Cena entre amigos (Loukas)

por **Cyara Seery** Sáb Ago 06, 2011 12:19 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Me encontraba delante de la puerta de aquel restaurante típico de París. Respiraba con tranquilidad, ya que no había motivo para estar nerviosa, ¿o sí? Aún recordaba el día anterior, un día normal en apariencia. Estaba trabajando en mi juguetería, como cualquier otro día, diseñando lo que iba a ser próximamente un juguete. Estaba tan concentrada que no me había percatado del sonido de la campana al tintinear. Alguien había entrado. Para cuando levanté la cabeza, aquella persona misteriosa se había marchado, no sin antes haber dejado un sobre color amarillento con olor a flores. Con curiosidad y a la vez desconfianza, me acerqué a él y lo abrí. Había una carta dentro, invitándome a un restaurante al día siguiente -oseáse, hoy- a una hora determinada, antes del anochecer. La carta iba firmada con dos iniciales, una L y una G. Razonándolo poco, llegué a la conclusión de quien había sido aquella persona tan misteriosa.

Antes de entrar al restaurante, me aseguré que llevaba bien recogido el pelo en una trenza y que a su vez llevaba mi dinero donde tocaba. Me estiré un poco el vestido para conseguir eliminar las arrugas, pero sabía que aquello era imposible. No iba maquillada, ya que me resultaba demasiado complicado y difícil -a pesar de las eternas lecciones de mi madre-, aún así me había pellizcado un poco las mejillas para darle un poco de color a mi blanca piel. Pensaba que iba a ser sólo una cena entre amigos, sólo eso, no debía emocionarme.

Respiré hondo y entré por la puerta. Había mucha gente en aquel restaurante, había oído hablar varias veces de él. Busqué con la mirada a la persona misteriosa, hasta que él alzó el brazo y gritó mi nombre.

por **Cyara Seery** Jue Sep 01, 2011 8:17 am

Sorprendida, escuchaba a Loukas con interés. ¿Solamente vampiros y licántropos? Yo había tenido otras experiencias con criaturas completamente diferentes a nosotros, los llamados cambiaformas. Seres que se convertían en algún tipo de animal, al parecer, eran lo seres que más variedad podían tener y los especialistas en saber esconderse de los humanos. Abrí la boca en modo sorpresa cuando me confesó que él mismo convirtió a una chica en licántropo, restándole importancia al asunto. Nunca me habría llegado a imaginar que aquel galante policía hubiera hecho aquello mismo que Daimmen me había hecho a mí. ¿Cómo pudo ocurrir aquéllo? Sentía curiosidad, pero un nudo en el estómago y garganta me impedía preguntar. Otro mesero llegó y me separé de él para que pudiera servirnos nuestros postres. Me quedé durante unos instantes observando a Loukas y como se comía feliz su yogur griego. Yo, por otro lado, inspeccioné aquel bizcocho de chocolate con nueces. Tenía muy buena pinta... Con el tenedor, partí un trozo pequeño y me lo llevé a la boca. Había llegado a olvidar el sabor del chocolate, y aquéllo hizo que saboreara aquel diminuto trozo con especial entusiasmo. Delicioso, si aquel adjetivo pudiera calificar verdaderamente el postre que estaba tomando.

-Yo también me he encontrado con varios licántropos y vampiros. Hay algunos con los que tengo cierta enemistad, pero no los he vuelto a ver desde que llegué a París -uno de aquellos vampiros era claramente Eyra Erikdottir, una vampira de la cual yo era descendiente de su familia y que pretendía robarme el rosario de mi madre y que según ella, decía que le pertenecía. Nuestro último encuentro fue en Gran Bretaña, y desde entonces, no volví a saber de ella-. Pero también me he encontrado con seres completamente extraños. Humanos con el don de convertirse en animales cuando les plaza, llamados cambiaformas; y a su vez, humanos con poderes mágicos. Creo que a estos últimos son los que la Inquisición ha estado buscando durante todos estos años -cuando yo aún me consideraba católica practicante y me hablaron de los malvados brujos y sus poderes diabólicos, les temía e incluso tenía pesadillas con ellos. Cuando abandoné toda esperanza sobre la religión y conocí a un joven brujo en Londrés, mi punto de vista cambió radicalmente.

por **Eyra Erikdóttir** Dom Sep 04, 2011 2:04 pm

Escuchaba ensimismado las palabras de Cyara. Quizás yo era más viejo y más viajero que ella, pero aquella mujer sabía cosas que yo desconocía. Siempre había supuesto que existían más razas a parte de la mía y la vampírica, pero jamás imaginé que habitaran en la tierra seres cambiantes o brujos.

