Just for the night. [Jeremy] +18

Toqué fondo. Había quedado desconcertado por todo lo que había hecho en la noche. Una vez que mi cambiaformas favorito se había ido, recapacité acerca de la persona diferente en la que me había convertido, por capricho de tenerlo, de abrazarlo, de besarlo, y de quererlo. Había hecho muchas cosas que seguramente antes ni se me habrían pasado por la cabeza, pero no me arrepentía en lo absoluto. Estaba firme en mi decisión de que quería pasar un buen rato con él. Lo dejé tomar ventaja para llegar al lago, ya yo sabía donde quedaba porque en ocasiones anteriores había hecho un reconocimiento de París. Tener todo vigilado, saber los escondrijos, ya sabes para que nunca se saliera de control la cosa. Por lo que no me preocupé, mientras veía desaparecer su espalda y aventurarse en dirección al bosque con destino al lago.

Pensé por un mini segundo que me dejaría plantado, pero luego dejé ir la idea tan rápido como vino. Lo había atraído. Estaba seguro. No iba a dejarme así como así solo por ser vampiro, y si no yo sabría encontrarlo. Tenía la habilidad del rastreo bastante aprendida después de los años. Luego de por lo menos unos cinco minutos, comencé a correr a velocidad bala por entre las calles de Paris, en un rato estaría en el alejado bosque de la ciudad, lleno de olores y aromas que fácilmente le daban a uno una idea de cuales eran los acontecimientos del día, semana, mes y hasta la última época en la que había llovido. Cuando llegué al lago, que estaba levemente iluminado por la luna, no me encontré con mi cambiaformas, pensé que se habría retrasado un poco, y como no encontré nada mejor que hacer, me quité mis botas y me lancé de lleno al lago para nadar y recordar un poco las viejas costumbres. Todo mientras esperaba a mi querido acompañante.

Lo vi al fin, y como había sido costumbre de la noche, en cuanto le había fijado la mirada no pude quitársela de encima. Vi como se semi-desnudaba y no me importó, aunque no entendí su motivo para hacerlo, porque yo lo único que había dejado afuera del lago eran mis botas. De igual forma, era un deleite completo para la vista, no dudé en saborear cada segundo importante de visión que tenía, y no pude evitar morderme el labio. Era completamente atractivo, con o sin toda la ropa puesta.

En cuanto se lanzó al lago, me sumergí en lo profundo para acercarme a él, y luego llegar y abrazarlo. Quedarme a su lado, supuse que el sentiría el frío del agua, pero no estaba seguro desde que yo no podía sentir ni la propia temperatura helada de mi cuerpo. Le coloqué una mano en la cara y bajo la luz de la luna admiré su belleza. - Me parece que he ganado. He llegado primero. - Sonreí satisfecho de mi logro, mientras enganchaba mis brazos alrededor de sus hombros. - ¿Tendré algún premio? - susurré juguetón, mientras le besaba el mentón. Me traía completamente loco.

Sentirlo. Era una de las experiencias más maravillosas que podía estar teniendo en mi vida, y una de las más románticas sin duda. Una vez que el miedo se había quedado atrás y que ahora solo estabamos él y yo en un lago, iluminados por la luz de la luna me hizo sentir reconfortado, feliz, lleno de esperanza. Por lo que en cuanto lo tuve tan cerca a mi, no dudé en engancharme de nuevo a su cuerpo que a diferencia del mío estaba casi desnudo. Quería sentirlo, tener su calor golpeandome y no quería alejarme. Nunca más en mi no-vida.

Me dejé guiar por su beso, me gustaba cuando tomaba las actitudes de experimentado, del que dominaba la situación. Todo era perfecto y nada arruinaría nuestra romántica velada, de eso estaba seguro. Sus pies rozaban los míos, su cuerpo pegado al mío, y nuestros brazos entrelazados, todo se volvía adecuado, y parecía como si encajáramos completamente. Me concentré en el beso, y me fundí con él y en él, transformándolo así en un beso más profundo, uno de personas que verdaderamente se querían.

