Victorian Vampires
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] 2WJvCGs


Unirse al foro, es rápido y fácil

Victorian Vampires
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] 2WJvCGs
PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



NIGEL QUARTERMANE

ADMINISTRADOR

ENVIAR MP
NICOLÁS D' LENFENT

ADMINISTRADOR

ENVIAR MP
ESTACIÓN


Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24


COPYRIGHT/CRÉDITOS

En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.

Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.

Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.

Licencia de Creative Commons
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org


Últimos temas
» Savage Garden RPG [Afiliación Élite]
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMMiér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones

» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMMar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut

» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMMiér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane

» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMJue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar

» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMMiér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer

» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMSáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour

» orphée et eurydice ― j.
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMJue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour

» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMJue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke

» labyrinth ─ chronologies.
Pequeños Grandes Detalles [Alvar] NXLYMSáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour


<

Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Analeigh Leisser Jue Jul 14, 2011 5:17 pm

Los días en París habían transcurrido con una velocidad asombrosa. Tal vez todo radicaba en el dicho de “la vida de ciudad es más ágil que la del campo” o simplemente en mi falta de costumbre a los horarios establecidos por los locales, pero sin duda alguna desde mi llegada a la capital cada día pasaba a ser un fugaz momento mayormente abarcado en contemplar y conocer cualquier recoveco del que sería mi nuevo hogar.
Fue así que, luego de una larga caminata que finalmente arribe a la conocida Plaza Tertre. Recordando la descripción del lugar que atrevidamente escuché en una charla ajena por parte de unos veteranos hombres en el Burdel días atrás pude localizarme sin problema, deteniéndome ahora para visualizar con más tranquilidad el panorama general de aquel singular espacio.

- La querida plaza Tertre, como pasábamos tardes enteras con mi preciada Amandine, observando a los niños jugar mientras sonreíamos al compartir una manzana, escuchando el sonido que el agua de las fuentes generaba al moverse sin descanso – había mencionado uno de aquellos solitarios caballeros con los ojos algo humedecidos hacia el otro que le acompañaba, tal vez por la melancolía que aquél preciado recuerdo le generaba en el alma, o por el cómico hecho de que ya habían pasado muchas rondas de licor para esa mesa. Cualquiera fuese el caso, yo había prestado atención a aquel dulce paisaje dibujado con palabras, prometiéndome instantáneamente no sacarlo de mi mente hasta conocer el mismo con mis propios ojos.

Finalmente así lo hice, y mientras mis agotados pies tomaban una merecida pausa tras el largo trayecto recorrido, opté por descansar en una banca que se encontraba vacía. Curiosamente la misma parecía no ser muy llamativa pese a estar frente a una hermosa fuente, como si para la numerosa cantidad de personas que por allí transitaba el asiento fuese invisible.
Tan solo unos momentos después de haberme ubicado allí y dejarme llevar en silencio por esa sensación de distención que el fresco lugar impartía de forma única, fue que pude comprender dos cosas; el porqué de la fama de la plaza Tertre y la extraña desolación de la banca donde me situaba.
- ¿Será tan solo porque no tiene agua? – me cuestioné dudosa al captar el factor más obvio al observar la imponente fuente frente a mis ojos, que pese a presentar una arquitectura tan o más maravillosa que otras fuentes en los alrededores, no recibía la atención de nadie. No vislumbre a una persona que haya contemplado siquiera de reojo a la fuente mientras me encontraba allí. Qué pena de aquellos que por la carencia del mero y simple espectáculo acuático no se daban el gusto de descubrir cada detalle labrado en la estructura de aquella fuente.

- Tal vez creen que una fuente sin agua, es algo sin esencia – despojé en voz baja como si no pudiese contener aquello que había cruzado mi mente, liberando luego un suspiro a la par que generaba un extraño movimiento con la cabeza, símbolo de mi resignación ante la ceguez de quienes tal vez residiendo desde hace años en París, no disfrutaban debidamente de todas las sorpresas que la ciudad tenía para brindar.
Tal vez yo lo hacía por arribar desde otro punto totalmente diferente. O porque desde pequeña siempre presté atención a todo pequeño y gran detalle que mis sentidos pudiesen captar. Tal vez todo era porque me encontraba sola y no tenía con quien compartir mi tiempo anulando el entorno.
Me detuve ante el posible agobio de tantas dudas e hice lo que mejor podría hacerse en aquella plaza; descansar tranquilamente observando el paisaje mientras el sol vespertino lentamente comenzaba a matizar todo en tonalidades rojizas y naranjas.


Última edición por Analeigh Leisser el Mar Jul 19, 2011 6:13 pm, editado 1 vez
Analeigh Leisser
Analeigh Leisser

Mensajes : 180
Fecha de inscripción : 28/06/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Invitado Lun Jul 18, 2011 1:53 am

Era el rojo de los cardenales el más encendido que jamás había visto en mi vida. Haber estado siempre viviendo cerca del polo, en la tundra escandinava no me había permitido ver aquellos colores de los que ahora gozaba, más aún al pensar que meses atrás estuve al borde de la muerte, veía todo con ánimos renovados, aunque claro, no había dejado de extrañar aquellos parajes nevados y por supuesto a mis mujeres, a mi madre y hermanas. Venía de las afueras de la ciudad, de estar pintando con pasteles oleáceos los paisajes llenos de color de Francia, y de entre todo, sólo podía pensar en una cosa, que aquel color de las aves era imposible de igualar por más que uno se esmerara.

