Extraña Coincidencia [Renée]

por Invitado Mar Jun 15, 2010 9:53 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Aquél día andaba con ganas de pasear así que decidió ir a las calles de París de seguro encontraría algo que le llamara la atención, o al menos eso esperaba él, el día estaba como a él le agradaba, nublado pero aún así no estaba tan fresco, salió un tanto abrigado, con sus ropas favoritas.

Cuando estaba caminando por las calles se encontró con una cafetería que le llamó la atención, sobre todo al ver un rostro un tanto familiar adentro, el tomar café no era lo suyo ya que no le sabía a nada pero era experto en fingir, así que decidió entrar y saludar a la persona que ahí estaba.

Al entrar colgó su abrigo y se dirigió a la mesa - Buenas tardes, señorita Valois - dijo suavemente con una sonrisa en su rostro, no la veía acompañada y esperaba que no estuviera molestando, extendió su mano, esperando que ella se la diera y saludarla como correspondía.

por Invitado Jue Jun 17, 2010 10:08 pm

Mientras la miraba con atención, un tanto embobado hasta que escuchó su dulce voz otra vez, ante esto reaccionó y miró a otro lado - No te preocupes, no le diré nada, no porque sea mi amigo se lo contaré - Le dijo con una sonrisa sincera.

Notó como lo miraba sorprendida, suponía que era por decirle dulce y luego escuchó lo que dijo, bajó la mirada y sonrió - Si, es eso lo que creo, eres muy dulce - subió la mirada para verla a los ojos, no podía quitar la mirada de encima, se sentía atrapado por aquella joven que tenía en frente, era tan dulce y tan inocente, soñadora... - Para mi no eres soñadora - dijo aún con su mirada fija en la de ella, acercó su mano al rostro de ella y tomó su mentón - Es lindo tener esos sueños, pero cuidado con la realidad - dijo con una sonrisa no muy convincente, era la verdad lo que decía.

por Invitado Jue Jun 17, 2010 10:30 pm

-Gracias...- dije tendiéndole casi instintivamente mi mano para tomar la suya, en un gesto de profundo agradecimiento, por su apoyo, aunque rápidamente noté lo que hacía y deje su mano -Lo siento.... Yo... no debí- me disculpé sonrojandome.

Sonrojada desvié la mirada, por su halago, aunque sonreía con delicadeza, alcé mi rostro -Gracias, es la primera vez que alguien me dice algo así- Reconocí se notaba que no tenía mucho contacto con hombres, no solo en lo que decía, sino me mi forma de actuar. Lo miré confundida, sin comprender el por que de sus palabras, seguramente él tenía mucha mas experiencia que yo en la vida, lo cual no era extraño, y tenía sus motivos, más yo no los comprendía -¿Cuidado como? ¿Por que lo dice?- le pregunté con interés, mantenía mi tímida mirada sobre él. -¿En que sueña un hombre como usted? Si se puede saber claro está- me tomé la libertad de preguntarle, interesada en su respuesta.

por Invitado Jue Jun 17, 2010 10:51 pm

Al sentir su cálida mano sobre la de él la miró un tanto avergonzado pero aún así no le molestaba, para nada. Le causó gracia el que se disculpara, y también notó como se sonrojaba - No te disculpes, de todas formas no me molestaba - comentó mirándola a los ojos con su particular sonrisa.

Sus mejillas aún estaban sonrojadas lo que encontraba aún más dulce, él no podía sentir el calor de unas mejillas sonrojadas hace mucho tiempo, cuando la escuchó la miró sorprendido - Se me hace difícil creer que no te lo hayan dicho - sonrió un tanto confundido, luego preguntó por su comentario y era obvio que lo haría - Los sueños siempre son hermosos pero la idea es hacer que la realidad sea aún mejor - fijo mirándola y luego desvió la mirada hacia la ventana.

