No debes Jugar (Asagi)

por **Dana Luminita** Vie Jul 22, 2011 5:52 pm

Habías escrito varios versos con aquella pluma escarlata, no era tinta, era sangre, tenía pinta de cavar una tumba con sus garras y dejar su vaho en la tierra... ¿Cómo dices?... no, solo eran versos que se tardaban horas de línea en línea... ¿Qué estás pensando? Seguramente esta noche juntarás escarabajos en el lodo y verás el reflejo de la luna sobre la laguna, me gusta ese aroma a humedad, las hojas y las hierbas pegadas a los dedos... te has manchado las manos hundiéndolas en el fango. No tienes ni idea Juana, toda tu vida ha sido porcelana y tela, sin cabeza... esta noche el hambre no llegará con jarabe de cerezas, solo estarás sentada a mi lado con tus manitas en el lodo haciendo pasteles y castillos para el rey. Nada cambia Juana, seguimos en la misma inmundicia de este mundo.

Me recuesto sobre la hierba, esta noche las sombras descansan y solo me encuentro con Juana mi muñeca decapitada frente aquella laguna adivinando el manto estelar. ¿Puedes sentir ese aroma? Los muertos caminan por las noches y los lobos aúllan con los telones del teatro... esta noche, alguien viene... está cercano... El bonete rojo y el traje de arlequín me delatan con los detalles dorados, las botas de piel doradas y los cascabeles rojos. El maquillaje de un arlequín que no se mira al espejo para maquillarse. Pero eso que importa Juana, solo importa la soledad, solas contra el mundo y aquí, en esta noche, escucho sus pasos ¿Quién será? ¿Un gatito?...

por **Asagi Dunkelheit** Vie Jul 22, 2011 7:30 pm

Como un fiel minino atraído al sonido de un cascabel fui buscando el rastro de ese algo inconscientemente, entre mis oídos el sonido del agua, el chirrido de algunos grillos, sobre mis pasos el fango, el olor al pasto húmedo, un par de luciérnagas jugando una con otra, un olor dulce que el agua me regala, que me penetraba, un paisaje místico que se dibuja en las lejanías de aquel manto añil oscuro que me atrevo a llamar cielo y la luna que bajaba un poco para encontrarse con su amante el agua y regalarle el roció que hace fluir un sonido más atrevido, como dos amantes haciendo el amor detrás de todo ese escondrijo de naturaleza. Me bamboleo con elegancia ante todo aquello, pero el aroma de la sangre entra como un hilillo a mis sentidos, al alguien más ahí el dueño de los cascabeles, pues el hipnótico tintineo de ellos es lo que me hace acercarme.

En la orilla cerca del puente una balsa abandonada golpea contra él, más luciérnagas y una preciosa luna se asoma entre las hierbas, busco el olor, busco aquel sonido, me inmiscuyo entre las hierbas, ahí está condenada en un momento de soledad, una mujer maquillada transformada aquella que sale de las historias que muchos piensan hacen reír. Me acerco con cautela, con velocidad casi impresionante aun lado de donde se encuentra. – La soledad es un acto más de la felicidad van de la mano en los escenarios como en la vida, una muñeca lo ve todo aun sin tener cabeza, al igual la luna me escucha sin tener oídos – sonreí y solo musite pequeñas palabras, no pude si quiera saludar al inmutarme ante el paisaje.

por **Dana Luminita** Sáb Jul 23, 2011 1:51 am

Los sonidos son cercanos Juana y mi cuerpo se incorpora, sentándose, mirando el horizonte, escuchando, sin importarme siquiera si el lodo quiere jugar con mi ropa. Ding Dong, son los cascabeles, toma mi mano Juana y quédate junto a mí, no pasa nada muñeca, luego te daré jarabe de cerezas para el dolor de cabeza. Las sombras solo están en los troncos de los arboles en espera. Es un aroma que solo los caminantes pueden poseer pero ni siquiera miro a mis espaldas, me quedo mirando el espejo que está frente mío. Un espejo donde la luna se refleja vanidosa, canta melodías y Juana, puedes escribir los versos libres.

Las centellas brillas buscando un cauce y aparece la sombra del perfume que hace mover las ondas sobre el espejo, puedo verle desde donde estoy sentada, no me muevo. Parece día festivo con tantas luces, no nos temen y es gracioso, me hacen cosquillas en la nariz. La velocidad es de un parpadeo y solo encuentro su esencia más cerca que en un principio, no me muevo, sigo con esa pose petrificada observando la laguna. Muevo la nariz y un movimiento hace sonar el ding dong de los cascabeles.
– Solo es el sonido del agua y el brillo de la luna, pero se tiene este panorama. La soledad, siempre la soledad, tiene palabras, muchas palabras podría llenar frascos con versos sobre la soledad... –Sigo mirando le lago unos momentos y luego le miro- La felicidad, solo es pasajera... –observo su sonrisa, su cabello oscuro cae sobre uno de sus ojos, a comparación del mío que es rubio casi cenizo sobre mis hombros con unas mechas extrañas color rosa.- Ella es Juana y dice bonjour... –Le muestro la muñeca y le muevo una mano como su fuera un títere- Bienvenue au monde de l'obscurité... ¿Esta solo?... puede quedarse... hay mucho lodo, Juana hizo un pastel sabor a tierra.. que tome un pedazo... – con la muñeca le muestro el pastel que creé tiempo atrás, una pequeña pieza de arte en lodo, hojas y hierbas. Susurro- le dije que lo probé solo para no desairarla...pero realmente es muy... mohoso. Se queda pegado en los dientes y es molesto... –le guiño un ojo.

