Amabilidad francesa [+18]

por Invitado Lun Jun 07, 2010 10:26 pm

[Privado con Juliette Delacroix]

Después de dejar el restaurant, lleve a Juliette a mi casa en coche, como estaba a las afueras de la ciudad nos pasamos mas de media hora en el recorrido donde no hubo mucha charla, solo caricias a su blanco y delicioso cuello. Ella estaba vendada como habia planeado asi no podría ver el camino que habiamos recorrido y si planeaba regresar intacta a la civilización pues de la misma forma regresaría. Y no fue hasta que llegamos que pense en quitarle la venda pero después decidi hacerlo mejor en el interior de la casa pues no me arriesgaria a que la reconociera de fuera aunque sea cerca a la media noche.

El coche nos dejo cerca a la puerta principal, de donde ayude a que bajara -Pronto podras ver de nuevo- le dije animandola a que confie en mi. La guie por unas escaleras hasta que encontramos la puerta de la casa que se abrio incluso antes de que llegaramos a ella, los sirvientes estaban atentos. Le mande a uno de mis mas confiables mayordomos a que llevara una botella de vino a mi dormitorio, donde la conduci en seguida, solo una vez alli le quite la venda.

-Bueno, ponte comoda, lo mereces- dije sacandome la chaqueta y dejandola colgada en el repaldo de una silla.

por **Juliette Blackwood** Lun Jun 07, 2010 10:49 pm

El viaje hasta su hogar se me hizo algo largo, solo intercambiamos un par de palabras, mientras mi cuerpo se estremecía ante el contacto de su fría piel con la suya, comenzó a sentir una sensación de incomodidad, como si estuviese a punto de hacer algo de lo más estúpido, pero personas como ella no se arrepentían de sus decisiones salvo en muy contadas ocasiones.
-Por que tanto misterio- pensé. Sentí como el coche se detenía, sentía ansias de volver a ver algo de luz, baje cuidadosamente del coche con su ayuda, luego subí unas escaleras, mentalmente iba contando los escalones solo a modo de entretención -Me da bastante curiosidad el no poder ver nada- Reconocí afirmándome de él mientras subía.
Pronto me quitó la venda y me costó acostumbrarme nuevamente a tener algo de luz -Es un alivio poder ver de nuevo, aunque sería una buena forma de jugar- Sugerí medio en broma, medio en serio.
-Gracias- dije como respuesta a su invitación a ponerme comoda, me senté en una de las sillas y desaté mis cabellos, convitiendolos en una cascada castaña.

por Invitado Mar Jun 08, 2010 9:04 pm

-No te preocupes, los juegos empiezan recien- dije después de escucharla, se notaba aliviada de volver a ver y la verdad que habia sido un poco descortés al llevarla de esa forma pero no podía correr riesgos. Acababa de conocer a la mujer y por mas atraido que me sintiera hacia ella no podría decir que futuro le esperaba a mi lado, quién sabe, tal vez si me apetecia la hiciera una de mis protegidas pero para ello todavia faltada mucho que pensar y mucho que probar.

Vi como ella se soltaba el cabello, en ese acto su aroma me llego a llenar el pecho de un deseo insaciable, pero como buen depredador iba a disfrutar de mi presa por partes. En eso entro mi mayordomo interrumpiendo mi concentranción en ella, dejo una bandeja de plata sobre la mesa, en ella una botella de vino, dos copas y una fuente con uvas. Seguido el sirviente se retiro en seguida cerrando detras de él las puertas.

Yo me acerque y llene las dos copas de vino, le acerque una a ella y bebi de la otra. Obviamente el vino de mi reserva estaba mejor que el del restaurante, tome una uva y la lleve a los labios de ella -Una fruta no tan deliciosa como usted signorina- dije fingiendo porque el sabor de las frutas era como ceniza para mi, deberia agredecer que todavia podia degustar un buen vino.

