Caminata solitaria

por **Jean Baptiste Fontaine** Jue Jul 07, 2011 2:20 pm

La noche justificaba el uso de la capa y en días como aquel gustaba de salir a caminar un poco, nadie le veia con la capa puesta y con el frió eran pocos los que le prestaban atención. Era simplemente un hombre solitario caminando por la plaza...

Solia dar paseos solitario en el bosque pero era raro que lo hiciere en plena ciudad. Despues de todo mal que bien siempre existia la posibilidad de que alguien le conociera de aque alguien le atacara. Incluso sin saber quien era podia correr peligros inecesarios... Pero en dias como aquellos le hacia falta. La presion sobre la boda ra cada vez mas grande y al parecer su padre habia escogido ya a la condidata adecuada. Persona que por sierto nisiquiera conocia. Suspiro para sus adentros, el matrimonio de sus padres habia sido asi y se amaban, no tenian problemas...tal vez para el fuese tambien asi y lograse amar con la misma intensidad que su padre amaba a su madre a su futura esposa...

Rogaba a los cielos que asi fuese, no se imaginaba intentando fingir pasion por alguien que no la despertara, no queria siquiera pensar el daño que podria ocacionar en su esposa su falta de sentimientos... Si tan solo todo fuese tan simple como el andar, deseas hacerlo y tu cuerpo obedece...por que el corazon no podia ser como el cerebro?

El sabia perfectamente la respuesta pero aun asi habia dias en las que se lo preguntaba. Se consideraba un hombre de libros y desapegado de las pasiones carnales... en noches como esa... definitivamente le molestaba ser como era.

por **Naela Bellis** Sáb Jul 16, 2011 10:30 am

Una noche más. Decidí ponerme el vestido color granate con decorados de encaje negro, generoso escote y corsé bien ceñido a mi torso, marcando mi voluminosa figura. Me calcé unos zapatos negros de tacón y me maquillé dando más intensidad a mi mirada, en los labios puse un toque rojo pero no muy llamativo. Cogí un chal y lo puse sobre mis hombros, dada mi condición de vampira no pasaba frio pero tampoco quería llamar la atención siendo la única persona que caminaba sin algo de abrigo por las calles parisinas.

Había comido hacía escasas horas así que no me preocupé en seguir ningún olor dulce que me apeteciera probar, sino que me dejé llevar por mis pies caminando sin rumbo y disfrutando de una tranquilidad que normalmente no me atraía en absoluto. Llegué a una plaza que no había visto antes en mis noches de caza o simple diversión. La fuente en el centro con el agua cayendo le otorgaba un toque de distinción. Me senté en una de las terrazas que abundaban en dicha plaza, la más cercana a la fuente y pedí un whisky. Dejé el dinero en la mesa y tomé el primer trago disfrutando del sabor.

Fue cuando posé el vaso de nuevo en la mesa de cristal cuando noté algo que llamó mi atención, un hombre caminaba tranquilo sumido en sus pensamientos bajo una capa oscura que cubría en parte su rostro. Era evidente que quería pasar desapercibido y lo conseguía pues nadie parecía ver nada especial en él. Pero yo era distinta y el más mínimo detalle podía desvelarme cosas que un mortal nunca sabría por si mismo. Los ropajes, el olor que desprendía e incluso su forma de andar dejaban entrever que era alguien de la realeza.

No sé si él noto que alguien le estaba observando o simple casualidad pero giró la cara hacia mi dejándome ver su rostro a la perfección, vaya… el príncipe de Francia.

por **Jean Baptiste Fontaine** Lun Jul 18, 2011 3:14 pm

Habia coincidido por casualidad con los ojos de aquella mujer que le miraba como si pudiese ver atravez de el. Con una sonrisa inclino la cabeza a modo de saludo. La examino apenas unos segundos y no necesito demasiado para notar que era una mujer bella. Atractiva y con una belleza y presencia que imponían.

Se pregunto si aquella mirada quería decir que le abría reconocido, pero decidió no arriesgarse, le sonrio y viro la mirada al reloj de la torre, era ya una hora elevada, pero aun quedaba tiempo para que los guardias de palacio tuviesen fuera de su alcance visual la entrada que usaba para entrar al castillo. Hacia algo de fresco y pensó en hacer algo de tiempo… desvió la mirada por el lugar y encontró nuevamente la figura de aquella mujer, antes le habia parecido ver cierto reconocimiento en sus ojos… tal vez seria mejor comprobarlo, si lograba reconocerlo debía ser alguien importante, el acostumbraba mezclarse entre la gente pobre y esta aun teniéndolo a escasos centímetros no lograba dar con el.

