Notizie Da Fuori

por Invitado Vie Abr 29, 2011 3:19 am

Llevaba un par de horas en el centro de la ciudad, ya la noche comenzaba a dejar atrás ese frescor que sucede al día para dar la bienvenida a unas horas un tanto más frías. Al principio rodeó el hospital con la esperanza de encontrar al hombre que encajaba en la descripción que su protector le había dado. Era un doctor según tenía entendido, no sabía a ciencia cierta si trabajaba ahí o no, pero no le gustaban los hospitales y no entraría en uno, les huía, no los soportaba, le recordaban lo débil que era a comparación de otros con su misma condición. Sabía que algunas noches asistía a dicho lugar. “Contamos con el dinero, y él posee un apellido extranjero. ¿Qué tan difícil puede ser?” le había dicho Indro antes de que Dubhé dejara Florencia, se lo dijo emocionado y al parecer bastante divertido de encomendarle tal tarea. ¿Cómo se había enterado de que Daniil Stravinsky se encontraba en París? Ella no lo sabía, pero él había tenido razón en una cosa, la tarea de localizarlo no había sido difícil, en París uno encontraba de todo y el dinero movía a ese “todo”.

Al negarse a entrar en tal recinto de sanación, lleno de enfermos y muerte, Dubhé recorrió el centro para luego decidirse por quedarse un rato en la plaza donde se vería menos sospechosa esperando, casi asechando, valiéndose de una habilidad que su condición licana le otorgaba: ver desde los ojos de otros, una habilidad que de niña le molesto mucho pero que en la actualidad, en algunas ocasiones, le resultaba de lo más útil y otras veces no tanto. Resultaba confuso y difícil vigilar un punto desde ojos ajenos,y más de sus transeúntes. Una descripción y la imagen de un boceto plasmada en su memoria era todo lo que poseía, se maldijo a ella por no ser buena con la fisonomía de las personas, y se encontraba a punto de maldecir a su protector cuando de pronto apareció ante sus propios ojos atravesando la plaza. Inmediatamente se levantó del lugar donde se encontraba sentada, dejó a un lado el periódico que simulaba leer y comenzó a caminar hacía su dirección, a pesar de que ambos seguían trayectorias perpendiculares entre sí, parecía imposible alcanzarlo por la diferencia de estaturas y de zancadas, alzó la voz y le llamó.

- Monsieur Stravinsky– parecía tonto, lo sabía pero no tenía otra alternativa ¿o si? En aquella extraña situación no había una manera formal de presentarse y abordar a alguien que no lo esperaba, un desconocido.

por Invitado Vie Abr 29, 2011 3:38 am

Después de una noche en el hospital, en donde observó una cirugía fallida y estuvo de testigo en algunas consultas, decidió caminar hasta la casa que lo alojaba en París. Sabía que muchas cosas interesantes pasaban de día, tanto en el hospital como en la plaza que tenía que cruzar para llegar a su destino, pero sólo podía salir bajo el cobijo nocturno y no tenía más opción.

Mientras transitaba la plaza se sintió observado, y apresuró el paso, no quería percances, siempre le había gustado el bajo perfil y pasar desapercibido, hundió la cabeza en el abrigo de lana negro y se fue contando los pasos para distraerse de cualquier otra cosa.

"Monsieur Stravinsky" escuchó una voz femenina, quien quiera que fuera sabía su nombre y antes de girarse pudo oler a un licano, frunció el entrecejo porque no solía tener mucha relación con los que eran sus enemigos por naturaleza. Se giró para ver quién era que lo llamaba y frente a él estaba una chica a la que nunca había visto.

-¿Sí? -preguntó, pues no sabía qué deseaba, y cómo era que sabía su nombre, y muchas cosas lo inquietaban.

por Invitado Vie Abr 29, 2011 12:28 pm

Cuando se volvió pudo verle más de cerca, sin duda era él pero aún así al escuchar su afirmación sintió un ligero alivio, además sus ojos reflejaban aquella mirada profunda que poseen algunos vampiros, como si atraves de ellos pudieras contar sus años. La primera parte de todo estaba hecha. Continúo caminando y aceleró el paso para llegar hasta a él.

