Tranquilidad {Megan Doiteville}

por Invitado Lun Ago 16, 2010 4:57 pm

Sí, amaba la ciencia, amaba el descubrimiento, amaba la sociedad. Era un filántropo como pocos, pero aquella noche se sentía bohemio por completo. Su estado anímico lo llevó a acercarse hacia los campos y sembrados, hacia zonas poco o nada habitadas por personas rudimentarias y algún que otro señor que cuidaba con absoluta codicia sus preciados campos. Aquello estaba por desaparecer y Charles lo presintía desde hacía unos años.

Carraspeó levemente, vestido informal, como poca gente solía verlo, con una simple camisa y pantalones, caminando por el pequeño camino entre prado y prado, sin miedo alguno a ladrones y demás personas que pudieran atacarlo en plena noche.

La soledad inundó todos sus poros y aquello de alguna manera le hizo recordar a su creador, muerto hacía siglos ya, conocedor del poder omnipresente de la luz solar que podía evaporizar a alguien de la edad actual de Charles en cuestión de quizás segundos.

Sus pasos fueron firmes, observando entre la expesura de la noche, finalmente escuchó un ruido humano, no muy lejano y que le advirtió de que no se encontraba sólo en aquellos parajes.

por **Margarett Doiteville** Lun Ago 16, 2010 6:13 pm

Todos los vestidos que tenia ahi y ninguno con un cuello para cubrir la entrada de mis pechos eso me hacia enojar conmigo misma, porque no podia salir a las calles sin mi abrigo para que este me cubriera hasta el cuello y hasta la altura un poco mas abajo de las rodillas, no podia quedarme tanto tiempo en un lugar encerrada nueva necesidad mia que crecia sin darme cuenta o sin querer aceptarla, por mi "infancia" que a la mia no se podria llamar asi, tan solo en el termino fisico que pase pero de ahi en fuera ni una amiga, ni un padre o madre, a mi eso no era semejante a una infancia, o una buena niñez. Estar encerrada por mas de dieciocho años en una casa no me era nada lindo, me hacia sentir como un animal en cautiverio o cosas parecidas, lo que me impedia algunas noches de sueños en los cuales podia escapar de la cruda realidad para vivir otra mas prometedora y malos amaneceres que me veian despertar y me arrastraban hacia esos recuerdos. Soledad la unica que estaba conmigo cuando nadie se preocupaba por mi.

Y si, esta era una de esas noches, por lo normal cuando me adentraba en la noche por las calles de esa deconocida pero señorial ciudad, siempre tomaba el mismo camino que me llevaba a mi pequeño refugio a las afueras de la ciudad donde ya me habia topado con lo desconocido mas de una vez, ya que Maxima me lo habia advertido. Si existian y no tenia porque cegarme ante esta realidad. Me sabia las esquinas en las cuales tenia que girar y cuales calles y cuales no atravesar, pero ¿Porque ir ahi ahora? me anime para ir a otra calle, otras esquinas, ¡Eso, vamos pierdete! ahora dos partes de mi discutian por conocer o mejor ir al lugar que ya conocia sin miedo a perderme en la ciudad que me habia visto nacer, pero que nunca habia sentido mis pasos recorrerle. Gano mi terquedad por averiguar lo que fuese que me reparara ir al lado contrario del que iba cada noche. Mis ojos se fijaron simplemente en mis pies y un poco mas aya sin alzar para nada la vista. El pavimento de piedras lizas estaba acabandose y empezaba el cesped, sonrei, habia llegado mas aya. ¡Maldicion! No me habia fijado en las calles y en los lugares claves para ir de regreso al budel, nose que haria para regresar eso ahora ya no era primordial misntras seguia caminando ya me las arrelaria para regresar.

Llegue a un prado que era iluminado por la luna carente de una buena iluminacion pero aun asi me adentre hasta estar en medio del claro rodeada de arboles, debajo de mis pies las ramas secas se quebraban. Me sente en el cesped y di un suspiro cerrando los ojos. Nadie estaria ahi asiesque no tendria problema si le dejaba escuchar al viento mis penas un rato.

por Invitado Lun Ago 16, 2010 7:38 pm

Sintió el efluvio de una mujer que se le hacía conocida de alguna manera no muy fuerte, pero si ferviente. Quedó aclarado por el chasquido de varias ramas que se encontraban situadas en el claro del bosque. Sus pasos dieron media vuelta y pronto sus oídos escucharon un suspiro femenino. Se encontraba a un par de kilómetros que recorrió con velocidad impredecible por la vista humana hasta encontrarse detrás de aquella mujer entre los árboles.

