Sonata en Do mayor (Libre)

por **Carolina Van de Valley** Miér Jun 23, 2010 6:51 am

Era mejor colocar un re. Aquello le daba a la melodía un tinte más nostálgico y menos vivaracho.
Con mi pluma y mi tintero me dispuse a dar los últimos retoques a la pieza que estaba a punto de entregar a Monsieur Rimbaud. Me dijo que lo esperase aquí, en una de las cafeterías más prestigiosas de la ciudad; Le Café Du Fleur.
Por las ventanas ya empezaba a colarse la tenue luz lunar mezclándose con la luz de los candelabros del interior de café y las farolas de las calles adoquinadas, aunque ya hacía rato que había anochecido.
Sí. A él le hubiese gustado un Re en lugar de un La.

Él, él, él, ¡ÉL!. Siempre él en mis pensamientos. Incluso cuando estaba concentrada en la música, que era lo único que ya hacía latir mi muerto corazón, aparecía su sombra cerniéndose sobre mi mente. Su recuerdo simplemente me nublaba el pensamiento. Evitando poder en pensar en cualquier cosa más. En cualquier necesidad básica. ¡Maldito fuera él y su estampa!, ¿Por qué tenía que compadecerme aún de su triste destino? Después de todo, él se lo buscó. Me abandonó. Su maldito ego era más importante que yo, más importante que lo que habíamos logrado formar juntos. Y por eso, ahora estará ardiendo en el Infierno. Y yo me preguntaba cuánto tardaría en arder con él.

Guardé de nuevo mi pluma, mi tintero y las partituras en la cartera de piel. Esperando a que el señor Rimbaud se dignase a aparecer a la hora convenida. Pero quizá hoy no apareciese...No sería la primera vez. Había pedido un café sólo para aparentar ser humana, pero no lo había provado. ¿Para qué?
Miré mi reloj de mano. Se había retrasado 20 minutos y si no llegaba en menos de 15 me marcharía de allí. Ya habría más compradores interesandos en mi pieza.

por **Sara Ascarlani** Miér Jun 30, 2010 7:42 pm

El instituto me tenía bastante ocupada, llegaba a primera hora y salia tan abrumada que solo pensaba en llegar a mis apocentos y hacer un poco de meditación.
Pero un día cualquiera, -hoy precisamente- quise salir a tomarme un café bien negro, sin la esperanza de encontrarme a alguien conocido, la verdad no tenía muchas ganas de hablar.
Me vestí para la ocasión, tome mi saco y emprendí mi viaje, siempre llevo mi libro de notas, -uno nunca sabe cuando pase algún acontecimiento que te haga componer una obra- y por supuesto, un reproductor cualquiera, debo estar conectada en cualquier sentido con la música, sino, me volveria loca.

Fue cuando llegué a un café que me había recomendado un alumno del conservatorio: "Le Café Du Fleur", y lo primero que pude observar fue a una mujer un tanto frustrada con unas partituras en la mano, -por obvias razones captó mi atención- ¿Será músico? o.. ¿dirige una sinfónica? Mi mente voló por unos cuantos segundos, la mujer se dio cuenta que miraba fijamente sus partituras, después las guardó, pensé que la había incomodado, quité la mirada automáticamente -debo dejar de hacer eso- y me senté cerca de su mesa, pero la inquietud me mataba. El mesero tomó mi pedido -Un Mocaccino bien caliente- y mientras lo esperaba, me levanté y me acerqué a su mesa.

-Buenas noches, espero no estar interrumpiendola señorita. Sé que se dio cuenta que la miraba a lo lejos de la cafeteria, pero no pude evitar que tenía partituras, y supongo que usted debe saber que para cualquier músico es algo que le llama la atención. me pregunto ¿Es usted instrumentista? O ¿Cual es su vínculo con la música?

por **Carolina Van de Valley** Vie Jul 02, 2010 1:02 pm

Seguía haciendo algunos que otros cambios a mi partitura. A veces retiraba la mirada del papel para guiarla hacia el resto de clientes y así despejar un poco mi vista cansada. Fue entonces cuando vi una figura que me observaba desde otra mesa más alejada.

