¿Encuentro planeado? (Dorian Windsor)

Querido Diario:

Este es el principio de una gran historia. Ya tenía un diario en París pero creí que era mejor empezar uno nuevo. Me encuentro en Londres, concretamente en la Catedral. ¿Qué puede hacer alguien como yo en Londres? Pues sigo las órdenes de mi padre adoptivo, Lucian Greymark. Tengo una misión que a la larga será sumamente importante para la extinción de los vampiros. Acabo de dejar mis pertenencias en uno de los hoteles más lujoso de la zona y había salido a dar un pequeño paseo.

Empecé por el mercado, no es que fuera a comprar nada pero vi este magnífico cuaderno y no pude evitar darme un caprichito. En él escribiré todo los que me pasa y las cosas que vaya averiguando. Después, comí en un importante restaurante, por recomendación de Lucian que ya había estado allí en más de una ocasión. La verdad es que si Lucian recomienda algo es porque es verdaderamente bueno y esta vez no se equivocaba. La comida estaba exquisita, una de las mejores que había probado. Seguí dando mi largo paseo, hablando con la gente, la cual es muy simpática, y pensando en lo bonito que era el día. Entonces encontré esta catedral, desde mi transformación había dejado de ser católica, pues pensaba que Dios me había castigado por algo que yo había hecho. Sin embargo, la iglesia tenía fama de ser preciosa por lo que no pude evitar entrar y apreciarlo por mí misma. Los rumores eran ciertos. Me quedé con la boca abierta, literalmente, nada más poner un pie dentro en las baldosas de mármol.

Caminé por la gran sala, maravillada por la cantidad de detalles, y me senté en una de las butacas a apreciar mejor la parte delante, donde se encontraba Cristo. Era un lugar bastante tranquilo por lo que decidí comenzar con mi historia en este cuaderno. Mi misión era acercarme al mismísimo Rey de Inglaterra, el cual era vampiro. Acababa de llegar a Londres por lo que aún no sabía qué iba a hacer para que se fijara en mí, ni siquiera sabía dónde se iba a encontrar en varios momentos del día. Tendría que investigarlo. La verdad es que no me hace ninguna gracia tener que provocar un encuentro con un vampiro, pues los odiaba, pero Lucian me había convencido y me dio toda la información que necesitaba, incluyendo documentación falsa. A partir de ahora me llamo Samantha Tucker, ¿crees que me pega? Lucian opina que sí.

En fin, aún me queda mucho trabajo pero por lo menos sé que el Rey suele visitar esta Iglesia. Espero que no haya escogido el día de hoy para hacerlo pues no tengo ganas de verlo tan rápido…

Dejé de escribir cuando oí numerosos ruidos que provenían de fuera de la Catedral. La multitud estaba vitoreando a alguien que se acercaba. Entonces un desagradable olor llegó a mis fosas nasales, un olor que solo los vampiros despedían. “solo un asqueroso vampiro produciría tanto revuelo. Maldición” pensé pensando en lo gafe que había sido al desear que no apareciera por allí. Sonreí mientras me pasaba la mano por la cara y suspirando de forma bastante sonora, provocando que la pareja de humanos que estaba sentada delante de mí se dieran la vuelta para mandarme a callar. Hice un gesto de disculpa y volvieron a su posición original.

Tenía segundos para pensar en lo que debía hacer. Mientras pensaba en las miles de posibilidades, me alisé el vestido amarillo que llevaba puesto en esos momentos y me levanté como si hubiera decidido que era la hora de marcharse. Adopté mi nuevo nombre a pesar de que no pensaba actuar de forma diferente a como soy en realidad, aun así, ahora era Samantha Tucker. “piensa Erin, piensa” me dije a mi misma rebanándome los sesos intentando de dar con un plan. No me resultó muy difícil planear nuestro encuentro, pues en esos momentos iba a ocurrir sí o sí. Ya no había vuelta atrás.

