Quiero saber, quiero descubrir [Libre]

por **Oksana Sheremétievskaya** Jue Ago 25, 2011 9:11 am

Hacía frío, mucho más del que estaba acostumbrada a sentir que se adentrada por las tablas de mi hogar de clase media, pero dentro de mí ardía energía esperando salir. No quería quedarme en casa o ir a lugares cerrados como el teatro o un restaurante, ese no era mi estilo.

Me levanté de mi cómodo lugar en mi cama y tomando una gran bocanada de aire me aproximé a la ventana. La mañana estaba fresca y húmeda, amenazando con enfermar a cualquiera que no estuviera abrigado apropiadamente, pero yo confiaba en ella.

Escuché a mi gato Bogdan maullar desde su cojín y me giré a ver cómo bostezaba tan ampliamente como un león. Le sonreí y lo observé con cariño.

"¿Qué ocurre, bonito?"

Por toda respuesta, Bogdan se levantó de su cómodo cojín y se dirigió al marco de la ventana, observando al exterior como queriendo medir los posibles peligros que se encontraban afuera. Supe entonces que tenía que salir. Él era el mejor consejero cuando se trataba de salidas, así que seguí el instinto de mi felino amigo acompañándolo al exterior.

Vestida con vestido y capucha el frío ni se sentía, aunque el frasco que llevaba entre mis manos ya se había helado. Mi mascota me llevaba al cementerio, a la nostalgia de las tumbas desgastadas y el ambiente sombrío, pero más que mi mascota era mi socio, ya que si me me había llevado allí, era porque encontraría algo útil para mis pociones y hechizos y mi instinto me decía que así era

Me hinqué frente a la tumba de un bebé, que eran las más abundantes y en ese momento sentí el ronroneo de Bogdan contra mi pierna.

"¿Hay algo aquí que me pueda interesar, mi vida?"

por **Galatea Mozambique** Mar Ago 30, 2011 5:10 pm

El sol no se hallaba en ningún lado, las espesas nubes bloqueaban su resplandor mientras que el viento susurraba melancólico como si arrullara a las personas con un cántico parsimonioso, aunque era simplemente una mañana que no prometía nada para la pelirroja. Solo algo lograba despertar su interés de vez en vez..., el frío. Que le despertaba del ensueño, cuando sus mejillas se sonrojaban por la elevada temperatura y sus manos palidecían al tocar las hierbas a su alrededor.

Sus rizos serpentearon graciles por el pasar del viento al tiempo que ella cortaba una verde hojita que le impregnó un olor agridulce. Jugueteó con la planta tiñéndose del color de la naturaleza sus delicados dedos hasta que la hoja desapareció, suspiró frustada cogiendo otra hoja y volvió a hacer el mismo procedimiento. No se trataba de hacer magia ni estar buscando las propiedades de aquella hierba, sino que pasaba su tiempo desperdiciando su energía luminosa mientras observaba la mañana pasar, sentada en el sepulcro de un tal "Anthonio Leewenhood".

La inscripción citaba las típicas palabras de "Amado caballero. Recuerdo de su esposa e hijos..., Descance en Paz" o algo por el estilo, la verdad es que a la bruja no le interesaba, siempre había creíado que la idea de la muerte era tentadora y no es más que el inicio de una nueva vida. ¿Por qué siempre se despiden de los muertos? Se preguntó en ese momento frunciendo ligeramente el ceño. Palabras van, palabras vienen. Qué más da. De todas formas todos se encontrarán en algún momento...,

Su mente volvía a divagar en rarezas carecentes de importancia. Arrancó otra hojita y comenzó a pasarla entre sus dedos cuando escuchó el maullar de un gato. Suspiró poniendose en pie, sacudió los largos lazos de su vestido azul ajustando las cintas de éste para que se ciñera a su cintura con la delicadeza misma de una flor. Volvió a escuchar al felino y siguió la dirección de sonido mientras se fundaba los guantes blancos sobre sus dedos pigmentados en verde.

No tardó mucho en darse cuenta de que una mujer acompañaba al gatito, por su efluvio se percató de que al igual que ella se trataba de una bruja. Sonrió con toda gentileza de la que fue capaz acercándose un poco más a la castaña -¿Hola?- saludó enarcando una ceja sutilmente entrelazando sus manos a sus espaldas.

por **Oksana Sheremétievskaya** Mar Ago 30, 2011 5:45 pm

Al parecer tenía compañía. Mi gato había empezado a ronronear con mayor fuerza mientras la mujer que se encontraba cerca se acercaba a anosotros. Era como si mi pequeño animal me estuviera avisando que era alguien confiable, o que podríamos sacar provecho de algún conocimiento que tuviera. La miré y parecía una mujer corriente, pero no llevaba flores ni anda por el estilo, lo que me decía que no estaba ahí para visitar a un fallecido. Por deducción era imposible que se tratara de alguien común y corriente.

Le sonreí mientras tomaba a Bogdan en mis brazos. Le daría la bienvenida.

"Buen día" saludé haciendo una reverencia "¿Visitando a alguien esta mañana tan fría?"

Sabía que con mi pregunta podía estar descolocando a la chica que estaba frente a mí, ya que tenía en mis conocimientos que no estaba visitando a nadie. Tal vez quería probarla, a ver si se trataba de alguien maligno y oculto o simplemente de alguien como yo, una bruja más con ansias de ingredientes para sus hechizos y pociones. Quién sabe, tal vez podríamos intercambiar lo que sabíamos.

por **Galatea Mozambique** Vie Sep 02, 2011 5:40 pm

No había nada que alejara aquel sentimiento de soledad creciente, pero puede ser que la compañía de un ser como ella pudiera incrementar su esperanza ante la vida. Quien sabe la vida siempre había sido extraña para ella, muchas veces sentía que no era más que una espectadora de su propia vida. Una idea absurda pero cierta. O al menos ella así lo creía, sin embargo también pensaba que podía hacer el cambio en su existencia, encontrar ese pequeño haz de luz que le ayudase a salir a delante. Puede ser que una amiga le fuera de ayuda, quizá la desconocida dueña del gato pudiera tomar ese título, una amiga que fuera capaz de escucharle, aconsejarle, regañarle, abrazarle, y que Galatea pudiera hacer exactamente lo mismo por ella. Ella podía llegar a ser una buena amiga, claro nunca había tenido una, pero sabía que si podía llegar a serlo.

La bruja sonrió un poco más en respuesta de la sonrisa de la otra bruja. Suspiró imperceptiblemente acercándose más a la mujer. -Buenas noches diría yo- mordió su labio inferior con aquel gesto de timidez que le caracterizaba. Negó con la cabeza haciendo oscilar sus rizos con gracia, pasó su mano sobre ellos para volver aplacarlos un poco -no, solo he venido a despejar la mente- se encogió de hombros pensando que ni siquiera lo había logrado, resopló para fijar su mirada en el felino, -es hermoso- comentó señalando al minino, y continuó acercándose a ellos.

Una vez que estuvo frente la inquietud por tocar a el pequeño animal -que según dicen son los eternos compañeros de los brujos- se acrecentó en ella -¿puedo?- inquirió mirando con curiosidad a la chica, en parte porque quería saber que hacía ella allí, aunque podía imaginarse el motivo y otra por una razón desconocida que Galatea no podía identificar.

off: lamento la mega ausencia no tenía internet, prometo ser activa n_n

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