AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
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Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
Había dormirdo plácidamente en mi habiatación temporal. No tenía intención de quedarme en absoluto, habría gente que lo necesitara más que yo. En cuanto pudiera encontraría un hogar. La amabilidad de Oliver me hacía sentir estraña, pero de una buena forma. No estaba acostumbrada a tanta amabilidad. Solo llevaba un año viajando por mi cuenta, buscando un lugar donde quedarme. Antes, en la escuela en la que me instruí, solo eran órdenes, gritos, exigencias y malas caras. Era a lo que yo estaba acostumbrada, ya que había crecido en ese ambiente. Desde que me llevaron con ellos siempre fue igual. Salíamos a muy trempranas horas a los bosques de la zona, en donde realizabamos miles de prueva de supervivencia, nos hacían controles submarinos de resistencia y nos enseñaban a trabajar en el aire, con la maquinaria que había para ello. Allí nunca había tenido mi propio cuarto, siempre lo compartíamos entre 6 personas, en camas de literas.
Desde que me fui de la academia, había vivido en soledad, apartada de todos, observan mi próximo trabajo, protegiendo a los humanos de las ciudades en las que estaba, o al menos intentandolo. Ahora no seguía las órdene de nadie por lo que podía hacer lo que quisiera y cómo quiera. Todo era más cómodo. Desde que perdí a mi compañero en una misión, nada volvió a ser igual. Seguí con mi carisma de siempre, aunque solo fuera con mis camaradas, pero nunca lo olvidaría. Nunca.
Salí de la habitación sosteniendo al lindo gatito siamés entre mis brazos. Realmente era lindo y pensé en ponerle nombre, aunque todavía no tenía claro cuál le quedaba mejor. Me pasée por el lugar, observando y a la vez buscando a Oliver al cual encontré en los jardines traseros sentado en un banco. Era un lindo jardín, transmitía mucha paz y tranquilidad. Me acerqué frente a él. - ¿Puedo sentarme con usted? - le pregunté con amabilidad. Mientras tanto acariciaba al gatito que nuevamente se estaba quedando dormido en mis brazos.
Desde que me fui de la academia, había vivido en soledad, apartada de todos, observan mi próximo trabajo, protegiendo a los humanos de las ciudades en las que estaba, o al menos intentandolo. Ahora no seguía las órdene de nadie por lo que podía hacer lo que quisiera y cómo quiera. Todo era más cómodo. Desde que perdí a mi compañero en una misión, nada volvió a ser igual. Seguí con mi carisma de siempre, aunque solo fuera con mis camaradas, pero nunca lo olvidaría. Nunca.
Salí de la habitación sosteniendo al lindo gatito siamés entre mis brazos. Realmente era lindo y pensé en ponerle nombre, aunque todavía no tenía claro cuál le quedaba mejor. Me pasée por el lugar, observando y a la vez buscando a Oliver al cual encontré en los jardines traseros sentado en un banco. Era un lindo jardín, transmitía mucha paz y tranquilidad. Me acerqué frente a él. - ¿Puedo sentarme con usted? - le pregunté con amabilidad. Mientras tanto acariciaba al gatito que nuevamente se estaba quedando dormido en mis brazos.
Nasha Karlsson- Inquisidor Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/07/2011
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
Alzo la vista para mirar a quien le hablaba y sonrió de lado en cuanto vio que se trataba de Nasha. Asintió en silencio y fijó seriamente su mirada en la del minino. Volvió a mirar a la mujer de cabellos negros con ojos claros para sonreírle ampliamente. Se echó a un lado para dejarla sitio y volvió a fijarse que no hubiera arrugas en su ropa. Miro a la mujer para regalarla una sonrisa. Sonrió ampliamente.
-Buenos...días-Dijo lentamente-¿Ha despertado bien?-Dijo con gesto amable en el rostro. Cerró el libro y se le olvido marcar la página. Tiro el libro frenéticamente en el aire mientras fruncía los labios en una línea horizontal y maldecía en mil idiomas su despiste por no haber marcado el libro por donde se quedo la lectura. Ahora tendría que volver a empezar de nuevo el libro para encontrar la pagina y así continuar la lectura. Intento calmarse pues el espectáculo que estaba montando delante de Nasha le podría estropear su reputación.
-Disculpe...pero a veces pierdo los estribos en cuanto algo me sale mal-Dijo con lentitud. Se rasco la cabeza un poco inquieto y salió a caminar hacia adelante para recoger el libro que yacía cerca de la fuente. Murmuraba lentamente en latín, pero en cuanto vio al gato a su lado, se agacho y miro de nuevo al gato. Con suavidad cogió al gato en brazos con el libro en una mano y volvió a sentarse al lado de Nasha. Antes de sentarse, pudo ver a Percival mirándolo a través de la ventana con un gesto de rabia en su rostro. Sonrió ante aquella reacción de que estuviera al lado de Nasha, lo cual se le ocurrió que se acercara más a Nasha para provocar a Percival. Se mantuvo sentado en el banco cerca de Nasha, pero a una distancia adecuada-Es Shakespeare...amo Macbeth.-Dijo mostrando el libro de portada borgoña con la pasta blanda. Coloco el libro al lado de él y entrelazo los dedos de las manos posándolos en su regazo.
-Por cierto, si me permite preguntarle-Dijo con el ceño fruncido. -¿Qué hace por París?-Dijo con algo de interés simplemente para comenzar a charlar mientras estaban sentados en el jardín. El gato se movió a los brazos de Nasha, dejando a Oliver con los brazos fríos, lejos de la calidez del gato y libres como para que al parecer eso le sintió mal, frunció aún más el ceño e hizo el mismo gesto que Percival.
-El gato se ha enamorado de usted-Dijo con un tono burlón al que no pudo evitar rascarse los pocos pelos que tenía en el mentón y mostrar parte de su dentadura sexy.-Vaya, pues me voy a poner bastante celoso...-sonríe mientras la mira a los ojos y ve al gato que se acerca al cuello de la mujer para darla un zarpazo. Con una sacudida, aparto al gato de Nasha y con el rostro calmado pero serio, fijo la mirada en el gato el cual se fue transformando en un joven adolescente de piel pálida y ojos marrones. Sonrió al ver que su intuición era correcta y se puso delante de Nasha para protegerla-Creo que alguien la ha visto desnuda antes que yo, ¿Eh?-Dijo divertido mientras miraba al desarmado que tenían delante.-Ahora creo que el señor...está furioso-sonríe de lado, se lanza al desarmado para tirarlo al suelo y le sujeta las muñecas-Creo que no tienes otra, joven felino-Dijo con severidad intentando clavar las muñecas del felino sobre el césped de hierba. -Ríndete y acepta la horca como tu verdadera bendición -Sonrió de lado, pero el joven lo puso boca arriba y le abrió la camisa de un zarpazo, dejándole a la vista su musculoso cuerpo junto con la reciente herida de hace una semana. El joven sin más preámbulo se apoyo en su cadera y le araño para continuar la cicatriz que le curó la directora del hospital. Cerró los ojos para aguantar el dolor y en cuanto el joven le miro a los ojos, Oliver le escupió en la cara. Su oponente puso cara de asco pero esto no le importo para dar paso a un leve mordisco en su hombro. Harto estaba de escapar, saco la navaja de su bolsillo y se lo clavo en todo el hígado al joven-¡NIÑO MALCRIADO! ¡TE DARE LO QUE TE MERECES! ¡AL IGUAL QUE TU MADRE Y TU HERMANA!-Dijo furioso, cansado y lo tumbo en el suelo esperando a que una solución final apareciese.
-Buenos...días-Dijo lentamente-¿Ha despertado bien?-Dijo con gesto amable en el rostro. Cerró el libro y se le olvido marcar la página. Tiro el libro frenéticamente en el aire mientras fruncía los labios en una línea horizontal y maldecía en mil idiomas su despiste por no haber marcado el libro por donde se quedo la lectura. Ahora tendría que volver a empezar de nuevo el libro para encontrar la pagina y así continuar la lectura. Intento calmarse pues el espectáculo que estaba montando delante de Nasha le podría estropear su reputación.
