Traspasando los límites [Libre]

por **Elora Soulacroix** Jue Jul 01, 2010 4:08 am

“La mayoría de los padres advierten a sus pequeñas criaturas que no se acerquen al bosque, que podrían perderse, caerse o quizás algo peor aunque lo que no saben es que esa cosa peor se asustaría del niño…”

Elora sonrió suavemente pensando en aquello a medida que descendía una superficie con caída, sus pasos saltaban y pasaban por encima cualquier obstáculo que pudiese encontrar ya fuese bien un árbol caído, alguna planta con aspecto un tanto raro, algún animal muerto e incluso troncos de árboles caídos ya que todo aquello no la impedía disfrutar de su tiempo libre aunque quizás ella lo denominaría de otra manera si se le preguntase.

Las manos de la mujer ,de cabellos castaños y demasiado oscuros, se deslizaron a la tela de vestido de color borgoña y lo alzaron lo suficiente como para que no se enredasen con las ramas, matorrales y demás hierba que rondaba sus pies…no le costó mucho decidirse con qué hacer con aquella tela y pronto hizo un nudo en un lateral como si se tratase de una campesina que se acomodaba los ropajes para coger mejor el trigo. Claro que, una campesina no llevaba un vestido color esmeralda de seda puesto ni tampoco estaría tan sucio cómo el de ella puesto que parecía que se había caido a un pozo, se había vuelto a caer y por último un perro la había seguido y destrozado los bajos del vestido…vamos que le faltaban porciones de vestido y tenía bastantes manchas de tierra eso sin mencionar los roces verdes de la hierba.

En lo que respectaba a su cabello este no eren tan desastre quizás por que se acomodaba a todo, no estaba recogido ni tampoco manchado es más se deslizaba por sus hombros y parte de espalda libremente moldeándose a los cambios que la mujer, o no tan mujer en apariencia, quería. De acuerdo, no era demasiado normal verla allí con aquel aspecto pero es que tampoco ella era demasiado obvia pero todo venía de la noche anterior…

[…]

La noche anterior a eso de las diez de la noche más o menos; la “señorita” Elora estaba en el salón central de la casa de su marido – el cual siempre estaba viajando, nunca residía en casa por lo tanto el contacto con ella era nulo- se encontraba rodeada por toda clase de modistas que se empañaban en apretarle con insistencia el vestido borgoña, otras se dedicaban en buscar las joyas y guantes perfectos y la gran mayoría sólo se dedicaba a gritarle qué debía y qué no siempre añadiendo que era uno de sus muchos deberes el acudir a los festejos que estaban invitados, que ella debía cumplir.

Todo aquello no lo aguantaba Elora así que con sutileza, suavidad y una amarga sonrisa se giró hacia las mujeres y les mencionó unas palabras de alivio añadiendo que necesitaba subir a la planta inferior para coger unos guantes que le vendrían perfectos para aquel conjunto y así se acabarían tantas tertulias. Ellas se lo creyeron y se retiraron hacia un lado dejándola pasar, observándola subir las escaleras en dirección a la primera planta.

-Uff...-Suspiró Elora subiendo lentamente cada uno de los escalones pero cuando sus pasos ya subieron más de cinco escalones comenzó a correr tirando del vestido con ella; no tardó demasiado en subir a su habitación, cerrar la puerta con llave y comenzar lo que sería su intento de escapar. Así con presteza y agilidad que caracterizaba a suraza sólo tuvo que descender por la ventana de su habitación sin reparar en cambiarse, sencillamente huyó tal cual estaba no tardando demasiado en adentrarse en el bosque.

[…]

Aquello fue lo ocurrido la noche anterior y ahora mismo eran las nueve de la mañana más o menos, según había podido intuir por la posición del sol el cual se asomaba vagamente como sino quisiese salir, como si aún desease reposar un rato más.

