OLIVER BEAUXBATONS LAVERE

por **Oliver Lobhdain Douglas** Lun Jul 04, 2011 6:18 am

OLIVER LOBH DAIN DOUGLAS
24 / 06 / 1776

EDAD
24
TIPO Y CLASE SOCIAL
Clase Alta / Inquisidor
FACCIÓN PERTENECIENTE:
Facción 1: SOLDADOS
CARGO
Conde de Escocia
ORIENTACIÓN SEXUAL
Bisexual
LUGAR DE ORIGEN
Londres, pero reside en París desde los 15 años.

D . FÍSICA

Spoiler:

D . PSICOLÓGICA

Suele ser de rostro atento, un poco tímido pero dispuesto a ayudar en cuanto alguien precisa de su ayuda. Es tan ingenuo que a veces no se da cuenta de que le toman el pelo y por eso se suele enfadar y fruncir el ceño más de una vez. Valiente, orgulloso, sonriente, amable...con un poco de carácter y sin querer puede resultar un poco rudo. En el amor es todo un inexperto, pues nunca ha recibido esa clase de amor con una persona. Solamente ha conocido el amor de la ayuda y del camino de Dios. Un poco quisquilloso a veces y con buena mano para la escritura con lo que se relaja bastante. Irónico hasta llegar al sarcasmo. Podría parecerse a sus hermanas, pero la locura crónica que heredo de su padre a veces le juega malas pasadas. Atento, perspicaz e inteligente por haber leído tantos libros a escondidas de su padre.

HISTORIA

Oliver salía de la iglesia para comprarse un poco de pan, para acompañar al puchero que estaban preparando los novicios. Mientras iba de camino hacia la panadería, iba distraído pensando en una bella chica que entro en la iglesia para rezar antes de la misa del domingo. Pensó en acercarse a ella, pero mejor siguió organizando la mesa para la misa. Mientras caminaba por el extenso suelo pétreo de las calles Parisinas, no se dio cuenta adonde sus pies lo habían conducido. De repente se encontraba envuelto en pobreza y ladrones que pedían limosna o algún abrazo indecoroso para robar la cartera a algún rico. Una mujer, de largos cabellos de plata, observaba a Oliver desde detrás de uno de los mostradores. Esta al parecer solía vender exquisitos dulces, panes y algún que otra manzana bañada en caramelo de cereza. ¡Pan! Es cierto él había salido a comprar algo de pan. Miro tiernamente a la anciana y le compro dos barras de pan. Cuando estaba guardando el dinero dentro del bolsillo, se daba la vuelta, pero la anciana le paró enseguida para que la mirase a los ojos. Esta le giro en el sitio y le señalo con un dedo.

-Morirás bajo el aullido de la luna negra, bañado en la sangre de tus seres queridos y para bien y para mal, tendrás que escoger-Dijo señalando a Oliver directamente al pecho. Oliver frunció el ceño y se largo de allí, a paso ligero de aquel puesto donde estaba la anciana. Echó la mirada hacia atrás por encima de su hombro y volvió a mirar hacia el frente. Se ubicó de nuevo en el mapa y consiguió llegar a la iglesia donde tendrían el puchero listo para comer. La mañana y la tarde había pasado sin ninguna novedad excepto por aquella amenaza de la mujer.
Oliver estando en su gran habitación, ojeaba las letras del impreso de la mañana que al menos consiguió un ejemplar que había tirado en la calle. Encontró un interesante artículo sobre la familia Beauxbatons en segunda plana, pero cuando llego a la palabra “matrimonio”, sus ánimos fueron absorbidos por la frustración y la tristeza. ¿Tan rápido había conseguido su padre olvidar a su madre? La historia de Oliver Beauxbatons Lavere es algo curioso.

Todo ocurrió en una noche de verano......Las puertas del jardín estaban cerradas, los caballos dentro del establo.........pero bajo el amparo de la luna de plata, rodeada de sus hijas las estrellas, en la mansión Beauxbatons, ocurría un milagro.

Oliver nació bajo el influjo de Cáncer y sobre el lecho de la distinguida familia Beauxbatons. Todos sonrieron de alegría cuando vieron al pequeño entre los brazos de la madre, tan pequeño, tan frágil. Esas eran las cosas que te hacían pensar si fueras una mujer, pero si eras un hombre, ya comienzas a mover a tus contactos para cuando crezcan los herederos de la familia, puedan trabajar en algo. Su padre sonrió desde el umbral de la puerta al recién nacido y con el paso de los años, Oliver fue creciendo en la familia como uno más dentro de la familia.