Se acerco a con paso calmado hasta ella- la puedo acompañar? Parece tan solitaria como yo- si sabia quien era, mejor pedirle discreción, lo menos que necesitaba era un escandalo, o bien, darle a entender que su presencia no tenia la mas mínima relevancia, lo mejor para evitar los rumores era restarles importancia a los sucesos.

por **Naela Bellis** Miér Ago 03, 2011 2:13 am

Devolví su saludo con una sonrisa, así que el príncipe gustaba pasear a solas por las calles parisinas por las noches… Interesante. Seguí sus movimientos con atención, había algo que parecía preocuparle aparte del hecho de ser reconocido, la hora. En cuanto miró el reloj relajó en cierta medida el cuerpo. Supuse que tendría una hora de llegada o algo parecido.

Sus pasos se dirigieron a la mesa en la que me encontraba, mi mano jugaba con el vaso haciendo girar en su interior el whisky que aun quedaba. Sonreí ante sus palabras y asentí divertida - Por supuesto que me puede acompañar, ¿Quién se negaría a esta compañía… alteza?- Mis palabras salieron en tono cordial y educado, siempre con una sonrisa no exagerada y mirándole a los ojos, en cuanto a su cargo fue casi un susurro que solo él pudo oír.

En persona era aún más atractivo que en esos retratos recargados que se hacían los miembros de la realeza. Su rostro era fino y podía adivinar que de tacto suave, los ojos claros le deban un toque de dulzura poco común en alguien de su condición y los labios… gruesos y verdaderamente atrayentes.

Alcé la mano para llamar al camarero –Supongo que quiera tomar algo- aunque él no notara el tono de mis palabras, era casi una orden. El control de seres mortales ya fluía de mi como algo natural, esperé a que pidiera lo que se le antojara y me apoyé en el respaldo de la silla mirando a mi alrededor. ¿Cómo podía pasar inadvertido el Príncipe de Francia? Cada día me asqueaban más los mortales. Pocos merecían la pena como algo más que simple comida.

Giré e nuevo mi rostro hacia él, encontrándome con su mirada. Él también me evaluaba a mi y eso me divertía.

por **Jean Baptiste Fontaine** Jue Ago 04, 2011 5:19 pm

Jean suspiro resignado ante la contestación y la vio- parece que hay quien puede reconocer mi rostro- sonrió de medio lado, no se le daba mentir así que no lo intentaría- no quería ser notado- dijo encogiéndose de hombros y noto que llamaba al camarero, el había pensado en hacerlo pero ella se le había adelantado, estaba por negar…pero le pareció una grosería y pidió una copa, su rostro sereno y el aire elegante, sus movimientos eran fluidos por costumbre, las espalda recta, la mirada profunda, mostrando al verse reconocido, el peso de su titulo.

Su atencion se habia visto interrumpida apenas unos segundos por el camarero. Al volver la mirada a la dama sonrió al notar que le observaba- decepcionada? – se encogió de hombros mientras levantaba el rostro - que puedo hacer? No todos podemos ser príncipes azules, la verdad es que el titulo es lo único que nos adorna- comento, a el jamás le habían contado cuentos de pequeño, pero al crecer, siendo un amante de la lectura se había tropezado con mas de uno, sintiéndose extraño ante las referencias a príncipes y princesas.. a menudo sentía que era un farsante solo un instante antes de volver a la realidad y notar que no era su culpa ser un humano como los demás, no... debía comenzar a entender que no era simplemente como los demás.

-y dígame- comento cuando la copa le fue llevada y la tomo haciendo una seña con la cabeza por ella- por que sin compañía? Se ah hartado acaso de nosotros los patéticos mortales?- fue un comentario cualquiera acompañado de una sonrisa sincera, simplemente quería conversar un poco, ya después regresaría a palacio, había estado ya un tiempo fuera y lo que menos necesitaba era desatender alguna de sus obligaciones por aquellos momentos clandestinos en el exterior. De hecho... le preocupaba volverse mundano, perder el rumbo de su vida por aquellas salidas casuales, el era un futuro soberano, y como tal debia tomar su vida entera con seriedad, saber el peso de su posición y demostrarlo

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