La tranquilidad de una Iglesia (libre)

por Invitado Sáb Jun 05, 2010 7:25 pm

Katherine había llegado hacía unos pocos días a ese bello país -creo que me acostumbraré a vivir aquí- pensó con una sutil sonrisa en sus labios. Caminaba sola por las calles, su madre, seguía enferma, y no podía acompañarla. Muchos menos se podía esperar de su respetado padre, puesto que trabajaba todo el día en la Embajada como cónsul.

Dio un leve suspiro y continuo con su solitaria caminata. Se detuvo frente a la Catedral, mirándola por unos segundos. A pesar de ser una bruja, era muy devota, así que decidió entrar por un momento. Entró haciendo una leve reverencia, mientras se sentaba en uno de los bancos.

por Invitado Dom Jun 06, 2010 10:01 pm

El odioso día fue perturbador. Perturbador en la manera en que me restringieran tantas cosas e incluso dar mi orden autoritaria para no ir a los lugares que no deseaba. Abrumada por eso me tuve que resignar. Mis tíos me llevaban a la catedral y bajando de la carroza varias personas me dirigieron la mirada con una indiferente reverencia. Les sonreí impotente -como odiaba que hicieran eso- una reverencia con el mentón fue mas que suficiente. Tomando los olanes del vestido entre junto a mi familia dentro del enorme monumento. Admire los finos vitrales y las bancas bien arregladas. Me apresure a dar una reverencia, como era normal al entrar a una iglesia.

Mis tíos se fueron al frente , en busca del reverendo lo mas seguro. ¿Qué se traerán en manos? Pensé. Busque con la mirada algo que hacer, salir de ahí como solía hacerlo o socializar con mas gente. Ya necesitaba conocer, no era solo amigos adinerados de la casa. Entre unas bancas observe a una chica de hermosa estructura ósea. Me dirigí a ella silenciosamente caminando como un péndulo gracilmente. Carraspee un poco y con mis facetas normales que me obligaban a darlas para no dar mala imagen; honorarias de una princesa.

-Disculpe, señorita -dije amablemente con la voz completamente fina, suave y cantarina. Le sonreí en muestra de agrado y curiosidad por esa dama que se encontraba sentada como cualquier persona. Era la simpleza de ser como soy- ¿Cree que seria prudente si me siento junto a usted?

por Invitado Lun Jun 07, 2010 9:30 pm

Kate continuaba sentada en aquella fría banca, con la vista fija en el altar; deseaba rezar, pero no podía, su cabeza estaba repleta de un sin fin de pensamientos lejanos a la santidad. ¿Qué haría si su madre moría? Ella era su único apoyo, la única persona con la que Kate se sentía realmente segura.

La enfermedad de su madre era una de las preocupaciones que tenía. Por otro lado, quería, deseaba con toda su alma la aceptación y el cariño de su padre, pero por más esfuerzos que ella realizaba, el nunca le reconocía ni lo más nimio. Además de todos aquellos inconvenientes, sentía mucho temor por su condición... No quería ni imaginar lo que le sucedería si salía a la luz su secreto. Asimismo, pensaba en la posteridad, en lo que ocurriría con su alma cuando muriese. En más de una ocasión había visto cómo condenaban a las brujas en Irlanda, y por lo que decían los sacerdotes, no había lugar en el cielo para mujeres como ella.

Perdida en sus pensamientos continuaba cuando una voz suave y cantarina, se dirigía hacia ella, volteó el rostro y quedó impresionada al notar que era la princesa Catherina quien le hablaba -Si a usted le parece prudente, puede hacerlo, para mí no es ningún inconveniente- respondió sonriendo, con voz amable y sincera, mientras hacía una leve inclinación de cabeza. Su padre le había enseñado cómo comportarse con gente de la realeza, pero ella no podía fingir ni exagerar con los saludos y cordialidades.

por Invitado Lun Jun 07, 2010 9:59 pm

Me quede analizando a la chica. No reconocía si es que acaso era una faltista al respeto o solo alguien liberal. Eso ahora no importaba. Note solo una mínima facción se sorprendimiento. El poder real ya avía causado efecto. Pensé de mala gana. Sonriente como siempre le dedique una de las mejores sonrisas calidas y con un asentimiento de cabeza me senté a su lado tomando los pesados olanes del vestido azul que centellaban con los hilos plateados y el sofocante corset que apretujaba todos mis pulmones. Manteniendo el pecho en alto antes que nada cruce las piernas tomando una buena bocanada de aire. Me incline en el colchoncito de las bancas para poder rezar o el que los niños lo utilizaban para jugar o dormir. Me incline en el y mire a la chica.

