It's Not Over [Privado]

por **Alan** Dom Jul 10, 2011 3:33 am

Sus piernas se desplazaban tan rápido como se le era permitido, ellos le seguían, lamentablemente en este preciso momento su padre estaba lo más lejos posible de ella, porque sus caprichos llegaban tan lejos, haciéndola tener terribles arrebatos, - ¡mierda!, ¡mierda!, ¡mierda! – susurraba, al compás de su respiración agitada, casi fuera de lugar, el oxigeno se abría paso por entre sus pulmones de forma diligente, completamente agitada. Corría por entre la maleza intentado no hacer ruido con sus pies descalzos, mientras solo la luz de la Luna le ayudaba a guiarse en su tenaz huida. – ¡Allí va! – una voz masculina resonó en los oídos de la muchacha, mientras giraba el rostro para observar fugazmente a los terrenales que les marcaban con agilidad el paso, a tan solo unos metros, sin embargo la fuerza voluntad y sobrevivencia no la dejaban detenerse, pero seguramente no tendría escapatoria.

Por mucho que corriera, a pesar de aquella agilidad que le fue otorgada no la alejaba lo suficiente de sus cazadores, trato en todo momento de no dejar… porque cualquiera podría encontrarlas, pero ya no había escapatoria y podía ser el final de la cambia forma, niña egocéntrica, altanera y sin descaros en desear, porque ella lo era todo para si misma, no había nadie más… a pesar de todo era solo un ser más en el mundo, que daría la lucha hasta el final, porque creía ser magnifica y merecedora de cada palabra que sus labios expulsaban. Y por ello seguiría luchando hasta el final.

Los pasos se hicieron cada vez más cerca, hasta que una silueta se poso al frente suyo haciéndola caer al piso de golpe, un hombre le miraba con sus ojos oscuros como la misma noche, pero la muchacha no se quedaría allí de un brinco se levanto y comenzó a correr en otra dirección, sin embargo ya era tarde, estaba rodeada por cuatro cazadores… cada uno de ellos riendo por su gran hallazgo, - vaya, vaya… - dijo el hombre de ojos oscuros, - bonito rostro… pero por dentro debes estar tan podrida, - murmuro nuevamente, - y ¿eso a vosotros qué? ¡tropa de mal paridos! – dejo salir Alanié de sus labios, mientras alzaba una de sus manos hasta su rostro quitando el exceso de sudor, el hombre que estaba al costado derecho de la mujer se acercó sorpresivamente agarrándola con fuerza, la sorpresa fue evidente en su pequeño rostro de porcelana, - ¡soltadme! – grito, forcejeando con fuerza, llevando la boca hasta la nariz del hombre mordiendo con fuerza, cuando aquel mortal había notado el dolor y la sangre había desecho el amarre en Alan, sin darse cuenta ésta llevaba su codo hasta el rostro de él golpeando con fuerza dando directo en la nariz, así mismo Alan tomó su vestido con sus finos dedos para arrancar de los cazadores, pero eran demasiado, y sin darse cuenta del momento otro ya la tomaba entre sus brazos apretándola con fuerza, tirándola a los brazos de otro - ¿¡Qué haces, Perra!? - gruño el líder, aquel que traía los ojos de la noche en ellos, acercándose en enormes zancadas dejando caer su tosca mano en el rostro de la fémina con vehemencia. El golpe fue duro, haciendo que la muchacha viera borroso un par de segundos, Alanié parpadeo unas cuantas veces tratando de volver en si, mientras sentía la sangre correr por su nariz, le había quebrado la nariz seguramente o quizás no… pero de algo estaba segura, dolía como el mismo infierno.

-¡Son todos unos hijos de puta!, - murmuro bajo, con su voz aterciopelada, dando una leve sonrisa, - vais a ir todos conmigo al mismísimo infierno, - otro golpe fue dado y un quejido salió desde la comisura de sus labios, dolor… sentía mucho dolor, no físicamente… si no en el alma.

por **Darren Ralph** Jue Jul 28, 2011 1:24 am

¿Qué cojones hacía llevando a su puta a través de los bosques? No importaba que la quisiera coger en la orilla del acantilado, en el lago o dónde demonios se le antojara clavarla, ¡¿cuál era la maldita diferencia?! Su verga iba a disfrutar con la follada, así que ¿por qué la arrastraba? La mujer derrapó sobre unas cuantas piedras, la tierra adhiriéndose a su vestimenta, un chillido escapándose de su garganta. Darren no detuvo sus pisadas. La puta a la que estaba pagando, porque... verdaderamente, ¿cómo demonios esperaba que fuera por su gusto a la horca?... Se vio terriblemente afectada, su voz se hizo más aguda y ya que su cráneo era machacado con la melosidad que escupía su garganta desde que había dado inicio la jodida caminata, eso era decir mucho. - ¿No debería al menos auxiliarme, Sr. Ralph? Darren gruñó su maldito descontento. Cada gota que tomara de ella no valían esos terribles momentos, excepto que... Se detuvo un instante, girando sobre sus talones. El rostro joven y lleno de vida le sonreía, su mano estaba levemente alzada en un evidente gesto porque Darren le ayudara. El vampiro solo enarcó una ceja. Los rayos plata que peleaban por filtrarse entre las ramas bebían de la belleza de su acompañante. – Estoy seguro que puede hacer un maldito esfuerzo por levantarse. Una mueca de indignación curvó esos labios carnosos, mismos que no tardaron en entreabrirse para replicar pero, ¡puto Satanás! El cabrón estaba del lado de Darren. Tomó de la muñeca a su acompañante y la arrastró a las profundidades del bosque. No iba a dejar a su puta atrás solo porque lo que se desarrollaba lejos de ahí, parecía mas interesante. ¿Qué si se equivocaba? Bien, al menos tendría unas piernas que abrir y un agujero que llenar.

