AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Una importante reunión [Dominique Fontaine]
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Una importante reunión [Dominique Fontaine]
El licántropo poco a poco había conseguido instalarse en la ciudad con tal suerte que rápidamente había podido contactar con las altas esferas, con nada más y nada menos que la princesa de Francia, su alteza Dominique Fontaine. Aquella mujer lo había contratado para realizar una serie de trabajos y actualmente se disponía a conocer su primer encargo, aquel que esperaba le otorgarse suficiente capital como para no tener que pasar frío y hambre, encontrando cobijo en algún lugar. Había contactado con ella a base de terceros que le habían hecho llegar una carta en la que la eminencia citaba al licántropo en aquel bosque, en aquel mismo claro al caer la noche para poder hablar de ciertos asuntos laborales. Habiendo hecho una pequeña hoguera con una serie de ramas y sosteniendo entre sus manos dicha carta esperó la llegada furtiva de mademoiselle Fontaine.
Ciertamente temía de que alguien pudiera llegar a interceder entre ellos durante su charla pero sabía de buena fuente -sus agudizados sentidos- que nadie se encontraba a menos de cuatrocientos metros a la redonda, casi siquiera ningún animalillo. Levantó la vista observando la luna creciente y reconoció que faltaba poco para la noche de luna llena y debería comenzar a preparar su furtiva salida; no le gustaba entorpecer su camino con ninguna víctima humana, prefería correr inevitablemente por los verdes campos bañados por la espectral luz lunar. Oyó una serie de pasos y alzó una pequeña antorcha que llevaba en la mano izquierda, teniendo en la derecha todavía la susodicha invitación al encuentro.
-¿Quién anda ahí?- preguntó seco, cortante, su mirada clavada en la espesura del bosque desde donde le llegaba aquel sonido; ser licántropo y poseer aquellos sentidos era toda una bendición para Lorcan Lhereux. Podía recordar aquel sendero, aquel pequeño claro del bosque, donde había conocido a Anne-Marie días atrás. Si bien no temía a ningún ladrón que intentara hacerle daño la cosa se tornaba drástica si quien estaba amenazándolo resultaba ser uno de esos vampiros. Nunca había visto uno y por lo tanto tampoco se había enfrentado a ellos pero sabía que podían acabar con él tal como lo podía hacer una precisa bala de plata; si bien debía desconfiar de la propia raza humana no podía siquiera entablar conversación con otros seres mágicos. El crepitar del fuego en aquella noche primaveral sirvió para tensar más aún aquel instante entre el ocultismo y el descubrimiento mientras el cuerpo del licántropo permanecía rígido y quieto, levemente iluminado por la luz de su antorcha y en parte por la hoguera.
Ciertamente temía de que alguien pudiera llegar a interceder entre ellos durante su charla pero sabía de buena fuente -sus agudizados sentidos- que nadie se encontraba a menos de cuatrocientos metros a la redonda, casi siquiera ningún animalillo. Levantó la vista observando la luna creciente y reconoció que faltaba poco para la noche de luna llena y debería comenzar a preparar su furtiva salida; no le gustaba entorpecer su camino con ninguna víctima humana, prefería correr inevitablemente por los verdes campos bañados por la espectral luz lunar. Oyó una serie de pasos y alzó una pequeña antorcha que llevaba en la mano izquierda, teniendo en la derecha todavía la susodicha invitación al encuentro.
-¿Quién anda ahí?- preguntó seco, cortante, su mirada clavada en la espesura del bosque desde donde le llegaba aquel sonido; ser licántropo y poseer aquellos sentidos era toda una bendición para Lorcan Lhereux. Podía recordar aquel sendero, aquel pequeño claro del bosque, donde había conocido a Anne-Marie días atrás. Si bien no temía a ningún ladrón que intentara hacerle daño la cosa se tornaba drástica si quien estaba amenazándolo resultaba ser uno de esos vampiros. Nunca había visto uno y por lo tanto tampoco se había enfrentado a ellos pero sabía que podían acabar con él tal como lo podía hacer una precisa bala de plata; si bien debía desconfiar de la propia raza humana no podía siquiera entablar conversación con otros seres mágicos. El crepitar del fuego en aquella noche primaveral sirvió para tensar más aún aquel instante entre el ocultismo y el descubrimiento mientras el cuerpo del licántropo permanecía rígido y quieto, levemente iluminado por la luz de su antorcha y en parte por la hoguera.
Lorcan J. Lhereux- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 15/06/2011
Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Decisiones… decisiones…
Todo se resumía a la toma de las mismas, tanto el destino que corremos como las conclusiones de lo que somos. Era una noche despejada, incluso llegaba hacer un calor muy sutil en el ambiente dentro de los palacios de Versalles, invitando a sus residentes a salir seducidos por la caricia fresca de los vientos parisinos. Había pasado varias noches enclaustrada en mi torre de oro, reponiendo todas mis ausencias pasadas y recuperando la obligación del socializar con las princesas de sangre, duques y emperatrices que nos visitaban, retome también todas mis clases e incluso asiste con obediencia a todas las misas reales. Con un esfuerzo enorme, volvía a recuperar la perfección de mi hermosa y mas vieja mascara. El rey se mantenía ocupado, y aunque yo no sabia que era lo que estaba haciendo pero había prometido mantenerme tranquila… no estaba dispuesta a esperar a que me lo dijera. Con viejos amigos logre contactar a un antiguo conocido que informaba de su regreso a parís. Su llegada a mis tierras, aunque inofensiva… era la pieza justa para las maquinaciones que una noche de luna llena vinieron a ocurrírseme.
Lo cite en un lugar muy alejado de Versalles, y usando los pasadizos volví a escaparme de Versalles acompañada de mi inmortal Guardián, Un vampiro al servicio de mi padre que me había jurado lealtad. Me acompaño en un carruaje viejo hasta el principio del bosque y una vez estuvimos ahí, desato a los caballos para penetrar en la oscuridad que refulgía entre los siniestros arboles. Montada en ese corcel cobrizo me sentí extraña, acostumbrada ya a solo montar a mi yegua Antonieta, sin embargo supe domar al animal muy bien, siguiendo el camino que me guiaba el vampiro que perseguía el olor de mi viejo conocido… Cuando identificamos las luces de una hoguera y mi acompañante me anuncio que se trataba de Lorcan, lo detuve con un gesto y me adelante en un trote ligero.
