Il Gatto, Il Lupo e Il Drago [Privado Sybelle]

por **Gianella Massone** Vie Jul 15, 2011 9:51 pm

- Sybelle...¿cuánto falta?...ya me estoy cansando de usar este paño...

Gianella parecía una niña pequeña al lado de la única persona que era capaz de hacer que se viera como tal, la única persona que era capaz de domar a la bestia italiana; la única persona que la ojiazul realmente quería, llegando al punto de ser la única persona a quien entregaría su cuerpo con verdadero amor y cariño. - ¿No sería más sencillo que me dijeses hacia dónde es y te llevo en brazos? - Preguntó otra vez levemente molesta, aunque con Sybelle no podía molestarse, y mucho menos por una cosa tan trivial como aquella. Sí, habían vuelto a verse tras muchísimos años, décadas incluso en que una pensaba que la otra había caído bajo las garras de la muerte, y ya habían tenido sus conflictos a causa de los celos enfermizos y la personalidad tan antisocial y al mismo tiempo posesiva de la italiana, pero afortunadamente todo se había arreglado, y podía verse a leguas que su lazo afectivo se había hecho muchísimo más fuerte, y que nada lo rompería.

Ahora estaban en el bosque tras un largo trayecto que se había iniciado en su lugar de encuentro esa noche en la ciudad, y al llegar a una zona específica la cambiaformas tuvo la idea de privarle a Gianella de su sentido de la vista. ¿Por qué? Sabía que iban a un lugar relacionado con el grupo de personas que Sybelle frecuentaba hace ya bastante tiempo, o al menos eso había podido deducir de sus conversaciones, pero...¿a dónde iban exactamente? Confiaba plenamente en su amada en que no habría nada "malo" al llegar...pero tanta incertidumbre empezaba a exasperarle. Parecían de esas sorpresas de cumpleaños que vivió en su niñez, pero sin pasteles y sin más acompañantes que la persona que más amaba y más le amaba.

- Anda, dime...- insistió casi sin intención aunque sin dejar de caminar, cual infante que está aburrido de un largo viaje.

por **Mina Wayne** Mar Ago 02, 2011 10:56 pm

Una sonrisa silenciosa apareció en mis labios mientras la tomaba de los hombros para hacerla caminar por un sendero seguro del bosque, pese a que escuchaba todas sus quejas y gruñidos no le respondí a ninguno, preferí omitir todo sonido mas que el de nuestros pasos, el cantar de los pájaros y la música suave que creaba el agua al caer... por encima de su hombro verificaba el camino y la obligue a detenerse cuando ya estábamos aun lado del rió.... si le quitaba la venda podría ver la hermosa cascada que teníamos en frente a apenas unos cuantos metros, sin embargo no le deje apreciar dicho espectáculo... caminando a su alrededor la rodee hasta quedar frente a ella y me incline a acercarme a su oído donde reí en tono quedo.

--- ¿ Confías en mi? --- Pregunte con curiosidad, tomándola de las manos para guiarla por el camino y luego hacerla subir a unas rocas que nos facilitarían el acceso, pasando por un escondrijo la hice caminar detrás de la cascada donde un roció nos cayo a ambas y ya estando dentro de la cueva le solté las manos para dar un paso atrás ---. Puedes quitarte la venda --- comente manteniendo una sonrisa atenta... --- Bienvenida a la Casa de la Noche, Amor.

por **Gianella Massone** Jue Ago 04, 2011 10:38 pm

No había respuesta de parte de Sybelle y eso tensaba e intrigaba aún más a Gianella. Quería saber sí o sí a dónde se dirigían, y el hecho de que le tomara los hombros y la siguiera guiando le obligó a usar más que nunca sus sentidos. Escuchó agua, olfateó pasto y naturaleza; y por supuesto la esencia maravillosa de la persona maravillosa que estaba detrás de ella. Se detuvieron, y la vendada ojiazul pudo notar los pasos de Sybelle alrededor suyo (suponiendo aquello por la cercanía) y su risa sumada a su respiración tan cercana le produjo un escalofrío y un sonrojo que rápidamente se ocultó bajo la venda.