En cuanto las voces de los cazadores se hicieron presentes, esa sonrisa demente se formó en sus labios. - ¡Vaya! ¡Vaya! Una puta a cambio de otra. Le importó un cojón que la humana a su lado le escuchara. Desapareció, dejándola a su suerte. No era la única hembra que podía cogerse, el bosque estaba haciendo su sacrificio y Darren era solo el Dios que iba a tomar la ambrosía que le ofrecían. Su posición era ventajosa... Ninguno de los cazadores le había advertido, estaban tan absortos en la hembra y... ¿Hasta dónde demonios iban a llegar? Si la follaban entre los cuatro, el festín sería realmente digno de admirar. Sonrió como el enfermo mental que era, la mujer peleaba con uñas y dientes, cada palabra que escupía le ponían el falo tieso. Si ella lo ponía en esa posición, ella lo iba a complacer; pero mientras tanto se conformaría con tan solo mirarlos. – Sr. Ralph. ¡Maldita puta! ¿Es qué no sabía esperar? Bien, dos nivelaban la situación. Su muerte estaba sellada, una lástima que no fuera por sus garras. Esperaba que aquéllos hombres no fueran tan pendejos como para no abusar de su regalo, la puta gritaba a los cuatro vientos su urgencia por complacerlos. ¿Importaba si cogía con él o con otro? Olía a sexo e incluso Darren la había tocado entre las piernas para corroborarlo. Definitivamente, lo que había ahí no solo era producto de sus corridas.

por **Alan** Lun Ago 22, 2011 3:08 pm

-¿Y quién me llevara? – dijo, mientras agarraba la garganta de Alanié ahorcándola, ésta por otro lado apretó los dientes con fuerza, tratando de respirar por la nariz, sin embargo poco a poco costaba más, hasta que la soltó – oh, perdón, no podías hablar – la voz burlesca recalcada en cada palabra que podía soltar el cazador era latente, - cagones – murmuro, la mujer intentando de aclarar su voz, dejando pasar el aire por sus fosas nasales. Las carcajadas de los cazadores retumbaban en el bosque, chocando con las hojas, sin embargo el viento quien dejaba que el aroma a sangre se escabullera por todos lados, trayendo consigo a otros curiosos, Dios sabe por qué?, todo ello había estado en la mente retorcida del ser que se encontraba parado al frente observando con una mueca enfermiza, - ¿tenemos un espectador? – dijo, uno de los hombre volteando su mirada al inmortal que yacía al lado de una prostituta, con los ojos expectantes. Alanié levanto la mirada hacia él, riendo con dificultad, con la respiración entre cortada – ¿habéis traído a más? No os basta con uno… si no… - pero sus palabras fueron calladas por ella misma, cuando una brisa trajo consigo el efluvio del pelirrubio, su mirada se encontró unos segundos con las de él y una sonrisa se curvó en sus labios.

-No… sois peor que… todos ellos juntos… - murmuro tan bajo, sabiendo que este le escucharía, pero aquella distracción le serviría sin dudas a ella, porque los ojos de los otros se posaban en el Vampiro y ya no en la pequeña Cambia forma, llevo sus labios hasta el brazo de uno de ellos mordiéndolo con fuerza para que éste le soltara, así fue. Luego, con la agilidad que se le había dotado desde su nacimiento, metió uno de sus dedos en uno de los ojos del otro ser que la tomaba, metiendo con fuerza hasta reventarlo y hacer saltar la sangre, brincando hacia el que le había golpeado en el rostro, para morderlo directamente en la yugular con los incisos, penetrando la arteria, pero eso no significaba que estaba fuera de juego, aun le quedaban tres más, se levantando limpiando la sangre de sus labios con el antebrazo, volteando en dirección de los cazadores, - ¿mi padre os ha mandado? – gruño por lo bajo, arrugando la nariz, los hombres la miraron sorprendidos, luego de ver como su líder se desangraba en el suelo.

Ella escupió en el suelo – decidle… que le espero… - levanto una de sus cejas, - que le meteré una estaca por el culo, - no era la primera vez que la seguían, y como siempre la suerte había estado de su lado, pero los cazadores no se quedarían con vagas palabras, así que dos se acercaron, mientras otro se acercaba al hombre rubio, entretanto ella retrocedía, dando una rápida mirada al no-muerto, - no os recomiendo posar vuestros orbes en aquel… ser – murmuro, ladeando el rostro felinamente, y gruño corriendo hacia uno de ellos para hacer lo único que sabía en su perra vida, defenderse.

Nota: lamento la demora, u..u y espero que sea de tú gusto, por otro lado (: me gustaría hacerle una propuesta osada. – le tira un besito y desaparece-

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