Aunque podía transportarme en carruaje, pues ahora tengo los medios, mi costumbre de viajero me obligaba a caminar largas distancias, como esta vez, en la que sólo era acompañado de mis material de arte guardados celosamente en un maletín de cuero café.

Cuando me lo disponía podía observar detalles que otros no podían, algunos lo llamaban sensibilidad de artista pero no estoy seguro de ello, pero de lo que sí estoy seguro es de eso, soy pintor, amateur y como fuera, pero esta es mi pasión, también, cuando quería, me abstraigo en mis pensamientos tanto que el mundo podía colapsar y a mí no podría importarme menos, fue eso segundo lo que sucedió en mi trayecto; llevaba pocos días en la ciudad y sabía que no debía agobiarme por buscar a mi amigo o a Eve, que los encontraría, estaba seguro, pero la desesperación me gana a ratos y me siento como león enjaulado, también en parte porque no conozco a nadie, absolutamente a nadie en la ciudad, mucho menos a la gente adinerada a la que recientemente pertenezco, vengo de nada y soy nadie aún, claro que podría valerme del apellido Vermeer, el de mi protector y quien me ha dejado todo lo que tengo ahora, pero no lo haré, me sentiría incómodo y que abuso de su amabilidad aún después de su muerte. Pensando en eso llegué la plaza principal parisina, muy cerca de aquí está el hotel donde me hospedo, comprar una propiedad en esta ciudad es una declaración sin palabras de que mis intenciones son las de quedarme más tiempo del que planeo y por eso no lo hago, quiero regresar a Bruges y llevar a mi madre y hermanas para darles la vida que merecen, sólo después de encontrar lo que vine a buscar, claro está.

Cuando regresé a la realidad después de estar pensando me percato que estoy en medio de la plaza, tengo la extraña capacidad de captar imágenes con marcos y todo, imágenes que parecen dignas de pintarse, niños jugando, soplando pompas de jabón o los pétalos de dientes de león que salvajemente se abren paso entre el empedrado, parejas jóvenes de la mano, las damas con sus sombrillas para taparse el sol como pantallas de lámparas, los caballeros con zapatos lustrosos, ¡ah!, pensar en el deleite de pintar a detalle el brillo de aquel calzado me distrae un momento, las palomas recibiendo migajas de mujeres ancianas sentadas en las bancas y el juego de la luz reflectada por el agua de las fuentes. Giro casi 360 grados y noto una fuente falta de atención, me acerco para apreciar los detalles, que sin agua y sin niños a su alrededor pueden disfrutarse de otro modo, el tono verdusco del musgo en la base y la piedra blanca silenciosa que se yerguen en formas caprichosas, miro la fuente cuando escucho una voz: “Tal vez creen que una fuente sin agua, es algo sin esencia” dijo con claridad y era evidente que se trataba de una mujer.

Me asomé oculto por la columna de la fuente sin agua y al otro lado está una mujer bella contemplando la misma construcción que yo, le sonrío a penas y rodeo la fuente para quedar más cerca, esperando que mi intromisión no le siente mal.

-Pero es que es de este modo que se aprecia su verdadera esencia –le digo y guardo silencio, observo otra vez la fuente, que ahora está a mi lado-, sin adornos, sin estar haciendo lo que se supone que debe hacer –complemento y la miro de nuevo, con el maletín de mis pinturas sostenido con fuerza con una mano.
Anonymous
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Analeigh Leisser Mar Jul 19, 2011 7:54 pm

Me resultaba muy cómico cada vez que me sucedía el observar los rostros de las personas cuando inconscientemente despojaba alguno de mis pensamientos al aire en voz alta, pues los transeúntes que se me cruzaban en ese peculiar instante liberaban en sus caras diferentes sensaciones al escuchar esos vocablos que como objetivo solo tenían el proyectar una opinión egoísta que supuestamente nunca debía salir de mi sistema. Pero a veces si lo hacía; generando en otros tanto gracia, como atención o hasta temor ajeno, pues hablar sola por las calles parecería ser solo acción de alguien fuera de sus cabales.

Y aquél momento en la plaza no sería excepción para mi despistez.
Volví a hacerlo una vez más, lo que pensaba se escapó grácilmente por mis labios y solamente pude darme cuenta de ello cuando mis oídos atendieron a los comentarios proferidos por el alto hombre que contemplaba la seca fuente tal y como yo lo hacía desde la banca donde me situaba disfrutando de la plaza.

- Qué bueno que cuente con el tiempo como para notarlo… – proferí con una leve sonrisa hacia el galante caballero, presintiendo que para ese entonces mis mejillas ya se encontrarían completamente ruborizadas, pues el calor que sentía sobre las mismas solo se daba cuando la vergüenza hacía que la sangre en mi persona se centrara precisamente en mi rostro. Eso solía acontecer sobre todo cuando alguien había notado con atención que a veces dialogaba sola, sin necesidad de compañía alguna.
- Pues los hombres de negocios siempre suelen estar ocupados como para contemplar en detalle las maravillas a su alrededor – adherí seguidamente, con intención de desviar la atención de lo que fue el hablar sola (acción que algunos podrían tomar como síntoma de locura) pasando ahora a depositar en primer plano mi juguetón sentido de la deducción cuan detective amateur, al captar con una fugaz mirada sobre la completa anatomía del hombre el llamativo maletín de cuero que éste portaba consigo, generalmente utilizado por quienes debían cargar consigo papeles importantes que no podían estropearse.

