AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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"Le Petit Coin" [Kate]
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"Le Petit Coin" [Kate]
Una brisa fría se paseaba por las calles de Paris. La chica se cerró un poco más el tapado que llevaba, exhalando aire, pretendiendo entrar un poco en calor. Caminaba rápido, no por estar apurada, sino porque el frío le calaba los huesos, y no era una noche muy fría.
- El clima de Paris me matará. - Pensó. La costumbre del sur no la había abandonado, la primavera agradable con noches agradables. Incluso pensó que no llegaría a acostumbrarse. - Tiempo al tiempo - se dijo a sí misma, mientras volvía a exhalar, metiendo las manos dentro de su tapado, sin poder lograr su cometido.
Las estrellas cubrían el extenso cielo, sin dejar espacio libre. Había suficiente gente en las calles para no alarmarse. Las grandes ciudades eran conocidas por sus delitos. Se sobresaltó al escuchar el tiriteo de su mandíbula. Sonrió para nadie, distraída, y continuó su paseo. A pesar de amar la soledad, el hecho de no hablar con nadie en dos días la estaba volviendo loca.
El sonido de sus pasos se fue desvaneciendo, pues sus sentidos se nublaron para dar lugar a sus pensamientos.Pensó en su padre. Su sonrisa se borró y su cuerpo se convulsionó por un instante. La tristeza cruzó sus ojos, sin desearlo. No se había despedido. Para ella, aun seguía vivo. No aceptaba ese hecho tan destrozante. La única persona que compartía su dolor era su madre, a quien no deseaba ver. Sintió culpa. Sintió tristeza y soledad. Una sensación desconocida la invadió por dentro. Era demasiado en que pensar para una sola caminata.
Desvió sus pensamientos nuevamente para concentrarse en el camino, algo bastante difícil de hacer. Las calles de Paris tenían la desventaja de ser angostas y estar constantemente en subida y en bajada. Si uno se perdía, probablemente no encontraría la vuelta atrás, por lo que hizo un esfuerzo para prestar atención.
Luego de bajar por la angosta calle, sus ojos se fijaron en un café de la esquina. Dentro parecía bastante cálido, por más de que los colores exteriores no llamaran mucho la atención. En "Le Petit Coin" había bastante gente. Se podía sentir el aroma de una mezcla de café y tabaco. Candice sonrió, un poco más animada, de encontrar un lugar donde refugiarse por unas horas.
Al entrar, una oleada de aire caliente chocó contra su cara. El calor no tardó en sentirse. Se sacó su tapado dejando al descubierto un vestido azul, el cual no había tardado en elegir. Sus mejillas comenzaron a tener color de nuevo, y su cuerpo dejó de temblar finalmente. Un señor se acercó a ella, preguntándole si quería una mesa.
- Oui, merci - respondió, sintiendo las miradas de las parejas jóvenes y señores de mayor edad en la nuca. Poco le importó. Siguió al señor hasta una mesa cerca de la ventana, en un rincón. Le agradeció, asistiendo con la cabeza cuando le ofreció el asiento. A continuación pidió un café, y el señor se fue.
Miró hacia afuera, extrañada de verse en tal situación. Buscó en su bolso de mano la pequeña caja de cigarrillos, sacó uno y lo encendió con un fósforo. Inhaló el humo de a poco, y luego lo largó, cerrando los ojos. Jamás en su vida hubiese pensado que terminaría en aquella ciudad.
- El clima de Paris me matará. - Pensó. La costumbre del sur no la había abandonado, la primavera agradable con noches agradables. Incluso pensó que no llegaría a acostumbrarse. - Tiempo al tiempo - se dijo a sí misma, mientras volvía a exhalar, metiendo las manos dentro de su tapado, sin poder lograr su cometido.
Las estrellas cubrían el extenso cielo, sin dejar espacio libre. Había suficiente gente en las calles para no alarmarse. Las grandes ciudades eran conocidas por sus delitos. Se sobresaltó al escuchar el tiriteo de su mandíbula. Sonrió para nadie, distraída, y continuó su paseo. A pesar de amar la soledad, el hecho de no hablar con nadie en dos días la estaba volviendo loca.
El sonido de sus pasos se fue desvaneciendo, pues sus sentidos se nublaron para dar lugar a sus pensamientos.Pensó en su padre. Su sonrisa se borró y su cuerpo se convulsionó por un instante. La tristeza cruzó sus ojos, sin desearlo. No se había despedido. Para ella, aun seguía vivo. No aceptaba ese hecho tan destrozante. La única persona que compartía su dolor era su madre, a quien no deseaba ver. Sintió culpa. Sintió tristeza y soledad. Una sensación desconocida la invadió por dentro. Era demasiado en que pensar para una sola caminata.
