest’s room, just across the hallway… if you need anything tell me or if you feel pain I could make you something with natural herbs. – di un paso atrás acercándome a la puerta, por la mañana quizás podría pedirle disculpas por ponerlo en esta situación, él no se lo merecía, especialmente porque estaba desnudo en mi cama recuperándose de las lesiones de un vampiro que había querido matarlo.
Era obvio que él no sentía los mismo y quizás tenía razón, quizás yo sólo creía eso por la situación en la que habíamos estado envueltos, pero hace rato había dejado de ser una adolescente enamoradiza, mi cabeza sabía que mi corazón tenía razón, y eso para mi ya era el indicio de que no estaba equivocada. Me giré porque simplemente tenía miedo de que mi rostro hiciera visible como mi corazón se trizaba, si era necesario hacer como que nada había pasado lo haría, pero no podía mirarlo de frente, no mientras la herida estuviera tan reciente y aún casi sangrando.
-You don’t have to say anything… I’m sorry, I never… I mean, we better forget what I said… - mi voz salía como un hilo casi imperceptible, casi como un fantasma de los gritos que sólo momentos antes había dado en la catedral intentando que él se aferrara a la vida, sabía que no podía volver el tiempo atrás, pero lo deseaba, - I’m not confused Mr. Aifric… I know what I feel, but I’m not asking you an answer… - no podía creer que ahora habláramos de sentimientos, él tenía su vida clara, yo también, quizás todo esto sería un solo enredo, él volvería a su trabajo y yo al mío, sin poder olvidar la imagen del detective en un largo tiempo.
-You’re right… I’ve been a long day ando both of us need to rest… - tomando coraje que no sabía que tenía lo miré a los ojos girandome rápido, había puesto una sonrisa en mis labios antes de que él pudiera notar como realmente me sentía, - I’m gonna be in the guest’s room, just across the hallway… if you need anything tell me or if you feel pain I could make you something with natural herbs. – di un paso atrás acercándome a la puerta, por la mañana quizás podría pedirle disculpas por ponerlo en esta situación, él no se lo merecía, especialmente porque estaba desnudo en mi cama recuperándose de las lesiones de un vampiro que había querido matarlo.
Maëlle A. Sloan- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 110
Fecha de inscripción : 21/10/2010
Edad : 51
Re: Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
Escucharle decir que estaba segura de lo que sentía le hizo latir el corazón como nunca en toda esa noche, muy a pesar de estar ya en una situación de completa calma. No estaba interpretando mal las cosas esta vez...¿Verdad? Ella estaba interesada en ese detective de cabello alborotado y profundas ojeras fruto del mal sueño y el arduo trabajo, cierto era que Aifric era veloz y ágil, pero en su forma humana no se consideraba un hombre con un físico atractivo, una vez más ¿Como podía una doctora tan bella fijarse en alguien como él?.
La dejó ir, como la mayoría de oportunidades en su vida y sintió el dejavu acudiendo a su cabeza, 20 años atrás también la había dejado escapar, había preferido el trabajo por encima de los sentimientos de ella, la había visto partir en la plataforma número 9 del ferrocarril y se había limitado a sonreirle como un idiota, una sonrisa triste por supuesto, porque no quería que su último recuerdo fuera uno en donde su rostro estuviera manchado por la insensatez.
Idiota. Eso es lo que era. Un idiota que no sabía como mantener en equilibrio todos los aspectos de su vida.
- Good night and thanks... - Murmuró con medio rostro escondido bajo la cobija mientras ella salía del cuarto y luego la escuchó alejarse al suyo. No supo cuanto tiempo real pasó, lo cierto fue que le parecieron horas las que se quedó como un tonto mirando el techo en la penumbra, sin poder conciliar el sueño aún a pesar de la fatiga y el dolor que sentía en su costado. ¿Que podía haberle dicho? ¿Que debería haber hecho? ¡Por lo menos una disculpa! le recriminó su mente, por lo menos ve y pídele una disculpa por tu rudeza.
El gato-hombre se levantó de la cama con delicadeza y apoyó sus pies desnudos en el suelo, esperó unos segundos a que el dolor pasara a un segundo plano y se puso de pie enrollándolo la manta al rededor de su cintura, por encima del ombligo. Valla presentación más inapropiada para un caballero, pensaba mientras caminaba con parsimonia por el corredor hacía la habitación donde ella había dicho que estaría y cuando estuvo frente a la puerta, sintió como si le hubiesen tirado un cubetazo de agua helada por la espina dorsal. Quiso llamar su nombre pero nada salió de sus labios, por lo que sólo se asomó y vislumbró el rostro de ella plácidamente dormido (o eso creyó) sobre la almohada.
