AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Beast Of Desire [Arianne] (+18)
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Beast Of Desire [Arianne] (+18)
Recuerdo del primer mensaje :
Las sombras se cernían sobre su cuerpo, mientras camina sin abrigo, más que con aquella camisa de encaje negro, y los pantalones de cuero acostumbrados. El chaleco del mismo color y tonos dorados, no cuenta, es un mero adorno. No hace frio, en plena primavera, el clima es perfecto, pues no esta ese molesto calor del verano, la cual, es su menos favorita de las estaciones. ¿Su preferida?
El invierno. Y ya no tenía que esperar más de seis meses para tenerlo de nuevo a su alrededor. No cuando este se habia instalado en su pecho. Un enorme espacio helado, donde si aún quedaba un corazón, palpitaba moribundo. Demasiado lastimado y lleno de odio a si mismo.
Un odio que le hacia querer golpearse, hacerse un daño intenso. En el teatro, lo notaba taciturno. El siempre alegre muchacho de acento extraño y rasgos asiáticos, se limitaba ahora, a cumplir con su papel. Perfecto, impecable. Claro, después de todo, el mundo no tenía la culpa de lo que habia pasado esa noche en su casa, allá en el bosque. Las manchas de sangre, aún estaban en esa habitación. El polvo acumulado en el suelo, muebles y demás neceseres. El no habia entrado a ese cuarto, por que todo tenía el olor de ella.
Toda su casa, el camino y el mismo. Y era tan lacerante, olerla y no tenerla. Saber que la habia perdido… En el salón más amplio de su casa, allí donde todo empezó tomando el té. Alli era donde el dormía. Su cuerpo, no tolera el alcohol. Y eso que?
En un rincón habia varias botellas de ese maldito veneno. Se mareaba y caia literalmente muerto hasta el otro dia. Se lavaba y salia a trabajar. Presentaba ojeras que el maquillaje tapaba, claro esta. Una rutina de viene y va, donde no veía a nadie. Quería estar solo.
A veces tomaba su guitarra y cantaba con voz ronca a la Luna, a su niña perdida. La garganta le raspaba, pero el sentimiento, era más fuerte. Solía no terminar las piezas, para soltarse a llorar como un niño.
No quería ir por las calles iluminadas. Y como si su mente y su cuerpo jugaran con su corazón maltrecho, fue a dar a esos lugares… Y una sonrisa amarga se instalo en su rostro. Un maldito burdel. Y no era cualquiera. Habia buscado otras veces aquel lugar, como una versión más idiota de Romeo, y ahora… ahora era capaz de encontrarlo.
Su olor estaba dentro. Metio una mano dentro de su chaleco, y sacó uno de esos pequeños destructores de pulmones que un compañero le habia dado, ya no recordaba para que. Lo giro en sus dedos de pianista y entró.
Tal como lo recordaba. Las memorias de Londres lo golpearon con fuerza. Camino con paso firme, hasta el fondo. No se detendría. Una o dos mujeres repararon en el y se le acercaron, pero en ni caso hizo. Fue hasta llegar con una mujer que parecía ser la dueña del lugar.
-Quiero a Arianne--[i]Dijo, con voz vacia, rasposa. Por primera vez, parecía un hombre diferente. No el chico timido. La mujer lo miró de arriba a abajo. Louis sabia que Arianne no se vendia a cualquiera. Y la dueña lo estaba analizando. Pero el no tenia ese tiempo.
-El dinero no es problema. Pagaré. Ya lo he hecho antes. Incluso, hice que viniera ella a mi casa- Al decirle aquello, la mujer cambio su expresión por una algo más amable.
Ah! Si… el joven misterioso…. Por lo que se ve, le gustó eh? No ha resistido y viene directo a la mayor escena del crimen…
-Asi es… entonces?
-Suba al segundo piso, la tercera puerta. Ya se la mando… Aguarde paciente…- sonrió de manera maliciosa y yo solo asentí con una media sonrisa vacia. Me dirigí al bar y pedí dos botellas de whisky.
Subí por aquella escalera, acompañado por el rechinido discreto de sus tablas. Y destapé una botella. Bebí un cuarto de corrido, me tambaleé al llegar al cuerto y entre. No repare en el mobiliario, y me senté sobre el borde de la cama, de frente ala puerta. Di otro trago y las dejé sobre una mesita cercana. Al final, prendi el cigarillo y di una calada, dejando el humo entrara en mis pulmones. Tenia años de no hacerlo.
Pasé una mano por mis cabellos, ahora cortos, desordenados. Y la baje hasta mi mejilla y la barbilla. Maldito niñato inberbe…
Aguarde, esperando por volverla a ver. Solo eso queria
Las sombras se cernían sobre su cuerpo, mientras camina sin abrigo, más que con aquella camisa de encaje negro, y los pantalones de cuero acostumbrados. El chaleco del mismo color y tonos dorados, no cuenta, es un mero adorno. No hace frio, en plena primavera, el clima es perfecto, pues no esta ese molesto calor del verano, la cual, es su menos favorita de las estaciones. ¿Su preferida?
El invierno. Y ya no tenía que esperar más de seis meses para tenerlo de nuevo a su alrededor. No cuando este se habia instalado en su pecho. Un enorme espacio helado, donde si aún quedaba un corazón, palpitaba moribundo. Demasiado lastimado y lleno de odio a si mismo.
Un odio que le hacia querer golpearse, hacerse un daño intenso. En el teatro, lo notaba taciturno. El siempre alegre muchacho de acento extraño y rasgos asiáticos, se limitaba ahora, a cumplir con su papel. Perfecto, impecable. Claro, después de todo, el mundo no tenía la culpa de lo que habia pasado esa noche en su casa, allá en el bosque. Las manchas de sangre, aún estaban en esa habitación. El polvo acumulado en el suelo, muebles y demás neceseres. El no habia entrado a ese cuarto, por que todo tenía el olor de ella.
Toda su casa, el camino y el mismo. Y era tan lacerante, olerla y no tenerla. Saber que la habia perdido… En el salón más amplio de su casa, allí donde todo empezó tomando el té. Alli era donde el dormía. Su cuerpo, no tolera el alcohol. Y eso que?
En un rincón habia varias botellas de ese maldito veneno. Se mareaba y caia literalmente muerto hasta el otro dia. Se lavaba y salia a trabajar. Presentaba ojeras que el maquillaje tapaba, claro esta. Una rutina de viene y va, donde no veía a nadie. Quería estar solo.
A veces tomaba su guitarra y cantaba con voz ronca a la Luna, a su niña perdida. La garganta le raspaba, pero el sentimiento, era más fuerte. Solía no terminar las piezas, para soltarse a llorar como un niño.
No quería ir por las calles iluminadas. Y como si su mente y su cuerpo jugaran con su corazón maltrecho, fue a dar a esos lugares… Y una sonrisa amarga se instalo en su rostro. Un maldito burdel. Y no era cualquiera. Habia buscado otras veces aquel lugar, como una versión más idiota de Romeo, y ahora… ahora era capaz de encontrarlo.
Su olor estaba dentro. Metio una mano dentro de su chaleco, y sacó uno de esos pequeños destructores de pulmones que un compañero le habia dado, ya no recordaba para que. Lo giro en sus dedos de pianista y entró.
Tal como lo recordaba. Las memorias de Londres lo golpearon con fuerza. Camino con paso firme, hasta el fondo. No se detendría. Una o dos mujeres repararon en el y se le acercaron, pero en ni caso hizo. Fue hasta llegar con una mujer que parecía ser la dueña del lugar.
-Quiero a Arianne--[i]Dijo, con voz vacia, rasposa. Por primera vez, parecía un hombre diferente. No el chico timido. La mujer lo miró de arriba a abajo. Louis sabia que Arianne no se vendia a cualquiera. Y la dueña lo estaba analizando. Pero el no tenia ese tiempo.
-El dinero no es problema. Pagaré. Ya lo he hecho antes. Incluso, hice que viniera ella a mi casa- Al decirle aquello, la mujer cambio su expresión por una algo más amable.
Ah! Si… el joven misterioso…. Por lo que se ve, le gustó eh? No ha resistido y viene directo a la mayor escena del crimen…
-Asi es… entonces?
-Suba al segundo piso, la tercera puerta. Ya se la mando… Aguarde paciente…- sonrió de manera maliciosa y yo solo asentí con una media sonrisa vacia. Me dirigí al bar y pedí dos botellas de whisky.
Subí por aquella escalera, acompañado por el rechinido discreto de sus tablas. Y destapé una botella. Bebí un cuarto de corrido, me tambaleé al llegar al cuerto y entre. No repare en el mobiliario, y me senté sobre el borde de la cama, de frente ala puerta. Di otro trago y las dejé sobre una mesita cercana. Al final, prendi el cigarillo y di una calada, dejando el humo entrara en mis pulmones. Tenia años de no hacerlo.
Pasé una mano por mis cabellos, ahora cortos, desordenados. Y la baje hasta mi mejilla y la barbilla. Maldito niñato inberbe…
Aguarde, esperando por volverla a ver. Solo eso queria
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/01/2011
Edad : 33
Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
¡¡¡KUSO, KUSO, KUSO, KUSO, KUSO!!!
Me sentía hastiado, por dentro. ¿Qué no era capaz de perdonarme? No le importaba el daño que me ocasionaba? Como cada palabra suya me arrancaba la vida? Una y mil veces, pisotearía cada palabra de amor que le daba? ¿Sabia ella, que yo tenía un objeto guardado en mi casa? Uno que planeaba darle… después de esa noche. O quizás un poco después. Yo solo quería… pero ya no habria oportunidad. Por que aquí, Arianne, solo estoy yo, y en este amor, solo lloro yo. Sobre las cenizas de las ardiente llamas de nuestra pasión pasada. Me llenó de hollín, y mi cuerpo se desgarra, mientras tu te vas con otro.
No Ari, tu nunca me creiste, siempre consideraste a el resto por sobre de mi. Yo, un simple gato tiernucho. ¿Y DE QUE ME SERVIA? De que me servía ser bueno? Eh? Si no podia tener a la mujer que más amaba? Tu nunca te entregaste al cien en este romance.
Recuerda, Ari, que puedes decir que tomas otro camino, si, es posible, pero recuerda las carta que tu pasado te envia. Tu no me recuerdas, pero yo de ti lo se todo. Desde tu color favorito, hasta la canción que me cantas en sueños. Y nos encontraremos, ya lo veras, más halla del lago, más halla de las estrellas. En aquel café perdido en el tiempo. Donde tu pasado te golpee y te hable, y cuando entiendas, que yo soy tu amante destinado, solo hasta ese momento, vendrás de nuevo a mi.
