Blood Moon (Libre)

por **Ankhiara - Cannette** Dom Ago 08, 2010 5:33 pm

“El rostro oculto de la luna esconde los secretos que el hombre prefiere ignorar, así soy yo… Ambigua, indiscreta y terriblemente artificial ¿Qué existe debajo de mi antifaz?”

La Fee Verte… Un sitio donde los vampiros encuentran suculentos majares sin esfuerzo alguno, una dinastía en donde Ankhiara no es más que un simple paria de alguien más fuerte que ella. No importa si la cárcel es del más hermoso de los cristales se continúa siendo un preso sin más nada. Allí la bruja posee la libertad de correr a donde se le la gana, privilegios que sin duda alguna se escuchan terriblemente tentadores, el poder del conocimiento y esa sabiduría que solo los ancestrales vampiros poseen yace en las venas de la bruja. El trato es simple su sangre por el saber ¿Hermoso no? Hasta el momento ningún ser merodeador de la noche ah tenido la oportunidad o mejor dicho el dinero suficiente para costear el nivel de las brujas, encantador por ahora…

Mientras su hermana duerme tranquilamente en un aposento situado dentro de este lugar, Ankhiara pasea por allí como un ánima errante en la obscuridad, no le encuentra sentido alguno a lo que le rodea, son tantas preguntas y tan pocas respuestas. A su alrededor los lugares vacíos se esparcen por doquier, permitiendo su concentración en lo caótico de su mente. Las aspiraciones que de niña perseguía como un sueño escondido ahora revolotean entre lo estúpido y absurdo, esas fantasías en las que los niñatos se sumergen, tan mágico, divino, místico y fácil… Todo eso se perdió tras su batalla por la supervivencia. ¿Maldad? ¿Perversión? ¿Destrucción? ¿Irreverencia? ¿Perdición? ¿Crueldad? ¿Sadicismo?... Palabras que vienen y van dentro de su descripción, simples conjugaciones de sílabas que no pueden traspasar la barrera que ha marcado ante todos. Sus ojos ambarinos posan en la nada, en la penumbra de aquel lugar, no es tiempo para que sus venas sean explotadas, sus manos acarician todo a su alrededor, su mente divaga de un lado a otro. Nuevamente la batalla interna tiene su origen exclusivamente en sus entrañas, esa maldita benevolencia y la venerable maldad que se ciñen sobre ella le despojan de un libre albedrío.

Los demonios se instauran en su mente convulsionando sus ideas, chocando contra sus principios ¿Hasta cuando parará? Toma un artefacto de alguna parte, no presta atención a lo que hace, únicamente siente el deseo por cometer esa acción, sus instintos le llaman, le queman la piel, sin estar consiente hiere su muñeca izquierda y la sangre comienza por brotar. Un rojo intenso macha su rudimentaria vestimenta, el brillo de la sangre hace parecer que de sus venas emana un hermoso rubí. Admira la extraña belleza de su fluido, la examina con su mano libre, sus dedos de manchan del líquido carmesí y como mujer poseída los lleva hasta sus labios para probar el brebaje de su cuerpo… - ¿Tanto alboroto por algo tan insípido como esto? – Cuestiona al aire con una ceja arqueada. Su mente se incorpora a su ser, levanta la cabeza admirando la luna sobre ella, no es una noche común, pues la presencia ese satélite sobre el firmamento, sin obstrucción alguna por las nubes es un augurio de muerte. Extiende su mano herida abriéndole paso a su sangre para caer al suelo, manchar el piso de un exquisito rojo y sonreír con la amargura en sus ojos.

por Invitado Mar Ago 10, 2010 5:07 am

Los rumores recorrían la ciudad....vampiros, hombres lobos, y toda clase de seres mitológicos, parecían haberse encontrado en Paris para asustar a sus gentes. Pero el sabia a ciencia cierta, que todos aquellos rumores no eran ciertos, aunque debía de comprobar algunos, que si pudiesen serlo.

