¿Crees en la fortuna? -Cédric-

Estaba en mi carpa, cubierta mi cara con la capa oscura, ocultando la mayor parte de mi cara a excepción de mis ojos, ya sabéis, dad la imagen de ser verdaderas adivinas ¡y es que lo era! Claro, pero ello no era algo que lo ventilara a los 4 vientos, no señor, mi tía Sere me había enseñado bien a mantener oculto no solo mis dotes de un gitano legítimo, sino que también la suspicacia y algunos truquillos de mi descendencia “gato-negro” osea, de bruja.

La mujer que consultó a mí, la de mi ultimo turno –hora de rellenar la tripa señores – dejó con algo de muecas, que tomara su mano y la leyera, además de adivinar su futuro venidero, a pesar de eso, no era como si fuera tan fácil como nos pintan los burgueses, campesinos y demás fuera de la comunidad Rom

- Um… infidelidad..engaño…¡oh! ¡separacion? Uh-uh…-dije divertida mientras alzaba ambas cejas y mis ojos cerrados cambiaban sus expresiones levemente -Le aconsejaría que cuide bien a su marido…ya sabe…vigilarlo que no ande visitando a la dulce señora Agatha…no creo que le haga gracia a su… ¡cartera! ¡di cartera, maldición! -merced, que ocurra algo que perjudicque su matrimonio…¡oh! En especial de las rubias… -dije con un tono de voz misterioso, aunque poco y más, podía darse cuenta de lo gracioso que era su futuro…si viese…bueno, si entendiese lo que yo veía, seguro y se caería para atrás ¿o para adelante? Desde que la mitad de su torso estaba casi trepado en mi pequeño cuerpo. ¡Gracias por la mesa de madera, Don Kuznetsov!.


-Como le dije, debería hacerme caso y dejar de preocuparse por la joyería y ocuparse mas de su matrimonio, es un consejo, de una humilde adivinadora, tómelo o déjelo… -dije soltando su mano. La señora LeFrave, era conocida como una mujer supersticiosa y de dinero, es decir, formaba parte de la burguesía francesa, clase alta, riquilla y con muy buena paga, había que aprovechar de vez en cuando la buena vida que nos daba esta ciudad, y un negocio, eran el tipo de mujeres que frecuentaba mi carpa, que por cierto, la mayoría, eran mujeres de clase alta.

¡Bendito seas señor Kristiansen ¿o señora Dashwood?.. ! Bah!! ¡Benditos ambos!

No blasfemes. Y no era una blasfemia, no, y no era como si yo fuera muy religiosa, al contrario, mi dios no era el dios de ellos, simplemente... califíquenme como “pagana” algo tosco pero sin hacerse mucho lio.
Pagana. Pagana. ¡Lindo!

La señora LeFrave hizo una mueca de disgusto, a pesar de que mi actitud no iba a cambiar, ella seguía viniendo, y seguía confiando en mis predicciones, suponía que hasta ahora, mi “dote” no había fallado, eso era bueno. ¡Más ingresos!

-Ya le dije, ahora creo que debería volver a su casa, y tener una noche fogosa con su esposo y ¡bingo! Todos felices.
Me gocé de la cara sonrojada y abochornada de la mujer de cabello platinado y ojos azules. Un espectáculo que solo yo, Layla, podría apreciar. Vaya que si.

-Insolente. -dijo con el típico tono nasal de su… ¿nariz? No, su voz. Sí, su voz.

Hice una mueca parecida a una fugaz sonrisa provocativa, pero no de esas que ponían felices a las entrepiernas de los hombres, no, no, sino aquellas que provocaban darme un buen golpe a ver si se me borraba la arrogancia de la cara pero…ni con golpes me quitarían mi…¿espíritu?. Dejémosle así.

La mujer dejó los francos en la bandejita de aluminio que estaba a lado de la gran bola de cristal, aunque si la miraba bien, era simplemente un bombillo gigante, sí, un bombillo gigante.