Se oyeron guardias gritando: “¡dejen paso al Rey! “La verdad es que estaba sorprendida de lo mucho que lo quería la gente. Una sombra apareció en la entrada de la catedral, una sombra custodiada por 10 o más soldados, a pesar de no necesitar ninguno. Como tenía la mirada baja, disimulé que no me había percatado de su presencia y seguí caminando con la esperanza de chocar con él o con alguno de los de su escolta. Y efectivamente, choqué con enorme cuerpo musculoso cubierto por una coraza. –lo siento –dije levantando la mirada. Era uno de los soldados y justo detrás estaba él, Dorian Windsor, Rey de Inglaterra. Lo miré durante unos segundos mientras el hombre me cogía al vuelo y me apartaba de su camino. Mi mirada era dura y hostil, si no fuera vampiro me habría agradado mucho pasar una noche con él, pero el hecho de ser lo que es me provocaba retortijones y ganas de vomitar. Lo observaba con tanto odio que estaba segura de que no iba a pasar desapercibida “fíjate en mí, Dorian. No te arrepentirás” pensé sonriendo para mis adentros.

No sucedió cómo había planeado. Una vez que me apartaran del camino del Rey. Dorian siguió caminando hacia la parte posterior de la catedral con un cofre en la mano “Donativos” pensé. Sin embargo, estaba molesta por el hecho de que no se había fijado en mí o a menos que yo no me hubiera dado cuenta. Lucian se había equivocado con Dorian, no es predecible. Todos mis planes destrozados cuando el Rey no me dirigió ni una mirada. Tendría que pensar algo enseguida antes de volver a cruzarme con él.

Los guardias comenzaron a desalojar toda la catedral, quizás porque Dorian querría un momento a solas para rezar. Sonreí, pues la idea de ver a un vampiro rezando y más siendo un vampiro como él, era algo digno de ver. Sin embargo, decidí que este no sería el momento de charlar pues aún no había pensado en un nuevo plan. De esta manera, comencé a caminar hacia la salida sin necesidad de que los soldados me echaran como un perro sucio que entra en una casa. El olor a vampiro fluía en el aire, por lo que arrugué el rostro e intenté aguantar la respiración, por lo menos hasta que saliera de ahí.

Por extrañas razones, uno de los guardias, vestido de forma diferente al resto por lo que deduje que tenía otro rango superior, se puso en mi camino. Levanté la vista, era el mismo que me había cogido en peso como si tuviera el peso de una pluma, y me había apartado del camino del Rey. No sabía por qué pero ese hombre ya me caía mal “seguro que tiene algo que ver con mi mala suerte” pensé mirándolo con odio. Éste sonrió como si hubiera estado esperando esa reacción, pero no se movió de donde estaba. Cuando traté de esquivarlo, dando un paso a la izquierda, éste dio otro paso y volvió a colocarse delante de mí e impidiendo que me marchara. “¿esto es una broma?” pensé mirándolo con más odio aún. Tras varios intentos de esquivarlo (aunque podría hacerlo fácilmente con una de mis habilidades, pero no iba a descubrirme tan fácilmente) me paré delante de semejante hombretón, con los brazos en jarra y le sonreí como si me estuviera gastando una broma. –¿se puede saber qué haces? –le dije con un tono arrogante.

El hombre ni me respondió, simplemente se limitó a sonreír como si lo encontrara divertido. Entonces el olor a vampiro aumentó descaradamente, produciendo que casi me dieran ganas de vomitar. Me di la vuelta, sintiendo una presencia detrás de mí. Y entonces lo vi. Dorian Windsor, estaba de pie delante de mí y mirándome directamente a los ojos “me han pillado desprevenida” pensé observándole entre asustada y sorprendida. Sus palabras sonaron amables aunque yo notaba que estaba un poco en tensión, como si esperara que yo le saltara al cuello o algo parecido. Sin embargo, me quedé quieta como si estuviera petrificada y mi cuerpo no me respondiese. Debía pensar en algo, “pero si tardo en contestar pensará que estoy indefensa, tal y como estoy, en realidad” pensé mientras juntaba los pies y, agarrándome el vestido, le dediqué una ceremoniosa reverencia.

Había reaccionado sin saber y pensé que tal vez si siguiera mi instinto podría llegar a mi objetivo y el de Lucian. –Majestad –dije en voz baja aunque supe que él me había oído perfectamente. Bajé la mirada para cortar nuestro encuentro visual. Estaba totalmente nerviosa y tenía un poco de miedo, y por mucho que pudiera decirme que no tuviera miedo, no sería capaz de hacerme caso a mí misma. “¿debo presentarme? ¿qué debo hacer?” pensé confusa.

