La sonata que despierta interés [Privado]

por **Keyla Van Zuiverheid** Mar Ene 08, 2013 1:32 pm

–¿Existe un teatro de vampiros fingiendo ser humanos y actuando como vampiros?– era algo que se le antojaba a Keyla, la simple idea de una hipocresía era majestuosa que le encendía los ojos de excitación.

Había pasado ya un mes en la capital de Francia y no había encontrado nada interesante, nada hasta ahora. Y cada vez que pensaba en ello, se decía –¿cómo fue que no me enteré de ello antes?– estaba impaciente, hoy no habría representación teatral, sino musical un orgulloso maestro renacentista, un genio decían algunos. Era el tipo de música que a Keyla deleitaba y esperaba que esos rumores fueran ciertos.

Llegó al fin, estaba ataviada con perlas, con un peinado digno a una reina y su vestido estilo londinense de colores rojizos, amplio y de muchas capas, sus brazos estaban cubiertos con guantes rojos y llevaba un perfecto maquillaje que ocultaba el extremado color blanco de su piel. Su cochero la ayudó a bajarse, era un hombre fornido que conocía la naturaleza de su ama y ansiaba la inmortalidad, le ofreció su brazo y ambos se dirigieron a la entrada.

Era una noche joven de luna nueva, la calidez del verano se respiraba en el aire. La duquesa había saciado su sed de sangre, por todas partes veía humanos, y es que el teatro no ofrecía espectáculos dedicados a vampiros, sino, a humanos. O eso decían, como también la ley de no cazar en el teatro.

La duquesa entró sola, su cochero regresó a hacerse cargo de los caballos y esperaría ahí, todo el tiempo que fuera necesario. Pues respondía a la voluntad de su ama y no la suya.

Keyla se introdujo en cada mente mortal, mentes entusiasmadas por ver al músico y cada vez el interés en ella aumentaba. –¿Cómo será el maestro Van Dort?– ansiaba la respuesta como ansiaba la sangre. Y no sólo quería escucharlo, quería conocerlo y se había encaprichado y cuando eso sucedía, la duquesa hacía todo cuando podía para satisfacer sus deseos, sus caprichos... Keyla siempre obtenía lo que quería y si Mikelangelo se convertía en un capricho para ella; no descansaría hasta cumplir ese capricho.

Llegó hasta el acomodador y le se le asignado uno de los lugares más cercas del plató, del escenario ambientado con un estilo seductor, provocador, único... La función comenzaría, Mikelangelo Van Dort pronto saldría a iniciar su concierto, era cuestión de esperar.

por **Mikelangelo Van Dort** Sáb Ene 19, 2013 6:32 pm

"Theatres Des Vampires", -me dije en mi mente-... había oido hablar mucho de aquel teatro, pero nunca me habían llamado para tocar en aquel...
Asi que sería una experiencia relativamente buena y nueva para mi, que me hubiesen llamado, ya que me he presentado en tantos lugares en París ya, y es como si nunca faltaran...
De todas formas, aparte de que me daban una excelente remuneración por el trabajo entregado, yo lo hacía también por gusto.

Tras bambalinas, como siempre me gustaba hacer, miraba entre las cortinas hacia los asientos, habia tanta gente, de tantos tipos que me daba risa pensar en las reacciones de algunos. En fin, todo estaba preparado y listo, mientras la gente que me rodeaba me deseaba suerte y todas esas cosas típicas que siempre dicen.

Las grandes cortinas se abrieron. y yo me fui a sentar directamente al piano sin mirar el público, ya que acostumbro a hacer eso entre las cortinas, y al final de mis presentaciones, me senté escuchando el silencio del lugar primeramente, antes de ponerme a escuchar la melodía que les iba de entregar a los demás....

Alcé mis manos en el aire levemente para que después al igual que una pluma caigan, y el piano comenzó a vivir:

Spoiler:

Me dejé llevar por la música, como me sucedía a diario...ya que toda la música era mi vida, mis pensamientos, sentimientos fluyeron como tinta caída sobre aquella pauta, manchando todo lo que debía ser manchado, el azar de las partes de un papel sin manchar eran la salidas, y las fuentes eran las vivencias manchadas que se desbordaban dentro de mi mente....todo simplemente fluía, las notas agudas comenzaban a llegar a hasta mi para alcanzarme y encerrarme por completo,
Oh Regret, que viene y va! Mis manos que anhelan alcanzarte, asi como tu anhelas alcanzarme en la discordias de mis notas sin sentido, tu siempre oponiendo el orden de tu vaivén sin restricción...

Al terminar, me levanté de mi asiento y me presenté ante el público, ahogado por los aplausos haciendo una reverencia y diciendo mi nombre:

"Mikelangelo Van Dort, madame et gentilhomme, a vuestro servicio..."

Finalicé y me encaminé a tras bambalinas, escuchando a la lejanía las blancas palmas de los presentes chocar y chocar....
Llegué hasta la puerta de mi vestidor, y el guardia de mi puerta me observó con detención y yo le correspondí y me felicitó.
Entre en el vestidor, y comencé a ordenar mi ropa, y sacarme mi chaquetón rojo, con vuelos negro, con la que me había presentado..
El guardía llamó a mi puerta, y le dije un "adelante", y me preguntó que una Duquesa de nombre Keyla, estaba esperando mi aprobación para poder entrar a visitarme y saludarme...
Yo accedí y la esperé un tanto más....

por **Keyla Van Zuiverheid** Miér Ene 23, 2013 4:56 pm

La cortina fue recorrida y el maesro fue directamente a sentarse al piano, sin siquiera mirar al público.