Desvió sus pensamientos nuevamente para concentrarse en el camino, algo bastante difícil de hacer. Las calles de Paris tenían la desventaja de ser angostas y estar constantemente en subida y en bajada. Si uno se perdía, probablemente no encontraría la vuelta atrás, por lo que hizo un esfuerzo para prestar atención.
Luego de bajar por la angosta calle, sus ojos se fijaron en un café de la esquina. Dentro parecía bastante cálido, por más de que los colores exteriores no llamaran mucho la atención. En "Le Petit Coin" había bastante gente. Se podía sentir el aroma de una mezcla de café y tabaco. Candice sonrió, un poco más animada, de encontrar un lugar donde refugiarse por unas horas.
Al entrar, una oleada de aire caliente chocó contra su cara. El calor no tardó en sentirse. Se sacó su tapado dejando al descubierto un vestido azul, el cual no había tardado en elegir. Sus mejillas comenzaron a tener color de nuevo, y su cuerpo dejó de temblar finalmente. Un señor se acercó a ella, preguntándole si quería una mesa.
- Oui, merci - respondió, sintiendo las miradas de las parejas jóvenes y señores de mayor edad en la nuca. Poco le importó. Siguió al señor hasta una mesa cerca de la ventana, en un rincón. Le agradeció, asistiendo con la cabeza cuando le ofreció el asiento. A continuación pidió un café, y el señor se fue.
Miró hacia afuera, extrañada de verse en tal situación. Buscó en su bolso de mano la pequeña caja de cigarrillos, sacó uno y lo encendió con un fósforo. Inhaló el humo de a poco, y luego lo largó, cerrando los ojos. Jamás en su vida hubiese pensado que terminaría en aquella ciudad.
Candice Flamand- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 15/05/2011
Edad : 33
Re: "Le Petit Coin" [Kate]
Nunca pensé que tanta belleza podría ocupar un solo lugar…
Kate Galé mira hacia el interior del pequeño café donde ve a una preciosa mujer pelirroja con un suave vestido azul que se adapta perfectamente a sus curvas, se la ve pálida pero sus mejillas y nariz están con un tenue rojo por el frio que la hace ver encantadora.
No sabe que la impulsa a ello pero entra al café notando el calor que desprende, no sabe que hace ahí pero lo que si sabe es..que necesita saber el nombre de esa bella mujer..
Decidida y ya encaminándose a su mesa, un gracioso camarero que la mira con una sonrisa se interpone.
-Bonjour miss – me sonrió amablemente – desea usted sentarse en alguna mesa?
Kate mira una vez más hacia la mujer sin nombre y nota como ella está mirando de reojo la ventana mientras espera pacientemente su café e inhalaba de su cigarro.
-Merci Monsieur me gustaría un lugar al lado de la ventana por favor – el camarero asiente y la sitúa al lado de la mujer que tanto la llamo la atención.
Kate la mira durante un instante en la que nota que el pedido de la mujer ya ha llegado y busca en su bolso su cartera para pagar. Mira al camarero y le sonríe.
-Me gustaría un chocolate caliente y ..–Hace un gesto para que se acerque-me gustaría pagar también la cuenta de esa señorita
Señalándola tenuemente,dandole la cantidad exacta el camarero asiente y se marcha con una sonrisa. Kate coge un trozo de servilleta y empieza a hacer una flor..en ocasiones mira de reojo a la pelirroja pero sigue con su labor mientra piensa el porque la ha llamado tanto la atencion ella no suele ser asi , sonríe de lado sin entenderse ni a ella ni a sus pensamientos ya que son una encrucijada.
El camarero llegó justo a tiempo en el que servía su chocolate y recogía la taza de café de la pelirroja de al lado, ella inocente del intercambio de palabras entre el camarero y Kate, le ofrece el dinero en ese momento el camarero la explica que ya esta pagado y me señala a lo que yo la miro sonriendo de lado y mirando sus ojos intensamente.
Veo como el camarero se va y miro hacia la vestimenta de la chica, realmente la queda bien lo que lleva es una mujer preciosa muy natural, pero no puede evitar el porque de su mirada melancolica.
Bebo un sorbo de mi chocolate y siento su sabor, lo dejo sobre la mesa para poder terminar la flor y la admiro es delicada y con un solo movimiento en falso podria romperse, pongo la flor en el campo de vision de la pelirroja y sonrio ante mis pensamientos, -creo que me estoy volviendo loca -susurro para mi.
Vuelvo a mi Beber de mi chocolate notando que se ha quedado un poco mas frio pero me da igual con una sonrisa en mis labios suspiro, mi mente se relaja y mis ojos se fijan en la ventana y en la ciudad de parís y no puede evitar pensar..que encontrare aquí.