Cerré los ojos por un instante, no deseaba quedar como esas personas que observan a los demás de arriba hacia abajo sin disimulo alguno. Respiré profundo a la par que retraía muy lentamente mis maquillados párpados, posando la mirada nuevamente sobre aquella particular fuente que tanto atrapaba mi atención y que, indirectamente, ahora me había llevado a intercambiar palabras con el presente desconocido. Parecería ser que después de todo la Plaza Tertre es tan especial como la habían descrito.
Analeigh Leisser
Analeigh Leisser

Mensajes : 180
Fecha de inscripción : 28/06/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Invitado Vie Jul 22, 2011 4:26 am

Lo primero que pude notar fue su sorpresa al ver que no estaba sola, su vergüenza tal vez al ser descubierta hablando sola, aunque mi madre siempre decía que si de vez en cuando no llevábamos a cabo dicho ejercicio la locura era una posibilidad, sí, al contrario de la creencia popular mi madre (y por ende yo) creía que hablar sólo era síntoma de cordura. Sonreí de lado algo divertido, pero cuidando mi expresión, no quería lucir como si me estuviera burlando, porque desde luego no estaba llevando a cabo tal cosa. Noté que su atención se dirigió al maletín donde guardaba mi material de arte y luego me decía aquello.

-¿Qué?, yo no… -iba a decir que yo no era un hombre de negocios, pero sí lo era, aunque el motivo de mi neceser era uno totalmente distinto, no concluí la frase y me acerqué dando largas zancadas-. ¿Puedo? –señalé el lugar a su lado, le estaba pidiendo permiso para sentarme, aunque no creí que se fuera a negar, así que lo hice de todos modos, dejé la valija entre mis piernas, me incliné hacía en frente y crucé las manos, apoyando los codos en las rodillas-. –dije como si no tuviera nada que ver –no muchas personas se toman el tiempo –para observar la fuente que por su falta de agua carece de encanto, o para cualquier cosa en general. Desde que había llegado a París había entablado tan pocas conversaciones que sentía que mis habilidades en ese ramo estaban algo atrofiadas, me giré para verla y sonreírle, tampoco quería que creyera que era una especie de loco que deambulaba por ahí hablando incoherencias.

-No toda mi vida he sido hombre de negocios –me encogí de hombros –tal vez ahí radique la diferencia –sonreí y alcé un índice como si fuera a añadir algo crucial, pero no dije nada, tomé el maletín de cuero café y lo coloqué sobre mis piernas, desabroché las dos correas que lo mantenían cerrado y extraje de él el dibujo que estaba haciendo hacía un par de horas nada más, el de los cardenales rojos como nada que pudiera recordar, posados sobre la cerca que rodeaba un sembradío, más allá, como figuras difusas y sin delinear, los campesinos que hacían su labor.

-Mira –le dije extendiendo el trozo de papel grueso de algodón, perfectamente cortado gracias a una pequeña guillotina que encontré en una imprenta local –estos son mis grandes negocios –hablé con un dejo de sarcasmo, esperando ver su reacción.
Anonymous
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Analeigh Leisser Mar Jul 26, 2011 12:42 am

Algo que desde la niñez había mantenido de forma intacta en mi interior, era la facilidad con la que solía ser sorprendida por las creaciones de otros. Por mínimo o sencillo que el trabajo realizado fuese, frente a mis ojos siempre sería merecedor de una admiración tal de la cual no dudaba en comunicar inmediatamente, pues de esa forma sincera y expresiva, también creía que fomentaba a que esa creatividad e imaginación en el artista se hicieran más intensas. Como quien lanza hojas secas al vivo fuego con intención de conseguir un mayor calor.
Esa misma sensación se generó sin dudas en lo más profundo de mi corazón al observar aquel bello paisaje replicado por el educado caballero que a aquellas alturas y tras unos intercambios vocales en cuanto a la belleza de la fuente que nos acompañaba en la plaza, ya se encontraba situado a mi lado en la banca.
- Es… muy bello – proferí casi entrecortada, y no solo por el realismo en tonalidades y formas presentes en aquel papel, sino porque la misma imagen funcionó como un perfecto puñal para abrir una cicatriz y llevarme a los recuerdos más profundos de mi vida.
Aquellos días de infancia en la campiña francesa, cuando pese a todas las complicaciones el Sol brillaba y los cardenales cantaban con tanta fuerza que los ideales de no rendirse y luchar por una vida mejor se afirmaban en mi corazón con mayor pronunciamiento. El deseo de ser querida se hacía más solicitado en esos memorables tiempos con escases de sentimientos para mí, y aquel detallado dibujo me recordó también de porqué mi presencia en París, pese a que la misma ahora se viese un poco difusa por el “empleo” en el que me veía trabajando para poder sobrevivir en la ciudad donde seguramente todos y cada uno de mis sueños yacían esperando por ser alcanzados.