-- Buenas noches, Monsieur Stravinsky– saludó, al momento que llegaba hasta él y sentía pequeño tirón en la falda de su vestido que, por el descuido debido a las prisas, se había atorado con un pequeño arbusto cercano, retrocedió un paso y tiró suavemente del vestido, desprendiéndolo sin hacerle ningún daño. - me da mucho gusto conocerle. Soy Dubhé Noiret - se presentó sonriendo con todos los modales de costumbre. - Sé que todo esto le parecerá extraño pero no tiene de que preocuparse.- Acentúo su sonrisa, al menos eso creía- Tenemos un amigo en común que lo conoce de otra de vida de hace ya bastante tiempo.- agregó.

por Invitado Vie Abr 29, 2011 8:43 pm

-Bue... -estuvo a punto de responder el saludo cuando notó que la chica tenía un problema con su ropa, se acercó un paso o dos para socorrerla pero ella hábilmente pudo safarse rápido-. Buenas noches -pudo finalmente saludar.

Tomó su mano y posó un beso en ella cuando ésta dijo su nombre, Dubhé Noiret, sabía que no debía olvidarlo, él no se presentó porque obviamente ya sabía quién era, la estudió, era joven, bella, lican, con modales refinados y no le tenía miedo u odio a los vampiros por lo que pudo notar. Escuchó con atención todo lo que le estaba diciendo y una palabra prendió una alarma roja en su cerebro: amigo. Conocía a mucha gente, demasiada, tantos años en esta tierra lo habían llevado a recorrer muchos sitios y convivir con todo tipo de gente, pero amigo, esa palabra sólo la utilizaba con alguien. Con su amigo, el único que tenía, él único que sabía todo de él y viceversa, su corazón dio un vuelco al preguntarse si ella se refería a él, a ese amigo.

-Está bien -asintió con la vista perdida, tratando sin mucho éxito de no hacer conjeturas, de no ser sepultado por el alud de recuerdos al lado de ese sujeto, por no preguntarse por qué hace tantos años no lo veía-, ¿habla usted de...? -tenía la imperiosa necesidad de confirmarlo.

por Invitado Vie Abr 29, 2011 11:39 pm

Sintió sus mejillas arder un poco debido al rubor que adquirieron ante el saludo del hombre que tenia frente a ella, el cual era todo un caballero. Espero la respuesta del hombre a lo que le decía y grata fue sorpresa cuando el hombre contestó con cierto aire ensimismado y aunque sutil su pregunta apremiaba una respuesta.

No puedo evitar acentuar la sonrisa hasta que se dibujó en su rostro de oreja a oreja. Aquello no había resultado tan difícil como lo pensó, ¿Qué podía fallar? ¿Que el hombre reconociera el nombre de Indro y le guardara cierto resentimiento? Estaba segura que jamás la pondría en esa clase de peligro, confiaba en él. Torció el gesto pícaramente y lo miró con un pequeño dejo de sospecha.

-Indro Galeotti- terminó el cuestionamiento que había comenzado a formular su interlocutor. Lo observó segura de que lo recordaría inmediatamente, esperanzada de poder cumplir con el resto de la encomienda.

por Invitado Sáb Abr 30, 2011 12:11 am

"La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre" había leído alguna vez y qué razón tenía aquel filósofo alemán, se había esperanzado de escuchar el nombre de su amigo y en cambio había obtenido un par de palabras de las que nunca había escuchado.

-Lo siento señorita Noiret -dijo-, no conozco a nadie con ese nombre -por un instante creyó que volvería a tener a su lado al único sujeto que lo entendía, que era su compinche y su compañero de juerga, aquel con el que salía a cazar, y a conquistar damas.

