La soledad llega cuando uno lo desea... (Libre)

por **Ivanka Konrad** Mar Jul 19, 2011 9:30 pm

Por un instante me pregunte... ¿que rayos hacía en el puerto? no había demasiada gente alrededor pues la noche ya había caído, y al parecer los parisinos resultaban personas bastante desconfiadas, o quizás precavidas. Caminaba rozando delicadamente el barandal del antiquísimo muelle, escuchando como la vieja pero fuerte madera rechinaba aun cuando mis pasos eran delicados.

Era una noche sumamente calurosa, que iba acompañada por un despejado cielo iluminado por unas cuantas estrellas, una noche hermosa, al menos para quien así lo deseara, pero para mi... resultaba ciertamente sin sentido "Patético, no puedes pasar mucho tiempo en soledad" pensé para mi misma mientras en mi rostro se dibujaba un semblante ausente, nostálgico, era un semblante que me enojaba por dentro, sentirme acongojada por estar sola...

"En ocasiones te odio tanto Ivanka" pensé para mi misma mientras detenía mis pasos y contemplaba el oscuro mar, "Debiste ir por diversión, para que no pensaras en tu condición" nuevamente aquel reproche interno, ¿porque torturarme tanto?, me hacían tanta falta mis padres... mis queridos padres... que ahora solo vivían en mis recuerdos.

Alcé ligeramente mi abultado vestido y me senté en aquel mohoso muelle, tenía la mirada perdida, ausente, incluso me importaban poco los ruidos a mi alrededor ya que los recuerdos iban y venían haciendo que aquella noche fuera mucho más miserable - ¿para que me torturo? nada cambiara... - susurré con pesar para nadie.. al final mis palabras se las llevaría el viento. Después de un momento, escuché como unos pasos se acercaban, y aun cuando así era... no me levanté de mi posición adquirida, no tenía ganas de jugar esa noche a la damisela en peligro.

por **Allegra Devlin** Miér Jul 20, 2011 3:10 am

Ciertamente me sorprendía hasta que punto era mi curiosidad capaz de arrastrarme, los ruidos y olores de esta nueva ciudad eran tan atrayentes e hipnóticos que apenas tenia tiempo de registrar cada cosa que pasaba. Sin embargo ese instinto leve que tenia de aventura me llevo aun mas lejos de las coloridas tiendas y los tradicionales hogares, sabia exactamente a donde iba y las consecuencias que me podían caer luego, sin embargo mis pies seguían avanzando mientras investigaba esta solitaria zona de Paris.

Después de haber pasado mi día entre el tumulto de gente y de tienda en tienda solo un vistazo al puerto me hizo darme cuenta del gran contraste de los dos lugares y como en un pequeño espacio pudieran existir dos zonas tan diferentes pero a la vez tan llamativas.
Lamente el echo de no haber escogido un vestido mas ligero para esta travesía, el que llevaba en ese momento, aunque de un bello color rosa pálido que ciertamente resaltaba mis facciones, era demasiado largo, tanto que llegaba hasta el suelo cubriendo mis pies.

Por primera vez me detuve y mire a mi alrededor, definitivamente este lugar estaba demasiado solitario y si mi hermano me viera en estos lugares ya hubiera pegado un grito en el cielo. Iba a regresa por donde había venido cuando note una figura tan solo unos metros de distancia.
Sus ropas tan elegantes me llamaron la atención y al deducir que era de clase alta todo miedo que pudiera tener desapareció, ¿estaba siendo demasiado despreocupada? Tal vez, pero no pensaba regresar tan rápido a casa y simplemente aburrirme en mi propia soledad.

Junte mis manos detras dejandolas caer suavemente sobre mi espalda mientras caminaba a ella con paso decidido haciendo que mi vestido flotara ligeramente a mis pies.

- Buenas noches-salude cortésmente con una ligera inclinación de cabeza

por **Ivanka Konrad** Jue Jul 21, 2011 2:15 pm

Aquellos pasos que mis finos oidos habian captado ahora venian acompañado con un suave y delicioso aroma a mujer, no me había interesado mirar de quien se trataba hasta que una suave voz saludó a lo que al parecer era mi persona.