- Por supuesto...¿por qué preguntas eso?...Es obvio que sí... - respondió mientras sentía las suaves manos de la cambiaformas felina manejarla como si fuera una muñeca de trapo, pero se tensó mucho al sentir el agua caerle, incluso arqueando un poco la espalda como si ella fuera la felina y no su acompañante. Cuando le dijeron que podía hacerlo se quitó la venda lo hizo casi arrancándosela de un tirón y se quedó contemplando el lugar con Sybelle a sus espaldas. - La Casa de la Noche...¿eh? ¿Aquí es donde vienes a menudo? - preguntó quizás con un toque de obviedad, pero ya era hora de ir atando los hilos y encadenando las distintas situaciones para tener una comprensión global del asunto. Dio unos pasos hacia adelante a la vez que utilizaba su olfato y cerró los ojos fuertemente por la mezcla de olores a su gusto asquerosa. Vampiros, humanos...y él. - Agh...¿compartes con él aquí?...- preguntó ahora volteándose para verla con una mano sobre la dueña de ese privilegiado olfato que lamentablemente para ella le hizo distinguir aquel olor tan desagradable; el olor de un lobo de apellido Trudeau.

por **Mina Wayne** Sáb Oct 01, 2011 3:11 pm

El lugar al que habíamos entrado era el interior de una cueva ordinaria, un túnel angosto (pero lo suficiente grande para estar de pie dentro de el sin ningún problema) de húmedas rocas aparentemente peligrosas, la luz apenas se filtraba por la capa de agua que caía en la entrada. Me agradaba mucho lo intimo del lugar... y el sonido lejano de los pájaros junto con el susurro del agua al caer eran relajantes... una antesala al mundo de excesos, intriga y lujo que estaba en el interior.

Agradecía mucho habérselo contado a Gianella y tenerla ahí. Sonreí al momento de verla arrancarse la venda y analizar el lugar, pero el gesto se borro ligeramente a la mención de Darcy. Como comenzaba a odiar que siempre acabáramos en lo mismo... reprimí un suspiro y negué con la cabeza. El no estaba en la casa de la noche, pero su presencia había dejado un rastro de sus antiguos paseos.

--- Todos los integrantes de la hermandad compartimos el lugar, algunos solo visitan.... otros viven aquí...--- Me acerque a ella y tome sus manos, apretándolas un poco y acercándola a mi de un jalón ligero --- ¿Aun quieres entrar?

Busque su mirada, esperando que entendiera que no solamente me referia a entrar a la casa.

por **Gianella Massone** Lun Oct 03, 2011 4:02 pm

La explicación que Sybelle le daba parecía más que coherente, más que sencilla y completamente creíble. Eso conformaría a cualquier persona...pero no a ella. Sentía desconfianza a partir de todo lo que sucedía, y en el fondo todo era por el más grande de sus temores: perderla. Sabía que habían tenido actitudes raras con Darcy, y que su mala disposición frente a él y a prácticamente al resto de las personas que compartían con su cambiaformas no era algo correcto.

Pero se podía justificar en su instinto, en su posesivo y celoso instinto. Ese mismo que le hizo apegar a su amada a su cuerpo y sonreírle con holgura, aventurándose a darle un beso en la mejilla y un posterior mordisco seductor en la oreja. - Por supuesto que quiero entrar...quiero que me enseñes toda la Casa de la Noche. - respondió dándole otro beso, esta vez abajo del oído. Cómo disfrutaba tener esa adorada piel tan cerca...

- Guíame, Sybelle. Te seguiré donde sea. - concluyó con una sonrisa sincera.

por **Mina Wayne** Dom Dic 04, 2011 12:08 am

Se erizo de pies a cabeza, como jovenzuela de quince años enamorada y de haber sido un gato en ese momento, seguramente hubiese ronroneado feliz de tenerla a mi lado. Estar con Gianella era una sensación.... de otro mundo. Siempre había sido así, justo en el momento en que me la encontré en los bosques de Auvernia cuando aun era una jovencita, casi una niña!.... aunque no habíamos cruzado ninguna palabra ni contacto, aun entonces me había transportado. Era su mirada oscura, su olor de bosque, lucha, sacrificio y pasión, su tacto dulce y agresivo... todo mezclado y confuso! creaban en mi un amor tan agudo que dolía. Y tanta era la agonía que podía provocar, como también la dicha mas sublime.

Aun asi con todo nuestro ir y venir tormentoso y fascinante, aun asi... justo en ese momento teniamos un poco de paz. ¿Un poco para sorprenderse, verdad? pero asi lo era... incluso aquellos seres de la noche, podiamos recibir luz de vez en cuando. Me acerque a Gianella y bese la punta de su nariz, luego me aparte lentamente y bese sus manos... senti su tension ¿que estaria pensando?, sonrei para tranquilizarla y luego me acerque a la entrada.