Tal vez era el nombre de alguien que se ganó como enemigo en el pasado, o de otro vampiro que simplemente pasó desapercibido por su vida, pero no entendía entonces como esta emisaria de ese tal Indro Galeotti lo había localizado con facilidad y por su nombre.

-Creo que se ha confundido -dijo, aunque era improbable, lo había llamado por su nombre y ahora la duda sobre aquel que la enviaba se le había clavado en el pecho y le trepanaba la cabeza.

por Invitado Sáb Abr 30, 2011 12:56 am

Pudo apreciar cierta desilusión al escuchar el nombre e irremediablemente ella sintió algo oprimiéndole el pecho bajó la vista y al instante le invadió un sentimiento de genuina confusión. Un gesto que no pudo ocultar y que se hizo evidente en su juvenil rostro.

-Pero eso no es posible – negó, levantando la vista y mirando a los ojos al hombre que era considerablemente más alto que ella.- Es usted de quien me dieron las señas, tengo la imagen, de un retrato- aclaró, ella jamás lo había visto en persona antes de esta ocasión. El desconcierto podía escucharse en su voz- grabada en mi mente – Era bien conocida la impecable memoria que poseían los licántropos. Inconscientemente comenzó a jugar con los dedos de sus manos, delineando el contorno de sus uñas.- Tal vez usted no lo recuerde, pero él desea saber de usted y si es posible acordar un encuentro.- dijo con más temple, un tanto más segura.

No había duda era él. Ahora sí, y con razones de sobra, maldijo profundamente al vampiro de ojos claros que ambos conocían, debió sospechar, aquella noche no fue una buena señal el verle tan divertido. ¿Pero realmente eran amigos? o es que le había mandado a buscar a algún enemigo al que desea tenderle una trampa para buscar venganza?

por Invitado Sáb Abr 30, 2011 1:27 am

Sin embargo ella insistió, confundiéndolo más, Daniil tenía una severa lucha interna tratando de recordar ese nombre y por más que lo intentaba no podía, no había nadie en su memoria con esa denominación, no alguien suficientemente trascendente al menos, estaba apenado con la chica que era mensajera de ese sujeto, quería decirle que sí, que lo conocía pero no iba a mentirle. Luego le dijo con tanta certeza que era su imagen la que ella tenía grabada en su memoria, superior por su condición licana; no entendía nada.

-Pero... -tenía el ceño fruncido y la mirada clavada en la chica, tratando de recordar sin éxito-, dime una cosa, esta persona... ¿Indro? -o como se llamara -¿es como tú?, ¿o es como yo? -¿licántropo o vampiro?, quería una pista, lo que fuera, por qué alguien que no recordaba tendría interés en encontrarse con él y qué lo motivaba.

Había dicho que era su amigo, pero Daniil era cuidadoso y esa palabra sólo la había usado una vez con alguien, con nadie más, quién podía autonombrarse su amigo.

por Invitado Dom Mayo 01, 2011 8:49 pm

-Nuestro conocido en común ha vivido muchas más vidas que las que un licantropo puede llegar a vivir.- Sostuvo la mirada del vampiro que tenía de frente. Que extraño debía ser todo esto, tanto para él como lo era para ella misma. No podía salir de su confusión pero a partir de ese momento se esforzó por que ese sentimiento no se viera en sus actos. Un licántropo no podía aspirar a vivir tanto como aquellos seres nocturnos de piel marmórea cual estatuas.

- Tal vez sea debido a ello que usted no lo reconozca, tal vez lo conoció con otro nombre. Se atrevió a sugerir. Aquello le pareció sumamente probable, le era sabido que su protector, con el fin de mantener su bajo perfil, cambiaba de nombres, hace un algunos años había conocido a otro ser que se refirió a él con el nombre "Ezio". Pero él, Indro, no se encontraba ahí para solucionar aquel malentendido, o quizá no existía tal, aunque la muchacha comenzaba a sospechar que él había sido artífice del mismo.