Se le habían metido en la cabeza los últimos años de su vida como vampiro, desde que decidió cambiar su comida hasta ahora, sentía que después de todo valía la pena, volvió en si antes de que ella le hablara y la miró sorprendido por la pregunta, ¿soñar él? quizás hace tiempo que no lo hacía - Con que sueño yo... - tenía la mirada perdida, pensativo - También desearía encontrar a alguien de quién enamorarme - susurró, como si se avergonzara de decírselo.

por Invitado Jue Jun 17, 2010 11:13 pm

Sus manos tenían una frialdad que nunca antes había sentido, pero no me detuve a pensar en eso. A pesar de que el había dicho que no le había molestado que le tomara las manos seguía avergonzada, no era algo propio que hiciese ese tipo de cosas, no correspondían mucho menos siendo una mujer comprometida.

Miré al piso con algo de vergüenza -Es que no suelo conversar con hombres- reconocí tímidamente con voz algo ahogada, yo vivía hasta entonces casi aislada del mundo, saliendo muy pocas veces, la mayoría de ellas para ir a la iglesia. Me toqué el cabello con expresión pensativa sobre aquello de los sueños, no creía que mis sueños se llegaran a cumplir -Sería lindo eso, que la realidad fuese mejor que mis sueños- dije suspirando mientras le miraba a los ojos, con expresión un tanto soñadora.

Aquel hombre me sorprendía y eso me agradaba, lo miré con más interés al saber que compartíamos el mismo sueño, sabía que no debía mirarlo así, pero no podía evitarlo -Soñamos lo mismo, que coincidencia- dije mirando por la ventana de repente como si esperase ver algo ahí, pero no había nada, simplemente rehuía sus ojos, pero no por temor, era por que me perdía en ellos. -De seguro un joven tan educado, agradable y respetuoso como usted, encontrará fácilmente una mujer de quien enamorarse y que le corresponda- le aseguré con amabilidad, mis palabras iban mas allá de palabras de buena crianza, realmente lo creía. La idea de que él cumpliese su sueño me reconfortaba de algún modo, al menos uno de los dos cumpliría su sueño.

por Invitado Vie Jun 18, 2010 12:03 am

No entendía el por qué ella estaba avergonzada, si bien estaba comprometida no veía tan terrible lo que había hecho, era un gesto de agradecimiento nada más y nada malo había en ello, puso su mano sobre la de ella sonriente - Tranquila, de verdad no me ha molestado - se sentó y sacó su mano dejándola sobre la mesa.

ella bajó su mirada y al escuchar lo siguiente no se impresionó - Supongo que no debe ser muy fácil ser de la realeza - afirmó, sabía que era así y que era muy normal que a las mujeres las dejaran un tanto aisladas, cosa con la cual nunca estuvo de acuerdo, al escuchar lo siguiente apoyó su codo en la mesa para así posar su cara en la mano - Si...sería lindo... - dijo con la mirada hacia la ventana, irónicamente estaba pensando en la frase que él mismo había dicho.

Una vez que le dijo sobre su sueño era él el que evadía su mirada avergonzado, al escucharla sonrió tontamente - Si, que coincidencia pero proviniendo de un hombre suele tomarse mas absurdo - comentó con tristeza mirando aún hacia el ventanal, recordando todas las veces que su hermano se había burlado de él y lo había intentado cambiar, con lo siguiente la miró a los ojos con una sonrisa irónica - Ha pasado mucho tiempo ya, he perdido la esperanza - dijo sin pensar, ya había perdido la cuenta de los años que habían pasado, ¿más de diez? ¿de veinte?, pero una vez que analizó lo que dijo pensó que ella lo tomaría como una exageración, no comentó más y solo se quedó con su sonrisa irónica en los labios.

por Invitado Sáb Jun 19, 2010 2:33 am

Era demasiado recatada y reprimida como para permitirme ese tipo de contactos para con un hombre, había sido criada así, y me parecía demasiado escandaloso el libertinaje reinante en París, yo prefería mantener una distancia prudente. Asentí ante sus tranquilizadoras palabras, con la mas dulce y tímida de mis sonrisas.

Suspiré cuando tocó el tema de la realeza -Es difícil, todo el mundo piensa que es de lo más fácil, pero no es así- susurré mirando por la ventana, dentro de mis deberes estaba casarme con quien me comprometieran y el peor peso de todos era el no poder disponer de mi vida, pero yo lo tenía asumido. -Ojalá todo fuese como soñamos, o incluso mejor- bufé un poco frustrada, mirándolo a los ojos, ese ya era un logro para mi. A lo lejos, desde hacía un rato el camarero miraba el desastre que había causado sin atreverse a molestarnos.