Mi mirada fue desde el final de su vestido admirando las hermosas telas que adornaban su bien formado cuerpo, era una mujer de rubios cabellos, con una piel blanca que aun a la distancia que me encontraba se me figuraba como tersa; sus ojos... dos luceros iluminando la noche y quizás de una corta edad... , no pude evitar sonreír de manera coqueta "Y aquí esta la Ivanka enamoradiza de la belleza" pensé con cierto reproche a mi misma, con el paso de los años era ahora imposible detener aquellos momentos en que mi admiración por la belleza humana me mostraba como una mujer sumamente egocéntrica ¿pero que persona de alta sociedad no lo era?, "Ni siquiera respondiste a su saludo" aquella voz que se decía mi cordura me molestaba nuevamente.

- Buenas noches madame - susurré aun con aquella sonrisa adornando mi rostro, por la posición en la que me encontraba hubiera sido toda una hazaña levantarme con rapidez por lo que opté por permanecer sentada al menos un poco más - ¿disfrutando de las bellezas de la noche? - pregunté mirando nuevamente alrededor, al parecer se encontraba tan sola como yo aquella noche. - Ivanka Konrad, para servirle - hice una ligera inclinación de cabeza para acompañar mi corta presentación.

por **Allegra Devlin** Vie Jul 22, 2011 11:54 pm

Me pareció una situación divertida verla sentada ahí, pero si había alguien que comprendía la dificultad de avanzar con semejantes vestidos era yo. Inconscientemente mire mi propio atuendo e hice un rápido calculo de cual seria mi escenario si intentaba lo mismo que ella, deseche esa idea al recordar cuanto era mi torpeza. Aunque llevaba los vestidos como una segunda piel, este en particular me había echo pasar malos ratos.
Me concentre en la mujer frente a mi, me sorprendió el tono particular de su piel y el bello contraste que lograba con su larga cabellera oscura. Sus ojos tenían un brillo particular que les daba un bello tono.

Cuando escuche su contestación en un suave susurro y note la sonrisa que se le apareció en el rostro no pude contenerme y dibuje una sonrisa en mi rostro también. Era agradable encontrar compañías como esta, aunque sea en un lugar tan poco común como el puerto.

-Paris sin duda ofrece muchas bellezas que pueden ser disfrutadas a cualquier hora, en especial por la noche, cuando la luna adorna el lugar-conteste en tono juguetón mientras me acercaba mas a ella.

-Un placer conocerla Ivanka, mi nombre es Allegra Devlin-añadí al escuchar su presentación.- Déjeme decirle que Ivanja me parece un nombre tan original

No pude contener el comentario, pero era algo común en mi persona que de mi boca salieran palabras que aun no había analizado.

por **Ivanka Konrad** Dom Jul 24, 2011 9:49 pm

La miré detenidamente mientras se acercaba, así de cerca el suave perfume que su cuerpo emanaba llegaba a mis sentidos, era simplemente exquisito, su comentario, me hizo mirar a la luna mientras daba un pequeño suspiro, - claro, pero debemos agradecer que no es una luna llena porque en esas noches, es un poco peligroso - la sonrisa picara en mi rostro no la pude contener ni un solo instante, pero eran más que ciertas.

Con cierta destreza logré levantarme para quedar frente a ella y mirarla a los ojos - es un placer madame Alegra - tomé su mano para estrecharla con delicadeza, como si de una flor se tratara- y del nombre, ha sido el favorito de mi madre - miré alrededor de donde nos encontrábamos y aun hacía falta un poco de recorrido para el largo muelle - ¿gusta acompañarme o tiene algo que hacer? - pregunté de manera curiosa mientras le sonreía esperando que aceptara.

por Invitado Lun Jul 25, 2011 5:15 pm

Huele a pescado, madera, moho y personas. Esta parte del muelle, dicen, es la más peligrosa de todas. Aquí los marinos se quedan hasta que su barco vuelva a partir hacia tierras lejanas. Durante su estadía, algunos sirven de alimento a los vampiros y, claro está, a los de mi especie. El pensar en el sabor de la carne cruda me repugna, otra de las muchas incomodidades de mi condición, creo que este n oes momento para pensar así.
Sostengo a un sujeto fornido contra la pared, mi mano aprieta su cuello con fuerza, mientras la otra sostiene la funda falsa de mi espada, ni siquiera tuve que usar a Homura. Este hombre fue débil, demasiado para decir lo que dice ser, lo que lo convierte en alguien falso.
Lo arrojo al suelo de un impulso y este golpea contra una cajas de carga viejas, la madera cruje y le cae encima algunos restos que las polillas olvidaron consumir.