-Disculpe...pero a veces pierdo los estribos en cuanto algo me sale mal-Dijo con lentitud. Se rasco la cabeza un poco inquieto y salió a caminar hacia adelante para recoger el libro que yacía cerca de la fuente. Murmuraba lentamente en latín, pero en cuanto vio al gato a su lado, se agacho y miro de nuevo al gato. Con suavidad cogió al gato en brazos con el libro en una mano y volvió a sentarse al lado de Nasha. Antes de sentarse, pudo ver a Percival mirándolo a través de la ventana con un gesto de rabia en su rostro. Sonrió ante aquella reacción de que estuviera al lado de Nasha, lo cual se le ocurrió que se acercara más a Nasha para provocar a Percival. Se mantuvo sentado en el banco cerca de Nasha, pero a una distancia adecuada-Es Shakespeare...amo Macbeth.-Dijo mostrando el libro de portada borgoña con la pasta blanda. Coloco el libro al lado de él y entrelazo los dedos de las manos posándolos en su regazo.
-Por cierto, si me permite preguntarle-Dijo con el ceño fruncido. -¿Qué hace por París?-Dijo con algo de interés simplemente para comenzar a charlar mientras estaban sentados en el jardín. El gato se movió a los brazos de Nasha, dejando a Oliver con los brazos fríos, lejos de la calidez del gato y libres como para que al parecer eso le sintió mal, frunció aún más el ceño e hizo el mismo gesto que Percival.
-El gato se ha enamorado de usted-Dijo con un tono burlón al que no pudo evitar rascarse los pocos pelos que tenía en el mentón y mostrar parte de su dentadura sexy.-Vaya, pues me voy a poner bastante celoso...-sonríe mientras la mira a los ojos y ve al gato que se acerca al cuello de la mujer para darla un zarpazo. Con una sacudida, aparto al gato de Nasha y con el rostro calmado pero serio, fijo la mirada en el gato el cual se fue transformando en un joven adolescente de piel pálida y ojos marrones. Sonrió al ver que su intuición era correcta y se puso delante de Nasha para protegerla-Creo que alguien la ha visto desnuda antes que yo, ¿Eh?-Dijo divertido mientras miraba al desarmado que tenían delante.-Ahora creo que el señor...está furioso-sonríe de lado, se lanza al desarmado para tirarlo al suelo y le sujeta las muñecas-Creo que no tienes otra, joven felino-Dijo con severidad intentando clavar las muñecas del felino sobre el césped de hierba. -Ríndete y acepta la horca como tu verdadera bendición -Sonrió de lado, pero el joven lo puso boca arriba y le abrió la camisa de un zarpazo, dejándole a la vista su musculoso cuerpo junto con la reciente herida de hace una semana. El joven sin más preámbulo se apoyo en su cadera y le araño para continuar la cicatriz que le curó la directora del hospital. Cerró los ojos para aguantar el dolor y en cuanto el joven le miro a los ojos, Oliver le escupió en la cara. Su oponente puso cara de asco pero esto no le importo para dar paso a un leve mordisco en su hombro. Harto estaba de escapar, saco la navaja de su bolsillo y se lo clavo en todo el hígado al joven-¡NIÑO MALCRIADO! ¡TE DARE LO QUE TE MERECES! ¡AL IGUAL QUE TU MADRE Y TU HERMANA!-Dijo furioso, cansado y lo tumbo en el suelo esperando a que una solución final apareciese.
Última edición por Oliver Beauxbatons Lavere el Mar Jul 26, 2011 11:30 am, editado 1 vez
Oliver Lobhdain Douglas- Inquisidor Clase Alta
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
Le dediqué una amplia sonria cuando me miró, y agradecí que me dejara sentarme junto a él. Se veía estupendo esta mañana. Alisé un poco mi vestido acomodé un poco al gatito mientras lo acariciaba. - Buenos días - dije sonriente aún. - He despertado estupendamente - dije mirandole muy contenta. Hacía tiempo que no dormía tan bien y mi cuerpo lo agradeció a voces, lo necesitaba, llevaba durmiendo en callejones durante unos días y dormir en una cálida cama... bueno no había palabras de agradecimiento suficientes en mi mente.
Me sorprendió aparentemente su reacción respecto al libro, se notaba que tenía temperamento. Yo siempre había tenido mucho caracter, pero no me enfurecía tan rápidamente como él. El gatito salió de mi regazo y le siguió mientras recogía el libro. No dejé de mirarlo ni un instante. - No se preocupe - le dije con una sonrisa. Bueno todos tenemos nuestros prontos, supuse. Puse mis manos entrelacadas en mi regazo. Observé cómo me mostraba la portada del libro. ¡Oh! Bien conocía ese libro. En la escuela en la que estuve había una biblioteca, y siempre que podía iba a leer, era mi único escape hacia mundos distintos en mi mente. Este libro había sido uno de sus preferidos de todos los que había llegado a leer. - Conozco el libro - dije sonriendo, era agradable compartir gustos con alguien. - Lo leí antes de marcharme de EEUU - dije mientras lo miraba.
Iba a contestarle a Oliver su pregunta, no sabía cómo explicarle qué era lo que hacía en París, pues no lo tenía muy claro yo tampoco. Abrí la boca para contestar, pero entonces sus siguientes comentarios, me dejaron perdida. ¿Celoso? ¿Se sentía atraido por ella? Eso me dejó perpleja, bueno bien era que había sido yo la que se pasó un buen rato pensando en él la noche pasada, pero no sabía qué decir ante eso. Aunque mientras que ella estaba que no sabía que decir, le sobresaltó aún mas la reacción repentina de Oliver. Apartó al gato de una sacudida de su regazo, ¿le había intentado arañar? Vió cómo el gato fue transformandose en un adolescente...- ¡Pero qué demonios! - dijo sorprendida. Había luchado contra licántropos y vampiros, pero esto era sorprendente. Un 'humano' que se transformar en un gato... estaba que no me lo creía. Y el comentario de Oliver nuevamente, le pilló con la guardia baja. Oliver me estaba haciendo la cabeza un lio, me deseaba pues. Este comentario lo dejó bien claro.
Contemplé la escenita que se había formado en unos momentos delante de mi. Cuando el adolescente le abrió la camisa de un zarpazo Nasha se quedó atonita, ¿desde cuando los sacerdotes eran así? Estaba alucinando. Cuando el adolescente hirió a Oliver, Nasha se levantó con furia dentro de ella, corrió hasta el muchacho. ¿Madre y hermana?¿Acaso él lo conocía? No sabía muy bien qué hacer con el mocoso, ¿matarlo? No estaba segura... por lo que optó por otra opción. Aprovechó el agarre de Oliver y le dió un buen puñetazo en su cara, el cual impulsó su cabeza hacia el suelo con el cual se golpeó fuertemente, quedando totalmente aturdido y casi inconsciente, estaría fuera de combate durante unas cuantas horas, calculó. Dar puñetazos era uno de sus fuertes. Ahora no podría herir más a Oliver, estaba claro. Aprovechando este momento me acerqué a Oliver y me agaché a su altura. Saqué de mi bolsillo un pañuelo de tela y lo coloqué donde le había arañado. Estaba sangrando por lo que hice presión para intentar que no saliera demasiada, aunque eso le causara algo más de dolor. Debería darle algunos puntos, pensó. - ¿Estás bien? - preguntó muy preocupada. Su cara expresaba dolor y rabia, mucha hira. No paraba de mirar al muchacho con sus ojos clavados en él, concentrados en él. Puse mi mano libre en su mejilla y le hice girar su rostro hasta que me mirara. Y así hizo. - ¿Estás bien? - volví a preguntar, con preocupación, pero esta vez con más suavidad.
