Sonata nocturna (privado)

por Invitado Miér Mayo 18, 2011 7:37 pm

El sonido del violín resonaba intensamente y aun con la poca luz que había podías notar como los dedos de kaine se movían de manera sorprendentemente rápida al tiempo que sus pies se coordinaban en pasos de baila que sus perros seguían emocionados, a donde el se moviese los caninos le seguían como encantados por el Flautista de Hamelin. Aquel día había sido como cualquier otro, había salido a la calle desde que salió el sol y había estado correteando por parís, se había pasado por cada rincón de la gran ciudad, pero no había encontrado nada interesante salvo aquel viejo violín, parecía muy valioso y estaba en una cueva a las afueras de la cuidad en las manos de lo que al parecer había sido una persona pero que en esos momentos no era nada mas que huesos, así que a su parecer ya no le necesitaba mas y se le ocurrió la idea de probar suerte con aquel instrumento, cuando era pequeño se había sometido a clases de diversos instrumentos y el violín era uno de ellos, aunque hacia muchos años que no lo practicaba quería ver si aun tenia el toque… al parecer si ya que sus mascotas parecían de lo mas emocionada al oírle tocar aunque en realidad no fuesen las mas objetivas de todo el mundo.

Las tijeras manchadas de sangre
La katana violeta
Sin caminar, ellos esperan día tras día
Cuando todas las canciones son recitadas
Se cree que la utopía será consumada

Entonces el sonido de su voz había sido complementado con las notas que interpretaba en su violín y los animalitos se habían vuelto locos por completo comenzando a ladrar y a saltar alrededor de su amo impidiéndole el paso y haciendo que kaine tropezara y se diera de bruces contra el suelo

- SEBA!!!!!!!-grito por inercia al mas “tonto” y también al mas pequeño de sus perros ignorando que el que le había tirado había sido Comy el mayor- que te he dicho sobre tirarme todo el tiempo!!!-continuo regañándolo sin darse cuenta de que había alguien mas escuchándolo

por **Jean-Luc Tessier** Jue Mayo 19, 2011 5:23 pm

Ruidos. Uno detrás de otro podían escucharse. Seguidos, continuamente y no cesaban en ningún momento. Eran como martillos picando en piedra una y otra vez. Una y otra vez. Así es como lo sentía Adam, concretamente, su cabeza. Un tremendo dolor le había invadido desde hacía varias horas y no había forma de que cesara. Le daba la sensación de tener unas obras metidas en su cabeza, con todo el jaleo que éstas producían claro. ¿Qué estarían haciendo sus neuronas? A lo mejor, se habían montado una fiesta y por eso tenía ese dolor. Era una idea graciosa más las punzadas no le dejaban reirse, le dolía demasiado.

De ser así, no tendría otro remedio que esperar a que su cerebro estuviese de resaca para poder él ser útil de nuevo. Porque ahora era completamente inútil. No servía para nada. Absolutamente nada.

Obviamente, no fue al burdel. Era lujurioso, sí, pero con ese dolor en la cabeza ni la mujer más deseable de todo el mundo conseguiría provocar en él reacción alguna. Él solo tenía pensamientos para el dolor, no podía apartar su mente de eso.

Estuvo la tarde entera recostado en su cuarto, con los ventanales bajados y una almuhada sobre su cabeza. Ni aún así cesó el ruido. Lo único que hizo fue disminuir un tanto el dolor, por lo menos. No podía permanecer allí más encerrado, no estaba acostumbrado a permanecer en su cuarto más que cuando dormia por las noches y algunas nisiquiera eso. Le tenía que tocar el aire.

Sin pensarlo más salió, informando a su padre de que iria a dar un paseo por un rato y se marchó de casa. Esperaba que, para cuando volviera a pasar por esa puerta, lo que tuviera en la cabeza no fuera más que el bendito silencio. No pensaba volver hasta que no se le pasara, haría lo que fuese, pero eso lo tenía bien claro.

Ramses y Agatha también salieron con Adam. Habían estado intentando animarle durante llas horas que había pasado en cama, al parecer, habían notado su pésimo estado de ánimo. Siempre que se sentía mal allí estaban ellos. Eran su mejor compañía, donde podía encontrar refugio y, posiblemente, los únicos que habían estado con él en sus peores momentos. Se habían criado juntos.

Así pues el trio se dispuso a caminar, aprovechando la ausencia de gente a esas altas horas de la noche, hacía el puerto. El mar era algo que siempre relajaba a Adam, tal vez, ahora no sería una excepción.