Mantuve la vista fija sobre la obra por unos minutos más. Mis ojos se movían de lado a lado, captando cada detalle, cada relieve que la misma pintura había creado sobre el papel con su peculiar textura. Cada minucioso recoveco de la escena plasmada pareciera ser un misterio a descubrir por mí mirar. Hasta claramente, el momento en que noté haber abarcado demasiado tiempo en contemplar la creación del caballero a mi lado, dejándolo a él en un total segundo plano.
- Un negocio muy colorido, y muy apreciado en París, por los que tienen el tiempo de hacerlo – le comenté al galante artista, haciendo referencia a lo que momentos anteriores nos dio el lugar de estar sociabilizando en ese preciso instante.
Posé la mirada sobre él y sonreí levemente. Por nada del mundo deseaba parecer descortés, así que extendí la mano derecha en su dirección con la palma hacia abajo y procedí a presentarme como cualquier damisela lo haría luego de entablar dialogo con un Monsieur – Analeigh Leisser me llamo, y es un placer vislumbrar vuestro hermoso trabajo – pronuncie como la más refinada y delicada joven de la ciudad, pues pese a mi labor nunca había dejado de lado todo el protocolo adquirido por las enseñanzas familiares.
El Sol lentamente comenzaba a ocultarse, pero ya no me preocupaba su presencia, después de todo en ese momento, ya no me sentía sola en la transitada plaza.
Analeigh Leisser
Analeigh Leisser

Mensajes : 180
Fecha de inscripción : 28/06/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Invitado Mar Jul 26, 2011 9:22 am

Mientras ella observaba aquel sencillo dibujo yo me dediqué a observarla a ella, me gustaba ver las reacciones de la gente cuando veían una obra, no sólo obras mías, sino en general, de ese modo era fácil medir el impacto de una pintura o cualquier otra expresión artística, en la gente. “El momento poético” lo llamaban algunos filósofos, ese momento irrepetible en el que ves algo por primera vez y tu reacción es única, no se vuelve a presentar igual pues una segunda vez ya no es el mismo impacto; me gustó lo que vi en ella, era claro que le había gustado y eso, inevitablemente, me hizo sentir orgulloso. Su expresión era como de ensoñación, como si en la sencilla escena ella pudiera ver más y eso era lo que me gustaba del arte, te podía transportar a un sitio diferente, a un recuerdo que creías olvidado, te puede provocar sensaciones que desconocías o que hacía mucho no experimentabas, y vi todo eso en ella. Sonreí imperceptiblemente.

-Te lo regalo –le dije como respuesta a su halago, era el trabajo de una tarde, el color en las aves especialmente me había costado trabajo, pero no me dolía en absoluto dárselo de ese modo, sin ningún mérito más que el de su aprecio por lo que yo hacía. Solté el lienzo en sus manos, ahora era de ella, confiaba que lo guardaría bien, y quien sabe, si algún día lograba ser reconocido como pintor, iba a tener algo muy valioso entre manos, aunque ahora sólo se tratara del regalo de un desconocido.

-A decir verdad es mi pasatiempo, aunque no descarto la posibilidad de ser profesional algún día –dije como si fuera opción, como si pudiera elegir cuando no era así, no tenía formación en el arte y eso reducía considerablemente mis oportunidades, tal vez mi destino era quedarme como el heredero emergente de Yves Vermeer y cuidar sus caballos brabante por el resto de mis días, era un negocio rentable y me proporcionaba las comodidades de las que carecí toda mi vida, sin embargo, aunque le agradecía al viejo belga haberme sacado de pobre, no era lo que quería para mí.

Tomé su mano escuchando su nombre, besé el dorso de ésta y sonreí.

-Hermoso nombre, Analeigh –dije en primera instancia, tratando de repetir a la perfección la pronunciación de su nombre-, soy Alvar Trentemøller, es un placer –me tocó a mí decir mi nombre, pronuncié fuerte enfatizando mi origen, me gustaba eso, eran claras las diferencias entre el francés y el sueco, y me gustaba remarcar esos puntos que alejaba a ambos idiomas –y muchas gracias por sus palabras, son muy amables –le sonreí sinceramente agradecido, siempre era grato escuchar que alguien más apreciaba lo que hacía.

-¿Cómo es que una dama tan hermosa está sola? –pregunté cerrando una vez más el maletín del que extraje el dibujo, y colocándolo de nueva cuenta entre mis pies y sobre el suelo-, yo hubiera esperado verla del brazo de algún caballero –continué –aunque claro, la situación en la que nos hemos encontrado resulta favorable para mí –mi sonrisa se inclinó hacía un lado y dije eso último con una clara intención de galantería.
Anonymous
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Analeigh Leisser Mar Jul 26, 2011 3:36 pm

No había duda que en el mundo existían personas totalmente diferentes. Humanos que, teniendo tanto en común desde el aspecto físico, religioso, sanguíneo, o de otros tipos pudiesen ser completamente diferentes desde el punto de vista referido a los sentimientos y las expresiones.
Yo particularmente notaba ese diferir con otros a la hora de afrontar la acción de recibir obsequios.
Algunas personas adoran recibir regalos, radicando todo nada más en una mera acumulación material para su vida entregada por atentos conocidos. Por otra parte, están quienes no ven un significado más allá que el del objeto en sí amablemente entregado. Una mera acción protocolaria que no merecía tener más importancia de la debida.
Y entre todas esas reacciones y distintas formas de ser, me encontraba yo, quien veía los obsequios como pequeños tesoros que, quienes nos los entregan desean que cuidemos con gran esmero, para que cada vez que contemplemos los mismos seamos transportados a ese momento tan gentil y dulce que es el regalar algo a otra persona, por la sencilla razón de generar un momento feliz.