Me sorprendió aparentemente su reacción respecto al libro, se notaba que tenía temperamento. Yo siempre había tenido mucho caracter, pero no me enfurecía tan rápidamente como él. El gatito salió de mi regazo y le siguió mientras recogía el libro. No dejé de mirarlo ni un instante. - No se preocupe - le dije con una sonrisa. Bueno todos tenemos nuestros prontos, supuse. Puse mis manos entrelacadas en mi regazo. Observé cómo me mostraba la portada del libro. ¡Oh! Bien conocía ese libro. En la escuela en la que estuve había una biblioteca, y siempre que podía iba a leer, era mi único escape hacia mundos distintos en mi mente. Este libro había sido uno de sus preferidos de todos los que había llegado a leer. - Conozco el libro - dije sonriendo, era agradable compartir gustos con alguien. - Lo leí antes de marcharme de EEUU - dije mientras lo miraba.
Iba a contestarle a Oliver su pregunta, no sabía cómo explicarle qué era lo que hacía en París, pues no lo tenía muy claro yo tampoco. Abrí la boca para contestar, pero entonces sus siguientes comentarios, me dejaron perdida. ¿Celoso? ¿Se sentía atraido por ella? Eso me dejó perpleja, bueno bien era que había sido yo la que se pasó un buen rato pensando en él la noche pasada, pero no sabía qué decir ante eso. Aunque mientras que ella estaba que no sabía que decir, le sobresaltó aún mas la reacción repentina de Oliver. Apartó al gato de una sacudida de su regazo, ¿le había intentado arañar? Vió cómo el gato fue transformandose en un adolescente...- ¡Pero qué demonios! - dijo sorprendida. Había luchado contra licántropos y vampiros, pero esto era sorprendente. Un 'humano' que se transformar en un gato... estaba que no me lo creía. Y el comentario de Oliver nuevamente, le pilló con la guardia baja. Oliver me estaba haciendo la cabeza un lio, me deseaba pues. Este comentario lo dejó bien claro.
Contemplé la escenita que se había formado en unos momentos delante de mi. Cuando el adolescente le abrió la camisa de un zarpazo Nasha se quedó atonita, ¿desde cuando los sacerdotes eran así? Estaba alucinando. Cuando el adolescente hirió a Oliver, Nasha se levantó con furia dentro de ella, corrió hasta el muchacho. ¿Madre y hermana?¿Acaso él lo conocía? No sabía muy bien qué hacer con el mocoso, ¿matarlo? No estaba segura... por lo que optó por otra opción. Aprovechó el agarre de Oliver y le dió un buen puñetazo en su cara, el cual impulsó su cabeza hacia el suelo con el cual se golpeó fuertemente, quedando totalmente aturdido y casi inconsciente, estaría fuera de combate durante unas cuantas horas, calculó. Dar puñetazos era uno de sus fuertes. Ahora no podría herir más a Oliver, estaba claro. Aprovechando este momento me acerqué a Oliver y me agaché a su altura. Saqué de mi bolsillo un pañuelo de tela y lo coloqué donde le había arañado. Estaba sangrando por lo que hice presión para intentar que no saliera demasiada, aunque eso le causara algo más de dolor. Debería darle algunos puntos, pensó. - ¿Estás bien? - preguntó muy preocupada. Su cara expresaba dolor y rabia, mucha hira. No paraba de mirar al muchacho con sus ojos clavados en él, concentrados en él. Puse mi mano libre en su mejilla y le hice girar su rostro hasta que me mirara. Y así hizo. - ¿Estás bien? - volví a preguntar, con preocupación, pero esta vez con más suavidad.
Nasha Karlsson- Inquisidor Clase Media
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
Sonrió de lado en cuanto la mirada cristalina de Nasha sobre él. Aun con la sonrisa en sus labios, alzo una mano hacia la mejilla de Nasha y volvió a mirar de reojo al desgraciado que le había rematado la herida. Genial ahora sería una buena cicatriz sobre su esculturales abdominales. Frunció el ceño al pensar en eso y se limpio un poco la sangre con la camisa.-Vaya...ahora mis abdominales perfectos estarán obstruidos por una cicatriz....-Sonrió de lado y lentamente aparto la mano de Nasha para poner una mueca de decepción, disimulaba aquel roce de Nasha sobre su piel-No hace falta...-mira al joven que comenzaba a levantarse poco a poco-Por Dios, el señor creador de todas las cosas por las que vives.......has mancillado el orgullo de la vanidad y por esto-le hace un gesto con dos dedos-, la mía por poco la borras-respira agitadamente.-Reza tus ultimas oraciones dado que no vivirás para contar lo que te pasara a continuación.-Dijo incorporándose lentamente y se apoyo en uno de los bancos de piedra que había cercano. No tenía ningún arma a mano, pues le había pillado desprevenido y la daga la tenía el joven dentro de su hígado. Bufo furioso y de una estatuilla rodeada por un montón de rocas alrededor, cogió una piedra y la lanzó contra el joven como si se tratase de una peonza al aire. La piedra golpeo el hombro del joven casi rozando parte de su torso, pero enseguida, cayó muerto al suelo. O eso parecía.
No le importaba en esos momentos si estaba herido, si estaba sangrando. Se acerco hasta el joven para observarlo e hizo un evangelio con dificultad. Alzó la mirada hacia las ventanas de la iglesia, pero no vio a nadie. Percival llegaba corriendo hacia Oliver con un cuenco de agua y unos cuantos trapos, pero se acerco hasta Nasha para cogerla de la mano y encaminarse al fin hacia Oliver. Este se dejo caer en el césped al lado del cadáver de aquel joven, suspirando y tapándose la herida con la mano, intentando centrar la mirada en algún punto fijo antes de caer de espaldas definitivamente sobre el césped.
-Percival...-Dijo con una voz floja-Rápido...cúrame esto-Dijo mirando al monaguillo.
-Oli...-dijo con la voz un poco afligida, casi aguantando las lágrimas-Oli...no mueras...porfi...Oli-Dijo poco a poco Percival y error. Percival, al estar preocupado por la salud de Oliver, apoyo instintivamente las manos sobre el pecho de Oliver y pudo ver con claridad las yemas de los dedos índices un poco inflamados por haber usado un arma de fuego. Las finas manos de Percival, manchadas con restos de pólvora además de estar inflamadas, hicieron que se ganase un castigo severo.
-¿HAS USADO UN ARMA?-Pregunto casi gritando, logrando que las lagrimas de Percival salieran a flote y resbalando las mejillas. Frunció el ceño al ver al monaguillo así-No llores, te lo he dicho un montón de veces...-hizo una pausa y vio a Percival agachar la cabeza y rápidamente puso la mano sobre el gorro de Percival-Perse....Precival...no bajes...-Dijo agarrando del pelo al niño-nunca la mirada, quien sabe quién te puede disparar a la cabeza y tu ni siquiera verlo venir-le soltó el pelo y acaricio su rostro con ternura mientras Oliver tragaba saliva.-No quiero que...te pase nada...entiéndelo.-Dijo mirando a los verdes ojos de Percival.
-No te preocupes...-Percival se tiro al cuello de Oliver para abrazarlo fuertemente y le beso en la frente.-Te cuidare siempre...-miro a Nasha y le cogió de la mano para agacharla a su altura.-Por favor...mírele...esta hecho un desastre...y nunca había visto una cicatriz tan grande, Oli-Dijo mirando finalmente a Oliver.
-Lamento todo este espectáculo de feria, Nasha....debería de estar hablando con usted sobre Shakespeare y los...-gimió de dolor al sentir un pinchazo cerca de la herida-Maldito...me las pagara en la otra vida...-Dijo entre risas y volvió a mirar a Nasha-Creo que no debía de haberla molestado.-Baja la mirada un poco avergonzado. Percival sonreía de lado pero enseguida imito a Oliver, pues también se sentía un poco mal por haber traído hasta su altura a Nasha y posiblemente estar ensuciándole el vestido que llevaba puesto. Oliver suspiro ante tanto silencio de repente que se formo en el jardin y jugaba haciendo circulos con la sangre que sobresalia de su herida. De repente, como no quiere la cosa, se fijo en los pantalones y habia una arruga.-Una arruga...-frunció el ceño de nuevo y supuso que no serviria de nada en volver a colocar bien el pantalon y hacer desaparecer la arruga. Suspiro y se quedo mirando a ambas personas que estaban a su lado.