por **Juliette Blackwood** Mar Jun 08, 2010 9:32 pm

Pestañee varias veces en un intento de dejar ver luces de colores nublando mi vista, cuando al fin pude ver con claridad, me dedique a admirar todo lo que me rodeaba, la majestuosidad de toda la habitación, era de lo más lujoso que había visto en mi vida, después de todo era solo la hija bastarda de una campesina y un gran señor. -Me encantan los juegos- admití chupándome el dedo indice.
Seguí mirando todo con un asombro un tanto infantil, no era de esas personas que se asombraban con facilidad, había perdido esa capacidad hacia muchos años, junto con la inocencia, pero tanto lujo, me parecía casi irreal. Acomodé mi cabello hacia un lado, mientras veía al mayordomo entrar, miré curiosa lo que había traido.
Lo vi rellenar las copas, si fuese una chica de alta sociedad tanto alcohol ya se me hubiese subido a la cabeza, pero ya estaba acostumbrada a el, tomé la copa que me tendía con una sonrisa -Merci, monsieur- le dije antes de darle un sorbo, era e vino más exquisito que hubiese probado. Abrí los labios para recibir la fruta que me ofrecía -Usted también se ve mucho más delicioso que la fruta- dije con simpleza, como si fuese lo más normal del mundo hacer ese tipo de comentarios y me acerqué un poco mas a él, sintiéndome cada vez más atraída.

por Invitado Mar Jun 08, 2010 10:02 pm

Levante una ceja despues de escuchar su aficción por los juegos, intarnamente pensaba que ella no disfrutaria de los mismos juegos que yo pero por un momento tal vez podria encontrar un punto medio en el que los dos nos sintieramos satisfechos o...podia ser totalmente egoista como en otras ocasiones y pensar solo en mi pero ella habia demostrado portarse bien hasta entonces, era un vampiro, un depredador y asesino a sangre fria, pero nunca habia perdido la idea de que algunas personas, solo algunas, merecen un buen trato mientras demuestren su valor.

Ella agradecio la fruta y yo bebi todo el contenido de mi copa para luego dejarla sobre la misma mesa donde se encontraba la botella, seguido me sente al lado de ella y respondi con una sonrisa picara a su comentario, le aparte el cabello de un hombro y me acerque a su cuello para tocarlo repetidamente con mis labios, fui subiendo por el hasta llegar a su oido -Con que clase de niña traviesa me estare relacionando- susurre y empeze a desnudar sus hombros para despues besarlos, su piel a diferencia de la mía incrementaba su temperatura y eso me placia.

por **Juliette Blackwood** Mar Jun 08, 2010 10:28 pm

Lo miraba atenta mientras bebía el contenido de mi copa, quizás después de todo el alcohol si comenzaba a hacerme algo de efecto, pero aquello ya no importaba, no era como su fuese una joven recatada que fuese a hacer una locura por el alcohol, solo iba a desencadenar más rápidas la reacciones maquinales de una cortesana, salvo que esta vez era solo placer.
-Con una muy traviesa, que no tiene pudores, ni tapujos...- le respondí con sinceridad, sin decir aun que era una simple, pero cotizada cortesana. Aparté mi cabeza hacia un lado instintivamente, mientras él besaba mi cuello para permitirle mayor libertad, mi piel comenzaba a subir de temperatura y mi respiración a agitarse, rocé mi piel con la de sus manos, aquel contacto me hacía estremecer, pero me gustaba, quería sentir su piel rozando la mía.
Me volteé hacía él rozo mi mejilla con la suya, seguramente podría sentir su calidez, y busqué sus labios con deseo, sin poder contenerme.

por Invitado Miér Jun 09, 2010 10:41 pm

Me alegro escuchar lo que ella acababa de decir, entonces no tendria que actuar tan delicadamente como planeaba con la chica y hasta tal vez podria emocionarme un poco e ir mas alla de lo que estaba dentro de mis reglas acerca de como tratar a las señoritas de sociedad -Entonces la pasaras mejor- dije murmurando a su oido. Seguido ella se volteó mientras la besaba y encontro mis labios que no tuvieron problema en satisfacer a los suyos y la besaba apretando los labios como si mordiera los suyos para luego introducir mi lengua en su boca y pasear con ella por su cavidad bucal toda.

