Reunión de Poderes (Priv.)

por **Henry Birdwhistle** Jue Mayo 12, 2011 11:50 pm

Todo estaba listo. La gente reunida, las propuestas hechas, las ideas sobre la mesa, el tablero dispuesto. Ahora era tiempo de asignar la parte que le correspondería a cada quién, de afinar los detalles del plan. La última semana había estado enfocándose demasiado en ella y por un momento se desequilibró y perdió perspectiva. Tan sólo un desliz, si tan solo un desliz, demasiado que hacer aún. Cuando se lograra poner en marcha todo como era debido caerían una a una las fichas, como domino.

Para este propósito ofreció lugar de reunión el Sigfrid, propietario de un restaurante en la zona comercial. Darcy no se había detenido mucho a pensar en la clase de lugar con el que se encontraría cuando se estaba acomodando el moño de la corbata. Demasiadas cosas en la cabeza. Pero para nada se imaginaba que éste sería más que un restaurante, "el restaurante". Al entrar en el recinto cuando lo recibió un hombre de aspecto amable y uniforme se quedo deleitándose un momento contemplando el lugar. El estilo asemejaba a algún palacio de un dios olvidado, aunque era pequeño era exquisito en todos sus detalles y al mismo tiempo era futurista, algo no concebido por la imaginación de un mortal. Los colores grises, los colores marfiles y el mármol eran la base sobre la que se esculpían columnas, paredes y las costillas del lugar. Hasta las sillas eran algo fuera de lo común y algo digno de admirarse por si solas. Sencillamente era perfecto, más tomando en cuenta el contexto.

Lo guiaron hasta la mesa mas hermosa, si es que se podían poner rangos de belleza a aquellas esculturas hechas para disfrutar el arte culinario. Era una mesa de vidrio próxima a la barra desde se tenía una clara vista de todo el lugar. Tomó asiento a la cabecera y pidió un vaso de whisky mientras esperaba por los demás. Milo debería llegar en cualquier instante y el dueño del restaurante, Sigfrid, había dejado dicho que llegaría algo tarde.

"El Círculo del Infierno" repitió el nombre escrito en afuera con letras garigoleadas que anunciaban orgullosas el nombre de aquél sitio. Esbozo media sonrisa ante la ironía que suponía aquello. Probablemente la Monarquía así lo vería, como unos incitadores al desorden, unos busca pleitos, una amenaza. En cambio desde este lado se veía como un sueño digno de perseguir y por el que valía la pena luchar y sacrificarse. Lástima que él la vería como una pesadilla de la que disfrutaría no disfrutar...

por **Doreen Jussieu** Sáb Mayo 14, 2011 12:42 am

De camino a aquel sitio de reunión, Doreen iba observando con cuidado la pequeña invitación que había recibido con la letra de Milo. Aquella letra la conocía a la perfección pero está vez las palabras que venían escritas no eran de aquel poeta que escribía para ella, ahora las palabras escritas denotaban un nuevo mañana, un futuro diferente, una vida digna para todo aquel ser existente en aquel hermoso país. La chica no dejaba de ver la nota, soltando uno que otro suspiro en el transcurso, no solo la leyó una vez, la leyó tantas veces que se la aprendió de memoria. Aquella frágil señorita se estaba portando como toda una guerrera al querer participar en una causa de ese tipo. No tenía idea de como se moverían en realidad, sabía su trabajo en la galería pero no sabía si ella formaba parte en alguna otra actividad, se imaginaba que si pero no tenía con exactitud idea ya que solo sabía la meta a la que se quería llegar y que ella tenía casi por confirmado se llegaría, el único problema era que sabía que las cosas no terminarían como ese cuento de hadas donde los buenos siempre terminan sin ningún accidente o lesión grave al contrarío sabía que parte del desenlace sería algo trágico y doloroso, no solo para ella también para seres queridos y cercanos. Lágrimas de sangre brotarían por sus ojos, lágrimas que por más que soñara en que no fueran de esa manera sabía que llegarían.

Su vista se alzo cuando el carruaje que los llevaba a ese lugar se detuvo, pudo observar esos hermosos ojos azules que la observaban. Una sonrisa tímida se formo en sus labios. Aquel rubor que se formaba en sus mejillas como en el primer día que se habían visto se formo en estás mientras lo observaba deslizarse para bajar del carruaje y ayudarla a ella. Antes de que el pudiera bajar beso su mejilla con suavidad y lo dejo hacer su trabajo mientras ella tomaba con delicadeza un costado de su vestido y se bajaba tomando la mano del teniente. Doreen no era muy exigente para su arreglo, le gustaba verse al natural pero no podía negar que se hacía lucir un poco más para poder encantar a Milo, esta noche no sería la excepción pero esta vez tenía que estar enfocada en lo que se hablaría, en aquella reunión, en los presentes, en las ideas.

Su brazo se enredo con delicadeza en el de Milo, soltó un poco de aire guardado a causa del nerviosismo, quería ver a Darcy, saber que tan tranquilo estaba, estos días había estado un poco fuera de si mismo y le preocupaba un poco. No tardaron mucho en llegar, la chica soltó pidiendo una disculpa a Milo para llegar a abrazar a su amigo lobo. - Pues... Estamos aquí - Susurró para soltarlo y tomar la mano de Milo - Buenas noches conde - La chica sonrió de manera bastante amplia para él y luego para el teniente. Estaba curiosa, impaciente y bastante confundida, no sabía que esperar, y en realidad no había tenido la oportunidad de poder hablar bien con ellos al respecto sobre el plan y los aliados pero ese día todo se aclararía. Ella a pesar de hacerse ideas a unas cosas las "palparía" de una mejor manera, solo tenía que ser paciente y esperar a que todo esto tomara un poco más de formar y arrancar con las "charlas" inocentes que se realizarían.

por **Milo Van Dyck** Dom Mayo 15, 2011 10:54 pm

No fue hasta ver por primera vez los ojos de Doreen cuando Milo se dio cuenta de las implicaciones emocionales que acarreaba dicha revolución. La ayudo a subir al carruaje, subiendo después para tomar asiento a su lado. En el silencio del transcurro tomo su mano, atento a los gestos que pudiesen delatar las emociones que gobernaran el anima de la inocente doncella. Su hermosura fue lo único que el Teniente pudo apreciar, recibiendo constantemente una expresión pasiva y comprensiva que no le dejaba ver otra cosa más que la paz. El carruaje los llevo a los límites de la zona de comercio, a un restaurante que había cancelado sus labores solo por ese día, permitiendo a los aliados un escondite cómodo y con una vigilancia que prometía seguridad. Bajo de el, llevando a Doreen colgada de su brazo. A esas alturas Milo nunca hubiera deseado involucrarla en tan peligrosos tramites, pero no podía negar que en su fuero interno había algo fascinante en el heroísmo de Doreen. Su presencia era un balance para si mismo y para Darcy.

Un guardia de dudosa naturaleza los recibió, Milo ya había hablado con el y sin necesidad de devolver otra palabra les abrió las puertas al “Circulo del infierno”. En una mirada lo analizo. El restaurante parecía ser un palacio frio, constituido con las columnas de mármol y los tonos grises que eran la decoración central del salón. Demasiado sobrio para ser el lugar de convivencia de las familias francesas, daba mas la idea de ser una taberna digna de nobles, demasiado elegante. Su compañero ya esperaba sentado en la mesa y Milo no hizo menos que dejar marchar a Doreen a su lado, siguiéndole a pasos prudentes.