por **Asagi Dunkelheit** Dom Jul 24, 2011 11:14 pm

En el mundo escarlata nada cambia, al un glorioso silencio un réquiem a lo lejos, puedo escuchar las vociferantes voces, aquel triste caballero de negro soy yo, quien en esta helada noche brilla en silencio, ella quien descansa en la orilla sobre la superficie del lago, quien me muestra la bienvenida a un palacio divino en ruinas, uno tan gótico como la mirada de aquella diosa que carga en brazos. Las fragancias de todo lo que nos rodean y sus palabras me transportan en un valle orgullo encadenado en un jardín por lágrimas y sonrisas. Apenas me acerco otro poco veo el vanidoso reflejo del agua, las luciérnagas danzando apenas rozando haciendo ondas sobre él. – Bonjour Juana Merci pour l'accueil – contesto haciendo una reverencia.

Miro a la muñeca, diosa preciosa, es solo la forma de fingir magia, pero soy envuelto en su olor, el frágil néctar de la tierra, las hojas revueltas en una pieza que hace llamar postre, a su manera lo es, lo tomo con un grácil movimiento escucho los tintineos de los cascabeles, le miro absorta en el lago, creando, escribiendo y dibujando belleza por dentro – Esta noche estoy solo… Sin embargo creo que lo he dejado de estar al encontrarme con usted y “Juana” – sonrío al mirar la pieza en mis palmas, hechas a manos de una niña, de un ser enigmático – Dunkelheit Asagi quien les acompaña esta noche.

Sería descabellado llevar aquello a mi boca, claro tomo un pedazo con el dedo y lo mojo sobre la lengua, ese sabor a barro único e inconfundible que se funde con mis sentidos, resonando con el sonido del rocío – su sabor es exquisito, la tierra sin dudas tiene un penetrante aroma… como las Lilas – aquel perfume de esas flores que se daban a la orilla de un lago como este me encantaba, esa era una de las razones por las cuales había estado aquí. – Aunque la felicidad sea pasajera me gusta sentirme así que inmerso en palabras y conceptos que la soledad pueda traerme. – me senté a su lado con descaro, mirando, solo admirado semejante belleza.

por **Dana Luminita** Miér Jul 27, 2011 3:21 am

Puedo viajar de estrella a estrella y buscar un vinculo en sus recuerdos, esos recuerdos que me golpean con el tiempo, que me llevan a caravanas y ojos de color del océano, que los espejos de la luna solo se burlan de mi, de un demonio que no cree en esos recuerdos, que sus leyes le limitan a pesar siquiera en que un sentimiento le atravesó la mano. Las imágenes bailan sobre las luciérnagas y el viento mueve mi cabello haciendo que las aves nocturnas ululen en ese ambiente sombrío. Los grillos y las hojas acompañan un momento ese compás que se vuelve música.
-Bienvenido Dunkelheit... –digo con una voz con un dejo infantil, aunque tal vez lo sea, solo tenía dieciséis cuando morí, aunque aparento tener un poco más...- Soy el alfil Luminita... –levanto mi sombrero haciendo tintinear los cascabeles que tienen bordados en aquellas finas telas que se ensucian en ese fango.

Lo miro ansiosa cuando lleva su dedo a la boca para probar el trozo de barro. Mi amplia sonrisa es algo perturbadora, pero sonrío sincera y con gracia. Esta noche es extraña.
-Son las lilas o las orquídeas... –Lo miro sentarse y no le digo nada, puede resultar se un maniático o simplemente un vampiro que también le gusta hacer metáforas con las cosas, son pocos, los vampiros que son punto y aparte, solo son eso... un juguete más. Son pocos los que pueden grabar con letras su nombre dentro de los huesos de Luminita, los que puedan decir que realmente conocen un secreto, algo sobre ella... algunos pueden transmitir magia y otros, simplemente decadencia.