Durante su breve visita a sus almacenes había escuchado a uno de sus trabajadores hablar de un lugar en París en donde un amigo de su primo, le había dicho que conocía a otro tipo que lo frecuentaba, y según estos....en aquel sitio no solo se servían copas de champagne o vino....había algo mas exclusivo. Aunque claro esta también tenia entendido que aquello no era mas que un prostíbulo en donde permitían fumar opio, así que todo podían ser alucinaciones de unos y de otros.

Ahora....plantado frente a la entrada en aquella estrecha calle medio oscura, levanto la mirada y fulmino la fachada del local con su mirada penetrante, tras sus lentes. Con su báculo empujo la puerta del local mientras se ayudaba de su diestra enguantada. Cruzo la puerta del local y la bocanada de una mezcla de humo, opio, alcohol, sudor humano...y a saber que otras cosas le golpearon sus fosas nasales.

Dio un rápido vistazo a su alrededor al tiempo que pensaba.

* Desde luego si los rumores son cierto no me extrañarían nada, es toda una ratonera para ratas...

No lograba ver demasiado las caras de los allí presentes a causa del humo y tampoco pretendía llamar demasiado la atención, así que busco un sitio libre junto a un rincón y tomo asiento sobre unas almohadas que hacían las veces de silla en el suelo. Dejo su báculo junto a el y alzando su mano intento llamar al camarero para que le sirviese una copa.

por **Ankhiara - Cannette** Mar Ago 10, 2010 4:11 pm

Vaya el panorama que se pintaba por aquí y por allá. La indiferencia de la bruja ante todo aquel magno evento se reflejaba en la profundidad de sus ojos. Todo, absolutamente todo le parece tan absurdo esta noche, su muñeca ensangrentada llama la atención de algún par de ojos mientras se adentra a la primer sala de su prisión. Las gotas de ese líquido escarlata caen en picada desde su herida hasta el suelo, el sonido de la sangre al chocar contra el piso es completamente inaudible, para un mortal común y corriente. Sus pasos si bien se les puede llamar así a la forma en la que arrastra sus pies, la conducen hasta la barra, necesita un trago fuerte del licor más amargo para recuperar sus ideas. Se siente tan vacía en este preciso momento que bien le importa muy poco la gente a su alrededor.

Al levantar la mano para pedir su copa recuerda que no es un personaje que acude a ese tipo de lugares para beber sin más, a su mente llega la noción del tiempo y el espacio. Atraviesa la maldita barra que le separa de los líquidos alcohólicos, dedica su insana sonrisa al barman y se sirve lo suyo. Un vaso con whisky, deja la botella en el aparador de las demás bebidas y se encamina hacía afuera del lugar, su mano aún escurre sangre, lo cual para quienes frecuentan La Fee Verte es algo bastante natural pero para los demás podría ser incluso una especia de señal mal infundada. Observando una asiento vacío al lado de un extraño se sienta junto a él y deposita su bebida sobre la pequeña mesa del frente. Su mirada ambarina se refugia en las facciones del hombre, si el lugar esta ocupado o no, es algo que viene sobrando en esta ocasión, simplemente se sentó por un instante en ese preciso lugar para reacomodarse sus prendas, ajustar el maldito corsé que le viene sofocando incansablemente desde el momento en el que se lo atavió.

Fue un simple y patético movimiento, la bruja jala con sus pequeñas manos el corsé del pecho hacía arriba, enseñar tanta maldita carne le provocaba un asco, se sentía más cómoda con sus ropajes llenos de polvo, simples sábanas que por más delgadas que fueran, cubrían más que las prendas que ahora vestía. Ese único ademán con sus brazos hizo que la herida de su muñeca se abriera más, dando paso a un brote de sangre que bien pareciese un manantial de la más preciada joya para los muertos, La sangre humana. – ¡Maldita sea! – Exclama con un golpe de su mano libre en la mesa, el trago que deposito sobre esta tiempo atrás cae al suelo derramándose por completo – Esto es tan valioso y yo aquí de estúpida desperdiciándola… - Rodea los ojos cubre su muñeca con la otra mano, le sonríe con amargura al extraño que seguramente no perdió detalle o tal vez sí, pero con sus acciones bien pudo llamar su atención lo suficiente. Se agacha para levantar el vaso que tiro y limpia la sangre restante en su ropa. Para sorpresa de algunos y nada fuera de lo común por parte de otros la herida en su muñeca desapareció.

por Invitado Mar Ago 10, 2010 5:09 pm

Había estado observando a la joven desde que hizo acto de presencia en el salón, una muchacha que debería de derrochar por todos los poros de su cuerpo, jovialidad, alegría, ganas de vivir; pero en cambio arrastraba su cuerpo como poseída por alguna extraña influencia, quizas alguna droga, mientras miraba al vacío con cara de zómbie moribunda.