- Ninguna copa te acompaña. Seguramente acabas de llegar al igual que nosotros. – Torcio la sonrisa ante su saludo, sacando una de las sillas acomodadas al lado izquierdo de Darcy para ofrecerle el asiento a Doreen.

por **Corinne Blanchard** Jue Mayo 19, 2011 1:08 pm

Hacía días había recibido una nota convocando a una reunión. Esboce una gran sonrisa curvando mis labios a lo ancho de mi rostro ante la esperanza que todo este movimiento significaba. El objetivo quizás un sueño difícil de conseguir pero no imposible de eso estaba plenamente convencida solo se necesitaba de personas que estuviéramos realmente dispuestas a luchar hasta conseguirlo. Esta noche estaba por verse quienes estábamos dispuestos a esa lucha, quienes estábamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias.

“El circulo del infierno” era el punto de reunión, tantas ocasiones a pesar de lo mucho que me habían comentado y recomendado el sitio yo simplemente había pasado de largo frente al el. Hoy, por fin tendría el doble placer que el restaurante me brindaría, uno el degustar de su gastronomía y el segundo, y más importante, el del motivo que me llevaba hasta ahí.

Había ordenado a Thiago que tuviera el carruaje listo y así lo había hecho. Fenrir había quedado de llegar a la reunión más tarde así que era hora de partir si no deseaba llegar retrasada, tenia el tiempo justo para que eso no sucediera.

De camino no podía dejar de pensar en todo lo que una revolución acarrearía, en los episodios negativos y quizás dolorosos que surgirían durante el transcurso de la lucha pero la causa, las ilusiones y la fe que embargaba mi ser pesaba mucho más que cualquier otra cosa.

Baje del carruaje acomodando de inmediato la falda de mi elegante vestido, una dama siempre debe lucir impecable, me dirigí hasta la puerta con la mirada altiva e imponente donde fui recibida por un guardia quien me dio acceso al recinto. El lugar a pesar de lucir un tanto frío era sumamente elegante y de muy buen gusto pero ahora mi concentración estaba puesta solo en la reunión y no en los detalles de una construcción, eso por el momento eran una insignificancia.

Tras una elegante mesa desde un punto de donde se podía gozar de una excelente vista de todo el lugar ya se encontraban la encantadora Doreen, el Conde Trudeau y el Teniente Van Dyck. De inmediato me acerque hasta ellos intentando ocultar mi ansiedad y la inquietud que sentía porque todo esto comenzará. por escuchar el plan, las propuestas, por conocer como ayudaría yo en todo esto.

-Buenas noches mademoiselle Caracciolo- le sonreí –buenas noches Teniente Van Dyck, Conde Trudeau- salude haciendo una ligera reverencia –me alegra haber llegado a tiempo por un momento temí ser la última en llegar- comente bromeando y con una sonrisa en mi rostro.

por **Lyuba A. Yumara** Dom Mayo 22, 2011 6:21 am

El cuerpo de Lyuba era cada vez mas pesado, a cada paso que daba sentía el cansancio aplomarse sobre las dos delgadas piernas que esta poseía . Dio gracias a los Dioses de que la carreta no estaba lejos y que ahora podía descansar todo lo que deseaba la morena. En su camino, con la cabeza y los ojos clavados en los colchones imaginables que la esperaba, alguien le cortó el paso. Era el jefe, con una carta abierta en la mano. Por su expresión parecía molesto, casi la morena percibía el humo que salía de sus orejas a causa de la furia - ¿Qué pasa? – preguntó ella sin saber el porque tenía una carta en la mano . El gitano apretó la carta en sus manos , molesto por la ignorancia de la rumana - ¿Qué pasa? ¿Qué diantres quiere decir esto Lyuba? ¿De que reunión esta hablando esta carta?. ¿En que demonios te has metido esta vez ?- a medida que hablaba agitaba la carta . Lyuba se quedó un momento en silencio, descifrando las preguntas y las dudas del gitano. Milo, su maestro le había hecho una invitación, una reunión de los miembros que iban a participar en la Revolución. Abrió los ojos y dio un brinco al saber lo que estaba pasando. Al fin la gitana había vuelto a la tierra!. Volvió a mirar al jefe del campamento y arqueó una ceja - ¿Desde cuando lees mis cartas? Dame la carta – exigió ella con la mano tendida y con el rostro tranquilo, aunque en su interior había una revolución peor de la iba a llegar.

El gitano negó con la cabeza – No te voy a dar ninguna carta. Has ido demasiado lejos , una tontería mas y te marchas del campamento. Prometí cuidarte Lyuba, pero no haces mas que meterte y meternos a todos en tus problemas , en problemas que no nos conviene. – sus palabras a pesar de que Lyuba disimulaba, le dolían. Era unas navajas bañadas en veneno. Su mirada en aquel momento era fría y su voz, de nuevo, se hizo resonar – No es tu carta, dámela. No esta hablando de nada importante, es una invitación para el baile ..un baile de mascaras – mintió . Se sentía sucia cuando dejaba escapar mentiras, pero era el único modo de esconder lo que su mente y sus intenciones estaban quebrando vida. Lyuba se acercó arrebatándole la carta – No te preocupes, en cuanto pueda me marcharé de aquí. Así no os meteré en mis asuntos. Y recuerda que eres tu el que se mete en los míos. ¿Esta es tu manera de cuidarme?. Te lo e repetido y te lo vuelvo a repetir, NO necesito que nadie me cuide. Ahora si me disculpas..debo prepararme para una fiesta.. - pasó de largo , sin hacerle mas caso y llegando a su carreta cerró de golpe la puerta. Se dejó caer sobre los colchones con la carta apretada en su mano. La llevó hacía sus ojos, leyéndola una y otra vez. Se mordió el labio inferior , parecía que el cansancio se había esfumado de pronto con tan solo leer aquella letra del maestro.

