Pierre A. Van Kröst

Pierre Alphonse Van Kröst

27 años • Licántropo • Clase Alta • Heterosexual • Alemán


→ Rastreo: Poder de rastrear la localización de un objeto o criatura. El personaje puede descubrir la situación de cualquier persona a la que conozca, donde quiera que esté el blanco en un radio de veinte kilómetros.
→ Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.
→ Adherencia: Capacidad para pegarse a las paredes. Esta habilidad le permite trepar grandes edificios.

Descripción Psicológica

Refinado. Es una de las personas más cultas que se podrían encontrar. Es un noble, ergo, su intelecto sobrepasa la imaginación de algunos farsantes que se autoproclaman sabios. Él no necesita presumir para entender que su mente está por encima de todas esas ratas descerebradas que se admiran tras la facultad de arte, ciencias, política entre otras cosas. Los observa desde su asiento tomando nota y escupiendo verborrea mental sobre los errores que encuentra en sus más inspiradoras cátedras. Si él deseara destruir la vida de uno de ellos, lo haría sin pensarlo dos veces, sin embargo, este acto le parece un tato pueril y sin sentido alguno. Reconoce que, en ocasiones, lo más prudente es mantenerse callado y no generar una riña donde el necio tiende a ganar sin tener la razón del todo.

Frívolo, calculador, ególatra. No suele ser amable con las personas que le rodean porque honestamente no posee la paciencia suficiente como para tener que soportar las estupideces de la gente ignorante. Sólo existe un tipo de personas que llaman su atención, éstas deben –forzosamente- ser más hábiles e inteligentes con las palabras que él. Dejarlo callado en un debate, que se den media vuelta cuando aún sigue hablando… esto le vuelve histérico, pues no soporta la idea que alguien pase de él como si no existiera. Se cree el centro de atención a donde va y ¿Cómo no, si ese porte distinguido además de la careta que utiliza seductoramente, atrae la mirada de todos los presentes? Así pues, deberías sentirte alagado si es él quien intenta impresionarte porque claro está, para Pierre no existe nadie mejor que él.

Cínico, irónico, sarcástico. ¿Cuántas veces se ha escuchado esa descripción en un hombre? Tal pareciera que se reproducen cada segundo que transcurre en el reloj. Pero con Pierre las cosas resultan ser perturbadoramente diferentes. Su humor es bastante ácido lo cual provoca que sus palabras sean más hirientes de lo normal. Sus metáforas hacen alusión a la ironía y sólo los inteligentes pueden comprender la broma tras su encanto. Por otra parte está ese aspecto que lo hace único, su terrible habilidad para mofarse de si mismo tergiversando las palabras de los demás hasta el punto en que increíblemente se convierte en la víctima o el héroe y deja en ridículo a la persona que intenta humillarlo. No importa de quien se trate, si hay un hueco que pueda provechar, él lo encontrará y ten la seguridad que será catastrófico para alguien como tú si no sabes resolverlo de inmediato.

Seductor, romántico, lascivo. Todos los hombres se comportan como bestias salvajes ante la mirada sugerente de una bella dama, pero sólo un caballero se abstiene de ir por la primer mujer que se le ofrece en bandeja de plata. Gusta de los retos, los saborea y se siente inevitablemente atraído por todo aquello que le represente un misterio. Es así como se desenvuelve dentro de la sociedad, siendo un mujeriego arrogante que busca la satisfacción en las féminas, pero únicamente prestándole atención a la más interesante de todas ellas. Para su terrible desgracia, esa mujer aún no aparece y, mientras lo hace debe soportar la estupidez de las demás pero ¿a quién le importa mientras satisfagan sus designios? Es aquí en dónde Pierre se equivoca, porque al único que puede importarle es a él y, efectivamente, le atañe y mucho.

Agresivo, salvaje, imprudente. No siempre suele comportarse como lo requiere el protocolo, siempre habrá ocasiones en las que pierda la cabeza y es aquí donde su lado más perverso sale a relucir. No es una mente perturbada, no es un hombre perverso, mucho menos maléfico, pero el fin siempre justifica los medios sin importar realmente que tan humanitario sea. Puede destruir el cuerpo, la mente, él puede realmente tomar la palabra agonía y darle un nuevo significado. Es cierto que sus métodos no son los mejores, pero hasta el momento nunca han fallado y siempre ha conseguido su objetivo sin importar a quién tenga que aplastar y cómo lo tenga que hacer.