Un gemido lastimero brotó de mi garganta, e intente zafarme por puro instinto humano que huye del dolor, pero aunque gimotee como un niño, no me retiré, me dolía pero soportaba el dolor de buena gana, con los ojos cerrados. ¿No le habia dicho al niño eterno que en el dolor y la sangre se expiaban culpas? Yo a ese niño lo queria mucho. Quizás… solo quizás… Pero que un hombre se sintiera atraido por otro, estaba mal. Asi como estaba mal enamorarse como idiota de una cortesana, como lo era aquella que me mordia con saña.
Eso es, destroza la vena azul de la clavícula. ¡DESGARRA MI CUELLO! Matame, angel de la muerte, anda, hazlo, mierda, de una vez, no demores y cubreme con tus alas negras. Yo ya no tengo alas sanas, estan heridas, y quizás, hoy sea su ultimo vuelo.
La dejé hacer lo que deseara sobre mi piel. Y no dije nada, acepté cada palabra, y las dejé ir. ¿Por qué? Por que no podia hacer mas por esa noche. Mañana, sería otro dia, y entonces, te reconquistaré. Abrí mis ojos, serio, con las pupilas vidriosas, de aquel que ya no tiene lagrimas, de aquel que ya no tiene un alma, por que su otra mitad lo pisotea como un insecto en el barro. Pasé saliva, mientras notaba la fricción de su piel sobre mi miembro erguido y demandante, le tomé con delicadeza entre mis brazos, recostandole sobre la cama, apunto de llorar de amor, pero no lo hice. ¡NO PODIA HACERLO! Sé fuerte, Jérémie, se un hombre, besé su frente con castidad y amor, mientras la cama cedía a su peso, y nos hundiamos una vez más. Con una mano, tome mi hombria(¿? Y a tientas busqué ese lugar húmedo y cálido entre sus piernas, sin dejar de besar sus cabellos sosteniendo mi peso, mientras sus piernas me rodeaban. Acaricié con la punta la entrada, frotando un poco, antes de hacerlo, ya estaba alli, ella lo pedía, y yo era su perro, el que acataba cada orden suya. Dejé la punta dentro, mientras la mano guiía, se preocupaba de atender ese pequeño punto cercano, y lo tocaba con cuidado, entré despacio, muy despacio. Hasta estar totalmente dentro, y ahogue una exclamación en la garganta. La presión sobre mi “junior” era exquisita. Y eché la cabeza hacia atrás.¿Te sigo pareciendo un niño, Arianne?
Mis caderas empezaron amoverse adelante y atrás, con lentitud, siguiendo un deseo natural, un movimiento que salía sin más y que… que se acoplaba al ritmo agitado de mi respiración, mientras mi pecho era golpeado por el corazón y entonces, me permití mirarte, Ari, mientras entraba y salía, aumentando el ritmo sin querer, y las mejillas sonrojadas me ardian más y más. El sudor escurría por mi espalda, en pequeñas gotas saladas.
Si, si tu eres las espinas de la rosa. Yo soy la rosa. Somos uno, Ari, somos uno.
Ah… Ai… ai shite… ai shiteru, Arianne… logré balbucir, entre los ronroneos de mi garganta. Muevete para mi Ari, vamos, termina de unirte. No te despegues, no te separas, sé mia. Volemos juntos al cielo nublado, quizás, solo quizás, detrás de esas nubes grises, estén los siete colores prometidos
Me sentía hastiado, por dentro. ¿Qué no era capaz de perdonarme? No le importaba el daño que me ocasionaba? Como cada palabra suya me arrancaba la vida? Una y mil veces, pisotearía cada palabra de amor que le daba? ¿Sabia ella, que yo tenía un objeto guardado en mi casa? Uno que planeaba darle… después de esa noche. O quizás un poco después. Yo solo quería… pero ya no habria oportunidad. Por que aquí, Arianne, solo estoy yo, y en este amor, solo lloro yo. Sobre las cenizas de las ardiente llamas de nuestra pasión pasada. Me llenó de hollín, y mi cuerpo se desgarra, mientras tu te vas con otro.
No Ari, tu nunca me creiste, siempre consideraste a el resto por sobre de mi. Yo, un simple gato tiernucho. ¿Y DE QUE ME SERVIA? De que me servía ser bueno? Eh? Si no podia tener a la mujer que más amaba? Tu nunca te entregaste al cien en este romance.
Recuerda, Ari, que puedes decir que tomas otro camino, si, es posible, pero recuerda las carta que tu pasado te envia. Tu no me recuerdas, pero yo de ti lo se todo. Desde tu color favorito, hasta la canción que me cantas en sueños. Y nos encontraremos, ya lo veras, más halla del lago, más halla de las estrellas. En aquel café perdido en el tiempo. Donde tu pasado te golpee y te hable, y cuando entiendas, que yo soy tu amante destinado, solo hasta ese momento, vendrás de nuevo a mi.
Un gemido lastimero brotó de mi garganta, e intente zafarme por puro instinto humano que huye del dolor, pero aunque gimotee como un niño, no me retiré, me dolía pero soportaba el dolor de buena gana, con los ojos cerrados. ¿No le habia dicho al niño eterno que en el dolor y la sangre se expiaban culpas? Yo a ese niño lo queria mucho. Quizás… solo quizás… Pero que un hombre se sintiera atraido por otro, estaba mal. Asi como estaba mal enamorarse como idiota de una cortesana, como lo era aquella que me mordia con saña.
Eso es, destroza la vena azul de la clavícula. ¡DESGARRA MI CUELLO! Matame, angel de la muerte, anda, hazlo, mierda, de una vez, no demores y cubreme con tus alas negras. Yo ya no tengo alas sanas, estan heridas, y quizás, hoy sea su ultimo vuelo.
La dejé hacer lo que deseara sobre mi piel. Y no dije nada, acepté cada palabra, y las dejé ir. ¿Por qué? Por que no podia hacer mas por esa noche. Mañana, sería otro dia, y entonces, te reconquistaré. Abrí mis ojos, serio, con las pupilas vidriosas, de aquel que ya no tiene lagrimas, de aquel que ya no tiene un alma, por que su otra mitad lo pisotea como un insecto en el barro. Pasé saliva, mientras notaba la fricción de su piel sobre mi miembro erguido y demandante, le tomé con delicadeza entre mis brazos, recostandole sobre la cama, apunto de llorar de amor, pero no lo hice. ¡NO PODIA HACERLO! Sé fuerte, Jérémie, se un hombre, besé su frente con castidad y amor, mientras la cama cedía a su peso, y nos hundiamos una vez más. Con una mano, tome mi hombria(¿? Y a tientas busqué ese lugar húmedo y cálido entre sus piernas, sin dejar de besar sus cabellos sosteniendo mi peso, mientras sus piernas me rodeaban. Acaricié con la punta la entrada, frotando un poco, antes de hacerlo, ya estaba alli, ella lo pedía, y yo era su perro, el que acataba cada orden suya. Dejé la punta dentro, mientras la mano guiía, se preocupaba de atender ese pequeño punto cercano, y lo tocaba con cuidado, entré despacio, muy despacio. Hasta estar totalmente dentro, y ahogue una exclamación en la garganta. La presión sobre mi “junior” era exquisita. Y eché la cabeza hacia atrás.¿Te sigo pareciendo un niño, Arianne?
Mis caderas empezaron amoverse adelante y atrás, con lentitud, siguiendo un deseo natural, un movimiento que salía sin más y que… que se acoplaba al ritmo agitado de mi respiración, mientras mi pecho era golpeado por el corazón y entonces, me permití mirarte, Ari, mientras entraba y salía, aumentando el ritmo sin querer, y las mejillas sonrojadas me ardian más y más. El sudor escurría por mi espalda, en pequeñas gotas saladas.
Karamitsuita bara no, karamitsuita bara no toge ga…
Si, si tu eres las espinas de la rosa. Yo soy la rosa. Somos uno, Ari, somos uno.
Ah… Ai… ai shite… ai shiteru, Arianne… logré balbucir, entre los ronroneos de mi garganta. Muevete para mi Ari, vamos, termina de unirte. No te despegues, no te separas, sé mia. Volemos juntos al cielo nublado, quizás, solo quizás, detrás de esas nubes grises, estén los siete colores prometidos
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
Según el punto de vista de Louis yo era la mala pero él me había conducido hasta esa maldad. Yo hubiera sido todo lo que él hubiera querido, la vanidad la hubiera dejado pero no, siempre supe que una cortesana era nada incluso siendo la más hermosa como yo. Debí de haber tomado la precaución de no estar justamente en el lugar que me encontraba, lo hizo una vez en Londres, lo hizo en el hotel, lo hizo en su casa…lo haría miles de veces más. No entendía por qué me quería, pero si ya estábamos en eso entonces sería la primera y con las que se revolcara después podría presumir que se hizo lo que se hizo gracias a mí, dejaría marcas en su piel, imborrables para que cualquier otra prostituta de a gratis viera que si la hacía tocar el cielo fue por mí, no por nadie más porque en mi vería lo que perdió y mi fantasma agónico lo perseguiría. Si todo hubiera sido distinto, si no me hubieras rechazado de esa forma…
Cerré los ojos tratando de que sus besos no traspasaran mi barrera. Ya no le creía pero aun así no podía darme el lujo de caer, quería que se fuera y que me dejara, que se revolcara con otra para que el fuego le quemara por dentro, tocar otra piel con esa carga de conciencia no sería lo mismo, el placer no sería igual. Tome su antebrazo, intentando que no se detuviera que no se negara el hecho de caer en el infierno que era mi piel y que lo consumiría, un jadeo se quedó atorado en mi garganta cuando sentí la punta de su miembro, ese pequeño movimiento hizo que las palabras se fueran por un tubo, ya no importaba nada solo que lo hiciera listo. Solté el aire con dificultad, con desesperación como cuando tus piernas corren y las sientes flaquear igual que tu pecho que retumba al compás de los latidos acelerados. Apreté las piernas entorno a su cintura cuando entró por completo.
Lo mire mientras mi espalda se retorcía entorno a sus movimientos, no solo de su cadera si no de esa mano. Lo mire dos segundos, fulminándolo, dolida, enojada, excitada. La mirada se dirigió hasta el brazo que mantenía su peco lejos de mí. Estaba colapsando mi sistema respiratorio y fue ahí cuando decidí abrir la boca, buscando un suministro de air, no entro ni salió nada de lo que yo buscaba pero en cambio un gemido rebelde y desobediente resonó por la habitación. Nunca quise que las cosas acabaran así, que eso no fuera así pero Louis…tú acabaste con absolutamente todo y te dejaría totalmente libre. Me levante un poco, buscando la forma en que mis brazos y no solo mis piernas fueran las que lo rodearan-¿Qué…es…-no hables Louis, no lo necesitas, nunca necesitaste hablar para destruir mi corazón. No lo hagas ahora-¿Qué es eso?-solté tórridamente, escondiendo mi rostro en cualquier parte libre de su cuerpo. Sintiendo las gotas de su sudor mezclarse con el mío, toque con los labios y la sal natural se adhirió dejándome un sabor bastante peculiar.
