El principio del fin(?) [Yudea]

Sonrió de lado al sentir como el tomaba su cabello mirándola fijamente, casi obligándola a sentir su cuerpo, su cuerpo tan apegado, tenia razón, ella no le había conocido completamente enfadado, por que el había echo que su primera vez fuera tan sencillamente perfecta solo tenia el rencor de no haber podido echo aquello con amor, con un sentimiento real y con alguien que de verdad le entregara lo que ella necesitaba, pese a todo creía en el amor… a pesar de todas las cosas, a pesar de que el hombre, o lo que sea que fuera que había robado su virginidad de aquella forma no sintiera nada, le escucho, no las sentía con amenazas pero si lo eran…

-no puede amenazarme… -pensó enseguida en kazu, de alguna forma se preocupo, pero que podía hacer? Seguía siendo sencillamente tan solo una bruja que se entregaba ante la posibilidad de que aquel joven podría arrancar su vida en cualquier momento, y hacerle daño a sus seres queridos… - le observo… - “Vamos Adda esto no tiene por que ser malo… es solo pasarla bien” Adda ladea el rostro mientras observa hacia un lado de su ventana, si tan solo pudiera entrar a su casa, miraba por el ventanal, estaba a solo unos pasos de arrancarse de Yudea, por alguna razón no se arrancaba de el, sabia que aquel vampiro seria bueno con ella si le daba lo necesario para hacerlo feliz y luego marcharse para desaparecer un tiempo mas… le miro a los ojos… - soy mas sensual? –sin expresión en su voz ni en su mirada sintió delicadamente sus manos bajar por su pequeño cuerpo, de alguna forma aquel vestido le apretaba demasiado pero era su corazón el que explotaba interiormente… le decía a gritos que moriría si su cuerpo fuera violentamente tomado, le decía que cediera que se entregara a el…

No existen los príncipes…- susurra mientras miraba hacia otro lado sintiendo sus manos y su fuerza y su susurro mientras niega y regalándole una sonrisa encantadora aunque muy poco real se separa lentamente de el… pero dándole a entender que si cedería, observo sus ojos su mirada, temía de el pero mas temía de ella… - Yudea que quiere de mi? Por que esta aquí? - el le debía aquellas respuestas, se las debía por que le había quitado todo lo bueno que quedaba en ella, se intento separar lentamente – no quiero hacer las cosas difíciles, pero quiero estar en mis 5 sentidos… - susurra mirándole mientras intenta separarse sin poder hacerlo, se pregunto que sabia Yudea de las ilusiones? El también tendría una poción anti-ilusiones o posesiones?... – lo invito si me suelta, le doy entrada a mi casa… - con una sonrisa de lado y ayudada de ilusión que hacia que su mirada se volviera completamente realista le miro a los ojos mientras esperaba que resultara, solo quería entrar a su casa, así el no entraría, no tendría la invitación que había venido a buscar… de eso estaba segura, aunque no resultara, aunque la volviera a tomar por la fuerza pero seria fuera de la seguridad de su hogar, volvió a pensar en kazu….

Separo su mano por alguna razón aquello le molestaba y hervía su sangre, había algo que no le agradaba en esto, y es que le parecía que alguien se estaba entregando por ella… solo le escucho, pensaba en su propio corazón y lo que no tenia, no tenia ya, sentía la necesidad de decirle que ella no tenia corazón como el podría pensar -Yudea vaya claro conmigo, hay algo que me oculta… dígamelo ya no se ande de rodeos, y si no quiere nada por que vino con la clara intención de demostrarme que si quería? – da una media vuelta para no mirarlo, lo odiaba, lo odiaba de la peor forma por causar aquello en ella, aquella contradicción que ahora era voluntaria, lo deseaba muy en el fondo pero odiaba a la misma vez