- ¡Oh! Muchas gracias… Mi primer obsequio en París – confesé sonriente y halagada por el magnífico obsequio creado por aquel educado caballero, que luego de besar mi mano, me obligó a llevar la misma frente a mis labios con el fin de esconder un poco aquella imparable sonrisa que se había generado a partir de recibir aquel simple trozo de papel que para mi lejano estaba de ser simplemente eso. Tenía una obra de arte en mis manos para resguardar y contemplar cada vez que quisiera ¡Podría sumergirme en ese paisaje de colores llamativos cada vez que lo necesitase! Todas esas ideas y otras más cruzaban fugazmente en mi cabeza, manteniendo el sincero sonreír en mi rostro.

Por otra parte, en su educada presentación, noté como mi acompañante seguramente era extranjero. Su pronunciación era distinta a la escuchada habitualmente por alguien que como lengua materna tenía incorporado en su habla al francés.
¡Y su nombre! Ese era el mayor delator. Jamás había escuchado uno así. Ni hablar de su apellido, el que seguramente no me atrevería a pronunciar por miedo a equivocarme. Los apellidos eran algo muy importante en la época como para darse el gusto de nombrarlos erróneamente ¡Una falta de respeto para toda una familia!

- Si era eso lo que espera ver, gustosamente podría invitarme a un paseo tomada de su brazo – contesté dulcemente en base a lo proferido por el minuciosamente insinuado Alvar en referencia a el porqué mi “particular” soledad en la plaza pese a mi juventud y belleza. Él era atractivo, mis ojos me habían advertido de ello desde el primer instante que le vieron, pero no por ello me lanzaría a contarle a que me dedicaba. Sinceramente no estaba orgullosa de ello, pero tampoco era lo suficientemente hipócrita para negar mi realidad. Sonreí levemente mientras pensaba que para todo hay un momento y tal vez, con Alvar existiría alguno para comentar aquel incomodo detalle.
Arianne me había encomendado a no dejar pasar mucho tiempo para hacerlo con quienes llegase a conocer, sobre todo si se trataba de un hombre. Era bueno marcar el límite tanto para ellos, así como para mí misma.
Ella sabía que estaba sola en la ciudad y que el involucrarme sentimentalmente más de lo debido con otra persona era factible y para nada conveniente en aquella profesión donde la libertad era algo indispensable.
Analeigh Leisser
Analeigh Leisser

Mensajes : 180
Fecha de inscripción : 28/06/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Invitado Jue Jul 28, 2011 8:24 am

No soy muy dado a regalar lo que dibujo, principalmente porque considero que no son regalos lo suficientemente dignos, excepto cuando son retratos de la persona en cuestión, quizá algún día pudiera dibujar a Analeigh, sería estupendo pues sus rasgos se notan suaves, ideales para trazarlos sobre un lienzo; pero en general, los paisajes y las escenas de la cotidianeidad las guardo para mí. ¿Un dibujo de un don nadie?, ¿quién iba a querer eso?, pero esa tarde fue lo único que tenía entre las manos para darle, y al ver su expresión supe que no había sido una mala elección, sonreí al ver como contemplaba la sencilla escena que esa tardé me esmeré en plasmar y luego suspiré mirando al frente, a la fuente sin agua que había iniciado todo.

-Me alegra ser yo el que te diera tu primer obsequio en esta ciudad –me giré para verla con las manos posadas en las rodillas. Cuando dije mi nombre me quedé atento a su reacción, era otra cosa que me gustaba, ver la reacción de los habitantes de la Europa central al decir con tanto orgullo mi origen escandinavo, una pequeña manía que fui adquiriendo en mi viaje hasta llegar aquí, un viaje que se prolongó más de lo que a mí me hubiera gustado.

Sonreí de lado, podía ser yo todo lo galante que me propusiera pero me agradaba toparme con mujeres que entendieran esa intención mía y jugaran un rato, después quien sabe, nadie podía saber qué pasaría luego, volverla a ver o que este fuera un encuentro de una sola vez, nunca me ponía a pensar en el después porque era incierto, era jugar una ruleta rusa, y no me gustaba ese riesgo, me gustaba más la sensación del ahora, disfrutar lo que sucedía en el presente, hábito que se acentúo en Bélgica, después de haber sobrevivido a aquella enfermedad que era una sentencia de muerte, una que jamás llegó. En aquel momento pensaba en el mañana, en que mañana ya no iba a estar aquí y en quién avisaría a mi madre y hermanas de mi deceso, eso era lo que más me angustiaba, mi familia, pero luego mejoré y comprendí que aunque algo parezca seguro, como mi muerte en aquellos días, en realidad no sabemos cómo pinta el mañana.