Kate Galé mira hacia el interior del pequeño café donde ve a una preciosa mujer pelirroja con un suave vestido azul que se adapta perfectamente a sus curvas, se la ve pálida pero sus mejillas y nariz están con un tenue rojo por el frio que la hace ver encantadora.
No sabe que la impulsa a ello pero entra al café notando el calor que desprende, no sabe que hace ahí pero lo que si sabe es..que necesita saber el nombre de esa bella mujer..
Decidida y ya encaminándose a su mesa, un gracioso camarero que la mira con una sonrisa se interpone.
-Bonjour miss – me sonrió amablemente – desea usted sentarse en alguna mesa?
Kate mira una vez más hacia la mujer sin nombre y nota como ella está mirando de reojo la ventana mientras espera pacientemente su café e inhalaba de su cigarro.
-Merci Monsieur me gustaría un lugar al lado de la ventana por favor – el camarero asiente y la sitúa al lado de la mujer que tanto la llamo la atención.
Kate la mira durante un instante en la que nota que el pedido de la mujer ya ha llegado y busca en su bolso su cartera para pagar. Mira al camarero y le sonríe.
-Me gustaría un chocolate caliente y ..–Hace un gesto para que se acerque-me gustaría pagar también la cuenta de esa señorita
Señalándola tenuemente,dandole la cantidad exacta el camarero asiente y se marcha con una sonrisa. Kate coge un trozo de servilleta y empieza a hacer una flor..en ocasiones mira de reojo a la pelirroja pero sigue con su labor mientra piensa el porque la ha llamado tanto la atencion ella no suele ser asi , sonríe de lado sin entenderse ni a ella ni a sus pensamientos ya que son una encrucijada.
El camarero llegó justo a tiempo en el que servía su chocolate y recogía la taza de café de la pelirroja de al lado, ella inocente del intercambio de palabras entre el camarero y Kate, le ofrece el dinero en ese momento el camarero la explica que ya esta pagado y me señala a lo que yo la miro sonriendo de lado y mirando sus ojos intensamente.
Veo como el camarero se va y miro hacia la vestimenta de la chica, realmente la queda bien lo que lleva es una mujer preciosa muy natural, pero no puede evitar el porque de su mirada melancolica.
Bebo un sorbo de mi chocolate y siento su sabor, lo dejo sobre la mesa para poder terminar la flor y la admiro es delicada y con un solo movimiento en falso podria romperse, pongo la flor en el campo de vision de la pelirroja y sonrio ante mis pensamientos, -creo que me estoy volviendo loca -susurro para mi.
Vuelvo a mi Beber de mi chocolate notando que se ha quedado un poco mas frio pero me da igual con una sonrisa en mis labios suspiro, mi mente se relaja y mis ojos se fijan en la ventana y en la ciudad de parís y no puede evitar pensar..que encontrare aquí.
Última edición por Kate Galé el Sáb Jun 11, 2011 9:35 pm, editado 2 veces
Kate Galé- Vampiro Clase Alta
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Re: "Le Petit Coin" [Kate]
Los pensamientos de la muchacha iban zumbando y cambiando de dirección con cada segundo que pasaba. Se sentía perdida, sola, confundida, sin rumbo alguno. La ciudad la inhibía. Demasiada grande, hermosa y sombría. Sus ojos repasaban cada persona que cruzaba por la ventana, y las que iban del lado de la vereda del frente también. Pasaron una que otra carroza, llevando dentro gente importante, seguramente. El cigarrillo de a poco se iba consumiendo.
Alguien entró en el café. Sintió un perfume nuevo en el ambiente, y miró hacia la puerta. Las personas que ya estaban allí la observaban, sin quitarle los ojos de encima. Una mujer de no más de 22 años, quien le clavaba los ojos de forma extraña, arregló con el camarero para sentarse a una mesa de distancia de ella. Siguió sumergida en sus pensamientos, mirando de reojo de vez en cuando. Si, era bellísima, y sabía que jamás podría tener ese tipo de belleza en ella.
El olor a café fue lo que la sacó de sus problemas. Agradeció al hombre, el cual le regaló una sonrisa discreta. Tomó un sorbo de la taza caliente, quemándose un poco la lengua. Le faltaba lo dulce, pero estaba sabroso. La mezcla de la bebida caliente con su cigarrillo era lo que más le gustaba. Pero éste se consumía rápido, y la taza no era infinita. Un escalofrío recorrió su cuerpo, sin explicación alguna, luego de beber el último sorbo de café, con gusto amargo pues el recuerdo vago de su padre comenzó a florecer dentro de ella, nuevamente.
