La sensualidad de los recuerdos ~.Privado.~[+18]

¿Es que acaso no te gusta? -Expuso con una sonrisa en los labios mientras guiaba a su acompañante a un claro en la laguna, no era impaciente siempre lo habia mostrado haciendo caso omiso a las caricias previas de la mujer entiendolas como parte de su trabajo o como mera carta de presentación, los músculos fuertes del brujo no se molestaron por aquellas caricias pero tampoco actuaron como los demás hombres que hartos de aquella atencion se veia en la mirada como caian y rogaban más, él sin embargo, habia tomado la mano de su acompañante y le habia llevado a la laguna observando el espectáculo de la tranquilidad del agua aprovechándose aún del calor del verano para caminar lentamente quitándose la camisa con un ademán de sensualidad.

Le miró a los ojos de aquella mujer, tenia todo lo que un hombre podía desear y de no ser porque se juzhaba caballero la habria tomado como el más fiel de los amantes pero ni él era fiel a nadie ni prestaba atencion a sus obligaciones de caballero sino que se presentaba como un hombre normal y corriente. La camisa acarició la tierra con un ruidoso acento de silencio siendo finalmente sustituido por la respiración del mar- ¿O es que tienes miedo, señorita? - Volvio a presentar los ojos de aquella mujer cuando el cuerpo de Aetos se marcó bajo el agua, acomodandose de manera que su cintura estuviera sumergida.

Paso las manos por el agua, recordaba las aguas de donde se habia criado llena de desechos humanos algunas veces hasta el cadaver cercano de un niño en los huesos se permitía el lujo de llegar hasta ellos como un recordatorio de lo que eran, en cambio, las aguas de Paris incitaban a desnudarse y a bañarse en ellas, claras podias divisar incluso a los pequeños insectos acuáticos que navegaban con suficiencia por las mismas aguas que ahora estaban envolviendo el cuerpo del brujo-

-el aroma de la confusion era el perfume que habia elegido aquella mujer para encontrarse esa misma noche con el brujo, parecia incluso nublar el mismo perfume que delicado aun no conseguia llamar la atencion de Aetos, dejaba que una sonrisa buscase salir de su rostro como siempre saliendo con alguna ironía, algo trastocaba su sonrisa dejandola en un calmado temple que buscaba solamente la calma que no habia podido encontrar anteriormente- ¿que cosas deseais hacer, mademoiselle aparte de disfrutar del paisaje?

-"Has pagado por ella, ya sabes la respuesta" se respondio el mismo sin necesidad de adivinar que era lo que sucedia en verdad, ella estaba preguntandose porque no estaban arañando con sus cuerpos el pasto dejando que el sudor saliera entre ambos cuerpos como una mezcla de su union, sudor que no volvería a unirse o si lo hacía no garantizaba que fuese atado bajo el contrato de las mismas condiciones- no voy a hacer nada que no quieras

-La debil sensualidad aparecio en el tono varonil de su voz, solía recrearse en como las silabas cambiaban de significado solamente transformando el timbre de su voz, certeramente atinando para esconder sus intenciones, navego en las sensaciones que maniobraban entre sus dedos, el agua que pareci no tener forma seguia siendo atractiva, la mujer, mojada a su lado tambien lo era por eso dejo que besara sus mejillas sin oponerse a ese gesto- ¿cuantos hombres han caido a sus pies, hermosa doncella? pues no dudo que han sido demasiados -eso lo indicaba meramente el hecho de que cuando no respondio a sus caricias se hubiera sentido extraña, solo una mujer que ha logrado atrapar a muchos hombres hubiera olido a esa confusion-

-Sonrió de medio labio, aquella mujer que al principio parecia timida era sin duda una fachada como ahora estaba mostrando, una mujer sensual que se acercaba al hombre (el unico) que le habia dicho que no a un toque rapido, la habia llevado a la laguna en cambio donde él estaba esperando su comportamiento, ahi estaba, acercandose a su cuerpo dejando que sus labios hablasen de una manera atrevida- Quizas sea yo el que quiera volverte loco mademoiselle

-Sus manos ayudaron a despojar la ropa de Henriette sin dejar de contemplarle con una sonrisa traviesa en los labios. La tomo de la muñeca con suavidad, dejo las ropas de la mujer en la orilla dejandola por completo desnuda, despues él, se sento en la orilla de la laguna aun cubriendo su cuerpo de agua despues la sento en su regazo pero haciendo que la espalda de la cortesana chocase contra su cuerpo desnudo- ¿Has probado a ser acariciada por el agua? -mordio su lobulo auditivo con una sonrisa salvaje cuando tomo las piernas de la mujer y las separo, le obligo sentir como su hombria estaba despertando pero tambien, al moverse poco a poco, subiendo y bajando de la orilla le obligaba s entir los roces del agua en su entrepierna-

