AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Voluntariamente Perdida [Libre]
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Voluntariamente Perdida [Libre]
Finalmente comienza la noche, y quedan solo minutos para que el barco llegue a su destino.
- Mi nuevo destino…- dice al sorprenderse del tímido tono de su voz
La iluminada noche de París encandilaría a cualquier forastero, incluyendo a la joven vampira que desorientada comienza a pensar en el plan a seguir. Y es que la disciplina que su padre le inculco desde que era una pequeña mortal no ha conseguido borrarse a pesar de los años que han pasado, a pesar de lo mucho que intente olvidarlo.
- No sé qué será de mí en estos momentos, quisiera enterrarme viva y desaparecer, pero creo que no tengo el valor suficiente para ello. Tampoco sé que es lo que me espera al llegar, ni siquiera recordé que debí haber solicitado una reservación en algún buen hotel del lugar, y no conozco a nadie en esta ciudad. ¡Qué descuidada soy! Aunque no me importaría quedarme bajo la tenue lluvia hasta pensar en el plan a seguir…
Esa corriente de pensamientos se vio interrumpido por un par de golpes en la puerta, era el segundo al mando de barco
- Señorita, el barco llegará a puerto en menos de media hora. ¿Qué desea que hagamos con su equipaje? ¿Vendrá alguien a recogerla?-
- Solo bájenlas, ya me las arreglaré sola.-
- ¿Está segura, señorita?-
- ¿Es que necesita que hable con el Capitán para dejarle claro que no necesito su ayuda?- le dice con una voz inquisidora y a punto de sulfurarse.
- No, perdóneme por importunarla- Sale de la en elegante habitación.
Esa breve pero molesta conversación termino por hacerla enfadar, y es que le recordaba el hecho de que no tenía ni plan, ni lugar a donde ir. Pero aun así, no dejaba de repetirse que se las arreglaría bien ella sola. Y es que tenía el dinero y el poder de manipulación suficiente como para conseguir incluso que alguien se enamorara y encargara de ella. Pero caer en esos trucos le traía recuerdos de su pasado, del cual venia huyendo, por lo que esa no era una buena opción.
Se escucha el típico sonido que anuncia el arribo del barco. La incertidumbre la sobrecoge de nuevo, pero no puede perder la compostura, al menos no hoy, no en el primer día de su aventura. Sale de su habitación, no sin antes devolverse a inspeccionar que no hubiera dejado su prendedor de diamante azul favorito.
- Estoy lista-
Cogió su pequeño maletín de mano, donde conservaba el dinero que retiro del banco antes de zarpar y algo de maquillaje, y es que no le importaba la seguridad dada su condición de inmortal, pero si la apariencia que se le exigía a las damas de su clase. Rápida y decididamente cruzo el pasillo evitando las miradas de los humanos que quedaban encandiladas con su belleza tan pura, hasta llegar a la escalera del barco, donde amablemente un tímido joven le ofreció su mano para ayudarle a bajar, la cual fingiendo con una amable sonrisa aceptó.
- Madame Von Misson- La saluda entusiasmado el mismo Capitán
- Buenas noches, Capitán- Dedicándole una leve sonrisa
- ¿Viene un carruaje a recogerla?
- No se preocupe, esta todo arreglado, solo desembarque aquí los dos baúles de cuero rojizo, por el resto enviaré a alguien a la capitanía de puerto-
- Por supuesto, madame, que tenga una buena estadía en París-
- Muchas gracias Capitán- dijo, ocultando su hastío por la vacía conversación
Ya sola y con los pies perfectamente colocados en la ciudad de París, se quedó parada con la mirada perdida, tratando de encontrar un plan, un bendito plan para seguir.
- Mi nuevo destino…- dice al sorprenderse del tímido tono de su voz
La iluminada noche de París encandilaría a cualquier forastero, incluyendo a la joven vampira que desorientada comienza a pensar en el plan a seguir. Y es que la disciplina que su padre le inculco desde que era una pequeña mortal no ha conseguido borrarse a pesar de los años que han pasado, a pesar de lo mucho que intente olvidarlo.
- No sé qué será de mí en estos momentos, quisiera enterrarme viva y desaparecer, pero creo que no tengo el valor suficiente para ello. Tampoco sé que es lo que me espera al llegar, ni siquiera recordé que debí haber solicitado una reservación en algún buen hotel del lugar, y no conozco a nadie en esta ciudad. ¡Qué descuidada soy! Aunque no me importaría quedarme bajo la tenue lluvia hasta pensar en el plan a seguir…
Esa corriente de pensamientos se vio interrumpido por un par de golpes en la puerta, era el segundo al mando de barco
- Señorita, el barco llegará a puerto en menos de media hora. ¿Qué desea que hagamos con su equipaje? ¿Vendrá alguien a recogerla?-
- Solo bájenlas, ya me las arreglaré sola.-
- ¿Está segura, señorita?-
- ¿Es que necesita que hable con el Capitán para dejarle claro que no necesito su ayuda?- le dice con una voz inquisidora y a punto de sulfurarse.
- No, perdóneme por importunarla- Sale de la en elegante habitación.