Me coloqué un dedo en el labio inferior y me lo mordí. Estaba tan contento con la noche de hoy que no podía pedir más nada, excepto que mi cambiaformas favorito no se resfriara obviamente, pero eso seguramente no pasaría. Porque así como yo era bastante frío, también podía calentar si quería, aunque no estaba totalmente seguro de que eso fuera lo que quisiera ahora mismo. Despaché esta linea de pensamiento, mientras observaba a mi querido acompañante en ropa interior y con el agua bajando por su cuerpo, lo que le daba una verdadera visión sexy y que me encantó disfrutar. Me sumergí en lo profundo del lago, porque me gustaba sentir el agua cubriendo enteramente mi cuerpo como si fuesen tentaculos, abrazandome por todas partes y luego a velocidad vampiro salí del fondo del lago, lo que hizo que la mayoría de agua que en mi cuerpo reposara cayera mientras me movía tan rápido y me escurrí bastante en ese proceso.

Quedé frente a Jeremy y no pude resistirme a la tentación de tenerlo ahí de cerca, por lo que coloqué dos dedos en su pecho y lo empujé para que cayera sobre el pasto de alrededor del lago, luego coloqué cada una de mis piernas alrededor de su cintura y atravesé mis dedos por su cabello, sobando su nuca y turnandome entre besar su cabello y su cuello. Tenía ganas de morderlo, pero seguramente huiría si lo intentaba por lo que descarté la idea rápidamente. Y simplemente me concentré en su boca y en su lengua, esa que tanto me gustaba.

Amor y pasión, puestas al fuego para enfrentarse esta noche, danzando eternamente hasta el amanecer, el momento en que ambas morirían hasta el siguiente anochecer, en el que volvería a buscarlo. Me encantaba sentir el calor de su cuerpo abrasándome, cubriendo cada centímetro no-viviente de mí, trayéndome a la vida y devolviendome a donde pertenecía. Era una sensación nueva, nunca lo había intentado siquiera hacer con un cambiaformas, y no me sentía bastante seguro de que fuera bueno, no sabía que hábitos sexuales podrían tener, o en que se transformaba mi Jeremy cada tanto, pero ese no era un momento para ponerse a pensar en esas cosas exactamente, no cuando mi cuerpo cambiaba de peso, y el se ponía encima de mí, para dominarme...

Lo abracé como pude, e intenté pegarlo lo máximo que era posible pegar dos cuerpos, traté de desafiar a la ley que decía que dos cuerpos nunca serían capaces de ocupar el mismo sitio y por sobretodas las cosas quise extender el sentimiento de su roce sobre mi cuerpo, mientras aprovechaba para palpar y reconocer cada pedazo de su anatomía, con manos y labios, y cualquier cosa que se pudiera utilizar, para saborearlo. Dejé que controlara la situación, porque si los vampiros no podían hiperventilarse yo estaba bastante cercano a eso, así que no pensé mucho mientras me desvestía y me manoseaba. Estaba drogado de lujuría y no podría detener lo que había comenzado. Intenté acariciarlo, pero se movía bastante y cambiaba tanto de lugar que preferí dejarlo hacer lo que quería. Bajé un poco mi cinturón en señal de aprobación y extendí una de mis manos para acariciar su caliente nuca. Esta por tanto, era una noche exótica, pero como exótica que era tenía que ser disfrutada.

Dominio. ¿Qué era el dominio?¿Cuál era su aplicación en el sexo? Ninguna o ¿sí? Para una persona de mi tipo, el dominio no existía realmente. No una vez que habías pasado tantas experiencias, durante tantas noches como sea posible un inmortal de recordar. Pero eso no importó, porque el dominio era efímero e inexistente, sobretodo cuando es a un vampiro al que vas a dominar sexualmente. Porque por mucho que seas licantropo o cambia formas tu fuerza nunca igualaría a la de un vampiro antiguo y poderoso, por lo que me dejé llevar de Jeremy, ser guíado por él, hacerlo sentir como que llevaba las riendas de esto, hasta que en un punto se volvió natural. Si el quería tenerme me iba a tener, y por bastante tiempo, porque por más que lo disfrutaba más me encaprichaba con él.

Me separé un rato mientras lo veía lanzar mi ropa lejos, la dejé caer, tenía montones de esa en casa. Me lancé a por su boca y lo besé con toda la furia contenida con la que solo un vampiro puede besar, hasta que sentí que la falta de oxigeno le estaba afectando y fue entonces cuando me separé de su lado. Fui bajando por su cuello dejando pequeños chupones en todas partes e incluso disfruté un rato de sus tetillas, quería que dijera que me quería y quería que intentara luchar por tenerme, que me hiciera sentir que valdría la pena estar cerca mío, al menos para acostarse por lo que fui bajando aun más y más hasta llegar a su ombligo donde me detuve un rato a chupar y saborear, a hacerle cosquillas. Le di un tierno beso en la barriga que tanto me gustaban, y para concluir terminé en ese punto que tanto me gustaba, la linea justo debajo del ombligo que indicaba el comienzo de su intimidad, que no me tardé en tomar entre mis manos para palpar su grande miembro y luego empezar a darle una sesión de oral que realmente necesitaba para relajarse.