--- Vuelve al carruaje y procura quedarte ahí, conozco el camino de regreso--- Ordene con decisión, dedicándole una mirada en advertencia y luego acercándome a la hoguera de Lorcan. Resultaba demasiada enigmática su postura meditabunda frente a las cadenciosas llamas. Siempre tan concentrado, tan medido en si mismo. Se dibujo en mi rostro una sonrisa ligeramente burlona y baje el gorro de mi capucha, sujetando luego las riendas del animal para rodear la hoguera. ---. Buenas noches, lobo solitario! ¿Te hice esperar demasiado?
Todo se resumía a la toma de las mismas, tanto el destino que corremos como las conclusiones de lo que somos. Era una noche despejada, incluso llegaba hacer un calor muy sutil en el ambiente dentro de los palacios de Versalles, invitando a sus residentes a salir seducidos por la caricia fresca de los vientos parisinos. Había pasado varias noches enclaustrada en mi torre de oro, reponiendo todas mis ausencias pasadas y recuperando la obligación del socializar con las princesas de sangre, duques y emperatrices que nos visitaban, retome también todas mis clases e incluso asiste con obediencia a todas las misas reales. Con un esfuerzo enorme, volvía a recuperar la perfección de mi hermosa y mas vieja mascara. El rey se mantenía ocupado, y aunque yo no sabia que era lo que estaba haciendo pero había prometido mantenerme tranquila… no estaba dispuesta a esperar a que me lo dijera. Con viejos amigos logre contactar a un antiguo conocido que informaba de su regreso a parís. Su llegada a mis tierras, aunque inofensiva… era la pieza justa para las maquinaciones que una noche de luna llena vinieron a ocurrírseme.
Lo cite en un lugar muy alejado de Versalles, y usando los pasadizos volví a escaparme de Versalles acompañada de mi inmortal Guardián, Un vampiro al servicio de mi padre que me había jurado lealtad. Me acompaño en un carruaje viejo hasta el principio del bosque y una vez estuvimos ahí, desato a los caballos para penetrar en la oscuridad que refulgía entre los siniestros arboles. Montada en ese corcel cobrizo me sentí extraña, acostumbrada ya a solo montar a mi yegua Antonieta, sin embargo supe domar al animal muy bien, siguiendo el camino que me guiaba el vampiro que perseguía el olor de mi viejo conocido… Cuando identificamos las luces de una hoguera y mi acompañante me anuncio que se trataba de Lorcan, lo detuve con un gesto y me adelante en un trote ligero.
--- Vuelve al carruaje y procura quedarte ahí, conozco el camino de regreso--- Ordene con decisión, dedicándole una mirada en advertencia y luego acercándome a la hoguera de Lorcan. Resultaba demasiada enigmática su postura meditabunda frente a las cadenciosas llamas. Siempre tan concentrado, tan medido en si mismo. Se dibujo en mi rostro una sonrisa ligeramente burlona y baje el gorro de mi capucha, sujetando luego las riendas del animal para rodear la hoguera. ---. Buenas noches, lobo solitario! ¿Te hice esperar demasiado?
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/12/2010
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Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
El crepitar del fuego resultaba una melodía que amansaba a las fieras como Lorcan y que junto con el ondear de las llamas conseguían transportarlo lejos de aquel bosque, de aquella importante noche en la que volvería a servir a Dominique Fontaine tal como hizo antaño, antes de abandonar la ciudad cual nómada. Pero aquellos momentos eran diferentes, él pensaba instaurarse finalmente en aquella ciudad y además esperaba buena recompensa con sus servicios, gracias a los cuales podría mantenerse alimentado y con cobijo propio en el que resguardarse. El casqueteo de un caballo a la distancia lo alertó de la llegada de alguien y fue aquel ruido lo que hizo que el joven tomara una de las ramas y la empuñara a modo de antorcha. La luz le concedía un aspecto oscuro y demacrado, el claro-oscuro era algo que no favorecía a nadie.
Y así se reveló una figura a caballo y encapuchada que rápidamente desveló su identidad. La princesa de Francia, Dominique Fontaine. Las antiguas costumbres no se perdían y el licántropo lanzo la tea al fuego antes de arrodillarse cabizbajo ante a quien debía lealtad. -Mi señora.- simplemente con aquel movimiento quiso saludar apropiadamente antes de levantar su cuerpo de nuevo y enterarse de la cercanía del corcel y por lo tanto de la dama hacia el lobo. Su saludo, si bien ameno y divertido, hizo que Lorcan se decantara por relajar un poco su postura y centrarse en lo verdaderamente importante, responder a su pregunta.
-Llegué hace escasos momentos, mademoiselle.- advirtió, levantando la carta que todavía mantenía en su mano derecha. -Tal como me citó.- recordó, intentando llegar al grano de todo aquel peliagudo asunto. La curiosidad corroía su ser en busca de saciar no sólo su hambre y cobijo, sino también conocimiento. Su mirada se clavó en ella, todavía a caballo y terminó por formular su pregunta.
-¿Para qué requerís mis servicios, Dominique?- alzó una ceja, interesado. -Hace demasiado tiempo que no recurríais a mí, ¿Tenéis acaso alguna interesante tarea que deba realizar?- intentaba medir las palabras pero la curiosidad y el ansia podían con él, quizás tratando a su cita con cierta grosería propia entre conciudadanos e iguales. Ella sabía de su condición de licántropo y por lo tanto daba por hecho que todo aquello no podía derivar a puerto sencillo.
Y así se reveló una figura a caballo y encapuchada que rápidamente desveló su identidad. La princesa de Francia, Dominique Fontaine. Las antiguas costumbres no se perdían y el licántropo lanzo la tea al fuego antes de arrodillarse cabizbajo ante a quien debía lealtad. -Mi señora.- simplemente con aquel movimiento quiso saludar apropiadamente antes de levantar su cuerpo de nuevo y enterarse de la cercanía del corcel y por lo tanto de la dama hacia el lobo. Su saludo, si bien ameno y divertido, hizo que Lorcan se decantara por relajar un poco su postura y centrarse en lo verdaderamente importante, responder a su pregunta.