Ronronee cerca de su pido y fui en busca de su oreja-Sigue-le pedí totalmente cegada por el placer.
Cerré los ojos tratando de que sus besos no traspasaran mi barrera. Ya no le creía pero aun así no podía darme el lujo de caer, quería que se fuera y que me dejara, que se revolcara con otra para que el fuego le quemara por dentro, tocar otra piel con esa carga de conciencia no sería lo mismo, el placer no sería igual. Tome su antebrazo, intentando que no se detuviera que no se negara el hecho de caer en el infierno que era mi piel y que lo consumiría, un jadeo se quedó atorado en mi garganta cuando sentí la punta de su miembro, ese pequeño movimiento hizo que las palabras se fueran por un tubo, ya no importaba nada solo que lo hiciera listo. Solté el aire con dificultad, con desesperación como cuando tus piernas corren y las sientes flaquear igual que tu pecho que retumba al compás de los latidos acelerados. Apreté las piernas entorno a su cintura cuando entró por completo.
Lo mire mientras mi espalda se retorcía entorno a sus movimientos, no solo de su cadera si no de esa mano. Lo mire dos segundos, fulminándolo, dolida, enojada, excitada. La mirada se dirigió hasta el brazo que mantenía su peco lejos de mí. Estaba colapsando mi sistema respiratorio y fue ahí cuando decidí abrir la boca, buscando un suministro de air, no entro ni salió nada de lo que yo buscaba pero en cambio un gemido rebelde y desobediente resonó por la habitación. Nunca quise que las cosas acabaran así, que eso no fuera así pero Louis…tú acabaste con absolutamente todo y te dejaría totalmente libre. Me levante un poco, buscando la forma en que mis brazos y no solo mis piernas fueran las que lo rodearan-¿Qué…es…-no hables Louis, no lo necesitas, nunca necesitaste hablar para destruir mi corazón. No lo hagas ahora-¿Qué es eso?-solté tórridamente, escondiendo mi rostro en cualquier parte libre de su cuerpo. Sintiendo las gotas de su sudor mezclarse con el mío, toque con los labios y la sal natural se adhirió dejándome un sabor bastante peculiar.
Ronronee cerca de su pido y fui en busca de su oreja-Sigue-le pedí totalmente cegada por el placer.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
Fecha de inscripción : 12/01/2011
Edad : 31
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
Seguiré a tu lado como un perro fiel, Arianne, aunque no quieras. Incluso si en esta vida, no podemos ser una pareja, si no podemos vivir nuestro idilio de cuento de hadas. Seré la sombra que te cuida. El angel que te cubre con sus alas. El que te cuida desde el otro lado del marco de rosas. ¿Quieres ser feliz?
No podras. Solo viviras una ilusión, pero si a ti te basta eso, intentaré aceptarlo, aunque me ahogue en lagrimas, por que le sonries a otro, pensando en mi, y lo que pudimos tener.
Ah, bestia mia, hermosa compañera. Te conozco recién, y ya me ayudas a olvidar mi desgracia un… momento. Nubla el hilo coherente de mis pensamientos. Mientras el vaivén de mis caderas provoca que mi cuerpo se estremezca y los jadeos asalten mi pecho y garganta, mientras mis cabellos se pegan a mi frente y sien, aún más. Mis dedos… mis largos dedos de pianista en una mano pequeña, en comparación con las manos de los hombres europeos…. Esta rozando las nubes, y yo te sostengo fuerte, aleteó con estas manos, dejando todo de mi en esta cama. En ti, Arianne.
Nada más podía salir de mi garganta que pequeños gemidos roncos, no tanto, venga, mi voz no es tan grave, mis dedos rozaban, no dejando que solo yo disfrutara ese momento. Quizás, eso me separaba del resto de hombres. Yo veía por el placer de ella, no el mio. Tu mirada me traspasó, pero yo ya estoy muy lejos, Ari, del limite de una racionalidad ahora. No me importó. O quizás si, por que hice la entrada mucho más intensa, poniendo especial empeño, como si quisiera llegar más y más hondo y no se podía. Yo sabia que no era un superdotado.
Cada vez me costaba más no aplastarle, pues mi mano temblaba, las venas se marcaban, nunca he sido alguien con muchas fuerzas, además, mi mano diestra era la que ayudaba en aquellos lugares donde mi “mejor amigo” no alcanzaba a cubrir. Las entradas frenéticas y constantes.
Sonreí visiblemente contento, incluso triunfante, con esa sonrisa cálida y tierna, esa misma que no lograba esbozar desde aquella noche en mi casa. La noche en que debió ser mía. En que debí… sujetarla y decirle que estuviera conmigo por siempre. El día en que entre el té, añoraba formar una familia con ella.
Ese gemido fue la cosa más dulce que escuchaba en días. Se colgó de mi cuerpo y temblé, jadeando, incapaz de responder su pregunta. Mejor que no lo sepas. De todos modos, esta noche no te importa. Como no te importó lo que te dije antes. A menos que lo tuvieras guardado, Ari, yo sé que no comprendes la lengua de mi madre. No tiene caso. ¿No te prometí amor muchas veces? ¿no te dije antes versos perfumados, en ese dialecto?
Ahora veo, que me mentías, de manera piadosa, con tus pupilas turquesa, fingiendo que sabías. O.. quzás, tu corazón lo entendía. El mismo que demuestras que esta oculto, de mí. Como si fuera una maldita bestia que te desgarra desde el cuello hasta el alma.
Al ritmo de su palabra, una estocada más profunda y un sonido ronco, fue lo único que salió. Tu sabes que significan, Arianne, no eres idiota.
Mi pecho se pegó al suyo y ella, su agitada respiración, me hizo cosquillas en ese espacio entre la oreja y el cuello. Mientras las sabanas se revolvian bajo nuestros cuerpos, bañados del sudor de nuestro arte, a medía luz, en esa habitación, impersonal, que dio un giro, cambiando, solo, por ese breve instante, al nido de amor que siempre desee junto a ella.
Ah, tus hermosos belfos, tocando mi piel perlada, apreté algo dentro de mi, y me obligué a seguir, respirando hasta que me ardieron los pulmones, y bajé por tu cuello, cubriéndolo de besos tiernos, por tu vientre, el cual acaricie con anhelo y entonces, solo entonces, mientras mis dedos tocaban tu cremosa piel bronceada, una lagrima que se pudo confundir con el sudor de mi frente, cayó sobre tu piel caliente. Y la bebí, para borrar ese rastro de tu piel, dando un beso, cargado de todo el amor que siempre sentí, siento y sentiré por ti, mi amor.
Bajé mi lengua, separando tus piernas y remplacé mi junior por ella. No quería que durara poco, alargar la noche, y el estar contigo. Me moví de alli, a besar el interior de tus muslos, y mis manos tatuaban la piel de tu cintura, cadera y tus piernas sin final…
Me levanté y te sonreí, como antes de esa noche. Con aquella que te recibí. Con la que te daba, la entrada a lo que debió ser nuestro hogar, y me tumbé a tu lado, sin dejar de mirarte, acaricié tu mejilla con mis dedos…
Te quiero arriba, dominame, cielo…-Te supliqué
No podras. Solo viviras una ilusión, pero si a ti te basta eso, intentaré aceptarlo, aunque me ahogue en lagrimas, por que le sonries a otro, pensando en mi, y lo que pudimos tener.
Ah, bestia mia, hermosa compañera. Te conozco recién, y ya me ayudas a olvidar mi desgracia un… momento. Nubla el hilo coherente de mis pensamientos. Mientras el vaivén de mis caderas provoca que mi cuerpo se estremezca y los jadeos asalten mi pecho y garganta, mientras mis cabellos se pegan a mi frente y sien, aún más. Mis dedos… mis largos dedos de pianista en una mano pequeña, en comparación con las manos de los hombres europeos…. Esta rozando las nubes, y yo te sostengo fuerte, aleteó con estas manos, dejando todo de mi en esta cama. En ti, Arianne.
Nada más podía salir de mi garganta que pequeños gemidos roncos, no tanto, venga, mi voz no es tan grave, mis dedos rozaban, no dejando que solo yo disfrutara ese momento. Quizás, eso me separaba del resto de hombres. Yo veía por el placer de ella, no el mio. Tu mirada me traspasó, pero yo ya estoy muy lejos, Ari, del limite de una racionalidad ahora. No me importó. O quizás si, por que hice la entrada mucho más intensa, poniendo especial empeño, como si quisiera llegar más y más hondo y no se podía. Yo sabia que no era un superdotado.
Cada vez me costaba más no aplastarle, pues mi mano temblaba, las venas se marcaban, nunca he sido alguien con muchas fuerzas, además, mi mano diestra era la que ayudaba en aquellos lugares donde mi “mejor amigo” no alcanzaba a cubrir. Las entradas frenéticas y constantes.
Sonreí visiblemente contento, incluso triunfante, con esa sonrisa cálida y tierna, esa misma que no lograba esbozar desde aquella noche en mi casa. La noche en que debió ser mía. En que debí… sujetarla y decirle que estuviera conmigo por siempre. El día en que entre el té, añoraba formar una familia con ella.
Ese gemido fue la cosa más dulce que escuchaba en días. Se colgó de mi cuerpo y temblé, jadeando, incapaz de responder su pregunta. Mejor que no lo sepas. De todos modos, esta noche no te importa. Como no te importó lo que te dije antes. A menos que lo tuvieras guardado, Ari, yo sé que no comprendes la lengua de mi madre. No tiene caso. ¿No te prometí amor muchas veces? ¿no te dije antes versos perfumados, en ese dialecto?
Ahora veo, que me mentías, de manera piadosa, con tus pupilas turquesa, fingiendo que sabías. O.. quzás, tu corazón lo entendía. El mismo que demuestras que esta oculto, de mí. Como si fuera una maldita bestia que te desgarra desde el cuello hasta el alma.
Al ritmo de su palabra, una estocada más profunda y un sonido ronco, fue lo único que salió. Tu sabes que significan, Arianne, no eres idiota.
Mi pecho se pegó al suyo y ella, su agitada respiración, me hizo cosquillas en ese espacio entre la oreja y el cuello. Mientras las sabanas se revolvian bajo nuestros cuerpos, bañados del sudor de nuestro arte, a medía luz, en esa habitación, impersonal, que dio un giro, cambiando, solo, por ese breve instante, al nido de amor que siempre desee junto a ella.
Ah, tus hermosos belfos, tocando mi piel perlada, apreté algo dentro de mi, y me obligué a seguir, respirando hasta que me ardieron los pulmones, y bajé por tu cuello, cubriéndolo de besos tiernos, por tu vientre, el cual acaricie con anhelo y entonces, solo entonces, mientras mis dedos tocaban tu cremosa piel bronceada, una lagrima que se pudo confundir con el sudor de mi frente, cayó sobre tu piel caliente. Y la bebí, para borrar ese rastro de tu piel, dando un beso, cargado de todo el amor que siempre sentí, siento y sentiré por ti, mi amor.