Y no supo porqué, ni en que momento, pero se encontró agachándose al lado de ella y sus labios besando la mejilla de ella, tersa y tibia, sus ojos se cerraron y el aroma de su cabello penetró su nariz transportandole a otros parajes desconocidos.
La dejó ir, como la mayoría de oportunidades en su vida y sintió el dejavu acudiendo a su cabeza, 20 años atrás también la había dejado escapar, había preferido el trabajo por encima de los sentimientos de ella, la había visto partir en la plataforma número 9 del ferrocarril y se había limitado a sonreirle como un idiota, una sonrisa triste por supuesto, porque no quería que su último recuerdo fuera uno en donde su rostro estuviera manchado por la insensatez.
Idiota. Eso es lo que era. Un idiota que no sabía como mantener en equilibrio todos los aspectos de su vida.
- Good night and thanks... - Murmuró con medio rostro escondido bajo la cobija mientras ella salía del cuarto y luego la escuchó alejarse al suyo. No supo cuanto tiempo real pasó, lo cierto fue que le parecieron horas las que se quedó como un tonto mirando el techo en la penumbra, sin poder conciliar el sueño aún a pesar de la fatiga y el dolor que sentía en su costado. ¿Que podía haberle dicho? ¿Que debería haber hecho? ¡Por lo menos una disculpa! le recriminó su mente, por lo menos ve y pídele una disculpa por tu rudeza.
El gato-hombre se levantó de la cama con delicadeza y apoyó sus pies desnudos en el suelo, esperó unos segundos a que el dolor pasara a un segundo plano y se puso de pie enrollándolo la manta al rededor de su cintura, por encima del ombligo. Valla presentación más inapropiada para un caballero, pensaba mientras caminaba con parsimonia por el corredor hacía la habitación donde ella había dicho que estaría y cuando estuvo frente a la puerta, sintió como si le hubiesen tirado un cubetazo de agua helada por la espina dorsal. Quiso llamar su nombre pero nada salió de sus labios, por lo que sólo se asomó y vislumbró el rostro de ella plácidamente dormido (o eso creyó) sobre la almohada.
Y no supo porqué, ni en que momento, pero se encontró agachándose al lado de ella y sus labios besando la mejilla de ella, tersa y tibia, sus ojos se cerraron y el aroma de su cabello penetró su nariz transportandole a otros parajes desconocidos.
Re: Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
Tenía el corazón destrozado pero no lloraría, sabía que esta era otra señal de que no debía volver a fijarme en alguien. Era mi culpa, quizás hasta el detective estaba casado y tenía hijos, aunque me hubiese dicho, pero no éramos amigos como para contarnos la vida. Suspiré mientras entraba en la habitación con la cabeza quizás más revuelta que mi corazón que parecía seguir rompiéndose, busqué un camisón que tenía en ese cuarto por si alguna vez recibía una visita y me metí en la cama subiendo las mantas hasta mi barbilla.
No quería arrepentirme de lo que había dicho, pero si lamentaba no saber conocer las señales sobre si alguien estaba interesado en mí o no, ¿cómo saberlo? Si mi experiencia con hombres sólo se limitaba a mis enamoramientos desde lejos, a suspiros cuando veía a algún chico pero jamás a algún tipo de acercamiento, siempre creyendo que era invisible para ellos, todo hasta conocer a Aifric que era realmente un hombre de verdad, valiente y masculino, seguro y decidido.
Volví a suspirar cerrando los ojos para intentar dormir, parecía como si hacía semanas no lograba conciliar el sueño normalmente, había pasado todos los días y noches en el orfanato pendiente de algún ruido sospechoso, pero ahora que los niños estaban seguros quizás podría descansar un poco más, sólo que parecía que más problemas habían aparecido. De alguna forma nos imaginé juntos, no como amigos, sino como una pareja, -Aifric… - la sonrisa fue un acto seguido a lo que creía era un sueño, uno tan real que podía sentirlo en mi piel, soñaba que el detective si me quería y me estrechaba entre sus brazos confirmándolo.
Pude sentir sus labios en mi piel, pero todo era demasiado real, abrí mis ojos y lo vi ahí, mi boca se abrió como en un grito, pero en vez de eso sólo pude removerse haciendo que incluso nuestros labios se rozaran, ahora mi rostro, mi cuello y mis orejas estaban coloradas, -Oh my… you almous kill me Mr. Aifric… - lo miré llevandole la mano a los labios, pasando mis dedos por donde lo había sentido minutos antes. Lo volví a mirar como si recién reaccionara notando que solo estaba cubierto de la cintura para abajo, -Are you fine? Do you feel any pain? – Me levanté rápido como pude ignorando todo lo sucedido, - Do you need anything Mr. Aifric? – llegué hasta él, apenas vestida con el camisón buscando en su rostro algún signo de dolor, pero sólo pudiendo ver todos aquellos detalles que hacían que en su pecho algo se revolviera.