Negué con mi cabeza, mirándolo con algo de ternura -No creo que sea absurdo, me agrada conocerse a un hombre que sueñe con eso- le dije buscando su mirada, quería que supiera que lo decía de corazón. Me parecía encantador haber encontrado a alguien que quisiera algo parecido a lo que quería yo. -No debería perder la esperanzas, monsieur Windsor, aun es joven de seguro se enamorará y logrará cautivar el corazón de una señorita- susurré intentando animarlo, con mi mirada soñadora puesta en él, pues eso era lo que yo quería, que un muchacho que se enamorase de mi y cautivara mi corazón.

por Invitado Sáb Jun 19, 2010 11:10 pm

Al verla con aquella sonrisa tímida y dulce le correspondí con una tierna, lejos se veía linda y adorable y suponía que jamás se había encargado a mirarla detalladamente aunque siempre la había encontrado linda.

Notó el suspiro que dio cuando tocó el tema de la realeza, suponía que no era fácil de llevar, sobre todo si debía acatar todo lo que decían sus superiores, sin importar su opinión, era algo que le molestaba demasiado pero no podía hacer mucho. La escuchó con atención - Se que no es fácil...no si no tienes libertad de opinión -dije de forma simple, sin hablar mucho del tema. Cuando oyó lo otro miró a la ventana también - Ojalá - susurró.

Cuando le comentó lo de su sueño vio como lo miraba con una ternura increíble, jamás había visto unos ojos tan tiernos, cosa que le llamó demasiado la atención, cuando comentó lo siguiente solo la escuchó pero se perdió en sus ojos, sin decir nada. Solo fue capaz de reaccionar cuando escuchó lo otro, esperanzas ya no le quedaba pero no quería tocar mucho el tema - Joven... - dijo con ironía, pero luego se percató de la mirada de Renée, mirándola de forma tierna - Eres muy linda Renée... - Dijo sin pensar mucho.

por Invitado Dom Jun 20, 2010 6:17 pm

Miré de reojo hacía a ventana, para asegurarse de que nadie fuera del lugar los estuviese mirando -No tienes libertad de nada- le corregí, era cierto no tenía libertad de opinión, ni mucho menos de decisión en las cosas importantes de mi propia vida. -Es como ser un títere o una muñeca- dije en voz muy baja, más para mi que para él, no era el tipo de cosas que se podía ir comentando por la vida, pero me sentía extrañamente en confianza con él y me atrevía a hablar un poco de más.

Vi su reacción y pensé que ya había metido las patas con mi comentario -No se desanime por el tema, al menos usted es libre y eso ya es algo importante- dije suspirando con tristeza, pero aun así intentando animarlo sobre su situación. Oí sus palabras y me sonrojé, queriendo tener una forma de ocultar mi rostro -Eeemmm... gra... gracias- tartamudeé algo avergonzada, pero sonriendo.

por Invitado Dom Jun 20, 2010 9:18 pm

La miró luego de escucharla hablar, y sonrió un tanto melancólico - Si, es verdad...es una lástima que sea así - afirmé, pensara lo que pensara no cambiaría eso de la realeza, era muy difícil y el único camino que el veía era hacer algo totalmente contra las reglas.

Comenzaba a sentirse distraído, muchas cosas pasaban por su mente pero no quería que ella lo notara, no ahora ya que se le podía salir información importante y sin duda no sería oportuno, su hermano no lo sabía y tampoco lo podía saber ella. - ¿Libre? - preguntó al escucharla - No tan así exactamente, pero no importa - dijo quitándole rápidamente la importancia al tema, no quería hablar de ello. al verla sonrojada sonrió - Solo es la verdad... - aún la miraba con ternura

por Invitado Lun Jun 21, 2010 1:58 pm

Me encogí de hombros, sabiendo que él debía comprender no solo lo que decía, sino también lo que sentía, todos los miembros de las clases acomodadas lo sentía en algún momento, estaba segura. -Pero nada se puede hacer a eso, es una cruz con la que se debe cargar. De seguro Dios me da la fortaleza para afrontarlo- Susurré agachando la cabeza, demostrando toda mi devoción, era lo único que me quedaba. -Pero no sigamos aquel tema, hay cosas de las que no se debe hablar- dije intentando dar por zanjado ese tema, después de todo, el deber era el deber y también debía saberlo.