-Llegué hace escasos momentos, mademoiselle.- advirtió, levantando la carta que todavía mantenía en su mano derecha. -Tal como me citó.- recordó, intentando llegar al grano de todo aquel peliagudo asunto. La curiosidad corroía su ser en busca de saciar no sólo su hambre y cobijo, sino también conocimiento. Su mirada se clavó en ella, todavía a caballo y terminó por formular su pregunta.
-¿Para qué requerís mis servicios, Dominique?- alzó una ceja, interesado. -Hace demasiado tiempo que no recurríais a mí, ¿Tenéis acaso alguna interesante tarea que deba realizar?- intentaba medir las palabras pero la curiosidad y el ansia podían con él, quizás tratando a su cita con cierta grosería propia entre conciudadanos e iguales. Ella sabía de su condición de licántropo y por lo tanto daba por hecho que todo aquello no podía derivar a puerto sencillo.
Lorcan J. Lhereux- Licántropo Clase Media
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Fecha de inscripción : 15/06/2011
Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Cualquier otro que llegara a ese claro del bosque y se topara con el imponente Lorcan, con antorcha en mano y la expresión de pocos amigos que siempre se evidenciaba, seguramente se asustaría. Ni siquiera las gárgolas de Notre Dame vistas a media noche poseían esa combinación de tenebrismo y peligro que mi entrañable aliado lucia día con día. Mi rostro se ladeo un poco y la sonrisa irónica se torno en un gesto mas suave mientras contemplaba a Lorcan arrodillarse ante mi con el porte de una caballero medieval. Si había algo que siempre me había causado deleite de su persona era esa gracia de caballero gótico, esa sombría rectitud de su naturaleza solitaria.... Su personalidad no encajaba con los pomposos varones a quienes conocía tambien, habia algo particular en Lorcan, en gran parte por su particularidad habia sido mi elegido desde el principio.
--- Puntualidad ante todo, ¿No es así? No cabe duda que hay cosas que no cambian --- Siempre eficiente, siempre atento pero rígido, siempre imponente… me resultaba muy extraño volver a ver a personas que conocía en el pasado pero vistas ahora con estos nuevos ojos míos. Esta nueva visión que se había creado después de todas las cosas que habían pasado conmigo y en mi alrededor a lo largo de los últimos meses. Me preguntaba quizás… si el mismo Lorcan identificaría algún cambio en mi aspecto, en mi conducta o en la mera displicencia de mis sonrisas. La misión que venia a darle ahora en comparación a las de antes era una burla, ahora de verdad estaba jugando con fuego y estaba presta a incitarlo a correr un riesgo quizás peor del que pudiera correr yo, pero que si lograba… las recompensas serian inimaginables.
Jale las riendas del animal para acercarme a uno de los arboles mas frondosos y aun montada sobre el, amarre al caballo a una de las ramas mas gruesas y bajas con fuerza para retenerlo ahí, me deslice en el asiento presta a descender de el, pero haciendo un ligero ademan a mi acompañante para que viniera a ayudarme en mi labor de bajar.
--- Te esta comiendo la curiosidad --- Añadí en una ligera y breve risa---. Antes ven a ayudarme para que podamos hablar de negocios… Oh, por cierto, no olvido mis modales, Bienvenido a Paris
--- Puntualidad ante todo, ¿No es así? No cabe duda que hay cosas que no cambian --- Siempre eficiente, siempre atento pero rígido, siempre imponente… me resultaba muy extraño volver a ver a personas que conocía en el pasado pero vistas ahora con estos nuevos ojos míos. Esta nueva visión que se había creado después de todas las cosas que habían pasado conmigo y en mi alrededor a lo largo de los últimos meses. Me preguntaba quizás… si el mismo Lorcan identificaría algún cambio en mi aspecto, en mi conducta o en la mera displicencia de mis sonrisas. La misión que venia a darle ahora en comparación a las de antes era una burla, ahora de verdad estaba jugando con fuego y estaba presta a incitarlo a correr un riesgo quizás peor del que pudiera correr yo, pero que si lograba… las recompensas serian inimaginables.
Jale las riendas del animal para acercarme a uno de los arboles mas frondosos y aun montada sobre el, amarre al caballo a una de las ramas mas gruesas y bajas con fuerza para retenerlo ahí, me deslice en el asiento presta a descender de el, pero haciendo un ligero ademan a mi acompañante para que viniera a ayudarme en mi labor de bajar.
--- Te esta comiendo la curiosidad --- Añadí en una ligera y breve risa---. Antes ven a ayudarme para que podamos hablar de negocios… Oh, por cierto, no olvido mis modales, Bienvenido a Paris
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/12/2010
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Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Y así era, el licántropo nunca cambiaría, su puntualidad, su cortesía, sus ya quizás anticuados modales... podían pasar los años pero él seguía siendo el mismo Lorcan de siempre, desconfiado pero cada vez más humanizado. -Mala hierba nunca muere, Dominique.- sí, y ahora mismo estaba relajando aquel trato tan frío y formal, volviendo a la amistad que tuvieron y mantienen desde tiempo atrás. Siguió con la mirada a la princesa quien ataba al caballo a una rama gruesa de uno de los árboles. Su majestad requirió de la ayuda del licántropo para descender y éste se precipitó a cogerla por la cintura y bajarla con toda la delicadeza que pudo de su corcel.
-Ahí estáis.- dijo simple, soltándose de ella y cruzándose de nuevo de brazos, realizando una tonta y delicada reverencia ante su bienvenida. -Siempre es de agrado volver a la capital francesa...- admitió con suma educación mientras se acercaba un poco más a la hoguera, observando las teas y el crepitar del fuego con suntuoso hipnotismo. -Y así es, quisiera saber para qué tal secretismo... el encontrarnos aquí, en las afueras, en un bosque, a la intemperie.- enumeró, todo aquello se debía a algún peliagudo asunto que tendría que enfrentar, quisiera o no. Poderoso caballero es don dinero.