Asi mejor -Susurro tomando los labios del sexo de aquella mujer abriendolos completamente con la mano derecha, continuo moviendose, chocandole con su hombria (aun metida en el pantalon) y al mismo tiempo con el agua mientras su lengua pasaba por su cuello, saboreandolo- tocate los senos hermosa, quiero que lo sientas bien -Sonrio travieso a espensas que ella cumpliera sus ordenes, él aun caballeroso siempre habia tenido esa faceta de querer volver locas alas cortesanas, repetir, hacerles sentir placer por puro placer, por eso siempre se le ocurrian miles de cosas-

-Dejo que le besara en la comisura de los labios mientras sonreia al observarle a los ojos con la calma de quien se sabe vencedor, era caballero y sabia cuando actuar, de paso tampoco queria apresurar las cosas sabiendo que estar llegarian. Paseo la lengua por el cuello de aquella mujer- Para todo hay una primera vez seguro que solo has estado con hombres que han salido para satisfacerse ellos mismos yno han podido darte el placer que necesitabas – Era una cortesana bien lo sabia, las cortesanas vivian con el placer incluso parecian compartir habitacion con la lascivia pero en este caso a el le gustaba ser el acompañante de la misma. Saborear las mieles de su trabajo como en este momento.

Queria decirle que el no era como los hombres con los que ella habia estado pero ya lo estaba dejando claro, con una sonrisa palpo la boca de aquella mujer con una mezcla de territorialidad junto con sensualidad, su musculo humedo penetro por completo aquella boca, pues aun no se habia quitado los pantalones y quedaba mucho por hacer antes de hacerlo. Con la mano derecha acariciaba el sexo de henriette acariciandolo con los dedos, dejando que el indice entrase y saliese comprobando como estaba incluso ya preparada para él “aun no” se repetia hundiendo la lengua por completo en la boca ajena-

Hm me gusta tu voz -Sonrio dejando claro que los gemidos era lo que más esperaba, subio con la otra mano hacia el pecho derecho de la mujer, acariciando solo sus pezones, para despues afirmar el mismo entre sus manos, estaba sin duda bien formado, era sensual y suave al toque a excepcion de la protuberancia que podia sentir en la palma de su mano fruto de los pezones endurecidos-Venga, metete los dedos, quiero ver cuantos dedos eres capaz de meter...-Paseo su lengua pervertidamente por su boca separando de golpe una vez mas las piernas ajenas como si le estuviera diciendo que se lo mostrase.

Pues aquel tipo de juegos eran los que mas le gustaban, disfrutaba de la perversión en cierto grado, no habia nada de malo en comprobar, en saborear, en aprovechar con una mano en dejar separadas las piernas de la mujer mientras con el otro palpaba aquellos senos estirando los pezones con lentitud mientras dejaba que el movimiento de placer continuase, moviendo sus caderas un poco mas rapido para que notase en sus gluteos la ereccion, que viajaba desde su sexo hasta de nuevo sus gluteos para masajearle sexualmente-

-Ahora sabia porque muchos de los clientes repetian cuando estaban con esa hermosa mujer, sus gemidos eran lo que deseaban escuchar no solo eran en su justa medida audibles sino que la realzaban, pues no era una mujer que usara su voz solamente habia estado con algunas mujeres que nada mas ponerles una mano encima empiezan a gemir como locas, eso era lo que nunca le habia agradado al brujo, en cambio ella no solo con su cuerpo sino con el sonido de sus labios dejaba escapar los sonidos precisos para no irritarle.

De paso le decia que era maravilloso ¿que hombre no le gusta recibir elogios sobre su fisico o sus maneras amatorias? La diferencia era que él no perdia la cabeza, sino que se autoimponia unos objetivos, objetivos como “hacer que llegue al orgasmo antes” o “escucharla un poco mas antes de darle lo que busca” por eso cambio de nuevo de posicion alejandose de sus labios con una sonrisa- Creo que haré lo que tu desees, ya que desearia llevarte al cielo como según tu deseas -Paseo los dedos por los gluteos de la mujer-

Sin duda perfectos – la dejó en la orilla tumbada con las piernas separadas ysus caderas un poco alzadas, mordio sus gluteos para hacerle entender lo que estaba a punto de hacer, con él, no tendria ningun punto de su cuerpo a salvo, anal, vaginal, bucal, sus pechos, todo su cuerpo sufriria ese placer hasta dejarla exhausta, por eso le habia pedido durante toda la noche, porque él era un amante que no se preocupaba de entrar y salir para despues marcharse dejandola insatisfecha a pesar de los gemidos.