Se dio vuelta hacia el mientras le ve flotar sobre el agua –no estoy preocupada… - finge una sonrisa casi cínica mientras aquello si le daba la impresión de que aquella oferta no era buena… - forzarme? – lo haría, le provocaría – vaya pensaba que usted no era de esos que sentían compasión de alguien, bueno… supongo me equivoque… - sonríe de lado mientras se da vuelta lentamente mientras suelta los listones de su vestido de una manera que pudiera provocarle… - es igual a todos los demás, y bueno, como ya es hora de irme a la cama le pediré que se retire ahora… me parece que si le pido que se retire lo hará, ya que recibió otra oferta interesante…

al darse vuelta y dejar de mirarlo camino rápidamente hacia los ventanales de su casa para abrirlo y poner un pie en ella, se adentro, quería quitarse esa ropa, se sentía sucia con tan solo haber sentido sus manos por su piel y haberlas estremecido de aquella forma, quería quitárselo por que le había gustado sin embargo quería usar mas vestidos como ese, con escote pronunciado, ajustados de la manera mas fina que hacia que una dama demostrara mas su pequeña cintura su humanidad, lo mujer que era…
Caminando hacia su habitación dejaba caer su vestido de manera que su vestido yacía en el pasillo para correr a su cama dejándose caer, se pregunto si habría dejado la invitación abierta a su casa, hubiera terminado cediendo?… Yudea… se odio por la forma en que su cama añoraba a aquel ser frío, blanco como la nieve, duro como metal… intraspasable, imposible. Ahora aun mas imposible.

Se dio media vuelta mientras arreglaba el corset de su vestido que dejaba caer, no pudo hacer nada, pero una ola de preocupación y enojo salía de su interior… kazu… solo pensó en el, el único que había estado con ella desde que era una pequeña, el único que la vio crecer, la vio convertirse en mujer y que nunca se conformo con lo mujer que se había convertido, el único hombre que hubiera preferido que adda se quedara como una pequeña que como la mujer que era.

No… -salio de sus labios, preocupada con el corazón a punto de explotarle, Yudea tenía a kazu, de eso estaba segura, con la preocupación en sus manos corrió hacia el no importándole que estuviera en paños menores y olvidando que aquello podía ser una provocación, le había sentido en el balcón… abrió los ventanales de su casa y busco a Yudea, busco con sus ojos azul celeste, por alguna razón caían lagrimas por sus ojos, se odiaba, en este momento se odiaba tan sensible, tan endeble, por que Yudea le hacia esto? Por que kazu se había entregado, ahora quería saberlo…

-si se que no puede entrar, lo supe desde siempre… pero puedo invitarlo si me dice que es lo que esta sucediendo? Por que nombra a kazu… por que tiene un cuerpo con que desquitarse?...- lo presentía, presentía la respuesta por parte de Yudea, que le diría que kazu mismo se entregaba por ella, que le diría que kazu ya no la vería, que kazu ahora seria su aliado, que lo perdería para siempre-Yudea dígame que prefiere su cuerpo al mío?...-adda no sabia sus preferencias sexuales, quizás el preferiría a un varón mas que a una dama, pero era eso posible? No sabia nada de Yudea, ahí se daba cuenta que en realidad Yudea era un total desconocido, con la capacidad de dominar todos sus sentidos… miro hacia otro lado, dándose vuelta hacia su habitación por que sus lagrimas caían por sus mejillas, sentía preocupación, tristeza, abandono… aunque no sabia a que venia aquella palabra, abandono.

“me siento sola abandonada, y lo peor de todo, mas fuerte que nunca, y kazu, kazu estaba dejando descubierto mi lado sensible, ¿por que?¿por que se había entregado a Yudea…? Lo odiaba, lo odiaba, de verdad… a yudea no sabia si tanto como a kazu…”

Se dio vuelta hacia Yudea y tomo el lado de su corset para tomar los tirantes de este y mirarle… -bueno, puede irse si quiere, yo tengo que terminar de desvestirme… - dibuja en su rostro una sonrisa falsa.. una sonrisa que no tenia ganas de sacar pero las ganas por verlo molesto por aquella provocación y no poder hacer nada le ganaba mas a la razón…

No es idiota… -susurra, ahora entendía por que el había desaparecido de su vida, por que había echo de Adda una joven sin el respaldo que era Kazu para ella, ahora entendía por que Yudea tampoco le había buscado, y hubiera preferido que Yudea no apareciera, no ahora… observa al hombre que la tiene en sus brazos por alguna razón que nunca entenderá siente sus brazos tan fuertes tan deseables, ¿Por qué le hacia esto? ¿Por qué hacia que adda le deseara? Buscó su mirada y solo encontró sus ojos llenos de deseo, miro hacia otro lado negándose la realidad – quizás no es tan necesario el sol cuando la mayor acción la vive durante la noche… -le dice con una frialdad que ni adda misma se la cree, no creía que podía decir esas cosas pero ¿era ella?