El viento comenzaba a soplar con más fuerza, más frió pero soportable hasta podría decirse que agradable.

[A ver practicaré]

por Invitado Dom Mayo 01, 2011 9:12 pm

Al menos una cosa le quedaba clara con aquel comentario cargado de vaguedad, a quien ella se refería era vampiro como él, y probablemente uno con más años que él, eso le trajo esperanza nuevamente pues nuevamente pensaba en aquel al que llamaba amigo. Sin embargo no podía dar por sentado nada.

-Lo siento señorita, pero no sé bajo que nombre pude haberlo conocido -le desesperaba un poco la situación, y también cabía la posibilidad de que todo fuese una mala broma.

Suspiró y le sonrió a la joven, ella qué culpa tenía de todos modos, era emisaria o ejecutora, no la mente detrás de ese juego tan extraño.

-Dice que quien la envía quiere verme, ¿cierto? -era lo mejor para salir de dudas, encontrarse con esa persona y finalmente ver el rostro de ese que se hacía llamar su amigo-, ¿cuándo sería eso posible?

por Invitado Dom Mayo 01, 2011 10:33 pm

Correspondió la sonrisa que tan amablemente le brindaba.

- Efectivamente, desea verlo - Asintió,sin lugar a duda, ella sabía que Indro deseaba verlo, él mismo se lo había dicho y ella pudo notar ese brillo en los ojos que tan pocas veces se manifestaba- pero me temo que no será tan fácil, no es como si en este momento pudiera llevarlo hasta donde se encuentra.- digo esto con cierta tristeza, a Dubhé le resultaba sorprendente el hecho de que Indro se mostrara tan renuente a viajar a Francia y aquello , evidentemente, significaba un gran obstáculo para el encuentro.

-La cita sería posible el día que usted este dispuesto a viajar hasta Italia- agregó rápidamente sabiendo que este detalle sería un motivo por el cual el hombre con el que sostenía aquella conversación pudiera darse la vuelta e irse -Entiendo que pueda mostrar cierta renuencia a tal viaje, debido a las circunstancias de todo esto. realmente lo entendía, ella podría aparentar ser una persona sociable y carismática pero siempre actuaba con pies de plomo, y si ella estuviera en la situación de él, dudaría.

Miró de reojo la plaza, con cada vez menos transeúntes.

por Invitado Dom Mayo 01, 2011 10:52 pm

Al menos estaba seguro, o quería estarlo, de que aquel que lo buscaba con tanto ahínco en verdad lo deseaba y era por eso que había enviado a alguien a hablar con él, deseaba ahora verlo para finalmente salir de dudas pero todo se vino abajo cuando escuchó que no estaba en Francia.

-¿Italia? -preguntó pero fue sólo el reflejo de su sorpresa, ¿por qué hasta Italia?-, debe comprender que viajar a dicho país no está en mis planes -exactamente eso, se salía de las cosas que tenía trazadas en parís, ¿y para qué?, ¿para encontrarse con lo que potencialmente era un desconocido?

Miró la plaza, cada vez más vacía de otros paseantes y luego a la chica.

-Señorita Noiret... -suspiró-, debo confesar que todo esto me ha tomado por sorpresa -cuando salió esa noche a dar su paseo nocturno no se imaginó que algo así iba a pasarle, la respuesta obvia era declinar, pero pudo más su curiosidad-, dígale al señor Galeotti que lo estaré visitando a la brevedad, sólo... desde luego, necesito saber a dónde acudir -porque claro, Italia era muy grande como para ir por ahí preguntando por Indro Galeotti, peor aún, sin conocer su rostro.

por Invitado Dom Mayo 01, 2011 11:38 pm

-Italia- confirmó y se encogió de hombros como si fuera una niña- Desconozco cuales sean los motivos que no le permiten hacer un viaje a Francia, pero tengo entendido que lleva residiendo en Italia desde hace ya bastante tiempo.- Y era cierto, Indro se había creado toda una historia de familia.