Miré su expresión distraída y pestañee varias veces, y puse una expresión de culpa en el rostro -¿He dicho algo malo cierto? Por eso se ha puesto así...- asumiendo que era mi culpa el estado en que aquel joven se encontraba -De seguro dije algo inapropiado- agache la cabeza mirando la portada de mi libro. -Es tan amable, hace que me ruborice- oculté mi rostro entre las manos en una actitud infantil.

por Invitado Lun Jun 21, 2010 2:47 pm

La escuchaba con atención, disgustado, el hecho de pensar en que su hermano no hace nada por evitarlo le molestaba aún más, pero hace tiempo que no hablaba con él, solo sabía que no estaba en Francia - Supongo que tampoco se lo has contado a tu hermano... -Era más afirmación que pregunta, sabía que era lo más seguro. - Si tienes razón, hay cosas que es mejor no hablar - dijo pensando en su condición de vampiro.

Se sorprendió con lo siguiente y en su rostro se notaba - No, no...usted no ha dicho nada inapropiado, no se preocupe - Se apresuró en responder ya que no quería que se sintiera mal, la miré un tanto preocupado pero luego sonreí - ¿Amable? No considero que lo sea, pero de todos modos no entiendo por qué le hago sonrojarse - Pregunté curioso y divertido por la actitud que ella había tomado.

por Invitado Lun Jun 21, 2010 5:11 pm

Negué con la cabeza y miré por la ventana distrayéndome en mis pensamientos por algunos segundos -¿Para que decir lo que es evidente? Él lo sabe, siempre lo ha sabido- dije con voz suave y triste, jugueteando con las hojas del libro para no mirarlo a los ojos. -Quizás en otras circunstancias, me hubiese apoyado, pero ahora que está a mi cargo... No lo creo- suspiré sabiéndome condenada a aquel compromiso. "Nadie puede salvarme de ese destino" pensé, quizás ya era hora de asumirlo, sobretodo habiendo conocido ya mi prometido.

Lo miré no muy segura de que fuese sincero "Solo lo dice para hacerme sentir mejor" pensé con tristeza, mientras jugueteaba con mi dedo por la mesa -¿Seguro? Se ha puesto algo distante y cabizbajo con el tema del amor... Yo... lo siento. No debí decir nada- Me disculpé nuevamente, pues así me habían educado tímida, reservada y respetuosa, habiendo dejado de lado mi reserva creía ir cometiendo errores por ahí. -Por que los hombres no suelen decirme esas cosas, ya que no suelo hablar con ellos, me intimidan- le reconocí avergonzada por alguna razón, aunque era como debían ser las cosas. Era obvio que mi sueño no se cumpliese ya que rara vez tenía contacto con hombres...

por Invitado Lun Jun 21, 2010 5:30 pm

Se entristeció aún más al oír lo que había dicho, jamás pensó que su amigo avalaría una relación como esa, sobre todo cuando su hermana pequeña no iba a ser feliz, ella merecía algo mejor y él debería permitir dárselo - No creí que el lo apoyaría de tal forma, no por lo que hemos conversado...creo que hay algo que lo está haciendo cambiar - dijo de forma triste, siempre se había llevado bien con su hermano, pero ahora quizá las cosas cambiarían.