Salió finalmente de estos, reconociéndola, era una bella mademoiselle que si no recordaba mal, trabajaba en el burdel de París. De alguna manera le alegró encontrarla de nuevo y con seriedad salió de entre la espesura, quedando detrás de ella todavía alzado.

-Buenas noches, Mademoiselle.- saludó con aquella voz viril mientras observaba la luna en todo su esplendor brillar perfecta en el oscuro cielo. - Quizá no me recuerde, me presentaré de nuevo, Charles Baudelaire.- se presentó de nuevo, sentándose finalmente junto a ella, observándola unos instantes.

Finalmente acabó por reconocer que quizás aquel no había sido el mejor momento para acercarse a la dama. -Disculpe si la molesté de alguna manera con mi presencia.- acotó con total educación, volviendo su vista al profundo bosque oscuro, pensativo, no quería utilizar sus poderes con ella.

por **Margarett Doiteville** Mar Ago 17, 2010 11:05 am

Cerre mis ojos para dejar que el viento escuchara mi melodia de lamento y melancolia pero un ruido detras mio interrumpio lo que estaba a punto de hacer, estaba lejos del lobo de la vez pasada no podria encontrarme aqui, Maxima habia salido ya de mi vida, no tenia idea de quien pudiera ser esta vez, mi respiracion se agito, por obvias razones estaba asustada por saber la identidad o especie de acompañante que tenia ahora, un saludo, eso basto para relajarme un poco, al menos no era un lobo, los pasos eran distintos a los que ya conocia. Un hombre apuesto era el que se acercaba a hacerme compañia, vestia de la manera mas sencilla, pero no estaba sucia su ropa entonces podia decir que no era campesino, talvez alguien mas tratando de escapar de sus problemas, agradeciendole a la noche que acobija nuestros sentimientos para que nadie mas nos escuche.

—Buenas noches, Monsieur.–el estaba en lo correcto no lo recordaba, del mercado no lo creo, del burdel talvez pero no, no lo recordaba, era buna memorizando cosas pero no a las que no les prestaba atencion seguramente nunca cruzamo palabra ni mirada, porque de ser asi jamas olvidaria su rostro.—Es un placer, señor Baudelaire–Le hice una pequeña reverencia con un movimiento de mi cabeza, tenia pensado ponerme de pie pero se adelanto y se sento a mi lado.—Soy Megan Doiteville–Le sonrei amablemente, un poco de compañia no me haria mal, siempre y cuando no intentara algo que me perjudicara, a estas horas de la noche, no se podia confiar ni en tu sombra.—No molesta, no se preocup, al contrario me ayudo a no ser arrastrada a mis recuerdos.—Le dije mientras me mordia el labio, olvidando el tema.

por Invitado Mar Ago 17, 2010 7:19 pm

Escuchó la melódica voz de aquella mujer que creía haber escuchado fortuitamente cuando había entrado en el burdel con aquel porte tan tranquilo y caballeroso que durante siglos -más no siempre- le había precedido y que siquiera dejaba atrás entrando en un lugar como éste último.

Su mirada se centró de nuevo en ella, escuchando su nombre con tranquilidad mientras la observaba con aquellos ojos de color claro, no muy destacables, que le habían sido otorgados con su condición vampírica siglos atrás.

-Encantado Megan.- comentó con educación mientras concedía también una pequeña reverencia como presentación formal para luego volver su vista a Megan.

Las palabras de la bella cortesana le centraron por completo en ella y por un momento recordó que tenía aquel poder, aquel poder con el cual simplemente por contacto podía hacer olvidar, podía dar una nueva vida, podía cambiarlo todo. Pero aquello, más que un don, le parecía una completa maldición.

-Nuestros recuerdos nos hacen ser lo que somos, Mademoiselle.- recordó, era evidente su amor por la filosofía además de aquel sentimiento tan filántropo que no ocultaba a sus semejantes y que sacaban a ciertas personas de quicio. -De todas maneras, no es de mi incumbencia su pasado, ni quiero parecer descortés con ello.- terminó por añadir.

Quedó unos segundos pensativo, vagando por sus recuerdos, recuerdos lejanos que había conseguido amansar; Rabia, desesperación, completa locura que durante cerca de un siglo había sembrado allí por donde iba y que le había ayudado a abrir los ojos.