Le sorprendía gratamente que aquel hombre no rechazara la posibilidad de tal encuentro. Sonrió levemente y sonrió. Claro que no iba a mandarlo a Italia a tocar de puerta en puerta.

-Claro, Señor Stravinsky, le daré la dirección de su morada en Italia.-De la pequeña bolsa de mano que llevaba consigo, localizó un pequeño pedazo de papel, en el cual se había tomado la molestia de escribir con anticipación una dirección al sur de Florencia. - Y también le he anexado el nombre del Hotel y el numero de habitación en donde me hospedo- desdobló y por debajo de la dirección principal señaló otra dirección garabateada- así cuando usted este decidido a ir a visitarle, le pido me avisa así el será notificado y lo estará esperando como es debido.

Torció un poco el gesto al ver la plaza y las calles vacías a excepción de ellos y una que otra persona tambaleante. - Creo que debería irme ya

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 12:12 am

A pesar de la relativa cercanía, Italia le parecía tan lejano, esa noche le parecía el otro lado del mundo, porque allá se encontraba la respuesta a la incógnita que hoy se le planteaba. Escuchó a Dubhé decirle aquello y era claro que ella nada tenía que ver, que sólo estaba cumpliendo un encargo de ese amigo en común que tenían.

Recibió el trozo de papel y leyó con atención lo que ahí estaba escrito, el boleto para salir de la duda que lo comenzaba a angustiar, la aprehensión nunca había sido su sensación favorita, luego miró a la joven agradecido de las precauciones que había tomado y de la atención.

-Me gustaría que fuera lo antes posible -finalmente dijo-. Si quiere... -carraspeó -la puedo acompañar a su destino, así me podrá hablar un poco más del señor Galeotti -ofreció su brazo para así ambos caminar en medio de la noche.

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 1:13 am

-Lo antes posible- repitió en voz alta, sonriendole - Espero que así sea - eso seguramente pondría feliz a Indro o al menos le bajaría un poco el mal humor que tenía meses cargando sobre sus espaldas. Podía llegar a tener un carácter sumamente explosivo pero no era normal que se encontrara tan irritable.

Su preocupación se disipó casi por completo al escuchar como aquel caballero se ofrecía a acompañarla.

- Y yo encanta de tomarle la palabra- digo esto en el tono cortes y dulce que acostumbraba usar; no le gustaba andar sola y a tales horas, era relativamente nueva en la ciudad y nunca se sabe con que clase de loco se puede encontrar en las calles, desde el humano normal hasta seres como ella o como el vampiro que en ese momento le ofrecía su brazo, que facilmente podían identificar su condición, y nunca se sabe cual es su intención, si te consideran su peor enemigo o si simplemente les eres indiferente. Volvió a mirar la calle.

- Espero no desviarle mucho de su camino, ¿Daniil? ¿Me permite llamarlo así? - Tomó suavemente el brazo que le ofrecía.- Me temo que sólo serán unas cuantas calles.- agregó comenzando a caminar a su lado, afortunadamente seguían la misma dirección que el doctor había abandonado al ser interceptado.- Le responderé todo lo que me sea posible responder sobre el Señor Galeotti.

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 1:35 am

Iba a cambiar un poco sus planes sólo por disipar aquella duda, se sintió ansioso como niño en vísperas de Navidad y no supo por qué, el tal Indro Galeotti podía ser un perfecto extraño que por alguna extraña razón sabía de él, pero también podía ser un aliado del pasado que necesitaba su ayuda, podía ser cualquier cosa y a pesar del potencial peligro, era una incógnita que merecía una respuesta.

La joven lo tomó del brazo y se dio cuenta que era considerablemente más bajita que él, lo cuál le pareció gracioso; esta chica también cargaba su propio halo de misterio, fuera de ser quien le había dado aquel extraño recado, pero supuso que descubriendo un enigma resolvería el otro.