Spoiler:

por Invitado Lun Mayo 23, 2011 9:59 am

Kaine soltó un suspiro al momento que intentaba recobrar la compostura, tenia un buen rato tocando en medio del puerto y muchos de los trucos que utilizaba para engañar al oído había vuelto a su mente como una ráfaga de aire golpeando su rostro desde el momento en que toco el instrumento

- Una vez mas…-susurro poniéndose en posición y cerrando los ojos tratando de concentrarse en lo que debía hacer, todo debía ser perfecto, la posición del arco, la manera en que sostenía el violín, incluso su respiración, todo debía mantenerse en calma- 1…2…3!!!!- y sus manos comenzaron a moverse al tiempo que uno de sus perros ladro causando que el licántropo perdiera la concentración y en vez de crear música, solo dejase escapar un chirrido tal que el resto de aquellos pobres animales no pudieron hacer nada mas que mover sus cabezas y retorcerse a causa del dolor que causo en sus oídos- SEBA!!!!! DEJA DE LADRAR!!!-volvió a gritar al sentir como una de las cuerdas del instrumento se rompían y cortaban su cara- mira lo que hiciste!!!!-grito esta vez un poco mas despacio llevándose una de las manos a la cara, la sangre en esa zonas era muy escandalosa. Un quejido salió de sus labios al tiempo que tiraba el violín al suelo y lo pisaba destrozándolo por completo, sus perros al ver a su dueño fuera de si retrocedieron un poco asustados, el siempre estaba de mal humor, era como un viejo amargado y solo en el cuerpo de un jovencito…de hecho realmente era un viejo amargado y dolo en el cuerpo de un jovencito, pero también era raro verle desquitarse con las cosas de aquella manera tan salvaje, después de su encuentro con aquel vampiro en el burdel evitaba la zona terminantemente y estaba nervioso todo el tiempo, lo que es mas, perdía el control de maneras escalofriantemente violentas al final del día siempre parecía estresado tardándose horas en conciliar el sueño- Y USTEDES QUE ME VEN!!!!!-grito al notar como su jauría retrocedía asustada –diablos!!!-dijo aventando el arco al mar, últimamente no había nada que le mantuviese estable, desde que su padre había muerto no existía en el mundo persona capaz de calmarlo… cerro los ojos y se dejo caer en el suelo pesadamente mientras un suspiro salía de sus labios- Las tijeras manchadas de…-y no pudo seguir en ese momento no se encontraba en condiciones ni para cantar, asi que se echo el cabello para atrás y busco con la mirada algo en que entretenerse, encontrando a lo lejos la silueta de un hombre adulto y… Duendes????

por **Jean-Luc Tessier** Mar Mayo 24, 2011 10:32 am

Primero un pie. Luego el otro. Seguido del siguiente. Así es como iba contando los pasos Adam mientras caminaba. Su vista estaba fijada en en suelo, concretamente, en el movimiento de sus pies y era capaz de hacer cualquier cosa para alejar su mente del dolor de cabeza. Inclusive, por algunos segundos, se quedó bloqueado sin saber como continuar la caminata. A menudo cuando quedabas pensando en algo que de por sí hacias sin ninguna especie de esfuerzo el cerebro se te bloqueaba y hasta que no pensabas en otra cosa no volvía a salirte.

Así pues eso fue lo que hizo. Dejo de mirarse y por la contra miro a sus "hijos" que revoloteaban a su alrededor, al parecer estaban jugando a perseguirse el uno al otro y, como siempre, tenían que hacerlo en sus pies. Como la calle es tan estrecha y no tienen más sitio, tienen que hacerlo bien pegaditos a mi para que pueda darles una patada por equivocación, pensó y sin más remedio se tuvo que quedar unos minutos más quieto esperando a que dejaran ese juego.

- Bueno, ya está bien. - cansado de esperar alzó los pies por encima y continuó con su camino. Los mininos al parecer se quedaron un tanto sorprendidos pues pararon el juego. Como si estuviesen tan enfaenados en él pero de repente notaran que le faltara algo. E ipsofacto corrieron junto a Adam, escuchandose maullidos, seguramente, de protesta por haberles dejado solo. Lo único que hizo el muchacho fue sonreir, había visto la "cara" que se les había quedado y sin duda le produjo gracia.

El paseo estaba resultando bastante ameno e incluso llegaron hasta el puerto, donde se proponía llegar. Sin embargo algo extraño divisaron al fondo. Ramses y Agatha echaron a correr hacia allí como alma que lleva el diablo; Adam, obviamente, fue tras ellos pues no le gustaba que se separaran mucho de él o podrian perderse. No eran del todo adultos todavía.

Para su sorpresa había un muchacho estirado en el suelo. Él se acercó con disimulo sin saber si estaría desmayado, muerto o simplemente descansando. Un lugar extraño para descansar, pensó - Ey ¿estas bien? - se puso en cuclillas a su lado y le miró con curiosidad esperando que pudiera escucharle. No tenía cuerpo como para meterse en un follón.

off:

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