Esa breve pero molesta conversación termino por hacerla enfadar, y es que le recordaba el hecho de que no tenía ni plan, ni lugar a donde ir. Pero aun así, no dejaba de repetirse que se las arreglaría bien ella sola. Y es que tenía el dinero y el poder de manipulación suficiente como para conseguir incluso que alguien se enamorara y encargara de ella. Pero caer en esos trucos le traía recuerdos de su pasado, del cual venia huyendo, por lo que esa no era una buena opción.
Se escucha el típico sonido que anuncia el arribo del barco. La incertidumbre la sobrecoge de nuevo, pero no puede perder la compostura, al menos no hoy, no en el primer día de su aventura. Sale de su habitación, no sin antes devolverse a inspeccionar que no hubiera dejado su prendedor de diamante azul favorito.
- Estoy lista-
Cogió su pequeño maletín de mano, donde conservaba el dinero que retiro del banco antes de zarpar y algo de maquillaje, y es que no le importaba la seguridad dada su condición de inmortal, pero si la apariencia que se le exigía a las damas de su clase. Rápida y decididamente cruzo el pasillo evitando las miradas de los humanos que quedaban encandiladas con su belleza tan pura, hasta llegar a la escalera del barco, donde amablemente un tímido joven le ofreció su mano para ayudarle a bajar, la cual fingiendo con una amable sonrisa aceptó.
- Madame Von Misson- La saluda entusiasmado el mismo Capitán
- Buenas noches, Capitán- Dedicándole una leve sonrisa
- ¿Viene un carruaje a recogerla?
- No se preocupe, esta todo arreglado, solo desembarque aquí los dos baúles de cuero rojizo, por el resto enviaré a alguien a la capitanía de puerto-
- Por supuesto, madame, que tenga una buena estadía en París-
- Muchas gracias Capitán- dijo, ocultando su hastío por la vacía conversación
Ya sola y con los pies perfectamente colocados en la ciudad de París, se quedó parada con la mirada perdida, tratando de encontrar un plan, un bendito plan para seguir.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
El puerto era uno de sus sitios favoritos, no importando los percances que había tenido en el pasado en ese mismo sitio, le gustaba recorrerlo y a veces observar a la gente desorientada que era nueva en París. El sonido de sus pasos sobre la madera del muelle, el cantar de las aves que sólo buscan un lugar para pasar la noche, la luz que va y viene del faro, todo era tranquilizante, le ayudaba a olvidar un poco, tan sólo un poco lo mucho que extrañaba los días.
Un barco acababa de anclar y se quedó observando a la distancia, contando cuántas mujeres con sombrero veía salir de él, uno de sus tantos pasatiempos raros que tenía, le gustaba observar a los mortales y hacer ese tipo de cosas inútiles. Luego de un rato se aburrió y la gente poco a poco se fue dispersando, tomando sus carruajes y sus equipajes para empezar su vida en París, o muchos de ellos simplemente vacacionar. Sin embargo todos se movías menos alguien, aguzó la vista y el olfato, aún a la distancia el aroma de los que eran como él le ganaba y supo que esa dama solitaria era su clase, se preguntó por qué nadie iba a recogerla.
Aguardó unos minutos más antes de abordarla. Se acercó a ella con semblante desenfadado y con una media sonrisa en su rostro.
-¿Se encuentra perdida? -preguntó con voz suave, no quería que creyera que era un loco (que lo era, pero no la iba a asustar con la primera impresión)
Un barco acababa de anclar y se quedó observando a la distancia, contando cuántas mujeres con sombrero veía salir de él, uno de sus tantos pasatiempos raros que tenía, le gustaba observar a los mortales y hacer ese tipo de cosas inútiles. Luego de un rato se aburrió y la gente poco a poco se fue dispersando, tomando sus carruajes y sus equipajes para empezar su vida en París, o muchos de ellos simplemente vacacionar. Sin embargo todos se movías menos alguien, aguzó la vista y el olfato, aún a la distancia el aroma de los que eran como él le ganaba y supo que esa dama solitaria era su clase, se preguntó por qué nadie iba a recogerla.
Aguardó unos minutos más antes de abordarla. Se acercó a ella con semblante desenfadado y con una media sonrisa en su rostro.
-¿Se encuentra perdida? -preguntó con voz suave, no quería que creyera que era un loco (que lo era, pero no la iba a asustar con la primera impresión)
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
- Eso desde que nací – afirma melancólicamente sin dejar de mirar encandilada, las luces de la ciudad
Y es que desde que la joven tenía memoria, jamás había podido huir, y no por falta de voluntad, sino que a falta de un lugar que en su corazón pudiese notar su ausencia. Pero no podía parar a pensar en su pasado, no, menos ahora que un amable inmortal le dedicaba una primera sonrisa. Su primer contacto con uno de los suyos… después de abandonar a su maestro.
- Perdone mis malos modales, pero estoy algo desorientada en esta enorme ciudad. Mi nombre es Carmmine Von Misson, señor Stravinsky, un placer- dice sonriendo por primera vez desde que puso sus pies en París.
