Mis mas temidas pesadillas. [Libre]

por **Triana** Mar Mayo 24, 2011 11:36 am

Me había levantado muy sobresaltada. En mis sueños alguien me seguía, no! a mi no... cuando me quise dar cuenta aquel señor feo se llevaba a la mujer de cabello negro... sería mi mamá..? Eso nunca lo sabría. Por mil veces que preguntase nadie me hacía caso por ser una simple niña pequeña. Quería ser como las personas mayores, o como aquellas mujeres taaan lindas... que ofrecían sus besos a los señores en las calles.
Ya no sabía diferenciar un mal sueño de un simple sueño, froté mis ojos ante aquella mancha oscura que se posaba delante de mí. Un hombre, pero ésta vez no corría hacia mí intentando atraparme, sino sonreía.
Aquella sonrisa de aquel señor casi me hace sonreir a mi también, de no ser por mis ojos que se quedaron mirando otra mancha mas pequeña.
El hombre se había agachado, de sus manos diez arañas corrían queriendo subirse a mis zapatitos blancos, el contraste de los colores y lo feas que eran me hicieron ponerme a llorar casi al instante.

Allí estaba la niña, llorando en el borde del río, sonámbula. Viviendo un sueño tan terrorífico para ella que no le permitía volver a la realidad, aun estaba dormida, viviendo aquello aunque en realidad no estuviese ocurriendo nada.

Mi pequeña voz no lograba salir, hasta que con mucho esfuerzo de mi garganta afloró un enorme y agudo grito, de miedo. Aquellas tarantulas me acorralaban el paso, querían que cayese al pasto, pero no quería ensuciarme mi vestido nuevo. La mujer de cabello negro apareció detrás del hombre, pero no hizo nada, tan solo observaba todo muy tranquila. Acorralada como estaba decidí dar un paso mas hacia atrás, sintiendo el frescor en uno de mis pies, no sabía a que se debía.. el pasto debía de estar mojado. Resbalé hundiéndome en aquel pasto, junto con las arañas que se peleaban por no hundirse conmigo.

La niña dió unos pasos fatídicos hacia atrás, llegando a sentir el frescor, pero no era un pasto sino el agua de un río. La niña asustada, cayó al agua despertando de su terrible sueño, tomando grándes bocanadas de agua por la sorpresa de aquello. No sabía nadar, jamás había visto tanta agua junta desde que su padre la rescató de un barco de un destino posiblemente fatídico. La niña luchaba por salir a flote, poco le dió tiempo a hacer, su pequeña boca al tiempo que tragaba agua, escupía grítos de auxilio.