No pudo evitar sentir el efluvio interior de la señorita Doiteville, su ritmo cardíaco acompasado acompañaba sus pensamientos, siendo algo secundario; no se encontraba nada hambriento.

por **Margarett Doiteville** Miér Ago 18, 2010 11:07 am

—Se que gracias a mi pasado, soy lo que soy–Mi rencor me habiaorillado a ser lo que era, y talvez tambien por querer refugiarme en la excusa de que porque mi madre y tias fueron cortesanas, y que me dejaran abandonada por la primera persona que pense amar, me dejo en la calle, demonios tenia tantas estupidas excusas para refugiarme y justificar por que era lo que soy ahora.—Y por ahora no puedo cambiar eso–Di un suspiro dejando salir mi calido aliento que se evapora rapidamentre mientras viento borra las marcas de el tibio aire que salio de mi para convertirlo en un soplido mas de viento.

—Creame, he confiado en muchas personas a la primera, las cuales saben una parte de mi pasado, no me molesta, no por ofender, pero usted seria uno mas o uno menos, al cual le interese mi pasado, mi sufrir.–Entonces mi mirada se cruzo con la de el que no dejaba de verme, por alguna razon senti como mi corazon palpito mas rapido de lo normal subiendo una corriendte de sangre por mi cuerpo hasta llegar a mis mejiilas poniendo al descubierto el sonrojo de estas. Solia sostener las miradas mas penetrantes o fieraz pero no las que me hacian sonrojar esas no me permitian mantener la mirada en alto.

Acto seguido mi cabeza y mi mirada bajaron, yo avergonzada por ser tan debil ante ese tipo de miradas. Me hacia ver vulnerable cosa que no era no cuando apenas conosco a alguien, solo con una persona dejaba que mis mejillas se vieran a todo su rojizo explendor, solo con el.

—No me arrepiento de lo que vivi, de alguna manera me hizo mas fuerte–Aun con mi cabeza viendo mi vestido–Y de no ser asi, no hubiera conocido a personas especiales para mi, que me dan una nueva perspectiva de la vida.

por Invitado Miér Ago 18, 2010 5:22 pm

Con aquel comentario que le concedió sobre que no podía cambiar lo que era tuvo como entendido que aquella bella cortesana no gustaba de la vida que estaba viviendo. Sí Charles pudiera "cambiarlo" todo lo haría innumerables veces, pero su habilidad no servía más que para hacer olvidar. Observó el gélido suspiro que casi se materializó en aquella noche otoñal y que vagó durante unos segundos delante de la vista del vampiro para luego desaparecer en la expesura de la noche.

-No me ofende mademoiselle.- dijo con aquel porte tan clasicista que siempre llevaba consigo.

Su persistente mirada pareció incomodarla, observando el rubor tan vivo que aparecía en sus mejillas y que por verguenza terminó por esconder cabizbaja, observando su vestido. Charles no apartó su vista, sino que como filántropo que era, observó los humanos movimientos que Megan le otorgaba.

Escuchó aquellas palabras que le sacaron una tranquila sonrisa en su pálido rostro.

-Veo que el optimismo no se pierde nunca.- comentó feliz por aquella reacción final de ella. - Eso es lo importante en la vida, seguir encontrando aquello por lo que luchar.- él era experto en aquello, durante casi setecientos años lo había hecho.

por **Margarett Doiteville** Vie Ago 20, 2010 1:13 am

Seguia sintiendo su mirada, creia que mis mejillas ya estaban menos coloradas que hace unos instantes, asiesque, mis manos se agarraron fuerte de la tela de mi vestido y ze mi cabeza enseguida mis ojos encontrando los suyos sosteniendole la mirada sin importarme mucho si aeguia o no sonrojada, eso ya era lo de menos.

-Si, el optimismo.. ¿Sabe? No es que yo lo tuviera siempre, nacio en mi hace poco tiempo.. Es algo que no me esperaba, de echo, yo... yo era una persona muy diferente a lo que hoy tiene ante usted, pero bueno, nose porque me dedico a decirle estas cosas que lo mas seguro encuentra aburrido, despues de todo soy su perfecta extraña y usted el mio.

Sus ojos eran profundos pero no, nada expresivos, o podia ver lo que queria al parecer el estaba como aprendiendo una leccion nueva que el profesor daba de mucha importancia, pero a mi venian preguntas, que pronto responderia.

-Perdone mi indiscrecion pero no aguanto la curiosidad que me orilla a preguntarle lo siguiente... Nose no me lo tome a mal pero ¿Usted es normal? Me refiero.. No quiero que pienze que estoy loca pero bueno, la verdad no me importa lo que pience pero bueno...¿Es usted parte de mi realidad, alcanze, etc?..¿Humano?