Levanté un poco la mirada y volví a cruzarme con sus ojos. Eran de un color azul intenso que hipnotizaría a cualquier mujer que no supiera lo que se esconde debajo de ellos. Era bastante hermoso, debía reconocerlo, pero no podía olvidar aquel maldito olor que desprendía. Intenté adoptar una postura relajada pero sentía tanto odio por esa persona que la única expresión que mi rostro podía poner era con el ceño fruncido y con una mirada matadora. Sabía que no estaba bien pero yo no era ninguna debilucha y quería que él lo supiese, pues estaba completamente segura de que Dorian ya se había percatado de lo que era, si es que me había estado esperando de verdad. “Recuerda, eres Samantha Tucker” pensé antes de poner la espalda erguida y de devolverle la mirada con gesto serio y lleno de un odio que intentaba contener.

Off: perdona si lo ves un poco extraño, no tengo mucha inspiración con tanto estrés

Observé en silencio como Dorian daba órdenes a sus guardias de que re retiraran y dejaran algo de intimidad entre nosotros. Si no fuésemos especies distintas y enemigos, me alegraría de tal intimidad. Su belleza era inigualable y yo aún estaba intentando disimular mi admiración. Su media sonrisa hice que me ruborizara, pues estaba segura de que había notado mi esfuerzo al representar mi papel. No quería mantener ningún contacto visual con aquel hombre, por miedo de quedarme mirándolo demasiado tiempo y de caer en sus redes. Era la primera vez que estaba tan cerca de un vampiro desde el accidente con mi padre y éste no se parecía en nada a mi padre, enloquecido por la sangre.

Mientras permanecía con la mirada puesta en otro lado que no fueran sus ojos azules como el hielo y tan atrayentes, noté como los guardias se movían con lentitud y con recelo varios metros atrás, y observando con cautela todos mis movimientos. Cuando estuvimos a sola el Rey y yo, decidí que ya que era hora de ser yo misma, pues era eso principalmente lo que Lucian quería que fuera. Decidí afrontar mis temores y levanté la mirada con gesto travieso y un tanto salvaje. Sus palabras me arrancaron una sonrisa igual de pícara –considéralo cuando un licántropo se encuentra entre la espada y la pared –le dije abandonando la actitud de inferioridad hacia él que había adoptado al principio –aunque tenía entendido que los vampiros eran expertos en ese arte.

Me estaba pasando de la ralla, y mejor de todo es que lo sabía, pero el odio que sentía hacia los vampiros era bastante superior a la de admiración por aquella persona sin alma. Cuando reveló que sabía quién era y mi motivo de viaje, levanté una ceja y sonreí aún más –se lo tiene bien montado, Majestad –dije poniendo cierto toque sarcástico en la última palabra – estoy segura de que merece su puesto –intenté parecer indiferente pero el hecho de lo supiera todo sobre mí y mi viaje me había puesto un tanto nerviosa, tanto que me costaba un poco disimular. Me crucé de brazos, para que no notara el ligero temblor de mi mano.

Aceptando su invitación, decidí seguirlo a lo largo de la catedral, mientras los guardias nos observaban y daban algún que otro paso hacia nosotros con disimulo, como no quisieran que su Rey lo supiese, pero yo sabía que él se había dado cuenta, aunque no era nada relevante en este momento. Caminamos en silencio, durante unos instantes. Cualquiera que nos observase, pensaría que es un paso amistoso donde uno disfrutaba de la compañía del todo, pero ambos sabíamos que no era así, aunque posiblemente, al final de este día, hubiéramos llegado a algún acuerdo que nos hiciese caminar con una sonrisa de complicidad en nuestros rostros.

Cuando hablo, mis ojos se clavaron en los suyos, pues anteriormente estaban admirando las maravillas de aquella catedral londinense. Sonreí y volví a cruzarme de brazos, dispuesta a hablar con un tono normal, como si le contara cualquier cosa sin importancia –simplemente se preguntaba por qué os demoráis tanto en mandar noticias sobre vuestros planes. Para eso me mandó aquí –podría haber mentido pero no lo hice, pues estaba segura de que Dorian, con solo observar mi expresión sabría si miento o no. Sin embargo, decidí no decir más, pues los planes de Lucian eran que me acercara a Dorian y le sacara toda la información posible, pero cuando lo vi por primera vez a los ojos supe que no confiaría en mí ni en un millón de años.