Elora, cansada de tanto caminar decidió dejarse caer de culo sobre la hierba y observó sus pies quedándose parada al ver que los zapatos estaban destrozados eso sin mencionar que le dolían los pies y tantisima tela le daba calor así pues no se le ocurrió mejor idea que coger los zapatos y quitárselos tirándolos fuera de su alcance junto con toda la parafernalia que eran las calcetas y demás que la molestaba…

-¡Ahora iré a por vos!- Gritó al ver los zapatos volar riendo por lo bajo al pensar que los había tratado como si fuesen una persona en su conjunto. Por otro lado, aún tardaría un poco en levantarse y seguramente ni los cogería.

por **Arek Monteviour** Vie Jul 02, 2010 2:44 pm

En alguna ocasión, en un tiempo predeterminado, una noche obscura, bajo la tormenta de un Dios furioso. Leí uno de los pergaminos más importantes que se pudo haber cruzado en mi camino, magia antigua inclusive más de lo que pudiese imaginar. Aquellos textos contenían palabras ajenas a todo lo que conozco, aún cuando se trataba de aquel lenguaje de brujos "El Latín" No podía descifrar con exactitud el código con el que estaban escritos, según mi experiencia y a través de los años en los que estube vagando sin rumbo conociendo nuevas ciudades, nuevas personas, nuevos y extraños rituales, juraría que aquel pergamino se encontraba escrito en Hebreo, para mi desgracia, no aprendí esa langua y hasta el momento no me había encontrado a nadie que me pudiese enseñar ese tipo de lengua, además de que sería bastante extraño el que un joven como yo quisiese conocer otro idioma y por mucho una lengua muerta.

De lo poco que pudo leer a estas alturas de aquel pedazo de papel, se trata de un ritual en el bosque, un ritual que incluirá los cuatro elementos para estén a dispocisión del brujo para cuando los necesite. Sin pensarlo dos veces me dirigí hasta las cercanías del bosque, una vez allí, me quede estático observando la infinidad de este. Analicé mis ropas, si no eran bastante acordes para ir a una expedición pero se trataba de lo mejor que tenía, una camisa blanca con manchas por todas partes, un par de pantalones color café y los zapatos más feos que pudiese haber imaginado. El papelito descanzaba adentro de mi camiza pegado a mi pecho, los tirantes del pantalón, impedían que estos se me cayecen en cualquier momento, reacomode la gorra de paje que traía encima de la cabeza y me encaminé hasta las profundidades del bosque.

Un olor a pino recorrió todo mi sistema respiratorio, la combinación de ese tipo de árboles junto a la tierra mojada era algo verdaderamente espectacular, adoro los días de lluvia, me gusta muhco el aroma que trae consigo ese tipo de sucesos, las tormentas siempre me han gustado desde pequeño y aunque mi padre decía que era extraño nunca deje de sentirme apasionado por esos acontecimientos de la naturaleza.

Debajo de mis pies yacían ramas por doquier, raíces de aquella variedad de pinos, la humedad en estos lugares se conserva esplendida, pues en una hoja de un árbol cualquiera descanzaba una gota de agua, la cual por curiosidad tome, sentí lo frío de su composición, pero el calor de lo que representa. Sé que soy un brujo obscuro que debería estar entrometido en un cementerio a media noche haciendo un conjuro para el demonio, pero eso es solo la mita de todo lo que me conforma, el elixir de aquella gota me hizo renacer, estaba en una completa tranquilidad a mi alrededor, mientras escrutaba los sonidos del bosque, el silencio que guarda inquietamente los secretos de la naturaleza, hasta que me encontré interrumpido por un zapataso que por poco me golpea...

Me asomé por encima de un matorral que cubría mi cuerpo y para mi sorpresa una Dama se encontraba del otro lado, no tenía aspecto de ser una Lady, pues estaba completamente desaliñada, sucia y con los atavíos más desgarrados que haya visto, incluso más rotos que los propios. Suspiré sacudiendo la cabeza negando mi suerte ¿Qué hacía una doncella en un bosque como aquel? Era tremendamente temprano para algunos y seguramente debería estar haciendo otras cosas que nada tienen que ver con el bosque pero eso ¿En verdad me importa?

- Espere, mejor salgo de aquí antes de que intente hacerme algún mal - Comenté saliendo con los brazos a la altura de mi pecho en una señal de rendición tras escuchar su melodiosa voz diciendo que iría tras ¿mí? ¿Cómo supo que me enconraba allí? Quizá solo me estaba haciendo tontas ideas en la cabeza y aquello no lo dijo por mí si no por alguien más pero a ¿Quién?

por **Elora Soulacroix** Vie Jul 02, 2010 3:14 pm

Sus labios cogieron una pequeña bocanada de aire notando como este se deslizaba por el interior de sus pulmones y su pecho se hinchaba libremente y esto era debido a que el corsé tenía bastantes de las cuerdas destrozadas incluso parecía imposible que se sujetase a su torso por algunas de las cuerdas marroneas pero a fin de cuentas era así. A su vez sus manos se delizaron por la hierba atrapando entre sus dedos una húmeda margarita y colocándola en uno de sus cabellos manteniéndose apoyada en la oreja… Ciertamente sus pensamientos se mantuvieron distraídos en su totalidad, ni siquiera reparó en el olor a humano que desprendía Arek y eso que uno de los puntos fuertes de las personas de su raza era el olfato.