No le importaba en esos momentos si estaba herido, si estaba sangrando. Se acerco hasta el joven para observarlo e hizo un evangelio con dificultad. Alzó la mirada hacia las ventanas de la iglesia, pero no vio a nadie. Percival llegaba corriendo hacia Oliver con un cuenco de agua y unos cuantos trapos, pero se acerco hasta Nasha para cogerla de la mano y encaminarse al fin hacia Oliver. Este se dejo caer en el césped al lado del cadáver de aquel joven, suspirando y tapándose la herida con la mano, intentando centrar la mirada en algún punto fijo antes de caer de espaldas definitivamente sobre el césped.
-Percival...-Dijo con una voz floja-Rápido...cúrame esto-Dijo mirando al monaguillo.
-Oli...-dijo con la voz un poco afligida, casi aguantando las lágrimas-Oli...no mueras...porfi...Oli-Dijo poco a poco Percival y error. Percival, al estar preocupado por la salud de Oliver, apoyo instintivamente las manos sobre el pecho de Oliver y pudo ver con claridad las yemas de los dedos índices un poco inflamados por haber usado un arma de fuego. Las finas manos de Percival, manchadas con restos de pólvora además de estar inflamadas, hicieron que se ganase un castigo severo.
-¿HAS USADO UN ARMA?-Pregunto casi gritando, logrando que las lagrimas de Percival salieran a flote y resbalando las mejillas. Frunció el ceño al ver al monaguillo así-No llores, te lo he dicho un montón de veces...-hizo una pausa y vio a Percival agachar la cabeza y rápidamente puso la mano sobre el gorro de Percival-Perse....Precival...no bajes...-Dijo agarrando del pelo al niño-nunca la mirada, quien sabe quién te puede disparar a la cabeza y tu ni siquiera verlo venir-le soltó el pelo y acaricio su rostro con ternura mientras Oliver tragaba saliva.-No quiero que...te pase nada...entiéndelo.-Dijo mirando a los verdes ojos de Percival.
-No te preocupes...-Percival se tiro al cuello de Oliver para abrazarlo fuertemente y le beso en la frente.-Te cuidare siempre...-miro a Nasha y le cogió de la mano para agacharla a su altura.-Por favor...mírele...esta hecho un desastre...y nunca había visto una cicatriz tan grande, Oli-Dijo mirando finalmente a Oliver.
-Lamento todo este espectáculo de feria, Nasha....debería de estar hablando con usted sobre Shakespeare y los...-gimió de dolor al sentir un pinchazo cerca de la herida-Maldito...me las pagara en la otra vida...-Dijo entre risas y volvió a mirar a Nasha-Creo que no debía de haberla molestado.-Baja la mirada un poco avergonzado. Percival sonreía de lado pero enseguida imito a Oliver, pues también se sentía un poco mal por haber traído hasta su altura a Nasha y posiblemente estar ensuciándole el vestido que llevaba puesto. Oliver suspiro ante tanto silencio de repente que se formo en el jardin y jugaba haciendo circulos con la sangre que sobresalia de su herida. De repente, como no quiere la cosa, se fijo en los pantalones y habia una arruga.-Una arruga...-frunció el ceño de nuevo y supuso que no serviria de nada en volver a colocar bien el pantalon y hacer desaparecer la arruga. Suspiro y se quedo mirando a ambas personas que estaban a su lado.
Oliver Lobhdain Douglas- Inquisidor Clase Alta
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
Corre con Percival hasta llegar junto a Oliver. Oh Dios mio, la herida era enorme, aunque debería de estar acostumbrada, pero aún así era desagradable, aunque esto no debería procuparme ahora, en lo único que debía centrarme era en curarle de alguna manera. Por el tirón de Percival me coloqué a su altura. Miré a Oliver, se veia realmente mal y aún así seguía bromeando, era increible. Agarré los trapos que Percival había traido y como pude lo puse alrededor de herida haciendo presión para que la sangre cesara, y así hizo, más o menos. Con otra de las vendas y el agua, limpé su torso de tanta sangre. Sabía que era improvisación, con los trapos no iba a durar permanentemente, eso debía ser cosido como Dios manda. Sin decir palabra y con la decisión en mi rostro, entré hacia dentro buscando una aguja y un hilo con el que coser, y al ser posibles unos fósforos también. Los bosforos los encontré facilmente, eran necesarios para las velas por lo que no supuso ningún rompecabezas, la aguja y el hilo los cogí de mi cuarto, en donde de casualidad lo había visto antes. Volví lo más deprisa que pude y aparté el torniquete que a duras penas había realizado en Oliver. Prendí uno de los fósforos y pasé la aguja sobre el fuego, esperando que fuera lo suficiente como para desinfectarla. - Lo lamento, pero esto te va a doler - le dije seriamente ha Oliver. Tras poner el hilo en la aguja, empecé a coser la herida. Notaba como la piel de Oliver se estremecía, sabía que debía de ser doloroso, pero era la única solución. Cuando hube terminado, limpié la herida con agua y otro de los trapos, con mucho cuidado de no causarle más dolor del que ya le había hecho. La herida ya no se veia tan horrible. La tapé como pude, evitando así que cualquier suciedad que transportara el aire callera en la herida.
- Lo más probable es que se te quede una cicatriz - le dije ya de mejor humor. No me había dado cuenta de que había estado tan seria y centrada mientras realizaba mi tarea curándole. Realmente había estado muy preocupada, pero ahora ya podía relajarme, la sangre había cedido y la herida tenía mejor aspecto. Me levanté y me arrodillé junto a su rostro, con otro de los trapos, uno de los limpios, lo mojé en agua y se lo pasé por el rostro, limpiandole el sudor y refrescandole al mismo tiempo. - Ahora si podemos hablar de Shakespeare - bromeé con una amable sonrisa. Miré mis ropas, estaban manchadas de sangre por todos lados, pero no me importaba. Miré a Percival y le sonreí. - Así es como se deben curar heridas como estas. Almenos así me enseñaron. - dije mientras me encongía de hombros, sin dejar de sonreir. En donde me había instruido me habían enseñado sencillas formas de curar heridas, o de sobrellevarlas, para casos de extrema urgencia. En nuestras misiones podía pasar cualquier percance, tanto a tu como a alguno de tus compañeros, por lo que era necesario, para una mayor eficacia y un eficiente entrenamiento, conocer este tipo de cosas. Claramente hacía mucho tiempo que no lo practivama en alguien, pero nunca llegabas a olvidarlo. Aparté con una mano un mechón que me estorvaba la visión y suspiré. Menuda se había montado en un momento. Acordándome de el gato que se había convertido en adolescente, me volteé mirandolo fijamente. Claramente era ignorante de mi actuación como enfermera de hace unos minutos, ya que parecía inconsciente o muerto. Fruncí el ceño. Me costaba entender cómo era posible que un gato se convirtiera en un adolescente, era algo que nunca había presenciado y algo que más tarde preguntaría a Oliver, ya que al parecer él conocia sobre ello, y debía de estar informada. - Deberías descansar en un lugar más cómodo - le dije tranquilamente a Oliver mientras me volteaba para mirarlo nuevamente. Con la herida que tenía, más le valía no hacer muchos esfuerzos de superhombre por un par de días.