“si, si déjame salir –pero ¿y las consecuencias? Yudea se molestara si dejo salir todo el odio que tengo interiormente, no parece de mucha paciencia, no parece de nada en paciencia, -no dijiste que tenia una mejor oferta? No la romperá anda –pero no parece un vampiro de confianza… “

Le mira de alguna forma entre deseosa e indiferente, no quería ceder a sus encantos, ¿Por qué tenia que hacerlo? Mas que mal aquel hombre había robado su virtud… -y que si le digo que si soy indiferente a usted y a la situación, puede hacer lo que quería, es el el que se entrego y usted acepto así que por que me toca? Apártese – no pudo resistirse al acercamiento que Yudea le brindaba, era presa de sus encantos, de su forma de ser, de tocarla, solo a un hombre le permitiría tocarla así y ese hombre ya no existía, ya la había dejado y ya había echo su trato con Yudea… -y si lo deseara? No haría mucha diferencia, usted hizo un trato… -susurra intentando separarse – aparte yo no exigiría algo sencillo, puedo desear sentirme tan mujer como usted dice, pero… -piensa ladeando el rostro – usted rompería su trato y creo que lo esperan en casa… - si, si estaba enojada y mucho, por que kazu se había entregado sin hablar con ella, sin luchar, sin despedirse, sin mencionarle siquiera que se entregaría por ella, pero eso solo le daba una idea, descabellada si, pero una idea…

-no hay nada que pueda hacer para romper ese trato? Lo que sea… -susurra acercando sus labios a los del vampiro y rozándolos sin tocarlos espero su respuesta.

Le miro mientras hablaba, envenenado? Como era eso posible? Por que había sucedido? Yudea seguía hablando y Adda apenas podía creerlo, ¿Por qué le había echo? Sirviente?... una ola de celos que no podía creer salían por sus huesos, celos? ¿ira? Rabia? Dolor? Odio?

“por que no se acuerda de mi? –porque no te quiere simplemente eso, no puedes pretender que alguien que se entrego por ti quiera saber alguna vez mas de ti –y por que tengo estos deseos de yudea? –por que te gusta su maldad así como a mi me encanta su maldad su odio, aquel fuego en sus ojos su ira, su forma de hablar.
Me tape los oídos no quería hablar mas conmigo misma no quería pensar aquella misma ola de celos, rabia, ira odio, dolor, seguía invadiéndome y no me dejaba pensar, tape mis oídos como si aquella mente me gritara todo desde afuera y no desde mi propia mente”

Cállate!! – aunque no sabia si se lo decía a ella misma o a yudea se quedo inmóvil, durante un segundo pensó que yudea la afirmaba pero por que lo iba a hacer? El no sentía nada por nadie no podía entender como sus palabras habían herido y penetrado de tal manera su pequeño corazón que por primera vez en su vida había gritado – le miro, escuchándole ¿podía creerle? ¿quería invitarlo a su casa?¿quería creer que kazu de verdad le hubiese olvidado entregándose a cualquiera… a un sirviente? O solo la estaba provocando? Pero por que había algo que le decía que le tenia que creer por que era todo cierto?
Le miro a los ojos mientras buscaba en el que todo fuese una mentira, que le dijese que kazu estaba bien y que no la había olvidado – vallase… - le miro insegura, solo esperaba que el no viera esos ojos de inseguridad, le negaba por su propio impulso de hacer caso o mínimo respetar el que kazu se hubiera entregado por ella no por que lo deseara, si la presionaba un poco mas cedería, terminaría invitándole, desvió la vista hacia otro lado intentando esperar que se fuera aunque muy interior trataba de ocultar lo que su propio deseo le imponía, su cuerpo, su roce, su piel, sus besos, su dulzura en la cama a pesar de querer demostrar tanta maldad, adda realmente nunca lo había vivido.

