Visiones de paz (Marianne)

por **Wolfgang Lindert** Dom Ago 14, 2011 3:59 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Habia paseado desde el amanecer por toda la ciudad, tenia un rumbo fijado, queria ir a Notre Dame, habia pasado por alli pero aun no habia podido sentarme a disfrutar de las vistas y de aquel pequeño jardin que habia tras la iglesia.

Al llegar al lugar me sente frente a la catedral, admirando la fachada del edificio con cara de asombro durante los primeros segundos. Habia visto innumerables templos en mi vida pero jamas habia visto uno tan hermoso como aquel, era simplemente magnifico. Al admirar sus imponentes torres me invadia una gran sensacion de paz, de que algun dia por fin encontraria la paz que tanto ansiaba. Podria dejar al fin mi eterna guerra contra los vampiros, dejar de viajar y ser feliz al fin. Era una tonteria pero todo aquello me transmitia aquel edificio que tenia delante

Habia comprado un par de manzanas en un puesto de camino a la catedral y saque una de ellas para comermela mientras permanecia alli sin nada que hacer. Aunque era extremadamente pobre no me importaba, sabia que la gente me miraba al pasar, que los mas ricos se alejaban de mi por mi aspecto y que muchas veces pasaba grandes penurias pero aun asi jamas habia necesitado mas dinero del que poseia y no tenia intencion de cambiarlo, por raro que sonase aquello.

por **Wolfgang Lindert** Lun Sep 12, 2011 2:55 pm

Los pensamientos de aquella joven me agradaban y me sorprendian a partes iguales, pocos humanos de su edad pensaban asi, apenas unos pocos ancianos llegaban a ver la vida de una manera tan clara como lo hacia ella. Me daba la impresion de que tenia demasiada consciencia de su alrededor, mas de la que tenia una persona normal y eso me gustaba.

- No haces algo malo, estas evitando que alguien lo haga y aunque el piense que haces algo malo tan solo lo ayudas. Quizas muchos no lo piensen, pero conque una sola persona recapacite y vuelva al camino correcto gracias a tus actos, te habas ganado la eterna salvacion. Asi creo que es, si estoy equivocado lo descubrire tarde o temprano - algun dia seria mi hora y tendria que responder ante el altisimo por mis actos y entonces descubriria como era en realidad el mundo.

Cuando me miro, a los pocos segundos decidi apartar la mirada, no era correcto mirar asi a una mujer y no queria que se sintiera intimidada, no parecia estarlo, parecia estar relajada pero aun asi no queria molestarta de ninguna forma por lo que debia mantener las formas.

- Asi es, los mejores consejos los da un niño, eso ha sido asi desde siempre y eso no va a cambiar, aunque a muchos los consejos de los mas jovenes les parezcan necios y estupidos en realidad son los mejores consejos que le pueden ofrecer a una persona - la observe por un instante pensando que quizas no debiese haberle dicho eso pues era algo realmente intimo y personal.

- ¡Por supuesto! - le dije con una gran alegria invadiendo mi corazon mientras apretaba levemente su mano por la emocion. Una lagrima estuvo a punto de salir de mis ojos, aunque pude contenerme, me costaba creer que alguien fuera tan bondadoso - Eres la mejor persona que jamas conoci y sinceramente, no sabes lo feliz que me hace el haberte conocido Marianne - le conteste con una amplia sonrisa, abrazandola mientras pensaba que los modales se podian ir al cuerno, lo importante era ser uno mismo - yo te aseguro que te protegere para siempre Marianne - le dije sonriendole mientras la miraba fijamente a sus hermosos ojos.

por **Marianne Cromwell** Dom Sep 18, 2011 6:51 pm

"Familia:
Es un grupo de personas unidas por vínculos de parentesco,
ya sea consanguíneo, por matrimonio o adopción
que viven juntos por un período indefinido de tiempo."

Si la "familia" es un ente independiente y al mismo tiempo parte importante de uno, sin él, estarás sin rumbo durante muchísimo tiempo hasta no entender quién eres, qué eres y por qué eres así. Todo ser humano depende de su madre y de su padre para forjarse como persona, porque sólo con sus ejemplos es cuando comprende los alcances que su alma tiene, su fuerza de voluntad y sus miedos más profundos. Todo se hereda. No sólo los cabellos, los ojos, las facciones, si no de igual forma las partes más profundamente irracionales, los pavores, los atinos. Ser alguien es gracias a la educación que se te da en todo momento, en todo lugar, por aquéllos que te aman y te protegen.

Cuando pasa el tiempo, tus padres necesitan convertirse en tus tutores, ser aquéllos que no sólo te brinden una guía, te eduquen, si no que también, te comprendan, no te juzguen y te orienten. Sí, siguen siendo aquéllos que te aman y te protegen, pero también, los que te aconsejan, te ayudan y dan todo sin pedir nada a cambio. Siguen siendo tus progenitores, pero al mismo tiempo, se convierten en camaradas. Una relación maestro-alumno que se respeta por los estándares normales, pero a finales de cuentas, no pierden el derecho de darte un azote o una bofetada cuando has hecho una gran barbaridad.