Sintió la mirada insegura pero ante ello no dijo nada y seguía mostrándose sereno, pareciera que nada lo perturbaba - No es por su culpa, no se preocupe, son solo cosas de mi vida... - dijo con una sonrisa algo forzada, y casi rogaba por dentro que no se diera cuenta, al final no le podría explicar muy bien el por qué se sentía así ya que para ello debía contarle su secreto, cosa que entre los vampiros estaba prohibido. La miré curiosa - ¿Te intimidan? - preguntó curioso - Mademoiselle Valois...Si va andar sola, debe tener mucho cuidado - le dije serio mirándola a los ojos, para que comprendiera que no estaba bromeando - Hay cosas peores que le deberían intimidar - comentó bajo, con la intención de que no muchos escucharan, luego desvió la mirada hacia el ventanal, quizá no había sido buena idea comentarle aquello ya que sin duda preguntaría curiosa.

por Invitado Lun Jun 21, 2010 6:07 pm

Lo miré sorprendida de no ser la única que pensaba lo mismo, hasta ahora no había tenido la posibilidad de conversarlo con nadie y era algo que me preocupaba -Lo sé, hasta la forma de escribir sus cartas ha cambiado- murmuré tristemente mirándolo a penas, jugueteando aun con el libro. -Solo espero que no se nada malo- me persigné, rogándole a Dios que no fue algo malo que le ocurría a Ferdinand.

-Oh! Ya veo- respondí mirándolo e intentando sonreirle, pero su expresión triste me preocupaba, aunque intentase reconfortarme con una sonrisa. -Yo pienso que un jovencito tan encantador como usted no debería rendirse en temas de amores, de seguro lograría cautivar a la chica más bonita- dije nuevamente hablando de más, mirándolo con expresión dulce y cálida, como si fuésemos viejos amigos.

Asentí con timidez a su pregunta, después de todo era cierto, si bien iba a bailes y reuniones sociales, bailaba y todo pero siempre era tímida con el sexo opuesto. Me asusté un poco con aquella misteriosa advertencia y algo curiosa, como era obvio. -¿Cosas peores? ¿Como cuales?- pregunté queriendo saber a que se refería.

por Invitado Mar Jun 22, 2010 4:50 pm

Cuando escuché a Renée la miré también sorprendido, ambos habíamos pensado lo mismo, eso corroboraba que si podía estar pasándole algo como para sentirse así, razón por la cuál me preocupé bastante, tal vez solo era el estrés de llevar el peso de algo tan importante. - Creo que deberé un día hablar con él, algo me dice que debo hacerlo - miré a los ojos a Renée, serio.

Me causó un poco de gracia el escucharla tan ilusionada, hasta parecía que estaba más emocionada ella que yo con el tema, y la verdad se me hacía difícil el encontrar un pajera, por la obvia razón que debía contarle si o si, con el tiempo, mi secreto. La miré sonriente - Gracias por sus esperanzas mademoiselle -comenté encogiéndome de hombros, de todas formas veía imposible el estar con una humana.

Era más que evidente que preguntaría a qué me refería, comenzaba a dudar si era una buena idea habérselo contado, pero algo dentro mio quería asegurarse que ella tendía cuidado, no quería que fuera como otros humanos que iban tranquilos por la vida, como si nada pasara, me puse serio, mirándola nuevamente a sus ojos - Hay muchas cosas extrañas que usted no conoce, ahora no puedo contarle más, pero le pido por favor que vaya con cuidado en la noche mademoiselle - hablaba despacio, no quería que más personas escucharan, mis ojos eran sinceros y severos, no quería explicarle bien lo que sucedía.

por Invitado Miér Jun 23, 2010 1:35 pm

Tenía tantos problemas encima, mi compromiso, el cambio en mi hermano. Ese era otro asunto que me estaba volviendo loca, estaba tan preocupada por mi hermano, rogaba a Dios que volviese pronto y que todo fuese igual que siempre. Le sonreí agradecida por sus palabras -Te lo agradecería enormemente, es más fácil que confíe en ti, a que me cuente a mi lo que le ocurre- Le dije algo animada por la idea, esperanzada de que aquello ayudaría bastante. "Quizás si hablan él vuelve a ser el mismo" pensé, era más que aquello, era lo que rogaba. Lo miré a los ojos seriamente -¿Me dirás si le ocurre algo malo?- Le pregunté con mirada suplicante.

-De nada, es lo mínimo que puedo hacer. Usted ha sido tan amable y dulce conmigo...- sonreí y esta vez le tendí mi mano por sobre la mesa para tomar unos segundos las suyas, repentinamente estaba más cómoda con él, visiblemente agradecida por que me escucharse y por sus consejos.