-Entonces… -me puse de pie y tomé el maletín con mi material de arte, ofrecí mi otra mano –vamos –le dije, dar un paseo, aunque fuera sólo alrededor de esa plaza, después de tomar su mano nos acomodamos de modo que ella caminara de mi brazo, nuestra diferencia de alturas, complexión y hasta tesitura de piel hacían que luciéramos como una pareja envidiable, ella era claramente hermosa y yo, bueno, sé que fui dotado de una afortunada herencia física-. Como te dije, que estuvieras sola ahora juega a mi favor –comente comenzando a caminar.

-Entonces, ¿eres de Francia?, no conozco a mucha gente en esta ciudad –comencé la conversación, era claro que no era de París por lo que había dicho antes, pero me intrigaba su origen, quizá no tenía mucha gente en la ciudad como yo, caminamos mientras nuestros pasos se sincronizaban para avanzar al unísono. Al avanzar las palomas emprendían el vuelo asustadas sin importarles dejar migajas sin comer en suelo, nos alejamos de aquel punto donde ambos nos quedamos mirando una fuente sin agua.

Quién lo diría, que un objeto tan sencillo y hasta falta de encanto para la mayoría iba a representar el punto de convergencia entre ambos. Me alegraba encontrar alguien con quien platicar en una ciudad en la que comenzaba a sentirme solo, sin encontrar a los amigos que vine a buscar, empezando a desesperarme por ese hecho; esto era un respiro que con urgencia necesitaba.
Anonymous
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Analeigh Leisser Jue Jul 28, 2011 7:12 pm

Lo bueno del vivir día a día sin darle mucho lugar a la rutina es que cada nueva jornada podría traer cosas, acciones o sucesos inesperados. Y eran esas sorpresas que sin consciencia de su arribo daban a la vida una bofetada de aire fresco, novedoso, excitante. Yo suponía que vivir así tenía mucha gracia. En contraparte, era mi corazón el que también deseaba que algún futuro las jornadas fuesen algo metódicas, donde el invertir gran tiempo a la familia y disfrutar junto a ellos fuese algo que se diera una y otra vez, sabiendo internamente que jamás me aburría de aquello.
Mientras ese sueño de conformar un núcleo donde el cariño que escaseo en la infancia fuese anulado por toneladas de sentimientos positivos no se daba, prefería abarcar mi tiempo en conocer, en explorar todo lo que estuviese a mi alcance. Y a veces lo que no, también llamaba mi atención.

Finalmente me di cuenta que no era la única “extranjera” en la ciudad. Y sí, aunque fuese tan francesa como lo era París, la campiña del sur era muy distinta en todos los aspectos existentes a la vida de aquella embriagante ciudad que tanto atraía a las personas y que seguramente, había generado el suficiente interés en el galante Alvar para traerlo hasta ella. La idea de que París era una cuna para las artes podía ser otra opción, pero algo en el caballero a mi lado me decía que él no tomaba con tanta seguridad el potencial que poseía como artista.

Sonreí mientras caminábamos ante su comentario de que para su suerte yo me encontraba sola. En mi interior empezaba a sentir que la afortunada en ese instante era yo. Y por unos cuantos motivos.
- Entonces somos dos personas sin conocidos en París, pues yo vengo del otro extremo de Francia y usted Monsieur, parece venir del otro extremo del mundo – comenté serenamente elevando mi cabeza para posar mi mirada sobre su rostro, pues Alvar poseía mucho más que unos pocos centímetros de altura con respecto a mí, pero no quería pasar por alto el darme el gusto de observarlo mientras le dejaba en claro que había captado todos y cada uno de sus detalles para enmarcar que él no era oriundo de la ciudad. Y lejos de ser una desventaja, para mi pasaba a ser algo muy beneficioso, pues podría ser yo misma la dama que gustosamente tomada de su brazo le acompañara a los diferentes y numerosos sitios de la ciudad que seguramente a ambos nos faltaba por conocer.
- Si Arianne se enterase me mata – pronuncié en forma de recordatorio sobre medir y controlar mi aniñado sentir en mi mente, para luego posar fugazmente los ojos sobre mi compañero de paseo nuevamente, asegurándome así el que no se me haya escapado nada en voz alta, como tantas veces me sucedía.

La noche estaba muy cercana y así también mi hora de partir al Burdel, pero mientras tanto me fue inevitable caminar armoniosamente vislumbrando con serenidad todo a mi alrededor. La calidez del brazo del hombre a mi lado que se entremezclaba con la propia de mi mano me hacía entrar en un estado de confusa alegría. Cerré fuertemente los parpados y los volví a abrir bruscamente. No eran tiempos de soñar despierta.
Analeigh Leisser
Analeigh Leisser

Mensajes : 180
Fecha de inscripción : 28/06/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Invitado Lun Ago 01, 2011 11:19 am

Algo tenía París que llamaba a todo aquel que tenía un sueño, o un plan, o que simplemente quería salir de la monotonía, un imán para los aventureros y soñadores; era el sitio en el que se debía estar, o así siempre lo vi, como un santo grial para artistas y pensadores. Quizá si yo me hubiera criado en una ciudad más grande nunca hubiera deseado emprender este largo viaje hasta este sitio, y nunca hubiera conocido a ninguno de los personajes que definieron mi larga y tortuosa travesía, y no estaría aquí, paseando al lado de una mujer tan encantadora y con un halo de misterio que no deja de fascinarme e intrigarme por igual. Esa es la verdad, París es el pretexto para escribir historias como la mía, y como la que seguramente tiene Analeigh y no sé si es correcto preguntar. Este tipo de encuentros, que cada vez me parecen más comunes en esta variopinta urbe, resultarían imposibles en Kuortane, y me hacen creer que el viaje no ha terminado, que aún tengo muchas personas con las cuáles toparme y más de una habrá de marcarme, y que aún tengo caminos que recorrer, cosas que ver y probar.