-No eres un cazador, sólo eres un humano-le digo mirándolo con ojos furiosos- Tienes dos opciones. Quédate y combáteme o sal corriendo como cobarde.

El hombre se levanta adolorido, de su brazo corre sangre rápidamente, este se lo sostiene y sale por el pasillo más próximo, hacia la luz de la noche. Hago una media sonrisa y doy la vuelta, dirigiéndome a lo que llama “la parte bella del muelle”.
Dicen que hay miles de leyendas que hablan de amores perdidos, fantasma, tesoros, princesa, príncipes y monstruos, como yo. Mi padre solía contarme mitos así cuando era joven, claro que para nosotros era realidad, sobre la venida de Quetzalcóatl o sobre la fundación de Tenochtitlán, cuando encontramos esa águila devorando la serpiente.

-Tenochtitlán…-susurro sosteniéndome la sien-mi hogar…

Lo cierto es que suele recordarlo muy seguido, simplemente hoy, después de un día agitado, termino por traer un sentimiento de nostalgia, que todo lo que tuve, lo perdí gracias a los españoles. Que sólo Japón me enseño el honor y la manera de seguir viviendo, para quitarle la vida a aquellos que osan contra mi raza, mi nueva raza, los licántropos.

Al pensar tanto para mí, pierdo la nostalgia de la llegada ante la parte arreglada del puerto. Aquí la gente se amontona para recibir los barcos de pasajeros, no los de carga. Las mujeres agitan sus abanicos y usan sus ojos coquetos para atraer un hombre, para acompañarla una noche o toda la vida, dependiendo de que día de la semana es.
Noto a dos señoritas, una rubia, de un vestido rosa con aroma y hierbas y pociones, oculta ante un perfume sumamente fino. Me detengo al notar ese aroma a magia, imposible de no reconocer y el otro, ese tan parecido al mío, la otra chica es una licántropo.

por **Ivanka Konrad** Mar Jul 26, 2011 11:49 am

Aun esperaba ansiosa la respuesta de la bella dama, las tristezas al parecer ya habían desaparecido al menos por una noche, los ruidos de alrededor trajeron nuevamente pasos aunque aun eran un poco lejanos, pero eran totalmente diferentes a los que Allegra pudo haber tenido, eran fuertes y decididos.

Alcé la vista para mirar sobre el hombro de Allegra y encontrarme con la insistente mirada de un hombre su aspecto era sumamente rudo, enarqué una ceja ante su insistencia, un cambio en el viento hizo que su aroma llegara hasta donde nos encontrábamos, tenía un aroma parecido al mio, pero también traía un delicado aroma a sangre.

Era un licántropo y de eso no tenía la menor duda, aun y cuando nunca me hubiera encontrado con alguno, quizás era reconocimiento de la especie, o que se yo, comencé a preocuparme por lo que podría catalogar como mi acompañante, ya que no tenía la menor idea si sería un ser agresivo, o rudo, "No tengo la menor idea de como se comportará" pensé para mi misma mientras desviaba la mirada y miraba a Allegra un instante - creo que tendremos compañía - susurré para ella mientras alzaba nuevamente la mirada y decía con voz lo suficientemente fuerte para que escuchara pero a la vez fuera tranquila - Buenas noches monsieur linda noche ¿no es así? - hice una leve reverencia desde el lugar donde nos encontrábamos.

por **Allegra Devlin** Sáb Jul 30, 2011 6:23 pm

Una vez mas dirigí mi mirada a la luna, tan solo una pequeña confirmación, y tal como Ivanka había descrito esa noche la luna llena no nos iluminaba con su presencia. Aun así el muelle estaba levemente iluminado y una suave brisa comenzaba a ser mas constante y fría conforme mas tiempo pasamos en el puerto.
Pude notar un cierto doble sentido en su comentario pero decidí ignorarlo por ahora y me limite a regresarle una sonrisa. Seguí sus movimientos hasta que estuvo de pie frente a mi, encontré sus pasos bastante ligeros y bien coordinados, una vez mas hice a un lado estos pensamientos mientras alargaba mi mano para estrecharla con la suya.

