El dia que encontramos lugar (libre gitanos- fiesta- ¿nuevo hogar?)

Hay lugares sagrados, otros son prohibidos por la iglesia, sabia muy bien que todos pagaban tributos a una institución pero esa institución nos odiaba por tener otra forma de dar ofensa a nuestros dioses, según ellos éramos pecadores por usar magia o por ser gitanos, en si ellos pecaban por detestarnos… pero, ¿como podían ser buenos ellos si pecaban como decían por supuesto de nosotros? .
Algunos pensaban que los gitanos eran despiadados, en si yo me sentía solamente un humano mas con otras creencias, que la suerte nos rodean de buenas o malas personas, ¿pero quien era el creador de la suerte? Obviamente era el universo mismo, por eso yo como cualquier gitano con poder era una especia de elemento natural receptor de esa energía misma que tanto nos esforzábamos en enseñar nuestro poder al otro, queríamos enseñar el futuro o el alma…
Eso no era cosa que tenia que pensar ahora mismo, es mas, tenia que pensar a quien robar para poder comer, era malvado robar pero era mas malvado no tener que comer, podía ser que robar oro estaba mal, la codicia mataba en el aura, por ahí robar libros que leer estaba bien, aunque no lo crean eso era una bendición robar un libro de una biblioteca que tenga los precios muy caros o entregar una vida de esclavitud por obtener un libro, pero esas cosas pasaban ahora y pasaran en el futuro quieras o no.
Pero ahora, mi meta era robar algo de comida o algo para canjear por comida, fui a una biblioteca por error buscando algo que saquear, aunque era un castillo si se podía decir la biblioteca publica que muchos libros no podías ver porque estaban en sectores solo aptos para su realeza había gente, no tanta unas dos o tres y dos soldados cuidando la puerta, aunque parecían buenas personas sus auras eran turbias y rojas, aunque cuando pase cerca de ellos me miraron muy mal por las ropas que tenia, una camisa gris con un chaleco marrón de algún animal que dono sus pieles a la fuerza y yo luego lo conseguí por unas Francos, teniendo unos pantalones marrones de gamuza con pendientes colgados en el sector del cinturón y una funda de una daga que no yacía ahí y por su puesto mis zapatillas que tenían escondidos dos cuchillos chicos bien ocultos, yo solo sonreí y pasar desadvertido y fue así.

Robe una daga a un guardia, fue fácil hice un disturbio con las personas y los guardias me agarraron de los hombros mis manos sacaron lo primero que sintieron y acabe drogando a los guardias con unos polvos tóxicos que no mataban si no se consumían pero si se olían eran alucinógenos, algunos a eso le llamaban magia pero a otros solo astucia, luego de hacer ese gran escape que fui caminando lo cambien a una mujer por dos pollos y una botella de whisky de chocolate, me sentía con mucha suerte pero no podía quedarme a cocinar los pollos y tomar en la calle, tenia que ir a otro lugar, por eso decidí ir a una carpa o sector oculto donde pueda comer y beber tranquilo.

Camino unos kilómetros adonde encontró una carpa, muy bonita de muchos colores, entro por un sector de atrás, donde veía algunos vegetales, saco dos tomates y un poco de lechuga para los pollos, aunque los pollos estaban apunto de echarse a peder toco la carpa y recordó sus momentos en su manada, decidió entrar, era un lindo lugar donde había mucha comodidad, y muy amplio con sectores marcados por telas y mesa, no vio a nadie en la casa por eso decidió comer tranquilo, antes de entrar afuera de la carpa desplumo a los pollos y prendió fuego con piedra de chispa y un poco de ramas y alcohol, sonriente por el fuego cerca de la carpa y de la puerta con ramas hizo una parrilla corta sin que se queme y hecho los pollos con las lechugas para darle sabor, aunque se escuchaba unos ruidos adentro, no decidió sacar la daga de la manga prefirió agarrar el cuchillo que había utilizado para desplumar a los pollos y apunto a la carpa, el ruido había salido de ahí, pero el no había visto a nadie, aunque el era un poco despistado, con el miedo agarro lo que mas le asustaba peder, si el whisky de chocolate y miro a la carpa, aunque también se asusto por escuchar otro sonido viniendo de unos árboles, había pollo para muchas personas no tenia que haber guerra.

SALGAN QUIEN QUIERA QUE SEA!-grite asustado mirando a la carpa- por favor- dije con poca voz y casi silenciosa, mientras se acercaba al fuego, si se había vuelto de noche y los árboles y clima no era muy conveniente, estaba apunto de largarse a llover, por eso estaba cerca de la puerta de la carpa, por esas cosas de la vida.

Tras la huida despavorida de su familia a Londres, Yvette se quedó sola en su carpa, si es que realmente se podía llamar así. Tras darle varias vueltas a la cabeza se dijo a mí misma: "Oh vamos, vales perfectamente para arreglartelas tú sola, así que sal ahí afuera y consigue algo, porque te has quedado sin recursos". Con las mismas y sin pensarlo más se adentró en las calles de la zona gitana. Aún había muchos que no conocía y sin mirar a nadie continuó. De repente se topó con una carpa que no estaba mal, apartada del resto y con algún recurso, se lo pensó dos veces antes de quitarle algo a uno de los de su raza, pero viéndose en la necesidad lo hizo inmediatamente. Sin embargo, al poco rato comenzó a oir unos ruidos extraños y se vió obligada a esconderse "será el dueño" pensó manteniendo por completo la calma. Esperó unos minutos, hasta que la persona empezó a prepararse la comida gustosamente, entonces decidió acercarse sigilosamente para atacarle por la espalda. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo escuchó: "¡Salgan quien quiera que sea! por favor". Al principio la voz había sonado decidida y firme. Sin embargo, el "por favor" había delatado el miedo de su portador. Yvette decidió salir a su encuentro, percatándose de que no se trataba del dueño de la carpa, sino de alguien, que al igual que ella, intentaba buscar sus propios recursos al modo gitano.