-Puede sentarse... aunque luego su trasero quedará fangoso... –rio un poco mientras acomodo su traje de monja de Juana, la loca, perdió su cabeza cuando tenía trece y fue encerrada en un manicomio, es que era ciega, los ojos se los robaron las aves de las hadas de las pesadillas.- Dunkenheit... ¿Puedo preguntarle una cosa?... –no puedo esperar a una respuesta así que hago la pregunta o más bien preguntas- ¿Porqué se siente feliz?... ¿Los vampiros pueden sentir felicidad a pesar de su condición?... ¿No sería una blasfemia?...

por **Asagi Dunkelheit** Miér Jul 27, 2011 7:17 pm

Se siente como una especie de embrujo, como una borrachera que solo la noche me puede brindar, escucho el eco de las ninfas que se pasean por las aguas cantando como en un coro tintado de la muerte, como un sentido gótico que envuelve entre lo barroco de las ruinas de algún despiadado reino, de la oscuridad. Solo su voz acompañada de un tintineo “gracioso” que me atrajo a sus pies, a sus encantos, el maquillaje en el rostro, la sonrisa siniestra y su hablar metafórico, le hacen una persona joven que quizá se sumerge en un chorrito de fantasía.

La luna nos mira, nos ilumina, veo con claridad todo de ella, me da la bienvenida – Es un verdadero placer conocerle Luminita – respiro profundamente y lo suelto en un suspiro que va cargado con la luz, con el olor de la tierra, con el dulce del lago, con el sonido de las pequeñas criaturas que habitan la noche, un suspiro que lo alberga todo y a la vez alberga muerte, porque es lo único que la luz deja ver a estas horas en medio del fango y del agua. Dos seres enigmático que no se cansan de hablar con paradojas – Estoy seguro que son lilas – sonrió y dejo la tarta en a un lado, había conocido pocos como ellas con esas pasiones por ese tipo de lenguaje que pocos entendemos no había problema alguno en llevar una conversación lejos de este destellante clima.

-No importan las galas mientras sea más hermoso el paisaje la compañía, esta ropa quizá solo es apariencia – me encojo de hombros y le observo, su rostro brilla por el reflejo de la tenue luz, el sonido impresionante que hace el lago y los pequeños bichos son deliciosos, de pronto una rana captura mi atención, croando cerca de ella, cerca de la muñeca, salta y salta juguetona, quiere adentrarse al agua eso se nota.

-Soy feliz a mi manera, puedo ser feliz en el momento que sacio mi sed y hambre con la sangre de mis victimas, es que todos podemos sentir ‘pero de manera distinta’ porque no somos iguales, seremos de la misma especie, pero he comprobado que no tenemos nada en común mas allá de ser lo que somos, al igual pasaba cuando éramos humanos, lo mismo pasa con cada persona, hay vampiros que aseguran haber sentido dolor con un simple golpe, pero hay quienes no lo creen, eso mismo pasa ahora contigo y conmigo – he respondido rápido, mientras la rana se tambalea entre la orilla dudosa de saltar o no al agua. En el mundo no existen personas iguales…

por **Dana Luminita** Sáb Jul 30, 2011 4:57 pm

Las luciérnagas tintinean con esas luces que forman coronas, danzantes se posan sobre nuestra atmosfera dejando caer las centellas de sus luces sobre nuestras marmóreas pieles. El viento susurra nombre y nostalgia, tal vez aquella noche no es solo el canto del viento, o de las aves, tal vez se vuelve otra cosa con tantas palabras que navegan sobre la laguna y la luna orgullosa se refleja en ella. Ironía, un lago, un espejo, pero no toleras mirarte en uno. No son los ojos, son los muertos que te siguen hasta el último día de tu existencia.

Ding Ding... son cascabeleos incesantes y oxidados de antaño, no puedes llorar, no puedes gritar, pero sigues existiendo, sin aliento, sin corazón, con el alma en el peldaño del abismo que te arrebatan los suspiros. Mis hombros se mueven con el suspiro que imita a los mortales.
-Me gusta mi ropa... no hay nada más cómodo que llevar bombachas... los vestidos son aburridos y complicados para poder escalar... –suelto una risilla-

El cantar de los sapos y las ranitas arbóreas es graciosos, muevo los dedos como su llevara una orquesta. Le observo mientras habla, escucho lo que dice, cada de sus palabras son notas delicadas que me llevan a un lugar que no conozco. Templanza, sensatez eso me deja mirar a través de sus ojos, aunque puede ser un engaño.

-Creo que es subjetiva, puede confundirse con el placer, la felicidad está prohibida para los condenados, la felicidad es pasajera... aunque eso puede atormentarnos toda la eternidad. No morimos felices y continuamos en este mundo buscando la misma felicidad que no tenemos, aunque sea pasajera, aunque sea una ficción de nuestra podrida existencia... – hablo de forma elocuente, mi mirada mira el cielo estrellado y unas nubes borran el borde de la luna, sonrío levemente y muevo las puntas de mis botas escarlatas que las borlas de cascabeles de plata chillan en las puntas- ¿Ha probado la miel?...-le pregunto con curiosidad y la pregunta no significa precisamente la miel común- Hoy quise cantar una canción pero no me salieron las notas... quise bailar para el rey y tocarle una melodía con mi fiel acompañante pero mis dedos fueron incapaces de moverse...... No conozco la felicidad y una vez probé la miel, aunque está prohibida por los de nuestro clan... ¿Vive por estas cercanías?... disculpe si he irrumpido su territorio...

por **Asagi Dunkelheit** Sáb Jul 30, 2011 7:44 pm

Era como si una biza a su lado me acompañara, es que la poesía se respiraba es que hay solo oscuridad y solo esa nos puede albergar como seres inmortales tenemos que aguantar al tintineo anunciante de que la muerte no está, a ese mismo mar hemos sido arrastrados pero no llevados, estamos inmersos entre el bien y el mal, estamos malditos y a su vez bendecidos, pertenecemos a una línea que no va mas allá de la luz ni del final es solo que se queda inmersa en la oscuridad y soledad.