La cortina se abrió una cabeza se asomó mirando nuevamente hacia atrás, tal vez y viendo la fiereza con que había salido la señora LeFrave, volvió hacia mí

-querida, creo que los [/i]espiritus[/i] deberían descansar, y tú, comer algo…así que acá termina tu turno y vuelves mas tarde… –dijo una de las bailarinas, su numero era el de “la tortilla en salsa” ¿Por qué lo llamaba asi? Pues preferible y vieran el espectáculo, ¡realmente se le acredita ese nombre a su baile! ¿no me creeís? Pues ¡no me importa!

-ahh…¡si! ¡libertad!-exclamé quitándome la capa, dejando ver mi aterradora –como uno de esos pequinese exportados –aparicia.
La mujer se rió, tamn fuerte, que hizo que las piedrecillas de la “cortina” también cantaran risueñas.

-mires por donde lo mires, definitivamente deberías estar en la realeza querida-dijo la mujer con su voz arrastrada y con sus mejillas rojas, de por si su piel era cobriza, y ahora estaba tan roja como una papa calentada.
-¡ha! ¡que graciosa! Entiéndalo de una vez ¡soy gitana! No una mas de esos payos, ¡¡no me hagas hacer una rrabieta, ni me hagas maldecirte porque sabes que puedo hacerlo!!-exclamé, haciendo la rabieta. Mi pobre 1.50 y mas no era competencia con su asombroso 1.65, vale, estaba en desventaja, pero siempre podía recurrir a la “extorción”

La mujer no paró de reir y me tomo del brazo llevándome hasta la radiante luz del sol primaveral –no es como si el sol cambiase con las estaciones, simplemente era una expresión –mis ojos se adaptaron con lentitud pero al fin y pudieron asimilar algo.

-vale, estoy afuera, me ganaste, lograste salir airosa, asi que… ten piedad de esta perdedora y dame de comer. -dije usando mi voz de extorsión –precisamente aquella que persuade hasta el hombre mas duro –

Ambas reímos, era esa clase de relaciones que tú peleas con tu madre y ambas ríen y luego vienen las lagrimas pero esperaba que lo segundo no ocurriese.

Mi estomago rugio, mas bien, protestó y entonces me agarré mi cabello dejando notar lo blanco de mi cuello y de toda mi piel

-nada de blanco como la nieve, no me hagas congelarte de un golpe-dije sonriendo complacida por el respeto –queria hacerme la idea –que me tenía para cuando noté que habia mas gente de lo normal en el lugar, observando nuestra discusion, solamente esperaba que no estuviesen murrando de mi ¡¡ojala murmuraran de ella, de ella no de mi!!

Me di media vuelta y doblé por la carpa y entonces me choqué con algo duro que me hizo retroceder y desequilibrarme, oh, sí, una persona.

Habia descansado mucho por el dia, ya estaba casi anocheciendo, ya el sol se estaba metiendo, los rayos ya no podrian dañarme a estas horas del dia, conte los segundos sentado en la sala de la finca.
-Peter? - llame a mi fiel sirviente, aunque el no sabia que estaba manipulado por mi, hacia unos pocos años que el era mi fiel acompañante, pero no servia de mucho hablar con alguien que solo diria cosas para complacerme. - Prepara mi caballo, saldre a dar un paseo - Le dije en tono dudoso pero firme, no sabia si seria bueno dar un paseo el dia de hoy, estaba un poco sediento, tenia que alimentarme hasta matar a mi victima, beber hasta la ultima gota de sangre y dejarlo vacio por dentro.
Vi como se retiraba mientras pasaba la mirada por la habitacion vacia, a pesar de los grandes espacios en la finca no habitaban muchas personas ahi, solo la servidumbre y yo, un vampiro solitario que solo paseaba por las noches y hacia cosas de ancianos.
La voz de Peter me habia apartado de mis pensamientos, al escuchar que ya estaba listo mi caballo me pare del sofa y dirigiendome al establo donde estaba el hermoso caballo negro que habia comprado ya hace algunos años, me monte en el y sali emprendiendo un recorrido que no sabia a donde me iba a llevar.
-Llevame a donde quieras, querido amigo - le dije al caballo dandole unas palmadas en el lomo mientras galopaba.