Cerro los ojos por unos instantes, rezándole a dios para que al menos no fuese alguna sirviente de algún pérfido ser oscuro, si es que quedaba aun alguien que escuchase las plegarias de los buenos peregrinos...Cuando los abrió vio como la mujer se encontraba al otro lado de la barra sirviéndose ella misma mientras deleitaba con el jugueteo de sus largas pestañas al elegante barman.

*Una fulana mas...no cabe duda.

De pronto, la "fulana" cruzo de nuevo la sala para sentarse frente a el, justamente al otro lado de la mesa. Indudablemente había sido un acto instintivo y puramente fortuito, pues ni se fijo en el ni un segundo, tan solo se ajusto el corset, seguramente para provocar.
Comenzó a pensar que quizás el humo acumulado en aquel lugar de hierbas y demás drogas extrañas le estaba comenzando a emparanoiar. Pero entonces de pronto la muñeca de aquella mujer comenzó a emanar sangre, la cual comenzó a manchar la propia mesa, intuitivamente echo un rápido vistazo al local para ver si a algún cliente se le había comenzado a abrir el apetito nocturno.

Para después situarse rápidamente junto a la joven arropándola con su hombro, mientras que con su mano libre depositaba su cetro junto a la mesita y sacaba un pañuelo de seda del interior de su gabardina, la cual se encontraba a un lado en el suelo.

-Mi señora...debería verla un medico, esos cortes parecen profundos...(le susurro al oído)

Acto seguido se dio cuenta de que no había rastro alguno ya de herida en la muñeca de aquella joven.Sus peores pensamientos se habían hecho realidad...dios le había vuelto a fallar una vez mas.

-¿Pero en que demonios estas pensando? ¿A que extraño juego crees que estas jugando? Estas metida en la boca del lobo querida...

Las palabras de Francesc sonaron reprochativas, pero a la vez pacificadoras, era mas bien como la regañina de un padre a una inconsciente hija.

por **Ankhiara - Cannette** Mar Ago 10, 2010 6:24 pm

Su ceño se frunce. No comprende las palabras del individuo junto a ella, ese susurro tiempo antes le helo los huesos, no gusta que la gente ande por allí acercándosele lo suficiente como para alojar palabras por muy tiernas y caritativas que sean dentro de su oído en forma de un leve susurro más parecido a la caricia inusual de una briza veraniega. Sus ojos ambarinos se colocan en el rostro de aquel hombre, la pequeña mujer en su fragilidad divisa desde su perspectiva la composición física del varón. Le parece bastante extraño que alguien con su estructura se paseara por ese lugar. No tiene las características que destacan dentro de un cuerpo vampírico ni nada que se le pareciera, tampoco se trata de una persona cuya curiosidad de instale en su pensamiento como para comprobar fúnebres historias. La fémina se muerde el labio inferior manteniendo su ceño en una pose bastante crítica y en sospecha del hombre.

