¿Es rojo o es negro? (Raxa)

por **Dana Luminita** Mar Mar 01, 2011 6:13 pm

La sangre seca sobre las ropas es desagradable cuando se torna marrón. La tengo en la ropa y en la cara, siempre que sido prolija en esto pero aun así no me importa, disfruto as gotas de sangre que manchan mi rostro. Miro a la victima que es una mujer de ojos hermosos, joven, de cuerpo frío, parece una muñeca de trapo, el velo apagado en aquellos ojos me hacen sonreír, dos varas terminan hundidas en esas esferas, no son dignos de mi colección. Los dos hombres corpulentos se encargan de la limpieza, educadas mascotas a mi merced, dulces corazones palpitantes.

Juana está en una de mis manos, se mece de un lado a otro y luego la miro.
-La tristeza no está invitada a esta fiesta… -le susurro a mi muñeca decapitada, camino por los callejones y el fuego se siente a mis espaldas, cuerpo calcinado de una mujer solitaria, los ángeles lloran y los demonios cantan- Las estrellas son abejas buscando flores, y está noche la luna será el espejo de los lobitos.

Siento el sabor de la sangre en mis labios, la víctima tenía un sabor azucarado. Sigo mis pasos en las calles bajo las sombras. Mis zapatillas suenan punta y tacón. Las sombras y los locos siempre están invitados a la fiesta…
-Bienvenida… -murmuro, pero en esta ocasión no se lo digo a la muñeca, solo vuelvo la mirada encontrando aquella sombra que está en aquellas calles.

por Invitado Mar Mar 08, 2011 4:02 pm

La luna brillaba intensamente cual luciérnaga en el corazón de la más profunda oscuridad mientras los corazones retumbaban en sus oídos. Aquella dulce e irritante melodía que se introducía en su cabeza era algo a lo que ya estaba tan acostumbrada, que no le prestaba la más mínima atención. Caminaba de manera lenta para ella, e imposible para el ojo humano. Sus cabellos se fundían con las sombras y ni siquiera las farolas podían iluminarla por completo, dejando siempre alguna parte en penumbra, quizá, intencionadamente por su parte.
París andaba silenciosa aquella luna llena. Pareciese como si todos los corazones latientes se hubieran quedad sin sangre que bombear, impidiendo algo tan simple como salir a caminar. Aunque, en cierto modo, le facilitaba la búsqueda, ya que así solamente debería rendirse a la noche sin preocuparse por intentar mantenerse oculta.
Sus pasos eran cortos, secos y decididos cual desprendimiento de tierra que avanza sin piedad, arrollándolo todo a su paso y devastándolo aún más con su retirada. Mantenía fija la mirada en el frente y de repente sonrió cuando un gato pequeño se erizó al percatarse de su presencia para echarse a correr después justo hacia el lado contrario a su rostro.

De pronto, se detuvo. Una extraña voz infantil la saludaba desde detrás, por lo que se dio la vuelta, muy lentamente, esperando encontrarse con el rostro de aquella persona que… ¿parecía un payaso? Frunció el ceño. ¿Qué significaba aquello? ¿Acaso se había adentrado en territorio pueril y no se había dado cuenta? Pero, un momento… ¿Olor a sangre? ¿Sus labios rojizos y su ropa y rostro llenos de sangre reseca? Ahora lo entendía…
Su figura se quedó en escorzo, y sus ojos se entornaron, y de igual modo, sus labios se curvaron en una ácida sonrisa que se desvió hacia la derecha - ¿A qué? - susurró, sintiendo la luz de la luna sobre su pálida piel, haciéndola sentir más pálida aún.

Off: Siento responder tan tarde, pero tenía exámenes T.T

por **Dana Luminita** Mar Mar 22, 2011 2:09 pm

Un suspiro nace en Luminita, en ella la vida es diferente día con día, no es un arlequín común y corriente, no es un plebeyo que se regodea con los gitanos, los que tienen las plumas y las olas, los que todo lleva a un pendiente que se hunde en un abismo absoluto.

Las sombras solo son una bufanda para mi rostro, pero no es importante ahora, cuando mi alma oculta se ha alimentado de un elixir exquisito. Mi traje de arlequín de época era vasto, bombachas de colores y botas llamativas y ese sombrero dorado con cascabeles de oro.
- Bienvenue dans le monde de l’oscurité madeimoselle... –digo ausente haciendo una reverencia haciendo sonar aquellos cascabeleos de mi atuendo- No solo se pasea en la noche en búsqueda de un rostro... Se busca algo más que solo un rostro... –dos sombras gigantes se ponen a mis espaldas, son dos humanos corpulentos que se me llevan varios centímetros de alto- Los visitantes del ajedrez de Rumania están en Paris... Soy Luminita... ¿Como le llama la noche a tan exquisita Dama?