Sin darme cuenta estaba en el circo gitano, suspire mientras se detenia el caballo en este lugar. Un circo no era algo de mi agrado pero decidi dar un vistaso. Me baje del caballo llevandolo agarrado de mi mano con una soga, me acerque a una carpa donde se escuchaban unas voces, vi como salio una señora de ahi y me acerque mas a ver que podia escuchar.
Andar husmeando no era lo mio pero en esta ocacion lo estaba haciendo. Me gire solo para acariciar al caballo -Quedate aqui amigo - le dije en voz baja solo para que el lo pudiera escuchar. En ese momento senti como algo chocaba conmigo y me gire encontrandome con una persona. Solo me dedique a mirarla algo desorientado al no saber que decir.

Y entonces otros golpe más.
Últimamente estaba siendo yo propensa de desafortunados accidentes, y después de una revisión rápida de mi nariz, pude llegar a la conclusión de que no había nada roto. Solo un palpitante dolor.
¿Me había chocado con una piedra o algo? No.
Me estremecí al ver al gigante que estaba parado frente a mí (cualquiera podría parecer un gigante a lado de mi 1.55).

-¡Hey!-Protesté despejando mi cabellera rojiza, dejando ver mis amplios ojos verdes y cada facción de mi rostro,
Era hipnotizante, ¿acaso todos los suyos eran así?
¿Como lo sabía?
Era una gitana. Tenía poderes, bueno, al menos, los de cualquier gitano con sangre de brujo corriendo por sus venas.
-¿Qué hace aquí, señor? este lugar es solo para los nuestros -dije con la voz suave, tratando de no intimidarme ante su altura y belleza
De pronto sentí un resoplido y seguidamente un hocicazo me dio su caballo
-hey..me haces cosquillas amigo-dije riendo suavemente, al parecer le agradaba al animal, eso era bueno. -Espera espera...disculpe señor..¿podría controlar a su amigo?...

Vi como se sobaba su nariz y una pequeña risa salio de mi boca.
La chica no era demasiado alta, pero a pesar de mi estatura nadie era alto para mi, mi 1.85 era algo de lo que me sentia orgulloso.

Cuando levanto la cabeza me tope con unos enormes ojos verdes, que hicieron que siguiera sin decir ninguna palabra, rechine mis dientes intentando no ser mal educado con ella y ser cuidadoso con mis palabras. - Solo vine a... - me quede callado por unos segundas para despues ver un letrero que decia.....se lee la fortuna......-vine a ver mi fortuna - dije un poco indesiso en mis palabras.
Sonrei viendo como Ward comenzaba a darle osicasos a la chica, le di suaves palmasos en la cabeza esperando que se alejara de la chica. Era raro que se portara jugueton con alguna otra persona que no fuera yo, siempre estaba como potro bronco, desconfiando de todos los que quisieran acercarse a el al igual que su amo claro estaba esto. - Tranquilo - continue acariciandolo.
La chica tenia algo raro, algo con lo que habia tratado ya antes, pero me negaba a creerlo que fuera eso que yo creia.

El animal estaba reacio a alejarse de mí, pero como toda buena criatura, obedeció a su amo. Saqué mi pañoleta, misma que estaba sujeta al borde superior de mi falda acampanada, y sequé mi cara
-"iuck" un beso húmedo demasiado frenético -comenté riendo, para cuando oí la explicación del joven. -¿La Fortuna? -Dije y enarqué una ceja. Lo observé de pies a cabeza y entonces negué con mi cabeza -¿Ha escuchado alguna vez que cuando miente a un gitano...este está en el derecho de hacerlo pagar con su propia vida?-dije, con un tono suave y alegre, como si lo que dije hubiese sido algo tan hermoso.

Noté que no palideció, vaya, por supuesto que no, una menuda chica como yo, no era que infundiera tanto miedo, pero ¡hey! los venenos tambien venian en envases pequeños, aunque yo estaba lejos de ser siseante.