-¿Para qué habéis contactado conmigo, mademoiselle?- cuestionó, demasiado interesado en saber sobre su próximo trabajo y si este pondría o no peligro en su vida. -¿Hay algún asunto un tanto incómodo? ¿Difícil de tratar quizás?- su rostro de ojos lupinos se clavó en la dama que aquella noche lo acompañaba y espero con demasiado interés respuesta alguna. Dejó vagar su oído en busca de sonidos cercanos pero lo poco que podía escuchar a menos de veinte metros a la redonda eran los sonidos propios de un bosque de aquella índole y al caballo de Fontaine. Se giró hacia Dominique de nuevo, se le hacía algo cambiada, hacía tiempo que no sabía nada de ella, quizás aquel era el momento perfecto para ponerse al día en cuanto a todo lo sucedido en el palacio de Versalles.
-Ahí estáis.- dijo simple, soltándose de ella y cruzándose de nuevo de brazos, realizando una tonta y delicada reverencia ante su bienvenida. -Siempre es de agrado volver a la capital francesa...- admitió con suma educación mientras se acercaba un poco más a la hoguera, observando las teas y el crepitar del fuego con suntuoso hipnotismo. -Y así es, quisiera saber para qué tal secretismo... el encontrarnos aquí, en las afueras, en un bosque, a la intemperie.- enumeró, todo aquello se debía a algún peliagudo asunto que tendría que enfrentar, quisiera o no. Poderoso caballero es don dinero.
-¿Para qué habéis contactado conmigo, mademoiselle?- cuestionó, demasiado interesado en saber sobre su próximo trabajo y si este pondría o no peligro en su vida. -¿Hay algún asunto un tanto incómodo? ¿Difícil de tratar quizás?- su rostro de ojos lupinos se clavó en la dama que aquella noche lo acompañaba y espero con demasiado interés respuesta alguna. Dejó vagar su oído en busca de sonidos cercanos pero lo poco que podía escuchar a menos de veinte metros a la redonda eran los sonidos propios de un bosque de aquella índole y al caballo de Fontaine. Se giró hacia Dominique de nuevo, se le hacía algo cambiada, hacía tiempo que no sabía nada de ella, quizás aquel era el momento perfecto para ponerse al día en cuanto a todo lo sucedido en el palacio de Versalles.
Lorcan J. Lhereux- Licántropo Clase Media
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Fecha de inscripción : 15/06/2011
Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Un refrán y la cordial obediencia de su trato para venir a bajarme del corcel. Coloque mi mano sobre su hombro, haciendo un ligero mohín a manera de respuesta y deslizando la palma de mi mano por su brazo para sujetarle apenas mis pues tocaron el suelo. De forma muy sutil, su arisca manera de ser iba cediendo ante la familiaridad del trato, la complicidad de las palabras y las sonrisas burlonas que le dedicaba. No olvidaba que el era meramente un sirviente, no poseía rangos, ni dinero, ni una posición que pudiera forzarme a ser amable o considerada. Lorcan solo era alguien que me servía, pero lo cierto era que me agradaba. Corría con la misma suerte que corría Epoch, su riqueza no radicaba en la posición… sino en todo lo que su persona podía aportar.
--- Como veras, siempre he tratado que Versalles este lo mas alejada posible de nuestros “negocios” --- Sonreí de forma significativa, observando el danzar letárgico de las llamas y luego subiendo mi mirada a la de Lorcan---. Tenia que citarte en un lugar apartado, donde no corriéramos el riesgo de ser vistos, ni escuchados… además, ¿No te resultan los bosques el cobijo del hogar? Crei que mi elección iba a agradarte
Hice ligero puchero y luego volví a reír con brevedad. En cierta forma, era divertido jugar con las personas así de rígidas, probar a su paciencia o seducirlos a nuevas conductas.
--- Te contare una historia… y en base a ella, vamos haber si adivinas que es lo que quiero contigo, ¿Te parece? ---. Rodee la antorcha, alejando de Lorcan para situarme justo frente a el, con la hoguera separándonos---. Había una vez un rey muy sabia que gobernaba con mano dura y fidelidad su nación… este rey lo tenia todo, la corona, un reino, una esposa, hijos, un pueblo que lo temía y admiraba… y por supuesto, también tenia enemigos --- Amplio su gesto ameno---. Cual Claude sacado de de la novela de Hanmlet, su hermano ambicioso se alzo en su contra, pero por desgraciada de este… todos lo descubrieron y la navaja afilada de la ley corto su cabeza. Con el hermano muerto, su esposa y su hijo fueron exiliados… ¿Quién le aseguraba al monarca que estos no habían conspirado con el esposo y padre? Y así fue…. Del villano en el castillo no quedo nada, y 4 años después… su hijo fue perdonado y ha vuelto a Francia… --- Sostuve la mirada de Lorcan, descifrando su expresión a medida que narraba la historia---. Su nombre es Darcy Trudeau, y por una muy buena fuente me he enterado que es realmente un traidor. Formo un grupo grande de revolucionarios que inflamados con la promesa de igualdad planean derrocar a la corona… ¿No te parece encantador?
--- Como veras, siempre he tratado que Versalles este lo mas alejada posible de nuestros “negocios” --- Sonreí de forma significativa, observando el danzar letárgico de las llamas y luego subiendo mi mirada a la de Lorcan---. Tenia que citarte en un lugar apartado, donde no corriéramos el riesgo de ser vistos, ni escuchados… además, ¿No te resultan los bosques el cobijo del hogar? Crei que mi elección iba a agradarte
Hice ligero puchero y luego volví a reír con brevedad. En cierta forma, era divertido jugar con las personas así de rígidas, probar a su paciencia o seducirlos a nuevas conductas.