Sabía que ese pequeño truco sería arriesgado, que podría significar intimidar a ese noble inmortal, que extrañamente tenía cierto interés en ella.
- No hay nada que temer, no hay peligro - Suspira aliviada la joven
Y es que desde que la joven tenía memoria, jamás había podido huir, y no por falta de voluntad, sino que a falta de un lugar que en su corazón pudiese notar su ausencia. Pero no podía parar a pensar en su pasado, no, menos ahora que un amable inmortal le dedicaba una primera sonrisa. Su primer contacto con uno de los suyos… después de abandonar a su maestro.
- Perdone mis malos modales, pero estoy algo desorientada en esta enorme ciudad. Mi nombre es Carmmine Von Misson, señor Stravinsky, un placer- dice sonriendo por primera vez desde que puso sus pies en París.
Sabía que ese pequeño truco sería arriesgado, que podría significar intimidar a ese noble inmortal, que extrañamente tenía cierto interés en ella.
- No hay nada que temer, no hay peligro - Suspira aliviada la joven
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
Alzó las cejas algo sorprendido, pero sin apartar su sonrisa, miró en la dirección en la que ella miraba y luego regresó su vista a la dama.
-¿Sabe mi nombre? -preguntó intrigado y guardó silencio, el sonido del mar picado era un arrullo que calmaba bestias y algunos barcos que zarpaban anunciaban al mundo de su nueva aventura.
-A decir verdad yo no tengo mucho tiempo en París señorita Von Misson, pero si de algo puedo servirle... -ofreció, aquel modo en el que había dicho que desde que había nacido estaba perdida llamó su atención. Le gustaban las personas (o vampiros, dependiendo el caso) que respondían con esa vaguedad, era una puerta abierta al misterio, él mismo pecaba a veces de ser muy vago en sus palabras.
Daniil correspondió la sonrisa e hizo una reverencia para luego tomar la mano de la joven y posar un beso en su dorso.
-¿Sabe mi nombre? -preguntó intrigado y guardó silencio, el sonido del mar picado era un arrullo que calmaba bestias y algunos barcos que zarpaban anunciaban al mundo de su nueva aventura.
-A decir verdad yo no tengo mucho tiempo en París señorita Von Misson, pero si de algo puedo servirle... -ofreció, aquel modo en el que había dicho que desde que había nacido estaba perdida llamó su atención. Le gustaban las personas (o vampiros, dependiendo el caso) que respondían con esa vaguedad, era una puerta abierta al misterio, él mismo pecaba a veces de ser muy vago en sus palabras.
Daniil correspondió la sonrisa e hizo una reverencia para luego tomar la mano de la joven y posar un beso en su dorso.
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
- Discúlpeme, hay ocasiones en que esos destellos de información llegan a mi cabeza sin ser llamados – dice correspondiendo cortésmente a su reverencia.
En su interior, estaba avergonzada por la reacción de sorpresa que había conseguido ocasionar en el pacifico rostro del señor Stravinsky, pero intrigada al mismo tiempo ya que este a pesar de todo seguía sonriéndole.
- Si pudiera ayudarme usted a encontrar un lugar adecuado en donde descansar y resguardarme se lo agradecería mucho - dice sonrojándose en la medida de lo posible, debido a que ya casi estaba en el límite de tiempo que podía pasar sin ingerir el preciado líquido.
El viaje había sido de improviso, con la prisa y la desesperación por alejarse de su maestro, había olvidado por completo las cosas de aspecto práctico, apenas había recordado sacar del banco dinero que le permitiera llevar su elegante estilo de vida, ni hablar de los enseres, de los cuales empacó solamente unos cuantos vestidos favoritos, los azules; sus joyas y maquillajes favoritos; y otras nimiedades.
Ahora no tenía a donde ir, no conocía ningún buen hotel en la ciudad, y tampoco recordaba tener ningún pariente en ella, aunque esto último no importaba en absoluto, ya que la gente de su pasado debería estar muerta o senil.
Solo era ella, su equipaje, y aquel amable extraño que parecía atraído por...
De pronto, sin previo aviso, los efectos de no alimentarse la llevaban nuevamente a un colapso, se desmayaría en pleno puerto...
En su interior, estaba avergonzada por la reacción de sorpresa que había conseguido ocasionar en el pacifico rostro del señor Stravinsky, pero intrigada al mismo tiempo ya que este a pesar de todo seguía sonriéndole.
- Si pudiera ayudarme usted a encontrar un lugar adecuado en donde descansar y resguardarme se lo agradecería mucho - dice sonrojándose en la medida de lo posible, debido a que ya casi estaba en el límite de tiempo que podía pasar sin ingerir el preciado líquido.
El viaje había sido de improviso, con la prisa y la desesperación por alejarse de su maestro, había olvidado por completo las cosas de aspecto práctico, apenas había recordado sacar del banco dinero que le permitiera llevar su elegante estilo de vida, ni hablar de los enseres, de los cuales empacó solamente unos cuantos vestidos favoritos, los azules; sus joyas y maquillajes favoritos; y otras nimiedades.