La miro a mi lado y le sonrío cuando me habla de nuevo, confirmo lo que sus palabras y mis sospechas me hicieron creer, que no es de París, esa es otra cosa que al pasar los días he notado, mucha gente de esta ciudad no es oriunda de aquí, definitivamente es un sitio cosmopolita y lleno de color, no sólo vengo en mi búsqueda, sino que resulta el escenario perfecto para, tal vez, finalmente concretar mi sueño de ser pintor, o al menos intentarlo, las señales son claras, pero también, no debo distraerme, comenzar a soñar en vano, primero es lo primero, encontrar a las personas que vengo buscando, y luego tal vez haya tiempo de soñar despierto. Suelto una risa cuando sugiere que vengo del otro lado del mundo.

-Yo diría que de la orilla del mundo –porque eso parece, después de esas costas congeladas ya no hay nada, se acaba todo, sólo sigue el hielo perpetuo inhabitado-, vengo del Reino de Suecia –continuo y digo con un dejo de orgullo, me gusta recalcar mi acento, pero decir el nombre del sitio de donde vengo es diferente, es dejarlo en claro, y juro que a pesar del dinero que ahora tengo y de lo lejos que estoy, jamás olvidaré de dónde vengo, porque si soy alguien, más allá de esta ropa y esta apariencia, es gracias a mi numerosa familia-. ¿Y tú? –es la pregunta obligada, suspiré y miré al frente, a los rayos del sol que se ocultaban entre las edificaciones, recordando los atardeceres mismos en el pequeño pueblo septentrional donde me crié, tan diferentes y tan iguales.

-Es una suerte, para ambos –valía la pena aclarar –habernos encontrado, no sé usted señorita, pero no tener amigos en la ciudad comienza a pesarme, siempre es bueno tener alguien con quien hablar –la miré de nuevo, una sonrisa de lado adornando mi rostro y mi voz suave y estudiada, como suelo dirigirme a toda aquella dama que me parece hermosa, había dicho aquello con la clara intención de abrir posibilidades para encuentros posteriores a este, esperaba que ella, como yo, encontrara esta idea como una posibilidad real. Para mí era perfecto, no sólo tener alguien con quien hablar, sino poder verla más, contemplar su belleza y gracia, y quién sabe, tal vez dibujarla como lo pensé desde que la vi y se mostró fascinada por el sencillo dibujo de los cardenales sobre la cerca.
Anonymous
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Analeigh Leisser Miér Ago 03, 2011 1:48 am

Suecia… No pude evitar quedarme unos segundos callada plasmando en mi mente como sería la vida cotidiana en ese país tan lejano. Recordé que en uno de los tantos libros que habían sido acompañantes de mis noches en espera de algún cliente, hablaba de que el país nórdico era extremadamente frío y que en ciertas temporadas el Sol no aparecía no por un instante.
Hice un leve gesto de pena cuando pensé como lidiaría mi persona al no ver el cielo iluminado en las mañanas. Ni el atardecer para visitar algún sitio especial como solía hacerlo en París. Esa pena también se entrelazaba a que mi mente asociaba la noche con mi labor, y no estaba orgullosa de ello en absoluto por lo que el rechazo era inminente. Tal vez Alvar rechazara en su interior la idea de vivir bajo el cielo oscuro, pues no cruzaban mi cabeza muchos paisajes que pintar en un ambiente gélido y negruzco. No me atreví a preguntárselo tampoco, sabía que hablar así sobre la nación que tanto demarcaba el caballero de poseer en su sangre podría ser tomada como una ofensa.

- Yo vengo del sur de Francia, de los campos de Montepellier. Un sitio algo más cercano que Suecia - respondí con una leve sonrisa para adornar aquella simple humorada. Me era extraño que por primera vez, yo comentase temas respectivos a mi persona, a mi vida, a mi pasado.
Había nacido con un fantástico don que se hizo notar años después y que simplemente constaba en ser una gran escuchadora. Sí, la gente adoraba platicar conmigo, desahogarse y compartir hasta sus secretos más oscuros, como si transformando sus propias vidas en libros, me daban el permiso de poder leer sus páginas biográficas a mi antojo. Pues en el fondo sabían que no sería capaz de repetir aquello de lo que me enteraba por más beneficioso que fuese para mí. Mi corazón no me permitía hacerlo. En cambio, me daba la posición de aconsejar a la persona de la manera más objetiva posible, con el mero deseo de que quien se había confesado conmigo sintiera la total seguridad de haberse aliviano en pensamientos y emociones con la persona adecuada.