--- Te contare una historia… y en base a ella, vamos haber si adivinas que es lo que quiero contigo, ¿Te parece? ---. Rodee la antorcha, alejando de Lorcan para situarme justo frente a el, con la hoguera separándonos---. Había una vez un rey muy sabia que gobernaba con mano dura y fidelidad su nación… este rey lo tenia todo, la corona, un reino, una esposa, hijos, un pueblo que lo temía y admiraba… y por supuesto, también tenia enemigos --- Amplio su gesto ameno---. Cual Claude sacado de de la novela de Hanmlet, su hermano ambicioso se alzo en su contra, pero por desgraciada de este… todos lo descubrieron y la navaja afilada de la ley corto su cabeza. Con el hermano muerto, su esposa y su hijo fueron exiliados… ¿Quién le aseguraba al monarca que estos no habían conspirado con el esposo y padre? Y así fue…. Del villano en el castillo no quedo nada, y 4 años después… su hijo fue perdonado y ha vuelto a Francia… --- Sostuve la mirada de Lorcan, descifrando su expresión a medida que narraba la historia---. Su nombre es Darcy Trudeau, y por una muy buena fuente me he enterado que es realmente un traidor. Formo un grupo grande de revolucionarios que inflamados con la promesa de igualdad planean derrocar a la corona… ¿No te parece encantador?
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/12/2010
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Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Ahora mismo las llamas los separaban, él se encontraba al otro lado de la hoguera ardiente, escuchando y observando el rostro de su majestad la princesa, advirtiendo que todos sus negocios habían sido demasiado sucios como para ser recibido en el mismísimo palacio de Versalles. Asintió a su pregunta, sin darle demasiada prioridad al fingido puchero que había realizado Dominique. Si bien su naturaleza animal reclamaba el bosque, tenía que recordar que todavía tenía cierto aspecto humano que quizás no era aquel que interesaba a la princesa, pero que lo llevaba a pertenecer a la metrópoli. No era todo pelaje y colmillos, seguía teniendo aquella maldición que suponía el mantener su lado humano.
Parecía ser que debería utilizar sus dotes de adivinación para dar con el nuevo encargo de la princesa. Asintió lentamente esperando escuchar la historia que Dominique tenía que contarle. Los reyes siempre tenían enemigos, recordaba perezosamente aquella historia, habían sido descubiertos, el avaro monarca ejecutado y su familia destinada fuera. Así fue que Lorcan se enteró gracias a Dominique de que en aquella metrópoli quedaba un pequeño vestigio de lo que antaño fue aquella calaña de traidores a la corona. ¿Un grupo de revolucionarios que intentan acabar con la monarquía ilustrada? Aquello sonaba a chiste malo. La mayoría de las criaturas mágicas que habitaban en el reino Francés servirían con toda dedicación a la familia Fontaine, haciendo acopio de que la mayoría de vampiros eran altos miembros de la aristocracia y vivían perfectamente bien en aquellas condiciones.
-¿Así que hay un pequeño conspirador cerca de Versalles?- su mirada quedó clavada de nuevo en las llamas, pensativo. Habría que cortar de raíz el problema, quería comprender. -Demasiado encantador, mi señora.- dijo con total educación, mientras levantaba su vista en una sonrisa que destilaba confianza en sí mismo. -Un pequeño jovencito que vuelve a Francia con aires de grandeza y de venganza... todo muy shakespiriano si me permite la comparación.- su mirada no se había movido, seguía clavada en Dominique, derivando la petición lógica. Se cruzó de nuevo de brazos y una sonrisa arrogante apareció en su rostro, su parte animal quizás era la que ahora mismo estaba surgiendo poco a poco. Era algo frecuente, cuanto más cerca estaba la luna llena, más agresivo se encontraba.
-Así pues, hay que acabar con la cabeza de todo este movimiento ¿no?- intentó adivinar, no se le ocurría otro modo de acción por su persona. -¿Quiere que traiga la cabeza del humano en bandeja?- ignorando si aquel joven traidor tenía una naturaleza diferente a la humana.
-¿O cree que la ideología que promulga Trudeau ya se ha infiltrado demasiado en el pensamiento de ese grupo grande de revolucionarios? ¿Con grande se refiere a un grupo más amplio que la propia armada francesa? Disculpe mi atropello de preguntas mademoiselle, pero comprenderá, depende de lo avanzado que esté el plan del traidor, puede o no calificarse de gran amenaza
Parecía ser que debería utilizar sus dotes de adivinación para dar con el nuevo encargo de la princesa. Asintió lentamente esperando escuchar la historia que Dominique tenía que contarle. Los reyes siempre tenían enemigos, recordaba perezosamente aquella historia, habían sido descubiertos, el avaro monarca ejecutado y su familia destinada fuera. Así fue que Lorcan se enteró gracias a Dominique de que en aquella metrópoli quedaba un pequeño vestigio de lo que antaño fue aquella calaña de traidores a la corona. ¿Un grupo de revolucionarios que intentan acabar con la monarquía ilustrada? Aquello sonaba a chiste malo. La mayoría de las criaturas mágicas que habitaban en el reino Francés servirían con toda dedicación a la familia Fontaine, haciendo acopio de que la mayoría de vampiros eran altos miembros de la aristocracia y vivían perfectamente bien en aquellas condiciones.
-¿Así que hay un pequeño conspirador cerca de Versalles?- su mirada quedó clavada de nuevo en las llamas, pensativo. Habría que cortar de raíz el problema, quería comprender. -Demasiado encantador, mi señora.- dijo con total educación, mientras levantaba su vista en una sonrisa que destilaba confianza en sí mismo. -Un pequeño jovencito que vuelve a Francia con aires de grandeza y de venganza... todo muy shakespiriano si me permite la comparación.- su mirada no se había movido, seguía clavada en Dominique, derivando la petición lógica. Se cruzó de nuevo de brazos y una sonrisa arrogante apareció en su rostro, su parte animal quizás era la que ahora mismo estaba surgiendo poco a poco. Era algo frecuente, cuanto más cerca estaba la luna llena, más agresivo se encontraba.
-Así pues, hay que acabar con la cabeza de todo este movimiento ¿no?- intentó adivinar, no se le ocurría otro modo de acción por su persona. -¿Quiere que traiga la cabeza del humano en bandeja?- ignorando si aquel joven traidor tenía una naturaleza diferente a la humana.