-Gracias, el caso es que en una iglesia me hace sentirme sola -agregue para después inclinar mi cabeza asía el frente y empezar mis oraciones. No eran mas que las debidas de siempre. El cuidado que me hacían tener ero lo de siempre, quería tener un poco mas de libertad y no ganármela por mi misma, se que eso era lo correspondiente pero solo es que mi familia no comprende que yo soy como un canario una mañana de Abril. Era lo que pedía, y además un poco mas de gentileza a mi actitud así mismo claro la amistad que era la fuente de todo. Casi mecánicamente me encogí de hombros y me reincorpore volviendo a sentarme a la banca. Mire a la chica y le sonreí de nuevo.

por Invitado Mar Jun 08, 2010 4:19 pm

Sabía que su escuálida respuesta no había sido como era debido al estar en presencia de alguien de la realeza, e inmediatamente se le vino a la mente su padre. Lo más probable es que le hubiese reprochado el hecho. Luego de haberle sonreido y contestado a la princesa, volvió nuevamente la vista al frente, con la espalda recta y sus manos descansando sobre su regazo. Dio un suspiro inaudible y sacó de su bolsito un rosario.
Se disponía a comenzar a rezar cuando la joven le habló, ella iba a responderle, pero la princesa había comenzado con sus oraciones. No pudo evitar sonreir, y se quedó mirándola mientras ella oraba. -¿Cómo será la vida de aquella joven?- pensó con curiosidad.
Luego de que la chica terminara de rezar, le dirigió una sonrisa, Kate no supo interpretarla, pero la devolvió del mismo modo. desvió la mirada por unos segundos, dubitativa, no sabía muy bien cómo debía dirigirse a ella, no quería sonar entrometida ni mucho menos incomodarla... se armó de valor y se dirigió hacia ella -¿Me permitiría hacerle una pregunta?- preguntó respetuosamente, con su voz suave y baja, sonriendo tímidamente. -lo siento- agregó rápidamente, avergonzada, desviando la mirada desde el rostro de la chica hacia su rosario. Para su padre la situación en la que se encontraba Kate era una oportunidad, pero ella sentía que estaba incomodando a la muchacha.

por Invitado Mar Jun 08, 2010 7:41 pm

Sacudí parte del vestido. Como deseaba arrancármelo en este instante pero me llamarían loca y seria algo absurdo de hacer si lo que quería era no deshonrar a mi familia. Tome un poco mas de aire, esto si estaba apretado. Coloque mis manos en la cintura tratando de que el aire fluyera mas fácil. Deberian de prohibir el uso de los corsets, es un gran maleficio para nosotras, las mujeres. Pero muchas otras no los utilizan, la gente que no tenia para pagarlos, pero aun así eran fastidiosos. Apretujados. Mirando de reojo a la chica pude observar como desviaba notoriamente su mirada de mi rostro. Era como si la intimidara tan solo por el nombre que llevaba. No era la gran cosa, solo era seguir ordenes y listo. ¡Voila! Ladee la cabeza en un cambio repentino que ella izo, mirando con fijeza esta vez.