Arquea una ceja lo suficiente después de su escrutinio por las facciones del varón, sus labios se curvan sombríamente, deposita el vaso sobre la mesa. Uno de los meseros se pasea por allí y como es obvio la bruja le conoce, llama por su nombre al individuo en cuestión para pedirle una nueva bebida, gira su cabeza hasta toparse con los ojos del hombre que acogió en la extrañeza de la noche - ¿Se le ofrece algo de beber? – Pregunta ignorando en un principio la recriminación que este le hace, no necesita que nadie le diga que estar allí es un mal no solo para su persona, también para su hermana quien ahora descansa. Resopla sus labios, por educación debe responder las cuestiones del hombre, pero por otra parte siente que él no es quien para hablarle de esa forma, no cuando se encuentra inmiscuido en el territorio de la bruja, es ella quien debería hacerle ese tipo de preguntas al varón.
- ¿Juego, Monsieur? No es ningún juego – Se sienta nuevamente sobre la misma silla en donde se dispuso ajustarse el diminuto vestido – Esta es mi taberna y yo soy el lobo, usted se encuentra en mi boca, por ende en mi tablero – La edad que esa chica aparente no es más que la que en verdad tiene, no obstante, a sus 19 años de edad la bruja ah vivido cosas más terribles que un anciano. La experiencia es la que habla por sus labios, además el coraje y esa personalidad tan destructiva que posee no le dejan más que actuar de una forma tan irresponsable. No le debe cuentas a nadie, por ello se anda por allí entre las calles viviendo a su manera, la única persona con el poder suficiente para mantenerla en un control es Cannette, su hermana gemela, su mano derecha, su fiel amiga y compañera, por quien Ankhiara sería capaz de todo incluso dejar la magia negra.

– Y perdone la indiscreción Monsieur… ¿Qué hace alguien como usted en una cueva tan repulsiva como esta? – Pregunta altiva, desviando la mirada al lugar, mismo que se encuentra abarrotado por hombres de diferentes clases sociales, pero por reglas de la casa ninguno de ellos es más que un simple humano con ansiedad de embriagar sus sistemas. Lo que en verdad importa y lo mismo que atormenta a la bruja cada noche se encuentra en la segunda planta, el hogar del vampiro, la taberna del maldito, el burdel de los condenados, la verdadera identidad de LA FEE VERTE.

por Invitado Miér Ago 11, 2010 3:17 am

Francesc la examino de arriba abajo, ella no dijo nada pero le inquietaba su presencia tan cerca, podia notarlo... asi que se separo un poco de ella .

-Perdonad mis modales... pero para mi todo esto...es tan lamentable. Bebere....si pero con la condicion de que esta noche seas mi acompañante, y no debes de preocuparte... como ya supondras no soy un vampiro y tampoco quiero sexo. Tan solo charlar con una bella dama.

El de Touluse, decidio seguir con el alito de misterio, pero era la unica forma de asegurar sus sospechas, esperar la reaccion de la joven y despues atacar en los puntos debiles. Su modus operandi.
Pero parecia que la joven intentaba golpear primero aunque sin demasiado exito. Una carcajada escapo por entre la comisura de los labios del Francesc.

-¿Una loba? Perdone si mis preguntas la molestan, pero creame jovencita no soy un borracho de los que vienen por aqui a ponerse hasta arriba de opiaceos. No es necesario que me mienta aunque puede seguir haciendolo.

Medito unos segundos las respuestas de la joven, intentando buscar la forma mas idonea de abarcar el tema.

-Bueno... digamos que soy un perro viejo y curioso. Este local al parecer es bastante conocido entre la gente mundana y la no tan mundana, me lo recomendaron y vine aqui simplemente. De verdad ¿le gusta sentirse acosada por depravados y participar en orgias de sangre con....seres oscuros? No se. Una joven como tu aun deberia de estar siendo versada en las labores del hogar y no aqui encerrada.

Volvio a acercar su rostro al de ella, epro esta vez con mas tranquilidad mientras venia el camarero.

-¿Estas retenida? Puedo ayudarte, de verdad no me importa.

Una vez el camarero se situo junto a la mesa levanto la vista malumorado por la interrupcion y exclamo

-Champagne para la dama y para mi un vaso de agua fria, hace demasiado calor aqui y aun no me he colocado (sonrio al camarero, con una sonrisa forzada)

por **Ankhiara - Cannette** Vie Ago 13, 2010 9:39 pm

El ceño de la chica se frunce al escuchar las palabras mágicas en esta delicada ocasión. “¿Quién carajo le dijo de los vampiros?” Se pregunta internamente, si antes no le presto la atención suficiente al extraño ahora sus ojos se clavan detenidamente en él, escrudiñando cada recóndito lugar que en ese personaje que puede alcanzar a discernir. Ankhiara esta consciente de que si tan solo debela una pisca, si comete el error de pronunciar una maldita palabra, ejecutar un ademán cualquiera, ese señor podría conocer la identidad de la jovenzuela, eso es para nada algo bueno. Seguramente ese pobre humano era un caza recompensas, algún loco como todos los demás que creían en las patrañas de los seres sobrenaturales que lejos de ser mentiras escondía una verdad latente. No han pasado mucho tiempo desde que el hombre pronuncia las frases que atraparon a la mujer en su mundo. Esta astuta y por demás poco común, abre los ojos como platos, arquea una ceja, marca una mirada de incredulidad y arroja una carcajada estruendosa.

