¿Que habra de bueno aqui? (libre)

por Invitado Dom Jun 20, 2010 4:09 pm

Parecido a un gato solitario bajo la poderosa e inplacable lluvia fria y dura me sentia ese dia. Era mi primera vez en Francia, mi primera noche, mi primera lluvia en la ciudad del romance conocida como Paris. ¿Que me encontraria aqui?¿que sorpresa me depararia el destino en esta oportunidad?, no lo sabia. Algo nuevo, algo extraño, algo raro, algo sin precedentes en mi vida. Realmente me agradaria eso.

Estaba cansado de la vida monotona que lleva en Bonn, las mismas personas, los mismos pensamientos, la misma vida. Desde que habia salido de estudiar, solo me dedicaba a leer a mis grande amigos Arthur Schopenhauer y Friedrich Albert Lange. Los amaba como un homosexual pero no podia ser lo unico en lo que mi mente se ocuparia.

Pensaba todas estas cosas mientras camina por las chorreantes y humedas calles de Paris en medio del agua cristalina del cielo. Caminaba sin rumbo fijo, solo queria ver, investigar, escrudiñar, la vida de los franceses. Tal vez eso me aclararia la mente y asi podria pensar en lo que me interesaba.

Mientras andaba, por alguna razon, me desconecte del mundo y regrese a mis felices 20 años, regrese a aquel momento en el que mi madre me insistio que estudiara teología a pesar de que yo no queria...

" ...Hijo, por favor no dejes esta carrera. Dios, te llama a que aprendas de él, no lo desepciones. Tienes la oportunidad de aprender de nuestro Padre, no lo desepciones, Frederich, por favor no hagas esto.-lhabia lagrimas en sus tiernos ojos azules y sus manos, carcomidas y marcadas por el tiempo me rogaban.

No madre, ni siquiera sé si de verdad existe ese tal Dios. Ni siquiera se cómo, ni dónde está, ni por qué quiso que viviera en la una de las situaciones mas precarias e infrahumanas. ¿¡Tu si lo sabes acaso!? ¿¡Tu si entiendes!? ¡Si lo sabes explicame, convence de seguir estudiando algo a lo que no le veo gracia!.-recuerdo haberme enojado terriblemente con mi madre, mi pobre madre.-

Frederich.-lloraba y lloraba me parte el alma ahora pero en ese momento me dio mas ira.- Por favor, no cuestiones a Dios, ¡por favor¡

¿¡De que Dios me hablas!?, en este mundo no hay nada paranormal que lo diriga, ¡EL HOMBRE HACE LAS REGLAS Y EL HOMBRE LAS SIGUE, ESO ES TODO¡ .-golpee una pared con rabia, frustracion y desesperacion.- ¡NO VOY A QUEDARME A "APRENDER" SOBRE ALGO QUE NO EXISTE¡.-me intente tranquilizar y suspire.- Dios esta muerto y estudiar sobre un muerto no se puede. Creo en él pero esta muerto..."

Mi madre no sabia que decir, solo se acurruco en su asiento y lloro cual niña abandonada al lado de los cuerpos sin vida de sus padres. Yo solo respire profundamente y me fui. Me fui para no volver. Nunca mas la volvi a ver. Pero gracias a ella ahora tengo una duda, ¿realmente es Dios un difunto?.

Cuando regrese al mundo real, en Paris, Francia. Me encontre cerca a un biblioteca, mi hogar durante tantos años. Entre y fui directamente a la parte de Teologia. Necesitaba leer, necesitaba encarecidamente leer, saber si lo que pense en ese momento era cierto. Saber si la humanidad estaba perdida, incluyendo me, o si habia opcion a sobrevivir.

Consegui la Sagrada Biblia, la tome y me sente a leerla. La leia apresurado y desconcertado, necesitaba respuesta como agua el sediento.

por **Soren Kaarkarogf** Lun Jul 19, 2010 11:31 pm

La biblioteca de la Universidad de Paris, se había convertido por segunda vez en su hogar.Y no solamente por el hecho de ser un profesor de la escuela misma, sino porque, entre los estantes de libros, Soren sentía la extraña tranquilidad que sólo el silencio de las voces llenas de sabiduría podía otorgarle, siempre había sido así, aún desde su vida mortal, en Suecia. Pasaba noches enteras en la biblioteca del castillo familiar, perdiendose en el mundo irreal de la literatura, ese mundo que, le ofrecía mucho más que su propia realidad.

Nunca creyó que podría convertirse en profesor algún día. De hecho un par de años atrás tampoco lo hubiera creído. Pero ahí estaba en Paris, enseñando en la Universidad todo lo que había aprendido a travez de los casi 300 años de existencia Inmortal.

Esa noche en particular llovía tenuemente afuera y las gotitas golpeaban ligeramente las ventanas de la biblioteca como en un susurro. Le gustaban las noches de lluvia, el ruido constante del agua le ayudaba a sumergirse mejor en los libros. Además cuando llovía no mucha gente visitaba el lugar y podía entregarse tranquilamente a su obsección. Sin embargo esa noche no estaba solo, sintió la presencia de un mortal entrando en la solitaria estancia y con disimulo se escondió entre los estantes para espiarlo.

Nunca le había visto, se veía mayor, quizás más de 30 años y ciertamente no lucía Frances. Con curiosidad le observó acercarse a la sección de teología y tomar la biblia. ¿Sería un sacerdote de una iglesia? ¿Algún monje? un escalofrío le recorrió por la espalda. Él siempre había intentado alejarse lo más posible de ese tipo de personas. Su idea de Dios le confundía, le hacía sentir más malvado de lo que él se sentía, le humillaba.

Quizo acercarse más para observar que apartado de la biblia el hombre leía, asi que trepó por la estantería de libros con la habilidad que su sangre vampirica sólo le podía dar y estiró el cuello intentando leer, pero en su afán por descubrir el paraje que el hombre leía, con su pie izquierdo empujó un par de libros que inevitablemente cayeron, creando una pequeña reacción en cadena y como resultado, medio estante se vino a bajo, justo a los pies del hombre.

- J...oder - Murmuró -

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