No quería arrepentirme de lo que había dicho, pero si lamentaba no saber conocer las señales sobre si alguien estaba interesado en mí o no, ¿cómo saberlo? Si mi experiencia con hombres sólo se limitaba a mis enamoramientos desde lejos, a suspiros cuando veía a algún chico pero jamás a algún tipo de acercamiento, siempre creyendo que era invisible para ellos, todo hasta conocer a Aifric que era realmente un hombre de verdad, valiente y masculino, seguro y decidido.
Volví a suspirar cerrando los ojos para intentar dormir, parecía como si hacía semanas no lograba conciliar el sueño normalmente, había pasado todos los días y noches en el orfanato pendiente de algún ruido sospechoso, pero ahora que los niños estaban seguros quizás podría descansar un poco más, sólo que parecía que más problemas habían aparecido. De alguna forma nos imaginé juntos, no como amigos, sino como una pareja, -Aifric… - la sonrisa fue un acto seguido a lo que creía era un sueño, uno tan real que podía sentirlo en mi piel, soñaba que el detective si me quería y me estrechaba entre sus brazos confirmándolo.
Pude sentir sus labios en mi piel, pero todo era demasiado real, abrí mis ojos y lo vi ahí, mi boca se abrió como en un grito, pero en vez de eso sólo pude removerse haciendo que incluso nuestros labios se rozaran, ahora mi rostro, mi cuello y mis orejas estaban coloradas, -Oh my… you almous kill me Mr. Aifric… - lo miré llevandole la mano a los labios, pasando mis dedos por donde lo había sentido minutos antes. Lo volví a mirar como si recién reaccionara notando que solo estaba cubierto de la cintura para abajo, -Are you fine? Do you feel any pain? – Me levanté rápido como pude ignorando todo lo sucedido, - Do you need anything Mr. Aifric? – llegué hasta él, apenas vestida con el camisón buscando en su rostro algún signo de dolor, pero sólo pudiendo ver todos aquellos detalles que hacían que en su pecho algo se revolviera.
Maëlle A. Sloan- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/10/2010
Edad : 51
Re: Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
¿Era la influencia de la luna la que había provocado dicha actitud en él? No, él no era un licántropo, ¿Era el hecho de que llevaba tanto tiempo sin pareja? No, entonces habría acudido a un burdel. Nunca en su vida había estado tan desconcertado como en ese justo momento en que sus labios se rozaron al ella girarse, sintió como si todo el calor del mundo se hubiese instalado en su cabeza, especialmente en orejas y mejillas mientras la escuchaba preguntarle si le sucedía algo.
I...I don't know – Respondió con sinceridad, porque no tenía ni idea de que hacía o pensaba hacer – I have no idea what I'm doing here... I'm so sorry... I wake up you... - Se disculpó ¿Y ahora se disculpaba? Claro, acababa de besar a una dama sin el permiso de ella, eso no era de caballeros, su madre le había enseñado bien, una mujer debía ser respetada por encima de todo.
I...I don't know what I need...- Agregó y entonces se llevó sus manos a los labios también – Is just... is... I can't stop thinking about that Irish tea you promised me... - Agregó retirándose de la cama, retrocediendo sin mirar atrás hasta el marco de la puerta, las cosas no se suponía que debían ser en ese orden. Un buen hombre no se escabuyía en la noche al cuarto de una dama que deposita su confianza en él y le besa furtivamente.
Aifric se sentía como un delincuente sorprendido en el acto.
- Shall... we... have our tea date tomorrow? - Le propuso, casi escondiéndose tras el marco de la puerta.
I...I don't know – Respondió con sinceridad, porque no tenía ni idea de que hacía o pensaba hacer – I have no idea what I'm doing here... I'm so sorry... I wake up you... - Se disculpó ¿Y ahora se disculpaba? Claro, acababa de besar a una dama sin el permiso de ella, eso no era de caballeros, su madre le había enseñado bien, una mujer debía ser respetada por encima de todo.
I...I don't know what I need...- Agregó y entonces se llevó sus manos a los labios también – Is just... is... I can't stop thinking about that Irish tea you promised me... - Agregó retirándose de la cama, retrocediendo sin mirar atrás hasta el marco de la puerta, las cosas no se suponía que debían ser en ese orden. Un buen hombre no se escabuyía en la noche al cuarto de una dama que deposita su confianza en él y le besa furtivamente.
Aifric se sentía como un delincuente sorprendido en el acto.