Bajé mi lengua, separando tus piernas y remplacé mi junior por ella. No quería que durara poco, alargar la noche, y el estar contigo. Me moví de alli, a besar el interior de tus muslos, y mis manos tatuaban la piel de tu cintura, cadera y tus piernas sin final…
Me levanté y te sonreí, como antes de esa noche. Con aquella que te recibí. Con la que te daba, la entrada a lo que debió ser nuestro hogar, y me tumbé a tu lado, sin dejar de mirarte, acaricié tu mejilla con mis dedos…
Te quiero arriba, dominame, cielo…-Te supliqué
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
Las piedras y paredes que iban a saber de amor, romanticismo, las piedras y paredes solo guardaban el sonido que se producía en esa habitación para confundirlo con otros que quedarían encerrados en el tiempo porque no planeaba recordar esa noche, por mi bien, por el de él y por el de esa nueva persona que me había aceptado, sin querer saber nada mí. Supuse que por eso mismo Louis no había contestado mi pregunta ¿Qué podía decirme? ¿Cuánto me odiaba? Si, era lo más probable, y creer que antes escuchaba embelesada como niña tonta esas palabras que sonaban como de amor. Estaba tan perdida en tantas cosas, en esa cama, en esos sonidos que no me enteraba de nada, de otra cosa que no fuera él y el acto carnal. Las cosas pudieron ser diferentes Louis ¿Qué quería que fuera? Más fea, menos hermosa, menos divina para que tu cuerpo mortal fuera suficiente. Eso no lo necesitaba, yo así lo amaba pero sus ojos buscaron por otros rumbos, algo me decía que era por ella por quien hacia todo eso. Alguien que ama de verdad no paga, no va a buscar de noche tu cuerpo, no entra a la fuerza, no hace nada de eso. Me dolía pero esa misma noche era mi venganza, después de esa noche olvidaría lo que acababa de hacer.
Toque sus cabellos mientras iba bajando, notaba mi respiración desatada en contraste de su cabeza y rostro que jugaba como quería sobre mi piel. Jadee una vez más, oculte mi rostro entre las sabanas que no tenían razón de estar ahí pues se arremolinaban desordenadas bajo nosotros. Toda clase de embestida había logrado caos en el colchón. Lo mire tumbado junto a mí y no pude evitar acercarme lentamente para besarlo, era cálido y reconfortante incluso cuando la situación no era la indicada, apreté su nunca y con esa misma fuerza una pierna fue acariciando su cuerpo hasta lograr situarse en su cadera. Haría lo que quisiera ¿Había pagado mucho no? Un brazo tomo la fuerza requerida para levantarme y así colocarme a horcajadas sobre él. Me incline de nuevo, dejando un rastro obsesivo de lametones y besos por su cuello antes de buscar el rocé de su miembro.
Lo busque, lo encontré y elegí el momento exacto para dejar que entrara nuevamente. Un suspiro cercano a su piel sonó fuerte al momento en que se iba abriendo paso en mi interior. La tela de besos y abrazos ya no era tan dulce como se presentaba en la cabaña, era semi-amarga pero al final placer. El deseo era más grande que el infinito e igual de doloroso que una herida ¿Quién iba a creer que estábamos formando una plenitud hiriente? Entre la tela de las sabanas estaba el placer, quedaba totalmente plasmado mientras me quedaba quieta acostumbrándome a la profundidad. Note en el viento que el aroma de Louis comenzaba a mezclarse, se fundía y terminaba por irse para regresar de nuevo aún más fuerte. Tuvo que tirar el cristal…el húmedo frio se colaría entre susurros, gritos y pasos después de todo aquello.
Un movimiento de cadera provoco que otro gemido saliera, pequeño y forzado por la misma fuerza de la garganta que no dejaba salir tranquilidad. Poco a poco fui moviéndome, de atrás hacia adelante, no quería asustarlo, quería que durara mucho aunque él no se diera cuenta. Postergaría el momento con delicados movimientos de cadera-Yo te quería-susurre entre jadeos sin dejar a un lado el trabajo que me había encomendado.
Toque sus cabellos mientras iba bajando, notaba mi respiración desatada en contraste de su cabeza y rostro que jugaba como quería sobre mi piel. Jadee una vez más, oculte mi rostro entre las sabanas que no tenían razón de estar ahí pues se arremolinaban desordenadas bajo nosotros. Toda clase de embestida había logrado caos en el colchón. Lo mire tumbado junto a mí y no pude evitar acercarme lentamente para besarlo, era cálido y reconfortante incluso cuando la situación no era la indicada, apreté su nunca y con esa misma fuerza una pierna fue acariciando su cuerpo hasta lograr situarse en su cadera. Haría lo que quisiera ¿Había pagado mucho no? Un brazo tomo la fuerza requerida para levantarme y así colocarme a horcajadas sobre él. Me incline de nuevo, dejando un rastro obsesivo de lametones y besos por su cuello antes de buscar el rocé de su miembro.
Lo busque, lo encontré y elegí el momento exacto para dejar que entrara nuevamente. Un suspiro cercano a su piel sonó fuerte al momento en que se iba abriendo paso en mi interior. La tela de besos y abrazos ya no era tan dulce como se presentaba en la cabaña, era semi-amarga pero al final placer. El deseo era más grande que el infinito e igual de doloroso que una herida ¿Quién iba a creer que estábamos formando una plenitud hiriente? Entre la tela de las sabanas estaba el placer, quedaba totalmente plasmado mientras me quedaba quieta acostumbrándome a la profundidad. Note en el viento que el aroma de Louis comenzaba a mezclarse, se fundía y terminaba por irse para regresar de nuevo aún más fuerte. Tuvo que tirar el cristal…el húmedo frio se colaría entre susurros, gritos y pasos después de todo aquello.
Un movimiento de cadera provoco que otro gemido saliera, pequeño y forzado por la misma fuerza de la garganta que no dejaba salir tranquilidad. Poco a poco fui moviéndome, de atrás hacia adelante, no quería asustarlo, quería que durara mucho aunque él no se diera cuenta. Postergaría el momento con delicados movimientos de cadera-Yo te quería-susurre entre jadeos sin dejar a un lado el trabajo que me había encomendado.
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
¿Has captado mi silencio, respondiendo tu pregunta, mi amor?
Como te dije que te amo, en la lengua de mi infancia? Por un solo momento, no me he arrepentido de dejar los restos de mi madre y mi pasado. Dando la espalda de cierta manera a mi vida alli. A mis raíces, al adoptar el inglés y las costumbres europeas, pero, dime, que más podía hacer un niño de menos de diez años, solo, contra el mundo, en una sociedad que lo repudiaba por ser el hijo de un amor que no debió ser? Eh? El fruto del vientre de la mujer que despreció a los de su raza, por el sujeto que me engendró, al que debería llamar padre, al que mi madre amaba, pero… yo jamás conocí.
Me pregunto que tan diferente, habria sido crecer con un hombre como ejemplo. ¿Sabes tu…? No, no lo sabes, y yo me siento tan mal. Por que te amo. Pero ese sentimiento… tampoco es normal. Modos, mi forma de expresarme… de caminar incluso. No soy… como el resto Ari, y merezco tu repudio, como el de la sociedad. Me recuerdo de ese encuentro con el niño eterno. El es tan tierno… ¿sabes que por el estoy aquí esta noche? Ese día intenté matarme ¿y sabes pro que? Por haberlo besado. Si, eso hice, me odié por traicionarte, y por provocar aquel escándalo.
Maldito maricón, me llamaron. Y me sentí sucio. Enfermo.
¿lo soy, Ari, lo soy? Si, pero solo enfermo de amor por ti. Loco, demente y quiero que tu seas mi celda. Purificame, hazme saber que soy normal. Que esto esta bien. Que amarte es mi condena y mi salvación.
¡PERDONAME!
Tu eres perfecta.. y yo… nunca lo seré. Pero, si me aceptas solo una vez más, Ari, solo una mierda, no te pido más que una ultima oportunidad… Solo una…! Por favor, Arianne, aquí me tienes, postrado a tus pies… y no me iré, por muchas veces que me patees, si con eso la ira, el dolor y lo que sea que te hallan provocado mis estúpidas palabras en la cabaña. Me odio por ser tan tierno, tan patético. Ya no lo seré mas… no obtengo nada bueno. Y para prueba tu desprecio y tu creencia que yo solo vine a poseerte. Yo vine a demostrarte que te amo. Por que mi voz no te alcanza…
Eso es, jala mis cabellos, Ari, hazme saber que te gusta, que sientes mis caricias, por que ningún otro te tocará como lo hago yo. No olvidaras mi rostro sonrojado, mi piel blanca y brillante y mis pupilas suplicando tu perdón, mientras te envuelvo con mi amor.
Acepté tu beso y un torrente de emociones, me embargó. No podia más. No.
Después de todo, yo, Jérémie, siempre sería un estúpido gato sentimentalista. Yo no soy tan fuerte como tu. Yo no pertenezco a los bailarines de la luz y la oscuridad. Yo soy la rosa del crepúsculo.
Su peso sobre el mio, era… Agradable. Y gemí ante sus ataques sobre mi cuello. En verdad, quería desgarrarlo? No me opondría. Con mis manos, acaricie levemente sus piernas, mientras volvía a estar dentro. Una dejó su labor, para acariciar sus cabellos, con cariño, ella movía poco sus caderas. ¿Tan bien me conoces, que sabes que este gato virgen no durará mucho?
Me esmero, Arianne, aguanto, pero ayudo sus movimientos lentos, entrando a velocidad pasmosa, disfrutando del tenerle sobre mi piel. Controlaba, reprimiendo los gemidos roncos de mi garganta, tus palabras, Ari, terminaron por romper mi corazón de cristal.
Y con el, mi voz y todo lo que yo soy.
Te mantuve, asi, sobre mi, y te susurre, con la voz quebrada del viento, por tu amor que perdía y el esfuerzo de mi mente contra mi cuerpo poseído por la bestia del deseo. -Yo.. yo siempre lo haré, Ari. Pasé saliva, y detuve mi cadera, dejé que ella lo hiciera. Este sería el preludio, Ari, de la última canción para ti.
Un jadeo, un suspiro y mi amor que intenta llamarte. Después de esta noche, es probable que… Ari, quiero verte. Me incorporo un poco, contigo sobre mi y yo dentro de tu cuerpo. Me muevo un poco más, mientras te sostengo, tu estilizada espalda, sintiendo el sudor de tu piel en mis manos. Y te aparto un poco, mientras junto mi frente humeda con la tuya, tu mirada me perfora y yo te miro como el niño enamorado de su diosa que siempre seré. Te sonrió un poco, entre más y más ronroneos, sin dejar de moverme de manera pasmosa.
Dejó tu espalda, para tomar tus mejillas, como si fueras una chiquilla y no la mujer que me hace hombre a mi(¿?) e intentó seguir con aquella lirica.