El caballo relinchó y se calmó
-Si quiere que le lea la fortuna...me lo puede preguntar a mí, soy la adivina mas infalible -dije y le guiñé un ojo de forma alegre -...Mi señor. -concluí, nunca olvidéis el respeto, no señor. -...Disculpe mi intromisión pero...¿le recuerdo a alguien?...quiero decir...me mira...demasiado intenso...y es algo perturbante para una joven mujer como yo...¿no es asi pequeño?-dije extendiendo mi mano para acariciar el pelaje del animal

Las amenasas de la chica no me atemorisaban, me rei un poco al escuchar aquellas palabras.
-Acaso crees que este diciendo mentiras? - le pregunte en tono retante y con algo de humor en el. Como se atrevia a decirme eso, yo podia matarla antes de que ella hiciera algun brebaje o algo parecido para acabar con mi vida. Bueno ella me haria un favor si lo hiciera de una vez.

-Entonces estoy con la persona indicada-le dije mirando la carpa para que me dejara entrar y asi de una vez podria escuchar algo de mi futuro, no creia mucho en estas cosas pero podria que me divirtiera escuchando mentiras sobre mi.
Sacudi la cabeza negando a lo que me pregunto ella, no le atemorizo?.... me pregunte sin apartar la mirada de ella. La mayoria de las personas trataban de no hablar mucho o nada conmigo, habia varios rumores mios por Paris que me gustaba no mostrarles tanto interes en ellos. Observe como acariciaba al caballo, parecia una diminuta duende al lado del enorme caballo, la pañoleta habia cubrido parte de su rostro dejando asomarse esos enormes ojos de un color verde como el de los arboles de las praderas, su mirada era como la entrada hacia su vida, una persona alegre y con algo de.....magia?, me quede perpreto al percibir alfo de esto en ella.

No pude evitar sonreír, lo hacía muy a menudo cuando me sentía algo intimidad, o nerviosa, y en este caso, eran los nervios aquellos que me traicionaban
-¡Por Dios, Señor! ¡Deje de mirarme!-dije poniendo mis manos cubriendo mi cara mientras reía suavemente, sonrojada y avergonzada. Tal vez y el haber conocido a Danny, me había dado más apertura al poder conversar con hombres, eso era bueno, aunque algunas veces aun sentía esa incomodidad respingar en mi cuerpo
-puedo preguntar su nombre señor...-dije y entonces bajé mis manos, entonces me encorvé como una pequeña hada, y comencé a rodearlo, mientras el caballo me seguía con su mirada, y giraba dando pequeños trotes -Yo soy Layla, y mi nombre significa anochecer-

-Lo siento - le dije notando que si estaba incomodando a la chica, aunque esto me hacia sentirme con el ego crecido mas de lo que ya lo tenia. No sentido que estuviera intercambiando algunas cuantas palabras con alguien y menos con una chica de la fortuna.
Me estaba simpatisando el estar ahi, talvez regresaria otro dia solo a.... pare con mis pensamientos al escuchar su peticion - Mi nombre es Cedric - le dije inclinando un poco la cabeza como estaba acostumbrado por una muestra de respeto. - Mucho gusto, Layla.-la seguia con la mirada cada movimiento que hacia- Bueno yo no se el significado de mi nombre- nunca me habia puesto a pensar en eso, probablemente lo averigue mas tarde.

Sonreí más relajada y entonces lo miré detenidamente. ¿Se llamaba Cédric?
-Oh, vaya, pero...¿sabía usted que ese nombre...proviene de mi tierra madre? -dije y mi voz canturreo entonces una sonrisa se ensanchó aun mas en mi rostro.
-En noruego, significa "mano de la sabiduría" aunque es comúnmente descrito como "príncipe"...un nombre que para los noruegos gitanos, es valioso. -le dije mientras seguía rodeándolo -Aunque nunca pensé conocer a un...ser que no era de nuestro linaje con un nombre de gitano....-dije curiosa -¿Usted sabe porqué le pusieron ese hermoso nombre? -dije y mi voz cantó delicadamente.
Me detuve justo a unos metros de él, con mis manos hacia atrás y mis talones juntos, como toda una niña refinada. Alcé mi rostro y lo miré expectante