Se levantó y se desvistió de sus ropas. Seguramente iba a ser la única gitana , no deseaba llamar la atención mas de lo que ella llamaba cada día. Buscó en su baúl alguna ropa decente, no deseaba esconder lo que en verdad era, una gitana. Encontró un vestido de color azul oscuro, y no dudó en probarlo. Sus hombros estaban descubiertos y se podían ver con exactitud el comienzo de sus senos. Al igual que todos sus vestidos y faldas, no tenían pomposidad, solo estaban ajustados a los cuerpos donde estos marcaban sus perfectas curvas. Llegaba hasta los pies , tal cual las faldas largas que ella vestía . Comenzó en peinarse el cabello largo y negro, observándose en el espejo. No se reconocía, el tiempo que había pasado en Paris de un lado a otro , sobreviviendo, habían sido marcados en su físico. Se asustó bastante al mirar sus facciones, mas maduras, mucho mas femeninas y bellas. El único pensamiento que interrumpió aquellos descubrimientos anatómicos fue el único que describía aquello: había crecido. Al acabar de peinarse, dejó de mirarse en el espejo mientras se colocaba unos aros de oro puro que había sido regalados por su abuela . Los numerosos brazaletes seguían en su mano, al igual que la cruz que colgaba en su cuello. Dejó atrás la carreta, unos minutos después de arreglarse. Bastaba releer cinco veces la carta para saber donde iban a encontrarse . Un local totalmente desconocido por la gitana. Solo se dejó guiar por el nombre. Antes de abrir la puerta , se quedó en silencio, pensando que aun tenía tiempo para echarse atrás. “ ¿Echarte atrás, Lyuba?.¿ Por qué?. Esto es lo que en verdad quieres. Has llegado lejos gracias a tu optimismo y ahora…¿pretendes dejar que se esfume porque la conciencia te lo manda. Deja las estupideces y entra, seguramente están esperando a que todos llegaran “. Se mordió el labio inferior una vez mas, reprimiendo responder a aquella vocecita ya que eso llamaría la atención a la gente que pasaba por su lado. Abrió la puerta y entró con paso decidido y con la mirada fija en las personas que habían llegado antes que ella. Solo pudo observar a su maestro, los demás eran desconocidos que pronto iba a conocerles . Con la expresión seria y respetuosa, saludó – Buenas noches – fueron las únicas palabras marcadas con un acento rumano, que la morena dejaba escapar. La reunión se trataba de poderes, pero ella el poder del aura no sabía dominarlo a la perfección por eso ahora mismo percibía tantas emociones juntas y también algo sobrehumano que impedía hacerla pensar.

{Perdonen si me a salido demasiado largo O.o xD}

por **Sigfrid Oakenshield** Dom Mayo 22, 2011 2:55 pm

*Mi padrastro les habia abierto la puerta del local y del restaurante traia conmigo unos cuantos kilos de carne en brazos por lo que abri las puertas de par en par con una patada sencilla pero con la fuerza sufienciente para permitirme entrar. Al ver a toda la gente ya reunida sonrie de manera macabra y entre al restaurante*

-Sean Bienvenidos al Circulo del Infierno... Soy Sigfrid.

*Dije mientras me diriguia a la cocina con los "paquetes" que a simple vista si disimulaban el hecho de que fueran cuerpos de algunos de mis enemigos, no eran muchos pero si podia aprovecharlos lo suficiente como para tener carne de la mejor calidad para cuando se ignaurara el lugar, lo cual seria pronto y invitaria a muchos*

-Lamento si me he tardado espero que mi padre les haya atendido bien. Joven Darcy me da gusto saber que todo ha salido bien hasta ahora, sientance libres de ordenar lo que vos gusteis la casa invita......

*Dije atravez de una ventanilla que daba a la parte frontal del restaurant y tomaba entre mis manos el cuchillo cuadrado de carnisero para hacer los cortes en la "carne" mientras esperaba que me dijeran sus ordenes*

por **Matthew Corax** Jue Mayo 26, 2011 12:39 am

Conté tres hombres y tres mujeres antes de decidirme a entrar. A diferencia de las ocasiones anteriores en que pude pasar sin problemas, esta vez habia un tipo malencarado en la entrada. El hecho de que no hubiera ninguna otra presencia en el lugar confirmaba la sospecha de que cerraron el lugar para que la reunion clandestina tuviera su cede en semejante antro. Percibí el aroma de otros como Hagen - de modo que son lobos los que estan detrás del movimiento - y una corriente helada que nacía en mi espina se derramó por toda mi piel.

Mostré al tipo la carta que me dejaran tan providencialmente en el buzón del viejo apartamento - justo ahí, a pesar de los meses que tengo sin visitar el lugar - El tipo miró el papel y bufó algo ininteligible para luego abrir la puerta. La esencia armonizaba entre humanos y lobos, pues había un solo hijo de adán y una sola loba, mientras que en la mesa se encontraban dos hijas de eva y un hermano lobo. Uno mas se hallaba de pie, como si regresara de la cocina. ¿Que intenciónes podrían albergar estos seres? Los humanos parecían gente común, con un estilo sobrio de vestimenta pero que denotaba un gusto fino, sobre todo en la elección de los cortes en los trajes de los caballeros, sin demeritar a las hermosas damas. ¿Persiguiendo que fin, esta gente bonita atentaba contra la monarquía Fontaine?

- Bonsoir. Me parece que son ustedes las personas que me han citado aqui. Mi nombre es Mat; Mat Corax.

dije cuando al sentir en mi la atención de los presentes, y puse sobre la mesa el tremendo panfleto con una sonrisa afable.

por **Henry Birdwhistle** Sáb Mayo 28, 2011 7:15 pm

No pasaron ni cinco minutos cuando escuchó llegar el carruaje ya tan conocido. Casi enseguida entraron Doreen y Milo del brazo. Ella se notaba un tanto nerviosa y emocioada al mismo tiempo. Iba a saludarlos cuando ella le abrazó. Darcy se levantó y correspondió el abrazo besando su frente después para poder mirarla bien. Estaba arreglada muy cuidadosamente, quizá un poco más de lo acostumbrado y Milo por otro lado se sentía como pez en el agua, se notaba a leguas. Como buen estratega y soldado que era, era en este tipo de reuniones donde brillaban sus capacidades militares de las que estaba tan orgulloso.

-Bienvenidos, señorita Doreen, Milo- sonrió haciéndole un ademán a Doreen para que ocupara el lugar que Milo le ofreció volviendo a tomar asiento a su vez. Río cuando justamente después de que el teniente hiciera ese comentario de la bebida, llegara un mesero para darle el vaso que había pedido, como respondiendole -Así es Milo apenas voy llegando,¿quieren algo de beber o de comer?- Extrañamente Darcy no pensaba mucho en las posiblidades de la cena, estaba más entusiasmado con lo que aquella asamblea significaba. Su mente repasaba los puntos a abordar, buscando cualquier cosa que no estuviera tomando en cuenta.

Unos momentos después atravesó la puerta Corinne, también ataviada elegantemente para la ocasión. Darcy se entretuvo un momento con la idea de que era casi una ironía que los que se estuvieran levantando contra la Monarquía para pedir igualdad estuvieran reunidos en un restaurante tan pomposo y fueran vestidos de manera tan refinada. Darcy se levantó e inclinó la cabeza a manera de saludo.

-Buenas noches señorita Corinne me alegra que haya venido. Una dama como usted siempre llega en el momento adecuado, nunca tarde y como ve apenas vamos empezando.- le dedicó una sonrisa y le ofreció con el brazo extendido el asiento a su derecha. Escuchó perfectamente el titubeo de una mujer antes de abrir la puerta y rebelar a Lyuba. Al fin conocía a la dísipula de Milo. Era atractiva en aquél vestido sencillo de color azul oscuro y emanaba cierto poderío en la mirada que imponía, a pesar de sus escasas palabras. También le invitóa sentarse del mismo lado que Corinne -Sea bienvenida... - apenas terminaba de decir esto percibió el aroma inconfundible de la carne muerta, carne humana. Luego pudo ver de donde provenía cuando entró Sgfrid con aquél bulto en cargando y esa entrada tan típica de un lycano que no tenía ningún problema con su condición, aparentemente. -Muchas gracias por servir de anfitrión caballero. Nos han atendido bien y hasta ahora todo a ocurrido sin contra tiempos- hizo un asentimiento en agradecimiento por los ofrecimientos de Sigfrid. Nadie exepto las criaturas sobre naturales se darían cuenta de lo peculiar del menú de esa noche. La tentación de provar aquella carne que se le había negado tanto en forma humana como lobuna, por primera vez, era grande. Decidió dejar la desición a alguién más. -Probaré lo que me recomiende usted, seguramente sabrá que platillo me gustará más- dijo finalmente con media sonrisa, en cuanto volvió a tomar asiento llegó Matthew.