-Claro que sí -le sonrió-, si yo puedo llamarte Dubhé -ofreció aquel intercambio, a pesar de que ella era licántropo y él un vampiro había algo en la joven que le daba confianza, tal vez el hecho de saber que tenían una persona en común, aunque él no recordara quién era-. Y por supuesto que no, este también es mi rumbo -señaló la calle que ambos transitaban.

Luego pensó en qué podía preguntarle para obtener un indicio de aquel misterioso vampiro que lo esperaba en Italia, por el nombre supuso que era de aquel país así que descartó preguntar por su origen, lo cual descartaba por completo a aquel que llamaba amigo, pues no era de la península itálica, por lo que podía recordar.

-¿Cómo es que alguien como tú... -licántropo, quería decir -hizo amistad con alguien como yo? -vampiro; no era que no se diera, pero era raro, porque lo de esas dos razas era una enemistad cantada y bien conocida.

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 2:12 am

Asintió levemente como toda respuesta a aquel intercambio y le reconfortó saber que no lo desviaba de su camino.

Tenía que aceptar que aquella pregunta le tomaba por sorpresa, ella esperaba algún cuestionamiento más directo referente al ser inmortal que era el tema en común en esa platica .

-¿Es extraño, verdad? Seres completamente distintos y enfrentados.-Digo aquello con suma tranquilidad Lo cierto es que ninguno de los dos cargamos con ese estigma de odiarnos- por su parte así lo era, no tenía nada en contra de los vampiros en lo que concernía a Indro, no sabía si era igual o simplemente ella era la excepción a la regla.- Soy de una pequeña ciudad portuaria, a orillas del mar mediterraneo, cuando me echaron de casa debido a mi condición, crucé la frontera con Italia, ahí se puede decir que este hombre me salvó la vida luego de una terrible noche de Luna Llena. relató con cierta nostalgia y un poco dolor, evitando que los recuerdos de su familia y de aquellos primeros meses en Italia se agolparan en su mente.

Le apenaba confesar lo mal que la dejaban las transformaciones y lo mucho que tardaba en sanar, así que lo omitió, y aquella noche realmente fue terrible según le contó Indro, "seguramente tuviste un enfrentamiento con otro lobo" recordó como se lo señaló por las heridas que llevaba.

-No sé que fue aquello que lo movió a hacerlo, pero doy gracias por ello.- continúo caminando a su lado, dándose cuenta de la diferencias de estaturas, pensó si le incomodaría a Daniil, pero no lo mencionó, tan sólo sonrió. -Luego supongo que poco a poco me he ganado su confianza luego de casi 18 años juntos.

Discretamente se fijó en la calle que se encontraban y la reconoció como un señalamiento de que ya llevaban la mitad del camino recorrido.

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 3:02 am

Ambos caminaban mientras conversaban, quién sabe que edad tendría Dubhé pero por los años que aparentaba y los que él lucía, parecía su padre o algo por el estilo. La escuchó con atención, le alegró saber que no tenía nada contra los que eran como él, estando en París y en el pasado también, había tenido enfrentamientos con licántropos por el simple hecho que sus naturalezas les dictaban que así debía ser. La pequeña historia que ella le contó le pareció terrible, y a la vez trató de encontrar claves en todo eso que le dieran un indicio de quién era ese sujeto que la había salvado, no cualquiera lo hubiera hecho y se alegró saber que al menos ese vampiro, como él, conservaba algo de piedad.

No entendía, o no quería entender por qué los que eran como él debían ser unos bastardos sin corazón, él intentó ser uno al principio, ser una basura y ser un maldito maniático pero la culpa era demasiada. Nunca había podido lidiar bien con la culpa, la culpa de ser tártaro en territorio ruso, la culpa de no haber estado la noche en que asesinaron a su familia, la culpa de tener que tomar vidas o parte de éstas para subsistir, la culpa de no haber consumado su venganza. Culpa, todo era culpa.