El dependiente volvió a su mesa. Ella ya había sacado el dinero para pagar lo que le correspondía, sin embargo, le dijo que ya habían pagado por ella. Señaló a la mujer llamativa, y ella simplemente se quedó sin palabras. ¿Porqué había hecho eso? Ahora sentía más curiosidad que otra cosa. Se había ganado su atención, pues la melancolía de los recuerdos se fue desvaneciendo de a poco.
Dibujaba sobre una servilleta, de lo más concentrada y entretenida. Candice volvió a fumar sin emitir sonido, curiosa. Luego de unos minutos, ella le mostró el dibujo de una hermosa flor, pero la pelirroja no entendía bien la situación. Le sonrió fugazmente (en eso era buena, sonreír por apenas unos segundos, y luego volver a su expresión de "nada"). Se sintió incomoda, pero sobretodo perdida. Sus ojos volvieron a la ventana, tratando de ignorar lo que sucedía en aquel Café.
Alguien entró en el café. Sintió un perfume nuevo en el ambiente, y miró hacia la puerta. Las personas que ya estaban allí la observaban, sin quitarle los ojos de encima. Una mujer de no más de 22 años, quien le clavaba los ojos de forma extraña, arregló con el camarero para sentarse a una mesa de distancia de ella. Siguió sumergida en sus pensamientos, mirando de reojo de vez en cuando. Si, era bellísima, y sabía que jamás podría tener ese tipo de belleza en ella.
El olor a café fue lo que la sacó de sus problemas. Agradeció al hombre, el cual le regaló una sonrisa discreta. Tomó un sorbo de la taza caliente, quemándose un poco la lengua. Le faltaba lo dulce, pero estaba sabroso. La mezcla de la bebida caliente con su cigarrillo era lo que más le gustaba. Pero éste se consumía rápido, y la taza no era infinita. Un escalofrío recorrió su cuerpo, sin explicación alguna, luego de beber el último sorbo de café, con gusto amargo pues el recuerdo vago de su padre comenzó a florecer dentro de ella, nuevamente.
El dependiente volvió a su mesa. Ella ya había sacado el dinero para pagar lo que le correspondía, sin embargo, le dijo que ya habían pagado por ella. Señaló a la mujer llamativa, y ella simplemente se quedó sin palabras. ¿Porqué había hecho eso? Ahora sentía más curiosidad que otra cosa. Se había ganado su atención, pues la melancolía de los recuerdos se fue desvaneciendo de a poco.
Dibujaba sobre una servilleta, de lo más concentrada y entretenida. Candice volvió a fumar sin emitir sonido, curiosa. Luego de unos minutos, ella le mostró el dibujo de una hermosa flor, pero la pelirroja no entendía bien la situación. Le sonrió fugazmente (en eso era buena, sonreír por apenas unos segundos, y luego volver a su expresión de "nada"). Se sintió incomoda, pero sobretodo perdida. Sus ojos volvieron a la ventana, tratando de ignorar lo que sucedía en aquel Café.
Candice Flamand- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 15/05/2011
Edad : 33
Re: "Le Petit Coin" [Kate]
Note como la hermosa chica miraba mi dibujo con una tenue sonrisa incluso me inclinaría hacia una mirada curiosa hacia mi persona. Yo tampoco entendía el por que entre en este café, ni el por qué me fije en ella en el primer vistazo, obviando su belleza.
Mi mirada seguía perdida en la ventana pero de reojo miraba hacia la pelirroja, no sabía si levantarme a decirla algo, quizás estaba siendo demasiado atrevida asique me quede quieta en mi sitio pensando y bebiendo lo que quedaba de mi chocolate.
Ya había pasado unos minutos en ese café y me pareció bastante acogedor, quizás por eso entro esta mujer..Cuando la vi note en su cara la ausencia de algo no sé el que pero la note triste y distante con todo a su alrededor, cuando miro la flor se le ilumino un poco la cara y esas sombras de tristeza casi se borran , pero ahí estaba yo..Observándola de nuevo, pude ver como no era una belleza exuberante era una belleza natural, sus pómulos estaban un poco marcados al tener la cara fina , su nariz respingona , sus ojos grandes y preciosos y sus labios..donde me quede más tiempo admirándola..eran finos pero rojizos, sacudí mi cabeza, estaba empezando a pensar cosas poco apropiadas y no era el lugar.
Volví a mi dibujo de la flor..delicada, y bella, puse mi nombre en un borde y la acabe, enfoqué mi vista en la mujer que tenia delante y sonreí.
Me levante decidida, note varias miradas en mi, eche un vistazo alrededor y si tenia razón todo el mundo me miraba, mire hacia atrás y note como la silla casi cae al suelo de lo rápido que me levante, me avergoncé un poco y mi seguridad callo un poco, levante la mirada y pedí disculpas, mire hacia el camarero y me sonrió, recordándome la sonrisa de mi padre, tuve que agarrarme a la mesa por el torrente de recuerdos que estaban pasando por mi cabeza, pero las saque rápido no era momento de acobardarse, encaminándome con paso firme me acerque a la bella mujer que ha atraído mi atención, con el dibujo en la mano y sonriendo tiernamente, me posicione detrás de ella y deje la servilleta en la mesa con el dibujo.