-Un gusto verle en persona finalmente señor Corax.- miró la carta que le había llevado tanto tiempo escribir para poder enviarlo a todos. Todo explicado allí con lujo de detalles y lo que no se vería esta noche. Ya al fin podria ponerse en marcha todo. -Antes de empezar permitanme hacer las presentaciones. Sí yo soy quien los ha convocado a todos y por una u otra razón los hemos elegido, entre el teniente Milo Van Dick aquí presente- lo señaló con la mriada -Y mi persona. Soy Darcy Trudeau, Conde de Montecristo. También estan la señorita Doreen Caracciolo, la señorita Corinne Blanchard- fue nombrandolos uno a uno señalandolos con un ademán al mismo tiempo -la señorita Lyuba Yumara y nuestro anfitrión, dueño de este hermoso e imponente lugar, Sigfrid Van Castle. Ahora en lo que llegan los demás creo que ha llegado momento de hablar de lo que nos concierne esta noche. Han sido convocados para responder a un llamado, para contemplar la posibilidad de devolver la igualdad al pueblo, de darle una voz y un voto con aquellos que nos gobirnan y toman las desciones. Y si estan aquí es porque como yo, se han dado cuenta de que esto no puede ser posible mientras la Monarquía siga en pie- sonrió ampliamente, esperando la reacción de los Revolucionarios.

por Invitado Dom Mayo 29, 2011 6:16 pm

Otros asuntos me habían mantenido ocupada mas de la cuenta y para cuando había vuelta a casa para cambiarme Corinne se había marchado ya, ni modo..tendría que irme solo, antes de salir nuevamente Bella se interpuso en mi camino.-Escúchame bien Black, no quiero problemas de ningún tipo ¿queda claro eso? no quiero que la historia se vuelva a repetir ya bastante hago con soportar a tu juguete en esta casa como para tener que revivir el pasado .- estaba mas que cabreada y se notaba .-No quiero ver nuestro apellido involucrado en esto ni tampoco que vengan a la casa...se me acerco un poco mas dejándome notar su perfume.-por que a mi no me va a temblar la voz cuando le comente a los del consejo lo que estas haciendo y mucho menos te voy a salvar...estas advertido.- se dio media vuelta y se largo, sabia bien que esa advertencia iba mas que enserio, tanto ella como yo no hablábamos por hablar y eramos los peores cobrando las venganzas.-Si no fueras mujer...me darías mas miedo mi ama hermanita.- colocándome el sombrero salí de la casa para subirme al carruaje que ya había vuelto por mi.

De camino a la reunión pensaba como ser participe de todo sin salir perdiendo y mucho menos sin arriesgarla a ella o a Corinne.-debo ser cuidadoso y no exponerme mas de la cuenta.- mientras el carruaje se movía con rapidez en mi mente se movían diversos planes, algunos a favor de la reunión de la cual seria parte en algunos minutos mas y otros a favor del consejo ..que eran los que realmente me preocupaba mas, pues tenían el control casi total de toda Francia..con calma...no seas idiota..había mucho en juego y las apuestas eran todas a ganar y yo obviamente quería ganar. Un cuarto de hora me había demorado en llegar hasta el lugar de la reunión y desde la ventana del carruaje se notaba que algo pasaba al interior del local...si supieran...nos arrestarían a todos ahora mismo..- una risa casi burlona se dejo escuchar al interior del coche.-Bueno a lo que vinimos.- abrí la puerta del carruaje por mi mismo y di instrucciones de que se quedara a dos cuadras del local por cualquier cosa.

Aquel lugar era bastante "llamativo" para un reunión pero al parecer eso no importaba, con paso firme me acerque hasta la entrada y solo le dirigí una mirada al hombre que resguardaba el ingreso, mostrar el papel estaba demás, ademas era lógico que solo acudiríamos ahí ciertas personas, como si nada el tipo de mal semblante abrió la puerta y me permitió el paso.-Gracias..-susurre mientras ingresaba a la tienda y observaba todo con cuidado hasta que me percate de un olor nauseabundo llenaba todo el lugar, los manteles, las flores y cortinas todo absolutamente todo estaba impregnado con aquel desagradable aroma..poniendo mi mejor cara me acerque a la única mesa que estaba ocupada y quitándome el sombrero salude a los presentes.-Muy buenas noches tengan todos ustedes, me disculpo por el retraso pero obligaciones de ultimo momento me han mantenido ocupado.- con cordialidad salude a todos con un ademan de cabeza.-Me presento damas y caballeros, soy Fenrir Black.- así que yo era el único inmortal hasta el momento en la velada...interesante.

por **Doreen Jussieu** Mar Mayo 31, 2011 2:34 am

Un breve abrazo había sido suficiente para notar la tranquilidad del conde. Se veía bastante seguro, entusiasmado, mostrando aquella elegancia en el lugar. La pequeña y delicada mano de Doreen se enredo en la de Milo mientras este le ayudaba a tomar asiento. Aspiro un poco de aire para después soltarlo. ¿Quienes serían los que vendrían? ¿Conocería a alguno? Una mueca se formó en su rostro, la curiosidad la estaba llenando de nerviosismo y para nada podía perder la razón en ese momento. Tiro un poco de Milo mientras buscaba su mirada, en ocasiones se alegraba de no tener que decir alguna palabra para que él pudiera entenderla, esta vez no sería la excepción y suponía que él iba a entender que no lo quería lejos de su alcance. Ambos se veían tan cómodos que cerró los ojos por unos momentos para intentar empaparse de esa seguridad y tranquilidad. No tardó mucho tiempo en poder guardar la compostura, ella misma se sorprendía del manejo que tenía de su persona, de no verse tan frágil como en otras ocasiones, de poder estar ahí sin dudas y ganas de salir corriendo. - Un poco de agua no me vendría mal - Susurró a penas, su voz aunque estaba siendo más suave de lo normal podía notarse tranquila, bastante firme.

Tiempo es lo que había agradecido Doreen por tener más antes de que llegará alguien más. Tenía un debate interno de como poder comportarse como era debido. Después de un tiempo de pensarle mucho prefirió tomar una postura un poco despreocupada y aprender a disfrutar el momento tanto como el conde y el teniente lo estaban haciendo. La llegada de alguno de los miembros al lugar la relajo más de lo que creía, por un momento pensó que en realidad nadie tendría el valor de asistir al lugar, pero estaba equivocada, había llegado de uno en uno personas que tenían el valor y el amor suficiente como para luchar por un bien común. Algunos rostros se le habían hecho conocidos probablemente en las calles parisinas había sido en el momento en que pudo captar los rostros y tenerlos como un pequeño recuerdo. Dio un suave apretón a la mano de Milo mientras le dedicaba una sonrisa complice. Escucho atenta los nombres de cada uno de los presentes, cuando toco el suyo hizo una ligera inclinación de manera educada a cada uno de los presentes.