Un tintineo vacio fingido de felicidad, y un solo placer escarlata que pude pintar la vida como se le plazca que puede iluminar la luna junto al lago de un cobalto hermoso o de un rojo malicioso. Me canta con esa voz que hace danzar y croar a las ranas que no pertenecen al mar.

Brincan entre los lotos limpiando el fango de su pequeño y verde cuerpo, solo los sonidos que nos trae el viento hacen que fluyan las palabras poéticas y reliquias preciosas que salen de nuestras bocas.

-Vivo más al sur, donde las rosas rojas me acompañan donde solo está mi paz y mi tranquilidad ni siquiera la sangre puede entrar a interrumpir mis pensamientos o sueños a través de las sabanas que adorna mi cuerpo sin vestimentas que aparentan a otro ser de bondad. El lago es libre de cualquier palabra, de cualquier presencia que haga suspirar a su amante la noche. – fue una sonrisa la que eche al mar que se llevo mi corazón junto a la profunda oscuridad de sus aguas.

Le escuche hablar, recitar lo que había dicho todo tan ambiguo – Nunca he probado la miel… Dudo que me sepa a algo a estas alturas, no me gusta lo dulce pero tampoco lo amargo lo que necesitas es inspiración que llene el vacio que hizo una torpeza ante el rey, pero la verdad es que nada me haría reír mas que tener su cabeza a mis pies. – no importaba si la felicidad era pasajera al menos era una pizca de humanidad sobre la tierra eternidad.

por **Dana Luminita** Lun Ago 01, 2011 2:47 am

Cae lento, cae la noche, se hunde en el abismo y no pide regreso, encuentra tu alma, encuentra tu destino y no habrá escapatoria para el cuento que estás creando. Quiero descubrir la historia que te alberga en el laberinto, una noche, solo una noche, una estrella, solo una estrella. Estás vaciando las alternativas del destino, un lecho de rosas y espinas en la piel, un corazón que sangra solitario, triste, cauteloso.

Es un tintineo oxidado por los centenares, y brilla la centella esa que ahoga los lamentos en el fango.
-¿Puede bañarse entre lecho de rosas hasta que sangre su corazón? No somos danzantes cautivos, somos los que caminan en la condena de la noche, me gusta lo que dice... ¿Podría ir un día a esconderme en la tierra de sus rosas? Tal vez es osado al pedirle eso a un desconocido. Disculpe mi atrevimiento señor Dunkelheit...

Mis pensamientos se vuelven hacer un nudo entre poemas olvidados, Juana despierta que aun no es media noche. Es el croar que hace tamborileos, los cascabeles y el murmullo de los grillos, pueden aturdirme, pero más allá está todo, está el viento que dice cosas, la luna orgullosa y el aroma de las lilas... todo es una danza, una danza que contemplamos en el fango.
-La miel sabe a desierto... la miel es igual a un amanecer en el desierto... es bello, dulce y calcina. –me rio por lo del rey, ese rey que da patadas de culo cuando quiere y cuando le place, mi creador, soy su esclava, soy de su propiedad, cuando quiere, cuando se le antoja, ahora soy libre, siempre soy libre, pero le pertenezco, que ironía... shhh shhh calla Juana que esta noche no puedes decir nada.
-El vacío que tengo aquí en el centro –apunto sobre mi pecho- no podrá llenarse nunca... -¿La cabeza del rey?... sí eso fuese fácil, un movimiento de mis hombros imita un perfecto suspiro- Es mejor que no hablemos del rey... pudiese practicar con una melodía para usted...¿Le gustaría?... ¿Me enseñaría sus rosas?... ¿señor...?

por **Asagi Dunkelheit** Mar Ago 02, 2011 7:25 pm

El misterio de las rosas, el misticismo de su olor y los enigmas de sus formas, pétalos que caen al mar que se van que vuelan sobre de mi bañando mi interior, son pétalos de arena, son pétalos de sol, son aquellos mismos pétalos de mi interior, aquel color escarlata que acompaña a mis victimas, que se regala a mis conocidos y que maldice a mis enemigos pero una sola quedo, aquella azul cobalto como mis ojos, como las nubes, como el cielo, quizá como los imaginarios ojos de Juana.

Invitados en el jardín solo para mirar las rosas, solo para aspirar su aroma, no vendría mal, jamás había introducido a nadie en mis tierras mucho menos a un desconocido, solo yo sabía cómo eran, pero su armonía, su poesía eran todo lo que quería. Indudablemente le llevaría. Extendí mi mano al levantarme para guiarla por el sendero que alumbran las luciérnagas – Vayamos a ver entonces el reino de las rosas, aquel mar de pasiones embriagantes dejemos que la luna nos arrate que nos calcine con su luz y que nos haga recitar versos hermosos como dos locos – sonreí esperando aceptara la invitación.