- Lo más probable es que se te quede una cicatriz - le dije ya de mejor humor. No me había dado cuenta de que había estado tan seria y centrada mientras realizaba mi tarea curándole. Realmente había estado muy preocupada, pero ahora ya podía relajarme, la sangre había cedido y la herida tenía mejor aspecto. Me levanté y me arrodillé junto a su rostro, con otro de los trapos, uno de los limpios, lo mojé en agua y se lo pasé por el rostro, limpiandole el sudor y refrescandole al mismo tiempo. - Ahora si podemos hablar de Shakespeare - bromeé con una amable sonrisa. Miré mis ropas, estaban manchadas de sangre por todos lados, pero no me importaba. Miré a Percival y le sonreí. - Así es como se deben curar heridas como estas. Almenos así me enseñaron. - dije mientras me encongía de hombros, sin dejar de sonreir. En donde me había instruido me habían enseñado sencillas formas de curar heridas, o de sobrellevarlas, para casos de extrema urgencia. En nuestras misiones podía pasar cualquier percance, tanto a tu como a alguno de tus compañeros, por lo que era necesario, para una mayor eficacia y un eficiente entrenamiento, conocer este tipo de cosas. Claramente hacía mucho tiempo que no lo practivama en alguien, pero nunca llegabas a olvidarlo. Aparté con una mano un mechón que me estorvaba la visión y suspiré. Menuda se había montado en un momento. Acordándome de el gato que se había convertido en adolescente, me volteé mirandolo fijamente. Claramente era ignorante de mi actuación como enfermera de hace unos minutos, ya que parecía inconsciente o muerto. Fruncí el ceño. Me costaba entender cómo era posible que un gato se convirtiera en un adolescente, era algo que nunca había presenciado y algo que más tarde preguntaría a Oliver, ya que al parecer él conocia sobre ello, y debía de estar informada. - Deberías descansar en un lugar más cómodo - le dije tranquilamente a Oliver mientras me volteaba para mirarlo nuevamente. Con la herida que tenía, más le valía no hacer muchos esfuerzos de superhombre por un par de días.
Nasha Karlsson- Inquisidor Clase Media
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
Veia como le cosia la herida lentamente. Mantuvo su mirada fijamente puesta sobre la cabeza de Nasha mientras le cosia lentamente la herida, se perdia en recuerdos de bellas batallas contra los sobrenaturales tiempo atrás. No pudo evitar romper a llorar en cuanto escucho que se le quedaría una buena cicatriz ¿Shakespeare? ¿Ahora? Lo único que no queria era ir con una cicatriz sobre su cuerpo, dibujandole una marca de batalla sobre sus moldeados músculos. Tensó la mandibula en cuanto Nasha tiro del hilo para cortarlo y este se arqueo de dolor. No podia aguantarlo más, pero sin querer, dio un golpe al sombrero de Percival y dejo al descubierto su verdadera identidad. Percival ágil y veloz, se sujeto su pelo y recogio el sombrero para volver a colocarselo sobre la cabeza. -Mi abdomen....echado a perder...-Dijo entre gemidos infantiles y berrinches. Parecia que se estaba comportando peor que Percival en sus peores días, pero en un momento, pararía de lloriquear. Tendria que hacer uso de algun brujo o ir en busca de alguna otra cura para hacer desaparecer aquella cicatriz.
Miró a Nasha y cogio ambas manos de ella para atraerla hacia ella y con una mano, rodearla por la cintura y apoyarla contra su pecho-No voy a estar más seguro que en los brazos...-hizo una breve pausa-de una médico...Nasha..necesito a un médico.-Dijo antes de caer tumbado en el suelo con la respiración un poco agitada.-Creo que podría encajar como Romeo en las obras de Shakespeare, siempre acabo a punto de morir frente a algún peligro-Dijo sonriendo entre dientes y robando un beso picarón a Nasha de sus labios. Separo su cuerpo de el de ella lentamente e intento incorporarse lentamente. Fue un error. Se cayó en el suelo de golpe, pues la fuerza de Percival no era mucha como para sujetar a Oliver. Intento incorporar del suelo a Percival y después el intento hacer lo mismo, poco a poco e ir poniéndose en pie.
Miró a Nasha y cogio ambas manos de ella para atraerla hacia ella y con una mano, rodearla por la cintura y apoyarla contra su pecho-No voy a estar más seguro que en los brazos...-hizo una breve pausa-de una médico...Nasha..necesito a un médico.-Dijo antes de caer tumbado en el suelo con la respiración un poco agitada.-Creo que podría encajar como Romeo en las obras de Shakespeare, siempre acabo a punto de morir frente a algún peligro-Dijo sonriendo entre dientes y robando un beso picarón a Nasha de sus labios. Separo su cuerpo de el de ella lentamente e intento incorporarse lentamente. Fue un error. Se cayó en el suelo de golpe, pues la fuerza de Percival no era mucha como para sujetar a Oliver. Intento incorporar del suelo a Percival y después el intento hacer lo mismo, poco a poco e ir poniéndose en pie.
Oliver Lobhdain Douglas- Inquisidor Clase Alta
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
No pudo reprimir una risa ante la preocupación de Oliver por la cicatriz, parecía un niño pequeño. Yo siempre había considerado a las cicatrices como algo honroso e incluso sexy aunque siempre me había negado a reconocerlo, me abrumaba pensar así y no me gustaba sentirme abrumada ya que no era normal en mi. Suspiré bajando mi mirada. La herida era enorme, y no sabía si lo que había hecho era suficiente. Cuando el me cogio ambas manos y me atrajo junto a él, tenerlo tan cerca me cortó la respiración, mi corazón se aceleró y mi mente no sabía qué pensar. ¿Por qué me hacia esto? Hacia mucho tiempo que no me sentía así, también hacia tiempo que no estaba tan cerca de un hombre. Él volvía a abrumarme. Su pecho se sentía cálido, ardiente, me estremecí, ¿por qué me hacía ver tan debil? No dejé de mirarlo a los ojos. - Tienes razón, necesitas un médico - dije intentando recobrar la cordura. No me gustaba sentirme debil, mi estricto entrenamiento no me lo permitía.
Sonreí nuevamente ante su comentario. - No vas a morir - dije. Su beso me pilló totalmente desprevenida, me desencajó por completo, *Oh Dios mio*, pensé. Cuando me dí cuenta había estado mirando durante unos minutos sus labios. Volví a mirarlo a los ojos, avergonzada. Tosí, intentando apartarme de la situación, ayudé a incorporarse a Oliver pausadamente. - Vamos, tiene que verte algún médico. - dije. Puse su brazo sobre mis hombros y le ayudé a caminar hacia su dormitorio, y en cuanto llegamos le ayudé a acomodarse en su cama. Salí de la habitación hasta llegar a la entrada de la catedral, donde se encontraban un grupo de jóvenes hablando. Les pedí que trageran a un médico de inmediato, estos rápidamente acataron mi petición. Esperé pacientemente en la entrada a la llegada del médico, el cual llego apuradamente hasta la entrada. Le conduje hasta la habitación de Oliver el cual seguía recostado en su cama. Rápidamente el medico examinó su herida la cual curó con medicamentos que en su maletín transportaba, y dejandole unas pastillas para que diariamente las tomara, para evitar infecciones. Al parecer, mi apurada curación, no había sido tan mala después de todo. En cuanto abandonó la sala, con un paño humedo limpié el sudor del rostro de Oliver. - ¿Cómo te sientes Romeo? - le dije con una sonrisa. Ahora tenía mejor aspecto, al igual que su herida. Percival estaba sentado al otro lado de la cama, observándo mientras le limpiaba el rostro. Nasha mordió su labio al recordar el beso picarón que Oliver le había dado, pero en cuanto fue consciente de ello, se incorporó, dejando el paño en el tocador. No, no podía pensar de esa manera, no era correcto, no podía dejar que Oliver jugara conmigo de esa manera. Yo era una cazadora, debía imponer respeto no debilidad ante él. Mis pensamientos frustraban mi mente. Mi debate mental estos días exalaba cansado. No podía encariñarme de él, no debía, no después de lo que ya había sufrido hace años, no quería volver a tener que pasar por algo semejante. El recuerdo de mi pasado trajo una triste mirada a mi rostro, mientras miraba la nada, envelesada en mis pensamientos.