Un extraño entusiasmo en su pecho se fue formando conforme las palabras del conde. Ladeo el rostro un poco mientras lo veía y le dedicaba una sonrisa amplia. Doreen no sabía que decir por eso era preferible guardar silencio y que ambos caballeros que habían organizado aquello comenzaran a darle un poco más de forma a las cosas. Cuando Darcy terminó su vista se poso en los presentes intentando descifrar lo que pensaban o sentían pues el rostro los delataba demasiado. Seguridad, emoción, confusión, orgullo, todo era una mezcla en aquel lugar. Se detuvo su mirada en Milo esperando a que dijera algo. El mesero había llegado apenas con su vaso de agua, ella lo tomo con cierta torpeza pues su mano temblaba un poco, fue ahí cuando se dio cuenta que el miedo estaba presente en ella, un miedo a ser descubiertos, un miedo al ser vigilados, un miedo a que todo saliera mal, pero por más miedo que tuviera, aun seguía creyendo, aun tenía fe.

por **Maicol Musso** Jue Jun 02, 2011 4:36 am

El pequeño huérfano cogió su abrigo y cubrió con éste sus desgastados harapos, para salir de la Catedral rumbo a su destino. Las noches Parisinas ya no eran tan frías como en el invierno, pero el vapor proveniente de su aliento nublaba su vista de la misma forma que en los estados más gélidos del año. Con sus manos en las carteras de su abrigo jugaba tirando de a pedacitos aquella nota que representaba su invitación a la obra que el Conde Trudeau y compañía organizaban. Fue la misma madame Silveráux quien habría descubierto su libro de hechizos mientras la señorita Caracciolo le enseñaba más tips para la lectura. A raíz de eso, madame Silveráux descubriría que el joven Musso tendría aptitudes para crear todo tipo de pociones y médicamente que ayudarían a su causa.

El hecho de sentir que podía ser útil para la sociedad lo hacía sentirse lleno de orgullo y satisfacción. Aunque lejos de comprender dicho dilema y asuntos políticos, el joven Maicol se preguntaba a cada momento si aquello que estaba haciendo era lo correcto o no. ¿Sería eso lo que su madre hubiera deseado para él?. ¿Aquello lo llevaría a progresar en su vida y lo ayudaría a salir de la miseria y decadencia en que vivía por sus propios medios?. Esas eran unas de las tantas preguntas que el pequeño vagabundo se hacía mientras se aproximaba hasta "Le Cercle de L'enfer". Un nombre demasiado blasfemo para su gusto, pero a la vez un nombre que lo marcaría de por vida.

Las enormes puertas del lugar se toparon en su camino. Sacó sus manos de las carteras de su abrigo para empujar con ambas dichas puertas de roble gris verdoso, las cuales se abrieron con pereza dejando a la vista el interior del inmenso y lujoso lugar. Maicol se deleitó unos instantes, curioso, con la vista recorriendo cada extremo del techo de la taberna. Armason y arcos adornaban el techo simulando columnas vertebrales de huesos, los que le daban un aspecto algo tétrico al lugar, mientras en una mesa centrada se encontraban ya el grupo de personas a las cuales entregaría sus habilidades con la creación de pociones y medicinas de todo tipo. Sonrió al ver a Doreen junto a aquel Teniente que tanto miedo y respeto le inspiraba; Van Dyck. Pero sus pasos fueron interrumpidos por un hombre alto y corpulento, de apariencia tosca y poco amigable. Sin siquiera preguntar cogió del brazo al pequeño Parisino con intensión de sacarlo del lugar. - ¡Vengo con ellos! - alertó el muchacho llamando la atención de los presentes. Los que le conocían, al menos de vista, asintieron y el hombre desistió dándole el paso al pequeño. Sobó su muñeca con la mano libre, pues el hombre le había hecho algo de daño. Se aproximó hasta los demás, específicamente al lado de la señorita Caracciolo y cogió su mano con fuerza. - L-lo siento, señorita Do... Caracciolo, yo... - tartamudeó cabizbajo, disculpándose a los presentes y cogió un vaso de agua que le habían servido, irónicamente para pasar el mal trago que debió haber pasado. Si bien serviría de mucha ayuda, los demás eran conscientes de que era solo un niño, o al menos eso parecía.

por **Mina Wayne** Jue Jun 02, 2011 10:43 pm

Casi corriendo llegue al restaurante pues ya iba muy tarde. "Tonta, tonta, tonta...!" no dejaba de recriminarme por semejante descuido. Desde hacia semanas que se había estado planeando esta reunión y yo había vigilado el lugar todas las noches y transformada en gato, cerciorandome de la fidelidad de nuestro aliado y la seguridad del lugar, tal y como el Teniente me había ordenado. La fecha estaba marcada con letras rojas en el calendario y apenas a mi podía ocurrirse me el ponerme a arreglar la biblioteca precisamente ese día. Arreglándome apenas con un vestido negro de lino y unos zapatos a juego, me apresure a tomar el morral de tejido que habia hecho la semana pasada y me recogi el pelo en una coleta alta, apresurándome tanto como pude a ese lugar que con tanto afan habia visitado y que tan poco me gustaba.

No, no me gustaba para nada la fachada siniestra, el ambiente de maldad que cubria todo ese lugar... y luego su nombre! menudo nombre se vino a inventar al señor Van Castle: "circulo del infierno" ¿Se esperaba que con ese nombresito iba a tener mucha clientela? Lo peor es que si la tenia, todas las noches ese lugar solía abarrotarse de personas un poco raras. Era una sensación, el antro de lujo del sub mundo. Y ahora iba a servirnos de nido para los planes de revolución. ¿Como habia acabado tan involucrada en esto?

Mordí mi labio inferior un poco incomoda cuando le entregue mi carta al corpulento individuo que cuidaba la entrada con cara de pocos amigos y me dejo entrar con tanta displicencia que me puso nerviosa... pero mas nerviosa me puse al momento de entrar y toparme con todas esas caras tanto las conocidas como las que no. Doreen ya estaba ahi, aun lado del reservado Teniente, el pequeño Maicol y por supuesto el Conde Trudeu, a la cabecera de la mesa... dirigente de todo esto.

--- ¡Buenas noches! --- Apenas salude, haciendo una reverencia general y luego acercándome un poco a una de las sillas disponibles. Salude con la mirada a a los presentes y luego la detuve en el Conde, casi pidiéndole una disculpa con la misma.

por **Matthew Corax** Jue Jun 09, 2011 11:32 pm

Como atraidos por la inercia de mis pasos llegaron mas personas a la peculiar reunion. Un viento helado recorrió mi espalda al notar que uno de los invitados a la reunion era un vampiro. Un sudor frío asomó ligero a su piel y el odio acudió a los puños que se cerraron con fuerza. ¿Podría estar esta criatura involucrada en la desaparicion de Kelpie? Mas como si su recuerdo levantase del suelo un aroma nuevo, comence a apercibir una presencia que se acercaba a toda prisa.

La velocidad con que llegó al lugar me hizo olvidarme del vampiro y no prestar demasiada atención al jovencito humano que vino tras él. El pulso era la clara y vibrante vida de una cambiaformas. La puerta de madera se abrió para revelar a una mujer. - one of us... - mis ojos se tornaron los de un ave para poder mirar a detalle el rostro de la cambiaformas, mi corazón se trepó a la garganta como si quisiera salir a saludarle antes que mi cuerpo. Una sonrisa rápidamente disimulada asaltó mi rostro hasta entonces controlado y sereno.