-El vacio puede curarse, puede adorarse, el vacio hace que todo se pudra, se seque y no quede nada, ni naturaleza, ni sentimientos, pero tienes algo que lo acompaña es la inspiración, la poesía y ese amor por lo que eres, no estás del todo vacio porque entonces no serías nada – sonreí a ella y después al cielo, como despidiéndome de aquella laguna para dirigirnos a la mansión.

por **Dana Luminita** Miér Ago 03, 2011 11:43 pm

Las caricias del viento se vuelven lánguidos azotes de hierro. Vienen cantando las voces, vienen a buscar mis cantos, mis versos, solo puedo separar los labios y suspirar. El agua es un arrullo que hace encantar los corazones pero solo me quedo como ausente, pensando en este nuevo mundo.

Noto su mano y la tomo para ponerme de pie, sin olvidar mi bolsa de arlequín y a la dulce Juana que sus dos manitas flotando se quedan en el borde de la bolsa. Sonrío ante lo que dice y asiento. No puedo esperar más y doy un salto de alegría, pronto sería el baile de las máscaras y todo sería diferente. Los recuerdos no son muy placenteros y trato de borrarlos con una hoja en blanco.
-No soy nada Monsieur Dunkelheit solo soy una pieza del ajedrez, el alfil del rey. –lo digo con seriedad y el sendero nos canta canciones, tal vez las aves ciegas nos quieran perder contando pesadillas.- Cuando encuentre algo o alguien que llene el vacío que llevo en el centro, podré quitarme la careta para siempre. Puedo enseñar mi verdadero rostro, pero la máscara siempre vuelve. ¿Seré capaz de quitármela para nunca más volver?.

-Es como cuando pruebas por primera vez duraznos en el desayuno o te tapas con cobijas de plumas... sientes volar... y no quieres detenerte... no detenerte más... ¿Las tiene de todos los colores?... Me gustan las blancas y las rojas... su aroma... de todas las flores, en mi jardín hay de todos los colores... le mostraré si usted desea... aunque está un poco lejos...

La mirada azul del arlequín se fija en el adiós de los vampiros, se fija en el espejo de la luna, del ulular de las aves nocturnas, del chapoteo de los sapitos, del movimiento de la yerba que se agita con el viento y de la guía de las luciérnagas que se pegan en su piel, que dejan como auras a nuestras siluetas. Mientras le dejo escuchar la música que se crea en mi cabeza una ilisión que llega con una melodía.

por **Asagi Dunkelheit** Lun Ago 08, 2011 10:10 pm

-Hoy es una noche maravillosa, sin preocupaciones, Deberíamos comenzar la misteriosa fiesta de la rosa, adelante – señale los enormes jardines que abundaban de rosas casi en su totalidad rojas, pero en el centro un caleidoscopio de flores. – Adelante, ¿Cuál es tu sabor favorito?, podemos apagar las luces y beber un té de rosas. – sonreí mientras le dejaba mirar y por encima la hermosa luna.

Le escuche decir eso del vacío, su maquillaje extraño, su manera de hablar, realmente quería estar llena como todo ser de oscuridad, paseábamos por los jardines de la mansión que a lo lejos vislumbraba. – Nada hay sin sentido en nosotros, no puedes ver en interior de la taza vacía. La vida es como un tablero de ajedrez y eres una pieza importante.

Puedes tomar cualquier rosa que se te apetezca solo cuidado con las espinas, son algo agresivas cuando se trata de alguien nuevo – sonreí mientras sostenía unas entre mis manos – ellas son mis amigas, van a donde voy, sus colores son punzantes, se huele la falsead, pero un desvió tampoco está mal, ellas escuchan todas mis historias y locuras en medio de la noche.

Perdóname si quedo corto y raro ando bajo de energias

por **Dana Luminita** Miér Ago 10, 2011 10:58 pm

Los caminos se vuelven más espesos y el aroma cambia poco a poco conforme vamos avanzado, esos colores sombríos de la noche que pintan las hojas, el sonido de las aves s, las flores embriagan, quiero un lecho de rosas, ¿Cuál es tu favorita Juana?... las mías las blancas, las tuyas las rojas... Los sonidos de aquella caja se abren ante la noche, sonidos acarician los pasos para revelarnos el recinto escondido en el bosque y nos saludan todas esas rosas cantando, moviéndose de un lado a otro, hacen una ronda y bailan can can.
-Qué empiece la fiesta- le tomo las manos y bailo con él en círculos- Mi sabor favorito es la miel... pero de todas las rosas... podría beberme las rojas, las blancas o las azules... no importa el color, ni el sabor... solo importa la compañía... gracias señor... –hago una reverencia.