A la vez que la besaba mis manos buscaban en su espalda los cordones con los cuales librarla de aquella vestidura, no le hacia falta para lo que le planeaba hacer, es mas, estorbaba. En un impulso se la arrancaba de una pero después la joven no podria volver en harapos, seria una descortesia. Asi que hasta que las encontre me tomo mas o menos 35 segundos soltarlas y empezar a deshacerlas para que su espalda empezara a quedar descubierta .

por **Juliette Blackwood** Miér Jun 09, 2010 11:02 pm

-Eso suena prometedor- me aventuré a decir con suma coquetería. Nuestros labios se encontraron y sentí la frialdad de los suyos, pero no me molestó, más bien me provocaron un agradable cosquilleo en todo el cuerpo, rocé mis labios con los suyos a penas, comenzando a mostrar mi pasión a cuentagotas. Cuando sentí su lengua en mi boca, la necesidad se hizo dueña de mi ser, y lleve mis brazos a su cuello, besándolo cada vez con mas avidez, rozando ahora mi lengua con la suya, como bien sabía hacer.
Mientras nuestras lenguas parecían enfrascadas en una sensual y deliciosa lucha, no noté siquiera como desabrochó con tanta facilidad las amarras de mi vestido, solo lo noté cuando el vestido comenzó a deslizarse por su piel en dirección hacia el suelo. Lo miré sorprendida, cualquier otra se hubiese espantado, pero yo estaba francamente cautivada -Vaya, que habilidad- dije riendo coquetamente entre el beso.

por Invitado Jue Jun 10, 2010 8:07 pm

No dije mas por el momento, despues de todo las palabras sobraban en esas circunstancias. Me deleite casi comiendo la piel de sus labios con los mios, obviamente no litaralmente porque no iba mas alla de la presión que ejercía en ellos mientras mi lengua jugaba con la de la suya. La gran diferencia es que tanto los labios como la lengua de ella, su cuerpo entero estaba a una temparatura muy contraria a la mia, seguramente ella no estaria notando pero dentro de poco, cuando se dejara dominar por el extasis se le olvidaria por completo.

Al caer el vestido de Juliette resbalando por esos tersos hombros ella parecio no estar al tanto hasta que despues le sorprendio algo, sonrei de lado y volvi a besarla en el cuello bajando por su pecho hasta llegar a sus senos, donde me detuve y volvi a subir a sus labios a darles un beso fugaz. Seguido me puse de pie y me encamine hacia donde estaba la mesa y la botella de vino, me servi un poco, tome un sorbo y deje la copa en su lugar. Al regresar donde ella me quite la camisa y la arroje por ahi, le tendi la mano esperando a que la tomara para llevarla a un lugar mas comodo -Creo que podrias sentirte un tanto incómoda si continuamos aqui- dije y le señale con la mirada hacia la cama, la cual solo se usaba en esas ocasiones.

por **Juliette Blackwood** Jue Jun 10, 2010 8:43 pm

Comencé a sentir más escalofríos al tocar su piel, a medida que la mía subía de temperatura, pero no me molestaba, eran escalofríos que aumentaban mi excitación. Pegué mi cuerpo al suyo mientras nos besábamos, sintiendo la firmeza de su torso y sus brazos, me aferré a él con deseo, poco a poco mi mente iba olvidándose de todo, no importaba la temperatura de su cuerpo, ni mi profesión, ni nada, solo importaba la pasión y el deseo.
Quedé casi desnuda frente a él cuando mi vestido acabó en el suelo, no tenía pudores con mi cuerpo, me limité a cerrar los ojos cuando comenzó a bajar con su besos y a soltar un pequeño jadeo mientras yo acariciaba su espalda y su cuello. Suspiré cuando el se alejó y me quede con la cabeza ladeada siguiéndolo con la mirada, tomé su mano en cuanto me la tendió y me levanté con la agilidad propia de una bailarina. -Si, su cama se ve muy comoda- le comenté mordiendome el labio y pegando mi cuerpo al suyo.
Miré algo sorprendida la palidez de su pecho, y lo recorrí lentamente con una mano -Aun más palido que yo- comenté sonriendo, aquello me parecía bastante extraño ya que mi piel era muy clara.

por Invitado Jue Jun 10, 2010 9:57 pm

Ella tomo mi mano, observe su cuerpo desnudo cuando estaba parada a mi lado, tan delicada ella y con todo eso se ofrecia sin ningún pudor a mis juegos, no tenia verguenza de mostrarse, era agradable verla y escucharla, que mujer mas confiada aquella que no se acobardaba frente a un completo extraño y mas aun, depredador.
-Deja de tratarme de tu, tal vez después de esta noche no vuelvas a verme asi que no cuesta nada tener un poco más de confianza- dije sonriendo de lado mientras la llevaba a la cama y la empujaba con delicadeza para que se semirecostara en ella. En eso llego a tocar mi pecho para luego confirmar lo que estaba pensando -Digamos que no tengo tu misma naturaleza- admiti empezando a cambiar el tono de mi voz, dandole más textura y un timbre casi hipnotico.
Como si fuera una presa la acorrale con ambos brazos a los lados de ella pero manteniendo la distancia de mi cuerpo del suyo. Entonces me fui a su cuello y le pase mi lengua por solo un costado, sentia su sangre, queria beberla.

