El piélago bajo la luna de plata (Libre)

por **Sienna Pierce** Dom Abr 17, 2011 11:49 am

Aquella noche en la que las estrellas no temían alardear sobre su blanco brillo alrededor de la luna esplendente; aquella en la que el denso aliento del mar se esparcía por todo el puerto, haciendo a todos sus visitantes adoptar melancólicas expresiones en sus rostros y a sus ojos involuntariamente aguar, Sienna se fue haciendo camino a paso moderado por entre la gente, que, para su desgracia, era demasiada. Y no sabía realmente por qué, ni cómo había llegado a estar en aquella situación, en la que todo parecía desmoronarse. En la que todo el mundo parecía venirse abajo, pero era ella la única responsable de cargar con las consecuencias. ¿Acaso no había aprendido nada? ¿Habían sido todos esos 120 años en vano? Y estaba consciente de que no era la vampiresa más antigua, ni mucho menos la más sabia, pero si había algo que el tiempo le había enseñado, era que la depresión es un estado de auto-derrota inconsciente, patético y eminentemente voluntario. No le gustaba creer que fuese un estado que no se podía controlar, como había visto en varias ocasiones pasadas. No le gustaba tener aquella lamentable expresión en su rostro, como si se creyese un alma en pena; como si quisiera dar lástima, así, de gratis. Como si no hubiese vivido lo suficiente como para saber que las personas que se auto-diagnostican como "depresivas" y pretenden con sus acciones aparentar ser seres humildes, sumidos en crisis intelectuales, existenciales y filosóficas, son los seres más simples y aburridos con los que Sienna se podía haber topado jamás. Tenía muchísimo tiempo estudiando el comportamiento de los humanos, y éstos que presumían actitudes de profundos vacíos del alma y encrucijadas de que "el corazón hace caso omiso a lo que le indica la razón" eran los más insípidos y poco interesantes para ella.

Aún así; aún conociendo todo lo que en ese momento pasaba por su cabeza, Sienna no entendía su crisis nocturna en ese momento. -Tal vez lo único que me hacía falta era reunirme de nuevo con el mar...- pensó ella, abriendo paso a la húmeda y perfumada esencia del piélago por su nariz. Sintió una cálida sensación en sus mejillas, como si realmente se estuviese sonrojando. Sabía que era una sensación imaginaria, pero disfrutaba de vez en cuando esas jugarretas que le hacía su mente cuando muy dentro de sí, Sienna extrañaba ciertos momentos de su vida humana.

Y así continuó, vagando por entre la gente, sin demasiada hambre (aunque no se hubiese alimentado desde la noche anterior), sin demasiadas ganas de seguir en realidad. Paseaba sus botines negros de tacón alto como si estuviese poseída por el demonio de la soledad y el aburrimiento. Anheló más que nunca a ese alguien que se quedase con ella por más de unos cuantos meses; por más de unas simples horas. Y contemplaba el mar: su fiel amigo, para luego elevar su mirada hacia la luna de plata, arrastrando inconsciente su nuevo vestido color esmeralda por los húmedos suelos del puerto, esperando a que algo, o alguien, ocupase su atención.

por Invitado Dom Abr 17, 2011 4:29 pm

Si no fuera por que eran objetos valiosos para mi no me hubiera dignado a salir de mi hogar al menos esta noche pero aquel refrán de "si quieres que las cosas salgan bien hazlas por ti misma" me pesaba en la conciencia.-solo por eso y nada mas...-aquel susurro salia de mis labios una y otra vez mientras avanzaba de vuelta haciéndole el quite a la gente.

Que noche tan desagradable era esta..¿acaso podía empeorar?

El bullicio de los mercantes, los carruajes y los hombres gritando realmente me sacaba de mis cabales..hasta había niños corriendo por el lugar!..¿que faltaba para coronar la noche? quizás.. algún conocido desagradable o tal vez la presencia de mi hermano..como fuera el caso no estaba de ánimos y una situación mas gatillaria mi incomodidad a nivel extremos pero como era de esperarse algo ocurría nuevamente para mi sorpresa. A la distancia una alma en pena que destilaba una melancolía casi nauseabunda avanza con paso mortecino por la rivera principal era como ver un alma salida del mismo tártaro...era..un igual a mi?...mon dieu!

