Disputa teatral [Tay]

por **Duna Di Bello** Sáb Mar 26, 2011 7:58 am

Había pensado en ir all teatro y mi adorable nana se me había adelantado resevandome un sitio en el palco pero de camino al teatro de París me pase por el burdel para buscar a mi prima y tuve un encontronazo con un hombre muy borracho que me confundió con una de las cortesanas de aquel lugar y me desgarró un poco el vestido. Me cabreó muchísimo pues ahora iba al teatro y la gente de mi clase iba a empezar a chismorrear, como ya hacían en Italia.
Al llegar en mi yegua Lune y entregar mi pase al hombre de la entrada me negó la entrada debido a mi aspecto.
- Pero bueno, ¿¡qué dice usted!? ¡che vergogna ,per l'amor di dio! - dije en mi idioma natal mientras me llevaba las manos a la cabeza.- Usted no sabe con quién habla. He pagado el dinero por este pase y veré la obra de Shakespeare , señor mío . Así que mio signore per favore ¡quítese del medio! - exclamé cruzándome de brazos y colocándome el vestido para que no se me saliesen los pechos por encima de el corsé rasgado.

No me quedaría sin ver la representación de Romeo y Julieta ni muerta, así tenía que tirarme de los pelos con el dueño del teatro.

por **Tayend de Grey** Lun Mar 28, 2011 7:41 am

La hermosa capital francesa era un cúmulo de espectáculos, diversiones y lugares de ocio para todo tipo de personas y de cualquier condición social, pero lo que sin duda llamaba la atención de Tayend era el teatro y sus representaciones clásicas. La de hoy en especial, era una de sus favoritas, Shakespeare siempre le entusiasmaba aunque hubiera visto y leído la mayoría de sus obras.

Los alrededores del teatro estaban llenos de carruajes y caballos además de algún que otro automóvil, largas filas de gente se distribuya por las innumerables entradas. No hacia falta ser un genio para darse cuenta que la distinción de clases se hacia en función de la posición que tomarían al ver la representación. Los burgueses y clases medias adineradas que fueran a las partes bajas se acumulaban en unas filas desordenadas, sin embargo una fluida minoría entraba sin ningún tipo de contratiempo por las entradas superiores con vestidos elegantes dispuestos a lucirlos en sus palcos.

Sin embargo, una pequeña aglomeración comenzaba a surgir en una de las entradas de su palco. Una mujer muy joven gritaba en la entrada con una mano en el pecho al acomodador que observaba la escena impasible, tuvo que escuchar atentamente para poder entender lo que aquella mujer decía en un idioma extranjero que estaba seguro ser italiano. Se apresuro a acércanse donde los gritos empezaban y rodeo a la mujer con su brazo por la cintura como si fueran conocidos de toda la vida.

-Sorella mia, ho guardato dappertutto! - Pronuncio en un italiano arcaico para cualquier nativo, pero que estaba seguro que para la gente de ahí pasaría desapercibido. Le dedico una gran sonrisa a la joven y se dirigió de nuevo hacia el acomodar -Disculpe a mi hermana monsieur, ha tenido un percance con el carruaje al salir y no esta acostumbrada a las reglas de nuestra bella Francia pues acaba de regresar de un largo viaje- explico deshaciendo su abrazo y enseñando ambas entradas para la función.

Había sido un acto impulsivo de Tayend y apenas le había dado tiempo a pensar en sus consecuencias, ¿que pasaba si ahora no le dejaba entrar a el tampoco?, no estaba dispuesto a perderse la función ni a montar tal escándalo como estaba haciendo aquella joven. Si aquel incidente seguía impidiendo el paso a los demás nobles acabaría viniendo la guardia y para un ex-revolucionario con frecuentes faltas no era algo muy favorecedor.

Observo a la mujer sin saber que hacer en ese momento, su vista bajo como si de un imán se tratase hacia su vestido rasgado y la aparto con rapidez al caer en la cuenta; los hermanos no hacían cosas así, al menos no los hermanos normales. Fijo la vista en el acomodador que no parecía muy dispuesto a dar su brazo a torcer. Si por ahí no los dejaban pasar tendría que buscar una ruta alternativa, quizás no tan elegante ni tan correcta.

por **Duna Di Bello** Lun Mar 28, 2011 8:56 am

Estaba a punto de buscarme la ruina y desnudarme allí mismo acusando a aquel insolente de acosador. Pero justo cuando pensaba que los nervios habían llegado al límite un hombre se me acercó colocando su brazo alrededor mío. Le observé desconfiada hasta que empezó a hablar en un italiano un poco extraño, como demasiado antiguo pero que tenía su encanto aunque no parecía ser italiano pero se le daba bien fingir acento.

Le sonreí mientras le devolvía el abrazo con agradecimiento por intentar ayudarme y besaba su mejilla.
-¡ Oh, mio fratello ! -exclamé mientras me agarraba a su brazo y volvía a mirar al acomodador con gesto de desagrado. Esperaba que las palabras de aquel hombre, muy apuesto a decir verdad, le hicieran entrar en razón.
Sólo faltaba que ese agrio gordinflón nos vetara a ambos la entrada.