por **Juliette Blackwood** Jue Jun 10, 2010 10:33 pm

Caminé con el hasta su cama, con su vista fija en mi cuerpo semidesnudo y a mía vagaba entre su torso y su rostro, le dio otro beso apasionado esta vez mucho mas corto, baje con mis besos por su cuello, por su clavícula. Mientras asentía a sus palabras -Está bien, Dorian. Te trataré de tu- respondí diciendo de de manera muy sensual su nombre, mientras me dejaba caer en la cama.
Oí en silencio como me decía lo de su naturaleza, no había que ser un genio para unir las piezas de aquel rompecabezas, su piel pálida y fría, había oído cuentos que me habían parecido patrañas acerca de criaturas como él, que vivían en las noches y se alimentaban de sangre -Vampiro- murmuré a penas algo dominada ya por el influjo hipnótico de su voz.
Sin darme cuenta como él me acorraló, pero no sentí miedo, sentía curiosidad, atracción, fascinación, no diría nada se guardaría aquel secreto. Ante el contacto de su lengua, moví mi cabeza a un lado, sin dejar de mirarlo -Bebe, solo no me mates- dije ofreciéndole además de mi cuerpo, mi sangre, en una actitud temeraria, casi suicida.

por Invitado Vie Jun 11, 2010 9:36 pm

Poco a poco su cuerpo fue quedandose ligero como una pluma, y ciertamente que era tan suave como una toda la textura de su piel blanca y por mas sorprendente que pareciera para una mujer cortesana como ella, porque ya me habia dado cuenta de lo que era, su rostro me parecio uno de los mas tiernos que habia visto hasta entonces en mis muchos años de vida, tal vez por sus ojos, los cuales parecian dos brillantes.

Al escucharla murmurar 'vampiro' curve una sonrisa, deje su cuello, me acerque a sus labios pero sin besarlos -Exacto, y ahora que lo sabes no podre dejaros partir- dije finalmente sellando mis palabras con un beso. Volvi a bajar a su cuello dispuesto a clavar mis colmillos en el, ganas no me faltaban pero entonces ella se ofrecio a que lo hiciera solo pidiendo de favor que no la mate.

Me detuve en el acto, mire por una vez mas su cuello y luego a sus ojos y me decidi a seguir con el rumbo de lo anterior antes de hacerlo, despues de todo un cuerpo tan hermoso y una mente tan brillante no podian desperdiciarse, a esas criaturas tenia que tratarlas lentamente, ahogarme en su seducción y llegar a extasiarme como tambien planeaba que ella lo hiciera en algun momento. Pensando en ello decidi besar su cuello y bajar poco a poco hasta sus exhuberantes senos, donde me detuve un momento y segui mi camino hasta su ombligo y seguidamente hasta su vientre todavia cubierto por un fragil pedazo de seda, donde me detuve, acaricie sus muslos con mis manos en un ritmo continuo -Antes de beber porque no me muestras lo que una cortesana sabe hacer- dije utilizando la misma voz manipuladora de antes, despues de todo en el estado semi hipnotico en el que se encontraba tal vez se sintiera aun mas libre de actuar.