Aquel había sido sin duda uno de los consejos más extraños que había recibido en mi vida, ¿o quizás era que no había recibido muchos consejos? No comprendí muy bien que ocurría, ni por que me decía eso, pero era notorio que hablaba muy enserio, cosa que me asustó un poco –Si me lo dice tan preocupado joven Windsor, no puedo sino hacerle caso- dije con voz igual de baja que la suya, confiaba en sus palabras, si me lo decía era por algo y parecía que era mejor no seguir preguntando.

por Invitado Miér Jun 23, 2010 5:00 pm

A pesar de todo no comprendía muy bien el cambio de mi amigo Ferdinand, siempre se había mostrado como un tipo serio, con los pies bien puestos sobre la tierra y por lo que me contaba ahora Renée, no podía comprender que le había pasado ¿Avalar una relación donde no hay amor?, eso no era lo que opinaba él en un principio, miré a Renée cuando sentí su voz - Tienes razón, es difícil que te lo cuente - Comenté un poco serio, y es que sabía que él intentaría no involucrar en sus asuntos a su hermana pequeña. - Lo intentaré, pero no correspondería contarte si el me pide que no lo haga, tal como me lo pides tu - dije son mi voz suave y de manera dulce, estaba en el medio de todo el caos y eso lo hacía complicado.

Al agradecerle lo había hecho irónicamente, quitándole importancia al asunto, pero me asombré un poco al sentir su cálida mano sobre las mías, y no por haberme pillado desprevenido, sino por lo que habíamos conversado hace pocos momentos, permanecí en silencio durante los segundos que ella tuvo su mano sobre las mías, esa calidez que solo el cuerpo humano tiene, se sentía bien, hasta lo estaba disfrutando, pero prontamente agité mi cabeza para dejar de pensar en ello - No...no he hecho nada... - dije torpemente, sin saber muy bien como reaccionar.

mi mirada se había vuelvo severa, más seria de lo normal, y es que no podía andar divulgando por el mundo lo que yo era o de las diferentes criaturas que había, pero si podía intentar advertirles, no me quedaba otra cosa que hacer, al menos a las personas que sentía que tenían el derecho de vivir. - No es mi intención dejarla con la duda mademoiselle, pero tampoco se me permite dar mucha información - le comenté mirando un momento hacia la ventana, pero luego volví mi mirada a sus ojos - Si, le agradecería mucho que me hiciera caso - Esperaba que me hiciera caso y no me preguntara más, aunque yo también tendría la duda si me dijeran algo así, solo la miré agradecidamente.

por Invitado Sáb Jun 26, 2010 3:01 am

Suspiré estaba angustiada con aquel asunto, al menos había alejado de mi mente el asunto del compromiso -Es difícil que él me confíe sus cosas- dije tristemente mirando por la ventana, recordando los momentos cuando su relación con su hermano, era tierna y dulce. Comprendí que era injusto para él ponerlo en medio de aquel asunto, y que debía ser duro intentar definir a quien ser leal, baje la mirada sintiéndome algo mal por el dilema que le planteaba -Solo avísame si le ocurre algo malo, no te pido más. Sería injusto de mi parte- le rogué nuevamente, no quería saber si algo no andaba bien.

Sonreí dulcemente antes sus palabras, al parecer el no dimensionaba lo que significaba para mi que me hubiese escuchado -Claro que si, me ha escuchado y aconsejado. Me he sentido muy a gusto conversando con usted- le confesé sonrojada, jugueteando con mis manos sobre la mesa, en una actitud un tanto infantil.