Mas sin embargo antes de que las palabras pudieran salir de mi boca incluso formularlas en mi mente noto como la mirada de Ivanka se desvía mas alla de mi hombro, cuando escuche las palabras de la chica me voltee completamente para encarar esta nueva presencia. A primera vista solo distinguí a un hombre, a una discreta distancia de donde nos encontrábamos, pero por alguna razón mis sentidos habían emitido una ligera alerta a mi cuerpo lo cual le agrego un poco de emoción a la escena.

Acompañe a Ivanka en su reverencia mientras yo también hacia una.

-Esta noche tan hermosa ciertamente llama a admirarla-comente sonriendo amablemente

por Invitado Dom Jul 31, 2011 3:49 am

La realidad es que no pensaba encontrarme con alguien. ¿Qué pensaría la gente ante un asesino como yo? Si estas dos bellas mujeres supieran que en mi corazón no hay nada mas que la ira del abandono.
Las personas no pueden saber como es el acabar solo, el perder todo tu nombre, tu tierra, tu familia. ¿Qué saben las personas de esas pesadillas?

-Buenas noches, señoritas-le digo a ambas inclinándome hacia ellas.

Seguramente, la licántropo ya noto mi olor a sangre. Espero no me ataque o algo así. La verdad no suelo llevarme mucho con mi especie o con ninguna otra. Los últimos años han sido de soledad casi absoluta, años que se volvieron décadas y luego un siglo entero. Ya sólo me queda mi propio rencor con el cual hablar.

-Así es, una linda noche-les digo sonriendo-hermosa noche que espero no sea arruinada por alguna interrupción de una chusma furiosa cazando seres como nosotros.

No suelo ser delicado cuando hablo de lo que soy, mucho menos de lo que son las otras personas. No es que n ocrea en los modales pero mi propiamente se niega a utilizarlos, prefiero hablar directo, sin interesarme de que piensen los demás.

-Mi nombre es Makoto Inoue-les hago una reverencia suavemente-Es un placer encontrarlas en este muelle tan concurrido.

Esta parte del muelle suele ser muy transitada, llegando barcos constantemente con pasajeros de todas partes del planeta. Yo mismo entre por aquí hace unos meses y de igual forma me iré cuando mi deseo me plazca, ese que me mueve para no quedarme mucho tiempo en la misma tierra.

por **Ivanka Konrad** Mar Ago 02, 2011 9:44 pm

La amable respuesta de Allegra acompañó mi pequeño saludo a aquel ser, mi mirada era ciertamente expectante, no deseaba problemas aquella noche y menos que la joven mujer tuviera algún problema por la presencia de seres diferentes a ella. La precaución que habían inculcado en mí de no dañar a quien no lo merecía aun se mantenía persistente en mi interior.

Las palabras de aquel hombre me hicieron perder la tranquilidad y mostrar una mirada seria, apenas me había encontrado con tan bella joven y al parecer ahora me temería sin razón aparente, tomé la mano de Allegra para acercarnos un poco mientras le dedicaba una mirada de disculpa a través de mi rostro, pero no me iba a quedar de brazos cruzados ante tal hombre - monsieur Inoue, no dudo que tenga razones para aseverar de tal manera - comencé a hablar de manera tranquila y a recobrar la serenidad en el rostro aun cuando me sentía ligeramente incomoda, nunca me había hallado en tal situación y menos ante un ser que revelaba de buenas a primeras la condición de los seres a su alrededor- sin embargo creo que hablar de la "chusma" podría alentar a que puedan hallar a quien dar caza - lo miré con detenimiento aspirando con más intensidad el aroma que lleva a sangre - pero en este instante solo me encuentro con tres desconocidos que han cruzados caminos en un muelle como usted menciona sumamente transitado, un encuentro casual y tranquilo- me giré hacia Allegra y le sonreí - ¿verdad madame Devlin? - no sabía que intensión tenia aquel ser, esperaba que solo su hablar fuera tan brusco y no sus acciones hacia nosotras. Tomé un pañuelo del pequeño bolso que me acompañaba y se lo extendí a aquel hombre - tiene una pequeña macha en su cuello - susurré con tranquilidad mientras mantenía mi pañuelo extendido hacia el.

por **Allegra Devlin** Sáb Ago 06, 2011 8:14 pm

El cambio en el ambiente en el lugar sin duda me tomo por sorpresa, la situación tomo este giro inesperado en el que ninguno de los presentes pudo haber adivinado, y aunque apenas entendía un cuarto de toda esta imagen frente a mi, no me permití bajar la guardia mientras inconscientemente repasaba en mi mente algún método que pudiera utilizar para salir de ese lugar.