Retornan las danzas; un, dos, tres y caigo sobre el lecho de rosas, me espinan los brazos, la cara, las piernas, se ensangrenta mi piel y suspiro el aroma, miro las estrellas y solo deseo morir, que me entierren Juana, debí haber muerto hace cuatrocientos años y sigo viva... respiro el campo de los mortales y ahora solo puedo contar los pétalos rojos y no he encontrado los verdaderos ojos que me acompañarán toda la eternidad.

-Soy un alfil...-murmuro- Solo una pieza más que se mueve para proteger a su rey... –me levanto llena de rasgaduras, tomo una de las rosas y con cuidado la arranco del tallo- la he matado... –digo con tristeza y la aspiro cerrando los ojos- Me gustaría escuchar algunas de las historias que se saben estas rosas... ¿Podría contarme alguna? ¿Porfavor?....-hago un puchero infantil con la rosa en la mano y los cascabeles tintineantes suenan mientras mis movimientos se acercan al vampiro que le persiguen las luciérnagas.

por **Asagi Dunkelheit** Vie Ago 12, 2011 1:22 am

La cama de las rosas se esparció por doquier en el aire, en cuanto tumbo su cuerpo en ellas, rasgo su piel, rasgo la felicidad de su rostro y podría decir que ya no estaba solo, una taza de miel con el té, las blancas o las rojas, no todas iguales, bajo el cielo y bajo el olor de sangre, los pétalos vuelan como mariposas, se van al cielo nocturno como si fueran hadas.

Me dejo tumbar en cuanto pone ese gesto en la cara, me llevo el dedo al rostro pensado, acerca de un cuento que le agrada, me desparramo y todo se rasga, la camisa deja ver unos puntitos rojos, pero la sanación acelerada hace su trabajo, no duele pero me encanta, entre más me hundo en las espinas, mas roja la camisa.

-Un alfil que protege a su rey es importante si se sabe mover- sonreí y le tome de la mano, acostándola a un lado, junto a Juana que atenta escuchaba, como un vampiro viejo hablaba – La princesa rosa… En su reino era conocida como la más hermosa, los dioses de todo el mundo le otorgaron dones, curaba la ceguera, las heridas de guerra y debido a eso, todos quisieron poseerla, pero se negaba, quería amar, que su don llegara al corazón de una persona, sin embargo eso no sucedía y lloraba cada noche, pensaba que no podría jamás entregar su cariño y su sonrisa a alguien, hasta que conoció a un joven amable, un humano que se sentó a su lado, llorando penas amargas como el sabor del limón, como las limas y mandarinas. Entonces ella pensó en curarle, pero no podía, esa herida era del corazón una herida de amor, el joven llegaba cada noche a sentarse y entristecerse a su lado, porque le dolía tanto y ella no podía hacer nada, era inútil y ella se fue enamorando. Se iba enojando, y crecían espinas alrededor de su cuerpo. Cuando él la noto, ella le hirió el dedo con una de esas espinas, y el jamás volvió, ella se arrepintió y conservo su amor, murió dentro de su cuerpo, lloro sangre y se tiño, solo espinas quedaron y el amor jamás volvió. – sonreí de nuevo a carcajadas en verdad me divertía, - Dime alfil del rey te ha gustado, ¿Juana está contenta de escuchar mis pobres palabras, que no son comparadas con las poesía bella que ella recita?

por **Dana Luminita** Mar Ago 16, 2011 5:23 am

Un movimiento en los hombros, uno absoluto y meticuloso, un actoral movimiento de un suspiro que imita a los mortales se expresa con sutileza sobre de mí, con el peso del mundo, con el peso de la conciencia, con el peso de un alma que pica en el centro, un alma que está encerrada en un abismo. Las heridas se curan. Una a una se curan Juana, no importa quién eres, siempre cerrarán. Las rosas encantan, son una isla que encanta. Su aroma y esa sensación aterciopelada que me hace olvidar. Entre tantas rosas rojas veo una que está en mis manos, la que maté momentos atrás. No puedo llorar Juana, no puedo llorar por su muerte, no me salen las lágrimas. Su mano es delicada parece un mármol de seda. Y mi cuerpo se recuesta a un lado del príncipe de las rosas, el joven vampiro de apariencia, pero antediluviano de experiencia y escucho con atención mirando el horizonte donde danzan las estrellas y mi mente viaja con sus palabras.

Un trago amargo se traba en mi garganta, no siento tristeza ni dolor, pero el cuento me lleva a esos personajes ficcionales, casi tocándolos. ¿Te conmoviste Juana? ¿Qué? Pobre florecita se parece a los vampiros, me recuerda a otra historia, una historia de gitanos.
-Si me ha gustado señor... me gustó mucho... a Juana también le han gustado mucho... me recordó a un cuento que me sé, se lo contaré con su permiso.