El hombre apretó los labios mientras nos observaba y se dirigió a mi falso hermano con falso acento italiano.
- Discúlpeme, caballero pero su hermana no puede pasar vestida así, entiéndase mi posición...yo no puedo dejarla pasar a el palco así...-el hombre titubeaba aparentemente intimidado por mi hermano postizo retirando la mirada de mi escote. Entonces le observé con atención, sus ropas eran de clase alta y su rostro no llamaba demasiado la atención pero tenía algo que le hacía parecer atractivo. Retiré la vista con rapidez mientras volvía mi visión al grandullón de la entrada escuchando las quejas de la gente que estaba a nuestras espaldas.
Me tomé la libertad de retirar la capa que llevaba mi falso hermano y colocarla sobre mis hombros.
- Nadie se dará cuenta, por favor, señor. - no quería ser una molestia para aquel agradable muchacho que se había apiadado de mí. Sólo esperaba que no deseara que le pagara de algún modo asqueroso pues no pensaba que fuese dinero lo que me pidiese a cambio.
Observé las manos de mi hermano falso mientras le cogía una de ellas , eran fuertes y desgastadas ligeramente como las de una mujer que había trabajado con dureza, pero viéndole seguramente hubiese sido un soldado o algo similar.

Off: Awwww *-* Taaaaaaaaaaay!! XD

por **Tayend de Grey** Jue Abr 14, 2011 3:09 am

Por suerte aquella mujer le había seguido el juego y no se había asustado de que un completo desconocido hubiera tomado partido en su disputa personal, pero ello no arreglaba mucho las cosas, la gente seguía acumulándose tras ellos y comenzaba a haber murmullos criticadores y miradas valorativas que pronto inquietaría a las fuerzas del orden.

-Comprendo su posición, pero no eres nadie para negarnos la entrada. Somos nobles y hemos comprado los billetes oportunos así que hágase a un lado caballero o le saldrá demasiado cara la funcion. -Pidio con un tono quizás demasiado rudo para la situación en la que se encontraban. El acomodador frunció el ceño cogiendo ambas entradas y dedicándoles una sonrisa burlesca mientra rompía ambos tickets por la mitad y los tiraba los pies de Tayend.

-Lo lamento monsieur pero no pueden pasar. Dejen de taponar la entrada y retírense, su acceso esta vetado-gruño a la defensiva haciendo una señal para que la gente pasase dando por finalizada la conversación

Tayend miro a su compañera y cogiéndole de la mano -abusando de nuevo de su farsa- le saco de la fila que comenzaba a avanzar llevándose varias miradas curiosas con ellas. -Perdoname mademosille, he intentado ayudarle y lo único que conseguí fue arruinarle las posibilidades de disfrutar de la función, permitame que le devuelva el valor de la entrada y mis mas sinceras disculpas-mascullo llevándose la mano a su bolsillo de donde extrajo varios billetes que tendía a la joven formulando un intento de sonrisa agradable.

Su cabeza iba por otro lado, si no hubiera tenido esa compañía femenina a su lado seguramente hubiera reaccionado de una forma distinta, pero con tantos ojos mirando había tenido que aceptar la reprimenda de aquel inútil hombre. Ahora tendría que buscar una ruta alternativa para poder ver la representación de Shakespeare, después de compensar a esa bella dama, por supuesto.

Off: Siento la tardanza xD

por **Duna Di Bello** Jue Abr 14, 2011 5:36 pm

El comportamiento de aquél estúpido encargado me sacó de mis casillas, iba a decirle cuatro cosas pero el muchacho que fingió ser mi hermano para ayudarme me apartó de la fila antes de darme tiempo, dejándome con la palabra en la boca a esperas de salir disparada.
Esperaba que me pidiese que le abonara el coste de su entrada por haberle hecho perderla intentando sacarme del apuro, algo que veía normal , pero en vez de eso demostró ser más que un caballero siendo él quien pidiese permiso para abonarme el precio de la entrada. No permitiría algo así, es más, ni siquiera permitiría que aquel amable caballero se privara de ver la obra de Shakespeare por lo que negué con la cabeza con intensidad mientras me colocaba las ropas.

-No tiene que darme , señor. Es más , yo le debo una disculpa por lo que ha ocurrido y un agradecimiento pues no estaba en obligación de ayudarme y aún así lo ha hecho. Ese hombre ha sido muy descortés y me encargaré de que pague por la humillación sufrida, téngalo por seguro.- le hablé con palabras firmes y seguras. Estaba indignada por cómo nos había echado sin miramientos aquel estúpido.

Podríamos colarnos por la puerta de atrás o incluso esperar a que empezase la función y que se despejara de gente la entrada para darle una lección al desagradable hombre y después disfrutar de la función aunque nos hubiésemos perdido parte del primer acto.

-He venido aquí para disfrutar de la obra y un tipo como ese no va a conseguir echarme a perder el día. Ya he tenido suficiente hoy. – dije mientras me miraba las ropas rasgadas y luego volvía la mirada al caballeroso hombre que había intentado ser un héroe- Y usted disfrutará a mi lado de esa obra.- aseguré para luego sonreírle mientras esperaba a que la gente fuese entrando al teatro. El rostro de aquel chico no era realmente hermoso pero tenía algo en él que le dotaba de un singular atractivo, sus ojos quizás o la expresión de su rostro.

-Mi nombre es Duna Di Bello, encantada de conocerle. – hice una leve reverencia recogiendo la falda de mi vestido con mis manos.- Y una vez más permítame agradecerle por su actuación.- le sonreí ampliamente esperando su respuesta a mi ofrecimiento y a mi presentación.

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