- Shall... we... have our tea date tomorrow? - Le propuso, casi escondiéndose tras el marco de la puerta.
Re: Un deseo imprevisto que se convierte en una historia (Aifric)
Necesitaba dejar de sonreír tanto. Los músculos de mi cara estaban comenzando a dolerme, temía que si siguiera en esa posición mi rostro se quedara así para siempre, pero ¿por qué no querría sonreír todos los días? Puse mis manos tras de mí para esconder como temblaba, ambos estábamos nerviosos y eso yo lo sabía, aunque por sobre todo temía que él pudiera escuchar como mi corazón daba saltos como si fuera un niño el día de su cumpleaños, de aquellos niños que si recibían regalos, no de los que yo tenía que comprarles algo en el Orfanato porque nadie más celebraría con ellos.
-Did you feel fine? – mis palabras eran interrumpidas por él, por esa revelación que hizo que ahora otra pequeña flama se encendiera en mí, una que asociaba a la esperanza de que quizás no todo estaba tan perdido. – Don’t worry… I wasn’t sleepy at all… - o al menos eso es lo que le quería hacer creer, no pretendía que él siguiera disculpándose o con esa cara de angustia que me costaba ver. Mis pies estaban fríos pero mis mejillas volvían a sonrojarse como si ya fuera una característica adoptada cada vez que Aifric estuviera cerca de mí.
Estuve a punto de estirar mi mano para alcanzarlo antes de que se fuera. Las únicas veces en que lo había tocado había sido en situaciones de peligro o algo absolutamente necesario, pero ¡cuánto ansiaba acariciar su rostro sólo para que conociera mi cariño! Retrocedí también unos pasos pero sólo porque creía que las piernas cederían y terminaría de rodillas en el suelo. ¿Había escuchado bien? Una palabra se repetía insistentemente en su cabeza y otras varias más parecían haberse disuelto junto con la cercanía que segundos antes tenían. Date… our date…
-That’s a great idea… - respiré profundo intentando disimular mi emoción y sentí que si él quisiera, su mirada podría atravesarme varias veces hasta dejarme diferente. –I would love to have our date… I mean… tea date tomorrow Mr. Aifric… I got an excelent irish tea waiting for us… - mi voz quizás tenía una nota más aguda, algo que la ansiedad y la sorpresa otorgaban, me detuve recordando como se veía su rostro apenas iluminado y supe que aunque no lo quisiera, volvería a soñar con él, - Goodnight Mr Aifric… you know where you can find me if you need anything…- hice una pequeña reverencia sin borrar la sonrisa que me había acompañado desde que apareció frente a mí. Esperé a que saliera para volver a la cama y acomodarme, sabía que tenía que dormir o las horas hasta que amaneciera se me harían eternas.
-Did you feel fine? – mis palabras eran interrumpidas por él, por esa revelación que hizo que ahora otra pequeña flama se encendiera en mí, una que asociaba a la esperanza de que quizás no todo estaba tan perdido. – Don’t worry… I wasn’t sleepy at all… - o al menos eso es lo que le quería hacer creer, no pretendía que él siguiera disculpándose o con esa cara de angustia que me costaba ver. Mis pies estaban fríos pero mis mejillas volvían a sonrojarse como si ya fuera una característica adoptada cada vez que Aifric estuviera cerca de mí.
Estuve a punto de estirar mi mano para alcanzarlo antes de que se fuera. Las únicas veces en que lo había tocado había sido en situaciones de peligro o algo absolutamente necesario, pero ¡cuánto ansiaba acariciar su rostro sólo para que conociera mi cariño! Retrocedí también unos pasos pero sólo porque creía que las piernas cederían y terminaría de rodillas en el suelo. ¿Había escuchado bien? Una palabra se repetía insistentemente en su cabeza y otras varias más parecían haberse disuelto junto con la cercanía que segundos antes tenían. Date… our date…
-That’s a great idea… - respiré profundo intentando disimular mi emoción y sentí que si él quisiera, su mirada podría atravesarme varias veces hasta dejarme diferente. –I would love to have our date… I mean… tea date tomorrow Mr. Aifric… I got an excelent irish tea waiting for us… - mi voz quizás tenía una nota más aguda, algo que la ansiedad y la sorpresa otorgaban, me detuve recordando como se veía su rostro apenas iluminado y supe que aunque no lo quisiera, volvería a soñar con él, - Goodnight Mr Aifric… you know where you can find me if you need anything…- hice una pequeña reverencia sin borrar la sonrisa que me había acompañado desde que apareció frente a mí. Esperé a que saliera para volver a la cama y acomodarme, sabía que tenía que dormir o las horas hasta que amaneciera se me harían eternas.
Maëlle A. Sloan- Cambiante Clase Media
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