No pude más, deslicé mis dedos por tus mejillas y mis ojos empezaron a arder. Patético, como el que más, pero este soy yo, y tu lo sabes. Enterré mi rostro en tu cuello, y alli solté las ultimas palabras.
Y en ese momento, supe que esconder mi rostro en su cuello, era lo más acertado que pude hacer. No pude cumplir la promesa que me habia hecho. No pude. Las lagrimas se fundieron con el sudor de nuestros cuerpos, mientras me separaba nuevamente de su cuerpo, con la mirada baja como un cachorrillo, apoyando mis manos detrás, arrugando las sabanas, entrando con más énfasis.
Como te dije que te amo, en la lengua de mi infancia? Por un solo momento, no me he arrepentido de dejar los restos de mi madre y mi pasado. Dando la espalda de cierta manera a mi vida alli. A mis raíces, al adoptar el inglés y las costumbres europeas, pero, dime, que más podía hacer un niño de menos de diez años, solo, contra el mundo, en una sociedad que lo repudiaba por ser el hijo de un amor que no debió ser? Eh? El fruto del vientre de la mujer que despreció a los de su raza, por el sujeto que me engendró, al que debería llamar padre, al que mi madre amaba, pero… yo jamás conocí.
Me pregunto que tan diferente, habria sido crecer con un hombre como ejemplo. ¿Sabes tu…? No, no lo sabes, y yo me siento tan mal. Por que te amo. Pero ese sentimiento… tampoco es normal. Modos, mi forma de expresarme… de caminar incluso. No soy… como el resto Ari, y merezco tu repudio, como el de la sociedad. Me recuerdo de ese encuentro con el niño eterno. El es tan tierno… ¿sabes que por el estoy aquí esta noche? Ese día intenté matarme ¿y sabes pro que? Por haberlo besado. Si, eso hice, me odié por traicionarte, y por provocar aquel escándalo.
Maldito maricón, me llamaron. Y me sentí sucio. Enfermo.
¿lo soy, Ari, lo soy? Si, pero solo enfermo de amor por ti. Loco, demente y quiero que tu seas mi celda. Purificame, hazme saber que soy normal. Que esto esta bien. Que amarte es mi condena y mi salvación.
¡PERDONAME!
Tu eres perfecta.. y yo… nunca lo seré. Pero, si me aceptas solo una vez más, Ari, solo una mierda, no te pido más que una ultima oportunidad… Solo una…! Por favor, Arianne, aquí me tienes, postrado a tus pies… y no me iré, por muchas veces que me patees, si con eso la ira, el dolor y lo que sea que te hallan provocado mis estúpidas palabras en la cabaña. Me odio por ser tan tierno, tan patético. Ya no lo seré mas… no obtengo nada bueno. Y para prueba tu desprecio y tu creencia que yo solo vine a poseerte. Yo vine a demostrarte que te amo. Por que mi voz no te alcanza…
Eso es, jala mis cabellos, Ari, hazme saber que te gusta, que sientes mis caricias, por que ningún otro te tocará como lo hago yo. No olvidaras mi rostro sonrojado, mi piel blanca y brillante y mis pupilas suplicando tu perdón, mientras te envuelvo con mi amor.
Acepté tu beso y un torrente de emociones, me embargó. No podia más. No.
Después de todo, yo, Jérémie, siempre sería un estúpido gato sentimentalista. Yo no soy tan fuerte como tu. Yo no pertenezco a los bailarines de la luz y la oscuridad. Yo soy la rosa del crepúsculo.
Su peso sobre el mio, era… Agradable. Y gemí ante sus ataques sobre mi cuello. En verdad, quería desgarrarlo? No me opondría. Con mis manos, acaricie levemente sus piernas, mientras volvía a estar dentro. Una dejó su labor, para acariciar sus cabellos, con cariño, ella movía poco sus caderas. ¿Tan bien me conoces, que sabes que este gato virgen no durará mucho?
Me esmero, Arianne, aguanto, pero ayudo sus movimientos lentos, entrando a velocidad pasmosa, disfrutando del tenerle sobre mi piel. Controlaba, reprimiendo los gemidos roncos de mi garganta, tus palabras, Ari, terminaron por romper mi corazón de cristal.
Y con el, mi voz y todo lo que yo soy.
Te mantuve, asi, sobre mi, y te susurre, con la voz quebrada del viento, por tu amor que perdía y el esfuerzo de mi mente contra mi cuerpo poseído por la bestia del deseo. -Yo.. yo siempre lo haré, Ari. Pasé saliva, y detuve mi cadera, dejé que ella lo hiciera. Este sería el preludio, Ari, de la última canción para ti.
Mou ni do to aenai kedo itsumo soba de sasaete kureta…
Un jadeo, un suspiro y mi amor que intenta llamarte. Después de esta noche, es probable que… Ari, quiero verte. Me incorporo un poco, contigo sobre mi y yo dentro de tu cuerpo. Me muevo un poco más, mientras te sostengo, tu estilizada espalda, sintiendo el sudor de tu piel en mis manos. Y te aparto un poco, mientras junto mi frente humeda con la tuya, tu mirada me perfora y yo te miro como el niño enamorado de su diosa que siempre seré. Te sonrió un poco, entre más y más ronroneos, sin dejar de moverme de manera pasmosa.
Dejó tu espalda, para tomar tus mejillas, como si fueras una chiquilla y no la mujer que me hace hombre a mi(¿?) e intentó seguir con aquella lirica.
Kono shiroi yuki tachi to issho ni kiete shimatte mo…
No pude más, deslicé mis dedos por tus mejillas y mis ojos empezaron a arder. Patético, como el que más, pero este soy yo, y tu lo sabes. Enterré mi rostro en tu cuello, y alli solté las ultimas palabras.
Ah… Anata no kokoro no naka zutto saite itei kara…
- Y en ese momento, supe que esconder mi rostro en su cuello, era lo más acertado que pude hacer. No pude cumplir la promesa que me habia hecho. No pude. Las lagrimas se fundieron con el sudor de nuestros cuerpos, mientras me separaba nuevamente de su cuerpo, con la mirada baja como un cachorrillo, apoyando mis manos detrás, arrugando las sabanas, entrando con más énfasis.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
No tenía por qué llorar, la situación estaba perdida, se perdió desde el momento en que empezó a darle vueltas al asunto. Sabía que no podíamos estar juntos pero caprichosamente me aferre a la situación. Lo mire mientras los movimientos iban aumentando su ritmo, apoye una mano en su pecho, casi en la boca del estómago para ayudarme-No llores-jadee y solté las palabras con dificultad, los pulmones estaban a punto de estallarme, los músculos me temblaban y solo quería que acabáramos no estaba preparada para verlo como algo más, ni en esa cama ni en otro lugar. Ya no lo quería, si no fue y no iba a ser completamente mío entonces no lo quería para nada, y lo odiaba por despertar ese sentimiento en mí. Lo jale por los hombros para que quedara completamente sentando y dirigí sus manos hasta mis caderas-Basta…no…basta ya-le pedí mientras seguía moviéndome encima de él pero esta vez abrazándolo, pegando su cuerpo al mío lo más que podía, haciendo de la distancia aún más pequeña.
Lo llene de pequeños besos, desde su clavícula hasta el espacio comprendido entre su mejilla y una de sus orejas, los besos recogieron el sabor salado de su sudor con las lágrimas. Me detestaba por haber aceptado a hacer el amor con él, hubiera sido mucho mejor fingir que no quería eso pero en realidad lo necesitaba, para sentir que no era tan repugnante como el me había hecho sentir esa noche en la cabaña. Detuve los movimientos de cadera poco a poco hasta quedar en un estado como de reposo. Aproveche ese tiempo para tomarlo por el rostro y acariciar sus mejillas-¿Por quién me vas a reemplazar?-pregunte un poco más calmada, tan calmada como podía estar con el adentro de mí.
-¿Es ella más bonita?-bese su cuello y me recargue, acomodándome sobre sus piernas puesto que comenzaban a dolerme las extremidades, extendí las piernas rodeándolo sintiendo como si se podía llegar más hondo. Ahogue un gemido-¿Es virgen? ¿Por eso la quieres? ¿Es hombre? Dímelo, por lo menos sabré que me falto-lamí el lóbulo de su oreja y me quede quieta, respirando contra su piel, sintiendo como su pecho y subía y bajaba, aunque no me quisiera las reacciones corporales ante tales estímulos no se podían esconder. Seguí lamiendo, me gustaba el sabor y mientras más se me acercaba a sus labios el calor se volvía incluso más pesado y exquisito-Bésame…aquí-tome su cabeza y la guie hasta mi cuello. Un movimiento suave de cadera, otro más. Quería que siguiera y que lo hiciera de todas las formas que se le ocurrieran porque después de esa noche no tendríamos nada que ver el uno con el otro.
Lo llene de pequeños besos, desde su clavícula hasta el espacio comprendido entre su mejilla y una de sus orejas, los besos recogieron el sabor salado de su sudor con las lágrimas. Me detestaba por haber aceptado a hacer el amor con él, hubiera sido mucho mejor fingir que no quería eso pero en realidad lo necesitaba, para sentir que no era tan repugnante como el me había hecho sentir esa noche en la cabaña. Detuve los movimientos de cadera poco a poco hasta quedar en un estado como de reposo. Aproveche ese tiempo para tomarlo por el rostro y acariciar sus mejillas-¿Por quién me vas a reemplazar?-pregunte un poco más calmada, tan calmada como podía estar con el adentro de mí.
-¿Es ella más bonita?-bese su cuello y me recargue, acomodándome sobre sus piernas puesto que comenzaban a dolerme las extremidades, extendí las piernas rodeándolo sintiendo como si se podía llegar más hondo. Ahogue un gemido-¿Es virgen? ¿Por eso la quieres? ¿Es hombre? Dímelo, por lo menos sabré que me falto-lamí el lóbulo de su oreja y me quede quieta, respirando contra su piel, sintiendo como su pecho y subía y bajaba, aunque no me quisiera las reacciones corporales ante tales estímulos no se podían esconder. Seguí lamiendo, me gustaba el sabor y mientras más se me acercaba a sus labios el calor se volvía incluso más pesado y exquisito-Bésame…aquí-tome su cabeza y la guie hasta mi cuello. Un movimiento suave de cadera, otro más. Quería que siguiera y que lo hiciera de todas las formas que se le ocurrieran porque después de esa noche no tendríamos nada que ver el uno con el otro.
Arianne C. Wickham- Mensajes : 4237
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
Me odie, y desee matarme yo mismo. No podía ocultarle nada, por que yo, para ella, era un libro abierto. Arianne siempre me pareció una mujer fuerte, a pesar de ser menor que yo. Intuitiva, y aunque me pesara, ella siempre iba por delante de mi, mientras yo intentaba seguir su paso. No podia, pero, ah, pequeño gato, lo intentaste, y lo seguiras haciendo. Por que asi eres. No importa. Pero te duele y te hace sentir patetismo por tu persona, que sepa que estas llorando.