--- Debes jurar ser fiel a los secretos de esta morada... sino por ella, por mi, si? --- Asegure, esperando que con mi mano aferrada a las suyas, los efectos de la magia de la casa de la noche no la hicieran perderse en ilusiones. Toque con el pie la roca que hacia el falso y la puerta oculta tras de mi se abrio, tire de Gianella al interior, caminando de espaldas y con mi atencion puesta en su rostro para saber si veia el interior y solo cuando estuvimos dentro me lance a abrazarla a su cuello y estrecharla contra mi... dios! como me gustaba tenerla cerca y a mi lado. De verdad que solo podia ser pecado,una felicidad asi! --- Te gusta? --- le pregunte, deseando que el efecto funcionara ---. Yo decore el lugar

por **Gianella Massone** Vie Dic 16, 2011 9:48 pm

Aquel besito le trajo al rostro una leve mueca de reproche infantil, de esas que usa un niño cuando le niegan un capricho y está por iniciar una pataleta, junto con un rubor en las mejillas que la hizo ver por unos segundos como una persona totalmente distinta a la que mostraba ante los demás: aniñada e ingenua. No le gustaba verse así, aún con su amada frente a frente, y por eso fue que se tensó un poco, moviendo la cabeza rápidamente en horizontal para hacer desaparecer aquel sonrojo. Sybelle pareció notarlo, así que besó sus manos para luego empezar a tirar de ellas con aparente rumbo desconocido. – Sí, lo juro. No hay problema alguno con eso. El secreto está a salvo conmigo – respondió y casi en el mismo momento en que terminaba de “prestar juramento” una extraña sensación se apoderó de su cuerpo por unos segundos, que le obligó a cerrar los ojos y emitir un leve gruñido de incomodidad, el cual desapareció en cuanto abrió los ojos y notó ya la edificación propiamente tal, con el toque de decoración que sólo la cambiaformas sabía y podía hacer, y que era reconocido tan o más claramente que su propia esencia, esa esencia que podía sentir a kilómetros de distancia entremezclada con mil y un olores y que reconocería igual.

La italiana la recibió con los brazos abiertos y la apegó más a su cuerpo cogiéndola de la cintura, sonriéndole ampliamente por aquella cercanía entre ambas, esa bendita cercanía que hacía que sus hormonas y sus instintos se volvieran locos.- Todo lo que hagas tú me gusta…-dijo con un doble sentido medio falso – Quiero un tour guiado…completo. – susurró en su oreja y luego la lamió, riendo malvada y melosa a la vez.

por **Mina Wayne** Vie Dic 23, 2011 5:27 am

Los músculos de Gianella se erizaron y tensaron apenas comencé a cubrirle de mimos. Siempre era lo mismo, mi pobre lobita estaba demasiado acostumbrada a la hostilidad de las personas que le costaba asimilar o tomar por bueno cualquier clase de cercanía. ¿El confiar? Ufff, mas fácil era que un ratón me compartiera de su migaja de pan recién robada. Y yo no podía evitar ser tan empalagosa, asi era yo, me gustaba demostrar mi cariño y que me lo demostraran. Además existía otra razón por la que me empeñaba en ser tan dulce… real, realmente quería que Gianella se diera cuenta que no había porque pelearse con el mundo, que no todos éramos malos. Que no todo era miseria… creía que si bien podía darse cuenta que al menos entre tantos problemas existía el amor, y eso lo compensaba todo.

Me emocione demasiado cuando la vi reconocer el lugar, había funcionado!! Oficialmente era un dragón azul! y no tardo en demostrar sus inclinaciones a ser un dragón de fuego cuando me tomo sorpresiva entre sus brazos en plan alburero, sonreí felinamente y tome su rostro entre sus manos para plantarle un tremendo beso que exigía toda su atención. Estábamos en media sala, estaba mal… cualquier persona podía pasar! Sin embargo era mi labio el que mordía en el ajeno pidiendo acceso. Mi mano se deslizo a su nuca y le atrajo más, hasta que mi cuerpo reclamo oxigeno y tome que darle su oportunidad. Me reí feliz.

--- ¿Quieres ir primero a la cocina? Debes tener hambre…

por **Gianella Massone** Miér Ene 04, 2012 9:05 pm

¿Qué había hecho ella para merecer semejante mujer entre sus brazos? ¿Qué había hecho para saborear aquellos labios en un beso tan pasional como romántico? No tenía idea, y mucho menos quería averiguarlo en ese momento en que sus labios se juntaron de manera tal que parecían estar hechos para estar juntos. Aquella mordida encendió la chispa de la pasión licantrópica que residía en ella y le hizo abrir la boca cual compuerta para dejarle saborear sus labios con toda libertad, habiendo ladeado la cabeza y apretado el contacto entre sus cuerpos para extraer de aquel simple contacto el mayor de los disfrutes que una persona podía conseguir: el estar con la persona amada. La mano felina en la nuca simplemente contribuyó a aquella pasión ya presente y creciente, intensificando aquel intercambio hasta tal punto que el aire no existía entre ambas, obligándoles a una separación que Gianella no quería, pero que finalmente ocurrió. La loba suspiró relamiéndose los labios frente a ella cual predador que observa a su presa y asintió con la vista fija en aquellas piezas del rostro ajeno, tan hipnóticas como la primera vez que la había visto en los bosques de Auvernia.