Ahora no tenía a donde ir, no conocía ningún buen hotel en la ciudad, y tampoco recordaba tener ningún pariente en ella, aunque esto último no importaba en absoluto, ya que la gente de su pasado debería estar muerta o senil.
Solo era ella, su equipaje, y aquel amable extraño que parecía atraído por...
De pronto, sin previo aviso, los efectos de no alimentarse la llevaban nuevamente a un colapso, se desmayaría en pleno puerto...
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
Se quedó ahí observando a la joven, apenada de haber usado una de sus habilidades, le sonrió para que se sintiera más cómoda, sin embargo no pudo evitar notarla débil, más allá de la pálida condición que los caracterizaba y era obvio que no había podido alimentarse a lo largo de su viaje, se preguntó desde dónde podía venir y qué la había traído a esta ciudad.
Pensó en qué hotel podía ser digno de ella pero ninguno se lo pareció, después una descabellada idea se apoderó de él y recordó las palabras de su amigo "eres vampiro, no un ángel", no podía ayudarlas a todas pero se sentía mal con el simple hecho de no intentarlo si quiera. Hospedarla en su casa, de todos modos ambos compartían la condición vampírica y él estaba solo por el momento en la mansión que había adquirido a su llegada a Francia.
Estaba a punto de proponerle hospedaje cuando ella se desvaneció, pudo reaccionar rápido y la tomó de la cintura par evitar que golpeara el suelo. Con delicadeza la recostó en el muelle y se agachó junto a ella, de haber sido humana hubiese utilizado sus conocimientos de médico para saber sus signos vitales, pero sabía que siendo vampiro como él no los iba a encontrar así que sólo aguardó.
-¿Señorita Von Misson?, ¿me escucha?
Pensó en qué hotel podía ser digno de ella pero ninguno se lo pareció, después una descabellada idea se apoderó de él y recordó las palabras de su amigo "eres vampiro, no un ángel", no podía ayudarlas a todas pero se sentía mal con el simple hecho de no intentarlo si quiera. Hospedarla en su casa, de todos modos ambos compartían la condición vampírica y él estaba solo por el momento en la mansión que había adquirido a su llegada a Francia.
Estaba a punto de proponerle hospedaje cuando ella se desvaneció, pudo reaccionar rápido y la tomó de la cintura par evitar que golpeara el suelo. Con delicadeza la recostó en el muelle y se agachó junto a ella, de haber sido humana hubiese utilizado sus conocimientos de médico para saber sus signos vitales, pero sabía que siendo vampiro como él no los iba a encontrar así que sólo aguardó.
-¿Señorita Von Misson?, ¿me escucha?
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
- A… za… Azael… - Vuelve a desvanecerse.
Su irresponsabilidad le había pasado la cuenta nuevamente, perfectamente podía haberse alimentado de alguno de los tripulantes del barco, deshacerse del cadáver habría siendo aún más simple. Pero estaba demasiado ocupada tratando de pensar en un plan, en el bendito plan a seguir. Debió haber cogido a ese seductor de cuarta que le invitó una copa a la cubierta, pero no lo hizo, simplemente le dio asco.
Después de unos minutos de estar recostada en el suelo del muelle, luchando contra la inconsciencia, es la voz del señor Stravinsky quien la alienta a salir de aquel desmayo.
- Así… que es usted médico… - dice, tratando de incorporarse – disculpe todas las molestias, es mi culpa por ser tan descuidada conmigo misma, y es que si no me lo recuerdan me olvido hasta de alimentarme – intenta sonreír para demostrarle que ya se encuentra mejor.
Cuando finalmente consigue tomar consciencia de lo ocurrido comienzan a caer lágrimas de sus ojos. Se había prometido a si misma ser fuerte y autosuficiente. Pero su debilidad la tiene de nuevo dependiendo de la generosidad ajena.
- Disculpe este ridículo espectáculo – dice tratando de esconder su rostro de la mirada de preocupación del médico.
Su irresponsabilidad le había pasado la cuenta nuevamente, perfectamente podía haberse alimentado de alguno de los tripulantes del barco, deshacerse del cadáver habría siendo aún más simple. Pero estaba demasiado ocupada tratando de pensar en un plan, en el bendito plan a seguir. Debió haber cogido a ese seductor de cuarta que le invitó una copa a la cubierta, pero no lo hizo, simplemente le dio asco.
Después de unos minutos de estar recostada en el suelo del muelle, luchando contra la inconsciencia, es la voz del señor Stravinsky quien la alienta a salir de aquel desmayo.
- Así… que es usted médico… - dice, tratando de incorporarse – disculpe todas las molestias, es mi culpa por ser tan descuidada conmigo misma, y es que si no me lo recuerdan me olvido hasta de alimentarme – intenta sonreír para demostrarle que ya se encuentra mejor.
Cuando finalmente consigue tomar consciencia de lo ocurrido comienzan a caer lágrimas de sus ojos. Se había prometido a si misma ser fuerte y autosuficiente. Pero su debilidad la tiene de nuevo dependiendo de la generosidad ajena.
- Disculpe este ridículo espectáculo – dice tratando de esconder su rostro de la mirada de preocupación del médico.
