Recorriendo los oscuros callejones

por Invitado Miér Sep 01, 2010 4:24 am

Recorria con total tranquilidad los callejones de París, debían ser alrededor de la una de la madrugada. Cualquiera que me viera pensaria que era una mujer insensata en recorrer ese oscuro lugar sola. Yo no era la insensata, sería el humana que intentaría ayudarme de algún ladrón.

Los pequeños tacones repiqueteaban en la piedra magnificando su sonido gracias al eco. Mi vestido con una pequeña cola de color rojo y negro acompañado de un pequeño sombrero de los mimos colores y unos guantes largos de seda china negros.

Hacia días que no veía un licántropo y acabar con él, aquello me frustraba pero no lo encontraria recorriendo las calles sino en los bosques pero antes debía alimentarme. Y como aperitivo algún insensato que se acercará a mí y a continuación seducir a algún joven, divertirme con él en la cama y como si de una mantís religiosa me tratará, drenar hasta la última gota de su sangre.

por **Nathalia Remoue** Miér Sep 01, 2010 2:26 pm

No era de buen ver el que una dama de clase alta anduviera por las calles a altas horas de la noche y más a solas, pero a mi eso me daba igual, la mejor hora para pasear por los callejones de París era esa, ya no sólo por la oscuridad que me embriaga sino por las cosas que puedes ver en ella, y a las diferentes criaturas que puedes llegar a conocer. Miré al cielo teñido de negro cubierto por incontables estrellas que lo iluminaban, la luna era nueva y brillaba con todo su esplendor, corría una suave brisa que hacía mover mis cabellos recogidos y mi traje de color morado que se movía al son de cada paso que daba. Las calles estaban silenciosas, sólo se escuchaba un leve taconeo producido por mis zapatos. Me adentré en uno de los callejones más oscuros de la ciudad, los humanos normales sin posesión de ningún don no osaban a pasar por allí en las tinieblas, pero mi valor era incalculable, nada me asustaba.

Ya adentrada en el oscuro callejón escuché de lejos que no estaba sola, el sonido de otros tacones que no eran los míos se acercaba hacia donde yo estaba. Me paré sin dudarlo para ver quién era la persona o ser que era igual de atrevida que yo en andar por la noche a solas. Esperé unos segundos hasta encontrarme a una dama que por su vestimenta y manera de contornearse se veía que era de una alta clase social, me acerqué a ella para saber de quién se trataba. No la conocía pero tan sólo con tenerla de frente supe que había algo diferente en ella, no era una humana corriente, aún así la saludé con un leve movimiento de cabeza.

por Invitado Miér Sep 01, 2010 2:41 pm

Unos pasos más me revelaron la figura de una mujer con un elegante vestido, ni por asomo se trataba de una prostituta que recorrian esas calles con un hombre que le pagaría pocas monedas por un poco de sexo.

Aprecié que la mujer estaba parada observándome e imité su gesto: cesé mis pasos y la observé detenidamente de los pies a la cabeza -Buenas noches.- saludé acompañado con un ligero asentimiento con la cabeza. No mostré sonrisa alguna analizando a la mujer intentando averiguar con la mirada que clase de mujer se trataba ya que las de alto nivel social ni la realeza pasearía por esas calles sola.

por **Nathalia Remoue** Miér Sep 01, 2010 3:08 pm

Observé que la desconocida se paraba ante mi con un semblante serio en su rostro y sin ningún tipo de discreción se atrevía a mirarme de arriba abajo como si de un chequeo médico se tratara. Me molestó su falta de cortesía, una señorita de mi nivel nunca debe mostrarse de esa manera tan desconsiderada. Mis ojos se clavaron en los suyos sin desviar en ningún momento la mirada, había algo en aquella mujer que no me agradaba. - Buenas noches. - Respondí con seriedad y desconfianza ante ella.

Al ver que no seguía su camino pensé que quizás querría decirme algo, lo normal era que me presentara, pero no me mostraba confianza alguna desvelarle mi nombre a la susodicha, así que me aventuré a preguntarle. - No la conozco ¿verdad?. - Conocía a la mayoría de las damas importantes de esta ciudad, pero a ella nunca la había visto en ningún baile o reunión. Esperé expectante a ver qué era lo que me respondía sin quitarle ni un segundo de mi atención.

por Invitado Miér Sep 01, 2010 3:22 pm

Me di cuenta como me miraba -Disculpe, acabo de llegar a la ciudad, me he atrevido a aventurarme por estas calles con la esperanza de no encontrarme con nadie y de repente encontrado con una figura desconocida y me he asustado.- mentí a la perfección mostrando una leve sonrisa en mis labios y acercándome con un poco más de confianza hacia ella -Su vestido me dice que no es nadie peligroso, siento mi descaro. Seguro que piensa que soy una insensata caminando por aquí pero por esa razón lo hago: porque no suele hacerlo nadie y usted, vuelvo a decir, me ha sorprendido.- le conté colocándome cerca de ella con amabilidad.