Así con la tranquilidad que la caracterizaba, Elora se levantó suavemente de la hierba sacudiéndose suavemente aunque realmente era indiferente pues el vestido tenía más hierba, tierra y faltas de tela que lo único que serviría sería para tirarlo en cuanto volviese a la residencia de su marido; sí porque estaba casada pero él no pasaba tiempo en casa es más parecía la perfecta viuda pero aquello era otra historia así que más valía dejarla completamente enterrada en lo más hondo de sus “humanos” recuerdos.

La mujer reparó en ir a buscar sus zapatos pero una voz la interrumpió, una voz masculina lo que conllevó a que alzase suavemente el rostro y buscase los labios que entonaban aquella melodiosa voz: poco le costó encontrar la figura de Arek y una suave sonrisa de dibujó en sus labios a medida que avanzaba hacia él, con las manos ligeramente alzadas como si temiese caerse.

-¡Disculpe señor!- No tenía pinta de ser un hombre de alta clase así que quizás lo de “señor” sobraba pero ciertamente eso la reconfortaba ya que ser reconocida así por la alta sociedad podría ser vergonzoso y peliagudo.- ¡Disculpadme! ¡Mis zapatos salieron volando, yo les prometí que iría a por ellos pero…! Se me olvidó.-Admitió parándose cerca de él y mordiéndose el labio inferior por pura manía.

La mirada de tonalidad esmeralda observó ligeramente los ojos del hombre al igual que su contorno y pronto su cabeza se inclinó efímeramente demostrando así que tenía algún tipo de modales, en el fondo eran bastante refinados pero quien la pudiese ver creería lo contrario.- Elora Soulacroix.- Se presentó pasándose una mano por los cabellos sin hacer que la margarita cayese.

por **Arek Monteviour** Vie Jul 02, 2010 6:43 pm

Mi cabeza estaba hecha una maraña de distintas sensaciones, por un lado estaba el trágico motivo por el cual me encontraba allí, y por el otro dudas incrementándose con el pasar de los segundos mientras divisaba con mis ojos la silueta femenina de aquella mujer. Debajo de toda esa carcaza, sucia y desgastada puedo jurar que se encontraba una delicada rosa de primavera.

Una margarita prendía de sus cabellos obscuros, el adorno le quedaba perfecto a no ser por los sobrantes de lodo, tierra, polvo y demás cosas que seguramente con el atravesar los bosques se le habían impregnado en su piel y ropajes. El ceño de mi persona se frunció ligeramente al encontrar una belleza más alla de lo que la desaliñada mujer aparentaba, sacudí la cabeza para sacar ese par de pensamientos voraginosos. Arque una ceja al escuchar sus palabras explicando con esa libertad lo ocurrido con sus zapatos, les dedique una mirada analítica a cada uno de ellos. También pude darme cuenta que se había quedado analisando mi rostro, solo Dios sabe que yo también hubiese hecho eso de no ser por que estaba concentrado en otro tipo de cosas, aunque cuando paso su mano por su cabello y al pronunciar su nombre me deje enredar en su persona.

- Arek Monteviour, pero me pregunto ¿Cómo es que un par de pillos como aquellos - Señalo los zapatos que se encuentran en el suelo aún - pueden salir volando de sus adorables pies? - Arqueo la ceja hasta llegar a lo inverosimil, con una mueca en el rostro de no tragarmenada de lo que ella esta diciendo, sé que no soy la clase de chico que la gente espera encontrar por las calles, mucho menos el tipo de hombre que se puede entrometer en los asuntos del bosque.