-¿O cree que la ideología que promulga Trudeau ya se ha infiltrado demasiado en el pensamiento de ese grupo grande de revolucionarios? ¿Con grande se refiere a un grupo más amplio que la propia armada francesa? Disculpe mi atropello de preguntas mademoiselle, pero comprenderá, depende de lo avanzado que esté el plan del traidor, puede o no calificarse de gran amenaza
Lorcan J. Lhereux- Licántropo Clase Media
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Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Los frondosos robles a nuestro alrededor se imponían con el tamaño y la frondosidad que solo los años pueden conferir, creando una muralla natural que nos apartaba del mundo civilizado. El carruaje quedaba muy lejos, junto con el vampiro. Tenia que estar ahi, dudaba mucho que se atreviera a espiar… Lorcan no hablaría tanto si sintiera la presencia de alguien a la distancia suficiente como para escucharnos. Coloque mis manos a la altura de mi cadera y ladee el rostro un poco fascinada por el baile incesante de las llamas y el consumir de la madera. Siempre que la santa inquisición encontraba a sus brujas y las arrojaban al abrazo del fuego, solían decir que las llamas iban a purificar su pecado. Yo creía en Dios, sin embargo estaba muy consiente que el fuego no purificaba nada, sencillamente destruía.
--- Shakespeare se inspira en estas cosas para sus novelas, enviare unas cuantas cartas y con suerte su próxima obra de teatro hablara de nosotros --- Le dedique una sonrisa burlona, atendiendo a su expresión seria… pero sutilmente emocionada. La situación seguramente le divertía, cuando escuche sus hipótesis no pude evitar carcajearme. --- ¿Crees que quiero que lo mates? Oh, no, Mon dieu, no.--- Fingí que me erizaba--- No cabe duda que la brutalidad de los hombres es algo natural e inevitable
Lo que estaba maquinando era algo mucho menos simple que un mero asesinato.Aquello resultaba burdo, sin encanto ni cuidado. La situación meritaba mucho mas cuidado. Volví a fijarme en sus ojos con autoridad, la mirada fija y el mentón siempre en alto. Muy en el fuero interno no dejaba de preguntarme que iba a pensar Lorcan, mi padre o Lucian… con el proyecto que tenia en mente.
---Desconozco que tan grande sea su grupo, o que tan fuerte o enamorado este de la visión que persigue, pero según mi fuente lleva 4 años reclutando individuos, no debe ser una veintena de chicos nada mas… aun asi y todo, tu estas para responder a eso. Lo que quiero de ti no es que lo mates, quiero que te metas en su “clan”… --- Espere a que digiriera mis palabras y luego proseguí--- Quiero que finjas ser parte de ellos y te ganes su confianza, la suficiente para responder a todas las dudas que se me puedan presentar --- Torcí ligeramente la sonrisa---. ¿Entiendes a lo que me refiero, querido mío?
--- Shakespeare se inspira en estas cosas para sus novelas, enviare unas cuantas cartas y con suerte su próxima obra de teatro hablara de nosotros --- Le dedique una sonrisa burlona, atendiendo a su expresión seria… pero sutilmente emocionada. La situación seguramente le divertía, cuando escuche sus hipótesis no pude evitar carcajearme. --- ¿Crees que quiero que lo mates? Oh, no, Mon dieu, no.--- Fingí que me erizaba--- No cabe duda que la brutalidad de los hombres es algo natural e inevitable
Lo que estaba maquinando era algo mucho menos simple que un mero asesinato.Aquello resultaba burdo, sin encanto ni cuidado. La situación meritaba mucho mas cuidado. Volví a fijarme en sus ojos con autoridad, la mirada fija y el mentón siempre en alto. Muy en el fuero interno no dejaba de preguntarme que iba a pensar Lorcan, mi padre o Lucian… con el proyecto que tenia en mente.
---Desconozco que tan grande sea su grupo, o que tan fuerte o enamorado este de la visión que persigue, pero según mi fuente lleva 4 años reclutando individuos, no debe ser una veintena de chicos nada mas… aun asi y todo, tu estas para responder a eso. Lo que quiero de ti no es que lo mates, quiero que te metas en su “clan”… --- Espere a que digiriera mis palabras y luego proseguí--- Quiero que finjas ser parte de ellos y te ganes su confianza, la suficiente para responder a todas las dudas que se me puedan presentar --- Torcí ligeramente la sonrisa---. ¿Entiendes a lo que me refiero, querido mío?
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Si tuviera que quedarse con un sólo elemento de aquella noche sin duda sería el crepitar de aquel fuego que hacía de la situación algo mucho más tenso que nunca. La voz de ellos dos estaba subordinada, podían entenderse ambos, pero el fuerte crepitar de las llamas distorsionaba el sonido, un lugar perfecto para que nadie pudiera enterarse de aquello que maquinaban. El nuevo trabajo que él podría rápidamente comenzar y así verse recompensado. Había malinterpretado, era evidente que matar a alguien de aquel calibre, hijo de un traidor que ha vuelto a Francia no haría más que tensar las relaciones de Versalles para con el pueblo.
Su mirada cobró seriedad y se clavó en la princesa que todavía mantenía aquel sentido de autoridad, aquello que le recordaba que si bien podía considerarla amiga a la vez se trataba de un miembro de la realeza. Y así, en aquel tono serio y profesional fue con el que se enteró de que lo que debía hacer era trabajar como agente doble, infiltrarse en el grupo de revolucionarios. Su aspecto, su forma de vestir le conferiría cierto amparo pues no solía disfrazarse tal como la aristocracia y sabía que aquella revolución tendría como base al pueblo llano. ¿Veinte individuos? Aquello ponía todo en un contexto demasiado fácil para el chico y pronto una sonrisa arrogante acompañó a la de su majestad.
-A la perfección, mademoiselle.- aquella risa ahora había tomado una vía un tanto arrogante y el chico ya empezó a desarrollar planes, a verse a sí mismo habiendo sido de gran ayuda y condecorado, viviendo el resto de su longeva vida en una pequeña finca cerca de París donde poder divertirse. -Creo que podré internarme bien en un grupo de tal índole y créame cuando le afirmo que no ha podido contactar con alguien más apropiado para todo esto.- informó, vendiéndose, vendiendo sus servicios como la mejor opción. -Le aseguro que en cierta medida pronto tendrá todo enigma que suponga Trudeau resuelto.