Le mantuve la mirada unos segundos. El tiempo suficiente para identificarla como una de los míos; una vampyr. No le presté mayor importancia. Últimamente había muchos vampiros en la ciudad parisina.
Seguí concentrandome de nuevo en la partitura. Añadí unos arreglos más. Cambié un par de notas que supuse que entonarían mejor. No se trataba de la obra definitiva, era tan sólo una especie de ""boceto"". Pero era necesario mostrárselo al señor Rimbaud, para ver si le gustaba en general y así poder continuarla.

Su olor llegó antes a mí que su voz. Levanté la vista. Era la mujer que había estado observándome desde otra de las mesas del café.
-Buenas noches.-Asentí con la cabeza.- No se preocupe, madmoiselle. Sólo estaba haciendo unos retoques. Aún no está terminada.

La dama me preguntó acerca de música. Música. Lo cierto es que necesitaba hablar para librarme de su recuerdo. Y que más apropiado para ello que la música. La única gran pasión que me quedaba.

-Pues, sí, señorita. Soy música. Mi especialidad es el piano, aunque también sé tocar el violín.-Desde niña, allá por el siglo pasado, mis padres me educaron para ser toda una señorita formal. Y como toda señorita formal, aprendí a tocar aquellos dos instrumentos. Nunca pensé que fuera a amar tanto la música. La amaba casi tanto como una vez lo amé a él.-¿Es usted también entendida en música?

por **Sara Ascarlani** Vie Jul 02, 2010 3:23 pm

-¿Le importa si me siento?
Fue lo primero que le pude decir despues de haberme preguntado si éra músico, la pasión que teníamos en comùn hace las cosas mucho mas fáciles, me senté al frente de la Madame, y le pedí al mesero que me trajera el pedido y mi saco a esta mesa.

-Se, io sono un musicista Madame, soy cellista y cantante lírica, de registro mezzosoprano, pero también sé tocar piano y el arpa, tuve 2 siglos para perfeccionar los instrumentos.
A este punto, ya había descubierto que la Madame era un vampiro igual que yo, por eso tanta naturalidad.
-Tengo un conservatorio no muy lejos de aquí. No sé si lo conozca, "Conservatorio Ascarlani", hace poco realizé un convenio con Signore Rimbaud para un proyecto que quiere hacer, si usted está interesada, solo llámeme podríamos tener una reunión los tres Saqué de mi saco mi tarjeta profesional de presentación.

Estaba bastánte cómoda con la conversación, he conocido muchos seres pero pocos músicos, no importa si sean humanos o vampiros incluso.. Licántropos. El mesero interrumpe el ameno flujo de la conversación entregando mi mocaccino caliente -Ya era hora-
-Muchas Gracias Signore, no deseo mas nada, puede retirarse.
-Oh, perdone usted Madame, no me he presentado formalmente, il mio nome è Sara Ascarlani. Sonreí amablemente

(off: Perdoname que utilice al Señor, si no le gusta lo puedo quitar! Very Happy

)

por **Carolina Van de Valley** Lun Jul 05, 2010 5:32 am

-Por supuesto. Adelante.-Dije, extendiendo la mano en señal de que era libre para sentarse en la silla sobrante. Me agradó el hecho de que la señorita también parecía tener amplios conocimientos musicales. Podía vaticinar una conversación interesante con ella.
Además, ella también había podido descubrir que yo también era una de los suyos. Lo que facilitaría mucho la conversación.

Me sorprendió cuando dijo que tenía un conservatorio y que, además, estaba trabajando junto con el señor Rimbaud. Parecía ser una música de bastante nivel. Me tendió una tarjeta con todos sus datos y número por si estaba interesada en trabajar con ellos.

-Por supuesto que me encantaría. Nada me hace más feliz ahora que la música. Dígame, ¿de qué trata ese proyecto que parece tan ambicioso?...Si se puede revelar tal información.-Sabía que tanto los músicos, como los artistas de teatro eran un tanto recelosos a hablar de sus próximos proyectos pues decían que traía mala suerte...La gente del teatro especialmente era demasiado supersticiosa. Pero yo no podía ocultar mi curiosidad. Monsieur Rimbaud nunca me había hablado de ello...Claro que tampoco tenía por qué. Al fin y al cabo, yo solo era una humilde compositora.