Mis ojos viajaron a través del edificio, hasta que repararon en el hermoso dibujo que cubría la gran cúpula. Maravillada caminé a paso rápido, hasta colocarme debajo de ella y con una sonrisa amable y sin pensar, me giré hacia el vampiro que había dejado atrás –Dyrebare – lo cual significaba ”precioso” en mi idioma natal, el cual solo usaba para expresar mis más fuertes sensaciones y sentimientos.

OFF: No te preocupes por la tardanza, también yo he estado desaparecida debido a los exámenes y te lo aviso, estaré un mes fuera, pero intentaré conectarme siempre que pueda ^^

Me había descubierto. No sé cómo lo había hecho pues toda esta misión se había quedado entre Lucian y yo, o eso pensaba. “hablaré con Lucian sobre ello”. El tema era que ahora me encontraba atrapada entre los guardias del Rey y el vampiro. Tendría que pensar en cómo escapar de allí si las cosas se ponían feas. Sabía que había adoptado una personalidad falsa, con un nombre falso y una vida falsa. Suponía que ya no podía fingir más que no me molestaba estar ante la presencia de un vampiro y tampoco importaba si volvía a ser yo misma. Sin embargo, sabía que algo lo había atraído. Su forma de mi mirarme no era la típica que le lanza un vampiro a su presa. Podría decirse que parecía disfrutar de la situación y de mi presencia. Aunque fue solo un segundo pues volvió a ser el Rey frío que solo está ahí por negocios. Me encogí de hombros aceptando si cambio de actitud.

Después de mi lapsus, en el que dejaba ver mi pasión por las catedrales y hablaba, después de mucho tiempo en danés, Dorian caminó hacia mí rápidamente. Parecía un hombre calmado, que se tomaba la vida con tranquilidad y sin prisas, por lo que di un paso atrás sorprendida ante su velocidad. Cuando agarró mi barbilla para sujetar mi cabeza en alto de forma que no pudiera desviar la mirada, soltó lo que tenía que decir, como si lo hubiera estado guardo en lo más hondo de su ser, esperando ser liberado. Mi corazón, en el momento en el que me tocó, comenzó a latir con fuerza, no solo por el olor que despedía, un olor a ir vampiro mezclado con perfumes humanos, sino también por la cercanía de alguien tan hermoso como él.

Por unos instantes recordé que solo había estado tan cerca de un hombre, en pocas ocasiones, entre ellas cuando estaba con mi amado Yareth. Su recuerdo me puso triste y que mi corazón latiera con más fuerza pero intenté ralentizarlo deseando que Dorian no se hubiera dado cuenta, a pesar de que sabía que se había dado cuenta nada más poner la mano en mi rostro. Podía sentir el rubor de mis mejillas por lo que, cuando me soltó y se alejó unos pasos de mí, bajé la mirada unos instantes para recomponerme, sin importar ya que él me hubiera descubierto. A continuación, levanté la cabeza y sonreí amablemente -Din besked vil blive sendt, majestæt – ”vuestro mensjae será transmitido, Majestad”. No sabía qué más añadir, así que agarré mi vestido e hice una reverencia lo más majestuosa y delicada que pude, tal y como Lucian me había enseñado.

Caminé hacia el vampiro que me acompañaba, y con una seña le invité a seguir paseando conmigo por la hermosa catedral en la que nos encontramos. Tras varios minutos en silencio me decidí por hablar -¿puedo haceros una pregunta? ¿cómo supisteís quién era? – le pregunté sin esperanzas a que me respondiera con sinceridad y sin acertijos, pues no parecía ser el tipo de persona que cuenta sus secretos a cualquiera y menos si se trata de un enemigo. Sin embargo, yo no lo tomaba como un enemigo, sino fuera vampiro hasta podría enamorarme de él, pero las condiciones en las que nos encontrabamos no podrían ser posibles mis pensamientos. Me limité a cruzarme de brazos y a esperar alguna respuesta, mientras observaba maravillada toda la estructura rocosa y muy bien decorada del edificio.


Off: perdón, perdón, perdón, perdón...perdona la tardanza, he estado de viaje y no he tenido tiempo ni internet para contestarte...a partir de ahora , 100% victorian vampires jajajajaaja