por **Juliette Blackwood** Vie Jun 11, 2010 10:07 pm

Oí sus palabras y mi cuerpo fue recorrido por un sensación de miedo, temblé como una hoja movida por el viento, por primera vez en mucho tiempo sentía algo de miedo -Yo no diré nada, se guardar secretos- le dije con un hilo de voz, era cierto, como cortesana sabía muy bien guardar con recelo y reserva no solo los secreto, sino que también las identidades de mis clientes. Vi como pretendía morderme y cerré los ojos simplemente.
Más la mordida en mi cuello nunca llegó, en su lugar sentí sus besos, que comenzaban a bajar por mi cuerpo y suspiré, abrazándome a él con las piernas, mientras mi respiración se agitaba producto de sus besos y la pasión comenzaba a dominarme. Aflojé mis piernas para permitirle seguir su rumbo y solté un suave gemido al sentir sus manos en mis muslos, oí sus palabras que me sorprendieron un poco -Sabe lo que soy...- pensé mientras asentía, sintiéndome de nuevo dominada por algo superior a mi -Lo haré y verá también que no soy cualquier cortesana- dije suavemente, sacudiendo mi cabello.
Lo besé con pasión, y comencé a recorrer su torso con lascivas caricias, ya sin miedo, y como era común en mi sin pudores, no quería pensar, quería simplemente limitarme a sentirlo. Bajé con mis besos cada vez más intensos, a la vez que mis manos iban directo a su pantalón, para deshacerme de el, que ya a esas alturas incomodaba, pero pronto dejé aquello y tuve otra idea. Nuevamente le rodee con mis piernas, ronzando mi intimidad con su sexo, de manera lenta y enloquecedora, mientras volvía con mis besos a sus labios.

por Invitado Vie Jun 11, 2010 11:22 pm

Por un momento senti el temor en su voz, verse frente a la muerte era una imagen terrible obviamente, el no recordaba mucho de ello pero a esa criatura no planeaba maltratarla -No se si sabes guardar secretos pero no pienses en ello ahora, no te hare daño- dije tratando de que olvidara esa fea sensación, despues de todo al referirme en que no la dejaria partir no estaba haciendo alusión a la muerte.

Actue como tuve que actuar, ella se dejo llevar pues no era en vano decir que la lujuria se encontraba presente en aquella habitación, era una de las compañeras fieles a los vampiros. A medida que besaba su piel sentia su respiración, su vida escapandosele por los poros para satisfacer mi ansia ya no de sangre por el momento, ahora era netamente placer carnal, mi deseo era por su piel. Ella escucho mis palabras y respondio sin sorpresa -Bien...porque no te considero cualquier cortesana- dije recibiendo su cuerpo, su beso y sus caricias.

Sus manos encontraron mis pantalones y por un momento trataron de deshacerse de ellos pero aunque pense que esa era su intención ella cambio de planes, me rodeo con sus piernas y rozo su sexo contra el mio a la vez que volvio a besarme. Esa acción empezo a excitarme mas y lleve mis manos a sus senos para encontrar sus pezones y acariciarlos, luego baje por su cintura curveada y llege a sus caderas donde encontre la última prenda suya y empeze a deslizarla por su piel pero para ello tuve que separarme de su beso y librarme de sus piernas por unos breves instantes.

Me di cuenta que mis prendas tambien sobraban y me quite los pantalones para quedar en la misma condición que ella, desnudo. Seguido fui a la mesa donde se encontraba la botella de vino y apague las velas que hasta entonces eran las únicas que daban luz a la habitación. Por si acaso se me ocurriera cambiar de opinion a ultima hora y me alimentara como un depredador no queria que la ultima imagen de aquella criatura fuera aterrorizante. Volvi a la cama donde ella reposaba y me recoste a su lado mientras acariciaba la parte interior de sus muslos, luego me gire para quedar sobre ella y acaricie su sexo a la vez que volvia a besarla pero en el cuello.

por **Juliette Blackwood** Sáb Jun 12, 2010 12:13 am

Suspiré aliviada antes aquella aclaración, asintiendo silenciosamente, por alguna razón creía en sus palabras, o quizás prefería creer en ellas, que pasar esos momentos asustada. Respiré profundo a fin de poder hablar nuevamente -Soy cortesana, guardar secretos es parte de mi trabajo- le recordé, los hombre nos contaban muchas cosas y nosotras guardábamos los secretos, cual sacerdote que se guarda los secretos de confesión.
Comenzaba a ponerme ansiosa de oír sus palabras, sentía que cada confesión suya me confundía y me sorprendía, mis mejillas apenas se tiñeron de carmesí al oír aquellas palabras -Que no me considera cualquier cortesana??- le pregunte entre confundida e ilusionada, la perspectiva de que aquella criatura tan fascinante me considerara distinta a las demás cortesanas me parecía algo emocionante.
Estuve atenta a sus reacciones y las de su cuerpo ante lo que hacía, cada uno de mis movimientos era estudiado, no dejaba nada al azar, sabía muy bien que hacer en la cama. Lo dejé recorrer mi cuerpo, mientras yo seguía besándolo y rozadando su cuerpo contra el suyo. Cuando me quedaba sin aliento debido a a intensidad con la que lo besaba, él se apartó de mi para desnudarme y para desprenderse también de sus propias ropas.
Me acomodé en la cama en una posición sugerente, más no vulgar. Seguí atenta cada uno de sus movimientos, admirando en silencio la belleza de su cuerpo desnudo, hasta que apagó la luz y me fue mucho más difícil distinguir su figura en la oscuridad, Se me hizo una eternidad el tiempo que se demoró en regresar a la cama conmigo, quería tenerlo ahí conmigo y que disfrutásemos de lo que mejor sabía hacer. Dejé mi cuello a su disposición cuando vi que no se dirigía a mis labios y comencé a gemirle suavemente al oído, al sentir el toque de sus frías pero hábiles manos en mi sexo.