¿Recuerdas esas historias Juana? Sí, esa misma que siempre da vueltas en mi cabeza, esa donde los gitanos hacen que muerdas la orilla del sol, esos cuentos Juana, esos suentos son:
Una noche ella caminaba por pueblos gitanos, era un hada oscura que se alimentaba de las criaturas más hermosas. Entonces vio en medio de la noche a un hombre con los ojos llenos de agua, ojos hermosos y la piel muy blanca, caminaba despacio, derramando esas lágrimas y se encerró en su caravana, el era diferente a otros gitanos, el tenía un olor especiado a lavandas y orquídeas, algo que a ella le fascinaba. –hice una pausa mirando la rosa, ese cuento lo recuerdo desde ayer, lo recuerdo todo el tiempo, lo sé Juana, lo sé- Esa mujer se acercó con cautela, lo cazó como un depredador y cuando estaba a punto de quitarle la vida el hombre no le tuvo miedo, la miró con amor y le dijo "Si moriré sabré que me iré al infierno y que un ángel me ha llevado". Ella lo mató y el joven al darle su sangre y su vida, le regaló una maldición, el hada de la noche enloqueció. El joven tenía en una de sus manos un pendiente en forma de una pluma, era de hueso que el mismo había tallado. La pluma formaba una especie de olas en el borde. La locura de la mujer no era entendida y pocos lograban hablar con ella. Siempre andaba con el pendiente, no podía desasearse de él. Un día conoció a un hombre que tenía los ojos tristes y le recordaban al mar. Ese hombre habló con ella y pudo entender sus palabras, cada una de ellas y sus ojos parecían sonreírle pero aquellos ojos le torturaban día y noche, hicieron que su alma regresara a su cuerpo y lloraba cuando ella se miraba al espejo. Entonces no quiso jugar de nuevo. No quiso volver a matar solo por avaricia y lo dejó, le dejó el tesoro a ese hombre y ella se clavó una espada en el corazón, porque no podía sentir aquella debilidad de estar enamorada de alguien diferente sangre a la suya.

por **Asagi Dunkelheit** Dom Sep 11, 2011 9:41 pm

Hermosa historia, me encantaba que relatara el mar, era uno de mis recursos de inspiración, aplaudí cuando escuche terminar y le extendí otra rosa, a la pequeña Juana y al dulce arlequín. – Desde que era niño me ha gustado admirar el mar, siempre me escapaba y me sentaba horas y horas pensando que guardaba muchos secretos, el sol quemaba mi piel hasta tostarlo como el color del chocolate, lo que me recordó a una vieja anécdota que escuche en uno de los tantos viajes en barco, esa historia era de las más oscuras, en su tiempo, ahora se me hace tierna– suspire acostándome a un lado de Dana, mirando a Juana esperando que mis palabras llegaran a contemplarle.

-Imagina, igual era un gitano, uno que se maravillaba con las olas, con la espuma de las olas, el nació en medio de las aguas cristalinas, su madre lo bautizo con el nombre de Mar, siempre en verano, en pleno agosto iban a visitar las olas, a danzar junto a la arena, ver la luna llena y él se enamoraba cada vez más, le coqueteaba a las aguas saladas, lanzaba guirnaldas, hacía sonar la pandereta y finalmente termino amando cada ola que mojaba su frágil cuerpo, las aguas parecían contentas con su presencia, hubo momentos que nadie los podía separar, sentía que la sangre le hervía cada vez que se bañaba dentro de su profundidad, pero no podía casarse y mucho menos conocer los secretos que guardaba su amor eterno, entonces una noche de agosto nado con una daga en manos hasta lo más hondo y se arrancó el corazón como ofrenda de su amor, se dice que fue así como el muchacho logro conquistar el afamado amor de esas aguas y que le protege cuando alguien le quiere dañar. – Sonreí y me levante mirando la dulce carita maquillada de la vampiresa – Mi nombre significa Azul claro, mi madre me lo puso en honor del mar.

-Las rosas sin dudas son preciosas, dime dulce arlequín el significado tu nombre tan hermoso – Coquetee por momentos, guiñándole un ojo, era única, adoraba su naturaleza, si misticismo y deseaba conocerle, adoraría su poesía eternamente y jugaría con Juana hasta hallar sus ojos y ver a Dana completamente feliz.

Perdona mi respuesta rara y la demora.

por **Dana Luminita** Dom Oct 30, 2011 1:35 am

Mis ojos se quedan mirando un momento. Con los dedos agarro las rosas que me tiende el príncipe de las luciérnagas, y puedo sonreír, es agradable, diferente. Una gota de sangre nace de mi piel marmórea, pero luego la sangre se cuaja y la herida se cierra. Los recuerdos del mar siempre me hacen tener esos estragos de aquella historia, él se había perdido y nunca lo había encontrado nuevamente, pienso que nunca volverá, nunca, y que todo lo que pasó solo es parte de lo que es ahora, solo recuerdos.
– ¿Cuál es esa historia? –pregunto con curiosidad, porque esa es mi debilidad, las historias, los cuentos, ¿Juana escuchas? Tranquilas ambas miramos al caballero que nos contará un nuevo relato. Recostada en el lecho de rosas, sin importarme si me hieren las espinas, le miro mientras Juana se queda en mi pecho, le miramos con atención, con las rosas en las manos esperando, con ansiedad aquellas palabras que saldrán de su más escondido recuerdo.