A los ocho años, Oliver comenzó su primer trabajo como repartidor de periódicos por la calle. Iba repartiendo de puerta en puerta, de esquina en esquina. Al principio comenzaba con encargos pequeños, pero un día su padre lo llamo a su estudio y le dijo que ya no trabajaría de repartidor de papeles por la calle. Para su sorpresa, Oliver salió enfurruñado del estudio dado que no quería dejar ese trabajo, es más, se había acostumbrado a él y le encantaba. Su padre no fue detrás de él pues lo que hiciera Oliver le importaba un comino. Trabajo, presencia y poder. Ese era su padre. Se dirigió al porche y se encontró con su hermana y con Adéle que para él, sus únicas dos amigas. Bueno, Perséfone no era digamos una dama muy correcta. Ella era una niña picara, atrevida y muy aventurera pero lo que más ha perdido Perséfone es la fina inocencia de creer en todo y arremetía contra todo lo que dijeran sus pretendientes. En cambio, Adèle Lacroix, su mejor amiga era todo lo contrario, guapa, dulce, simpática. Soñaba con encontrar un marido perfecto junto con una vida perfecta.

Todos queríamos eso en la vida, pero hasta el más tonto sabe que nada es fácil. Lo que le gustaba a veces de ellas, es que no...sabia como agradecer aquello que hicieron para salvarle de su padre. Estaban cenando en el modesto comedor, cuando de repente la locura crónica de su padre salta y comienza a meterse con Oliver. Todos no decían nada, hasta el perro de la familia se había callado. Su padre gritando a diestro y siniestro, golpeando la mesa fuertemente contra la palma de su mano. Oliver, como tenía pensado meterse a misionero, decidió guardar silencio. Su padre al ver que no reaccionaba a sus iras sobre el comedor, dio un bofetón en toda la tierna cara de Perséfone en lugar de Oliver. Ese bofetón era para él y se lo había dado a Perséfone en su lugar. Muy mal, Perséfone. Muy mal. Ella no tenía porque sufrir y además defenderle a él de la furia de su padre. No hacía falta y ella solo tenía que prepararse para ser una bella dama y conquistar a un buen partido. Pero en lugar de eso, en aquel instante, Perséfone arriesgo su vanidad para proteger a Oliver, o eso pensó él.

Después de varios años de aguantar a su padre, a su madre y a sus hermanas, Oliver creció y cambio de actitud con el paso del tiempo. Creció y dio su voto de silencio a la palabra del señor. Consiguió ir por el duro camino del silencio y las oraciones hasta que consiguió ser sacerdote en la iglesia de París que es donde reside ahora.

Seguía leyendo el artículo del periódico y de repente un aullido sonó en toda la noche. Un nerviosismo comenzó a ocupar la tranquilidad de su cuerpo y no dudo en coger el maletín que guardaba bajo la cama. Lo abrió y se puso unas cartucheras al pecho y un cinturón con varias ampollas de agua bendita. El revólver de repetición continua, con mango de roble negro, se cernía perfectamente a su mano. Las balas de plata...casi se le olvidan. Relleno el revólver y la pistola con balas de plata, pues en el último enfrentamiento a escondidas del ámbito papal, tuvo que malgastar varias balas en una pequeña licántropo que le suplico que la matase. Falló con los tiros, pero uno le dio de lleno en su delgada pierna. Se acerco a ella lentamente para cogerla en brazos y con toda la benevolencia del mundo, no tuvo más remedio que acogerla en su seno y esconderla como un niño de los novicios. De vez en cuando va a verla para ver como se encuentra. Todo en la iglesia son secretos entre todos.

La pistola ya estaba cargada junto con el revólver en su cinturón, y un pequeño bastón que servía para darle a los sacos de trigo. Lo agarro con una de las manos libres y se dirigió fuera de su habitación a vigilar por si hubiera movimientos extraños. A pesar de ser sacerdote, Oliver se convirtió en una persona que tenía los cinco sentidos en alerta por la noche, a pesar de que iba con cautela, el miedo aún estaba presente. Siguió andando y como vio que no había nada anormal, regreso a su habitación con la conciencia un poco más tranquila. Pero para su asombro, se encontró con una sorpresa la cual no esperaba. Una carta estaba encima de la mesita de noche, con el sello de la familia Beauxbatons y olía al aroma aventurero de su hermana. Cogió la carta y en cuanto supo que era una carta verdadera de la familia, lo abrió lentamente y vio una nota con una sola línea.