Me gustaba tener su miembro entre mis manos, era grande, jugoso y estaba caliente, totalmente lleno de sangre esperando salir a borbotones, y realmente me sentí tentado de morderlo, pero no lo hice porque tuve compasión con él, sabría que dolería desde que a mi me lo habían hecho varias veces antes, cuando mi vampiro creador se había encariñado con hacerme sufrir todas las noches que pudiera desde que me habría comprado como esclavo en Gaul. Además, si quería morder una vena en la que borboteara bastante sangre, bien podía hacerlo en la femoral que no tardaba en tensarse de toda la excitación que mi cambiaformas sentía.

Le di un pequeño beso en la punta de su glande y luego empecé a repartir muchos más alrededor de toda su extensión. Lo hacía lento con el fin de saborear, además para demostrarle a Jeremy que no había porque apurar las cosas entre nosotros, hasta el punto de una penetración prematura que nadie disfrutaría. Lo miré a los ojos mientras tocaba su miembro con mi lengua en una mirada llena de lujuria y dejé a mis poderes activarse para saber que pensaba y que sentía. Luego cuando supe que estábamos mirándonos a los ojos mutuamente, los cerré y procedí a bajar lentamente hasta donde me cupo en la boca. Punto negativo a la apariencia de quinceañero, pero no me importó, yo me las apañaría para lograr darle todo el placer posible, mientras disfrutaba de sustraer cada gota lujuriosa que el pudiera derramar.

- ¿Los cambiaformas sienten placer? - Dije mientras me separaba de su masculinidad y la sostenía con una mano para sentir todo el calor de la sangre abultada. Además de que quería repetir las palabras que el me acababa de decir, pero cambiando el contexto. - Sí es así, procuraré provocarte mucho. Prometo hacerlo. Tu solo tienes que decirme. -

Susurré y luego volví a cerrar mis ojos lentamente, y a succionar como podía su extensión, luego empecé a subir y bajar, subir y bajar, subir y bajar, y subir y bajar comenzando a hacer un ritmo lento, pero regular.

Volví a introducir su miembro en mi boca. Disfrutaba realmente del placer que le proporcionaba porque tecnicamente también lo sentía yo. Lo besé, lo saboreé, lo lamí y lo metí hasta donde más cabía en mi garganta. Como si de un dulce se tratara, subía, bajaba, succionaba, y apretaba, pero también lo lubricaba para mi, porque pronto lo necesitaría para otras cosas. Observé a Jeremy cuando me dijo que iba a venirse y decidí cambiarle los planes en cuanto me apretó de los hombros, dandole un poco de tortura por su poca resistencia, así que me saqué su extensión de la boca, la dejé de lado para evitar que se corriera, y no fue lo único que dejé de lado porque a él también le tocaría dejar su excitación y su placer de lado si no se aprendía a comportar más dominante y poderoso.

Serpenteé por su cuerpo desnudo y subí nuevamente hasta su boca, barba, mentón y chupé nuevamente sus labios que tanto me gustaban, mientras frotaba con una de mis piernas su masculinidad para que no pudiera resistirse. Luego volví a bajar a mi lugar no sin antes darle una fuerte succión en el cuello, pezones y ombligo que seguramente le dejarían marca cuando se levantara mañana. Besé una de sus piernas y me dediqué a chuparle la parte más cercana a su miembro de su muslo, quería hacerlo sentir que tenía que venirse dentro de mi boca, pero no le iba a dar ese placer hasta que se educara y lo tomara por si mismo, mientras decidí dejarle otra marca en la pierna, esta vez de una mordida no tan fuerte que sacara sangre y que tampoco tenía los colmillos de vampiro incluida en ella, así mi compañero no tendría que preocuparse. Le proporcioné además un chupetón, quería que cuando se levantara mañana recordara lo que se sintió haber estado conmigo y que no pensara que fuera un sueño, además quería que las marcas delataran que había estado con alguien y lo estaba marcando como mi juguetito personal de esta forma.