por Invitado Miér Mar 23, 2011 12:46 pm

Al comenzar a escucharla hablar, pronto nació en su interior una profunda diversión. ¿Arlequín? ¿De qué o de quién? Entornó ligeramente los ojos sintiendo ahora cierta curiosidad, pero sin darla a conocer; esa ácida sonrisa que parecía un sarcasmo derivado de una grave ironía, seguía en sus labios, marcando la fuerte gracia que aquella situación le producía. ¿Iba a quedarse escuchando desvaríos de un mono de feria que se había escapado de la jaula? Bienvenida al mundo de la oscuridad, por favor… ¿Acaso ella no se encontraba ya allí desde hacía años? Ahora bien, sus ojos se entornaron del todo al ver las dos figuras detrás del payaso, las cuales olían a sangre, pero no porque la tuvieran en su exterior, sino todo lo contrario. Desafortunadamente, ella ya se había alimentado dos noches atrás, y no sentía ninguna necesidad de volver a hacerlo. Esa bella noche simplemente paseaba observando un entorno que siempre veía pero nunca escrutaba. ¿Sería esa la cusa de su curiosidad por lo que aconteciera?
Una leve risita, lúgubre y suave como el opaco cielo sobre sus cabezas, salió de su garganta, haciendo que Raxa mostrara sus colmillos y que éstos brillaran con la luz - ¿Qué rostro busca usted?- preguntó secamente y con algo de odio en el tono, como reprochando la interrupción a su plácido caminar. Se giró del todo y rió despóticamente - ¿Es usted una maníaca? - volvió a preguntar, observando que de su boca solamente nacían incoherencias sin fundamentos sobre los que sostenerse, e ignorando la pregunta hacia su nombre.

por **Dana Luminita** Dom Abr 03, 2011 12:52 pm

Puedo ver la noche caer en su semblante de doncella, y bañarse con esa oscuridad, delineando cada parte de su rostro, fina mujer... una vampiresa...¿Qué dices Juana?... shhhh no te escucho con claridad. La noche comienza con los lamentos de los inocentes, sacian nuestra sed y seguimos adelante.

Mis ojos se detienen escrutando cada señal de aquella mujer. Sus gestos fríos y sus palabras podrían ser una incógnita. Intento adivinar sus ojos y leer sus recuerdos, no me dice nada que no encuentro, pero aun así sigo como una estatua arlequina petrificada, una piedra de antaño que se mueve por las calles parisinas. Mis cejas se levantan al escuchar aquella risa que se desprende con el viento y suena sutil ante mis oídos sobrenaturales. Y le respondo:
– No busco ningún rostro esta noche, pero en caso de encontrarlo, tendrá unos ojos maravillosos.

¿Qué tipo de preguntas son esas Juana?... una sonrisa maldita se dibuja en mi tétrico maquillaje. Puedo amamantarme del peligro y de su odio, de su desdén. Es tan sublime.
-Hay muchos nombres, pero nunca pueden adivinar el exacto... tal vez las noches la nombren Menusina. Nadie entiende a las mentes torturadas... su noche ha sido truncada por un color, rojo o negro... pero eso no importa, encontrará el rojo en el transcurso de sus pasos...

No digo nada más, haciendo una reverencia y adelantándome unos pasos para poder seguir el camino de mi amo, junto con mi muñeca decapitada, salgo de las sombras mostrando mi maquillaje de arlequín postrado en un mal día, en uno que no observa espejos y que las metáforas le acompañan todas las noches en la almohada.

por Invitado Dom Abr 17, 2011 9:12 am

La escuchaba hablar y se divertía, de lo lindo… ¿Ahora una adivinanza? No era difícil. El negro lo envuelve todo en el mundo vampírico, y el rojo está dentro de cada uno de ellos. Sólo había que ser un poco inteligente. La oscuridad no se puede tener, pero ella te puede tener a ti. Y la sangre se puede tomar, pero no coger a tu antojo.

Alzó una ceja al verla marchar, pero una mueca de asco apareció en su cara al verle semejante rostro pintado cual demente de imaginación corrompida. Respiró profundamente, tranquila, sin prisa ni temor alguno. Ya hacía rato que había desatendido su atención de los dos gigantes de poco cerebro, y ahora se centraba en el payasito. La miró de reojo con una sonrisa afilada curvándole los labios, divirtiéndose por el espectáculo. Luego se percató de que llevaba algo en las manos y otra mueca, esta vez de lástima y cansancio, se apoderó de sus pálidas facciones.
Se notaba que sus palabras tenían fundamento. ¿A qué, sino a una mente torturada como decía, se debía le hecho de simpatizar con macabras posturas y corazones podridos?

Finalmente se encogió de hombros y cerró los ojos un momento. Giró un poco el rostro y terminó el trayecto con sus ojos, sonriendo de lado y riendo despacio, como el ronroneo de un gato - Raxa - dijo contundente, con tono suave y claro. Después se volvió a poner recta y siguió andando ella también, en busca de algo que quizá ni ella sabía, debido a que sus pasos siempre la terminaba conduciendo a un lugar nuevo cada vez que comenzaba una marcha.

Off: Siento la tardanza, estaba ocupada con exámenes y demás.

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