El camarero vino a traer lo que había pedido mi acompañante. Preguntó si yo quería algo más, pero le di las gracias y dije que no hacía falta. Aún ni siquiera había probado el café que había pedido hacía una hora.

La señorita se presentó como Sara Ascarlani y yo también me dispuse a presentarme debidamente, según las formas:
-No se preocupe. Yo tampoco me he presentado aún. Mi nombre es Carolina Van de Valley. Un gusto en conocerla, señorita Ascarlani. Dígame, es usted de procedencia italiana, ¿cierto? ¿Qué le trae a París? ¿asuntos musicales, tal vez?.-No quería salir de la conversación tan animada que estábamos teniendo en cuanto a la música. No había mucha gente con la que podía compartir mi pasión. Salvo quizá con el señor Rimbaud, pero dado que éste no se dignaba a aparecer...

por **Sara Ascarlani** Lun Jul 05, 2010 11:28 pm

-Solo le resumiré un poco lo que tengo en mente con Signore Rimbaud, tengo pensado en hacer una especie de concierto magno, y necesito compositores de muy buena calidad para poder mostrar las nuevas caras a los Parisinos y quien quite, del mundo entero. Le comenté emocionada pero en voz baja para que solo escuchara ella.

Mientras le contaba miraba sus manos de pianista, analizandolas e imaginándolas tocando alguna pieza de Johan Sebastian, se distrae en eso y la mira nuevamente a los ojos, comentandole mas resumidamente como se llevaría a cabo el famoso evento.

-Madame si tiene razónm soy italiana, y pues vine a París en búsqueda de nuevas sensaciones para seguir escribiendo obras nuevas, y a ver que otra sorpresa me encuentro en estas calles parisinas... Lo que me sorprende es que hay muchos vampiros en la ciudad, puedo decir que somos mas que humanos. Rio divertidamente y termino de tomarme mi rico mocaccino.

Y cuenteme... ¿Estaba usted componiendo alguna obra? Como la vi un poco atareada con sus partituras. El mesero pasa a recojer mi Mocaccino y me pregunta si quiero alguna otra cosa, solo movi mi mano diciendo que por ahora no -No queria perder el flujo de la conversación-

por **Carolina Van de Valley** Miér Jul 07, 2010 6:12 am

Escuché atentamente su idea acerca del proyecto. Un concierto magno. En verdad que era una idea interesante y tremendamente atrayente.
-Suena muy intrigante. Y además sería una gran ayuda para aquellos compositores que acaban de empezar. Así que, si necesita alguna ayuda cuente conmigo.

Era cierto que había muchos vampiros por las calles parisinas. Pero yo apenas me había relacionado con alguno de ellos. Solía ser demasiado solitaria y esquiva por lo que no había forjado una verdadera amistad con nadie por aquí. Tampoco lo quería ni lo buscaba. Su recuerdo era suficiente para mí.
-Sí. A mí también me sorprendió cuando vine aquí. Antes de llegar a París había estado en Austria y Alemania, pero no vi a tantos vampyr como en Francia.

Asentí. Muy observadora la señorita Ascarlani. Había decidido dejar de perfeccionar las partituras ya que parecía que al señor Rimbaud le había surgido un contratiempo.
-Así es, estaba arreglando unas cuantas cosas que no terminaban de gustarme. Es una pequeña obra para el señor Rimbaud. A veces me encarga la producción de éstas para que ensayen sus chicos del conservatorio o para que las toquen en fiestas particulares.-Le expliqué más o menos a lo que me dedicaba. Alguna gente me contrataba para que le escribiese obras ya sean para sus queridas, mujeres, hijos...Para tocar en pequeñas fiestas de burgueses. Normalmente nunca solía publicar mi propio nombre. Siempre lo hacía con un psudónimo, por precaución. Pero con el señor Rimbaud es diferente. Él conoce mi verdadera condición y no le importa. Es por ello que entonces firmo con mi nombre.-¿Quiere echarles un vistazo, señorita Ascarlani? Aunque le advierto que es una obra bastante sencilla.

por **Sara Ascarlani** Miér Jul 07, 2010 5:24 pm

Me interesaba saber sus obras, podría entablar una sociedad muy buena con esta compositora, pero necesitaba al menos una pequeña muestra, así que me tomé el atrevimiento de pedirle alguna de sus partituras, ella me había advertido que era algo sencillo, bueno, la calidad pesa mas que la cantidad, estaba emocionada por ver aquellas obras en construcción.