¿Qué no llore, Ari? ¿Qué mis palabras no te llegan? Me he partido el alma en decirtelas. En mi propia lengua, por que esto tambien es lo que soy, pequeña. ¿Para que decirtelo en francés, o ingles? Quiero que me conozcas, cada pedacito de mi y lo hagas tuyo.
Me obligo a levantar mi cuerpo una vez más, y cual muñeco de trapo, yo cedí, sin dejar de moverme, con dificultad, sintiendo mi garganta seca y quemante, toda humedad, escapaba de los poros de mi piel, y el lagrimal. Apreté sus caderas, bajando a su trasero bien firme y forma, apretandolo, ayudando a sus movimientos de arriba - abajo. Ese choque, me provocaba un deseo y placer indescriptibles. Ah, ahora comprendo, como ese ángel, fue que descendió. Ángel, tu envidiabas el amor de las parejas humanas. Y ahora, yo puedo comprobar tu dicha.
Deseé estrecharle, cuando me abrazó, pero no quité las manos de alli, por que sabía que estaba cerca, podia sentirlo en mi pecho apunto de reventar y la electricidad de mi espalda, vientre y…
¿Basta? De que, Ari? Espera… ¿aún te provoca algo mi llanto? Ah! Dichoso de mi, que por un momento, logro sentir como te preocupas por mi, como tus besos, intentan reconfortarme como antes. Tal vez, no eres ni consciente de eso, pero… que esperanzador me resulta. Me dejé ir y a cada beso, un movimiento más y más intenso. Hasta que ella se detuvo, pero yo no podía controlar mi cuerpo. Me obligue a que mis pupilas casi grises en media luz, húmedas, por las lagrimas, no rehuyeran las suyas. Y le miré como siempre la he mirado. Con los ojos de mi alma.
Y ella, no empleo ese tono arisco, mordaz, hiriente, si no, por dos segundos o lo que durara ese momento, volvió a ser mi Ari, mi amada niña. La única, que me hacia cometer estupideces, y sonreir, aun después de la tormenta. Negué a sus preguntas. Pequeña… mi vida…. Y sonreí de medio lado, dulce, cansado. Una pequeña disculpa. A su gemido, ahogué un gruñido o al menos asi parecía. No resistiría mucho más. Y me estremecía al paso de su lengua, sin dejar de estrechar su talle. Como un niño, obedecí. Y antes de hacerlo, se lo dije.
-Ya no p-puedo ha-hablar… A-Ari…- El ritmo se hizo mucho más intenso, en contraste con sus movimientos suaves, mientras reapretaba con mis manos y hacia suyo su cuello con mis labios. No use los dientes. Ni siquiera, intente provocarle un chupetón. Solo… la besé, como me pidió
¿Qué no llore, Ari? ¿Qué mis palabras no te llegan? Me he partido el alma en decirtelas. En mi propia lengua, por que esto tambien es lo que soy, pequeña. ¿Para que decirtelo en francés, o ingles? Quiero que me conozcas, cada pedacito de mi y lo hagas tuyo.
Me obligo a levantar mi cuerpo una vez más, y cual muñeco de trapo, yo cedí, sin dejar de moverme, con dificultad, sintiendo mi garganta seca y quemante, toda humedad, escapaba de los poros de mi piel, y el lagrimal. Apreté sus caderas, bajando a su trasero bien firme y forma, apretandolo, ayudando a sus movimientos de arriba - abajo. Ese choque, me provocaba un deseo y placer indescriptibles. Ah, ahora comprendo, como ese ángel, fue que descendió. Ángel, tu envidiabas el amor de las parejas humanas. Y ahora, yo puedo comprobar tu dicha.
Deseé estrecharle, cuando me abrazó, pero no quité las manos de alli, por que sabía que estaba cerca, podia sentirlo en mi pecho apunto de reventar y la electricidad de mi espalda, vientre y…
¿Basta? De que, Ari? Espera… ¿aún te provoca algo mi llanto? Ah! Dichoso de mi, que por un momento, logro sentir como te preocupas por mi, como tus besos, intentan reconfortarme como antes. Tal vez, no eres ni consciente de eso, pero… que esperanzador me resulta. Me dejé ir y a cada beso, un movimiento más y más intenso. Hasta que ella se detuvo, pero yo no podía controlar mi cuerpo. Me obligue a que mis pupilas casi grises en media luz, húmedas, por las lagrimas, no rehuyeran las suyas. Y le miré como siempre la he mirado. Con los ojos de mi alma.
Y ella, no empleo ese tono arisco, mordaz, hiriente, si no, por dos segundos o lo que durara ese momento, volvió a ser mi Ari, mi amada niña. La única, que me hacia cometer estupideces, y sonreir, aun después de la tormenta. Negué a sus preguntas. Pequeña… mi vida…. Y sonreí de medio lado, dulce, cansado. Una pequeña disculpa. A su gemido, ahogué un gruñido o al menos asi parecía. No resistiría mucho más. Y me estremecía al paso de su lengua, sin dejar de estrechar su talle. Como un niño, obedecí. Y antes de hacerlo, se lo dije.
-Ya no p-puedo ha-hablar… A-Ari…- El ritmo se hizo mucho más intenso, en contraste con sus movimientos suaves, mientras reapretaba con mis manos y hacia suyo su cuello con mis labios. No use los dientes. Ni siquiera, intente provocarle un chupetón. Solo… la besé, como me pidió
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
Lleve un dedo a su boca para callarlo, dejando que mis manos dejaran de ejercer la presión sobre su cabeza. No tenía por qué hablar, todo lo que salía de su boca me hería, igual que sus actos, nunca antes me había sentido más usada en mi vida como en ese momento pero ya era muy tarde como para hacer que se fuera, solo quedaba disfrutar del momento como se supone debimos de haber hecho hace mucho. Ya no me importaba que los gemidos fueran todo menos pausados, ahora eran más bien como una melodía rápida que no se tendría si es que Louis seguía así. Decidió ayudarlo con el movimiento de cadera, no quería que solo fuera el quien estuviera trabajando en eso, un esfuerzo sobrehumano hizo que mis piernas temblorosas ayudaran a tomar el impulso necesario para seguir arremetiendo encima de su cuerpo-Louis…ahm-ya no sabía cómo decirle que el momento se aproximaba, me había quedado simplemente sin palabras así que la única forma posible que e me ocurrió para avisarle fue enterrando las yemas de los dedos en su espalda-Sigue…sigue por favor-jadee logrando que una frase cogerente me viniera a los labios.
“Mamá…al final tuve una peor vida que la tuya. Si lo sé, a ti te mataron es más, yo vi cuando lo hicieron. Ese hombre ¿Me defendías o solo tenías celos? De seguro era la última, ni siquiera tu creías que hubieras dado a luz a alguien como yo, no fui producto del amor definitivamente pero a veces de las cosas horribles salen cosas inexplicables. Si tú no hubieras sido la puta que fuiste tal vez yo no estaría en esta situación ¿Sabes cómo le pedí a dios mamá? ¿Sabes cuánto le pedí en esos 30 minutos para que ese señor no me tocara? Recé internamente mientras veía tu cuerpo tirado en el piso, trataba de que nada que no fuera tu imagen me llegara hasta el fondo…Dios no me escucho, tal vez porque una niña de 10 u 11 años no sabe rezar del todo bien. Mamá me hiciste falta, me hizo falta dios, si pero en esos momentos ahora ya no. Los desprecio a ambos. Tú me diste la vida y el me dio la maldita belleza que solo me ha traído problemas, desamores y heridas profundas, pero ahora usaba eso mismo para demostrarles que no los necesito, ya no necesito a nadie porque los dos me abandonaron…como todos a su debido tiempo.”
Y así iba a ser, mientras seguía moviendo encima de Louis pensaba que debía aprenderlo de una buena vez. Louis nunca fue mío, tantos rechazos escondían secretos seguramente como que nunca estaría con una prostituta, ni por ser el más hermoso ser en la tierra me dio esa oportunidad, siempre escondió con palabra y preguntas difíciles que prefería a alguien más, que fue en error que me cruzara en su vida. No había nada que hacer, sería fuerte y haría mi vida con alguien que era seguro sería todo mío, que no quería saber mi pasado porque yo era su presente. Mordí su hombro sintiendo como un calor comenzaba a subirme por las piernas-Louis…a…apúrate- gemí en su oído, quería que por 15 segundos no se sintiera ajeno a mí, que fingiera no tenerme asco.
Más y más gemidos. Todos saliendo sin control mientras sentía la pequeña bomba de calor implosionar dentro de mí, apreté las piernas haciendo un gran esfuerzo por no gritar y por no dejar de moverme. Los ecos de la sensación comenzaban a amenazarme, pero quería esperarte a ti. Un gemido salió de quien sabe dónde, esparciéndose más allá del cuerpo, lo trate de ahogar al instante sobre la piel ajena. Alargando esos instantes.
“Mamá…al final tuve una peor vida que la tuya. Si lo sé, a ti te mataron es más, yo vi cuando lo hicieron. Ese hombre ¿Me defendías o solo tenías celos? De seguro era la última, ni siquiera tu creías que hubieras dado a luz a alguien como yo, no fui producto del amor definitivamente pero a veces de las cosas horribles salen cosas inexplicables. Si tú no hubieras sido la puta que fuiste tal vez yo no estaría en esta situación ¿Sabes cómo le pedí a dios mamá? ¿Sabes cuánto le pedí en esos 30 minutos para que ese señor no me tocara? Recé internamente mientras veía tu cuerpo tirado en el piso, trataba de que nada que no fuera tu imagen me llegara hasta el fondo…Dios no me escucho, tal vez porque una niña de 10 u 11 años no sabe rezar del todo bien. Mamá me hiciste falta, me hizo falta dios, si pero en esos momentos ahora ya no. Los desprecio a ambos. Tú me diste la vida y el me dio la maldita belleza que solo me ha traído problemas, desamores y heridas profundas, pero ahora usaba eso mismo para demostrarles que no los necesito, ya no necesito a nadie porque los dos me abandonaron…como todos a su debido tiempo.”
Y así iba a ser, mientras seguía moviendo encima de Louis pensaba que debía aprenderlo de una buena vez. Louis nunca fue mío, tantos rechazos escondían secretos seguramente como que nunca estaría con una prostituta, ni por ser el más hermoso ser en la tierra me dio esa oportunidad, siempre escondió con palabra y preguntas difíciles que prefería a alguien más, que fue en error que me cruzara en su vida. No había nada que hacer, sería fuerte y haría mi vida con alguien que era seguro sería todo mío, que no quería saber mi pasado porque yo era su presente. Mordí su hombro sintiendo como un calor comenzaba a subirme por las piernas-Louis…a…apúrate- gemí en su oído, quería que por 15 segundos no se sintiera ajeno a mí, que fingiera no tenerme asco.