Mi vestido rojo y negro se apreciaba ligeramente por la excasa luz pero los guantes de seda negro brillaban excasamente -Soy Anna Ferro.- me presenté posando una mano en mi pecho sin borrar la amable sonrisa.

por **Nathalia Remoue** Miér Sep 01, 2010 6:00 pm

De repente su modo de mirarme cambió, incluso las facciones de su cara se volvieron amables y dulces, esto me sorprendió aún más todavía lo que hizo que pensara en no confiar en ella por el momento, aunque su respuesta fue bastante lógica y convincente había algo en ella que seguía sin gustarme, me daba la misma sensación que me había dado alguien en el pasado pero no recordaba a quién exactamente, tarde o temprano me acordaría y sabría atenerme a las consecuencias de seguir aquí parada frente a esta mujer.

Dí un paso atrás al ver que se acercaba a mi, ya no era porque presentía algo extraño con ella si no porque yo era así, desconfiaba de todo el mundo desde el principio, así evitaría llevarme desagradables sorpresas en el futuro. - Le entiendo, de todas maneras le aconsejo que si es nueva en esta ciudad no acostumbre a caminar sola a estas horas de la noche, nunca sabe lo que se puede encontrar. - La miré fijamente para ver la expresión de su cara al mencionarle lo último de mi diálogo.

Anna Ferro pensé desviando mi mirada hacia un lado, no había escuchado nunca su nombre, así que no la conocía ni siquiera de oídas. - Encantada madame. - Dudé un segundo en decirle mi nombre, pero habría sido muy descortés por mi parte no presentarme. - Soy Nathalia Remoue. - Me presenté mientras inclinaba la cabeza hacia delante en modo de reverencia. Quería tener más información de aquella señorita, así que me atreví a indagar un poco más. - ¿Hace cuánto llegó a la ciudad?.

por Invitado Jue Sep 02, 2010 2:50 am

Mi rostro se dibujó una expresión de miedo y duda cuando me dijo que era mejor que no caminara por ahí a esas horas de la noche y disimulé muy bien que no me había dado cuenta que había hecho un paso hacia atrás. Miré hacia atrás esperando que nadie nos siguiera después de aquellas palabras.

Sus palabras me interrumpieron al oír su nombre -Que nombre más bonito. Llegué tan sólo unos días.- contesté mirando a mi alrededor haciendo como si la mujer hubiera hecho que me entrará miedo en el cuerpo -Confieso que me ha hecho sentir algo de miedo. Recorria estas calles ya que por el aspecto fantasmagórico que presenta nadie las recorria.- dije con un ligero temblor en mi voz -Si tan peligrosas son ¿por qué usted anda por ellas?- pregunté.

por **Nathalia Remoue** Jue Sep 02, 2010 6:34 pm

Observé su reacción y vi cómo su cara cambiaba a un estado de miedo, me paré a pensar si en realidad era así y me había equivocado por la primera impresión que me había causado o si era tan buena actriz que podía engañar a cualquiera con sus gestos y palabras. No lo tenía claro, pero decidí darle una oportunidad no sin estar alerta por cualquier cambio que pudiera surgir en nuestra conversación.

Sonreí por el cumplido que hacía honor a mi nombre. - Gracias. - Dije sin opinar si su nombre también lo era. No solía regalarle los oídos a nadie sin razón, y mucho menos a alguien que acabara de conocer y más en estas circunstancias en las que no me fiaba del todo de la inocencia que quería aparentar. - Pues sólo me queda decirle que bienvenida a París, espero que le guste esta ciudad y ¿a qué se debe su visita por mi país? perdone mi pregunta si le ha molestado, no está obligada a responder ya que sólo soy una curiosa ciudadana. - Dije mientras me ponía la mano en el pecho a modo de disculpa.

Confieso que si la señorita estaba representando un papel lo estaba haciendo con mucha destreza, sólo con ver cómo miraba a su alrededor y la expresión de miedo en su rostro merecía un premio por ello, pero quién sabe, quizás fuese en realidad así. Intenté borrar esos pensamientos de mi cabeza, había decidido darle una oportunidad y eso es lo que iba a hacer. - De nuevo le pido disculpas por hacele sentir de esa manera, sólo la estaba advirtiendo ya que usted misma me acaba de decir que es nueva en la ciudad. - Asentí con la cabeza al escucharla hablar sobre el aspecto de la calle, tenía toda la razón, pero por ello debía de tener más precaución a la hora de caminar por aquí de noche y a solas. Solté una leve risita cuando me preguntó por mi. - He nacido aquí y me he criado aquí, llevo toda mi vida caminando por estas calles y me las conozco muy bien, aunque debo admitir que ha sido muy irresponsable por mi parte venir solas a estas altas horas de la noche.

por Invitado Vie Sep 03, 2010 3:24 am

Le demostraba que estaba asustada -Gracias, estoy visitando a unos amigos que hacia mucho tiempo que no venian y debía cumplir con una visita.- le dije en resumen como si quisiera salir de aquel lugar de inmediato.

-En Italia se pueden caminar tranquilamente por este tipo de calles ya que ni los vagabundos las recorren por su aspecto, por eso mi irresponsabilidad a recorrerlas también en París.- le dije respirando entrecortadamente mostrándole nerviosismo -Debo agradecerle su advertencia pero ahora mismo lo que quiero es salir de aquí sin ánimo de ofender.- le comenté ya que éstabamos ambas paradas en medio del callejón.

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