Ladeando el rostro miro hacia su habitación mientras sentía su corset suelto, y su cuerpo pidiendo a gritos que la poseyera… fue ahí cuando dijo aquellas palabras que no solo creyó nunca mencionar si no que la provocaban de una manera que nunca hubiera pensado –espere… esta invitado a entrar… -susurra sabiendo que le oía, pero ya veía el resultado de eso en su mente, quizás se había ido, no había tenido el valor de mirar si de verdad Yudea le había echo caso, o si la había escuchado bien, su mente le decía que una vez que el hubiese escuchado aquellas palabras la llevaría a la cama para hacerla suya.

Se quedo observando hacia el balcón mirando la noche sintiendo como aquel rocío solo calmaba el calor que había comenzado a sentir apenas el la hubiera abrazado, era tan frío, la sensación de sentir su cuerpo nuevamente fue satisfecha y era eso lo que causaba mas molestia en su propio cuerpo, dejándose sentir, dejándose tocar y por su puesto dejándole poseerla una vez mas, pero le creía? Había algo de Yudea que hacia que Adda no creyera a ninguno de sus sentidos, ni a su razón, su cuerpo la mantenía prisionera en aquel barandal, sentía su virilidad detrás suyo y su brazo duro sobre su vientre, ladeo levemente el rostro y le miro a los ojos – no puede mentirme Yudea, no es necesario que me diga cosas bonitas que ya se… puede tenerme, pero yo aun amo al hombre que usted tiene prisionero… - le miro ¿era un desafío? Adda no lo veía así, y es que decirle todas esas cosas con rabia solo le ayudaban a ocultar el echo de que le gustaba que yudea le dijera elogios que hacían que su piel se estremeciera pero también no podía dejar de pensar que Yudea podía estarla engañando con aquellos elogios, diciendo eso solo por repetir lo que las Mujeres quieren escuchar, Elogios.

Volteo su rostro hacia la vista que tenia enfrente cerrándolos por que su cuerpo se estremecía al contacto de Yudea sintiendo su aroma “Estas muy calida… envuélveme con ese calor Adda…”

“desde ese momento solo pude ceder, quería hacerlo sin embargo mi boca y oídos se resignaban a aceptar de que si eran y pertenecían completamente al vampiro que había robado mis sentidos, quería resignarme por que no quería creer que Kazu se hubiera envuelto en oscuridad –quíteme este broche… - le miro a los ojos, sabiendo que Kazu había dejado algo de el en aquel broche para no permitir que Yudea me tomara, cuando me volteo con aquella brusquedad temblé, no solo por que sentía el contacto de sus labios con pasión, soltura, si no por que mi propio cuerpo impulsada a soltarse se entregaba en aquel beso que decía mas que mil palabras y ahora me hacia confundir ¿Cómo es que podía no creerle siendo que el mismo actuaba como si de verdad me deseara? Le bese rodeando su cuello sintiéndome demandada por el, por sus deseos y por los míos propios, mi corset termino de caer mientras nos besábamos sentía mis pezones duros, llenos de excitación, mi cuerpo apegarse al suyo de una forma que pedía, pedía el suyo a cambio…”

Adda desabrocho su camisa no con lentitud si no con demanda con entrega, por que no solo quería sentirle si no disfrutarle, mientras su beso cada vez le hacia mas suyo mientras sus manos acariciaban su pecho frío subiéndolas por los botones de su camisa para deshacerlos y terminar por quitare su camisa subiendo sus manos por su pecho, deja de besarle un momento para hacer un camino de besos desde sus labios hacia su cuello, mordiéndole, chupando, acariciando con sus manos su espalda y luego vuelve la vista hacia sus ojos… deteniéndose de toda caricia esperando que el dijera lo siguiente, quería oírlo, quería que la llevara ala cama de una vez por que su propio cuerpo ya se lo pedía…