En ese momento senti cuando la suave mano de Ivanka se cruzaba con la mía, no entendí de donde vino esta acción pero cuando mi mirada se cruzo con la de la chica, deje que la situación corriera tal y como era. Me aparte un mechón del rostro mientras me enfocaba en el hombre y en eliminar la sorpresa de mi rostro cubriéndola con una mascara de neutralidad.
El tono que mantenía Ivanka con aquel nuevo invitado intentaba ser despreocupado mas sin embargo podía escuchar la irritación salir de algunas letras, de nuevo no pude evitar sorprenderme al notar el cambio tan drástico que sufrió su voz cuando se dirigió a mi. Sonreí casi automáticamente mientras asentía con la cabeza dándole la razón a la chica.

Enfoque mi mirada en ella pero ya se había volteado a encarar a Makoto, mientras sus palabras seguían resonado en el solitario puerto.

por Invitado Mar Ago 09, 2011 11:45 am

Suspiro ruidosamente al ver lo que causan mis comentarios. Bien sé que no soy de las personas que ocultan lo que piensan, nunca he visto mucho sentido a ocultarse en la hipocresía de esta sociedad, tal vez por eso nunca me quedo mucho en un solo lugar, porque tengo que comenzar a fingir ser alguien que no soy.

Me limpio con el pañuelo de la señorita de mi especie el cuello. La mancha es de sangre, asi que avergonzado me negó a devolvérselo, no seria agradable.

-Creo que mi forma de hablar les causa incomodidad, no es que hable así por ser grosero, sólo se me hizo correcto anunciar que ninguno de los tres somos humanos normales-digo mirando a la mujer de vestido rosa-Pues mientras otros somos amantes de una luna que nos puede condenar, otros usan hechizos y hierbas.

No lo había notado, mientras la mujer de cabello negro es claramente una licántropo, su aroma no me engaña, la otra tiene ese aroma a magia y hierbas, pero es muy suave, oculto por un perfume fino. Todos somos diferentes a los que pasan a nuestro alrededor, al menos de la mayoría, ya que acabo de oler a un cambia formas pasar cerca.

-No creo que sea bueno ocultar quienes somos, incluso cuando sabemos que somos similares-les sonrío mientras camino hacia la orilla del muelle- Además, frente al mar ¿Cuáles son nuestras diferencias? Todos somos, para él, unas simples manchitas de colores que se mueven sobre su lejana hermana la tierra, esa que él puede cubrir con facilidad, como si nada pudiera contra su fuerza.

Siempre le tuve fascinación al mar, tal vez porque estuve tiempo perdido en el, o por que viví varios años en una costa en Japón. Tal vez por que se, que del otro lado, esta mi hogar, el que me vio nacer y ya no existe, ahora contaminado por los españoles que nos han desaparecido.

-Disculpen, no pregunte por sus nombres-les digo volteando hacia ellas, mientras coloco la funda falsa en el suelo.

por **Ivanka Konrad** Mar Ago 30, 2011 7:00 pm

Cuando el intento explicarse por un instante pensé en replicar sus palabras, pero ciertamente no era mi intención causar más revuelo del que al parecer ya habíamos tenido. Por lo cual ante sus comentarios intenté controlar mi impaciencia natural... misma que pude hacer al notar como se guardaba el pañuelo al mirar la sangre en el, me encogí ligeramente de hombros ante su acción pero no pude evitar sonreír.

- Ciertamente monsieur Inoue ante tales pensamientos ¿qué mas da lo que somos? hay cosas que son mucho más grandes y poderosas que nosotros... - miré hacia el mar y continué - pero debo decirle que cada quien usa los mecanismos de defensa que a aprendido con el paso del tiempo y quizás por eso el discernimiento en nuestras maneras de referirnos a lo que somos- miré a Allegra y me recordé en su edad, cuando apenas había sido convertida y todo era diferente, mis padres cuidándome de la maldición que había recaido en mi, ahora todo era diferente, la soledad era mi única guía y poco a poco me aprendía a valer por mi misma - Ivanka Konrad a sus ordenes - contesté con una ligera reverencia hacia Makoto mientras miraba la funda que colocaba en el suelo, yo nunca había usado un arma ni nada por el estilo, por lo cual llamó ciertamente mi atención por un instante, esperaba por Allegra y su presentación.

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