Sonreí nuevamente ante su comentario. - No vas a morir - dije. Su beso me pilló totalmente desprevenida, me desencajó por completo, *Oh Dios mio*, pensé. Cuando me dí cuenta había estado mirando durante unos minutos sus labios. Volví a mirarlo a los ojos, avergonzada. Tosí, intentando apartarme de la situación, ayudé a incorporarse a Oliver pausadamente. - Vamos, tiene que verte algún médico. - dije. Puse su brazo sobre mis hombros y le ayudé a caminar hacia su dormitorio, y en cuanto llegamos le ayudé a acomodarse en su cama. Salí de la habitación hasta llegar a la entrada de la catedral, donde se encontraban un grupo de jóvenes hablando. Les pedí que trageran a un médico de inmediato, estos rápidamente acataron mi petición. Esperé pacientemente en la entrada a la llegada del médico, el cual llego apuradamente hasta la entrada. Le conduje hasta la habitación de Oliver el cual seguía recostado en su cama. Rápidamente el medico examinó su herida la cual curó con medicamentos que en su maletín transportaba, y dejandole unas pastillas para que diariamente las tomara, para evitar infecciones. Al parecer, mi apurada curación, no había sido tan mala después de todo. En cuanto abandonó la sala, con un paño humedo limpié el sudor del rostro de Oliver. - ¿Cómo te sientes Romeo? - le dije con una sonrisa. Ahora tenía mejor aspecto, al igual que su herida. Percival estaba sentado al otro lado de la cama, observándo mientras le limpiaba el rostro. Nasha mordió su labio al recordar el beso picarón que Oliver le había dado, pero en cuanto fue consciente de ello, se incorporó, dejando el paño en el tocador. No, no podía pensar de esa manera, no era correcto, no podía dejar que Oliver jugara conmigo de esa manera. Yo era una cazadora, debía imponer respeto no debilidad ante él. Mis pensamientos frustraban mi mente. Mi debate mental estos días exalaba cansado. No podía encariñarme de él, no debía, no después de lo que ya había sufrido hace años, no quería volver a tener que pasar por algo semejante. El recuerdo de mi pasado trajo una triste mirada a mi rostro, mientras miraba la nada, envelesada en mis pensamientos.
Nasha Karlsson- Inquisidor Clase Media
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
-Hubiera sido mejor que hubiera muerto a tener esta cicatriz sobre mi abdomen...-resoplo vencido, pues ya no podria hacer nada.-Dios mio, por todas las vanidades...-resoplo de nuevo y sonrio a Nasha antes de caer dormido tras el cansancio del combate, la curación del médico que vino en su ayuda. Creyo ver que el médico le dedico un guiño del ojo a lo que Oliver no puedo evitar sonrojarse. No supo si era de la fiebre o simplemente porque el médico...¿Estaría cortejandole? Imposible. De todas maneras era un poco mayor para él, pero de verdad, ver a Nasha con un rostro serio de repente hizo que cerrara los ojos para poder pensar mientras dormía.
Mientras los rayos de sol acariciaban los tejados de las calles de París, Oliver estaba tumbado en la cama implorando que el dolor se alejara de su cuerpo, que lo dejara descansar tranquilamente. En cambio, Percival observaba con cautela a Nasha. La miraba detenidamente cual mosquito antes de ser asesinado. Vale que Percival era de aquellos niños protectores con las unicas personas que salvaron su vida, pero se acerco a Nasha y con todas sus fuerzas la sento delante de la mesa en la que se encontraba el cuenco de agua y algunos paños húmedos. Su condición antinatural y por la cual fue arrancada su libertad, se sentó encima de las piernas de Nasha sin pedir permiso. Sujetó con ambas manos el rostro de Nasha y se acerco para mirarla a los ojos fijamente. Después de un rato, se bajo rapidamente al ver que Oliver emitio un gemido ronco, pero se habia quedado dormido y roncaba placidamente en el colchon.
-Mi...señor es un poco libertino, a pesar de encontrarse en un lugar el cual no esta permitido el amor, a no ser que sea en matrimonio-Mientras le hablaba de espaldas, Percival fue limpiando la sangre seca de la cicatriz con cuidado de no despertarle-Hasta es bastante popular en lo hombres, como pudo ver del médico que nos ha visitado hace un rato, señora-Dijo con educación hacia Nasha-Y...-la palabra habia sonado fija y alta, como recalcando para decir a continuación una advertencia-El...señor...-su respiracion comenzaba a agitarse-No esta disponible..es decir-Se giro para ver a Nasha
-Es....mio.....solo de mi propiedad....-Fue diciendo firme y con seguridad-El me salvo de una muerte segura y ahora yo no voy a dejarle ir y estare para salvarle cueste lo que cueste...-Zarandeaba el brazo inquisitorialmente hacia Nasha, como protegiendo el caramelo más preciado y diciendo que era suyo y que no lo compartía con nadie. Podría parecer un enamoramiento infantil, pero acogió y le dio techo a Percival-Se que no soy tan fuerte como usted, pero..-con los puños de la mano intentaba ocultar sus lágrimas, bajo su cabeza sin querer y su sombrero se cayo al suelo, mostrando una cabellera castaña de tonos cobrizos hasta la cintura.-no voy a permitir que nada le pase..-Notó un roce por su mejilla y alzo la vista para ver que se le habia caido el sombrero al suelo.
Se quedo paralizada por lo que pensaria Nasha. O que haría ahora para quitarle a Oliver. Oliver. Se acerco a él y dio media vuelta para esconderse detrás de él, despertándolo de su falso sueño al que se desperto al interpretativamente. Al despertar del sueño vio a Percival con el sombrero y a Nasha con los ojos de par en par...No tendria más remedio que explicarselo y hacer que acallara las ordenes del silencio. Trago saliva lentamente mientras miraba a Nasha y sonrio debilmente.
-Esto, lo puedo explicar...-Dijo lentamente intentando calmar a Percival, bueno ya no era Percival.-Ella...se llama Persefone...-Miro a Persefone y la rodeo para calmar sus lágrimas.-Te lo puedo explicar Nasha...-Por favor que le diera la oportunidad de explicarselo.
Mientras los rayos de sol acariciaban los tejados de las calles de París, Oliver estaba tumbado en la cama implorando que el dolor se alejara de su cuerpo, que lo dejara descansar tranquilamente. En cambio, Percival observaba con cautela a Nasha. La miraba detenidamente cual mosquito antes de ser asesinado. Vale que Percival era de aquellos niños protectores con las unicas personas que salvaron su vida, pero se acerco a Nasha y con todas sus fuerzas la sento delante de la mesa en la que se encontraba el cuenco de agua y algunos paños húmedos. Su condición antinatural y por la cual fue arrancada su libertad, se sentó encima de las piernas de Nasha sin pedir permiso. Sujetó con ambas manos el rostro de Nasha y se acerco para mirarla a los ojos fijamente. Después de un rato, se bajo rapidamente al ver que Oliver emitio un gemido ronco, pero se habia quedado dormido y roncaba placidamente en el colchon.
-Mi...señor es un poco libertino, a pesar de encontrarse en un lugar el cual no esta permitido el amor, a no ser que sea en matrimonio-Mientras le hablaba de espaldas, Percival fue limpiando la sangre seca de la cicatriz con cuidado de no despertarle-Hasta es bastante popular en lo hombres, como pudo ver del médico que nos ha visitado hace un rato, señora-Dijo con educación hacia Nasha-Y...-la palabra habia sonado fija y alta, como recalcando para decir a continuación una advertencia-El...señor...-su respiracion comenzaba a agitarse-No esta disponible..es decir-Se giro para ver a Nasha
-Es....mio.....solo de mi propiedad....-Fue diciendo firme y con seguridad-El me salvo de una muerte segura y ahora yo no voy a dejarle ir y estare para salvarle cueste lo que cueste...-Zarandeaba el brazo inquisitorialmente hacia Nasha, como protegiendo el caramelo más preciado y diciendo que era suyo y que no lo compartía con nadie. Podría parecer un enamoramiento infantil, pero acogió y le dio techo a Percival-Se que no soy tan fuerte como usted, pero..-con los puños de la mano intentaba ocultar sus lágrimas, bajo su cabeza sin querer y su sombrero se cayo al suelo, mostrando una cabellera castaña de tonos cobrizos hasta la cintura.-no voy a permitir que nada le pase..-Notó un roce por su mejilla y alzo la vista para ver que se le habia caido el sombrero al suelo.