- Hace mucho no que pruebo tu comida…- comentó con una mano en el estómago, acariciándose el musculoso abdomen bajo la camisa. - *Aunque me gustaría probar otra cosa de ti…* - se respondió mentalmente, con una sonrisa ladina llena de intenciones que era capaz de concretar en esa cocina, en una pared, o donde fuese.

por **Mina Wayne** Sáb Ene 14, 2012 5:47 pm

Ladee la cabeza observando la sonrisa natural en los labios de Gianella y su mano acariciando su vientre. Quizas su aspecto no parecia indicar ninguna carencia o necesidad, pero yo la conocia muy bien, seguramente no habia comido en todo el dia, o ni siquiera dormido. Siempre habia sido una descuidada para consigo misma pues consideraba mas importante el deber de ayudar a los mas necesitados... muchas veces la regañe por ese desden asi misma, pero a estas alturas y viendo la inutilidad de mis quejas, comence a ser yo misma quien la incitara en acciones a recordar que ella tambien necesitaba comer y dormir. Asenti varias veces y me fije en el lugar, por mis sentidos notaba que la cocina ya estaba vacia y quienes se encontraban en la hermandad a estas horas seguro dormian o trabajaban en sus despaches, podriamos tener un poco de privacidad, lo cual era agradable.

--- Bien! la verdad es que no he cocinado nada yo, pero las cocineras han hecho una ternera que dicen ellas sabe muy bien, se que a ti te gustan esas cosas asi que puedo servirte un poco, ven... --- Tome su mano y caminando rumbo a la cocina la arrastre tras de mi. Con una sonrisa alegre de poder atenderla bese su nariz y la empuja para sentarse en una banca frente a la mesa mientras yo me acercaba a los recipientes y calderos. El olor a carne me provoco un mareo y una ligera desconformidad, pero nada de lo que no estuviera ya acostumbrada---. Comeremos un poco y luego comenzara el tour ¿esta bien?

por **Gianella Massone** Dom Ene 22, 2012 1:38 pm

Gianella no podía pedir nada más en ese instante. Se sentía increíble a pesar de la molesta mezcla de aromas que su olfato podía percibir de forma inconciente casi, ya que la prioridad de todos sus sentidos era aquella mujer que había roto aquella muralla de acero que protegía su corazón ardiente y justiciero a punta de cariño, y por sobretodo, a punta de aceptación. Desde que se había marchado de Italia que ya no tenía el respeto de nadie, ni siquiera de sus antes amigos y ahora enemigos, y había actuado siempre a modo de espejo por ello, perdiendo el respeto por todo lo establecido y por todo quien le mirase de manera extraña, que para Gianella eran prácticamente todos los humanos y sobrenaturales que veía pasar ante sus ojos. Sin embargo, Sybelle con su amabilidad y su ternura habían logrado lo imposible: poner a aquella loba aparentemente indomable a los pies de un felino encantador como lo era ella. Esos ojos, esa sonrisa; su voz, sus caricias, sus besos...adoraba todo de ella. Y eso le hizo mantener una sonrisa embobada mientras la cambiaformas le mencionaba la comida que iba a degustar, y que no iba a preparar ella precisamente.

La mano que atrapó la suya le espabiló de tantos pensamientos enamoradizos, realmente poco comunes en alguien como Gianella, y algo torpe le siguió el paso hacia la cocina; terminando por desmoronarse su rostro con aquel beso en la nariz que la dejó con un rostro tan indefenso como gato de espaldas, y sonrojado como si la hubiera visto desnuda. En base a ese momento de debilidad no opuso resistencia y terminó sentada en una banca, mirando cómo su pareja empezaba a preparar lo que ambas comerían. La loba italiana sonrió ampliamente de un momento a otro.

Como si estuviera a punto de robar una manzana en el mercado ambulante, acechó con sigilo, apenas perceptible para un humano, aunque no sabía si Sybelle podría reconocerle con lo concentrada que estaba lavando verduras. De todas formas, le daba igual lo que estuviera haciendo; lo que importaba era lo que iba a hacer, y cómo iba a reaccionar cuando la ojiazul le tomó de la cintura por detrás, y besó su hombro lentamente, iniciando un camino de caricias con su boca paseando por su cuello hasta su oído, el cual mordisqueó delicadamente, pero de forma provocativa suficiente. - Espero que no te moleste...que quiera un aperitivo primero...-comentó y los colmillos se hicieron notar por mero instinto, centrando sus caricias con labios y lengua en el lóbulo de la oreja del amor de su vida.

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