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
Escuchó aquel nombre que salido entre el sueño inconsciente de Carmmine y trató de hacerla regresar aunque lo único que podía hacer era llamarla para que regresara en si. Tomó su mano como si fuese a tomar su pulso, aunque eso último no lo hizo. Fue un alivio cuando ella articuló palabras.
-Sí -dijo sonriendo-, soy médico -la ayudó a incorporarse un poco y la escuchó decir que, como había sospechado, no había comido. Él por su parte lo había hecho hace dos días por lo que no era necesario que lo hiciera ahora.
-Tengo comida en casa -le dijo, y no se refería a algún pobre cautivo, refrigeraba dotaciones de plasma para situaciones como esta, tenía mucho acceso a sangre debido a su profesión. Era una invitación pero cuando ella comenzó a llorar Daniil simplemente se mostró consternado.
-No pasa nada -le dijo con aquella voz baja y ronca que era tranquilizadora, la dejó llorar si eso la iba a hacer sentir mejor, aunque debido a su condición no lo recomendaba. Se quedó ahí a su lado, si ella quería podía abrazarlo, no se conocían pero si leía su mente como había demostrado, sabía que no le iba a hacer daño.
-Sí -dijo sonriendo-, soy médico -la ayudó a incorporarse un poco y la escuchó decir que, como había sospechado, no había comido. Él por su parte lo había hecho hace dos días por lo que no era necesario que lo hiciera ahora.
-Tengo comida en casa -le dijo, y no se refería a algún pobre cautivo, refrigeraba dotaciones de plasma para situaciones como esta, tenía mucho acceso a sangre debido a su profesión. Era una invitación pero cuando ella comenzó a llorar Daniil simplemente se mostró consternado.
-No pasa nada -le dijo con aquella voz baja y ronca que era tranquilizadora, la dejó llorar si eso la iba a hacer sentir mejor, aunque debido a su condición no lo recomendaba. Se quedó ahí a su lado, si ella quería podía abrazarlo, no se conocían pero si leía su mente como había demostrado, sabía que no le iba a hacer daño.
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
- No quisiera causarle ya más molestias – aunque sabiendo en su interior, que no tendría otra opción, ya que no tenía fuerzas para ir de cacería ella sola – además usted no me conoce, y debo advertirle que soy un desastre – dice sonriendo.
Sabía que existían inmortales que consumían plasma que mantenían cómodamente refrigerado en sus hogares pero jamás lo había probado.
- Me pregunto, si sabe diferente a la sangre recién extraída – lo había dicho en voz alta, ya no era solo el ámbito de su consciencia. Esas palabras constituían una tacita aceptación a quedarse en la residencia del doctor.
Su mente, dejando atrás el llanto y las memorias, trataba, intrigada, de averiguar cómo era el lugar en que el doctor vivía. Sin duda era un hombre de clase alta y con excelentes modales, pero ¿Sería, al igual que ella, amante de los lujos o más bien austero? Esos destellos que le llegaban en los momentos menos oportunos habían dejado de presentarse, así que tendría que averiguar por ella misma.
- Quizás sea divertido… y vaya si no me he divertido en mucho tiempo –
Ya recuperada del desmayo, pero aun débil debido a la falta de alimento, intenta levantarse para recuperar por completo la elegancia de siempre.
- Creo que jamás me perdonaré haberle causado una tan horrible primera impresión, señor Daniil Stravinsky – dice mientras apoyada de sus fuertes hombros trata de incorporarse.
Sabía que existían inmortales que consumían plasma que mantenían cómodamente refrigerado en sus hogares pero jamás lo había probado.
- Me pregunto, si sabe diferente a la sangre recién extraída – lo había dicho en voz alta, ya no era solo el ámbito de su consciencia. Esas palabras constituían una tacita aceptación a quedarse en la residencia del doctor.
Su mente, dejando atrás el llanto y las memorias, trataba, intrigada, de averiguar cómo era el lugar en que el doctor vivía. Sin duda era un hombre de clase alta y con excelentes modales, pero ¿Sería, al igual que ella, amante de los lujos o más bien austero? Esos destellos que le llegaban en los momentos menos oportunos habían dejado de presentarse, así que tendría que averiguar por ella misma.
- Quizás sea divertido… y vaya si no me he divertido en mucho tiempo –
Ya recuperada del desmayo, pero aun débil debido a la falta de alimento, intenta levantarse para recuperar por completo la elegancia de siempre.
- Creo que jamás me perdonaré haberle causado una tan horrible primera impresión, señor Daniil Stravinsky – dice mientras apoyada de sus fuertes hombros trata de incorporarse.
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
-¿Pero quién no lo es? -preguntó retóricamente ante la declaración de Carmmine de que era un desastre, él mismo lo era, era un desastre por dentro. A veces se decía a si mismo lo cansado que estaba de ocultar lo terriblemente destruido que estaba por dentro. Una vida como la suya no era fácil, más cuando se ha decidido se prefiere la locura a la amargura.