– ¡No me digáis que vos creéis en esas estupideces de los vampiros! – Esas no fueron precisamente las palabras que una dama debe colocar en sus labios, más no e quedaba otra opción si ese hombre piensa que en verdad la bruja se prostituye con los clientes que entran al lugar. Es mucho mejor que el varón se quede con esa amarga idea a que averigüe la verdad que se esconde en las mujeres que trabajan allí y no sólo en las damas, si no también en los caballeros que deambulan en las cercanías, las féminas nocturnas y por supuesto los trabajadores masculinos. Si bien Ankhiara siente la penosa necesidad de proteger su labor, a sus compañeras, a su amo… Pero sobretodo siente que el develar cualquier cosa a ese personaje sería crucial, dañaría lo que más quiere en este mundo, Cannette. – ¿Sexo? Monsieur, jamás creí ó pensé que vos desearéis el trabajo de una mujer, mucho menos el de una niña – Sonríe con una ceja arriba.

Aquel hombre tenía pinta de ser extraño, pero no por ello más que la misma mujer que ahora lo acompañaba. Por el momento él debe estar agradecido de encontrarse en el trabajo de la fémina y no en las calles, en cualquier ingrata esquina, por que de ser así seguramente la bruja estaría pensando dos veces si seguir su camino o jugar un poco con su magia. La carcajada del sujeto molesto las entrañas de Ankhiara, esto aumento cuando él expresó y juzgo sin siquiera preguntar que la mujer le mentía. Sin duda no conoce lo que se encuentra tras esa facha de niñata mocosa y sin sentido alguno por la vida. – Como quiera entenderlo, no me importa, si cree que e miento es su problema, más la verdadera maldad se esconde por debajo de un par de alas de ángel… - Clava sus ojos fuertemente en los del caballero, su labio pronuncia una mueca torcida. Entonces escucha las nuevas palabras del hombrecillo y una vez más la carcajada de Ankhiara se escucha a través del local, irrumpiendo la concentración de algunos en sus bebidas, fue una carcajada reverendamente socarrona. - ¿Labores del hogar? – Pregunta con sarcasmo – Una mujer como yo no es acosada por nadie, esos hombres no saben quien soy al igual que usted tampoco y con todo respeto Monsieur, esto no es lo que cree, quien le recomendó el lugar mintió en cuanto al sexo y los vampiros – Observa a su compañero de trabajo desenvolverse tan común como ella lo hace en el segundo piso, con aquellos vampiros, que solo piden sangre de las empleadas pues por obvias razones Ankhiara no puede estar a su alcance, al menos que paguen lo suficiente tan solo por probar una miserable copa de su sangre. – No, soy tan libre como le viento, puedo ir y venir a mi antojo… ¡Espera! – Toma del brazo al camarero - ¿Champagne? ¿Es una broma? Traedme lo de hace rato que por azares del destino no lo pude beber – Mira el suelo donde aún se encuentra de forma fresca el licor derramado.

por Invitado Lun Ago 16, 2010 4:51 pm

Ante la fallida intervención de la actriz en practicas, Francesc agacho la cabeza mirando hacia el suelo mientras ladeaba la cabeza de un lado a otro. Después se volvió a recostar sobre el sillón mientras miraba fijamente a la joven.

*Esta bien juguemos....(pensaba mientras la dejaba hablar)

La joven era brabucona perro aun asi le habían preparado para cosas peores... Trago su ego, evitando asi ser desenmascarado por una cria adolescente y aclarandose la voz sonrio al tiempo que pensaba.

*Aqui viene la primera acometida

-Y si tan libre decis que sois, acompañadme esta noche... estoy de paso y necesitaria que alguien me enseñase la ciudad, me han dicho que de noche es muy bonita...