Más y más gemidos. Todos saliendo sin control mientras sentía la pequeña bomba de calor implosionar dentro de mí, apreté las piernas haciendo un gran esfuerzo por no gritar y por no dejar de moverme. Los ecos de la sensación comenzaban a amenazarme, pero quería esperarte a ti. Un gemido salió de quien sabe dónde, esparciéndose más allá del cuerpo, lo trate de ahogar al instante sobre la piel ajena. Alargando esos instantes.
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
Movía mi cuerpo lo más rapido e intenso que podía desde esa posición, mientras aferraba su cuerpo con mis brazos, para no dejarla ir. Vamos, Ari, vamos. Nuestros caminos, si quieres, pueden ir separados, pero… querida mía… ¿No pueden cruzarse más adelante? Asi, como las corrientes en el ancho mar? No me importa como sea, pero no quiero dejar de verte. Vete con otro, ámalo y olvídate mi. Haz la familia que no quieres conmigo, por que no perdonas una vez más. Ari, si eso hicieras, sería la última vez que te hiriera, pero tu… tu no lo harás. Aún asi… me gustaría… estar a tu lado…
Me aferré, haciendo las entradas freneticas, intensas. Mientras el sudor escurría por mi espalda, y las lagrimas, ¿estaban alli todavía? Eso ella jamás lo sabria. Por que en esa cama, mi inocencia y amabilidad, se estaban yendo. No quedaba más. Ella siempre las tendría. Solo ella. La primera en todo….
Notaba su ayuda, pero se estaba perdiendo. ¿Lo disfrutas? Espero que si. Mientras nuestros sexos chocan entre sí, y te siento más lejos y más cerca que nunca antes. Ella aún conseguía articular mi nombre. Yo ya no. Mi cuerpo estaba sedado por un placer intenso. La dejé apretar mi piel. Quema, arde. Se consume. ¿me dejaras tus rasguños en mi piel del color del manto nevado? Ari, si hay alguna forma, mistica y antinatural. ¿Podras escuchar el eco de estos pensamientos por ti?
Terminando….
Yo siempre te voy a amar, Arianne. No importa lo que pienses. Incluso si crees que soy un mentiroso. Incluso si meto a un hombre a mi cama y a mi vida. Por que amar a otra mujer, jamás. No sé que me depare el futuro, es posible que pase alguna noche con esas “zorras” que tu crees que ya he tenido. Puedo darles mi cuerpo, pero no mi alma. Nunca me importó que abrieras las piernas. Por que lo único que yo siempre quise de ti, fue tu amor. Ser alguien en tu vida. Los desprecios de Londres, ya sabes por que fueron. No tengo que decírtelo. Mi vida tiene y tendrá sentido, solo por el hecho de haberte conocido. Eso es algo que hace me despierte cada día, dando gracias a los Dioses. Tu… tu eres la persona de mi destino.
Y algún día…
Terminé por recostarle, no se como llegué a hacerlo, pero, sin dejar los movimientos, mientras el esfuerzo me hacía entrecerrar los ojos y soltar ronroneos. La mordida me ardió. K-ki… mo… chi..-Medio logre decirle. Y entonces, mi cielo, una descarga salió desde la base de mi nuca, mientras algo parecido, el mismo que hacia trabajar a mis pulmones al mil, mientras el corazón apenas se daba a basto para bombear la sangre a cada rincón de mi cuerpo. Sentí las venas de mi cuello tensarse, mientras mi espalda se doblaba a esa sensación electrizante, una que me nubló la mirada, mientras un gemido profundo, suave? Salia de mi garganta.
[
Esa sensación hizo mi cuerpo suyo, me sentí… No hay palabras que expresen lo que mi cuerpo sintió. Un último suspiro, antes de que el oxigeno se evaporara de mi sistema. El tiempo se detuvo y no sentía mi cuerpo. Solo como toda mi energía, y… aquello sucedía. Todavía la parte de inocente gatito, se sintió apenada. Un…algo habia salido. Exploté, literalmente, dentro, llenando su interior, con esa sustancia cálida, parte de la semilla de la vida..
Ari, ari, toqué el cielo. ¿Lo sentiste? Pudiste tocar las nubes? Llegué aquí de tu mano. Solté un suspiro, y mi cuerpo se aflojo. Me sentía… Logre abrir mis ojos, y salí de su interior, despacio, sintiendo el producto de… de mi. Mi miembro húmedo, por ella y por mi. Ya no el guerrero, si no simplemente, aquel que regresa a casa. Me despegué de su cuello y apoyé mi frente sobre la suya, besando sus labios con ternura, antes de dejarme caer boca abajo a su lado. Cansado. Sin poder controlar las reacciones de mi cuerpo. Apoyé mi mejilla sobre su pecho, como un niño en busca de refugio y la abracé con amor, mientras mi pecho subía y bajaba, aún agitado. Y el sonido de su corazón, me abrazaba. No quería pensar. Me sentía bien. ¿Lograste sentir cuanto te amo, Arianne? Mis cabellos se pegaba a su piel bronceada. ¿Te importa que te abrace? ¿Qué mi cuerpo “memeshikute” cubra el tuyo? Con el jamás te hubiera protegido del peor de los males… Yo.
Como un niño, te susurré, con voz suave, y tranquilo, lo más que podía después de lo sucedido--No… me apartes… Abrazame…
Me aferré, haciendo las entradas freneticas, intensas. Mientras el sudor escurría por mi espalda, y las lagrimas, ¿estaban alli todavía? Eso ella jamás lo sabria. Por que en esa cama, mi inocencia y amabilidad, se estaban yendo. No quedaba más. Ella siempre las tendría. Solo ella. La primera en todo….
Notaba su ayuda, pero se estaba perdiendo. ¿Lo disfrutas? Espero que si. Mientras nuestros sexos chocan entre sí, y te siento más lejos y más cerca que nunca antes. Ella aún conseguía articular mi nombre. Yo ya no. Mi cuerpo estaba sedado por un placer intenso. La dejé apretar mi piel. Quema, arde. Se consume. ¿me dejaras tus rasguños en mi piel del color del manto nevado? Ari, si hay alguna forma, mistica y antinatural. ¿Podras escuchar el eco de estos pensamientos por ti?
Cada vez que sueltas nuestras manos entrelazadas,
trato de aferrarme a su calidez.
Cada vez que pienso que podre encontrarte,
mi corazón se tiñe de una hermosa sombra.
Incluso las cosas más comunes …
Se vuelven recuerdos cuando estamos juntos.
Incluso tu voz, tus frágiles hombros,
a unque tus ojos no sean míos.
No importa cuanto tiempo este a tu lado,
mis sentimientos no se volverán realidad
a menos que destruya tu futuro.
En un momento de mi sueño,
Te amo tanto al grado que me lastima
pero la noche esta terminando.
trato de aferrarme a su calidez.
Cada vez que pienso que podre encontrarte,
mi corazón se tiñe de una hermosa sombra.
Incluso las cosas más comunes …
Se vuelven recuerdos cuando estamos juntos.
Incluso tu voz, tus frágiles hombros,
a unque tus ojos no sean míos.
No importa cuanto tiempo este a tu lado,
mis sentimientos no se volverán realidad
a menos que destruya tu futuro.
En un momento de mi sueño,
Te amo tanto al grado que me lastima
pero la noche esta terminando.
Terminando….
Yo siempre te voy a amar, Arianne. No importa lo que pienses. Incluso si crees que soy un mentiroso. Incluso si meto a un hombre a mi cama y a mi vida. Por que amar a otra mujer, jamás. No sé que me depare el futuro, es posible que pase alguna noche con esas “zorras” que tu crees que ya he tenido. Puedo darles mi cuerpo, pero no mi alma. Nunca me importó que abrieras las piernas. Por que lo único que yo siempre quise de ti, fue tu amor. Ser alguien en tu vida. Los desprecios de Londres, ya sabes por que fueron. No tengo que decírtelo. Mi vida tiene y tendrá sentido, solo por el hecho de haberte conocido. Eso es algo que hace me despierte cada día, dando gracias a los Dioses. Tu… tu eres la persona de mi destino.
Y algún día…
Terminé por recostarle, no se como llegué a hacerlo, pero, sin dejar los movimientos, mientras el esfuerzo me hacía entrecerrar los ojos y soltar ronroneos. La mordida me ardió. K-ki… mo… chi..-Medio logre decirle. Y entonces, mi cielo, una descarga salió desde la base de mi nuca, mientras algo parecido, el mismo que hacia trabajar a mis pulmones al mil, mientras el corazón apenas se daba a basto para bombear la sangre a cada rincón de mi cuerpo. Sentí las venas de mi cuello tensarse, mientras mi espalda se doblaba a esa sensación electrizante, una que me nubló la mirada, mientras un gemido profundo, suave? Salia de mi garganta.
[
Yo siempre estare contigo
Yo soy el ancla de tu dolor
No hay final para lo que hare
porque te amo
te amo hasta morir
Yo soy el ancla de tu dolor
No hay final para lo que hare
porque te amo
te amo hasta morir
Esa sensación hizo mi cuerpo suyo, me sentí… No hay palabras que expresen lo que mi cuerpo sintió. Un último suspiro, antes de que el oxigeno se evaporara de mi sistema. El tiempo se detuvo y no sentía mi cuerpo. Solo como toda mi energía, y… aquello sucedía. Todavía la parte de inocente gatito, se sintió apenada. Un…algo habia salido. Exploté, literalmente, dentro, llenando su interior, con esa sustancia cálida, parte de la semilla de la vida..
Ari, ari, toqué el cielo. ¿Lo sentiste? Pudiste tocar las nubes? Llegué aquí de tu mano. Solté un suspiro, y mi cuerpo se aflojo. Me sentía… Logre abrir mis ojos, y salí de su interior, despacio, sintiendo el producto de… de mi. Mi miembro húmedo, por ella y por mi. Ya no el guerrero, si no simplemente, aquel que regresa a casa. Me despegué de su cuello y apoyé mi frente sobre la suya, besando sus labios con ternura, antes de dejarme caer boca abajo a su lado. Cansado. Sin poder controlar las reacciones de mi cuerpo. Apoyé mi mejilla sobre su pecho, como un niño en busca de refugio y la abracé con amor, mientras mi pecho subía y bajaba, aún agitado. Y el sonido de su corazón, me abrazaba. No quería pensar. Me sentía bien. ¿Lograste sentir cuanto te amo, Arianne? Mis cabellos se pegaba a su piel bronceada. ¿Te importa que te abrace? ¿Qué mi cuerpo “memeshikute” cubra el tuyo? Con el jamás te hubiera protegido del peor de los males… Yo.
