Rosa Azteca [Zainhé]

Nombre del Personaje
Zainhé

Edad
22

Especie
Gitana

Tipo y Clase Social
Clase Baja

Orientación Sexual
Heterosexual

Lugar de Origen
El nuevo mundo-México

Habilidad/Poder
- Adivinación de futuro: Habilidad para conocer hechos aun antes de que ocurran mediante la lectura de cartas, lectura de manos, etc.
- Percepción de poder: Habilidad para sentir y reconocer poderes superhumanos.
- Control de aura: Habilidad que consiste en poder usar la propia Aura para potenciarse a sí mismo o utilizarla como arma o poder

Descripción Física

Posee una de las miradas más profundas, sus ojos son un par de ónix negros que transportan a un universo alterno, en donde se olvida la inmundicia de la vida, de esta tierra. Fácilmente se puede sumergir en ese océano de paz, de armonía que ella despierta con tan solo una mirada. Sus labios, al conjurar aquella sonrisa celestial, se curvan de tal forma que sus blancos y perfectos dientes se confunden con la carcajada nocturna de la luna creciente. Su cuerpo es el sendero que cualquier hombre quisiera recorrer, pero que a ninguno le tocará transitar si Zainhé no lo desea. Su piel aceitunada, su cabello negro, hacen de su belleza un misterio a descubrir, un enigma que siempre está allí, latiendo con cierto toque de histeria y descomunal encanto.

¿Simples palabras talladas en un lienzo, pueden develar la conciencia de un individuo?
El crepúsculo, una noche estrellada, el sonido de las olas en el mar, la lírica de Orfeo en el inframundo, el cantar de la luna obscura. Si se juntasen todos los momentos y maravillas conocidos por el hombre, quizá podrían ayudar a describir sus las formas en el carácter de Zainhé. Es una mujer que disfruta de la belleza, tanto física como mental. Un buen poema, una sonrisa, una bella caricia, cualquier cosa por muy insignificante que parezca, ella le prestará atención y marcará la diferencia. Siempre logra destacarse entre las demás, quizá sea su ingenuidad, tal vez esa inocencia reprimida que le ha arrastrado a ser una chica tímida; no importa lo que fuere, llamará tu atención. Le es inevitable, despertar en los demás un sentimiento innecesario por protegerla, por cuidarla, su debilidad solo es aparente, pues tras esa mirada de ternura que suele regalar a cualquiera que se digne a mirarle fijamente a los ojos, se esconde una realidad bastante obscura. Se cree que el amor puede ser una causa razonable por la cual un corazón puede flagelar contra el enemigo, pero en Zainhé no es así, pues ella utiliza este “órgano inservible”, ese “sentimentalismo idiota”, para fortalecer su poder y mantenerse a la cabeza de una batalla, dándole la oportunidad de ganar la guerra. En sus creencias, sabe que si llegase a sentir desprecio por alguien, es debido a la importancia que ella misma le da al individuo que no debería ser nombrado en su vida, es por esta misma razón que una de sus frases es “Yo no te odio, mi naturaleza no me lo permite”. Le gusta soñar y muy a menudo lo hace despierta, disfruta de pintar con sus dedos líneas imaginarias sobre el aire que para ella no son más que trazos mágicos que algún día atraparan a alguien especial. Suele ser bastante sobre protectora con las personas que ama y no solo con humanos lo es, pues Zainhé, daría la vida por su pantera y viceversa. Sí, parece ser una chica que no esconde nada más que una sonrisa amable para los demás, pero si en dado caso se quisieran propasar de ella, abusar de su confianza o hacerle algún mal, es preferible que se piense dos veces, no tiene motivos para odiar, eso está claro, pero eso no deja de lado el que luchará para defenderse contra cualquier enemigo. Es una chica muy tenaz, capaz, valiente y disfruta de la aventura hasta quedar exhausta, quizá por ello es una de las que se encarga de robar en el mercado para alimentar a los más jóvenes y más viejos de su manada, esto siempre y cuando los víveres en general se hayan agotado. Los gitanos nunca se dejan solos, son una familia y la lealtad es uno de los valores mejor marcados en ellos, cosa que a la indígena se le ha grabado en la mente desde siempre, así que no se tiene motivo alguno para esperar de ella alguna traición, porque simplemente no la hará, pero esto tiene que ser recíproco. No busca el dinero para su bienestar, le es indiferente la raza, el nivel social… Ha tenido suficiente como para ponerse a juzgar algo que no le corresponde y algo que no se sabe bajo la primera impresión. No juzga por lo que se es, a ella le importa más el ¿Quién se es?

¿Qué hace un indígena en las calles parisinas?
Para conocer la respuesta se necesita retroceder dos años atrás de la época actual.

Las faldas de la muchacha se movían de un lado a otro al mismo tiempo en que sus pies se desesperaban ir cada vez más rápido. Sus cabellos color azabache, ondeaban a lo largo de su espalda de la misma manera en que el agua de una cascada se precipita al vacío. Las huellas que dejaba a tras sus andanzas pintaban en la tierra sus pequeños pies desnudos de todo calzado. Su madre la educo para seguir las tradiciones de sus ancestros, esos ancestros que reparan en la antigua ciudad de Tenochtitlán. Sí, esa mujercita que corría al lado del muelle, era una de los descendientes de los Aztecas, su madre siempre la llamó princesa Azteca, fue esa misma razón por la cual fue criada en un ambiente lleno de misticismo como la cultura misma. La magia le rodeaba cada noche, día tras día, sin importar que a las afueras la guerra contra la corona Española se estuviese iniciando, ignorando las conspiraciones que en su propio País se ejecutaban para liberarse del Virreinato y así romper con toda cadena que les atara a una realidad llena de opresiones, nada de esto le importaba, ni a Zainhé, ni a su familia en realidad, pero ¿Por qué esta corriendo? Simple, quería alcanzar a su mascota y compañera “Niebla” un pequeño cachorro de pantera negra que, jugueteando entre la gente del muelle, no fijaba su mirada en lo absoluto en el camino por el cual transitaba. Su dueña preocupada por el animalejo le persigue de cerca sin percatarse que ese felino le metería en problemas de tamaño catastrófico.