- Bonsoir mademoiselle

Esta hermana tenía una esencia parecida a la de Krimson, apuesto que el rey no me creerá cuando le cuente con quien me he topado en el Circulo del Infierno. Ella no hace ningun gesto, parece pasar de largo sin demostrar si acaso esa energía que me envuelve y me recorre en su cercanía le afecta de algun modo. Quizá sólo es prudente, tal vez yo debiera ser más prudente.

- ¿Esperamos a alguien más, Mr. Darcy? - deje caer casualmente al sentirme de pronto ajeno a todos esos rostros que corrian a juntarse unos con otros y reconociendose. Reparando por primera vez en mas joven de los humanos. Un halo de mágia que emana de su pecho nos envuelve sin que nadie parezca notarlo. - Es decir, con cuantas personas esta contando para llevar a cabo esta noble empresa? -

por **Henry Birdwhistle** Vie Jun 10, 2011 11:01 pm

Si estaba haciendo tiempo era precisamente porque no faltaba el que llegaba tarde, además todavía no se presentaban todos los miembros del movimiento y algunos más de ellos tenían representantes que acudían en su nombre puesto que revelar su identidad a cualquiera resultaría sumamente peligroso. Además también estaba aguardando a la llegada de Sybelle y su "paquete especial" para poder continuar con aquella junta clandestina.

Entonces llegó el vampiro Fenrir Black disculpándose por su retraso y saludando elegantemente. Darcy correspondió al saludo con otra inclinación de cabeza y le hizo ademán de que se sentara del lado izquierdo. Casi enseguida arribó el joven Maicol tropezando con el guardia en la puerta que no quería dejarlo pasar y después en medio de todo el ruido de la confusión y tartamudeando una disculpa se situó junto a Doreen que había permanecido en silencio, atenta y escuchando. Ese joven brujo podía parecer algo torpe y poco disciplinado, con poca educación y venido de los barrios bajos, pero ellos habían visto su potencial. Doreen lo había descubierto como brujo cuando le daba una de sus clases para aprender a leer y escribir. Un libro de hechizos y conjuros mágicos en su pequeño morral, un descuido y allí estaba la revelación... Alguien así, tan joven para ser moldeado y con tanto potencial sería una buena adquisición para el grupo y muy útil a futuro.

Darcy sonrió al ver llegar a una nerviosa y siempre entusiasta Sybelle que saludó a los presentes de una forma muy sencilla pero graciosa. No, no sabía olvidado de su tarea, él estaba seguro de que en aquél bolso estaba lo que le habían pedido traer. Recorrió con la mirada al multifácetico grupo, había lycans, una gitana, un vampiro, humanos, un brujo y dos cambia formas, contando a la recién llegada. Matthew se notó extrañamente inquieto y un poco a la defensiva cuando llego la fémina felina, Darcy se dio cuenta del intento que hizo por disimularlo, pero su olfato y el ligero sobre salto de su corazón lo delataron para aquellos que tenían los sentidos agudizados...

-Aún faltan varios miembros, señor Corax, pero ya no esperaremos más tiempo. Estas juntas serán cortas y se harán exclusivamente cuando sea necesario que nos veamos para ponernos de acuerdo en alguna cosa respecto al movimiento. De otra forma nuestra comunicación sera por cartas- Respondió sosteniéndole la mirada y luego fue recorriendo cada uno de los pares de ojos distribuidos a lo largo de la mesa. -No podemos arriesgarnos a ser descubiertos o a que se sepa que tan grande a llegado a ser el grupo de revolucionarios que se han congregado. Esta la de a partir de esta noche nombrada "Hermandad del Dragón Azul" cuya ambición es traer justicia, equilibrio y humanismo a los ciudadanos franceses.- esbozo media sonrisa al decir el nombre en voz alta por primera vez. Había escogido cuidadosamente, pero no lo explicaría hasta que alguien lo preguntara... -Así que les recomiendo la mayor discreción posible. Pasaremos a discutir ahora lo que nos apremia. Esta reunión es la muestra de que el pueblo pide un cambio urgentemente, lamentablemente no todos están dispuestos o tienen la posibilidad de ayudar a la causa debido a su posición o situación personal; es nuestro deber ahora que hemos aceptado tomar esta responsabilidad, asegurar que los beneficios lleguen a todos por igual y pelear no solo por nosotros mismos. Para empezar a cada uno se le será asignada una misión en concreto para comenzar a darle forma a nuestro sueño. Las hemos diseñado conforme a las habilidades y potenciales de cada quien.- detuvo su mirada en Milo -El teniente Milo Van Dick les dara los detalles.-

Debían darse prisa para poner todo en movimiento puesto que el Rey no tardaría en organizarse y empezar a mover también sus piezas. Darcy confiaba en la ventaja que le llevaban y que seto sería suficiente para evitar una sorpresa desagradable...

por **Milo Van Dyck** Sáb Jun 11, 2011 12:16 am

El teniente asintió con la cabeza una sola vez a las palabras de Darcy y recorrió a los presentes en última mirada rápida. Según su criterio habían asistido pocos de los integrantes pero eran realmente suficientes. Con seguridad en sus pasos abandono su área detrás de Doreen para acercarse a la barra donde se encontraba el dueño del restaurante. – Sírvale a todos los que usted sabe pueden comer una porción de lo mejor de la casa junto con una copa de vino, pero hágalo después de dar los avisos correspondientes. Por el momento venga a la mesa con nosotros. – El moreno se acerco nuevamente a los presentes con seriedad -. Caballeros, señoritas. Su servidor en compañía de mis hombres estuvimos estudiando a cada uno de ustedes, probando que habilidades poseían y como podían usarse, en base a eso se crearon una serie de misiones totalmente particulares y especializadas a sus posibilidades. – La mirada de Milo se enfoco en Sybelle y luego volvió a pasearse en los presentes. – Antes de dárselas, no crean que somos los únicos en este movimiento, habrá mas aliados que conocerán mas adelante y tampoco olviden que todos somos útiles a la causa, pero no indispensables. Ni siquiera yo.

Se dio un momento para dejar a los presentes digerir sus palabras. Preguntándose hasta ese momento Milo a que venia el nerviosismo de su pupila, Lyubba, y a quien se le había ocurrido invitar al joven hechicero. Lo desaprobaba totalmente pero eso era algo que hablaría una vez terminada la sesión.

- Todos tenemos que hacer nuestro trabajo con la mayor discreción, eficiencia y menos tiempo posible. Nos hemos metido en un movimiento realmente importante y riesgoso, del que a estas alturas ya nadie podrá salir. Si ganamos todos tendremos grandes beneficios, pero si fallamos la monarquía no tendrá piedad. Por el bien propio, tenemos que pensar en el bien de todos. – Hizo un gesto con su mano hacia la cambiaformas. – A continuación la señorita Silveráux. Les entregara a cada uno un sobre con su nombre, donde vienen las instrucciones de sus misiones. Si tienen alguna duda, tenemos la cena para discutirlo.

por **Mina Wayne** Sáb Jun 11, 2011 1:57 am

Era un poquito extraño estar sentada ahí observando los rostros de todas esas personas, la gran mayoría me eran desconocidas pero después de una noche de me habían dado las referencias de todos y cada uno... el vampiro distante y de gran porte era Fenrir Black... la joven rubia muy bonita de naturaleza lycan era Corinne Bla.... Bla... ¿Como era? ah si! Blanchard!... y el único cambiaformas ademas de mi debía ser el señor Matthew, que me miraba con una curiosidad apenas disfrazada. era extraño, pero siempre la cercanía de los cambiaformas nos atraía unos a otros como si la mera raza respondiera al llamado del hermano, me adelante a dedicarle a Matthew una sonrisa amplia y luego me tuve que devolver para prestar atención a las palabras del Conde, seguidamente del Teniente.