- Disculpe si no soy bastante convencional pero ¡¿A quién engaño?¡ creo que es aquí donde yo debo ir por mis modales que al igual que sus zapatos salieron volando hace un par de años y aún no los alcanzo... Lo siento - Musito realmente sin sentirlo, una vez que la chica de nombre Elora se acerca hasta mí me doy cuenta de lo costosas que se ven las tiras de tela que trae consigo como vestido lo cual me indica que probablemente se trata de alguna desafortunada criatura perdida por el bosque, una mujer que sobrevivió a pesadilla, si es que pueden llamarseles así a las despariciones que en ocasiones inundan París.

por **Elora Soulacroix** Sáb Jul 03, 2010 5:17 am

La figura femenina se movía con gracia por aquel paraje cómo si estuviese acostumbrada a deslizarse por aquellos lugares; es más tropezaba menos allí que por las calles parisinas por las cuales se envolvía en montones de telas y sus modales aparecían como si se tratasen de una seta que acababa de nacer…así era ella, como una moneda puesto que constaba de tres caras aunque quizás de tres, pero eso no era digno de mencionar a absolutamente nadie es más se iría con aquel secreto a la tumba si fuese necesario.

Su mirada captó cada uno de los rasgos de él, guardándolos en su memoria cómo si se tratase de uno de los secretos más preciados por la humanidad pero es que ciertamente ella adoraba observar a la gente, fijarse en ese tipo de detalles que el resto no percibía… ella y sus costumbres extrañas.

Cuando sus labios se silenciaron un dedo se colocó sobre el labio inferior esperando escuchar su presentación que no tardó demasiado en reaccionar para la suerte de ella puesto que no era una persona que pasase demasiado tiempo en un lugar es más prefería moverse mientras caminaba pero tampoco esperaba que el extraño fuese con ella a cualquier lado puesto que sería demasiado curioso hasta para su persona.- Un placer Arek….-Sus palabras se cortaron ligeramente y observó de soslayo los zapatos arqueando una perfilada ceja castaña oscura que dependiendo de cómo impactase la luz podían llegar a verse completamente negras.- Eh..- Arrugó la nariz suavemente retirando el dedo sobre el labio y situando aquella mano en su cintura con suavidad, rozando la tela con las yemas de los dedos.- Es obvio que me los he retirado porque me dolían los pies, y en vez de dejarlos junto a mi pues los he lanzado y al parecer querían golpearos…- Esa fue su explicación.

-Y mis pies son normales, no adorables.- Dijo alzando el mentón suavemente como si hubiera dicho una verdad universal, así en cuestión de segundos giró sobre sus talones y avanzó los suficientes pasos como para llevar al tronco de un árbol. Apoyó las manos y un pie comenzando a trepar por este quejándose ligeramente cuando la tela se le enganchaba a algún resquicio.- ¿Vuestros zapatos salieron volando? Pues quedaros con los mios, es más os los regalos total yo no pienso ponermelos…-Anunció a medida que seguía subiendo con presteza terminando por sentarse en la rama de un árbol y cruzándose de piernas comosi aquello fuese lo más obvio y racional.

Ella se dedicó a colocarse debidamente el vestido y los cabellos, como si todo aquello tuviese arreglo mientras su mirada descendía y se posaba en la figura de Arek esperando que hiciese algo pero pronto cayó en la cuenta de que no le había preguntado qué hacía allí así que a eso fue…- ¿Qué haceis vos aquí? ¿Coger bayas?-bromeó dibujando una suave sonrisa en sus labios pues presentía que para nada era así o tal vez se equivocaba.

por **Arek Monteviour** Lun Jul 05, 2010 1:44 pm

Una mujer muy poco convencional, con lo que me fascina que se desenvuelvan de esta manera, siendo tan naturales, ellas mismas y no como se les pinta en la sociedad con un montón de ademanes que enmascaran la verdadera identidad de las personas, es por ello que prefiero ser completamente libre de todo aquello, aunque no puedo negar que el dinero si hace bastante diferencia cuando se es un miserable pobre y además brujo, tan marginados por la sociedad aristócratica que ni tiempo para pensar me dejan.

Nuevamente fruncí el ceño, pues sus palabras al igual que las mías denotaban rasgos que cualquiera podría apreciar, no se trataba de un vocabulario rebuscado, fino y decente como el que se suele escuchar en las calles de París, era algo más normal dentro de lo que se puede comprender por el resto del mundo, palabras simples que hablar de la naturaleza humilde de ambos, o eso era lo que mi mente pensaba, después de todo ¿Qué persona de alta alcurnia se disputaría a pasar una noche por el bosque, con esos arapos y esa facha? Rodee los ojos sacudiendo mi cabeza al encontrar la propia estupidez.