-Claro, no le veo nada de malo a eso, usted tiene todo el derecho de preguntarme lo que desee -sonreí mostrando algo de mis blanquecinos dientes en forma amistosa. Me acomode en una forma en que quedara frente a ella para tenerle una mejor vista. No se podía tener una buena platica sin el contacto visual. Después fruncí el ceño como al parecer cambio de pensamiento. Negué con la cabeza y me incline un poco para que mis ojos se encontraban con los suyos que estaban observando un lindo rosario que llevaba en la mano- lo sientes ¿Por qué? No has cometido alguna fechoría como para lamentarte de algo que por lo menos no has echo -dije dulcemente

por Invitado Mar Jun 08, 2010 8:06 pm

Apretaba el rosario entre sus manos, con nerviosismo,intentando, en ese intervalo de silencio, pensar si lo que había hecho estaba bien, por un lado, creí que no había problema en preguntar, y segundo, si no había problema, para qué disculparse, -por qué soy tan compleja- pensó confusa, generalmente hacía esas cosas, decir algo y luego arrepentirse. Para su padre ella era una joven segura de sí misma, pero en realidad, era muy insegura e indecisa. Perdida en sus pensamientos oyo la agradable voz de la princesa, sin esperar la respuesta que la joven le daría.

Ante sus primeras palabras, sonrió sutilmente, levantó la vista, para que sus ojos claros se encontraran con los de la princesa, y le sonrió -lamento mucho reaccionar así, pero a veces me cuesta relacionarme con la gente, y a veces las enseñanzas familiares me confunden un poco, y no puedo elegir de qué forma actuar mejor- dijo con un tono avergonzado y tímido. La princesa y ella debían tener más o menos la misma edad, volvió a sonreírle y dio un pequeño suspiro -entonces voy a tomarme la libertad de preguntarle dos cosas- añadió con determinación y timidez -Usted dijo que la Iglesia la hacía sentir sola, ¿por qué siente eso?, pensé que uno podía encontrar paz y compañía al venir aquí- dijo con un tono más bajo -y lo segundo, es una pregunta diferente, tal vez impertinente, y si es así, hágamelo saber- dijo sonriendo -Me preguntaba cómo era la vida de una princesa, si...si difería mucho de la de una persona común- agregó ladeando levemente la cabeza, sonriendo suavemente, esperando las respuestas de la Joven

por Invitado Mar Jun 08, 2010 8:31 pm

La mire como si unos huecos vacíos se hubieran mostrado en mis ojos. Era solo que envidiaría a cualquiera que pudiera ser como en verdad quería. Me gire hacia el frente y suspirando pase una mano por mi cabello con algo de exasperación por la pregunta. No referente a la primera, si no a la segunda. Antes que todo siempre solían preguntarme lo mismo, gente diferente. Era como si ya tuviera todos mis diálogos ensayados para interpretar una escena de algún teatro. Concluyendo en que esas respuestas no eran nada difíciles carraspee un poco. Mire de reojo a la chica y poco a poco quedaba un poco frente a ella. Ya que el contacto visual lo era todo. Acomode un mechón tras mi oreja con una agradable sonrisa preparada para responder a sus preguntas.

-Esta claro que la paz y tranquilidad siempre es conveniente en las iglesias, pero a mi diferencia toda mi vida siempre a sucedido así, pacifica y tranquila, solo exceptuando por varias circunstancias, y ahora solo busco una compañía de carne y hueso, no solo una creencia con la que uno se puede sentir protegido -respondí con tono serio y monótono. La exasperación desapareció cuando inhale un suspiro- pues mi vida es completamente diferente, igual todos se tienen que ganar la vida de alguna manera pero muchos tienen mas suerte que otros y muchos tienen que trabajar de sudor de frente, lo que yo pensaría es que prefiero una vida común y corriente… no corriente, si no que normal, sin nada de lujos, uno llega a sentirse confinado por eso -deje caer una mano posándola en una pierna tranquilamente. Sugestione que el tema era incomodo por el echo en que ya fuera costumbre. Pero ahora yo quería saber algo. ¿Por qué tenia esa confusión que según su familia le daba?- a lo que avías dicho antes. Igual me cuesta relacionarme con las personas, no es necesario ser alguien importante como para no poder hacerlo.

por Invitado Mar Jun 08, 2010 8:44 pm

Kate notó el tono de voz de la chica, -supongo que todo el mundo debe preguntarle lo mismo- pensó con pesar por su pregunta, ¿qué esperaba oír? pensó lo que ella le había dicho,- sí...a mi también me gustaría tener una vida normal, sin secretos qué esconder, ni nada qué aparentar- pensó nuevamente, reflexionando sobre aquello.