Ambas escuchamos y viajamos con sus palabras imaginándonos lo que dice, cada una, cada palabra entra en nuestro mundo. Desprendo un suspiro al escuchar el final y solo me traen más recuerdos que me atormentan en esta no-vida. El amor verdadero que juró mi prometido, el amor verdadero que no le juré. Todas las cosas que pasamos juntos. Y luego el amor de un lobo que se arrancó el corazón en el mar para entregarlo en una bandeja de plata y poder comerlo en el desayuno. Salgo de mis pensamientos cuando me hace un cuestionamiento. Me incorporo y le miro con profundidad, casi nadie sabe mi nombre. Pero no puedo ocultarlo a estas alturas de la noche.
-Dana, es mi nombre real, Dana, mis padres me pusieron así...significa “la que sabe juzgar”. cuando nací al mundo de la inmortalidad. Mi padre me puso Luminita, porque decía que era la luz de su oscuridad. Dana Luminita. –tomo los dedos del vampiro y los miro un momento- ¿Para qué quiere saber mi nombre? No me gusta que me llamen Dana, me recuerda a mi humanidad – en esos momentos no parezco una demente, puedo reflejar la lucidez en mis palabras- Es mejor que me digan Luminita... el hada de las pesadillas, vivo en la arcadia, no tengo elfos, pero tengo trolles, que son mis torres escuderos. ¿Quiere escuchar la historia de Dana?

Spoiler:

por **Asagi Dunkelheit** Jue Dic 22, 2011 4:42 pm

Soy capaz de transportarme donde el ave azul de mis recuerdos, estaría de acuerdo en la mortalidad e inmortalidad donde hemos ido pasando, vislumbro las rosas azules, la niebla del amanecer, el sonido de aquella melodía de esos labios que besaban mi frente cuando bebe, y las manos alzando en plegarias por un abrazo, en cuanto veo al pequeño arlequín, lo se todo, me emana recuerdos, ternura, gratitud, algo que ningún inmortal logra transmitirme el olor de su embriagante sangre, Juana escucha atenta, es una hermosa muñeca, siento que el canto que llega a ese momento no es más que una luz, una luz que lleva a un obligado momento de oscuridad y crueldad, Dana Luminita, por sus padres y mortalidad lleva semejante nombre, pero ¿Qué soy yo?, no tengo padre, ni madre, me abandonaron en cuna junto a dos personas que me llevaron a la ruina…

Ven a mis brazos Dana, abre las alas azules y ayúdame a salir de la jaula, para volar al bosque añil donde los recuerdos no son más que eso, déjame vislumbrar una vez más todo aquello que algún día fue y de lo cual arranco una macabra sonrisa, no importa si me pudro, si en polvo quedo, déjame escuchar tu historia mi querida pieza de ajedrez, - Deja que tus recuerdos evoquen la luz que eres, déjame ver tu mortalidad, tan solo déjame ver el color de tu piel bajo el maquillaje blanco que se funde como un velo para ocultar el amor que tienes – murmuro observándole mientras aparto sus cabellos de su frente, tiene unos obres preciosos, en los cuales puedo reír o llorar dependiendo el danzar con el que de quiera bailar, mis labios son solo eso movimientos secos.

El susurro del viento hacen que los cascabeles suenen, espero atento a todo movimiento, a cada palabra, a sus facciones que se mueven para articular la fantástica historia que se dibuja creando vida en el firmamento, agarrando las estrella de iluminación y el manto azul como tablero, mueve las piezas y déjame conformar parte de un duelo donde vea a ese arlequín moverse lentamente…

por **Dana Luminita** Vie Dic 23, 2011 8:43 pm

No te pierdas Dana... shh shhh descansa pequeña, que esta noche tengo el control. NO. Soy yo la que tiene el control Juana, déjame pensar, déjame perderme en mis pensamientos, solo quiero escucharle, espinarme en este lecho y dormir en la tierra. Debo estar muerta, pero sigo viva en este mundo, caminando, sedienta y hambrienta. Solo puedo ver las estrellas, puedo escuchar el canto de las aves nocturnas, ver las luces de las luciérnagas. Se siente bien ese momento, no puedo contar las pausas, ni las respiraciones, estamos muertos. Y aunque quisiera estar así, no debo pensar siquiera en eso, en ello. Está prohibido para nosotros.
-Tiempo al tiempo señor, esta noche la voz de las aves se apagan con la aurora, pronto debemos de correr para guardarnos debajo la tierra.

Puedo enseñarle mi rostro, puedo enseñarle mis recuerdos, pero no es momento. No es dolor lo que describo y ese placentero sentimiento de empatía, mi cuerpo reacciona a defensiva, de pie miro el horizonte, con una muñeca en la mano que pierde la cabeza, error, perdió la cabeza hace tanto tiempo que ahora no recuerda que esa misma cabeza no la tiene sobre los hombros. Dejo un sello de un beso en una de sus mejillas y de pie con ese tintineo desaparezco en las sombras que quedan de esa noche.

FIN

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