Se quedo paralizada por lo que pensaria Nasha. O que haría ahora para quitarle a Oliver. Oliver. Se acerco a él y dio media vuelta para esconderse detrás de él, despertándolo de su falso sueño al que se desperto al interpretativamente. Al despertar del sueño vio a Percival con el sombrero y a Nasha con los ojos de par en par...No tendria más remedio que explicarselo y hacer que acallara las ordenes del silencio. Trago saliva lentamente mientras miraba a Nasha y sonrio debilmente.
-Esto, lo puedo explicar...-Dijo lentamente intentando calmar a Percival, bueno ya no era Percival.-Ella...se llama Persefone...-Miro a Persefone y la rodeo para calmar sus lágrimas.-Te lo puedo explicar Nasha...-Por favor que le diera la oportunidad de explicarselo.
Oliver Lobhdain Douglas- Inquisidor Clase Alta
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
Mi mirada esta atenta al cuenco de agua y a los paños húmedos, esta era una situación estraña, en poco tiempo había pasado varias cosas y yo estaba algo perdida en el tema. Lógicamente sabía que Oliver se curaría aunque quedase una cicatriz en su hermoso abdomen, pero por mucho que le desagradaba, no iba a poder evitarlo. Él tenía su lugar, su oficio particular y sus conocidos o familiares aquí, yo no quería seguir molestando en este lugar, lo más provable era que marchara esta misma noche, habían persona que necesitaban un cuarto como el que me ofrecieron, y yo podía prescindir de ello. Pero el agarre de Percival me sacó de mis pensamientos, ahora me encontraba en la silla y él sentado sobre mi sujetando con sus manos mi rostro, muy cerca del suyo, mirandome fíjamente. Esta no era una agradable mirada, y yo no iba a darla entonces, por lo que la contemplé de igual manera, pero lo que en un principio me dejó estrañada fue la fuerza con la que actuó, ¿desde cuándo alguien de su estatura o edad tenía tal fuerza? Mi cuerpo se irguió antento a sus movimientos. En cuanto bajó de mis piernas la seguí con la mirada, atenta, era estraño pero Percival estaba tomando mi total atención.
Las palabras de Percival realmente me sorprendieron, ¿suyo? bueno, si así quería considerarlo, como algo de su propiedad, bueno es algo que permitía Oliver, no era asunto mío, si ellos mantenían una relación o algo parecido, no era de mi incunvencia. Realmente no sabía que pensar, era cierto que desde que conocí a Oliver cierta parte de mi se había sentido atraida hacia él, aunque en parte me negara a aceptarlo, ya que me resultaba estraño, pero realmente pensaba que le iba a arrebatar a Oliver, y realmente esta no era mi intención, aunque las acciones de Oliver me descolocaran y provocara que mi corazón se acelerara, no sabía como calificar a esta situación y que ahora Percival me esté diciendo tales cosas, es porque realmente pensaba que era una amenaza o algo por el estilo. Quizás lo mejor era que me marchara, que me dejara de estas cosas, que me centrara en mi trabajo que era algo realmente importante, y olvidara lo que mi corazón o mis hormonas quisieran. Me estaba pasando de la raya, debería moderarme y no dejarme llevar ni una vez más.
En cuanto ví caer el sombrero de Percival... me quedé sin palabras. Tras de él escondía un hermoso cabello y un hermoso rostro. La estudié sin quitarle el ojo, y resultó ser, un vampiro. No lo pude evitar y tomé mi posición de defensa. Estaba confusa, o Dios que diga lo contrario, estaba realmente fuera de lugar. ¿Cómo había pasado esto y no me había dado cuenta?¿Cómo es que Oliver mantenga oculto a un vampiro?¿Cómo es posible que en la casa de Dios viva tal cosa? Llevé mis manos a la cabeza, cerré mis ojos por un momento, para volverlos a abrir friamente. No iba a atacarla, no todavía, Oliver me debía muchas esplicaciones y me las iba a dar ahora mismo. Estaba enfadada, confusa, traicionada... estaba de mil formas menos contenta. Un cazador, un cazador ocultando a un vampiro..., no paraba de repetir lo mismo en mi cabeza. - Persefone...- Pronuncié lentamente y en un susurro. - Me debes muchas esplicaciones Oliver - le dije friamente, realmente enfadada. Tomé distancias respecto a ambos, mi confianza en Oliver iba disminullendo con cada segundo, estaba realmente afectada por ello, había llegado a confiar mucho en él y ahora... no sabía que pensar. Si estaba decidico, después de esto, me marchaba de aquí.
Las palabras de Percival realmente me sorprendieron, ¿suyo? bueno, si así quería considerarlo, como algo de su propiedad, bueno es algo que permitía Oliver, no era asunto mío, si ellos mantenían una relación o algo parecido, no era de mi incunvencia. Realmente no sabía que pensar, era cierto que desde que conocí a Oliver cierta parte de mi se había sentido atraida hacia él, aunque en parte me negara a aceptarlo, ya que me resultaba estraño, pero realmente pensaba que le iba a arrebatar a Oliver, y realmente esta no era mi intención, aunque las acciones de Oliver me descolocaran y provocara que mi corazón se acelerara, no sabía como calificar a esta situación y que ahora Percival me esté diciendo tales cosas, es porque realmente pensaba que era una amenaza o algo por el estilo. Quizás lo mejor era que me marchara, que me dejara de estas cosas, que me centrara en mi trabajo que era algo realmente importante, y olvidara lo que mi corazón o mis hormonas quisieran. Me estaba pasando de la raya, debería moderarme y no dejarme llevar ni una vez más.
En cuanto ví caer el sombrero de Percival... me quedé sin palabras. Tras de él escondía un hermoso cabello y un hermoso rostro. La estudié sin quitarle el ojo, y resultó ser, un vampiro. No lo pude evitar y tomé mi posición de defensa. Estaba confusa, o Dios que diga lo contrario, estaba realmente fuera de lugar. ¿Cómo había pasado esto y no me había dado cuenta?¿Cómo es que Oliver mantenga oculto a un vampiro?¿Cómo es posible que en la casa de Dios viva tal cosa? Llevé mis manos a la cabeza, cerré mis ojos por un momento, para volverlos a abrir friamente. No iba a atacarla, no todavía, Oliver me debía muchas esplicaciones y me las iba a dar ahora mismo. Estaba enfadada, confusa, traicionada... estaba de mil formas menos contenta. Un cazador, un cazador ocultando a un vampiro..., no paraba de repetir lo mismo en mi cabeza. - Persefone...- Pronuncié lentamente y en un susurro. - Me debes muchas esplicaciones Oliver - le dije friamente, realmente enfadada. Tomé distancias respecto a ambos, mi confianza en Oliver iba disminullendo con cada segundo, estaba realmente afectada por ello, había llegado a confiar mucho en él y ahora... no sabía que pensar. Si estaba decidico, después de esto, me marchaba de aquí.
Nasha Karlsson- Inquisidor Clase Media
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
La miraba atentamente y penso que podria herir a Persefone. Se levanto de la cama rapidamente, un poco encorvado eso sí, pero tras haber echado una cabezadita, recuperó parte de sus fuerzas. Puso a Persefone detrás de él, protegiendola de Nasha. Sonrió afablemente con las manos en alto e indicandola que se relajara.