Ladeo el rostro al escuchar las palabras de Yudea… -si… Kazu… - por un momento pensó que se quebraría, kazu se había entregado por ella y ella estaba ahí con el hombre al que creía que nunca iba a tocar mas en su vida, no con su consentimiento, se odiaría, de eso estaba segura, pero todo indicaba que su cuerpo no quería pensar en ello, el broche era retirado por primera vez, sintió el peso del broche separado increíblemente sintió un alivio y hasta mas liviana, mirándole a los ojos cuando el hablo le hizo depositar su mano en los labios de Yudea… - no es necesario mencionarlo… el ya no esta... estamos usted y yo... - no por que no lo quisiera, si no por que a pesar de todo, aun deseaba que en su lugar estuviese Kazu y no Yudea, que a pesar de toda la rabia que pudiera sentir por las palabras anteriores por ese “lo a pasado tan bien con mi sirviente que ya no te recuerda” lo amaba, y no podía dejar de pensar que le gustaría que fuese kazu quien hubiera vuelto a tomar ese cuerpo que nunca había poseído realmente…

“no abra amante que te haga sentir mas placer que yo” ¿Qué tenían de razón sus palabras, nadie lo había echo, nadie realmente le había provocado mas placer que Yudea por que sinceramente no había tenido nada con nadie desde esa primera… extraña vez… - Cualquiera pensaría que… me extrañaba monsieur…-susurra mientras siente los dedos de Yudea recorrer su pequeño cuerpo, dejándola libre del camisón y a los pies de la cama observando con tal lujuria su cuerpo entregado solo a el, el solo escucharle y sentir que sus manos por su mentón hacían que en respuesta a su beso envolviera sus brazos en el cuello del hombre que tomaba y disfrutaba de cada caricia, cada beso, al empujarle con fuerza hacia la cama le hizo caer de forma brusca ocasionando así que su corazón se sintiera a full palpitar, la rodilla de el entre las piernas de adda, mirando por primera vez a yudea sin camisa, sintiéndose tan extraña, con su cuerpo deseoso de aquel amante con tal fuerza, de aquella noche de pasión sin ese broche, del cuerpo de Yudea sin limites, su cuerpo lo recordaba muy bien…

“aquella noche la única ultrajada y sin ropa había sido yo… ahora sentía por primera vez las caricias de la piel de yudea en mi, como si todo me hiciese aun mas esclava posible, como si eso fuera posible realmente, por ese momento olvidaba todo, el escenario era mi cama, las luces… la luna que acompañaba con su brillar las velas completamente apagadas pero todo se veía tan claro, el roce de sus manos en mis pezones, acariciándolos como si disfrutara de ellos, sus labios en ellos, su mano bajando por mi intimidad haciéndola estremecer, ante todo ello, mi cuerpo se rendía y pedía a gritos mas aunque no dijera ninguna cosa, aunque mis labios aun no soltaran gemidos de placer ya los sentía, cerré mis ojos por primera vez en señal de confianza, pero escucharle hablar sobre ser su amante… solo me trajo mas deseo, y olvidando por un momento que funciones traería una amante para el hombre que tenia encima susurre… -Esta bien… si Yudea… - una de mis manos recorriendo el camino desde mi cuello bajando se encontró con su cabello junto a mis pechos y acariciándolos, tome su cabello para hacerlo que me dedicara una mirada, en busca de sus labios baje una mano por su pecho acariciándolo, mi respiración entre cortada, con temor pero deseos, ya que esta vez si estaba todo bajo mi voluntad, lo había aceptado libremente y para que negarme, lo deseaba por un momento todo se detuvo y encontrarme con la mirada de Yudea fue lo mas sincero que jamás podría pedir, baje una mano por su pecho encontrándome con su pantalón mientras aun mantenía aquella mirada que sin decir ni pronunciar palabras le pedía algo especifico… placer mutuo, que la poseyera de una vez, que sintiera placer como el quisiera, que adda seria, por esa noche, suya… completamente suya.”