Aunque ella no era de la realeza, la presión de ser aceptada por su padre, y cumplir con los cánones establecidos por aquella sociedad clasista la abrumaban todo el tiempo. Lo único que la calmaba y la hacía sentir ella misma, era practicar sus hechizos, pociones y todas esas cosas. Eso era lo que ella era, así habían sido por generaciones las mujeres de su familia, aunque siempre escondidas...protegidas bajo matrimonios con gente de clase alta, aunque protegidas entre comillas, porque la gente de la familia a la que pertenecía, no tenían idea de lo que ella era realmente.

negó sutilmente con la cabeza, volviendo a la realidad -no quise decir eso, es sólo que tal vez es más complicado teniendo la vida que usted lleva...supongo que siempre la gente que se le acerca le hace las mismas preguntas, y tal vez todos tratan de caerle bien- comentó dando un leve suspiro -tal vez es mejor una vida normal después de todo- murmuró bajito, jugando con el rosario que tenía en la mano.

por Invitado Mar Jun 08, 2010 9:00 pm

La mire expectativa y dudosa. Mire mis manos y me quite un anillo que llevaba puesto. Una hermosa argolla de oro con lapislázuli engarzado un varios puntos centellantes del baño de plata. Lo apreté en la mano y después sonreí. Me quite unas mínimas gotitas de sudor de la nariz con leves toquecitos con un pañuelo de seda. Mire amistosamente a le chica. A pesar de todo ella era diferente, no tenia ni quince minutos de conocerla pero sabia perfectamente cuando las personas eran de fiar, y tenia bien en mente que muchas veces me dejaba llevar por el masoquismo. Ese placer que adoraba digieran lo que digieran, me gustaba mucho mas a cierto punto en que afloraba. Algo apenada extendí mi mano tomando la suya dejando en ella el aniño. Una sonrisa infantil y casi hiperactiva se formo en mi rostro tenuemente.

-Estas en todo lo correcto y por tal causa quiero que lo tengas -solté su mano y acomode mis cabellos- tu no eres como esas personas que solo buscan hacerse amigos de la alta sociedad para tener algo de dinero y se nota claramente por las respuestas que das -abarque mis cejas- debes de saber mucho -musite dejándolo muy en claro casi halagándola. Era algo ingenua, pero de inteligente tenia mucho, era como un sexto sentido que no muchos lograban tener.- tiene una personalidad diferente a las demas personas… -hice una pausa bajando la mirada pensativa llevándome una mano al mentón. Volví a levantarla situándome en su mirada.- si no fuera mucha molestia me gustaría saber su nombre ¿Seria tan amable de decírmelo usted?

por Invitado Mar Jun 08, 2010 9:38 pm

Se quedó nuevamente con la vista fija en su rosario, perdida en sus pensamientos, cuando la joven princesa habló nuevamente, pero esta vez tomaba su mano y depositaba algo en ella. Frunció levemente el ceño, confusa, mientras veía lo que ella había puesto en su mano -un anillo- dijo abriendo un poco más los ojos, era una joya preciosa, una argolla de oro con lapislázuli.
Kate pensaba que no debía recibir una cosa así, pero la joven había dicho que por sus palabras se lo había dado. Kate pensó que entonces no podía devolvérselo, puesto que sería de muy mal gusto hacer semejante desprecio.

-Gracias, pero no era necesario que me lo diera, solo por decir lo que pienso- murmuró sonriendo avergonzada. -¿de verdad lo cree?- preguntó con un dejo de impresión, no estaba acostumbrada a que le reconocieran virtudes, aunque sabía que las tenía, su padre nunca las notaba -disculpe mis modales, lo primero que debí hacer fue presentarme- dijo sonriendo sutilmente -Mi nombre es Katherine Anne Slater, hija del Cónsul inglés, Guillaume Slater- añadió con una leve inclinación de cabeza.

por Invitado Miér Jun 09, 2010 3:39 pm

Sus facciones demostraban que se quedaría con el anillo pero sus palabras decían lo contrario de la manera en que seria una manera de desprecio. Me encogí ligeramente de hombros cuando ella de sonrió de esa manera avergonzada. No me gustaba que se pusieran así por el echo de ser solo yo. Fue muy conveniente que digiera esa pregunta. Me gustaba tener una tema de conversación por que si no fuera así me mantendría completamente callada. Y que mejor era ver el punto de vista de otros. Era fascinante como las palabras recurrían a mi cabeza en señal de asombro. Y sin mencionar que su nombre de era una maravilla. Katherine era muy hermoso, así se llamaba una de mis hermanas y siempre avía envidiado ese nombre tan creativo.