Asentí a su consejo -Está bien, no haré preguntas, aunque no niego que la duda me invade- lo miré curiosa intentando entre ver algo en sus ojos y su actitud, no vi si no preocupación y cautela. De todos modos, no quise seguir con aquel asunto, él se veía incomodo -Le haré caso, no se preocupe. Siendo amigo de mi hermano, confío en su criterio- Le dije agradecida por alguna razón, quizás era agradecimiento por que se preocupara genuinamente por mi bienestar.

por Invitado Vie Jul 02, 2010 5:00 pm

Aquella situación comenzaba a incomodarme un poco, sabía que debía hacer lo mejor tanto por Ferdinand como por Renée pero al mismo tiempo debía preocuparme de no faltar a la confianza de ninguno, me sentía entre la espada y la pared - Si, es bien difícil que se lo cuente a usted mademoiselle - le comenté de manera sincera, al menos ella comprendía como era su hermano, la miré con el rostro serio pero sereno - No se preocupe, se enterará si algo le sucede - terminé de hablar con una sonrisa en el rostro, para que no se sintiera mal.

Algo dentro de mi comenzó a sentirse de una manera extraña, no comprendía muy bien la razón ya que hace tiempo que no lo sentía, aquella dulce joven sentada frente a mi comenzaba a causar algo en mi y no era mera amistad ¿Por qué? su hermano jamás se enteró de mi condición y por ende ella tampoco tenía idea y dudaba que entendiera sobre criaturas excepto quizás por tontas novelas falsas, luego de escuchar su dulce voz me integré y la miré a los ojos sonriente, actuando con normalidad - Eso no es nada, para mi ha sido un placer mademoiselle - le dije con una voz suave acercando mi mano a la de ella para posarla ahí unos minutos, mi vista se quedó en aquél movimiento, viendo ambas manos tocándose, por una extraña razón comenzaba a sentirme nervioso.

Me sentía tenso con mi reciente consejo, algo no me dejaba calmarme y mucho menos sentirme tranquilo, comenzaba a sentir mucha más preocupación que la normal por ella, tanto que comenzaba a preocupar pero no pretendía demostrarlo, con lo primero que escuché sonreí ausente - Es normal que la duda la invada...es normal... - dije sin pensar demasiado, queriendo acabar de una vez el tema, de seguro había algo más interesante de que hablar y cuando escuché lo siguiente pude calmarme al fin, suspiré tranquilo sabiendo que tomaría mi palabra en serio - Gracias mademoiselle, solo lo hago por su bien - forcé un poco una sonrisa pero nunca dejé de mirarle a los ojos.

Lamento mucho la demora, no volverá a pasar

por Invitado Sáb Jul 03, 2010 2:40 pm

Suspiré intentando dejar de atormentarme con la pregunta de “¿Qué era lo que le ocurría a mi hermano?”, volví la mirada desde la ventana hacia él con una sonrisita triste. Ferdinand era la única familia que me quedaba, era demasiado difícil saberlo tan cambiado, ya que pensaba que llegado el momento de su regreso no sabría como afrontarlo. Quería de vuelta a mi hermano tierno y protector, a mi lado abrazandome como cuando era una niña –Gracias, es usted tan amable- le dije sin dejar de sonreírle, aunque estaba visiblemente acongojada.

Lo miraba a los ojos como no solía hacer, me habían enseñado a rehuir a los ojos de los hombres, a ser una mujer respetuosa y pudorosa. Pero con él le pasaba algún distinto, luego de tanto conversar, de abrirle su corazón, de oírlo aconsejarla, sentía una cercanía especial con él, una abrazadora sensación en el pecho. –El gusto ha sido mio, espero que podamos reunirnos nuevamente a… conversar- dije con rapidez, tragando saliva, quizás nuevamente hablaba de más. Sorprendida vi como posaba su mano sobre la mía, pero no la aparte la dejé sobre la mesa con mi vista fija en sus manos unidas, con las mejillas sonrojadas. Sentía la frialdad de su piel colándose por mis guantes, puse mi otra mano sobre la suya de manera instintiva, sin llegar a cuestionármelo.

Asentí a sus palabras, silenciosa y cauta, no quería molestarlo con mis preguntas curiosas, acostumbraba a callar con frecuencia mis preguntas, con las que durante mi niñez molestaba a mi padre, él decía que esa curiosidad era típica de las mujeres y que yo debía abstenerme de llenar a la gente de preguntas. – Lo sé, se que se preocupa por mi, joven Windsor. Mi hermano debe estar orgullo de tener un amigo tan noble- le aseguré con una sonrisa sincera, para dejar aquel tema atrás, ya que estaba visiblemente incomodo.

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