-Sí, no es tan buena como la sangre fresca -debía aceptarlo, tenía aquel suministro sólo en caso de una emergencia, a pesar de todo, a pesar que aún se sentía como una basura después de tomar una vida para subsistir, prefería la sangre fresca a la que él guardaba, con el tiempo había aprendido a beber sin necesidad de matar, pero era muy difícil conseguirlo, incluso para él que había tratado de perfeccionar dicha técnica-, pero te servirá por ahora.
Sintió como ella se apoyaba de él para ponerse de pie y se tomó el atrevimiento de tomarla por la cintura para hacerlo más fácil. Una vez ambos de pie él volvió a sonreírle.
-Dicen que lo malo de la primera impresión es que sólo se puede dar una -apuntó, aún la sostenía de la cintura porque temía que se volviera a desvanecer-, pero creo que algo está mal conmigo, pues son estas primeras impresiones tan peculiares las que más me gustan -la miró a los ojos con expresión cándida.
-Sí, no es tan buena como la sangre fresca -debía aceptarlo, tenía aquel suministro sólo en caso de una emergencia, a pesar de todo, a pesar que aún se sentía como una basura después de tomar una vida para subsistir, prefería la sangre fresca a la que él guardaba, con el tiempo había aprendido a beber sin necesidad de matar, pero era muy difícil conseguirlo, incluso para él que había tratado de perfeccionar dicha técnica-, pero te servirá por ahora.
Sintió como ella se apoyaba de él para ponerse de pie y se tomó el atrevimiento de tomarla por la cintura para hacerlo más fácil. Una vez ambos de pie él volvió a sonreírle.
-Dicen que lo malo de la primera impresión es que sólo se puede dar una -apuntó, aún la sostenía de la cintura porque temía que se volviera a desvanecer-, pero creo que algo está mal conmigo, pues son estas primeras impresiones tan peculiares las que más me gustan -la miró a los ojos con expresión cándida.
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
- Ya veo – asintió sabiendo que decía la verdad. Luego al darse cuenta de que el médico seguía tomándola por la cintura, se sonrojó tanto como si hubiese bebido sangre hace menos de un minuto.
Estaba encandilada con la cándida mirada de aquel hombre, que en su interior, parecía comprenderla aún mejor que ella misma. Todas esas contradicciones éticas que conllevaba su existencia, el hecho de llegar todas las madrugadas después de trabajar o vagar por la ciudad para encontrarse solo.
Desde ese momento, comenzó a admirarlo, no podía creer que aun existieran inmortales como él.
- Quiero aprender de usted todo lo que pueda, si usted está dispuesto a enseñarme claro – le dijo sin usar palabra alguna – el arte del pequeño sorbo, todo lo que este dentro de mis capacidades, y si hay alguna manera en que pueda agradecerle todo lo que ha hecho por mí, por favor no dude en hacérmelo saber-
Por primera vez en mucho tiempo, Carmmine ya no se sentía tan sola, tan apartada. Tanto así que sin darse cuenta que estaba mirando a los ojos al señor Stravinsky como queriendo robarle un beso.
Estaba encandilada con la cándida mirada de aquel hombre, que en su interior, parecía comprenderla aún mejor que ella misma. Todas esas contradicciones éticas que conllevaba su existencia, el hecho de llegar todas las madrugadas después de trabajar o vagar por la ciudad para encontrarse solo.
Desde ese momento, comenzó a admirarlo, no podía creer que aun existieran inmortales como él.
- Quiero aprender de usted todo lo que pueda, si usted está dispuesto a enseñarme claro – le dijo sin usar palabra alguna – el arte del pequeño sorbo, todo lo que este dentro de mis capacidades, y si hay alguna manera en que pueda agradecerle todo lo que ha hecho por mí, por favor no dude en hacérmelo saber-
Por primera vez en mucho tiempo, Carmmine ya no se sentía tan sola, tan apartada. Tanto así que sin darse cuenta que estaba mirando a los ojos al señor Stravinsky como queriendo robarle un beso.
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
Le sonrió con dulzura al ver su sonrojo, era joven, pudo saberlo en ese instante, tanto en su edad aparente como en su edad real como inmortal. La soltó con suavidad para no incomodarla más. Se quedó mirándola para que ella pudiera decidir qué era lo que procedía cuando escuchó su voz pero no en el ambiente.
Ya había experimentado algo así anteriormente con otros vampiros, pero no dejaba de ser algo que lo turbaba, él no podía hacerlo y a veces pensaba que hubiese sido útil. Le hubiese gustado responderle del mismo modo pero no lo hizo.
-Para mi sería un placer -sonrió abiertamente, siempre había disfrutado de la enseñanza, de suceder sus conocimientos, que podrían parecer muchos, y para él no eran suficientes.
-Pero debo dejarle una cosa clara, el aprendizaje es una tarea de trabajo constante y compromiso, necesito que lo entienda antes de cerrar este trato -odió la solemnidad con la que había hablado pero era algo real, había tenido en el pasado alumnos que no se comprometían y era un verdadero fastidio.
La sintió cerca y él, a pesar de sus años y de su experiencia se puso algo nervioso, era parte de su encanto, que aún había algo de ingenuo en él, se separó un par de centímetros y rió sin mirarla.