Inspiró con fuerza y pudo sentir el olor de dos caballos, cierta desconfianza al notar el olor de algo que sin duda no era humano, quizás otra criatura mágica... ¿un vampiro tal vez? Se giró a ella con cierto miedo de que aquel tercer inquilino todavía lejano no fuera simpatizante.
-¿Ha traído compañía no humana como escolta, alteza?- su mirada denotaba cierta desconfianza, no en ella, sino en aquel tercer individuo.
Su mirada cobró seriedad y se clavó en la princesa que todavía mantenía aquel sentido de autoridad, aquello que le recordaba que si bien podía considerarla amiga a la vez se trataba de un miembro de la realeza. Y así, en aquel tono serio y profesional fue con el que se enteró de que lo que debía hacer era trabajar como agente doble, infiltrarse en el grupo de revolucionarios. Su aspecto, su forma de vestir le conferiría cierto amparo pues no solía disfrazarse tal como la aristocracia y sabía que aquella revolución tendría como base al pueblo llano. ¿Veinte individuos? Aquello ponía todo en un contexto demasiado fácil para el chico y pronto una sonrisa arrogante acompañó a la de su majestad.
-A la perfección, mademoiselle.- aquella risa ahora había tomado una vía un tanto arrogante y el chico ya empezó a desarrollar planes, a verse a sí mismo habiendo sido de gran ayuda y condecorado, viviendo el resto de su longeva vida en una pequeña finca cerca de París donde poder divertirse. -Creo que podré internarme bien en un grupo de tal índole y créame cuando le afirmo que no ha podido contactar con alguien más apropiado para todo esto.- informó, vendiéndose, vendiendo sus servicios como la mejor opción. -Le aseguro que en cierta medida pronto tendrá todo enigma que suponga Trudeau resuelto.
Inspiró con fuerza y pudo sentir el olor de dos caballos, cierta desconfianza al notar el olor de algo que sin duda no era humano, quizás otra criatura mágica... ¿un vampiro tal vez? Se giró a ella con cierto miedo de que aquel tercer inquilino todavía lejano no fuera simpatizante.
-¿Ha traído compañía no humana como escolta, alteza?- su mirada denotaba cierta desconfianza, no en ella, sino en aquel tercer individuo.
Lorcan J. Lhereux- Licántropo Clase Media
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Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Quise reír de nuevo cuando note los cambios de expresión de mi querido lobo solitario, de su aspecto recatado comenzaba a emerger la adrenalina de una peligrosa e interesante misión a cumplir, por un momento me pregunte que podría ser lo que mas le emocionara… si el riesgo de cumplir una misión tan peligrosa como esa, o las promesas de recompensa que supondrían una vez todo saliera tal y como se esperaba. Para un guerrero como el, para el lobo, probablemente la segunda, pero para su parte humana, tan naturalmente ambiciosa… Me permití volver a sonreírle de forma entretenida. En pasos danzantes rodee por el extremo opuesto de la hoguera, sin dejar de sostener la mirada del licántropo.
--- Se que eres el adecuado, Lorcan, por eso acudo a ti…. No vas a fallarme, no es una opción --- Volvió a situarme frente a si, colocando su mano en su mejilla para que me mirara directamente a mi y no al fuego. Me gustaba su sonrisa orgullosa, lo hacia ser mucho mas atractivo que lo que normalmente era con su pose de frio soldado. Pese a que su altura me superaba por casi una cabeza y si constitución era lo suficientemente trabajada para intimidar, en ningún momento me dejaba amedrentar por el. Siempre lo veía directamente, a veces con ternura, otras tantas con altanería ---. Eres un amigo, y me agradas… pero esto no será un juego de niños, cualquier clase de traición y el juego se acaba. Sin beneficios pero muchas… muchas consecuencias. --- No me gustaba amenazarlo, pero había necesidad de hacerlo. Deslice mi mano acariciando su mejilla y le deje, dedicándole una sonrisa casi tierna ---. Habrás de hacer lo correcto --- Asentí ligeramente, arqueando la ceja cuando menciono a mi acompañante. --- Antes salía con escoltas humanas, pero como comprenderás… esta me resulta más efectiva. ¿Te molesta? Es bastante útil
Me cruce de brazos, preguntándome si habría algún licantropo alguna vez que no guardara repudio por los vampiros. Su recelo parecía proceder de la naturaleza mismo, un odio de instituto mas que justificado.Proveniente mas que nada de los hombres lobo, los vampiros eran mas indiferentes, mas refinados... en algunos momentos llegaban a parecer superiores, o esa era la percepción que daban.
--- Ahora bien, presta atención. A Darcy Trudeu se le ve siempre con el Ex- Teniente Milo Van Dyck, y a una pintora mediocre a la que recientemente le abrieron una galería de nombre Doreen Caracciolo. De ellos deberás escalar para adentrarte --- Saque del interior de mi capucha una carta y se la extendí --- Aquí tendrás la dirección de las casas de todos, junto con la galería. Cualquier cosa deberas venir a mi
--- Se que eres el adecuado, Lorcan, por eso acudo a ti…. No vas a fallarme, no es una opción --- Volvió a situarme frente a si, colocando su mano en su mejilla para que me mirara directamente a mi y no al fuego. Me gustaba su sonrisa orgullosa, lo hacia ser mucho mas atractivo que lo que normalmente era con su pose de frio soldado. Pese a que su altura me superaba por casi una cabeza y si constitución era lo suficientemente trabajada para intimidar, en ningún momento me dejaba amedrentar por el. Siempre lo veía directamente, a veces con ternura, otras tantas con altanería ---. Eres un amigo, y me agradas… pero esto no será un juego de niños, cualquier clase de traición y el juego se acaba. Sin beneficios pero muchas… muchas consecuencias. --- No me gustaba amenazarlo, pero había necesidad de hacerlo. Deslice mi mano acariciando su mejilla y le deje, dedicándole una sonrisa casi tierna ---. Habrás de hacer lo correcto --- Asentí ligeramente, arqueando la ceja cuando menciono a mi acompañante. --- Antes salía con escoltas humanas, pero como comprenderás… esta me resulta más efectiva. ¿Te molesta? Es bastante útil
Me cruce de brazos, preguntándome si habría algún licantropo alguna vez que no guardara repudio por los vampiros. Su recelo parecía proceder de la naturaleza mismo, un odio de instituto mas que justificado.Proveniente mas que nada de los hombres lobo, los vampiros eran mas indiferentes, mas refinados... en algunos momentos llegaban a parecer superiores, o esa era la percepción que daban.
