El sonido del agua (privado)

por **Hedoné Vlasopoulos** Mar Jul 26, 2011 5:53 am

Recuerdo del primer mensaje :

Desde que llegó a París no había ido aun a los bosques, tenía casi toda la ciudad recorrida ya podría decir que la conocía como la palma de su mano, pero no las afueras. Siempre estaba sola así que esta vez no sería menos, agarró una bolsita y en ella metió unos cuantos bocadillitos que preparó. Salió de su casa sin que nadie la viera, llegó un punto que pensó si hacia falta salir a hurtadillas cuando no había nadie más que los sirvientes en casa y ellos nunca decían nada. Corrió por las calles hasta llegar a las afueras de la ciudad, ahí al otro lado veía el bosque. Árboles grandes y frondosos con hojas de un hermoso verde. No pudo evitar sonreír al ver tal belleza de la naturaleza y corrió hacia él.
Paró cuando llegó frente a los árboles con su respiración agitada, levantó su mano hacia uno de los troncos y con la yema de sus dedos la acarició lentamente. Dio unos pasos para adentrarse en el bosque con cuidado de no pisar algo que la hiciera caer sobre las hojas secas. Miraba a un lado y a otro del lugar, observando la infinidad de árboles y plantas que se encontraban. Levantó su cabeza viendo como la luz del sol se abría camino entre los árboles, la brisa los acunaba suavemente. Cerró los ojos escuchando como los árboles se agitaban con el viento sintiendo esa tranquilidad del lugar. Volvió abrir sus ojos volviendo a dar unos pasos para reanudar su camino. Mientras paseaba escuchó a lo lejos el sonido de lo que parecía un río y se dirigió hacia el. Aceleró el paso entre los árboles y a lo lejos vislumbró el río, se acercó a toda prisa. El agua era transparente y bajaba a toda prisa, ella se acercó y la tocó con una de sus manos, estaba muy fría. Se llevó un poco de agua a sus labios, nunca había probado un agua con tan buen sabor. Había sido una buena idea venir a pasear por el bosque. No dejaba de mirar todo lo que la rodeaba mientras se sentaba a la orilla del río observando como el agua recorría su camino.

por **Hedoné Vlasopoulos** Sáb Sep 24, 2011 1:05 pm

No pudo evitar sonreírle ante el entusiasmo que transmitía por los demás seres que existían en nuestro entorno. Ambos estaban con una emoción y adrenalina ante el echo de que pudieran existir y lo más seguro es que quisieran descubrir más sobre ellos.

- Si estaría bueno… - dijo en voz baja con su rostro apenado, quería descubrirlos, quería buscarlos, lo deseaba completamente – no creo, sería peligroso… pero no creo – una sonrisa empezaba a dibujarse en su rostro al pensar en tal cosa

Sus ojos se abrieron de par en par al igual que su boca al escucharle decir sobre sus otras dos transformaciones, seguramente serían más imponentes pero ella casi por seguro las vería igual de adorables que el perrito. Se preguntaba cómo sería transformarse en otro ser vivo y en cómo se sentiría László cada vez que lo hacía. Le venían muchas preguntas más sobre sus habilidades, pero no era el momento de avasallarlo de nuevo con preguntas. Pero tarde o temprano se las iría haciendo poco a poco, tampoco quería incomodarlo.

- ¡Increíble! No sabía que podías hacer eso – ladeó la cabeza observándole detenidamente – siempre hay alguna cosita que se nos resiste y cuesta más – le palmeó la pierna – pero eso es lo más normal del mundo, a mi también a veces se me resisten mis poderes… no te preocupes – le sonrió dulce

Otra vez hizo que sus ojos casi salieran de sus cuencas cuando le hizo la pregunta. ¿Realmente quería hacer eso o estaba bromeando con ella? Porque ella no se lo pensaría dos veces y los iría a cazar o a espiarlos a lo lejos por mera curiosidad. La aventura, el misterio, la excitación del peligro y el descubrimiento, eran sensaciones que a ella le encantaba tener y nunca rechazaba una oportunidad como esa. Siempre con su hermano gemelo iba a por aventuras pero ya casi había perdido la costumbre de ellas desde que vive en París, ahora siempre estaba sola, hacía lo que ella quería y cuando quería. Se escabullía por las noches para ir a conocer la ciudad, otras veces iba al campamento gitano para ver a su amigo y con ello comportaba ir a las carreras, las apuestas y escapar de lugares prohibidos donde ellos se metían. Esta idea de dar caza a hombres lobo y vampiros era algo con mayor grado pero también mayor adrenalina recorriendo por su cuerpo.

- ¿Lo estás diciendo en serio? – enarcó una ceja mirándolo para luego soltar una carcajada – A mi no me lo digas dos veces que te arrastro a ir a por ellos

por Invitado Miér Sep 28, 2011 4:26 am

László soltó una carcajada, un poco más relajado al ver cómo ella volvía a emocionarse ante la mención de sus otras dos transformaciones. Le gustaba ser zorro, era ágil, ligero y astuto, le resultaba más fácil cazar y hacer muchas otras cosas, lamentaba no poder hacerlo tan fácil como le resultaba convertirse en perro. Por otro lado, ser perro salvaje era un fenómeno que se había dado muy pocas veces, y siempre bajo situaciones extremas, la primera vez fue defendiendo a su hermana de lo qur ahora caía en cuenta, pudo ser un vampiro. Como perro salvaje era fuerte y reacio, sólido y suficientemente rápido para dar una buena batalla. De pronto se dio cuenta que estaba sumido en sus propios pensamientos, agachó la mirada y comenzó a arrancar pasto casi compulsivamente.

-Bueno –rió dirigiendo la mirada a su interlocutora-, no cazar-cazar, pero sí ir en búsqueda de ellos, saber cómo son, tal vez verlos enfrentándose porque según la leyenda son enemigos acérrimos –sonrió ante la idea, era una aventura que estaba dispuesto a correr solo, pero se se escuchaba aún mejor al ir acompañado de Hedoné, que había resultado ser una sorpresa inesperada, no sólo por su amabilidad, sino por sus habilidades también.

-Cuando quieras podemos ir, conozco París mejor que nadie –o eso creía hasta ahora que descubría que habitaban todo tipos de seres, pero en cuanto a la geografía del lugar, era un experto-, así que no nos perderíamos y sé atajos y escondites por si algo sale mal –rió una vez más aunque no era precisamente gracioso lo que estaba diciendo, la posibilidad de que algo se saliera de control era muy grande y peligrosa, su risa fue más bien de nervios.

Se puso de pie luego, a pesar de su apariencia, tenía buena condición física, pues las peleas callejeras y huir de los policías eran buen ejercicio así que lo hizo sin mayores problemas, miró el río y su trayecto.

-¿Te parece si caminamos? –László no era un tipo que pudiera estar en un lugar por mucho tiempo, siempre tenía que estarse moviendo o comenzaba a sentirse sofocado, por ello decidió que caminar lo mantendría interesado y a la vez alejaría esa sensación de estar atado.

Era un chico que podía ser lo que el mundo quisiera adjudicarle, un vago, un revolucionario y un buscapleitos, pero también era un alma libre como suele decirse por ahí, no imaginaba su vida atada a una rutina, tal vez por eso no tenía un trabajo estable, porque le era imposible hacer lo mismo todos los días.

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