por Invitado Dom Jun 13, 2010 10:28 pm

-Inocente criatura, no soy un cliente y mi secreto no puede siquiera cruzar tu mente, sin embargo ya veremos que sucede cuando llegue el amanecer- dije acariciando su espalda. En otra época no la hubiera pasado mas de lo que era, una cortesana a la que se le pagaba por su trabajo y la satisfacción mia, eso cuando era humano mas que todo. Ella sin embargo no habia sido contratada a pesar de poder haberlo dicho en el restaurante, se habia dejado llevar allá tal vez por curiosidad a lo desconocido y por mi parte era notable el interés que de pronto me surgia por esa criatura, sin entender el por qué decidi posponer las decisiones a las que estaba acostumbrado, incluso yendo en contra de mis propias creencias hasta cierta parte -No, no tienes los ojos de una cortesana- comente a su oido, era lo primero que vi en ella y me confundio este hecho para no haber sabido desde el principio la profesión de la joven.

Después de que me pare para dejarnos a oscuras, la encontre en la cama esperandome en una posición sugerente, la oscuridad no me perjudicaba en nada mas bien me sentia mas a gusto porque la veia incluso mejor en cuanto a la textura de su piel. Cuando estuve recostado sobre ella y besando su cuello senti ganas de morderla asi que solo le di un pequeño mordisco despues de escuchar sus gemidos porque a la vez acariciaba su sexo que poco a poco se ponia mas húmedo, aquello aumentaba mi deseo, mi lujuria por la carne de aquella mujer.

De la pequeña mordida que le habia dado en el cuello, seguramente por lo afilados que eran mis colmillos, un punto rojo deje del que se desprendio una gota de su sangre. Le pase mi lengua por el lugar y cerre los ojos porque al probar aquella pequeña gota el deseo se desperto completamente en mi. Encontre sus labios y la bese con pasión, seguido aumente el ritmo de mis caricias a su sexo a la vez que el mio se encontraba excitado. Seguido en un movimiento ágil me gire quedando recostado pero la llevaba a ella conmigo para que quedara esta vez sobre mi, ahora mis manos volvian a sus senos, a darles caricias desde su contorno hasta su centro.

por **Juliette Blackwood** Mar Jun 15, 2010 10:55 pm

Sentí un estremecimiento solo con el oír sus palabras, que se sumaban a las caricias de sus frías manos en mi espalda, me limité a asentir, silenciosa sin querer contradecirlo, pero a pesar de que el no fuese su cliente, aun así ella podía guardar un secreto, estaba cautivada con su personalidad, con su belleza sobrenatural. Busqué nuevamente sus labios y sus besos con desesperación, hasta que me faltó el aire. -¿Por que? Entonces... ¿Que que te revelan mis ojos?- le pregunté con cierto interés, quería saber por que había dicho eso.
Me limité a seguir disfrutando de sus caricias y de sus besos en mi cuello, cuando sentí su mordisco solo pude ahogar un grito, que se perdió mezclado con un audible gemido provocado por las intensas caricias. Había sido placentero sin duda, más que doloroso, tenía mis ojos cerrados, y solo sentí su lengua recorriendo la zona que había mordido.
Fue notorio el cambio en él tras eso, pasión pareció exacerbarse, mientras mis gemidos comenzaron a incrementar su volumen, a la par que su mano aumentaban de intensidad, me aferré a él cuando se acercaba el clímax, pero este nunca llegó, por que de un momento a otro me vi sobre Dorian. Lo miré con lujuria unos segundos, y lo besé intensamente, comencé a bajar con mis besos y mi lengua, por su cuello, por su pecho, y seguía bajando hasta llegar a su virilidad y me detuve mirándolo a los ojos...