Ya había experimentado algo así anteriormente con otros vampiros, pero no dejaba de ser algo que lo turbaba, él no podía hacerlo y a veces pensaba que hubiese sido útil. Le hubiese gustado responderle del mismo modo pero no lo hizo.
-Para mi sería un placer -sonrió abiertamente, siempre había disfrutado de la enseñanza, de suceder sus conocimientos, que podrían parecer muchos, y para él no eran suficientes.
-Pero debo dejarle una cosa clara, el aprendizaje es una tarea de trabajo constante y compromiso, necesito que lo entienda antes de cerrar este trato -odió la solemnidad con la que había hablado pero era algo real, había tenido en el pasado alumnos que no se comprometían y era un verdadero fastidio.
La sintió cerca y él, a pesar de sus años y de su experiencia se puso algo nervioso, era parte de su encanto, que aún había algo de ingenuo en él, se separó un par de centímetros y rió sin mirarla.
Invitado- Invitado
Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
Sintió todo el frío de la brisa primaveral, en el momento en que sus brazos dejaron de rodearla. De cierto modo, eso la hizo volver a la realidad, al caos y con su mente llena de preguntas. Pero no podía dejar de pensar en que por un momento estuvo a punto de besarle, lo que llevaba a preguntas aún más perturbadoras ¿Podía el leer su mente, así como ella misma hacia a veces, aunque aún debido a la falta de práctica, de forma involuntaria? Y de ser así ¿Lo habría hecho? ¿Qué pensaba de ella en estos momentos?
Todo esas montañas de preguntas desaparecieron cuando él, al responderle, uso la voz tan amable de siempre. Aunque siempre, quedaba un dejo de dudas respecto a si podía leer su mente, ya lo averiguaría.
- Tenemos un trato – dice extendiéndole la mano de una forma más bien varonil – prometo que no voy a fallarle, ni a usted ni a mí misma – afirma con una seguridad que hace años no se encontraba presente en su voz.
Noto cierto dejo de hastío, cuando habló de que debía dejar las cosas claras, al parecer ya le habían tocado malos alumnos antes. Así que pensando en que pudo haberle sucedido y sin darse cuenta, le toma la mano para ponerlas juntas y comparar su tamaño.
- Manos suaves de médico – dijo distraída ya que no podía evitar pensar en cada detalle, en sus uñas pulcramente tratadas, su aroma a hospital – disculpe, a veces me pierdo en mis pensamientos y no me doy cuenta de lo que hago – confiesa sin soltarle la mano.
Todo esas montañas de preguntas desaparecieron cuando él, al responderle, uso la voz tan amable de siempre. Aunque siempre, quedaba un dejo de dudas respecto a si podía leer su mente, ya lo averiguaría.
- Tenemos un trato – dice extendiéndole la mano de una forma más bien varonil – prometo que no voy a fallarle, ni a usted ni a mí misma – afirma con una seguridad que hace años no se encontraba presente en su voz.
Noto cierto dejo de hastío, cuando habló de que debía dejar las cosas claras, al parecer ya le habían tocado malos alumnos antes. Así que pensando en que pudo haberle sucedido y sin darse cuenta, le toma la mano para ponerlas juntas y comparar su tamaño.
- Manos suaves de médico – dijo distraída ya que no podía evitar pensar en cada detalle, en sus uñas pulcramente tratadas, su aroma a hospital – disculpe, a veces me pierdo en mis pensamientos y no me doy cuenta de lo que hago – confiesa sin soltarle la mano.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
Estaba acostumbrado a que el sexo opuesto lo encontrara, si bien no guapo o irresistible, si encantador y galante, lo que a veces llamaba más la atención que una hermosura obvia, así que no se sorprendió de la intenciones previas de su acompañante, aunque no iba a permitir que aquello llegara a algo más, ahora era su alumna, la tomaba como aprendiz, y como protegida y no podía mezclar de ese modo las cosas, aunque muchas veces se le dificultara porque torpemente siempre involucraba los sentimientos.
Le alegró saber que aceptaba sus condiciones y le entusiasmaba tener a alguien enseñarle, no sólo cómo ser un vampiro, porque él no era la mejor muestra de uno, sino en general, cultura y aprecio por la vida que ellos ya no tenían.
Sintió sus manos estrechadas y aunque al principio él sólo lo hacía para cerrar el trato notó como la joven jugaba con su mano.
-Algo femeninas, dicen algunos -rió ante el atrevimiento de la chica-, no te preocupes, me gusta que seas impulsiva -le dijo con ambas cejas levantadas y sonrisa permanente en su rostro. Notó que ella no lo soltó y él no hizo nada por deslindarse del agarre.
Comenzó a caminar por el muelle, antes de llevarla a su casa quería charlar un poco más con ella, todo había sido muy rápido y quería conocer más de la señorita Von Misson, había demostrado ser impulsiva y eso le gustaba, pero qué más, de dónde venía y por qué había llegado a París.
Le alegró saber que aceptaba sus condiciones y le entusiasmaba tener a alguien enseñarle, no sólo cómo ser un vampiro, porque él no era la mejor muestra de uno, sino en general, cultura y aprecio por la vida que ellos ya no tenían.