Aparté el yogur cuando lo terminé y entrelacé mis dedos cuando mis codos se recostaron en la mesa, aprovechando la forma de mis manos para descansar mi mentón en él, dejando que aquella información calara en mi cerebro. Entonces muchas cosas empezaron a tomar sentido. Casos que como policía había llevado y había permitido que se archivaran pese a percibir que había algo detrás que se ocultaba. Chasqueé la lengua en mi paladar y meneé la cabeza, disgustado al saber que había dejado libres a criminales por el simple hecho de tener un don especial.

- Nunca me he cruzado con uno de esos seres.- comenté al fin con desagrado, pues no me gustaba sentirme inexperto o simplemente, novel.- En los libros que leí se centraban en la raza licántropa y en la vampírica, con algunos comentarios sobre hechicería pero nada concreto o demasiado abstracto que parecía crear una metáfora.

Abandoné aquella posición y recosté mi espalda en el respaldo de la silla, cerrando los ojos y acariciando mi sien, realmente malhumorado. Necesitaba recaptar la máxima información posible o me vería mermado en posibilidades si alguna vez tropezaba con uno de esos engendros.

por **Cyara Seery** Lun Sep 05, 2011 5:26 am

De algún modo, presentía que Loukas estaba algo molesto con la nueva información que había obtenido gracias a mí. También presentía que no estaba molesto conmigo, sino por los nuevos seres que le había descrito. Pero no podía encajar las piezas que faltaban. Seguí comiendo mi tarta de chocolate con nueces, saboreándola al extremo mientras él me confesaba que solamente había leído sobre nosotros y los vampiros. Cambió su posición y se echó para atrás, sobre el respaldo de la silla. Realmente parecía molesto, o más bien, como si él mismo intentara encajar las piezas de un rompecabezas. ¿Tendría éso que ver con algún caso sin resolver suyo? No quería preguntarle, pues no era asunto mío, aún así no quería que en un día libre suyo, pensase en cosas del trabajo. ¡Hasta yo misma había dejado de pensar en los nuevos juguetes que tendría que fabricar tiempo después!

-No deberías pensar mucho en éso ahora, Loukas. Estás aquí para despejarte un poco del trabajo, ya que cuando acabe la cena y ambos salgamos del restaurante, todas nuestras preocupaciones volverán. Así que no pienses en las demás criaturas que nos rodean, después de todo, creo que muchos de ellos intentan llevar una vida normal, tal y como hacemos tú y yo.

Partí un nuevo trozo de tarta y me lo llevé a la boca, como si fuera una niña. Era algo que no podía reprimir de mí misma, uno de los pequeños placeres que uno se permitía. Levanté la mirada para observar de nuevo a Loukas, quien se mantenía pensativo ante mis palabras. Yo ya tenía mis propias preocupaciones, como por ejemplo, la búsqueda de Daimmen o de alguien cercano a él. Lo peor, era que no sabía ni poder donde empezar.

por **Eyra Erikdóttir** Lun Sep 05, 2011 8:51 am

Cyara tenía mucha razón, por supuesto. Aquella noche era un respiro, una pausa, un paréntesis en mi ajetreada vida tanto personal como profesional. A demás, ¿de qué me servía molestarme por eso? Aquellos casos ya había sido archivados y ahora se encontrarían en un fajo de papeles criando polvo en el armario de Archivos de la comisaría central. Aquél pensamiento me incomodó, sobretodo cuando recordé de algunos de esos casos giraban alrededor de muertes y desapariciones de simples humanos inocentes. Mordí mi labio inferior y miré cómo Cyara terminaba su tarta, justo cuando venía el mesero a cobrar nuestra cena. Me limité a sacar la cartera de mi bolsillo y ofrecerle tres billetes de los grandes, sabiendo que se quedaría con una propina mayor que el precio de la comida. Pero ahora eso no me importaba. Relajé las facciones de mi rostro y le sonreí a mi invitada.