La escuche atento a lo que decia - tierra madre? - giraba la cabeza intentando seguirle el paso con la mirada. -Asi que mi nombre es valioso - sonrei fanfarron por lo que habia dicho. Me inquieto cuando dijo un "ser", sospechaba que algo sabia pero no queria darle demasiada importancia.
-No, pense que era un nombre comun y corriente - le dije siendo sincero, no sabia porque mis padres habian decidido darme ese nombre, nunca me lo habia preguntado y mucho menos cuando ellos seguian vivos.-No le tomo importancia a eso de los significados - hice una mueca al reconocerlo. - Eso significa que Layla es un nombre especial para los gitanos? - pregunte curioso, entonces si es asi eso haria ya un nombre especial para mi... pense, esto seria cierto, ya comenzaba a agradarme.
Mire como se detenia enfrente de mi, se veia...encantadora con sus manos detras y con los talones juntos mirandome fijamente.

-¿Especial?-murmuré y entonces ladeé mi cabeza y solté una sonrisa realmente divertida. Algo sarcástica, un tanto ácida, pero igual, era una encantadora risa disimulada.
Apreté mis labios y medité por un momento ¿Tendría que explicárselo a alguien que no cree en el significado de los nombre?. Tal vez sí. Tal vez no. ¿Qué mas daba?. ¡O, sí! Educación.
-Se podría decir que sí...aunque cuando me lo pusieron..pues no pensaron precisamente en que fuera "especialmente bonito"-dije y torcí mis labios. Me giré dándole la espalda, y mi cabello giró suavemente, dejando desprenderse de él, el aroma de flores primaverales.
-Significa..anochecer...-musité

-Debe ser especial, no?... por algo tienes ese nombre - Su risa me sono mas sarcastica que amable.
Me dio curiosidad lo que dijo, me la pensaba en preguntar o solo quedarme callado esperando que hiciera algun movimiento, o que ya hiciera alguna de las cosas que gente como ella solia hacer - Porque no pensaban que era bonito?.
Senti el aroma de su cabello llegar hasta mi nariz, no tenia idea de como permanecia ya bastante tiempo en aquel lugar ajeno a mi, me inquietaba el saber que habia detras de tanta carpa.
-Bueno...haras esas cosas que hacen todos los tuyos? me refiero a ver mi futuro - dije ya algo impaciente y con demasiada curiosidad, algo raro en mi.

Hice una mueca y fruncí el ceño, entonces dejé salir de mis labios un "hump" y entonces retrocedí mirandolo de frente, como una "niña buena" ¡há!.
Acaricié al animal y entonces sonreí tan gracilmente, lástima, no era dirigido para el...¿hombre? sino para el caballo.

-Supongo que a ellos el anochecer no les hace gracia-dije y me encogí de hombros -Y pues, mis horas de trabajo terminarondije y sonreí triunfante -Peeero...lo haré-dije y dejé de acariciar el caballo -pero no te prometo nada...tu futuro...-dije y caminé hacia él -¿Estás seguro que quieres conocerlo?-pregunté, con la voz suave y aterciopelada
¿Me preocupaba por su reacción? No, simplemente quería ver hasta que punto llegaban a ser de incrédulos los de su estirpe.

Aspire por la nariz algo impaciente por la actitud de la chica, la gracia continuaba en ella pero un tanto insolente al dirigirse a mi.
-Porque no deberia estarlo? - pregunte alzando ambas cejas.
Hacia que tuviera ya cierta curiosidad por lo desconocido, aunque era inmortal y no podria asustarme diciendome esas patrañas que utilizaban para envolver a la gente en sus mentiras de gitanos. Muchas veces pensaba que eran ladrones disfrazados y sin temos a ser descubiertos, no me daban confianza.
La noche se hacia mas oscura, ya era tarde y mi paciencia se estaba agotando por completo.