Una sonrisa dulzona se dibujo en su semblante. Para luego ladear la cabeza y comprobar si aun quedaba alguien alertado tras el aparente ataque de histeria de la jovencita. Una vez se hubo asegurado sonriente continuo.

-Como bien decis, no os conozco en absoluto, es por eso que intento hacerlo y vos no poneis demasiado de vuestra parte. Creame...yo tambien fui joven... Aunque y pese a todas las promesas que te puedan hacer en el mundo, el tiempo nos roba nuestra juventud condenandonos a la cenizas. Pero es ahi cuando renacemos como el ave fenix y ascendemos al reino de los cielos.

Parecia un maldito sacerdote...y sabia que aquel sermon en absoluto ayudaria, pero sentia necesario el saber que si aquella mujer no queria ser salvada, al menos hubiese elegido las sombras sabiendo a lo que se exponía.

-Muchos encantadores de serpientes de lenguas biperinas nos prometerán, la vida eterna, la eterna juventud, inclusive la eterna sabiduria, pero tan solo quieren engatusarnos con bellas palabras para despues de embaucarnos condenarnos a una muerte envida. Una vida eterna si...pero de muerte y promesas incumplidas.

Se volvio a aclarar la garganta al tiempo que veia venir al camarero, con el nuevo encargo.

por **Ankhiara - Cannette** Sáb Ago 21, 2010 11:14 pm

La jovenzuela se relajó un poco, estar a la defensiva le provoca cansancio y aburrimiento, después de una vida con actuaciones tales como esa, la monotonía le enreda entre nubes llenas de confusiones y bastante tedio. Reconoce que no puede engañar por mucho tiempo a las personas que le prestan atención, pero ¿A quién puede importarle un engendro tal como esa chiquilla? Una curvatura imaginaria se aloja en los labios de la chica, una mueca que no logra exteriorizar por que simplemente no desea mostrar nada más allá de la hostilidad de cual es reina y señora en esa tétrica noche. Se muerde el labio inferior con cierto frenesí al escuchar la propuesta por el extraño que le acompaña, es algo tentador para la muchacha en esa ocasión pues no desea estar atrapada allí en la Fee Verte toda la maldita y miserable noche, después de todo el señor Jared le comentó su completa libertad cuando no es solicitada y al parecer por el momento no hay quien pueda regodearse en obtener su sangre, es una de las más caras en ese bar para vampiros, Ankhiara y su hermana son del clan exclusivo, su sangre es bastante valiosa, poco peculiar y exquisita.

– Acompañar a un extraño en su búsqueda de la belleza Parisina… ¡Por supuesto! – Responde con toda la tranquilidad del mundo, más recuerda el atavío que se carga encima, entrecierra los ojos lentamente con signo de sospecha – ¿Dejara que vista algo más apropiado para el frío de otoño? – Pregunta con una ceja en lo alto, no pretende alejarse del hombre en ningún momento, además claro que no tardará ni una pisca de segundo cambiar sus ropas, resopla los labios y sonríe nuevamente al escuchar el sermón que le estaba dando el varón. Si, lo reconoce perfectamente, ella sabe mejor que nadie a lo que él se refiere y la verdad es que Ankhiara no tiene la intención de quedarse con la eternidad que le ofrecen pues no para ser inmortales se necesita que perecer como el extraño cree – Monsieur… - comenta con la seriedad de la que es posible y capaz de tener – Sólo se puede manipular de una forma tan vana como usted lo menciona a quienes la muerte les ah llegado inesperadamente, es únicamente a los humanos con ambiciones retorcidas, sueños laberinticos y pensamientos tan carentes de estética a quienes se les puede robar la vida como usted le llama… las lenguas viperinas son mi especialidad, mi ponzoña es más mortal que las espinas con las que adornaron el cuerpo de un cadáver… - Le responde de un solo tajo sus comentarios.