Le hice tomar la iniciativa sí. Pero no me sentí a gusto de la manera que pensó "Ser suyo, al menos durante esta noche" Quise tomarlo en contra de mi voluntad, controlar sus emociones, saber lo que pensaba y darle mi sangre para convertirlo en mi esclavo de sangre. Pero no lo hice por algún motivo, es más simplemente me sentí deprimido. Sí, deprimido y decidí soltar su miembro erecto y bastante ensalivado, ahí si. Mientras lo excitaba no era ningún maniatico, pero luego cuando le di un pequeño mordisco, se había ofendido. Y eso no era como si las personas humanas no se mordieran entre ellas, todo el mundo lo hacía. Me sentí mal y simplemente me retraí un poco. Esto era lo que obtenías cuando le estabas leyendo la mente al humano cambiaformas mientras tenían sexo. Prometí que por muy bien que me hiciera sentir, no iba a dejar ser pisoteado aunque fuera mentalmente de esa forma por él ni por nadie. Y me las iba a pagar, si no era ahora, quizá dentro de unas noches o años, porque aqui quien tenía la eternidad de su lado era yo.

Me dejé tomar por sus brazos, y supuse que en ese momento me vi más como el niño pequeño que aparentaba ser, y no como el vampiro milenario poderoso y sanguinario que era. Pero no me importó como me vi ni nada, no sabía que me estaba pasando. Me sentía bastante en shock, esto era algo que nunca nadie me había causado, nunca me había sentido así en más de mil años, y nunca me habían tratado de esa forma. Muchos habrían muerto por haber estado conmigo y este cambiaformas solo viene y me rechaza, por ser un vampiro encaprichado con él. Me sentí dolido y herido, punto para él. Porque había logrado herir a un vampiro poderoso. Supuse que lo había subestimado demasiado.

Cuando me sentí penetrado fue algo diferente, el placer y el dolor se habían entremezclado, y habían batallado por quien iba a ganar, no lo sabía. Porque a pesar de que estaba bastante dolido y que se me había salido una lágrima en el proceso que rápidamente me sequé para que no viera lo que me pasaba, estaba teniendo sexo con el hombre que quería estar... Le tomé del cuello como pude intentando pegarlo más a mi, si se había dado cuenta no lo sabía, pero en caso de que lo hubiese hecho no quería que dijera nada, simplemente quería dejar a nuestros cuerpos hablar, hasta que el mundo se acabara. Fuese como fuese, de una cosa estaba seguro. Encariñarse con alguien nunca había sido bueno.

Y así como vino, así se fue. El segundo de sentimentalismo esporádico fue tan efímero entonces y supuse que sería alguna nueva especie de poder o que tendría una explicación lógica. El punto era que después de que el se había apretado contra mi fría piel no me importó en lo absoluto que estuviésemos haciendo, no mientras pudiera tenerlo por toda la eternidad como lo estaba teniendo, apretado y adentro de mi. Esparciendo calor desde el interior propio de mi cuerpo. Tomé su cuello entre mis manos y estiré mis pulgares para acariciar su nuca y la parte baja de sus orejas, agité mis caderas, en un vaivén para volver a hacer rozamiento entre su miembro y yo, con tal de volver a prenderle fuego a la excitación. Me pegué a su pecho y nuestros cuerpos quedaron absolutamente pegados, seguidamente lo miré a los ojos demostrándole que podíamos seguir. La verdad no era mucho de los que les gustaba hablar en el sexo.

Empujé entonces por primera vez, el sentimiento dentro de su cabeza. Con mis poderes sobrenaturales le hice sentirse demasiado excitado, quería que una ráfaga de excitación cubriera su mente y segara su cuerpo, para que olvidara que me había sentido mal. No podía permitirlo verme débil. Cuando sentí que volvía a colocar sus manos en mi cintura y el movimiento de chocar sus caderas con las mías entonces dejé de hacer efecto con mis poderes, no quería tener que usarlos tan seguido pero no podía permitirme darle al cambiaformas la oportunidad de destruirme, o me estacaría rápidamente.

Quise desplegar mis colmillos pero preferí no hacerlo, quizá se volvía a asustar, así que mejor me lancé a besarlo nuevamente con furia y pasión, furia por confundirme, y pasión porque lo quería, quizá demasiado. Pero no iba a preocuparme con eso, por lo que a medida que me iba fundiendo en el beso dejé de pensar en las cosas, y decidí ser cegado con la lujuria y los movimientos cada vez más rápidos y fuertes.