--- Ahora bien, presta atención. A Darcy Trudeu se le ve siempre con el Ex- Teniente Milo Van Dyck, y a una pintora mediocre a la que recientemente le abrieron una galería de nombre Doreen Caracciolo. De ellos deberás escalar para adentrarte --- Saque del interior de mi capucha una carta y se la extendí --- Aquí tendrás la dirección de las casas de todos, junto con la galería. Cualquier cosa deberas venir a mi
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
La reafirmación de que él era el "lacayo" adecuado para infiltrarse en todo aquello le hizo sonreír con cierta arrogancia iluminado tenuemente por la luz de aquella pequeña fogata. Entonces sintió la mano de ella conducir su mirada posándose en su mejilla, finalmente clavando su mirada en Dominique ofuscando la sonrisa arrogante, en una posición más seria y respetuosa ahora. Las palabras de ella fueron acertadas y efectivas, él no la defraudaría, no se aliaría con un enemigo que pudiera hacerle peligrar. Su vida se había construido siempre bajo los pilares aristocráticos y el intentar realizar un acto revolucionario sólo le causaría más problemas. Había jurado fidelidad a la princesa Fontaine tiempo atrás y él era "hombre" de palabra. Entendió la posición que ella regentaba, entendió que ella lo amenazara en pos de sus actos, pero aquella caricia que la prosiguió, aquella mirada enternecida le recordó que no pisaba todavía suelo hostil, que aquella mujer, por tanto que su posición social fuera tremendamente relevante, seguía siendo una amiga suya.
Así era que ella corroboró sus cavilaciones. Un vampiro, la mayoría de aquellos con los que se había cruzado durante toda su vida nunca fueron lo suficientemente amables para con él licántropo y eso hacía que este no viera con buenos ojos a aquellos inmortales que saciaban su sed con la sangre de personas. Pero en aquellos tiempos que corrían y habiendo sido informado sobre lo que el traidor Darcy su cuadrilla de revolucionarios pretendían podía llegar a entender el uso que hacía de aquel "muerto".
-Bien, mi alteza.- dijo mientras tomaba la carta entre sus manos y la ojeaba levemente antes de levantar la vista hacia ella. -Comenzaré mi trabajo lo más pronto posible y sería informada con asiduidad.- explicó. -Si tiene algún interés concreto, alguna pregunta que necesita encontrar respuesta con rapidez no dude en enviar alguno de los suyos a la posada del centro de París, allí es donde me alojo de manera indefinida durante todo este tiempo.
-Ahora si me disculpa, creo que ambos deberíamos marchar por nuestra seguridad.- sugirió con cierta brusquedad, pero educado al fin y al cabo. -¿Hay algo más de lo que me quiera informar, Majestad?
Así era que ella corroboró sus cavilaciones. Un vampiro, la mayoría de aquellos con los que se había cruzado durante toda su vida nunca fueron lo suficientemente amables para con él licántropo y eso hacía que este no viera con buenos ojos a aquellos inmortales que saciaban su sed con la sangre de personas. Pero en aquellos tiempos que corrían y habiendo sido informado sobre lo que el traidor Darcy su cuadrilla de revolucionarios pretendían podía llegar a entender el uso que hacía de aquel "muerto".
-Bien, mi alteza.- dijo mientras tomaba la carta entre sus manos y la ojeaba levemente antes de levantar la vista hacia ella. -Comenzaré mi trabajo lo más pronto posible y sería informada con asiduidad.- explicó. -Si tiene algún interés concreto, alguna pregunta que necesita encontrar respuesta con rapidez no dude en enviar alguno de los suyos a la posada del centro de París, allí es donde me alojo de manera indefinida durante todo este tiempo.
-Ahora si me disculpa, creo que ambos deberíamos marchar por nuestra seguridad.- sugirió con cierta brusquedad, pero educado al fin y al cabo. -¿Hay algo más de lo que me quiera informar, Majestad?
Lorcan J. Lhereux- Licántropo Clase Media
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Re: Una importante reunión [Dominique Fontaine]
Siempre, siempre buscando conservar el protogolo de rigidez casi militar!
Ladee mi rostro en un suspiro dejando de contemplarlo a el, mientras recorria con una mirada el claro.... la densidad de la noche tornaba siniestro a un bosque que de dia invitaba a los mas tiernos paseos. Parecia que tales lugares me atraian con el iman de la seduccion y me invitaban a correr el riesgo en el andar de sus senderos. A veces cedia al reto, tomando una libertad que no me correspondia... pero mayormente ya no era asi, habia prometido una prudencia mayor y aprender a quedarme donde debia quedarme: En Versalles, mi particular Olimpo. Escuche y la seguridad de sus palabras me produjo una deliberada confianza, me agraba que pese a todas las confianzas que pudiera tener con el, conocia su lugar perfectamente.
--- Si me vas a mandar cartas al Palacio, escribelas en Ingles... Tengo muchos buenos conocidos en Inglaterra, no les sorprendera que reciba una carta mas de dicha procedencia --- Medite por unos segundos sus palabras, poco mas y Lorcan sacaba los pergaminos para firmar el cierre de las negociaciones, pese a que entendia que era mejor que las cosas se trataran asi, que era lo mas razonable, me perturbaba tanta formalidad... camine hasta mi caballo y quite uno de los sacos que tenia atado, ofreciendoselo a Lorcan... era apenas un primer pago en Francos---. Por ahora... ¿sera suficiente esto? Creo que ya quedamos claros... y como solo de negocios pareces querer hablar --- Hice un puchero burlon y me rei un poco, nunca cejaba en mis empeños por desvalancear la seriedad del otro.
Lydia Sforza- Humano Clase Alta
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