El gatillo se introdujo en una de las embarcaciones con destino a España, todo estaba listo, no había más preparativos que hacer, solo hacía falta a señal del capitán para que el navío comenzara a navegar entre las olas del océano. Zainhé sin temer lo que le pudiese pasar a ella pero sí a Niebla, va tras la pantera, sin sospechar que el tras el brinco que dio para caer en el atrio del barco, este iniciaría su viaje sin retorno hasta el viejo continente. A la pobre infeliz no le quedo de otra más que ocultarse en una de las mazmorras que la propia embarcación poseía. No pasó mucho tiempo antes de que fuese descubierta por el maullar de su mascota. Tanto el capitán como la tripulación, pidieron a gritos la justicia contra el polizón que descubrieron, para la desgracia de Zainhé, ella ya era toda una mujer de belleza envidiable y aún cuando la suciedad cubría su rostro y sus ropas eran la viva representación de la humildad, no se podía negar que su cuerpo despertaba el morbo en los hombres que le veían y desnudaban con la mirada. Refugiada en un rincón, en la más obscura de las esquinas, imploro piedad pero no fue escuchada. Los hombres quisieron atacarle, ella bien pudo haberse defendido con la hechicería que heredo de sus ancestros, todo lo que le había enseñado su madre. “oh, mamá perdóname…” Pensó para si misma, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, pues no tenía intenciones de herir a esos hombres, lamentablemente estos no se detendrían por el hecho de ver a una niña llorar. La pobre no supo que hacer, como reaccionar y aquel poder que encierra dentro de su “frágil” cuerpo estalló, al igual que la nebulosa en la creación del universo. Dejó aturdidos a los varones, cogió al felino entre sus brazos y corrió por la embarcación en la búsqueda de una salida, un escape a su realidad.

La tierra que piso (porque el barco había arribado a su destino en ese instante), fue desconocida para ella, las construcciones, los colores, los atavíos, todo era diferente… El temor emergió desde lo más profundo de su corazón, era una niña perdida en una gran tierra ¿Cómo se supone que debía sentirse? La relatividad de su fuerza se vio resumida a un alarido de pavor emitido por sus labios, sin otra cosa mejor que se le ocurriera, se introduce entre las calles, los callejones y se pierde en la inmensidad de la ciudad. Se mantuvo allí durante los siguientes seis meses en donde rápidamente aprendió las costumbres que le rodeaban. Al provenir de una familia de indígenas, ella no tenía la más mínima idea de la aristocracia, aunque había escuchado hablar de ella, aunque en México también se disputaban los mejores puestos dentro de la sociedad, nunca fue algo que le llamo la atención hasta que llego a España. Con una inteligencia envidiable se adapto rápidamente a las costumbres que este país le guardaba, después de todo ese imperio no era tan diferente del cual era descendiente, los más poderosos sacrificaban a los débiles, cierto es que, la cultura Azteca aplacba la furia de sus Dioses con la sangre, bien pues la sociedad de Europa, saciaba la sed de sangre de sus reyes con la muerte de los esclavos. ¿Alguna diferencia? Ella no encontró ninguna. Con la compañía de Niebla, sus días no se hicieron tan aburridos, pero extrañaba el calor de su hogar, solo una vez pudo hacer un conjuro en el agua para ver a su familia, se despidió de ellos e inicio un nuevo viaje.

En una pequeña carreta en la cual viajaban personajes pintorescos, se escabullo, se confundió entre ellos fingiendo ser una gitana más. Ellos siempre se encontraban en constante movimiento, nómadas que pisaban tierras desconocidas, siempre en familia, siempre unidos. Así llego a su nuevo destino, Paris. Su pequeño cachorro de pantera, se había convertido en un gran felino, su pelaje negro se confundía con el manto nocturno que los sorprendía por las noches, acompañándola a cada instante, defendiéndola de todos, Niebla no fue un gato común en la manada de gitanos, fue par ellos como uno de los suyos, una deidad protectora a la cual veneraban. Juntas, se volvieron parte de aquellos individuos que les abrieron sus puertas sin ninguna especie de juicio, ella conto su historia y ellos compartieron el paganismo con Zainhé, ahora es uno de ellos visitando temporalmente el tan aclamado Paris, ciudad de derroches, de pecados, de amores… de sorpresas ¿Cuál de estas le tocará vivir a la pobrecilla?

Datos Extras
-Es una gitana pero tiene conocimientos en la hechicería gracias a su madre, aunque jamás se podría comparar con el poder de una bruja–
-Los gitanos le enseñaron sus costumbres, tanto que sabe bailar como sus bailarinas y cantar como sus músicos-
-De su cuello cuelga una piedra semipreciosa llamada ónix-
-La libélula al igual que los felinos, son por mucho sus animales favoritos-
-Suele dedicarle prosas sin sentido a la noche, de la cual es una fanática empedernida-
-Aún no olvida sus raíces, ni quién es-