-Mademoiselle…-Susurre en su oído intentando no asustarla y utilizando una voz suave-No he podido evitar mirarla y quedarme fascinada con su belleza, si me permite el atrevimiento me gustaría que se quedase con mi dibujo, es usted igual de delicada..-Antes de irme suspire y aparte un poco de su pelo del hombro.
Volví a mi mesa nerviosa, quizás la haya ofendido pero..no lo pude evitar..suspire y cerré un momento los ojos, pensando en todo lo que ha pasado en unos minutos.
Mi mirada seguía perdida en la ventana pero de reojo miraba hacia la pelirroja, no sabía si levantarme a decirla algo, quizás estaba siendo demasiado atrevida asique me quede quieta en mi sitio pensando y bebiendo lo que quedaba de mi chocolate.
Ya había pasado unos minutos en ese café y me pareció bastante acogedor, quizás por eso entro esta mujer..Cuando la vi note en su cara la ausencia de algo no sé el que pero la note triste y distante con todo a su alrededor, cuando miro la flor se le ilumino un poco la cara y esas sombras de tristeza casi se borran , pero ahí estaba yo..Observándola de nuevo, pude ver como no era una belleza exuberante era una belleza natural, sus pómulos estaban un poco marcados al tener la cara fina , su nariz respingona , sus ojos grandes y preciosos y sus labios..donde me quede más tiempo admirándola..eran finos pero rojizos, sacudí mi cabeza, estaba empezando a pensar cosas poco apropiadas y no era el lugar.
Volví a mi dibujo de la flor..delicada, y bella, puse mi nombre en un borde y la acabe, enfoqué mi vista en la mujer que tenia delante y sonreí.
Me levante decidida, note varias miradas en mi, eche un vistazo alrededor y si tenia razón todo el mundo me miraba, mire hacia atrás y note como la silla casi cae al suelo de lo rápido que me levante, me avergoncé un poco y mi seguridad callo un poco, levante la mirada y pedí disculpas, mire hacia el camarero y me sonrió, recordándome la sonrisa de mi padre, tuve que agarrarme a la mesa por el torrente de recuerdos que estaban pasando por mi cabeza, pero las saque rápido no era momento de acobardarse, encaminándome con paso firme me acerque a la bella mujer que ha atraído mi atención, con el dibujo en la mano y sonriendo tiernamente, me posicione detrás de ella y deje la servilleta en la mesa con el dibujo.
-Mademoiselle…-Susurre en su oído intentando no asustarla y utilizando una voz suave-No he podido evitar mirarla y quedarme fascinada con su belleza, si me permite el atrevimiento me gustaría que se quedase con mi dibujo, es usted igual de delicada..-Antes de irme suspire y aparte un poco de su pelo del hombro.
Volví a mi mesa nerviosa, quizás la haya ofendido pero..no lo pude evitar..suspire y cerré un momento los ojos, pensando en todo lo que ha pasado en unos minutos.
Kate Galé- Vampiro Clase Alta
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Re: "Le Petit Coin" [Kate]
Un tarareo surgió del fondo de su mente, invadiéndola y distrayendola de la realidad. Un vals, alegre y seductor, a diferencia de su estado mental en ese momento. Inhaló de su cigarro nuevamente, soltando el humo hacia el vidrio, este rebotó haciendo círculos y volteretas, alejándose luego para los costados.
El café había desaparecido para ella. Estaba ausente, sumergida, pensando en "¿Qué pasaría si...?", completamente desenchufada de la realidad. El vals seguía sonando en su garganta, encontrando un cálido alojamiento allí. Enredó sus dedos con su pelo rojizo, jugando inocentemente.
Su concentración no duró demasiado. Una voz habló a su oído, dulcemente, pero eso no evitó que se sobresaltara. Se quedó quieta, escuchando a la mujer que anteriormente le había mostrado el dibujo, ahora sobre su mesa. Ella le obsequió su talentoso dibujo, y Candice simplemente la miró confundida y perdida, sin entender absolutamente nada. Miró el dibujo, luego de que ella le acomodase un mechón de pelo y se volviera a la mesa. En una esquina de la servilleta decía bien claro: "Kate Galé". Se quedó observando el dibujo, y luego repasando la mirada de la mujer.