Ambicioso... ¿Qué mortal no lo es? Sin embargo, no cualquiera tiene el valor de afrontar las consecuencias de los actos que comete, no cualquiera se atreve a tocar reconocer el éxito una vez está frente a sus ojos y Pierre no es de ellos. Nadie sabe realmente lo que ha tenido que hacer para llegar al punto en el que se encuentra ahora, después de tantos tropiezos y tanta jodedera, al fin la vida, se lo reconoce. Se ha manchado de sangre y ha hecho lo que nadie más haría por una simple hogaza de pan. Pese a poseer todo lo que un hombre podría imaginar, su deseo aún no termina e irá por más...

Historia

El golpe sobre la esquina del buró estalló en estruendo cuando sus labios callaron la furia que sentía en ese instante. No pudo gritar lo mucho que la odiaba. Su padre había fallecido dos años atrás y ahora su madre lo abandonaba en este mundo tan cruel y despiadado. La vida nunca ha sido fácil ¿Quién dijo que para ellos sí? Las riquezas no pueden comprar el calor de un hogar, por más que sus padres lo convencían de eso, él siempre lo supo… ¡La vida es un asco! En su infancia nunca estuvieron a su lado, sí lo amaban pero nunca se lo demostraron. La nana que lo cuidaba fue despedida por encariñarse con él así que tuvo que crecer completamente solo. Tenía una vida plena, con todos los malditos lujos que un mendigo pudiese desear, pero desde su ventana Pierre siempre deseó la amistad que los vagabundos poseían entre ellos, ese apoyo, el compañerismo… Todo el amor que pudo haber sentido por alguien se retorció por completo. Ahora su madre estaba muerta. ¡No había sido necesario que le confesara semejante estupidez! Pero ella lo hizo, las razones quedaron plasmadas en una carta que le fue entregada justo después en que se consumió su último aliento.

No había más dudas, era su letra, su firma, sus palabras… su confesión. El muchacho estaba completamente devastado y, aunque todo fuese reflejado en una cólera, realmente sufría por ello. Maldijo el instante en que fue concebido, se maldijo a si mismo por existir ¿Qué cosa puede ser tan cruel como para odiar la propia existencia? Él era un jodido bastardo y toda su miserable vida, todo aquello que conoció, en lo que creía… absolutamente todo era una vil mentira. Pierre no tenía un apellido que lo identificara como tal, sabía que su padre era un Lord de Alemania y que el matrimonio con Gabrielle, Lady de Francia, sólo era una conveniencia para ambas familias. Una casa aporta más dinero a la otra. El apellido heredado lo convertiría en una persona destacada entre la corte, sin embargo, al saberse bastardo ¿Cómo demonios se supone que lo conseguiría? En ese instante revisó las letras de su madre y descubrió un nombre...

Valiéndose de los recursos que había heredado tanto de su madre como de su padre, buscó por cielo mar y tierra aquel apellido que lo acreditaba como un hijo, un bastardo. Se topó con bastantes laberintos y callejones sin salida, pero nunca se dio por vencido, él debía conocer a la familia de su padre, tal vez, si el desgraciado seguía con vida, incluso presentarse ante él y confesarle lo que era. Sin embargo, para su desgracia, lo único que encontró en esa mansión, fue a una viuda... Y descaradamente, utilizó sus medios para llegar hasta ella.

La mujer, a pesar de sus esfuerzos por mantener a Pierre apartado de lo que su difunto marido forjó, le imposible negarle al bastardo lo que le correspondía. El único heredero y sin importar el desliz que el hombre había cometido al tenerlo con otra mujer, las leyes de la época le favorecieron. No consiguió la confianza de la mujer, pero el infeliz se hizo de un puesto bastante importante dentro del negocio ‘familiar’ y su vida por fin mostraba un poco de condescendencia con él, pero el destino quería demostrarle que el karma actúa de formas inimaginables. En un viaje de negocios a Alemania, sólo para concretar el cierre y el cambio de nombres en las firmas del Banco; no se concretó pues en el transcurso ocurrió un altercado, uno que cambiaría su vida por completo. Una broma, un anciano, el alcohol, la irritación, la pedantería, un reto, una pelea, la luna llena, el descontrol y la oscuridad.

El dolor en su pierna fue lo que lo despertó a la mañana siguiente, estaba casi destrozada, un lobo le había mordido y carne se desencajaba de sus huesos, pero no estaba solo. –Eres el peor de mis accidentes- Escuchó decir con cierta pesadez. El hombre que hablaba tenía un par de canas y las arrugas de sus ojos se escondían tras una gigantesca cicatriz que cegó su ojo derecho. Pierre se mofó –No es la primera vez que lo escucho y ahora resulta que soy el puto error de un desconocido- Se tocó la perna observando la profundidad de las heridas. Gruñó por debajo. Se sentía caliente y tenía ganas de regurgitar todo lo que tenía en el estómago, pero al hacerlo, sólo escupió sangre, la explicación que recibió después le pareció jodidamente absurda.