Como un niño, te susurré, con voz suave, y tranquilo, lo más que podía después de lo sucedido--No… me apartes… Abrazame…
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
Maldita bendición. Te odiaba por hacerme de esa forma ¿Cómo pude demostrar tanto amor en ese acto? Pero el amor también llevaba otras cosas que me dolían, si, lo había hecho por gusto pero también por coraje. Yo nunca había pensado que Louis fuera de esos hombres ¿Por qué no espero? ¿Por qué no lo hizo antes? ¿Y porque ahora lo hacía de esta forma? No lo entendía, todo era confuso, me sentía nada y usada a la vez, me sentía mujer y una puta ¿Por qué lo hizo de esa forma? ¿Por qué pago por mi si yo lo hubiera hecho sin ser la prostituta? Seguramente no quería que la suciedad de mi cuerpo llegara hasta su hogar, hasta su libertad y albedrío. Que horrible venganza pero para eso yo había nacido, para ser usada incluso por la persona que más amaba. Diferente, esa era la palabra que hubiera marcado nuestro destino, no eso que ahora nos rodeaba porque era de esas mujeres, que si quieren matar, matan y si quieren curar, curan…Yo fui el veneno de mi desdicha pero también pude haber sido el antídoto si me lo hubiera permitido. Pero no, como el peor delos hombres entro y así mismo se iría…pero se iría porque yo así lo deseaba. Era demasiado dolor conjunto con el amor.
Un último gemido brotó de mis labios al sentir ese líquido cálido en mi interior, jadee varias veces antes de que dos lagrimitas salieran por mis ojos. Sin quererlo y con las secuelas del placer los sollozos no se hicieron esperar. Me faltaba el aire, los pulmones no me reaccionaban, mi pecho subía y bajaba con dificultad ya que el aire simplemente no entraba. La desesperación me invadió ¿Qué me estaba pasando? Lo abracé como si con eso el dolor del pecho desaparecería, pero no seguía subiendo por mi garganta-Ve…ve…te por…favor-si no era mío, no quería nada más, si no le quitaba el sueño era mejor matar el dolor. Solo el dinero me guiaría, porque con eso podría ocultar el dolor que me causaron todas sus actitudes, desde Londres hasta ese día en que llego como alguien que no era Louis del que me había enamorado.
Mis labios decían una cosa pero mis manos hablaban por si solas, pegándolo a mi pecho. Di varios besos en la coronilla de su cabeza. Porque lo amaba demasiado lo dejaba ir, mientras más rápido dices adiós menos dolorosa es la partida-Por favor…ya no…no me hagas esto-jadee y me levante en un impulso, me estaba ahogando, había olvidado entre el llanto como se respiraba. Apreté mi cuello con una mano, buscando una forma de que mis pulmones se volvieran a inflar, cuando lo logre tome una bocanada de aire que me dolió, me abracé a mis misma y escondí mi cara entre las rodillas-No me veas-pequeños respingos hacían que mi cuerpo saltara, haciéndose chiquito mientras me recorrí. No quería ensuciarlo y mancharlo más de lo que ya lo había hecho-Vete por favor…-le había entregado tanto que temía que de alguna forma todo eso llegara hasta él y lo volviera como yo. Más tiempo así y ya ni siquiera reconocería su rostro.
“Niña eres tan bonita, tan malditamente bendita eso pasa cuando alguien se ensaña con tu sangre, no te deja ser feliz, te agarra, te envuelve y te destruye…aislándote, dejándote seca”
Muchas, muchas palabras como esas me habían dicho. Si me hubieran deseado, si no fuera producto de un acto atroz ¿Seguiría pagando las culpas de mis padres? De seguro nada sería igual y no estaría sumergida en tanto dolor.
Arianne Off
Un último gemido brotó de mis labios al sentir ese líquido cálido en mi interior, jadee varias veces antes de que dos lagrimitas salieran por mis ojos. Sin quererlo y con las secuelas del placer los sollozos no se hicieron esperar. Me faltaba el aire, los pulmones no me reaccionaban, mi pecho subía y bajaba con dificultad ya que el aire simplemente no entraba. La desesperación me invadió ¿Qué me estaba pasando? Lo abracé como si con eso el dolor del pecho desaparecería, pero no seguía subiendo por mi garganta-Ve…ve…te por…favor-si no era mío, no quería nada más, si no le quitaba el sueño era mejor matar el dolor. Solo el dinero me guiaría, porque con eso podría ocultar el dolor que me causaron todas sus actitudes, desde Londres hasta ese día en que llego como alguien que no era Louis del que me había enamorado.
Mis labios decían una cosa pero mis manos hablaban por si solas, pegándolo a mi pecho. Di varios besos en la coronilla de su cabeza. Porque lo amaba demasiado lo dejaba ir, mientras más rápido dices adiós menos dolorosa es la partida-Por favor…ya no…no me hagas esto-jadee y me levante en un impulso, me estaba ahogando, había olvidado entre el llanto como se respiraba. Apreté mi cuello con una mano, buscando una forma de que mis pulmones se volvieran a inflar, cuando lo logre tome una bocanada de aire que me dolió, me abracé a mis misma y escondí mi cara entre las rodillas-No me veas-pequeños respingos hacían que mi cuerpo saltara, haciéndose chiquito mientras me recorrí. No quería ensuciarlo y mancharlo más de lo que ya lo había hecho-Vete por favor…-le había entregado tanto que temía que de alguna forma todo eso llegara hasta él y lo volviera como yo. Más tiempo así y ya ni siquiera reconocería su rostro.
“Niña eres tan bonita, tan malditamente bendita eso pasa cuando alguien se ensaña con tu sangre, no te deja ser feliz, te agarra, te envuelve y te destruye…aislándote, dejándote seca”
Muchas, muchas palabras como esas me habían dicho. Si me hubieran deseado, si no fuera producto de un acto atroz ¿Seguiría pagando las culpas de mis padres? De seguro nada sería igual y no estaría sumergida en tanto dolor.
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Re: Beast Of Desire [Arianne] (+18)
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Un asco de respuesta, lo siento u.u no pude hacer algo mejor perdoname. Inspirada en estas dos canciones: Escucha la primera, mientras lo lees....
https://www.youtube.com/watch?v=brpY-MyC2Mc&feature=related
https://www.youtube.com/user/ayusorrowforever#p/search/1/xmc7soaCGtQ
Al sentir como me abrazaba, supe, por mucho que ella se empeñara en pensar o decir que no, que me amaba, con la misma fuerza que yo. Esa misma que me ayudaba a seguir vivo, en esa cama, respirando como un niño, que ha pasado la última tarde del verano, saltando de un charco a otro, y escalando también la colina más alta. Hasta tocar la copa de aquel árbol encantado. Que se mata, literalmente, persiguiendo un conejo. A ese niño no le importa llenarse las manos de tierra, las mejillas de lo mismo. Rasparse las rodillas. No, por que esa noche, debe quedar rendido sobre su cama, después de un baño y una cena ligera. Por ultimo, el beso de buenas noches de su angelical madre. Por que, al otro día, ya no será verano. Ya no podrá tener esa libertad. Es él ultimo día de la estación cálida.
Como un niño, quería aferrarme a esa noche. Por eso, quería hacerme el sordo, e ignorar que me estaba corriendo con besos húmedos. Por que me ardía el pecho y mi cuerpo estaba al limite de sus fuerzas. Por que mi alma estaba destrozada, junto a mi corazón pisoteado. No por ella, ni por mi, si no por ambos. Sin importar, cuanto pasara ni quien entrara en mi vida o en la suya, nuestros caminos, siempre estarían pegados, serían vecinos. Éramos una sola alma. Y se alejó de mi. El vacio al lado de mi cuerpo, tenia nombre. El suyo. Necesitaba tenerla, la amaba tanto… ¿Hacer? Arianne, por todos los demonios del último circulo del infierno. El dolor es dulce ¿No lo ves? Cariño, recuerdas lo que es más dulce que el amor? Sé que si. En algún punto de tu ser, si lo sabes. Cerré mis ojos, respirando como un naufrago. Y ella me pedía que no la viera, por eso lo hice, llevé mis manos a mi cara, haciéndome un ovillo, dando rienda suelta a mi propio llanto amargo.
Por siempre, por siempre, permaneceré junto a ti, desde que te estreché en mis brazos, supe que eras el amor de mi vida, y siempre lo serás, que no te quede duda de ello…. ¿Por qué no me dí cuenta antes de esas señales?
En mi corazón, siempre tendrás un lugar, y siempre te pertenecerá, tú, la única persona en mi mundo…por que te amo.
En mi corazón, siempre tendrás un lugar, y siempre te pertenecerá, tú, la única persona en mi mundo…por que te amo.
Seguí llorando, pero me atreví a hacerlo, sin alzar la mirada a ella, dejando los sollozos salir de mi pecho, mientras mis ojos escocía con el sudor y aquel llanto. Aunque hubiera querido, no hubiese podido verla. Mis ojos estaban nublados. Ah! Dios, po que, por que? Duele? Por que tengo corazón? Por que tengo estos sentimientos? ¡¿Por qué me hiciste amarla con todo mi ser, mi alma mi todo, dando todo lo que tenía y lo que no también…?!
Mierda, por que lo hiciste, Jesús, por que? Te detesto, maldigo el cielo. Sin ella no lo quiero, yo ansiaba ser eterno, pero solo sujeto a su mano. Te odio, a ti tu coro de angeles, tus promesas sin sentido, vacías, como los ojos de tus santos. Resuenan en los pasillos de la catedral la risa que te provoca ver a tus hijos sufrir. Eres un mal padre. Te culpo a ti, como el cobarde que soy, y te pregunto una vez más, con mis ojos vedados y mi corazón en carne viva, gritando sin voz.
¡¿Por qué me hiciste amarla de esta manera, si no pensabas dejarla a mi lado?!
Y seguí llorando, por que era lo único que tenía ahora. Ella se habia llevado todo mí. Y no me importaba, por que, yo no la veia como el monstruo que ella se decía, no la veia como la prostituta, aunque hubiera pagado. Pagué, si, pero por verla. Lo demás solo era una consecuencia.
Aclaré mi garganta, lo mejor que pude…
-s-soy un e-egoísta…- pasé saliva y puse mi alma en mi voz quebrada. Un ruego -Abrazame fuerte, Ari… por favor… te necesito… No me corras estas noche… dejame… dejame estar esta última noche, abrazado a tu cuerpo, mientras, en mi mente recuerdo la serenata que te dí…- ¿Cuántos hombres son capaces de llorar y suplicar de esa manera? Mi cuerpo desnudo se abrazo a las sabanas, esperando no me rechazara. Esperando, ese último milagro.
Si, mirame sonreir. Si, mi amada, veme reir como un pobre miserable, te amé demasiado, y nunca cambiará, pero, ahora tu estas muy lejos, detrás de aquel muro del espejo, sonriendo, suavemente. Estos sentimientos, te protegeran a la distancia. Y guardaré mis recuerdos, en cada suspiro.
-Abrazame fuerte, una vez más…
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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