por Invitado Miér Jun 16, 2010 11:52 pm

-Revelan vida- dije en un susurro a su oido, tan faltas de significado podian sonar esas palabras pero en realidad no era asi, en toda mi vida de no-muerto habia aprendido a darme cuenta como no lo hacia antes, de que los humanos eran diferentes en muchos aspectos y uno de ellos era precisamente lo referente a la vitalidad que moraba en ellos. Habia conocido personas con miradas vacias, otras perdidas en el dolor, sufrimiendo de la vida o embriagadas de los placeres convertidos en vicios que a la larga habia olvidado el que deseaban verdaderamente. Lo que veia en los ojos de aquella mujer era lo contrario a esas personas, precisamente era vida, a pesar de su profesión y tal vez de lo que hubiera tenido que enfrentar en su vida humana era indiscutible el brillo de sus ojos, ansiosos por alcanzar esa vida que anhelaban, valientes y a la vez tiernos, era una presa como yo la llamaba, digna.

Una vez hechas las palabras a un lado, todo resulto como debia ser, al contacto de nuestras pieles. Su sangre deliciosa, dulce, me embriagaba haciendo que sintiera una quemazon en el cuello que me pedia mas pero a la vez entraba en lucha con mi deseo de poseer su cuerpo, despues de todo quien me prohibia que no pudiera hacer las dos cosas. Primero decidi satisfacer mi deseo carnal y por supuesto el suyo tambien. El cuerpo de Juliette era joven, sensual, sus curvas eran un camino peligroso para los mortales pero no para mi que pretendia recorrerlas todas y despues de estar besandola por el cuello y su clavicula senti que deseaba cada centimetro de ella. Sin duda el que estuviera acariciando incistentemente su sexo habia ayudado a que este deseo se avivace mas, despues de mucho tiempo estaba dudando de poder controlarme.

Al girar ella quedo sobre mi, el deseo tambien la hacia presa, curve una sonrisa al observarla entregarse a la lujuria, una buena amiga para esas situaciones, sus besos los sentia cálidos como si piel que en su parte habia estado casi ardiendo cuando estaba tocandola solo segundos antes. Ella se trazo el rumbo y llego hasta mi sexo, donde se detuvo y me miro, la mire y sonrei de lado, con algo de picardia porque despues de todo le habia pedido que me mostrara lo mejor de ella y solo aguardaba a ver lo que estaba pensando hacer en esa posición.

por **Juliette Blackwood** Vie Jun 18, 2010 11:17 pm

Aquella respuesta me confundió un poco, no comprendía que quería decir con aquello -¿Vida? ¿Y los ojos de las cortesanas no suele transmitir eso?- Le pregunté simplemente, sin saber como expresar las dudas que aquellas palabras me habían generado, además comprendía que no era el momento para tanta pregunta. Sabía que era distinta a las demás cortesanas, disfrutaba de mi trabajo y pensaba que en el mundo existían cosas mucho peores que vender mi cuerpo al mejor postor. Me preguntaba que si él como un ser sobrenatural, era capaz de ver más allá de lo evidente.
Recorrí su cuerpo con mis manos y mis labios, sintiendo su firmeza y deleitándome con aquella bella visión y su perfección. -Es como un ángel caído de cielo- pensé sabiendo que no existía mejor analogía que esa para describir lo que veía. Un ángel caído, eso era lo que parecía, tan perfecto pero a la vez letal, una bestia, capaz de matarme con una facilidad que seguramente sería impresionante, pero yo no tenía miedo, era estúpido de mi parte y lo sabia. Era como aquellas perfectas esculturas de mármol del renacimiento, al menos eso me parecía.
Crucé mi vista con la suya, y su expresión me alentó a seguir, en aquello que era tan buena, le dediqué mi mejor sonrisa pícara antes de seguir con mi labor. Comencé a besar su sexo y a lamerlo, mientras también lo atendía con una de mis manos, con suavidad y firmeza a la vez, sin apartar mi vista de él, mirándolo sensualmente, con los ojos llenos de deseo.

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