Si, le habia dado muchas vueltas al asunto sobre el tema pero me ponia nerviosa hablar sobre eso sabiendo que no estaba rodeada de gente "normal", y me aterraba la idea de toparme con uno mas de las dos especies que ya habia conocido, me daba miedo imaginarlo pero cuando estaba ante ellos me armaba de valor, hasta podria decir que era una atrevida y provocativa.

por Invitado Vie Ago 20, 2010 2:28 pm

Le importaba poco el sonrojo que experimentaba Megan, para él era otra de las maravillas de la vida, que había escapado de sus manos hacía ya más de seiscientos siglos, cuando su creador le había dado el frofundo y arrebatador abrazo.

Escuchó la historia de ella y cómo había adquirido con los años aquella sensación de optimismo. No pudo evitar alzar una mano cuando ella se disculpó por hablar de algo que pensaba no tenía importancia para el vampiro.

-Mademoiselle, aquel que desperdicia la historia de una persona entonces es que es demasiado ignorante o por contrario, arrogante.- comentó con sutilieza, sin perder la educación que siempre llevaba consigo.

Escuchó su pregunta con total tranquilidad para luego quedar un momento pensativo, no sabía si era muy bueno comentar sobre su naturaleza a una mujer, que, aunque a primera vista de su agrado, podía quizás echar a perder su reputación en París.

-Mademoiselle, actuamente soy más humano que muchos de los humanos que pueblan la tierra.- dejó entrever, tampoco deseoso de mostrar la realidad con tal fuerza.

por **Margarett Doiteville** Dom Ago 22, 2010 9:51 pm

Asenti ante la respuesta, era educado, todo un caballero. Pero, queria ver que escondia su mascara, todos teniamos una, y el la tenia grande y dificil de quitar pero uno de mis mejores pasatiempos o mas bien a lo que me dedicaba cuando apenas conocia a una persona era quitarsela, cueste lo que cueste. Aun no tenia mis limites para averiguarlo.

—¿Que lo hace mas humano que cualquiera aqui?—Le sostuve la mirada, que no parecia cambiar de serenidad y tranquilidad por mas preguntas que yo dara.

—¿Porque piensa asi?¿O que lo hace serlo?..Perdone mi indiscrecion pero soy una persona muy curiosa y hasta no obtener las respuestas que quiero no paro hasta conseguirlas sin importarme el costo, caballero—Si, talvez atrevida pero no tenia otra cosa mas que mi sinceridad y la forma directa en que algunas veces solia decir las cosas sin ponerme a pensar en el "Que diran"—Ya se, debe de pensar que son cosas que a mi no me incumben, pero como ya le dije, no soporto no saber las cosas.–Media sonrisa se dibujo en mi rostro mas parecida a una mueca.

Tenia que decir algunas cosas como eran, si ya habia perdido bastante siendo lo que era ya no tenia nada que perder, siendo sincera y directa en unas cuantas situaciones, no era algo para salvar mi reputacion o algo por el estilo sino, simplemente una costumbre que ya era parte de mi.

por Invitado Vie Ago 27, 2010 6:56 pm

¿Qué lo hace más humano que cualquiera aquí? aquello resonó en su mente con fuerza, podía sentir los siglos pasados, el tiempo siendo algo diferente a un humano, siendo considerado bestia cuando sabía que tenía más humanidad que muchos de los humanos que siquiera se preocupaban por nada.

Escuchó las preguntas de ella, le gustaba que fuera así de inquisitiva, demostraba que Megan era una persona que sabía controlar muy bien las situaciones y decía mucho de sí. Aquella mujer de alguna manera lo encandilaba por su modo de ser, era un modus operandi muy atractivo para Charles sin dejar atrás su atractivo físico.

-Mademoiselle, la mayoría de las personas hoy en día no son más que superficie, actualmente todo es imagen, si te ven cerca de un rey o un noble ya te pueden proclamar alguien importante.- explicó tranquilo, clavando su mirada en ella. -De donde yo vengo tu esfuerzo y tus acciones eran las que intervenían en tu status, no era todo hipocresía.- continuó finalmente.

-Y no importa Megan, realmente considero sana la curiosidad.- admitió mientras asentía lentamente. - Pero créeme cuando te digo, que tardarás mucho en saber por mis labios lo qué realmente soy.- evidente, no mostraba su naturaleza a toda la gente, sólo a sus más allegados.

por **Margarett Doiteville** Miér Sep 01, 2010 8:39 pm

–Por desgracia ahora,es asi como las cosas funcionan, bueno esos son algunos pensamientos o nose, es dependiendo de cada quien, no hay que dejarnos llevar por las aparencias, por muy bien pintadas que esten estas son muy engañadoras, eso es lo ineresante de indagar en las fachas mejor hechas que en las mas obvias.–Y con eso me referia a el, yo queria saber mas, no queria que solo me cambiara de temas yo queria respuestas y directas.