EL camarero se acerca con las bebidas, Ankhiara toma la suya y le ofrece al varón la que él había pedido para sí, una curvatura en la boca de la chica se asoma inevitablemente. – La luna esta teñida de rojo, la muerte es impredecible, inoportuna y la única salida… La eterna juventud, no existe… no es verdad, nadie puede ser eterno por siempre… - Una voz un tanto sombría sale de sus labios, otra vez se encuentra sumergida en sus propias teorías un poco rídiculas.

por Invitado Lun Ago 23, 2010 4:18 am

La mujer acepto sin rechistar, algo que dejo bastante desconcertado al de Touluse, pero no iba a ser el quien le pusiese trabas. Ademas sabia que aquel sitio no era el idoneo para hablar, ahora tan solo le quedaba asegurarse de que la joven no era un….ser de la oscuridad, pero no lo haría en el local, llamaría demasiado la atención y no le interesaba.

-Oh, que clase de caballero seria si os permitiese salir con esa indumentaria tan….escasa, al exterior de la noche, aun no estamos en invierno, pero Paris es una ciudad fria, asi que por supuesto, os esperare en este mismo sitio.

Escucha a la mujer hablar d enuevo, mientras el camarero sirve las bebidas, esta de un solo trago acaba con la suya, Francesc sonrie y añade:

-Al final vais a resultar mas inteligente de lo que pensaba.

Miro el vaso con su recipiente mientras lo zarandeaba un poco.

por **Ankhiara - Cannette** Jue Sep 16, 2010 4:46 pm

Se apresura a subir por las escaleras, en su caminata escucha las últimas palabras del caballero. Una sonría tenue dibujan sus labios y se encamina hasta las escaleras adoquinadas con una cadena de acceso restringido. Un hombre corpulento la mira atravesar dicho acceso le toma de la mano y con una mirada le indica que esta cruzando una línea prohibida, esta le sonríe con un fúnebre encanto y el varón al ver de quien se trataba simplemente retira su atadura con una timidez vista en sus ojos. La dama continúa su camino hasta llegar al segundo piso.

Una vez allí, se asegura que los vampiros se encuentren bebiendo silenciosamente de la sangre de las otras muñecas. Ella no está allí para servirle a nadie, sólo lo hace cuando el maldito lugar esta abarrotado de seres de ultratumba y por el momento las demás muñecas pueden hacerse cargo de lo que les haga falta a los caballeros, además claro, esa bruja es inalcanzable para los infelices. Se dirige a una de las habitaciones con las que cuenta la Fee Verte claro para uso exclusivo de los privados, y se percata que su hermana aún continúa dormida tal cual ella la dejó momentos atrás. Asoma su cabeza por uno de los ventanales y admira la luna eclipsada en un tono rojizo, una luna que sin duda esta llena de augurios para todos los que no pueden defenderse de la obscuridad.

Toma sus ropajes viejos, desgastados y bastante delgados de un perchero, se viste rápidamente. Se aproxima al cuerpo de Cannette y deposita un beso en su frente. – Si no regreso, sabéis a donde me fui – Susurra cálidamente en el lóbulo derecho de la bruja y desaparece de la habitación como una sombra atravesando el cementerio. Regresa al lado del caballero en las mesas del bar, sonríe con una ceja en lo alto. – La inteligencia Monsieur siempre es subestimada por los ciegos ¿Nos vamos? – Comenta y pregunta, el cantinero observa el cambio de la dama, frunce el ceño y quizá le advierta al dueño lo que la mujer planea, quizá le busquen en las calles y le castiguen después ó simplemente calle para beneficio de todos.

por Invitado Jue Sep 23, 2010 5:23 am

Al verla aparecer otra vez de entre aquella neblina opiacea, se puso en pie y le tendio su brazo para que la mujer lo agarrase al tiempo que le contestaba con una sonrisa.

-No es mas ciego el que no puede ver, si no el que no quiere ver. Señorita y creo que con este ambiente tan cargado, para mi todas las damas son ratas. Es por ello que me gustaria verla a la luz de la luna y asi salir de mi ceguera temporal.

Mientras hablaban salen del local, una vez fuera en el estrecho callejón la vulve a mirar y este le hace una reberencia a la mujer.

-Estabais en lo cierto, pero acabo de quitarme la venda que cubria mi cansada vista. Permitidme el cumplido, pero sois bellisima baco la blanquecina luz de la luna. ¿Dónde quereis ir?

Fdi: seguimos aquí? O cambiamos de tema?

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