Notizie Da Fuori

por Invitado Vie Abr 29, 2011 3:19 am

Recuerdo del primer mensaje :

Llevaba un par de horas en el centro de la ciudad, ya la noche comenzaba a dejar atrás ese frescor que sucede al día para dar la bienvenida a unas horas un tanto más frías. Al principio rodeó el hospital con la esperanza de encontrar al hombre que encajaba en la descripción que su protector le había dado. Era un doctor según tenía entendido, no sabía a ciencia cierta si trabajaba ahí o no, pero no le gustaban los hospitales y no entraría en uno, les huía, no los soportaba, le recordaban lo débil que era a comparación de otros con su misma condición. Sabía que algunas noches asistía a dicho lugar. “Contamos con el dinero, y él posee un apellido extranjero. ¿Qué tan difícil puede ser?” le había dicho Indro antes de que Dubhé dejara Florencia, se lo dijo emocionado y al parecer bastante divertido de encomendarle tal tarea. ¿Cómo se había enterado de que Daniil Stravinsky se encontraba en París? Ella no lo sabía, pero él había tenido razón en una cosa, la tarea de localizarlo no había sido difícil, en París uno encontraba de todo y el dinero movía a ese “todo”.

Al negarse a entrar en tal recinto de sanación, lleno de enfermos y muerte, Dubhé recorrió el centro para luego decidirse por quedarse un rato en la plaza donde se vería menos sospechosa esperando, casi asechando, valiéndose de una habilidad que su condición licana le otorgaba: ver desde los ojos de otros, una habilidad que de niña le molesto mucho pero que en la actualidad, en algunas ocasiones, le resultaba de lo más útil y otras veces no tanto. Resultaba confuso y difícil vigilar un punto desde ojos ajenos,y más de sus transeúntes. Una descripción y la imagen de un boceto plasmada en su memoria era todo lo que poseía, se maldijo a ella por no ser buena con la fisonomía de las personas, y se encontraba a punto de maldecir a su protector cuando de pronto apareció ante sus propios ojos atravesando la plaza. Inmediatamente se levantó del lugar donde se encontraba sentada, dejó a un lado el periódico que simulaba leer y comenzó a caminar hacía su dirección, a pesar de que ambos seguían trayectorias perpendiculares entre sí, parecía imposible alcanzarlo por la diferencia de estaturas y de zancadas, alzó la voz y le llamó.

- Monsieur Stravinsky– parecía tonto, lo sabía pero no tenía otra alternativa ¿o si? En aquella extraña situación no había una manera formal de presentarse y abordar a alguien que no lo esperaba, un desconocido.

por Invitado Mar Mayo 03, 2011 12:47 am

Los negocios iban lentos y por más tediosos pero se podría decir que fuera de todo eso iban bien, marchaban para al final llevarse a cabo favorablemente.

-Muchas gracias, lo tomaré en cuenta - no pudo más que sonreír ante tal ofrecimiento.

Escuchó la respuesta a su pregunta y lo observó, ¡medio milenio!, no envidiaba la condición de aquellos seres inmortales, ya que sabía que llevaban una gran carga a sus espaldas, el licantropo perdía su consciencia humana ante la transformación, secometían actos brutales por la naturaleza de la bestia, en cambio un vampiro tenía que hacer consciente todos sus brutalidades y muertes, aquello no era un acto natural en absoluto, una gran carga sin duda para aquellos seres que aún muertos conservaban su integridad "humana".

-Vaya! que las apariencias no son lo que parecen- era una pequeña alución a su propia sorpresa, a pesar de la apariencia Daniil tenía una trayectoria en este mundo más corta que la Indro pero ambas al ser comparadas en relación, parecían la proporción inversamene perfecta de la edad que ambos vampiros aparentaban - No me es posible darle la edad exacta de mi protector pero cuenta con más 1000 años y yo apenas con 38.

No era para nada mucho comparado con la edad de él. -Unos metros más y habremos llegado, gracias por acompañarme.- comenzó a despedirse antes de llegar.

por Invitado Mar Mayo 03, 2011 1:23 am

Definitivamente lucía menos que la mitad de su edad real, era joven, en ambos sentidos aunque luego pensó que cualquiera sería joven comparado con alguien como él.

-Con nosotros las apariencias nunca son buen indicio de nada -y por "nosotros" se refería a licántropos y vampiros, pero de entre todo lo que le había dicho lo que más le llamó la atención fue la edad de ese otro vampiro misterioso, desde luego que conocía vampiros más viejos que él, pero era raro, más de 1000 años, eso era todo un logro, se quedó pensando en eso, y en su principal sospechoso para ser Indro Galeotti, aquel amigo con el que había perdido contacto, hizo cuentas y en efecto, coincida en edad aunque no en nombre. Quien sabe, lo descubriría hasta que ese viaje a Italia se concretara y sólo así disiparía dudas.

-Ha sido un placer -dijo después de que ella anunciara que estaban por llegar, ambos se pararon en la entrada de un lujoso hotel parisino, tomó la mano de Dubhé y posó un beso en ella-, puedes anunciarle al señor Galeotti que lo estaré visitando a la brevedad -le dijo, aún tenía que arreglar cosas para irse tranquilo, tampoco era como si se fuera a ir años, serían sólo unos días. La nota con la dirección estaba a salvo en uno de sus bolsillos y se sentía ansioso por conocer finalmente la identidad de aquel hombre.

por Invitado Jue Mayo 05, 2011 1:51 am

Lo observó atentamente mientras se despedían, era apuesto y cortés, "encantadores y seductores vampiros" se dijo a si misma, pero imposible no quedar encandilada por seres como aquellos. ¿Cuantas veces no le había pasado los mismo con Indro? era inevitable, "Ningún poder de orden sobrenatural, es mi encanto personal" decía.

-Se lo anunciaré tenlo por seguro- dijo sonriendo y acentuando la sonrisa por lo que acababa de pensar, con pasos lentos y seguros comenzó a subir los primeros escalones que conducían a la puerta principal -en cambio, recuerda que tú tendrás que avisarme cuando tu viaje a Italia este próximo y muchísimas gracias por acompañarme. Hasta luego- Esas fueron sus ultimas palabras de despedida, le dio la espalda y terminó por alcanzar la puerta.

No había pasadon ni 5 segundos desde que había perdido contacto visual con el vampiro, cuando tuvo la ligera sensación de que algo se le estaba olvidando, soltó la agarradera.

-Daniil espero que no te ofendas- dijo volteando y regresando sobre sus pasos para volver a tener contacto visual- pero no deberías aceptar acompañar a una muchacha, de mis condiciones, las tuyas o de quien sea- su semblante ya no era alegre ,ni juguetón,de pronto había adquirido un aire serio, como si aquello fuera un detalle importante. -casi siempre hay algo oculto, algo oscuro detrás de tanta amabilidad, puedes ahorrarte uno que otro navajazo.- lo decía por la amabilidad con la que ella misma se comportaba pero sobre todo por la que él mismo utilizaba. No espero respuesta alguna, le dedicó otra leve sonrisa antes de darse la vuelta y desapareció tras las puertas del hotel.

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