-Digo la verdad, me gusta su carácter tan espontáneo, pero se guarda muchas cosas, al parecer siempre piensa las cosas antes de decirlas -sonreí- enserio que la admiro de ese modo de la misma manera en que su nombre se me es muy admirable, me recuerda a una de mis hermanas -ladee mi cabeza afablemente- y me siento una ignorante si no me presento. Como usted a dicho. Soy Catherina Ashlyyn Salvatore del Reino Unido, hija del ya fallecido rey Jorge III y hermana del ahora rey Jorge IV-sonreí como si fuera una platica normal, que cualquiera puede tener, solo quería aparentar ser típica entre la gente

por Invitado Miér Jun 09, 2010 8:08 pm

Guardó el anillo en su bolsito, junto al rosario, era la primera vez que alguien le regalaba algo en un contexto como aquel...algo así como "amistad". Sonrió sutilmente mientras guardaba la joya. Era extraño para ella que le resultara tan fácil comenzar a hablar con aquella miembro de la realeza, no se sentía como en los bailes y reuniones de sociedad a los que estaba obligada a ir, en ellos se sentía falsa, como otra persona, teniendo que ser amable, y sonreir todo el tiempo a gente que no siempre era agradable. Esa vez era diferente, sentía que podía ser un poco más ella misma y no reprimir tanto sus pensamientos ni sus opiniones.Luego volvió a posar sus ojos claros en la princesa, oyéndola con atención.

-no me gusta ser imprudente, por eso prefiero pensar lo que digo y hago para no molestar ni incomodar a nadie.- respondió encogiéndose de hombros con suavidad, con una leve sonrisa; -agradezco mucho sus halagos- agregó con una leve inclinación de cabeza. -es muy amable de su parte presentarse, ya que me hace sentir más cómoda- agregó agradecida de que la conversación fuese más fluida y no tan rígida. -No se preocupe, la ignorante soy yo, que sólo la conozco a usted, no sabía que tenía otra hermana, aparte de su hermano el Rey Jorge IV- bajó la cabeza por unos segundos y luego la levantó -¿una de sus hermanas se llama Katherine?- preguntó sonriendo sutilmente, un poco avergonzada por no conocer, al menos, todos los nombres de la familia real, si su padre supiese que ella no lo sabía, la reprendería y la haría sentir mucho peor de lo que ya se sentía.

por Invitado Vie Jun 11, 2010 7:38 pm

Mientras la miraba y escuchaba se formo en mi boca una sonrisa divertida con toques infantiles. No me sorprendía para nada que no se aprendiera todos los nombres de mis hermanos y hermanas. Incluso para mi cuando tenia una corta edad fueron difíciles, pero como son parte de la familia de alguna forma debería de reconocerlos. Y que mejor forma era por medio de darles a cada uno su nombre según su físico. Aun así las gemelas eran las mas hostiles con el tema de los nombres. Con ligereza asentí con la cabeza en forma de no hay de que. Un no muy conveniente encogimiento de hombros y una sonrisita informal para seguir charlando.

-No se preocupe, con migo no existe inconveniente alguno de que me lleguen a decir algo inoportuno, lo tomo a la ligera -ladee mi cabeza con otra sonrisa agradable y confiable- solo lo hago para no incomodar, mire, para mi seria demasiado incomodo si me trataran de esa manera pero aun así como avía dicho antes, lo tomaría a la ligera -puse una mano sobre mi boca y tras esta se me escapo una risita infantil y dulce- oh, pues no solo Jorge es el único, tengo 15 hermanos, y si, una se llama Katherine, es la mayor después del rey -agregue- ¿Y usted tiene hermanos? -baje mi mano

por Invitado Sáb Jun 12, 2010 4:14 pm

Alzó las cejas con sutil impresión, no sabía cuántos eran los miembros de la familia real, y saber que eran tantos, la dejó un poco perpleja. Pensando sobre todo lo que estaba sucediendo en esos momentos, Kate se sentía muy a gusto hablando con la joven princesa, puesto, que para ella, tener amigos era algo tan falso como las sonrisas que tenía que poner en los bailes o cenas a las que su padre la obligaba a asistir.