A leguas se notaba que quienes movían y "desmovian" todo ahí eran ellos dos, con toda la experiencia del mundo nos explicaban el ideal que seguíamos en esa lucha, los riesgos, las ventajas y las cosas que teníamos que hacer... Cuando la mirada pesada del teniente me llamo, tome mi morral con fuerza, poniéndome un poco nerviosa y justo cuando dio la orden me pare de inmediato sacando de mi bolsa los sobres marcados por un sello y el nombre completo de su propietario.

--- ¡Claro! Aqui tiene, Señor Van Casttle, Señor Fenrir, Señor Corax, Señorita Lyubba... --- Todos desde el pequeño Maicol hasta mi propia persona recibieron uno. Una vez finalice de repartir me quede de pie aun lado de la silla vacía que anteriormente había usado. Haciéndole una leve inclinación al teniente y le sonreí a los presentes, presta a cualquier otra cosa si la necesitaban.

por **Lyuba A. Yumara** Sáb Jun 11, 2011 3:41 pm

Un olor extrañamente hizo que Lyuba girara su cuello con suavidad para observar el culpable de aquel olor . Un hombre de apariencia sádica y sarcástica sostenía en sus manos unos cuantos paquetes. Seguramente de allí provenía el olor . Fulmino con la mirada al hombre , le parecía extraño y de poca confianza pero se acalló todos aquellos pensamientos cuando el hombre comenzó a hablar. “Círculo del infierno” , aquel nombre hizo erizar su piel con brusquedad y un escalofrío infernal recorrió la espalda de Lyuba. Seguía en pié, observando como desaparecía de su lado para dirigirse hacía la cocina. Apareció detrás de una ventanilla , volviendo a hablar. Por el momento, Lyuba no tenía hambre y solo se dedicó a encargar un vaso de agua con una voz tranquila y sostenida por el optimismo de no dejar a flote sus emociones y su entusiasmo. Desvió la vista, recorriendo el lugar con disimulo para luego volver a desviar su vista hacía un hombre que acababa de entrar. ¿De verdad aquello era tan serio?. Enfatizó su atención sobre el moreno que se había presentado como “Matt”. Lyuba hizo una inclinación de cabeza como saludo al hombre que acababa de entrar , incapaz de articular palabra por miedo de parecer ridícula. Giro su rostro hacía el hombre que parecía ser el líder, el cual acababa de ofrecerle la bienvenida a la gitana de una manera amable – Multumesc – agradeció en rumano , casi en un susurro inaudible para los demás. Dirigió sus pies hacía una de las sillas que estaban al lado de una mujer hermosa y saludando con una sonrisa, se sentó a su lado con suavidad.

Tras sentarse, Lyuba observó al líder, el cual había comenzado a hablar. En primer lugar presentó al maestro de la gitana y Lyuba clavó su azulada mirada en el teniente , regalándole una mirada cómplice. En segundo se presentó el líder y Lyuba curiosa, casi suelta un taco pero se reprime aquello mordiéndose el labio inferior. Nadie le había dicho que el líder sería un conde . Aun así también le observó por un rato para luego desviar la vista a cada una de las personas que eran nombradas por Darcy. Cuando fue nombrada ,la gitana dejó brillar una media sonrisa traviesa en su pálido rostro para luego continuar observando a cada uno de los presentes con curiosidad. Prestó mas atención en Darcy y sus palabras, palabras que producían latidos fuertes y emocionales en el pecho de Lyuba. Al fin la gitana podía hacer algo para el pueblo de Paris, al fin se sentiría tranquila y servible!. Su atención fue rápidamente interrumpida por una presencia que Lyuba sintió apenas cruzar el marco de la puerta. Arrugó su frente y se mordió el labio inferior, sintiendo aquel aura de seres diferentes y algunos desconocidos pero aquel hombre que había entrado en aquel momento no era nada mas ni nada menos que un dichoso vampiro. Si no fuera por el lugar en el que estaba , siendo un lugar público, se abalanzaría sobre el vampiro para arrancarle la cabeza. Respiró profundamente, con disimulo y cuidado de no ser descubierta. El odio y la repugnancia que sentía por cada uno de los vampiros era inigualable y no contaba si eran buenos o malos, eran todos unos monstruos . Alzó la barbilla, esta vez fulminándole con los ojos para luego clavarlos con brusquedad y frialdad en los del vampiro. Tampoco le habían comunicado que tenía que trabajar ,luchar, con los vampiros .

El vaso de agua que pocos minutos había encargado fue presente en frente de ella. Extendió su mano y apretó sus dedos en el vaso mientras lo llevaba a los labios para beber. Sentía la garganta seca solo por sentir la presencia de aquel ser repugnante. Otro vampiro se sumaba a su interminable lista de crímenes y mas cuando la gitana había prestado suma atención a su nombre . Sintió el frescor del agua acariciar su garganta y cuando creyó suficiente, volvió a colocarlo sobre la mesa con la mirada aun clavada en el vampiro. Un grito, un jaleo hizo que Lyuba volviera a desviar la vista hacía un joven que se alborotaba en entrar. Al principio creyó que deseaba dinero al ver sus ropas, pero se dio cuenta que también formaba parte de aquello. Deseaba olvidar al vampiro por toda la estancia y así poder prestar atención en la reunión pero algo le decía que era imposible. De un momento a otro la gente llegaba y Lyuba clavaba su azulada vista en todos, vislumbrando la curiosidad ante las personas que la rodeaban. Darcy volvió a hablar y Lyuba era todo oídos, repitiendose las palabras del conde en su cabeza y entendiendo cada una de las sílabas que salían de sus labios. Su maestro tomó la palabra y Lyuba le agudizó con la mirada . Se encontró con su mirada y entrecerró los ojos al notarle el nerviosismo que este poseía. A continuación ella recibió una carta y fue el motivo exacto para dirigirle una ultima mirada a su maestro. La abrió con cuidado para luego leerla. Había un plan , donde cada uno tenían una misión por cumplir. Buscó su nombre y leyó con suavidad y en susurros , solo moviendo sus labios con sensualidad “ Reclutar a un brujo y un gitano experimentados “ . Frunció sus labios , conocía muchos brujos y gitanos pero no entendía con exactitud de que debían ser experimentados. Tal vez en poderes, era lógico. En su mente buscó a las personas adecuadas pero no era suficiente, debía buscarlas en personas y así observar cuales eran mejores. Buscó con la mirada a su maestro, para luego seguir con la vista en los demás.