Quien pensaría que Adda o el mismo Yudea daría un giro de esa forma, de una violación forzada de la cual adda nunca pudo hablar claramente mas si no estuvo mucho tiempo tratando de entender, como era que Yudea la había tomado de una forma que no lo odiara como debería ser, yudea había echo que la primera vez de Adda fuera… especial, aunque ella hubiera querido que ese hombre fuera kazu, no podía pedir demasiado, yudea ya se había empecinado en robarle su virginidad y si no disfrutaba se lo hubiera dado con dolor, con brusquedad y no estaba dispuesta a eso, fuera de que el robara su voluntad con aquel veneno que rogaba nunca mas trajera consigo.
Fue en ese momento que pensó en el… digamos innombrable ¿acaso seria su condena eternamente? Amarlo para no tenerlo y perderlo por el mismo hombre que ahora la tenia desquiciadamente entregada? Trato de quitarlo de su mente aunque en realidad su mente estaba a la intemperie, sintiendo el calor sofocante del cual su propia intimidad producía debido a sus manos… penetrando lentamente su sexo, sentir sus labios sobre sus paredes vaginales fueron como que si ese calor ya no diera mas y de aquel calor sofocante del cual no podía ni siquiera pensar salio un gemido que no pensaba dar, un gemido desde sus propias entrañas, que clamaban a gritos que siguiera en ese camino, que era perfecto, que su maldad solo complementaba todo lo que adda quería en ese momento, pasión fuerza, entrega, en ese gemido revelo todo por que su cuerpo pedía mas y ya no podía contenerse, las manos de yudea recorrían con tal dulzor su cuerpo que adda se sintió tan endeble a responder la pregunta que el le había echo

“¿Qué estoy haciendo? Cayendo bajo revelaciones tentadoras? Cayendo en las manos del hombre que realmente no amo pero si deseo? ¿Por qué lo deseo? El sexo es suficiente? Y que hay con el odio?
Preguntas que no podía responder, tampoco sabia si lo odiaba, toda una contradicción, pero Yudea… ese nombre… tenia tanta razón, ningún amante había sido como el, y no estaba segura si quería seguir pensando por que me dejaría influenciar por el momento, el momento que me decía tantas cosas, que fueron desapareciendo cuando escuche sus ultimas palabras”

dime que te gusta adda… dilo… voy a complacer cada deseo –fue en ese momento que adda con la voz entrecortada y muy dulcemente aunque aun contrariada por sentir ese deseo con tal fiereza, con tal pasión – quiero… -respiro y mordiendo sus labios al sentir su dedo penetrar su interior… -quiero que me posea… yudea… - mordió sus labios, no quería hablar mas, quería sentirlo, en toda su fuerza, quería su delicadez, quería todo de el, por ese momento… solo por ese momento valioso le dio un momento de paz a su cerebro cerrando toda imagen que dijera kazu en sus pensamientos, “lo siento” alcanzo a decir en su mente cuando aquella maldad que solía poseerla se hundía en pensamientos de odio hacia yudea y la dejaba a ella disfrutando, olvidando por un momento todo, podía hacer eso, si podía. Pero el remordimiento luego no se lo quitaría, jamás, por un momento estuvo tentada a preguntar que beneficios traía ser una amante, pero quería oírlo de sus labios, y sobre todo disfrutarlo, su cama ya era compartida, por primera vez las sabanas sentirían el placer de la compañía masculina y al mirarle susurro.. – por favor… sea suave… -apoyo sus codos en la cama mientras abría mas sus piernas para darle espacio y con uno de sus pies y con su mano rozaba su cuerpo, acariciándolo, fijándose por primera vez cuan definidas estaban sus curvas, cuanto había cambiado su cuerpo… y ahora el hombre que la acompañaba lo disfrutaría… cuando siempre pensó que su esposo, o el hombre del cual su madre siempre hablaba que seria su esposo, tendría las dichas de ser el hombre que disfrutara de ello... pero no.

“el amor no es paciencia, el amor se demuestra… pero ¿Qué sucede cuando no hay amor y en su lugar hay lujuria, sentido de pertenencia, celos… ¿acaso yudea sentía celos y por ello la tomaba de aquella forma? ¿podía Yudea sentir celos de kazu? ¿era por eso que quizás había dicho… ¿se mi amante? por kazu tener lo que el no tenia? amor?”