- De acuerdo señorita Elora de pies normales.. - Comente mientras mis brazos se disputaban en cruzarse a la altura de mi pecho, desvié la mirada hacía un lado al alcanzar a percibir con la mirada periférica una hermosa flor que emergía de uno de los árboles del lugar, me llamó bastante la atención que fruncí el ceño para darle más atención a la misma flor que a la persona frente a mí. Buscando en mis catalogos mentales no había encontrado nada parecido así que despertaba una curiosidad inmensa en mi.

- No, no los zapatos no, esos aunque no quiera siguen conmigo, me refiería a otra cosa, pero descuida - Mi vista al igual que mi atención aún continuaban clavados en aquella inusal flor que me envolvía en su belleza de forma sobrehumana, algo extraño pero era infinitamente hermosa para mí, igual y para los demás representaría lo ordinario. - ¿Eh? Mmmm... ¿Bayas? Quizá, pero no es mi caso, lo mismo podría preguntarte pero creo que eso es entrometerse en asusntos ajenos y no me gusta hacer ese tipo de cosas - Le dedique un segundo de mi tiempo para observar como esque se encontraba sentada sobre una rama, arquee una ceja y volví a clavar la mirada en aquella tonta flor, di un par de pasos para acercarme más a ella y admirarla mejor.

por **Elora Soulacroix** Jue Jul 08, 2010 3:17 pm

Una ahogada risa salió de los labios de Elora al escuchar lo de “pies normales” lo que produjo que con disimulo se observase los pies pensando que eran un desastre pero aún así la gustaban, y lo curioso es que al caminar tanto no se hubiese clavado ningún cristal, rama…pero sí lo había hecho sólo que gracias a la curación acelerada no se había notado ni se notaría al menos que alguien mirase justamente sus movimientos cosa que no le ocurría con normalidad.

No le costó nada notar que Arek miraba de soslayo una flor por lo cual ella giró el rostro para observarla a la vez que su mirada se agudizaba, sus labios se abrieron:-¿Qué mirais..?- Preguntó para luego dar un salto de la rama del árbol cayendo acuclillada y en cuestión de segundos erguirse, se acercó a la flor para acuclillarse y arrancarla suavemente moviéndola entre las yemas de los dedos…- Que bonita es…- Murmuró irguiéndose y tendiéndosela al hombres pues su intuición femenina la decía que la quería por algún motivo que ahora mismo desconocía y le daba curiosidad.

Sus movimientos habían sido más rápidos que los de él habiendo estado ella a una mayor distancia lo que la hacía inusual, poco normal y quizás eso podía dar hasta pánico algo que esperaba no infundirle al hombre puesto que no quería salir corriendo detrás de él gritando que se parase para luego tener que hacerlo ella misma y no de las mejores maneras.-No me gusta la tonalidad…-Murmuró suspirando ligeramente y volviendo a mirar al hombre esperando algún tipo de reacción.

Off: Perdona la tardanza y brevedad

por **Arek Monteviour** Jue Jul 08, 2010 8:53 pm

Para mi reverenda sorpresa esa mujer que no tenía ni pisque de ser una fémina normal me arrebaso para tomar la bendita flor que tanto había llamado mi atención. Clave la mirada en su nuca observando más que nada los movimientos que esta realizaba, frunci el ceño, misma acción que se vió discipada cuando Elora musito la belleza de la flor, asenti con un solo movimiento. Analice como es que se acercaba a mí y me entregaba la flor en las manos la tome y acto seguido la observe como si mi vida dependiera de ello, era extraña, su color no me era familiar y en efecto tampoco era muy hermoso que digamos.

- Lo sé, es su estructura la que me tiene facinado - Comenté al escucharle decir aquello sobre la tonalidad de la planta, fruncí el ceño, en verdad no había visto planta alguna como aquella, estrope su figura con mis torpes dedos sintiendo su estructura lo biscoso de su forma, admirando, olfateando. - Pero aún así no deja de ser hermosa igual que vos - Me deje llevar por lo que mi mente encontraba en ese instante, fueron instintos pues de mi parte no le habría arrojado algo así a una mujer, no es mi estilo el ser galan, tampoco prentendía en ese instante que me regresara un rubor en sus mejillas como suelen hacerlo las damas. Al darme cuenta de lo que hice me encogí ligeramente de hombros.

- Bien respondiendo la pregunta, eh venido a despejar la mente - Aruugue la nariz - sé que muy probablemente se escuche extraño pero me gusta estar rodeado de la nada y del todo -

Off: Descuida, hacer post largos no es mi especialidad xD

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