La duquesa soltó una risilla por lo bajo, –descarado es un vampiro- pensó y decidió respetar la mente de aquel músico, la combinación de su inmortalidad con las habilidades y dones artísticos hacían de su música una obra maestra.

Cada nota era perfecta, hermosa y provocaba seducción. La duquesa cerró los ojos deleitándose con el sonido de piano y no los abrió hasta que Mikelangelo abandonó el piano y se dirigió a su camerino.

La gente comenzó a retirarse, Keyla esperó un poco más y se abrió paso entre la bambalina, nadie se le cruzó por el camino, pero no le pareció raro. Después de todo era un teatro de vampiros y ningún mortal representaba una amenaza para tener la necesidad de disponer de centinelas en cada esquina.

Llegó hasta el camerino del músico y afuera, el centinela.

—Soy la duquesa de los Paises Bajos Keyla Van Zuiverheid, quisiera hablar con el maestro Mikelangelo— la altives de la duquesa hizo que el centinela no se lo pensara dos veces y llamó a la puerta del músico.

Entró dejando a la Duquesa esperando, algo que no le gustaba pero que decidió pasar por alto. —Adelante madame— dijo y abrió paso para que Keyla entrara sin más.

Y ahí estaba, con su cabello desalineado. La puerta se cerró detrás de ella. La duquesa sonrió de forma seductora.

—Si me permite, usted si sabe aprovechar su potencial monsieur— opinó y se acercó a él, su falda a sus pasos se abría de la parte derecha mostrando la torneada pierna de blanca piel. Llegó hasta él y descansó su mano derecha en el hombro izquierdo de aquel vampiro que la miraba.

—Me extasió como a muchos su música— dijo la duquesa y acercó sus labios a la oreja de Mikelangelo, —ya sea alimentado monsieur, su música me abrió el apetito y como responsable quizás quiera acompañarme, es un caballero ¿cierto?— le susurró y besó su mejilla.

por **Mikelangelo Van Dort** Miér Ene 23, 2013 9:27 pm

Entró la dama de la noche por aquella puerta y no pude evitar observarle un tanto desconcertado, por que una duquesa querría tomarse la molestia de darle sus felicitaciones, y tantos halagos? Me quedaron rondando esas preguntas, ya que soy un hombre bastante privado de aquellas "felicitaciones elite".

Observé enarcando una ceja cuando la mujer posó su mano sobre mi hombro, hablándome al oído.

-Que bueno que le haya gustado Duquesa de Países Bajos...- le dije un tanto indiferente y me di vuelta para quitar su mano suavemente de mi hombro y besársela dando una reverencia.

Le miré directamente a sus ojos y me levanté, dándome vuelta para peinar un poco mi cabello y le hablé sin mirarle.

-La verdad madmoiselle, no me considero ningún caballero de hecho podría considerarme todo lo contrario, pero eso siempre va a quedar a juicio de los demás, no mío. - dije algo arrogante - Y claro que puedo aceptar su propuesta si usted lo desea, si a usted no le incomoda mi presencia...ni el hecho de que yo no tenga apetito.. - finalicé poniéndome mi chaquetón negro y poniéndome frente a ella....

-Entonces que decide?- le miré atentamente esperando su respuesta.

El hecho de que algunas personas me den sus felicitaciones y halagos, es normal, pero supe enseguida que esta hermosa mujer quería algo más, mis humos estarán por los cielos, lo sé muy bien, mi altanería quizás me juega una mala pasada con la sociedad entera, pero la persona que sepa llegar a mi, sabrá muy bien lo que tiene que ser sabido, y jamás se dejarán llevar por las masas y/o comentarios. ¿Cómo las personas y/o criaturas pueden llegar a tal punto conmigo
La verdad, solo se gana. ¿Cómo? ...depende de cada quien.

por **Keyla Van Zuiverheid** Vie Feb 01, 2013 5:16 pm

—Querido, no pretendo cambiar mi desición. Le gustan los juegos monsieur. Tengo pensado montar un pequeño espectáculo en las calles, sabe me encanta jugar con mi presa, espero que eso no le provoque aversión

Y rió cubriendo su boca con un pañuelo como toda una dama.

—Lo espero afuera monsieur—

Le dedicó un beso al aire y salió, el centinela le abrió paso y la acompañó hasta la puerta trasera.

Keyla se quedó esperando, planeando que haría. Dejó que los pensamientos de la gente Parisina le llegara a su mente, buscaría asesinos, violadores o cualquier lacra de la sociedad. Si Mikelangelo decidía participar en el juego de Keyla, ella estaba segura que se divertirían aquella noche, o al menos ella lo haría.

–¿Qué edad tendrá Mikelangelo?–

Pensó, Keyla no pretendía respetar la mente de Mikelangelo, no mientras participara en su juego, en el delicioso y malicioso juego de la duquesa.

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