- "¿Yo? ¿Delicada?" - frunció el ceño, intentando procesar la situación. A continuación, tomó el cenicero, su abrigo, su bolso y el dibujo, y se levantó decidida para ir a la mesa de Kate. No sabía que la había impulsado a hacerlo, sin embargo, sus pies caminaban solos, eligiendo el rumbo por ellos mismos. - "La soledad" - pensó.
Una vez que llegó a la mesa, le sonrió fugazmente de nuevo.
- ¿Le molesta si me siento, mademoiselle? - le dijo, dándose cuenta que su voz era áspera y sin calidez en comparación de la de ella. La miró a los ojos, tratando de encontrar respuestas a sus preguntas, que jamás iban a ser contestadas.
El café había desaparecido para ella. Estaba ausente, sumergida, pensando en "¿Qué pasaría si...?", completamente desenchufada de la realidad. El vals seguía sonando en su garganta, encontrando un cálido alojamiento allí. Enredó sus dedos con su pelo rojizo, jugando inocentemente.
Su concentración no duró demasiado. Una voz habló a su oído, dulcemente, pero eso no evitó que se sobresaltara. Se quedó quieta, escuchando a la mujer que anteriormente le había mostrado el dibujo, ahora sobre su mesa. Ella le obsequió su talentoso dibujo, y Candice simplemente la miró confundida y perdida, sin entender absolutamente nada. Miró el dibujo, luego de que ella le acomodase un mechón de pelo y se volviera a la mesa. En una esquina de la servilleta decía bien claro: "Kate Galé". Se quedó observando el dibujo, y luego repasando la mirada de la mujer.
- "¿Yo? ¿Delicada?" - frunció el ceño, intentando procesar la situación. A continuación, tomó el cenicero, su abrigo, su bolso y el dibujo, y se levantó decidida para ir a la mesa de Kate. No sabía que la había impulsado a hacerlo, sin embargo, sus pies caminaban solos, eligiendo el rumbo por ellos mismos. - "La soledad" - pensó.
Una vez que llegó a la mesa, le sonrió fugazmente de nuevo.
- ¿Le molesta si me siento, mademoiselle? - le dijo, dándose cuenta que su voz era áspera y sin calidez en comparación de la de ella. La miró a los ojos, tratando de encontrar respuestas a sus preguntas, que jamás iban a ser contestadas.
Candice Flamand- Humano Clase Media
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Re: "Le Petit Coin" [Kate]
No me di cuenta de que algo se había movido hasta que mi hermosa mujer sin nombre se puso delante de mí, me quede unos segundos parada simplemente con una mirada de admiración hacia su belleza, su cabello rojo imponente , sus ojos fieros, cálidos al mismo tiempo apasionados pero sin el brillo que tanto me gusto antes, sus labios ahora separados mi lengua remojo mis propios labios solo de verlos , su cuello largo como el de un cisne precioso y suave a simple vista , no pude ni quise evitar mirar el resto de su cuerpo, ese vestido incluso le quedaba mejor de lo que imaginaba se pegaba suavemente a su cuerpo , me fije especialmente en su cintura perfecta para ser rodeada por mis manos y esas piernas largas y níveas, tuve que morderme la lengua para no dejar que mis pensamientos fuesen por su cuenta y mi cuerpo aunque ya haya reaccionado lo hiciera el doble.
-¿Le molesta si me siento, mademoiselle?-Eso es lo que escuche de sus labios y por eso se estaban moviendo me fije ahora en sus manos con su abrigo, un cenicero, su bolso y lo que más llamo mi atención mi dibujo, mire hacia sus ojos que esperaban pacientes mi contestación.
-Por supuesto señorita es un honor, aunque no sabía si mi atrevimiento la iba a sentar mal..-la conteste, no podía creerme que la tenga delante, mil cosas pasaban por mi cabeza pero la más importante es..cuál sería su nombre y porque no podía mirar a otro lado que no fueran sus ojos o sus mejillas sonrojadas.
Llame al camarero y le volví a pedir lo mismo para las dos, sonriéndola de lado intentando llamar su atención.
-Si no es mucho pedir..Puedo saber su nombre?- la mire a los ojos y vi todavía mi dibujo en sus manos me acomode en mi sitio y pidiéndola permiso con la mirada alargue mi mano hacia mi dibujo rozando de nuevo nuestras manos solo que esta vez me quede un poco mas y levantando un dedo mío acaricie uno de los suyos.
-Espero que la haya gustado, en cuanto la vi no dude dibujar algo que casi igualase su belleza-inmediatamente me avergoncé de a ver dicho esas palabras pero en ese momento es lo que sentía, baje la cabeza y me protegí con mi pelo
El camarero llego con nuestros pedidos le di las gracias pague y volví mi a bajar la vista aunque quería levantarla para mirar hacia la delicada mujer que se encontraba en frente mio.