Placer, eso era todo y en eso se basaba la vida. Mientras pudieras conseguirlo serías feliz, y no importaba el precio ni de quien. Oh, que hedonista pensamiento acababa de tener. Pero nadie podía culparme, cuando estaba sintiendo tanta excitación dentro mío. Normalmente los vampiros tenían sexo con los humanos y sus subespecies, las cuales se consideraban entre el genero de los vivos, porque era más placentero sentir la sensación caliente del otro cuerpo, el miembro bombeante de sangre, el calor abrazándote de lejos y la tentación de beber su sangre. Eso sin contar al dominio total que existía en el coito, aun cuando el vampiro en cuestión fuese el que estaba siendo penetrado.

Con cada sacudida y cada balanceo me sentía aun mejor, el extasis era imposible de igualar, me pregunté en uno de mis pocos momentos en el que la lujuria se apartaba porque nunca antes lo había hecho con algun cambiaformas tan rápido y fuerte como Jeremy, además de tan bien dotado en la zona interior de sus piernas. Seguí rozando mis caderas contra sus muslos, para crear el movimiento de entrada y salida, cada vez más profundo, a ese ritmo no me sorprendería calentarme varios grados de temperatura como si estuviese vivo. Abracé a Jeremy y luego me recosté más a su pecho mientras le daba suaves besos en el cuello, no podía evitar soltar gemidos de vez en cuando, porque el hecho de que fuera super poderoso no significaba que no pudiera sentir dolor frente a una invasión como esta.

Cuando comenzó a hablar, le coloqué una mano en la boca para evitar que siguiera hablando tanto, que simplemente se impulsara como pudiera en contra de mis caderas, y empecé a saltar para sentir todo el recorrido de su extensión, desde el punto en el que comenzaba hasta el que terminaba. Entre gemidos, susurros, y gritos de su nombre le logré pronunciar alguna que otra palabra, algo que esperé que interpretara como un "Haz lo que quieras". A este nivel de excitación no pude evitar soltar mis colmillos a todo su esplendor, porque si la última vez, solamente estábamos teniendo un roce mientras mi cuerpo aun después de los mil y tantos años necesitaba acostumbrarse a la invasión de su cavidad más privada, ahora estábamos lanzando la casa por la ventana.

Cuando su mano empezó a acariciar mi hasta ahora flácido y no estimulado miembro, inmediatamente sentí la sangre correr hacia ese punto y llenarse hasta que se colocara duro. El calor del cuerpo de mi querido acompañante de verdad podía despertar todo tipo de sentido en mi y me complacía totalmente. Recosté mis manos sobre el suelo a mis espaldas y empecé a impulsarme cada vez más profundo y con más fuerza como podía hacia la extensión de Jeremy, porque no sabía que tanta era su resistencia y en que momento eyacularía en mi interior así que mientras pudiera disfrutar de cada subidón del nivel de la fuerza lo haría. Aunque estaba bastante seguro que en el momento en que su semilla cayera dentro mío terminaría matandome, o me haría exigirle más y más de él. Hasta que pudiera consumir las ansias voraces que tenía.

Aun no estaba tan cerca de correrme. Quizá dentro de cinco minutos más adelante podría hacerlo, pero ahora estaba concentrándome completamente en el atractivo cuerpo caluroso que tenía dentro de mi interior y en la idea de chocarme cada vez más violenta y placenteramente hacia él. Pero por sobre todas las cosas en la lucha contra mis instintos para no tener que probar su sangre que tanto me atraía. Pero es que las preguntas estaban alrededor de mi cabeza, golpeando las paredes de mi cerebro con tanta fuerza que lo único que me salía bien era colocar mi cara lo más lejos de su cuello mientras continuaba embistiendome contra él. No quise que esto terminara pero tampoco quería no tener el placer de morderlo.

Tanteé las posibilidades, pensé en convertirlo en mi esclavo de sangre y forjar su amor hacia mi, pero quería algo más real de él, quería conseguirlo por el camino difícil, hacerlo necesitarme hasta que me rogara que me metiera en su cama en las horas de día. Quise tenerlo dentro de mi para siempre, quise convertirlo en un vampiro y obligarlo a estar conmigo, quise hacer muchas cosas pero ninguna hice. Más bien se me ocurrió detallarlo bien y deleitarme con su cuerpo fuerte y bien formado, con su calor, y entonces preferí recuperar la compostura y tomar uno de sus brazos, peludos y doblemente grandes que los míos y hacerlos enrollarse sobre mi cintura, mientras en una posición más tierna escondí mi cara sobre su pecho y chupé como pude su pezón mientras aun saltaba sobre su miembro, entre más cerca estuviera de él más placer tendría y más fácil sería eyacular.