- Espero que hayas disfrutado de ésta velada, Cyara.- comenté con cordialidad, ya algo nervioso para salir del local e ir a buscar aquellos archivos, pues sabía que si no esclarecía lo ocurrido, jamás podría volver a dormir bien. Aún así, no podía dejar a la loba en aquella situación, así que decidí esperar a terminar aquella cena, acompañarla a su residencia y sólo entonces iría a la comisaría.

por **Cyara Seery** Mar Sep 06, 2011 2:42 pm

Sabía que era el final de aquella cena entre amigos. Más que nada por el repentino cambio de actitud de Loukas hacia todo, parecía más distraído, más ausente de todo. ¿Le habría molesto algo que yo hubiera dicho? No dijo nada, se limitó a esperarme pacientemente mientras yo me terminaba aquella deliciosa tarta. A pesar de querer saborearla más, un nudo en el estómago me lo impedía y me comí lo restante de un bocado. Justamente en ese momento -parecía que nos estuviera vigilando, vaya- apareció nuestro mesero y Loukas sacó tres billetes. Yo la miré asombrada, iba a quejarme sobre su generosa invitación, aún así yo también me ganaba mi propio dinero y podía pagar la parte de mi cena. Pero decidí callarme. Y no lo solía hacer, por lo tanto era un comportamiento muy raro en mí. Algo me estaba cerrando la boca, y observé callada como se despedía de manera indirecta de mí. Tenía prisa, quería salir de allí de inmediato, e ir al verdadero lugar donde le necesitaban. Como muchos decían "el deber le llamaba", ya que yo en esos momentos no me encontraba indefensa o frágil.

-Sí, ha sido una noche muy gratificante. Gracias por haberme invitado -respondí cortésmente.

Ambos caminamos hacía la salida del restaurante, y Loukas seguía con la misma actitud distraída. Presentía que iba a hacer lo mismo que en nuestro primer encuentro, acompañarme hasta la juguetería. Aquélla vez sería más rápida, ya que él también conocía el camino. Algo, de nuevo, me empujó a que le tomase la mano para llamar su atención y mirarle fijamente a la cara.

-No es necesario que me acompañes a la juguetería. No es muy tarde y sé defenderme sola. Ve al lugar al que estás deseando ir, pero quiero que recuerdes ésto: puedes confiar en mí, y si necesitas desahogarte sobre cualquier cosa, ya sabes donde estoy -me sonrojé-. Después de todo, podríamos considerarnos algo cercano a amigos, ¿no? Espero volver a verte, Loukas, de verdad -casi sonaba como si no nos fuéramos a volver a ver nunca. Suspiré para mis adentros, no quería ser una carga más de sus preocupaciones, me negaba.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Sep 07, 2011 4:55 am

Caminamos despacio hacia la salida guiada por el mesero que nos había servido durante toda la cena. Casi parecía contento y feliz, probablemente por la enorme propina que le había dejado pese a haberme resultado un tanto incordio. Ya en la puerta, miré las calles solitarias y oscuras, alzando la vista hacia la luna que ya se aproximaba peligrosamente a la llenura. Suspiré disimuladamente, pues odiaba tener que refugiarme en el sótano de mi casa y pasar allí mi calvario para, después de una noche como aquella, levantarme dolorido y exhausto para ir a trabajar como cualquier otro día.

Entonces, la voz de Cyara cortó el hilo de mis pensamientos cuando también su mano me distrajo un momento, ladeando mi rostro hacia ella con curiosidad. Pero sus palabras no me gustaron. Era un perfecto caballero -reciente, porque antes sólo era un patán más de la ciudad- y no dejaría que se marchara sola a casa A demás, no estaba muy lejos de allí y casi me iba de camino para ir a la comisaría.

- Lamento seguir molestándote con mi presencia pero eso no será posible.- le dije meneando la cabeza para sonreírle finalmente.- Vamos, te acompaño encantado.

Le hice un gesto para que pasara su brazo por el hueco del mío y manteniéndola firmemente agarrada, empezamos a caminar en dirección a su juguetería, no tardando demasiado en llegar para detenerme de nuevo en su puerta, como la vez anterior que nos habíamos visto. Le sonreí y tomé su mano para besar su dorso.

- Una noche magnífica en tu compañía, gracias por aceptar mi invitación.- murmuré tras aquél roce de mis labios en su piel.- Nos veremos pronto, lo prometo. Dulces sueños.

Y con un guiño un tanto descarado, me alejé de ella metiendo las manos en mis bolsillos, agachando la cabeza cuando una fría brisa nocturna azotó mi piel con brutalidad. Giré una esquina y allí perdí de vista su hermosa figura femenina y casi su olor.

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