por Invitado Dom Jun 12, 2011 4:00 pm

Ya ubicado a la izquierda del cabecilla de esta reunión comencé a notar los pensamientos del cambiaformas y la que parecía ser una gitana, algo similar a una sonrisa de complacencia se dibujo en mi rostro mientras abría la carta con mi misión..a veces el ser el único tenia sus ventajas.-Comprendo...-murmure al ver mi pequeño trabajo, nada del otro mundo, difícil sí pero no imposible de conseguir.-Veo que las misiones son de carácter serio...-hice una leve pausa mientras guardaba el sobre en el bolsillo interno de mi chaqueta.-solo tengo una duda respecto a lo que se me ha encargado ¿debo conseguirlo por mi propia cuenta o contamos con ellos en estos momentos?.-no entre a describir lo que se me había pedido pues sabia bien que ambos tanto el Conde como Van Dyck recordaban a la perfección la función de cada uno, con calma cogí el vaso de agua que estaba a disposición sobre la mesa y le indique a uno de los meseros que lo cambiara por vino.-su mejor reserva por favor...- sinceramente no me importaba mucho lo que pensaran los demás al tocar derechamente el tema en la primera reunión pero era mucho mas practico ya que la próxima reunión podría ser mucho mas adelante y quizás las cosas podían salir mal..era mejor prevenir que curar.

Por otra parte los rumores sobre aquellas personas habían comenzado no hace mucho tiempo atrás y en menos de tres meses la propia seguridad de los miembros del consejo se había triplicado ¿tan bueno serian?..el riesgo era muy alto, de fallar la primera persona que caería no seria yo..si no Bella y con ella el consejo.-acabar con el consejo no es mala idea después de todo...pero ella también seria eliminada.- debía buscar la forma, mientras me mente repasaba ideas y opciones el mesero volvió con lo que había pedido dejándolo en la mesa para retirarse en silencio.-Gracias...- di una probada al vino mientras observa al resto como se analizaban entre ellos, desconfiando de todo y todos.-y bien señores ¿quien aclarar mi duda esta noche?.-pregunte con calma mientras sonreía.

por **Corinne Blanchard** Dom Jun 12, 2011 9:17 pm

El recibimiento por parte del Conde Trudeau fue de lo más cordial y acogedor. Logrando con ello que mi ansiedad se transformará en tranquilidad después de todo los primeros dos pasos, y los más difíciles, el decidirme a participar y llegar a la reunión, ya los había dado.

Después de mucho pensarlo ya había sopesado todo lo que esto implicaba y la firme decisión estaba tomada, ahora no había vuelta atrás.

Tome asiento en el lugar que me indico el Conde, a su costado del lado derecho.

Poco a poco el resto de los citados fueron arribando al peculiar punto de reunión. Hasta ahora en su mayoría desconocidos para mi. Esboce una enorme sonrisa cuando mire aparecer a Fenrir mucho antes de lo esperado, era bueno que no se perdiera detalle de lo que esta noche se trataría.

Eramos un grupo bastante particular y extraño, conformado por todas las razas lobos, cambiaformas, humanos y vampiros. Algo de pronto robo totalmente mi atención y era que hasta ahora el único vampiro presente era mi caballero, Fenrir Black, ¿acaso sería que era él el único en el movimiento? eso lo dudaba, o ¿sería que los demás no pensaban mostrarse tan abiertamente?.....me olvide de momento de ello al percatarme de la tensión entre las miradas de la chica sentada a mi lado y las de Fenrir, algo no estaba bien pero de momento no debía darle demasiada importancia.

Escuche con atención todas y cada una de las palabras que el Conde y el Teniente manifestaban, comprendiendo y analizando todas y cada una de ellas. Si desde un inicio debíamos actuar con cautela. Ahora conforme todo avanzaba debíamos ser mucho mas discretos y cuidadosos. El Conde mencionaba el nombre que le daba al grupo, espere un momento a ver si alguien más comentaba algo.

- Conde una pregunta ¿Por qué llamar al grupo “Hermandad del Dragón Azul”? – mientras el Teniente Van Dick terminaba de decir sus palabras y esperaba la respuesta del Conde tome entre mis manos el sobre que se me entregaba, lo abrí cuidadosamente y de igual manera leí cual era la misión que se me encomendaba. No me tomo por sorpresa, quizás eso mismo era lo que esperaba. Así que ahora ya solo era cuestión de ponerse a trabajar en ella.
No cabía duda de que ellos tenían pleno conocimiento de lo que todos y cada uno de los que participábamos podíamos hacer por el bien común que nos unía y a todos se nos encomendaban misiones de suma importancia.
Las dudas sobre el trabajo a realizar por parte de algunos no se hicieron esperar siendo Fenrir el primero que lo manifestó y solicito se le aclarara. Por mi parte quizás necesitaría un poco de apoyo, consejos pero estaba segura de cumplir con la misión que se me encomendaba.

- Señores yo preguntaría que tiempo tenemos para llevar a cabo nuestra misión individual?

por **Matthew Corax** Miér Jun 15, 2011 12:48 am

El hombre lobo sonrió a la pregunta. Su voz y sus expresiones hacian notar que tenía practicamente cada pregunta calculada. De modo que no me sorprendió el silencio que siguió a las preguntas de mademoiselle Blanchard... era un suspence que tuve el desatino de interrumpir.

Tomé la nueva carta con curiosidad. – ¡Cuanta murmuración! – Me parecía que el lobo Trudeau estaba cerrando el discurso de bienvenida con otro acertijo. ¿Acaso iba yo a permitirlo? Mas alguien vino y sirvió vino. Esperé a saborear un poco mas de aquel suave espiritu y luego inspirado por una de las hermosas sonrisas con que mi hermana Sybelle iluminaba el mismo Circulo del Infierno yo mismo sonreí ampliamente mientras interpelaba a todos los presentes mostrando la primera carta que recibí de estos Dragones…

- Suena idilico lo que se menciona en el plan… ¡Que los nobles conserven su nobleza! Mas creo que me he perdido la parte en la que explicaban: ¿Quién los va a mantener? Puesto que en el régimen que ellos comandan era el sudor de los pobres lo que ponía pan en sus mesas.

Mientras me movía por la sala a gran velocidad, usando mis dones de Ave como un suspiro hasta pararme justo detrás de Milo - en el trayecto - apenas unos segundos bastaron para echar un vistazo breve a la "misión" que me había sido encomendada.

- ¿Acaso no piensa Mr. Van Dick detenerse a explicar esa parte de su plan? ¿O es que será de su bolsillo que ahora viva la corona?

Hecho un vistazo rápido a todos los presentes interpelando a cada uno. Me queda claro que esta gente tenía intenciones de crear algo… de organizarse en un movimiento, ¡Un cambio! ¿Pero que clase de cambio sería tornar una monarquía por otra clase de dictadura? Di un par de pasos atrás mirando ambas cartas en mis manos.

- …Y supongo que cada uno tiene ya un cargo en este nuevo gobierno de ustedes… un lugar en el ‘esquema’ Mas ¿No han dicho que todos somos iguales? ¿Qué significan estas ‘jerarquías’ entonces? ¡Hablan de igualdad mas en este mismo lugar se congrega toda clase de fauna!

¿Como piensan, nobles señores, lograr esta ‘igualdad’?

por Contenido patrocinado

Reunión de Poderes (Priv.)

Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)

Re: Reunión de Poderes (Priv.)