Todo lo que se va,vuelve,de alguna forma u otra.{Gemelos Ivasaki & Lyuba}

Todo el maldito día no había hecho nada salvo ir y venir. Cuando ella creía haber terminado las tareas, era de nuevo enviada hacía sitios que detestaba. Esta vez en la estación de ferrocarriles. Tenía que esperar a una persona y darle una carta. Pero aun no había venido. Así que tenía tiempo bastante como para dar una vuelta o simplemente quedarse sentada, algo no típico para ella. Vestía con las mismas ropas de cada día, solo que ahora poseía capa vieja para alojarse del frío que helaba hasta sus huesos. Sus ojos, inquietos , estaban mirando a todo el mundo. De una manera jovial, misteriosa, transmitiendo aquella situación pobre de su ser. Sí, sentía las miradas atravesar hasta lo más profundo de la morena. ¿Qué iba a hacer?. Maldecirlos?. Lo había hecho cada día y cada noche y era en vano, las cosas empeoraban . Decidió dejar de estar parada en medio , e irse a sentarse al lado de un hombre , que, curiosamente parecía nuevo.

Con lentitud, dirigió sus pies hacía aquel sitio pero justo delante de ella, alguien se había sentado. La conocía. Era una bruja y habían entrelazado una relación amistosa. Aunque hacía unos días que había hablado con aquella dama de alta clase o media. Se sentía rara socializar con gente de su clase. Ella, siendo vista como una adolescente sin futuro mientras que la bruja que tenía delante era una mujer con toda una vida por delante.
Casi en un susurro, con suavidad y calma Lyuba despegó los labios – Ehm.. – comenzó sintiendo como sus mejillas entraban en calor y tomaban un color rosa – ¿Puedo sentarme? - preguntó con rápidez. Al parecer aquella mujer estaba tan perdida en sus pensamientos que pidió , amablemente, que la morena repitiera su pregunta.

No había sido ninguna molestia, no era la primera vez que lo hacía. En su rostro se formó una sonrisa amable y dulce - ¿puedo sentarme? – volvió a preguntar con la misma amabilidad que antes. Al fin y al cabo cada cual tenían sus problemas . Lyuba también tenía, últimamente se había topado con aquellos seres nocturnos casi todos los días y esa era una gran tortura para ella. Cuando ella había asentido, se sentó al lado suyo , en medio de aquel hombre y de ella - ¿Esperando a alguien? – preguntó con suavidad . Sus pupilas se estaban entreteniendo con los ferrocarriles, esperando que llegase el que tenía y poder deshacerse de aquella carta. Luego iría al mercado y compraría algo de comer , sinceramente desde que había llegado a París su cuerpo se estaba debilitando por la falta de comida.

La morena estaba jugueteando con la carta entre sus manos, esperando impaciente. No tenía ni la menor idea a quien esperaba , si era mujer o un hombre. Tan solo el/ ella lo sabía, con eso le bastaba. Escuchó con atención las palabras que salían de los labios de su amiga, suave , una voz calmada pero dispuesta a atormentarse y hacer provocar un mar de desesperaciones. Se notaba que no había esperado ver a la joven en aquellos lugares y se alegraba por haberlo hecho. Al menos Lyuba tenía con quien conversar mientras el ferrocarril llegaba. Solo pudo escuchar de aquella mujer que la persona, iba a llegar de Rusia. Un país que , por la opinión de la gitana, era fascinante.
En el momento que iba a responder, sus palabras fueron frenadas por la seña de Shy’m, que pedía un poco de silencio. No entendía el porque y por eso mismo, siguió con la mirada donde la otra joven estaba observando con atención.

-Sfanta Marie! – exclamó Lyuba con los ojos como platos. En la estación, dos hombres, idénticos en apariencia, estaban conservando y de vez en cuando mirando hacía ambas jóvenes. Algo molesto para la morena. No le importaba que la gente se fijase en ella, le molestaba como lo hacía. No de aquella manera que parecía devorarla de viva. En su rostro blanco, se dibujó una mueca de desprecio . Si no fuera en un lugar público ,en aquel momento, se abalanzaría sobre ambos empezando a darles un buen merecido. Debía comportarse, debía demostrar que era una dama educada a pesar de que su clase social era una muy baja. Suspiró para tranquilizarse , apretando los dientes hasta hacerlos crujir por la rabia . Pronto, todo aquello desapareció al verlos acercarse.

¿Pero..que?. Lyuba los inspecciono uno por uno. El primero, tenía una mirada tranquila, algo parecía no darle paz y en aquel instante Lyuba quiso tocar su mano o al menos rozar , con eso era suficiente para saber su aura . El otro, tenía una sonrisa desquiciada que le delataba la maldad que yacía en su interior, sus ojos estaban maldecidos. Tenía muy mala espina la situación. Ambos se habían acercado ,sin más. ¿Qué pretexto iban a tener?. Vale, tal vez la mujer que estaba descansando al lado de Lyuba les había atraído. Lyuba no atraía a hombres por el simple hecho de ser una gitana, al contrario parecía tener aquel imán para los vampiros. Pero…ellos no lo eran. No tenían una piel blanca y ..no,no lo eran.

Con tranquilidad y sin prisas alguna , Lyuba despegó sus labios con una fragilidad inexistente – Buenos días… - saludo secamente observando mejor al otro. Algo parecía devorarle por dentro, alguna preocupación. Algo! . Lyuba miró al que tuvo el desden de acercarse a ellas y molestarlas de su conversación . Arqueó una ceja transmitiendo la típica frase que salía de los labios de ella cada segundo “ ¿Qué demonios quieres? “.