Mi mirada estaba igual de fija que la de el, y eso hablaba bien de el, me daba una buena señal de que no daba a flaquear tan facil.–¿Sabe?..–Incline un poco la cabeza y despues regrese a mi postura anterior.–Amo los retos, y mas los que me aporta mi amada curiosidad asiesque, tambien crame cuando le digo que sabre lo que es, quiera o no quiera.–La platica hacia que la distancia entre nosotrs fuera mas y mas corta. Estando sentados en el cesped, en un intento mio inconsciente de acercarme aun mas a su rostro, mi vestido se atoro con una rama, intentando safarme, cortando el buen contacto visual y tirando para que soltase la rama el pedazo de tela, de golpe este aranco un poco de mi vestido y me hizo caer encima de el señor Charles....

por Invitado Miér Sep 08, 2010 3:45 pm

-Veo que su curiosidad no radica tan rápidamente como imaginaba mademoiselle.- informó con su voz varonil y tranquila sin dejar de observarla a los ojos, educado en todo momento. - Me gusta su forma de racionalizar, sus verdades no son superficiales, tienen una gran carga dentro de ellas.- quizás ahora estaba hablando en un tono demasiado empalagoso y educado, pero la situación según el lo requería.

Escuchó su pequeña "declaración de guerra" informándole de que no desistiría en saber sobre Charles y lo que le hacía diferente de los mortales y no pudo evitar sonreír con cierta altanería, sintiendo la proximidad entre ellos cada vez más presente.

Sintiendo un pequeño acercamiento de ella pudo observar cómo acababa por cortar el contacto visual, intentando escapar de algo que la tenía atrapada y pudo observar Charles que se trataba de una rama en la que había quedado atrapado el vestido que tan bien llevaba Megan.

Iba a levantarse para ayudarle cuando ella cayó sobre él. No pudo evitar reír con tranquilidad ante la situación aquella. -Parece ser que tendrá que arreglar su vestido, mademoiselle Doiteville.- informó cortés, sosteniéndola entre sus brazos, más próximo aún a ella, sintiendo el latido de su corazón con firmeza, más no con desesperación, ya se había alimentado anteriormente. No pudo evitar devolver su vista a ella, quedando algo hipnotizado por aquella humana que parecía comprenderlo bien de alguna manera.

Sabía que no debía perder la compostura pero no pudo evitar acercar su rostro más aún al de ella y besarla con lentitud, sin atadura alguna.

por **Margarett Doiteville** Miér Sep 15, 2010 9:02 pm

Entonces la distancia entre nuestros cuerpos era minima, todo cambio en cuestion de segundos, despues de su recomendacion para mi vestido, nuestros rostros que estaban tan proximos en ese instante, nos daba la capacidad de poder aspirar nuestro aroma que salia de nuestros labios, que estaban abierto a causa de la repentina posicion que nos habia dejado o al menos a mi sin aliento.

Un movimiento de su parte cambio todo, o acompleto lo que pasaba, una parte de mi lo esperaba y estaba orgullosa de poder conseguir entrelazar sus labios con los de el pero la otra parte de mi y la que estaba por debajo de la otra me decia que, me alejara, pero sabia que la otra queria quedarse ahi saboreando sus labios tan delgados a comparacion de los mios. Algo tenia presente los besos son la puerta del alma, los ojos eran la recepcion y el corazon tu estancia para siempre.

No puse ninguna oposicion a su beso, al contrario lo segui por un par de segundos, para despues regresar en mi, de un gran golpe senti como todo lo que habia pasado en esos pequeños instantes no era nada, yo era una cortesana, coloque mis manos sobre sus hombros para poder empujarlo, y con este movimiento el se alejara de mi lentamente.

—Disculpeme..–Por un momento pense y no dude en volver a juntar mis labios con los de el, pero la noche aun era larga, porque apresurarme a una tonteria o un buen momento. Pero, no, no pude regresar mis labios a los suyos, no sin su aprovacion, no queria que fuera asi. Intente ponerme de pie pero no podia, otra rama se habia incrustado en mi abrigo deteniendome, ¡¿Que era esto, de que se trataba, desvestirme o eran señales?!–Vaya torpe que soy, lo siento señor–Mis intentos por safarme eran algo fuertes pero no tan bruscos, lo cual provocaba roces entre nosotros, unos roces que eran placenteros por una parte, pero, no estaban bien. Desvie mi mirada varias veces a causa de los mismos, que por el esfuerzo me sacaban algunos gemidos, de pelea con la raiz que sobre salia de un arbol. Entonces, me quede sin palabras, y solo con deseos de sus labios nuevamente.

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