-Verás...Nasha-Trago saliva lentamente-en una de mis noches patrullas en las cuales andaba por el bosque, me encontre en un campamento gitano una masacre abismal. Fui en busca de aquellos sobrenaturales hasta que perseguia a esta niña-señalo a Persefone-creyendo que era una..de ellos, creyendo que la habían convertido, pero me equivoque y es una niña normal...-Dijo mirando hacia la ventana y veia el brillo del sol resplandeciendo por las ventanas-Escucha...-Miró de nuevo a Nasha y lentamente fue acercándose a ella-Siento no habertelo dicho antes, pero estas cosas deben mantenerse en secreto..-Cuando estuvo a un palmo de estar al lado de Nasha, miró a persefone y le indico que se acercara. Le rodeo una mano por los hombros y entonces miró a Nasha-No pude aguantarme y la acogi en secreto bajo mi proteccion...como si fuera un monaguillo de la iglesia...-La miraba atentamente con una sonrisa débil. Se apoyo un poco sobre Persefone y comenzó a ver borroso, no sabía porque, pero caminó de vuelta hacia la cama, se tumbó y cuando se puso boca arriba veia la habitación moverse en circulos y de varias maneras.
Persefone se acerco lentamente hasta Oliver y esta le tapó los ojos con una cinta rojo satén. Oliver al parecer se calmo al ver el rojo escarlata de la cinta que coloco sobre sus ojos. Persefone, miró triste a Oliver y luego viró su mirada hacia Nasha para acercarse a ella, avergonzada de su comportamiento.-Le ruego que perdone al señor, pero si me atrapaban...¿Como entonces podría vengar a mi familia?-Dijo mirando a Nasha con ojos vidriosos, apunto de llorar-El me dijo que cuando cumpliera la edad suficiente, podría ingresar en su Orden.....-Paró de hablar pues no podía aguantar las lágrimas. Se tapó la cara con ambas manos y se hizo un ovillo delante de Nasha, intentando parar las lágrimas que salían sin cesar.-Pérdoneme, pero creo que soy algo posesiva...no me di cuenta, ni quise ofenderla..y menos mi señor Oliver, el es...muy ligon por la vanidad del orgullo de familia, pero es un cacho de pan.-Dijo lentamente entre lágrimas.
-Verás...Nasha-Trago saliva lentamente-en una de mis noches patrullas en las cuales andaba por el bosque, me encontre en un campamento gitano una masacre abismal. Fui en busca de aquellos sobrenaturales hasta que perseguia a esta niña-señalo a Persefone-creyendo que era una..de ellos, creyendo que la habían convertido, pero me equivoque y es una niña normal...-Dijo mirando hacia la ventana y veia el brillo del sol resplandeciendo por las ventanas-Escucha...-Miró de nuevo a Nasha y lentamente fue acercándose a ella-Siento no habertelo dicho antes, pero estas cosas deben mantenerse en secreto..-Cuando estuvo a un palmo de estar al lado de Nasha, miró a persefone y le indico que se acercara. Le rodeo una mano por los hombros y entonces miró a Nasha-No pude aguantarme y la acogi en secreto bajo mi proteccion...como si fuera un monaguillo de la iglesia...-La miraba atentamente con una sonrisa débil. Se apoyo un poco sobre Persefone y comenzó a ver borroso, no sabía porque, pero caminó de vuelta hacia la cama, se tumbó y cuando se puso boca arriba veia la habitación moverse en circulos y de varias maneras.
Persefone se acerco lentamente hasta Oliver y esta le tapó los ojos con una cinta rojo satén. Oliver al parecer se calmo al ver el rojo escarlata de la cinta que coloco sobre sus ojos. Persefone, miró triste a Oliver y luego viró su mirada hacia Nasha para acercarse a ella, avergonzada de su comportamiento.-Le ruego que perdone al señor, pero si me atrapaban...¿Como entonces podría vengar a mi familia?-Dijo mirando a Nasha con ojos vidriosos, apunto de llorar-El me dijo que cuando cumpliera la edad suficiente, podría ingresar en su Orden.....-Paró de hablar pues no podía aguantar las lágrimas. Se tapó la cara con ambas manos y se hizo un ovillo delante de Nasha, intentando parar las lágrimas que salían sin cesar.-Pérdoneme, pero creo que soy algo posesiva...no me di cuenta, ni quise ofenderla..y menos mi señor Oliver, el es...muy ligon por la vanidad del orgullo de familia, pero es un cacho de pan.-Dijo lentamente entre lágrimas.
Oliver Lobhdain Douglas- Inquisidor Clase Alta
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Re: Kindness [Oliver Beauxbatons Lavere]
Escuché atentamente a Oliver sin poder evitar aparentar mi preocupación, sabía que era un hombre vanidoso pero no hasta tal punto, no sabía como reaccionar ante tal información. Él la protegía y guardaba su secreto, yo aparentemente debería hacer lo mismo. Observé a Persefone antentame, vi cómo sus lágrimas recorrían su rostro entristecido, realmente me conmocionaba verla así. Si Oliver confiaba en ella era porque no representaba ningún peligro para la humanidad, por lo que no tenía nada que temer de ella. Relajé mi cuerpo y me agaché a la altura de Persefone, la miré durante unos segundos con mi rostro serio y preocupado y la abracé. No sabía si estaba haciendo lo correcto pero la sentía como una niña pequeña y no pude evitar que mi instinto protector la intentara proteger. - No te preocupes - le dije en un susurro. Desice el abrazo y le dediqué una sonrisa, realmente se veía cómo una niña pequeña. Con mi pulgar borré el recorrido de sus lágrimas en sus mejillas, con delicadeza y ternura. - Y se qué Oliver es un cacho de pan - le dije con una sonrisa intentando suavizar la situación. Me levanté y me senté junto a Oliver en la cama, el cual estaba realmente relajado por la cinta roja, y eso realmente era estraño. Hice un gesto para que Persefone se sentara junto a mi.
Siempre había sido una persona comprensiva, siempre me había gustado escuchar a los demás y ayudarles, a pesar de mi sangriento trabajo tenía un gran corazón. Al principio no pensé que fuera lo que me fuera a esplicar Oliver fuese a ser suficiente como para que lo aceptara, pero al final lo hice. Debía acostumbrarme a la información, a los hechos y a la situación que ahora comprendía en este lugar. Yo era consciente de la identidad de Persefone, yo era consciente de que Oliver la ocultaba en este lugar, y yo era la que debería guardar silencio junto a ellos.
Pasé mi mano por mi cabello, y me tumbé junto a Oliver, descansando mi cabeza en la cómoda almohada. Tanta tensión había hecho a mi cuello y a mi cabeza una mala pasada, y este momento de comodidad hacia gemir de gusto mi cuerpo, como estuviera así por un momento más quedaría dormida. Puse mis manos en mi regazo acariciando mis finos y aparentemente delicados dedos. Suspiré. - Pensaba que no quedarían cosas en este mundo que me sorprendieran, pero me equivoqué. - dije. Cerrando mis ojos lentamente.
Siempre había sido una persona comprensiva, siempre me había gustado escuchar a los demás y ayudarles, a pesar de mi sangriento trabajo tenía un gran corazón. Al principio no pensé que fuera lo que me fuera a esplicar Oliver fuese a ser suficiente como para que lo aceptara, pero al final lo hice. Debía acostumbrarme a la información, a los hechos y a la situación que ahora comprendía en este lugar. Yo era consciente de la identidad de Persefone, yo era consciente de que Oliver la ocultaba en este lugar, y yo era la que debería guardar silencio junto a ellos.
Pasé mi mano por mi cabello, y me tumbé junto a Oliver, descansando mi cabeza en la cómoda almohada. Tanta tensión había hecho a mi cuello y a mi cabeza una mala pasada, y este momento de comodidad hacia gemir de gusto mi cuerpo, como estuviera así por un momento más quedaría dormida. Puse mis manos en mi regazo acariciando mis finos y aparentemente delicados dedos. Suspiré. - Pensaba que no quedarían cosas en este mundo que me sorprendieran, pero me equivoqué. - dije. Cerrando mis ojos lentamente.
Nasha Karlsson- Inquisidor Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/07/2011
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