Como era posible que se expusiera de semejante manera, ¿acaso el concepto de sobre resguardar nuestra existencia no era familiar para ella? o su intención era revelarse en un lugar como este?.-Por siglos hemos protegido nuestra presencia en este mundo..por siglos nos hemos revelado a quienes son dignos de nosotros...tu estas a punto de acabar con todo eso..-con fuerza resonaban aquellas palabras en mi mente y ahora también en la de ella..

por **Sienna Pierce** Dom Abr 17, 2011 4:55 pm

Mientras Sienna continuaba con aquel desagradable aspecto que parecía casi moribundo y que inevitablemente llamaba la atención (aunque no demasiado, para su fortuna. Por lo menos había personas que seguían interesadas en sus propios asuntos), sintió cómo su cuerpo advirtió el peligro de alguna manera. Una sensación que no había sentido en años, y que muy pocas veces había tenido el infortunio de experimentar. Una voz ajena a cualquier voz que había escuchado antes; sí, una voz completamente extraña y retadora se había introducido en su cabeza sin previo aviso. Trató de concentrarse en lo que aquella voz desconocida estaba tratando de decirle. Sabía que era un igual, y podía sentir su presencia cerca de ella.

"Por siglos hemos protegido nuestra presencia en este mundo..por siglos nos hemos revelado a quienes son dignos de nosotros...tu estas a punto de acabar con todo eso..", era lo que había escuchado Sienna en su cabeza. Por lo que disimuladamente y con la mirada preparada para agazaparse en su corruptora de pensamientos, volvió su cabeza hacia atrás. Allí fue cuando sus ojos se detuvieron en una figura que sabía pertenecía a una vampiresa mucho más antigua que ella. Se sintió ofendida, aunque también un tanto avergonzada por lo que le había transmitido la vampiresa desconocida, y se hizo paso entre la gente hasta alcanzarla. La miró directamente a los ojos, pero con un gesto de respeto más que de molestia por lo sucedido, arrastrando ahora con delicadeza su aún no arruinado vestido esmeralda.

-Buenas noches. Mi nombre es Sienna Pierce, madame. ¿Usted es? -se presentó y le preguntó a aquella mujer de aspecto imponente, esperando conocer a aquella vampiresa que, al parecer, se había sentido ofendida por su reciente comportamiento.

por Invitado Sáb Mayo 14, 2011 6:30 pm

-A simple vista alguien con mayor recato que usted señorita Pierce.- mi voz pesada dejaba en claro que aquella actitud aparte de ser impertinente era de consecuencias serias.-Si quiere llamar la atención le sugiero que se vaya a un burdel o mejor aun a cualquier callejón de esta ciudad..cualquier lugar donde su exposición no nos traiga consecuencias al resto de nosotros que hacemos lo posible para pasar desapercibidos.- poco importaba en esos momentos que fuera una igual de mayor o menor antigüedad su actuar era reprochable por donde se le mirase.

Me separé de ella así sin mas y continué mi paso mientras la gente seguía su apresurada marcha y a unos cuantos metros de diferencia mi detuve y la volví a mirar: Si no quiere morir o peor aun ser la carne de algún licantropo de la zona le recomiendo que para su bien..no vuelva a repetir algo como esto y menos aun en territorio de algún miembro del consejo a diferencia mía ...ellos no le darán un advertencia.- me di vuelta y seguí mi paso como si nada hubiese pasado pero en el fondo mi mente recordaba de mala gana aquella escena de años atrás uno igual a mi había sido sacrificado para mantener nuestra existencia a salvo..rapido y doloroso..así se podria describir la forma en que aquel vampiro murio..los del consejo no tuvieron piedad alguna...desconocen completamente el significado de esa palabras.

Algo similar a un escalofrió recorrió mi cuerpo..

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