No pudo ser retenido contra su voluntad y pese a que abandonó a esos hombres, ellos nunca lo perdieron de vista, al mes exacto, su infierno se desató. La mutación le desquebrajó varios de sus huesos y la piel fue rasgada para darle cabida a nuevos músculos, la agonía fue incomparable. Se retorció y pudo sentir como cada maldito órgano era extirpado de su interior, siendo suplido por nuevos. Cuando el dolor durmió cada una de sus extremidades, cuando el cuerpo ya no podía sostenerse más, perdió la memoria. Sin embargo, las recurrentes pesadillas sobre esa noche lo hicieron regresar hasta esos hombres, pero ya no estaban en Alemania. Habían vuelto a Hungría. Al mes Pierre los alcanzó.

Cual hermandad lo acogieron y enseñaron todo lo que sabían, lo que él tenía que entender y aceptar al pertenecer a ellos, pero todo aquello por más maravilloso que sonara, estaba vacío, pues no lograba entender cómo con todo el poder que esos hombres tenían, se conformaban con la miseria. Se quedó con ellos durante aproximadamente cuatro meses, suficiente para aprender de ellos todo sobre la raza a la que ahora pertenecía. Sus secretos, sus debilidades, el control, el hambre, todo… quiso abandonarlos una noche pero la fatalidad tocó a sus puertas y su nombre era István Szöcs.

Reclutarlo en su organización no estaba dentro de los planes de vampiro, pues él requería a miembros con la experiencia suficiente en su licantropía como para no cometer los mismos errores, pero el clan que mantenía a Pierre entre sus adeptos, se negó a formar parte de lo que István planeaba. Además de que ‘el bastardo' tenía más en común István de lo que ambos imaginan. El alfa de la manada lo enfrentó – misma bestia que había mordido a Pierre-. Desgraciadamente, el vampiro fue más rápido. En medio del caos generado a partir del conflicto de razas y diferentes ideales, la depuración de lobos era inminente, pues el enemigo se había tomado el tiempo suficiente para estudiar y acabar con ellos. Pierre peleó, pudo defenderse y sobresalir entre los demás, no tenía idea de lo que hacía pero la sangre de su maestro fluía por sus venas, su instinto y sus habilidades innatas se desarrollaron en medio de la batalla. Él pudo haber sido otro más de los salvajes asesinados de István, pero justo en el momento en que el vampiro estuvo a punto de cortarle la cabeza, fue el propio vampiro quien leyó el potencial de Pierre, le perdonó la vida, pero no la existencia. Abusó de él, siendo confinado a la esclavitud, rebajado a lo que era, un simple bastardo e István se lo recordaba a cada momento, con cada maldita palabra. Sí, Pierre le debía la vida a István pero no por ello dejarse pisotear era una opción, así que decidió mostrarle a su ‘señor’ lo que un bastardo era capaz de hacer. Los primeros días fueron un infierno, y el desgraciado lobo estuvo a punto de declinar, más su orgullo, aquél que nunca pudo pisotear la tortura, trampas y burlas de ‘Los Oscuros’ fue alimentado y al final venció. En el trayecto a su ascenso, conoció el rostro maldito de István, cada una de sus facetas, incluso las que no demuestra ante los demás, sus secretos. La ambición de Pierre y su jodida destreza por obtener lo que desea, lo colocaron como blanco de algunas prioridades del vampiro. Fue puesto a prueba y superó las expectativas, pues él quería ser el único foco de atención de István, el mejor de todos los As, aquel que destacase precisamente por ser sólo un bastardo. Peleó a muerte y venció, ganándose la confianza de su ‘Creador’.


OTROS DATOS
■ Ha conseguido hacerse cargo de algunos negocios de su verdadero padre, y cree fervientemente en que logrará acreditarse como su hijo y no un bastardo más, dándole el derecho de absolutamente todos los bienes.

■ En ocasiones suele hablar con su madre, como si ella aún estuviese viva, le pide consejos, le hace confesiones, después se muerde la lengua y se embriaga hasta quedarse dormido. Cierto es que nunca la quiso, que nunca se lo demostró, pero en el fondo, Pierre la amaba, y es precisamente su fantasma, el que más le atormenta.

■ Ha estado frecuentando el burdel en los últimos meses, mismos en los que se ha sentido jodidamente atraido por una única mujer, quizá el azul de sus ojos le recuerde a los de su madre, o tal vez, es ella la que tanto espera.

■ Forma parte de 'Los Oscuros' levantándose ante los demás como el As de picas, se le ofreció ser cazador o algún otra carta, pero el no es un guerrero, es un estratega.

■ Conoce de primera mano las verdaderas intenciones de István, y pese a lo que pudiera creerse, él lo apoya pues planea lo mismo para los suyos.