-¿Le molesta si me siento, mademoiselle?-Eso es lo que escuche de sus labios y por eso se estaban moviendo me fije ahora en sus manos con su abrigo, un cenicero, su bolso y lo que más llamo mi atención mi dibujo, mire hacia sus ojos que esperaban pacientes mi contestación.
-Por supuesto señorita es un honor, aunque no sabía si mi atrevimiento la iba a sentar mal..-la conteste, no podía creerme que la tenga delante, mil cosas pasaban por mi cabeza pero la más importante es..cuál sería su nombre y porque no podía mirar a otro lado que no fueran sus ojos o sus mejillas sonrojadas.
Llame al camarero y le volví a pedir lo mismo para las dos, sonriéndola de lado intentando llamar su atención.
-Si no es mucho pedir..Puedo saber su nombre?- la mire a los ojos y vi todavía mi dibujo en sus manos me acomode en mi sitio y pidiéndola permiso con la mirada alargue mi mano hacia mi dibujo rozando de nuevo nuestras manos solo que esta vez me quede un poco mas y levantando un dedo mío acaricie uno de los suyos.
-Espero que la haya gustado, en cuanto la vi no dude dibujar algo que casi igualase su belleza-inmediatamente me avergoncé de a ver dicho esas palabras pero en ese momento es lo que sentía, baje la cabeza y me protegí con mi pelo
El camarero llego con nuestros pedidos le di las gracias pague y volví mi a bajar la vista aunque quería levantarla para mirar hacia la delicada mujer que se encontraba en frente mio.
Kate Galé- Vampiro Clase Alta
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Re: "Le Petit Coin" [Kate]
No había sido ni la más brillante de las ideas acercarse a su mesa, pues no sabía lo que le esperaba. Miró a los ojos a aquella mujer que la intrigaba de sobremanera. Había algo en ella que no podía evitar en fijarse, algo seductor, atrapante.
- Por supuesto señorita es un honor, aunque no sabía si mi atrevimiento la iba a sentar mal.. - No dijo nada. Apoyó el cenicero con su cigarrillo acomodado en él sobre la mesa, junto al dibujo. Acomodó su abrigo en el respaldo de la silla, y después de acomodarse el cabello torpemente, se sentó, cruzando las piernas al hacerlo. La mujer de rizos dorados llamó al camarero, pidiendo otro café para ella. Había algo que no le estaba gustando de la situación, y su rostro lo reflejaba por completo. La miraba, casi penetrantemente, sin poder evitar pensar en qué era lo que le atraía de ella.
- Si no es mucho pedir..Puedo saber su nombre? - dijo de nuevo la melodiosa voz, con la cual no podía compararse. Le hacía acordar a varias personas que se habían cruzado en su camino, y se preguntó si acaso... Sintió el suave y gélido tacto de los dedos, retirando instantáneamente su mano, comportándose de manera arisca. - Espero que la haya gustado, en cuanto la vi no dude dibujar algo que casi igualase su belleza - La miró, esta vez sonriendo, sin creer las cosas que decía. ¿Por qué decía esas cosas? En aquel Café, había, al menos, dos mujeres más hermosas y llamativas que ella. Se rió, confundida, y volvió a su cigarrillo, aspirando el humo, deteniéndolo unos segundos, y luego descargándolo al pasillo que había entre su mesa y una vacía. Ella se mostraba vergonzosa, sin embargo pensó que había escogido a la persona equivocada.
- Candice. - dijo luego de un rato, intentando encontrar la mirada de aquella mujer. Su voz sonaba tan horrible, tan... desentonada, que le dio vergüenza incluso terminar lo que iba a decir. - Gracias por el dibujo, pero, mademoiselle, no hacía falta que pague por mi café. - Sonrió, luego de llevar nuevamente el filtro a sus labios.
Había algo de ella... que no lograba descifrar. Volvió la mirada a la ventana, pensando si realmente aquella mujer no era del todo humana.
- Por supuesto señorita es un honor, aunque no sabía si mi atrevimiento la iba a sentar mal.. - No dijo nada. Apoyó el cenicero con su cigarrillo acomodado en él sobre la mesa, junto al dibujo. Acomodó su abrigo en el respaldo de la silla, y después de acomodarse el cabello torpemente, se sentó, cruzando las piernas al hacerlo. La mujer de rizos dorados llamó al camarero, pidiendo otro café para ella. Había algo que no le estaba gustando de la situación, y su rostro lo reflejaba por completo. La miraba, casi penetrantemente, sin poder evitar pensar en qué era lo que le atraía de ella.