-eso me tranquiliza mucho, no pensé que usted sería una persona tan amable y comunicativa, pensé que usted sería muy rígida y fría para hablar con los demás, pero me llevé una muy grata sorpresa- dijo ladeando el rostro, con una sonrisa. -No, soy hija única, mi madre es muy débil, casi muere cuando me dio a luz, por esa razón mis padres decidieron no tener más hijos- dijo despreocupadamente, aunque la verdad, si ella hubiese tenido más hermanos, su padre no se molestaría tanto en buscarle defectos solo a ella. -tiene usted una familia muy numerosa, a mi me habría gustado mucho tener más hermanos- hizo una leve pausa y continuó -¿se lleva bien con sus hermanos y hermanas?

por Invitado Dom Jun 13, 2010 9:17 pm

Mi curiosidad hacia ella empezó a fluir lentamente. Tenia la necesidad que mi cabeza casi me exigía de saber un poco mas… bueno no un poco…. Un tanto. Lo suficiente como para entablar una buena charla y quizás una buena amistad mientras mis tíos no se presentaran en estos momentos. Me dio un poco de risa que mencionara eso de mi. Era por un punto cierto. Si era de esa manera con los demas y era por el cierto punto de que me desagradaran. Moví mi cabeza como si negara riendo ligeramente y sutil.

-Pues no soy del todo así -hice una pausa- le contare el secreto de que en los bailes que realiza mi familia y todos esos pretendientes que me muestran los trato de la misma manera que usted piensa que yo era. Me desagrada su forma de ser tan fría y yo solo los trato de la misma manera -agregue con una sonrisa tenue. Me reprendí a mi misma por haber formulado esa pregunta. La culpabilidad que palpitaba en mi pecho me orillo a disculparme. Esa era mi manera de ser- siento lo de su madre, créame que si lo hubiera sabido antes no me atrevería a preguntar tal cosa, señorita Katherine -me encogí de hombros disimulando que no me sentía de tal manera- podría decir que no con todos me llevo bien, los mayores suelen ser mejores con migo, pero casi no tengo tiempo de verlos y los menores solo luchan por tener un lugar en el trono. Solo son los sueños que tienen de formar un gran imperio pero no niego que los Salvatore's estan llenos de soñadores que no se dan por vencidos tan rapidó

por Invitado Mar Jun 22, 2010 8:59 pm

Sonrió ante las palabras de la princesa. -debo reconocer que admiro su sinceridad, yo... yo la verdad, hago lo contrario, intento ser lo más amable posible, aunque la persona que tenga en frente sea de lo más desagradable.- lo reconoció un tanto avergonzada, era cierto, solía fingir, pero no porque le gustase, sino para que su padre la viese comportándose como una verdadera dama. -No me enogullezco por cometer actos semejantes, pero no me queda otra opción- murmuró bajito, bajando la cabeza,muy avergonzada de lo que estaba contando.

Volvió a levantar la vista hacia la princesa, cuando se disculpo sobre la pregunta con respecto a su madre. Negó sutilmente con la cabeza -No se preocupe, no es una pregunta que me parezca impertinente- dijo sonriéndole amablemente.

-me sorprende la gran diversidad de personalidades de su familia, ¿es usted también una soñadora?- preguntó sonriente. -la verdad, a mi me habría encantado tener hermanos y hermanas, el estar tanto tiempo sola, sin la compañía de gente de mi edad, es un poco deprimente, para serle sincera- comentó sonriendo más apagadamente. Tal vez si ella hubiese tenido hermanos, su padre no se molestaría en recordarle cada día todos sus defectos y las pocas virtudes que él pensaba que ella tenía.

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