Las palabras del galante Alvar hicieron memoria de dos cosas en mi cabeza. La primera era que pese a mi simpatía para con el resto, no sentía amistad con ninguna de las trabajadoras del Burdel. Y sí, pese a que Arianne me había ayudado a sobrevivir en la ciudad ofreciéndome un puesto en aquella mansión de placeres carnales, en el fondo de mi corazón sabía que ella me estaba sacando provecho. La segunda fue que ya era hora, debía partir pues el llegar me tomaría un tiempo, al que había que sumarle mi alistamiento y ayuda a las demás chicas para estar todas en orden. Esos privilegios de ser “la nueva” a los que me obligué a acostumbrarme.
¿Pero cómo podría decirle a tal dulce y atento caballero que era una prostituta? ¿Y que si deseaba verme nuevamente, podría hacerlo visitándome en el Burdel? No me atrevía, la idea de pensarlo me dejaba estática. Fue por eso que detuve mi andar sin notarlo y quede algo perpleja.
- Así es Monsieur Trentemøller, es bueno que de ahora en más contemos con alguien en nuestras vidas para dialogar tan amenamente – le proferí con serenidad mirándole fijamente a los ojos a la par que dolorosamente me liberaba de su brazo y me posaba ahora frente al mismo, con una distancia mínimamente prudente pensando también en sí había pronunciado lo mejor posible su complejo apellido.
- Fue un placer y si desea verme, podrá hacerlo aquí, solo le pido que no malinterprete la escena por más deducible que parezca – adherí, mientras me inclinaba al tiempo que sacaba una pequeña tarjeta perfumada del oculto bolsillo de mi falda y la dejaba en el suelo.
- Hasta pronto Monsieur, un placer el haberle conocido – finalicé mientras me reincorporaba y salía a paso veloz, casi trotando de la plaza.
Sabía que en aquella tarjeta estaba mi nombre, la dirección del Burdel y mi propia fragancia. Sí Alvar deseaba volver a verme con seguridad aparecería alguna noche en el Burdel. No me animé a observar su reacción, en cierta forma me atemorizaba saberlo de antemano. Di un suspiro recordando la hermosa obra que me fue obsequiada y que ahora añadiría a mis preciados tesoros personales. Luego apure aun más el paso, odiaba llegar tarde a los compromisos por más indeseados que fuesen, dejando finalmente atrás a la Plaza Tertre, dejando atrás al interesante Alvar.
Analeigh Leisser
Analeigh Leisser

Mensajes : 180
Fecha de inscripción : 28/06/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Invitado Vie Ago 05, 2011 2:36 pm

Reí cuando dijo que venía de un sitio un tanto más cercano que el Reino de Suecia, después del largo viaje que hice cualquier cosa me parece más cercana, aquella risa le daba la razón y me pregunté por qué habría dejado la tranquilidad de Montepellier, aunque preguntarle eso era preguntarme a mí mismo por qué había dejado la tranquilidad de Kuortane en pos de un sueño que a la larga no he cumplido, pero eso sí, que me llevó a obtener la repentina fortuna y la seguridad que me faltaba para poder finalmente llegar a París. Suspiré mientras seguíamos caminando pensando que no importaba la distancia en kilómetros o millas, lejos del hogar éste se siente como al otro lado del mundo, o al menos así lo siento yo, extrañando a mi madre y hermanas, aunque muy pronto espero encontrarlas en Bruges, ciudad que se ha convertido en mi pequeña y personal fortaleza.

Tomé su mano, la que iba prendada a mi brazo y le sonreí asintiendo.

-Cuando quiera señorita Analeigh, cuando quiera hablar estoy a su servicio –dije con voz firme pero suave, como la que se usaría con las aves para generar confianza y no asustarlas, porque de pronto la dama a mi lado eso me pareció, un ave hermosa a la que no quiero asustar, iba a agregar algo cuando de pronto se deslindó del agarre y no supe qué estaba pasando, escuchar mi apellido con aquel acento me descolocó aún más, quise sonreír ante la dulzura de ese acto pero estaba demasiado consternado como para hacerlo, y de pronto comenzó a despedirse.

¿Pero por qué?, ¿qué acaso no disfrutaba mi compañía como yo la de ella?, esa pregunta fue rápidamente contestada cuando me entregó una pequeña tarjeta con sus datos y una dirección, algo que yo tomé como una señal de que sí consideraba volverme a ver y mis inseguridades se vieron extinguidas. Quería yo decirle algo pero no me dio tiempo, me quedé observando la tarjeta y cuando alcé la mirada ella ya se alejaba con paso apresurado, sin voltear atrás.

La miré alejarse por unos segundos y guardé la tarjeta con minucioso esmero en el maletín de mi material de arte, sin entender del todo aún qué acababa de pasar, aunque de una cosa estuve seguro, iría a buscarla, y pronto, no sé por qué, porque me había gustado conversar con ella aunque nuestro tiempo juntos fue breve, tal vez por eso.

Resignado di media vuelta y comencé a caminar en dirección contraria, una vez que nos volviéramos a encontrar disiparía mis dudas sobre su repentina partida.

TEMA TERMINADO
Anonymous
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Pequeños Grandes Detalles [Alvar] Empty Re: Pequeños Grandes Detalles [Alvar]

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.