-18 años, casi una vida -apuntó después de escuchar al completo lo que Dubhé le decía, contento de escuchar que estaba agradecida con ese hombre que la había salvado, no había nada peor que las personas malagradecidas.

-Fuiste afortunada de encontrarlo, entonces -le dijo hablándole con tono familiar movido por eso que ya había notado antes, lucía como su padre-. ¿Él te envió expresamente a buscarme o qué haces en París? -mitad era pregunta para saber de ese hombre misterioso, mitad para conocerla mejor a ella.

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 10:41 pm

Continuaron caminando y sutilmente iba indicando el camino que debían tomar, ligeros movimientos de cabeza, hombros, manos, inclinaciones de cuerpo, seres como ellos (vampiros y licántropos) eran terriblemente sensibles a estímulos externos, pronto señaló que debían doblar esa esquina a la derecha.

-Son relativamente pocos años, y más aún para ustedes - señaló por la inmortalidad de los vampiros y de pronto le asaltó la duda de que la edad real de su acompañante, alzó un poco el rostro y lo miró disimuladamente, era varonil y no aparentaba más de 40 años, junto a él Indro, con esa eterna y cínica carcajada, se vería más joven, pero ¿realmente Daniil superaba la edad de su protector?.

-Muy afortunada, en realidad - reafirmó saliendo de sus cavilaciones, prácticamente y haciendo un lado aquellos años luego de la muerte de su padre, había pasado los mimos de su padre a los mimos de Indro. -Buscarlo es uno de los principales motivos de mi estancia en París, el otro es cuidar de los negocios que Indro tiene aquí pero parece que olvida que físicamente aparento la mitad de los años que en realidad tengo y eso, Daniil, es un estorbo- explicó esa resolución e hizo énfasis con fastidio. Ella se sabía competente pero aparte de tener que luchar con el hecho de ser mujer, a esto se le sumaba la discriminación que sufría por sus rasgos de niña.-a la gente no le da confianza hacer negociaciones con una persona tan joven.

-Sin salirnos mucho del tema ¿Cuál es tu edad real?- se atrevió a preguntar.

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 11:22 pm

Se dejó guiar por los sutiles movimiento de Dubhé,estuvo seguro que no faltaba mucho para llegar a su destino y aquello lo entristecía, pues no iba a poder seguir preguntando, se dijo mentalmente que aprovecharía mientras estuviera con la jovencita para indagar lo más que pudiera.

Escuchó lo que le estaba diciendo y de algún modo la comprendió, ese mundo en el que vivían era una sociedad falocéntrica y pocas mujeres lograban el reconocimiento, para ella debía ser peor pues aparentaba la mitad de su edad real; una mujer tan joven no tenía muchas oportunidades, la única ventaja que tenía era ser respaldada por su protector.

-Bueno, has cumplido una de tus metas, me has encontrado -le sonrió con amabilidad-, y espero que los negocios marchen bien, fuera de esta persona que tenemos en común, puedes contar conmigo para lo que se te ofrezca -ofertó con la cortesía que lo caracterizaba.

Siguieron caminando y aquella pregunta le pareció extraña, no porque lo fuera en sí, sino porque a lo largo de su vida se la habían formulado muy pocas veces, para el hombre promedio era un médico en sus tempranos 40, nada más, rió porque era tan raro que le preguntaran esa que sólo se le ocurrió hacer eso.

-500 años -finalmente respondió suspirando, cuando lo decía, cuando salía de su boca era el momento en el que se daba cuenta de la verdadera magnitud de su edad, medio milenio-, ¿qué edad tienes tú? -no supo calcularle una edad concreta pues Dubhé tenía rasgos muy juveniles, casi infantiles-, ¿y qué edad tiene tu protector? -esa era información importante, para darse una idea de quién podía ser.

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