- Si no es mucho pedir..Puedo saber su nombre? - dijo de nuevo la melodiosa voz, con la cual no podía compararse. Le hacía acordar a varias personas que se habían cruzado en su camino, y se preguntó si acaso... Sintió el suave y gélido tacto de los dedos, retirando instantáneamente su mano, comportándose de manera arisca. - Espero que la haya gustado, en cuanto la vi no dude dibujar algo que casi igualase su belleza - La miró, esta vez sonriendo, sin creer las cosas que decía. ¿Por qué decía esas cosas? En aquel Café, había, al menos, dos mujeres más hermosas y llamativas que ella. Se rió, confundida, y volvió a su cigarrillo, aspirando el humo, deteniéndolo unos segundos, y luego descargándolo al pasillo que había entre su mesa y una vacía. Ella se mostraba vergonzosa, sin embargo pensó que había escogido a la persona equivocada.
- Candice. - dijo luego de un rato, intentando encontrar la mirada de aquella mujer. Su voz sonaba tan horrible, tan... desentonada, que le dio vergüenza incluso terminar lo que iba a decir. - Gracias por el dibujo, pero, mademoiselle, no hacía falta que pague por mi café. - Sonrió, luego de llevar nuevamente el filtro a sus labios.
Había algo de ella... que no lograba descifrar. Volvió la mirada a la ventana, pensando si realmente aquella mujer no era del todo humana.
Candice Flamand- Humano Clase Media
- Mensajes : 150
Fecha de inscripción : 15/05/2011
Edad : 33
Re: "Le Petit Coin" [Kate]
La observe atentamente mientras su mirada se fijaba en la ventana de nuevo, aproveche para mirar su perfil de cerca y me fije en su cuello de cisne trague saliba lentamente y sonrei..mi autocontrol con los años ha mejorado pero, cuando mi cuerpo y mi mente se juntan..es mucho mas dificil..
-Candice..-acaricie su nombre con mis labios, cada letra salia suavemente de mi boca, como acariciando a su dueña-Precioso nombre, si me permite decirselo-dije con voz suave y sin poder evitarlo atrayente.
- Gracias por el dibujo, pero, mademoiselle, no hacía falta que pague por mi café. -
-No es cuestion de que deba o no pagar el cafe..simplemente me nacio hacerlo igual que el dibujo..-la miro a los ojos e intento tranquilizarla-No quiero obligarla a estar conmigo Señorita..solo..usted tiene algo..-abre los ojos algo avergonzada-Lo siento..-suspira-suelo ser demasiado directa y no me doy cuenta de que molesto a veces-rie un poco amargamente y levanta la vista de nuevo..
-Soy algo nueva en la ciudad-rie por su broma privada-y no pude evitar verla a traves de la ventana-vuelve a decir con voz susurrante-Soy Kate Galé, y es un place conocerla-coje su mano esta vez intentando no asustarla y besa su dorso lentamente-Porfavor siga hablando..su voz casi se compara a su belleza..-La sonrei de lado-Hermosa..-dice con voz baja, espere a que mi fria piel no la asustase, con algo de confianza la mire a los ojos..esos ojos escondian tantas cosas..pero de momento no intentaria averiguarlo hasta que ella me dejara o..en el peor de los casos desapareciera de mi vida..
Mire a mi alrededor el cafe casi estaba vacio pero mi atencion estaba centrado en Candice..la mujer dle vestido azul..
-Candice..-acaricie su nombre con mis labios, cada letra salia suavemente de mi boca, como acariciando a su dueña-Precioso nombre, si me permite decirselo-dije con voz suave y sin poder evitarlo atrayente.
- Gracias por el dibujo, pero, mademoiselle, no hacía falta que pague por mi café. -
-No es cuestion de que deba o no pagar el cafe..simplemente me nacio hacerlo igual que el dibujo..-la miro a los ojos e intento tranquilizarla-No quiero obligarla a estar conmigo Señorita..solo..usted tiene algo..-abre los ojos algo avergonzada-Lo siento..-suspira-suelo ser demasiado directa y no me doy cuenta de que molesto a veces-rie un poco amargamente y levanta la vista de nuevo..
-Soy algo nueva en la ciudad-rie por su broma privada-y no pude evitar verla a traves de la ventana-vuelve a decir con voz susurrante-Soy Kate Galé, y es un place conocerla-coje su mano esta vez intentando no asustarla y besa su dorso lentamente-Porfavor siga hablando..su voz casi se compara a su belleza..-La sonrei de lado-Hermosa..-dice con voz baja, espere a que mi fria piel no la asustase, con algo de confianza la mire a los ojos..esos ojos escondian tantas cosas..pero de momento no intentaria averiguarlo hasta que ella me dejara o..en el peor de los casos desapareciera de mi vida..
Mire a mi alrededor el cafe casi estaba vacio pero mi atencion estaba centrado en Candice..la mujer dle vestido azul..
Kate Galé- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 24/05/2011
Edad : 33
Localización : Americana, ahora...Parisina
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