Madame de Valley me entregó una de sus obras y yo la analicé detenidamente, bemoles y becuadros, ligamentos, tresillos y puntillos. Estaba muy bien estructurado, podía tararealo en mi mente y transportarme a otro mundo, eso era muy buena señal.

-Madame, si esto lo compuso usted permítame felicitarla, es sencilla pero tiene un contenido muy interesante y particular. Nunca se me hubiese imaginado ligar estas escalas y convertirlo en un canon como hizo aqui usted -Le mostre la partitura-

Claramente estaba fascinada por la pequeña obra de la Madame, imaginaba muchos arreglos y adiciones corales, esta mujer debe trabajar conmigo, definitivamente, estos talentos no se ven todos los días.

-¿Y usted me dice que trabaja componiendo para fiestas particulares? Con este trabajo Madame usted deberia ser reconocida mundialmente, y no crea que solo la estoy adulando porque este frente a mi. Soy muy crítica con mi trabajo y esto.. esto tiene mucho potencial de explotación.

Saqué de mi saco mi tarjeta profesional, con un lapicéro, y detrás anoté mi numero personal y se lo entregué. Queria que trabajara conmigo en el conservatorio. Definitivamente.

por **Carolina Van de Valley** Vie Jul 09, 2010 4:46 pm

Observé atentamente mientras la señorita Ascarlani revisaba mis obras. Extrañamente, estaba un tanto nerviosa y a la vez ansiosa por saber su veredicto. Casi nunca antes me había interesado la opinión de nadie respecto a mis obras que no fuese mi Maestro, y desde la muerte (muerte...Aún esa palabra dolía) de éste, ya apenas me importaba. Pero con la señorita Ascarlani era distinto. Se la notaba una música de alto nivel y además, si quería trabajar en un futuro con ella y con monsieur Rimbaud, debía saber qué le agradaba y qué no.

-¿Y bien? ¿Qué le parece?
Por fortuna, pareció gustarle tremendamente mi obra.
-Me alegro que le haya gustado. Había pensado añadir aquí un tono más para ver cómo quedaría.-Dije, tomando la partitura para mostrarle el arreglo que quería incorporar.-Y bueno...Sin duda aún tengo que pensar un poco más en esta obra. Esto es sólo un pequeño esbozo de lo que quisiera componer realmente.

La madame sacó de su bolso un lápiz para anotar en el dorso de la tarjeta su número personal, y luego me lo tendió a mí. Aunque quizá no lo mostré con mis gestos ni facciones, estaba muy emocionada y agradecida por ello.
-Vaya, estaría muy feliz de poder trabajar con usted. Cuando usted diga me encantaría empezar.

por **Sara Ascarlani** Miér Jul 21, 2010 1:23 am

Madame, su talento me ha abrumado, definitivamente la quiero en mi conservatorio. Le comenté alegre y emocionada. Entre partituras y tertulias la conversación fue muy amena, fueron pocas las veces que algún mesero nos interrumpìa.
Me atreví a mostrarle algunos de mis ejemplares, recelosa con mi trabajo, estaba en construcción, como músico que soy tengo muchos agüeros y no quería que mi obra fuese un fracaso.
El destino ha jugado a mi favor esta noche, solo vine por un café, y regreso a mis apocentos con una socia en potencial.

Madame, ha sido un placer conocerla, tengo que partir, y usted se ocupará, dele saludos a Signore Rimbaud y dígale la buena nueva, la espero en mi conservatorio, le diré a los guardianes de su pronta llegada.
Asi mismo como terminé de hablar, me levanté de la silla, incliné mi cabeza como simbolo de reverencia y emprendí mi camino hacia mis apocentos....

.....Continuará en el Conservatorio Ascarlani.

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