Sintió sus manos estrechadas y aunque al principio él sólo lo hacía para cerrar el trato notó como la joven jugaba con su mano.
-Algo femeninas, dicen algunos -rió ante el atrevimiento de la chica-, no te preocupes, me gusta que seas impulsiva -le dijo con ambas cejas levantadas y sonrisa permanente en su rostro. Notó que ella no lo soltó y él no hizo nada por deslindarse del agarre.
Comenzó a caminar por el muelle, antes de llevarla a su casa quería charlar un poco más con ella, todo había sido muy rápido y quería conocer más de la señorita Von Misson, había demostrado ser impulsiva y eso le gustaba, pero qué más, de dónde venía y por qué había llegado a París.
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
De pronto, al ver en su mente, que no debería haber sido tan osada, se dio cuenta que ese hombre que la acompañaba en la noche parisina, era su nuevo maestro, y por ende eso exigía cierto tipo de trato. Toda esta situación le recordaba sus días con el horrible profesor de piano, en Alemania, de una disciplina implacable, no se inmutaba siquiera al gritarle cuando hacía una nota destiempo.
- Esta vez es diferente, por más estricto que sea, es diferente. Hay humanos que viviendo pierden su humanidad, y vampiros que perdiendo la vida aún la conservan- pensó.
Se toma del brazo de su amable acompañante, para evitar otro evento bochornoso, pensando en cómo explicarle de forma más o menos coherente las preguntas que inundaban la mente de su interlocutor. Parecía ida, recordando todas esas cosas de las que huyó, hasta que finalmente consiguió articular palabras.
- Estaba en América, con mi maestro, pero tenía usted razón. Cuando se tiene una relación maestro-alumna, se debe contar con cierta distancia, porque cuando hay amor de por medio las cosas tienden a importar tanto que por miedo a herir o decepcionar se termina huyendo como un vil criminal. Y lo de París, pues porque era el destino del primer barco que zarpaba del puerto – ríe al confesar hasta qué punto llegaba su impulsividad.
- ¿Hay algo más que desee usted saber? – preguntó con curiosidad, y es que si pudiera le contaría la historia de su vida sin omitir detalle alguno.
- Esta vez es diferente, por más estricto que sea, es diferente. Hay humanos que viviendo pierden su humanidad, y vampiros que perdiendo la vida aún la conservan- pensó.
Se toma del brazo de su amable acompañante, para evitar otro evento bochornoso, pensando en cómo explicarle de forma más o menos coherente las preguntas que inundaban la mente de su interlocutor. Parecía ida, recordando todas esas cosas de las que huyó, hasta que finalmente consiguió articular palabras.
- Estaba en América, con mi maestro, pero tenía usted razón. Cuando se tiene una relación maestro-alumna, se debe contar con cierta distancia, porque cuando hay amor de por medio las cosas tienden a importar tanto que por miedo a herir o decepcionar se termina huyendo como un vil criminal. Y lo de París, pues porque era el destino del primer barco que zarpaba del puerto – ríe al confesar hasta qué punto llegaba su impulsividad.
- ¿Hay algo más que desee usted saber? – preguntó con curiosidad, y es que si pudiera le contaría la historia de su vida sin omitir detalle alguno.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Voluntariamente Perdida [Libre]
Caminaron a lo largo del muelle y Daniil pensó que era inútil preguntarle pues ella sabía qué pasaba en su cabeza, debía aprender a guardarse sus pensamientos, y debía enseñarle a Carmmine a respetar la privacidad de los pensamientos ajenos, aunque eso se vería con el tiempo y con las clases.
Escuchó la respuesta a sus cuestionamientos y comprendió de inmediato los motivos de la joven, era un lío mezclar sentimientos con negocios, mientras la dirigía a un carruaje que parecía estarlos esperando, era su medio de transporte cuando no caminaba, y esta vez el puerto estaba lejos del centro donde tenía su casa.
-Por ahora es todo lo que necesito saber -le sonrió y luego hizo un ademán para que abordara el carruaje-, ya tendremos tiempo para conocernos, por ahora lo que apremia es que usted se alimente -le dio la mano para que abordara y luego él la imitó.
-Una vez más mis caminatas nocturnas han rendido frutos -recordó todos los encuentros que ya había tenido en París con tanta gente distinta. Dio la orden y la diligencia comenzó a avanzar.
Escuchó la respuesta a sus cuestionamientos y comprendió de inmediato los motivos de la joven, era un lío mezclar sentimientos con negocios, mientras la dirigía a un carruaje que parecía estarlos esperando, era su medio de transporte cuando no caminaba, y esta vez el puerto estaba lejos del centro donde tenía su casa.
-Por ahora es todo lo que necesito saber -le sonrió y luego hizo un ademán para que abordara el carruaje-, ya tendremos tiempo para conocernos, por ahora lo que apremia es que usted se alimente -le dio la mano para que abordara y luego él la imitó.
-Una vez más mis caminatas nocturnas han rendido frutos -recordó todos los encuentros que ya había tenido en París con tanta gente distinta. Dio la orden y la diligencia comenzó a avanzar.
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