Aleki Von Schwarz

Nombre del Personaje: Aleki Von Schwarz.

Edad: 20 años.

Especie: Humana.

Tipo y Clase Social: Clase Alta.

Orientación Sexual: Desconocida.

Lugar de Origen: Paris, Francia.

Fecha de Muerte: -

Habilidad/Poder: -

Descripción Física: Posee un cuerpo de ciento ochenta centímetros, cuya constitución es atlética y firme a pesar de no tener una corpulencia demasiado importante. Su cabello es negro azabache, (característica que destaca mucho considerando que sus padres fueron alemanes con cabello rubio) el cual mantiene corto y peinado casi en su totalidad, de no ser por algunos pequeños mechones que le dan un aire de informalidad, el cual contrasta con su rostro de facciones rudas y semblante misterioso, semblante que se ve incrementado en gran manera por sus ojos verde esmeralda, que parecen brillar con luz propia cuando está defendiendo sus ideales tanto como civil o en el campo de batalla. Su tez es clara y su nariz es delicada, dándole a su rostro un aire de misterio total.

Descripción Psicológica: A causa de la influencia que en su vida ha tenido y tiene aún la Escuela Imperial Militar, es una persona con carácter fuerte y serio, con una disciplina marcadísima al igual que sus principios morales, entre los cuales se destaca principalmente la defensa de la Patria, el honor, la dignidad y la lucha por la igualdad. Es alguien con una madurez destacada para su corta edad, lo que se demuestra claramente en su hablar preciso y correcto, su respeto, su prudencia, su leve obsesión por el orden y la eficiencia; además de poseer costumbres metódicas y simples como salir a disfrutar el paisaje o leer un buen libro acompañándose de una taza de café. Su gran pasión dentro de la milicia son los combates cuerpo a cuerpo, rama militar en la cual se especializa, y esa pasión es tal que le hace ser perfeccionista con su habilidad, entrenando sin descanso tanto dentro como fuera de la Academia.

A pesar de su cargo militar, a la hora de la interacción social común suele ser de un perfil más bajo,
ya que no conoce mucha gente. Sin embargo, cuando se le requiere no duda en responder con
decisión y fiereza, o con delicadeza y comprensión, según el caso.

No tolera la injusticia en ninguna de sus formas y eso lo hace ver cada vez que se toca ese tema. No habla de su vida personal, ocultando para sí los sentimientos más profundos que posee en relación a su familia.

Historia: Nació un 2 de agosto de 1780 en una de las mansiones que se multiplicaban rápidamente a las afueras de Paris. Su madre Zelinda, una esforzada ama de casa de clase media fue la encargada
de su crianza, la cual se complementaba con las visitas esporádicas de su padre Alger, quien día
a día se destacaba en la rigurosa Escuela Imperial Militar. Aleki le admiraba, lo adoraba, lo
respetaba. Quería ser como él, tan fuerte y honorable, tan temido en el campo de batalla, tan
respetado por superiores e inferiores en la Escuela. Pero había un detalle, un mísero y enésimo
detalle que hacía ese sueño imposible. Y eso terminó influyendo en su forma de ser de manera
categórica, al menos hasta ese fatídico 11 de marzo de 1792.

El cielo nublado y la lluvia no fueron impedimento suficiente para que las almas apasionadas de
un grupo de naturales y sobrenaturales levantasen armas contra la voluntad y autoridad de la
Monarquía. Corrió sangre, se blandieron espadas y los gritos se sucedieron uno tras otro,
agregando manchas rojas una vez más a las páginas de la historia francesa. Y una de esas
manchas, fue Alger, en ese entonces comandante de las fuerzas defensoras de la nación. La
decisión de informar su muerte a su familia no fue algo sencillo, pero finalmente se escogió a uno
de los soldados más cercanos al difunto. Su nombre: Milo Van Dyck.

Aleki, en ese entonces con 11 años, estaba en los jardines de su mansión jugando con aparente
tranquilidad a pesar del estado en que se encontraba Paris. Pero escuchó ruidos afuera, en señal
que alguien había llegado. Vio aparecer a unas cuantas personas e hizo una mueca.

"Militares. Eso no puede ser bueno". pensó con aflicción en su corazón y fue con todo lo que sus
fuerzas le permitían hacia la puerta, pero cuando llegó, ésta estaba abierta, y allí estaba el
hombre, consolando a su anciana madre que lloraba como si no hubiera mañana. Y así, en la
puerta de su casa, se enteró de la terrible noticia, justo a la vez que un trueno caía adornando
tétricamente la estancia.

Su padre, su modelo de admiración, su maravilla, su espejo de vida. Muerto en combate. Cayó de
rodillas. Lloró desconsoladamente. Nada que creer, y todo que temer. ¿Qué iban a hacer ahora
ambos solos? Su madre optó por lo más fácil y, tras una profunda depresión que duró meses,
atentó contra su vida, dejando a Aleki en una soledad total.

Pasó algo más de un año, en el que Aleki estuvo mucho tiempo pensando en unirse a sus padres
en el otro mundo. Pero fueron la espada y el uniforme de su padre, los cuales permanecían
colgados solemnemente en la pared desde aquella triste noche, las cosas que le motivaron a
cumplir el sueño que había sido postergado por su propia cobardía: ingresar a la Escuela Imperial
Militar y ser como su padre, conseguir el respeto y la admiración que siempre deseó y convertirse
en una persona más fuerte.

Actualmente lleva siete años en la Escuela, demostrando a base de tenacidad y valentía que no
tenían que extrañar a su padre, ya que había llegado quien lo iba a suceder, y quien lo iba a
superar; teniendo actualmente el cargo de Alférez (recién obtenido). Llega a Paris tras una misión
militar en Egipto, esperando variar un poco su vida.

Datos Extras:

- Su nacionalidad es Francesa-Alemana
- Siempre lleva puesto su uniforme militar: traje de dos piezas azul con adornos dorados y una gorra
de las mismas tonalidades.
- Siempre lleva la espada de su padre consigo.
- Continúa viviendo en la mansión de sus padres, aunque no suele frecuentarla demasiado.
- No fuma ni bebe, fiel a su disciplina.
- No suele hablar demasiado de su persona para no recordar su pasado.