Tus hermanos, dejan de ser aquéllos con los que te peleas por todo y por nada, para ser tus mejores aliados, con los que puedes contar en todo momento y en todo lugar. Te dan la mano cuando estás en el suelo para levantarte. Ríen contigo en los momentos alegres. Lloran contigo en los momentos oscuros. Y juran vengarse cuando alguien te lastima o te hace enfurecer. Amigos, confidentes, aliados. Todo eso y más.

Y es cuando pueden llegar más "parientes", más personas que te rodean, los cuales adoptas a tu lado: amigos, sinceros, sin reservas ni secretos. A quienes les confías todo, les das lo más preciado de tí... confiando ciegamente, porque no hay sangre que te una a él, nada que te asegure que no te va a traicionar y utilizará todo lo que le has dado en tu contra.

Es por ello que...

Marianne sabía que lo que ofrecía, no era para alguien común y corriente, darle un lugar en su familia significaba que la persona valía la pena, era alguien que podía ser grande, que daría todo por seguir sus ideales y sólo necesitaba un sostén, un empujoncito para alzar el vuelo, tal como sus padres habían hecho con ella. Tenía de todo, no le faltaba nada física, intelectual, emocionalmente. El carácter era el que importaba, no que sus madres o padres fueran diferentes, porque Marianne le daba el lugar de hermano. Mejor amigo, un ser a quien amar intensamente y proteger una y otra vez.

Sus ojos llenos de lágrimas sólo confirmaban sus pensamientos, era un hombre cabal, era un ser tan especial, que jamás volvería a encontrarlo porque el molde se había roto y era la oportunidad de tenerlo consigo, de dar y recibir confianza. De apoyarse en él cuando el mundo estuviera cayéndose y no quisiera preocupar a su familia. Tenía en quién recargar la cabeza, en quien soltar sus más grandes penas... su confidente, esperaba, un ser luminoso que así como le diera, recibiera.

El abrazo fue recibido entre un olor de manzana y canela aunado con jazmín, que era femenino, sensual y muy dulce. Era una alma tan pura que podía sentirla Marianne, por más tiempo que no lo conociera y poca la relación entre ellos, un abrazo así, decía mucho de la otra persona. Todo se confirmó y Marianne sólo pudo más que sonreír, alegre y feliz de haber encontrado a alguien para sí que fuera tan parecido a ella.

- Sea pues - dijo a Wolfgang acariciándole la mejilla - somos parte de una familia, aunque no vivamos juntos - sonrió y tomó un carboncillo y empezó a escribir algo en una hoja, para entregárselo - es mi dirección y la de mi tutor, ahora, puedes ir cuando quieras, daré instrucciones para que seas bien recibido, si necesitas algo, sólo pídemelo - y le miró largamente - incluso dinero - le dijo - entre hermanos, no hay límites... y me gustaría que no te perdieras y nos viéramos cada vez que lo requieras, además, también necesitaré tu dirección, mandaré de vez en vez a Juan para ver si desayunamos o comemos juntos.

Le apretó la mano y rió contenta, entregándole no sólo la hoja, si no el dibujo de la Catedral, como recuerdo, porque a finales de cuentas, era lo que los había unido y era un guiño muy coqueto para ambos, porque gracias a ese diseño, él le había hablado y eran ahora, muy cercanos.

- Me tengo que retirar, pero no dudes que seguiremos en contacto - sonrió feliz... - te espero, no dudes, no temas, hermano - besó su mejilla y sonrió feliz - cuídate y espero verte pronto.

por **Wolfgang Lindert** Jue Sep 22, 2011 3:20 pm

Al ver como escribia algo en un papel me quede desconcertado aunque luego cuando me lo dio y me lo explico no pude evitar sonreirle feliz, la verdad es que me habia parecido la mejor humana que jamas habia conocido. Era una chica extremadamente buena y eso era dificil de conseguir en los tiempos en que viviamos.

- En que pueda me pasare por tu casa Marianne, no perderemos el contacto no te preocupes - le dije con una sonrisa. Doble el papel con cuidado y lo guarde en mi bolsillo a buen recaudo, no queria que se perdiera la direccion de Marianne. Despues, al escuchar que queria que le diera mi direccion mi cara cambio completamente pues no tenia direccion ni permanente ni temporal, cada dia era completamente diferente para mi y por lo tanto no sabia donde dormiria.

- Lo siento Marianne pero eso no puedo hacerlo, no tengo direccion asique supongo que no podras encontrarme asi, aunque te puedo decir que suelo venir por aqui o pasear por el puerto - no podia darle mas datos pues no los tenia, tan solo podia decirle aquel pequeño detalle de mi vida. A veces dormia en una casa abandonada a las afueras de Paris pero no queria que lo supiese pues alli me convertia en lobo y no queria que se acercase por si lo hacia en luna llena.

- Adios Marianne, hasta pronto - le dije viendo como se iba, quedandome alli sentado con la mirada perdida, pensando en mi vida y en todo lo que la formaba, pensando que una nueva parte se habia unido a mi vida, Marianne.

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