“Morirás bajo el aullido de la luna negra, bañado en la sangre de tus seres queridos y para bien y para mal, tendrás que escoger”

6 meses después

Han pasado meses desde que aquello paso. Se volvio a encontrar con el pasado, volvio a mirar hacia atras una vez más para reencontrarse con Adele, su amiga de la infancia la cual tiene un gran cariño y la adora, pero su amor hacia él no le es correspondido. Todo fue para mirar al dolor, a un pasado doloroso del cual el descoconocía. No hace mucho, una semana atrás le llegó una carta de la cual recibio de la familia Beauxbatons. Su familia. Hacia mucho tiempo que no recibia noticias de su familia, de su madre de su padre. Con una sonrisa feliz, solo pudo leer las primeras líneas de la carta y caerse derrumbado al suelo, envuelto en un repentino estatus de ira y dolor.-¡AAAAAAAAAAAAAAAH!!!-Grito a pleno pulmón al recibir el hálito de valor para expresar sus sentimientos por su....recién padre fallecido. Vampiros...y un par de humanos pagados para hacer el papeleo sucio de unos chupasangres. Cogio todas las cartas que habian en el suelo y se dirigió hacia el estudio para posarlas sobre la mesa. Se sentó sobre una silla de terciopelo verde mar y comenzó a leer la carta poco a poco, manchada, marcada por la marca sangrienta de los vampiros. Su padre era muy supersticioso y creia en lo paranormal y a veces nunca estaba ebrio-¡JODEEER!-Gritó de nuevo para romper a llorar sobre la carta que agarraba en las manos. Al parecer no querían dejar huella y su madre... Negó con la cabeza para despues soltar la carta sobre la mesa del escritorio. Apoyo la cabeza en el respaldo de la silla y continuo llorando, se apoyo sobre la mesa y veía distraidamente las cartas sobre la mesa, pero una de ella no era como las demás. Frunciendo el ceño, cogio torpemente la carta y esta estaba adornada con detalles muy elegantes como para ser la carta de una familia de clase alta. Parecía que algo en su interior, algo en su pasado nunca se le había contado y que de alguna forma esa noche, la pieza del rompecabezas iba a ser puesta en el hueco del puzzle que faltaba por poner.

Desinteresadamente abrió la carta, saco un papel de pergamino que llevaba el sello real de la familia Real de Escocia. Sus manos comenzaron a temblar, no sabia porque, pero simplemente por el poder de la mano escrita en el pergamino, decía lo siguiente:

Estimado señor Beauxbatons:

Hace días que hemos intentando contactar con su excelencia, pero gracias a los historiadores, investigadores y a fieles compatriotas de los clanes Escoceses y seguidores de su antecesor Gregory Lobhdain, del clan Douglas, hemos de comunicarle de que al haber hallado fallecido a su mas cercano pariente, en este caso su padre fallecido, se le concede la posesión de toma del titulo nobiliario de Conde de Escocia. Así es, he de decir, ahora pose fincas, valiosas posesiones entre otros menesteres. Mis oídos han escuchado el aullido de las banshees aurgurando la oscura noche que se cernía sobre su familia hace una semana atrás. Esta notificación le avisa de que puede tomar el cargo y pasar a otra familia o bien seguir con la tradición familiar real Escocesa. Me despido con el pésame de lo ocurrido.

Hasta más ver.

*-Leightong Mchugh-*

Terminó de leer la carta y se puso pensativo mientras miraba la carta. Podría ser una broma para que los vampiros lo atraparan o alguna treta, pero el nombre de Lobhdain le sonaba. Sin más preambulo cogio un papel en blanco y comenzo a escribir su respuesta, pero con la condicion de que la Orden le dejara en paz, con un reconocimiento de ello y que le dejaran en París junto con...ella.

DATOS-EXTRAS

† Leer el periódico por la noche después de las últimas oraciones.
† Los animales (cambia-formas, licántropos, animales normales) [Estos dos primeros los encuentra bastante repugnantes y no hablar de los vampiros.]
† Cuando era pequeño, soñó con casarse, pero debido a los problemas que causa una familia, se lo pensó mejor. No soportaría que su hijo o hija fuese herida bajo ningún concepto.
† La niña se llama...le puso el nombre de Perséfone, en honor a su hermana.

por Invitado Lun Jul 04, 2011 12:47 pm

Ficha aceptada, bienvenido

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