Se ayudo del agua para limpirle un poco más, pero tambien para lubricarle ¿más lubricacion? Sonrió pellizcando el clitoris con la mano derecha mientras su izquierda estaba acariciando sus gluteos, apretandolos, amasandolos; Cuando estuvo satisfecho hundió su lengua en el interior del ano de henriette, ahora su mano izquierda apretaba los pezones de la mujer acariciando sus pechos mientras dos de los dedos de Aetos entraban y salian del sexo de la mujer deleitandose con la calor, con al humedad de su interior-

mm...-le dio el visto bueno con esos movimientos, mientras su lengua continuaba moviendose alrededor de todo su ano, dilatándolo, al mismo que le acariciaba y frotaba su clitoris alternando entre frotar su clitoris y meterle los dedos cada vez mas rapido para que el placer fuera un poco más certero de lo que ya estaba siendo-

-Se sentía complacido de volverla un poco más loca de placer, era un arma tan poderosa que hasta a él muchas veces le sorprendia incluso aun cuando frecuentaba el burdel no era un cliente que le gustase repetir como le gustaba complacer, un día podia tomar a una mujer de una manera pero después lo haría de otro modo para que siempre tuviera un buen recuerdo de quien era el que mandaba, si, no queria que debido a su dinero los gemidos fueran falsos sino que fueran un signo de placer, pagaba generosamente porque solia ser el único cliente que no se conformaba con un mete-saca rápido sino que disfrutaba tomando mil veces a una mujer, sus orgasmos, sus gemidos, los reclamos de placer, todo era una música celestial para sus oídos.

Le dió una nalgada mientras notaba esa dilatación de su sexo, deseaba tambien enterrar su erección en su sexo pero esperaria un poco más. sonrió cuando poco a poco se tumbó mirandole a los ojos, ella estaba apoyandose con ambas manos en aquella posición del perrito, en cuatro, por lo que aprovecho para dejar su cuerpo abajo de la mujer- Asi está mejor... te voy a dar tu deseo -coloco las manos en las caderas de la mujer, chupó sus pezones con lentitud como si los estuviera saboreando con la lengua permitiendose un mordisco, endureciendolos de placer un poco más, sin que ella pudiera preveerlo la sentó en su hombria entrando en ella de un solo movimiento.

Su erección parecia querer explitar en el interior de la mujer, le impidio que se moviera por unos momentos apretando sus caderas para que su hombria llegara a ella todo lo profundo que pudiera, movio al principio el sus caderas y despues pellizcó el clitoris de henriette con placer- quiero que te muevas como a ti te gusta...-sonrio- pero recuerda que esto es solo el principio pues te tomaré por aqui -metio dos dedos en su boca de golpe como habia hecho anteriormente- aquí -esos mismos dedos se introdujeron en su ano con una habilidad indudable - y de nuevo aqui -movio de golpe sus caderas haciendo que el cuerpo de la mujer saltara un poco sintiendo de nuevo esa presión y esa erección golpear su interior-

No dejaré que te vayas tan rapidamente...haré que no puedas caminar de placer -movio la lengua en sus pezones, en sus pechos, acariciandolos con las manos mientras continuaba moviendo a veces las caderas pues al hablar le gustaba que supiera lo que le esperaba en aquella noche, era un buen amante y no tenia reparos en demostrarlo- ¿ahora entiendes porque pago tan generosamente? -se permitió un guiño de ojos con una sonrisa confiada en sus labios-

Correte -Parecia mas una orden que cualquier otra cosa lo que hubiera salido de sus labios pues empezó a mover las caderas ya que estaba en aquella posicion, esa humeda vagina estaba mas apretada de lo que habia pensado pero eso se debia al orgasmo que dentro de poco le mojaria entero lo cual sin duda era agradable al menos siempre le habia gustado ese intercambio de fluidos corporales entre ambos cuerpos cuando se estaba practicando el sexo, no tardó mucho tiempo en hacer más movimientos con sus caderas acariciando su trasero y dandole varias nalgadas a la cortesana a medida que la rapidez iba en aumento- Vamos preciosa puedes moverse de todas las maneras pero despues me la vas a chupar y de nuevo te la voy a meter

-Empezaba a hablar algo sucio como a veces le gustaba especialmente cuando el placer era mas del que esperaba, las cortesanas no siempre le dejaban satisfecho es más muchas veces tenia que escogerlas él para que no fuera la primera que abriese las piernas. Los senos de esa muchacha chocaban contra el torso bien formado de aetos mirando obscenamente como estos temblaban con los movimientos del cuerpo de su dueña en aquel extasis de fluidos. Aetos habia conseguido que su orgasmo no saliera antes que el de ella, aguantandolo e incluso moviendose con más fuerza mientras le apretaba bien aquellas caderas para guiarle en ese movimiento.

Se impacientaba debido al calor a psar de la temperatura del agua, con fuertes movimientos de sus caderas pudo sentir como sus testiculos golpeaban incluso a la mujer mirandole con una sonrisa triunfal de placer pues los movimientos eran segun como el quisiera indicandole de un modo placentero que hiciera movimientos, cuando ella no se movia aetos entraba y salía violentamente para que le sintiera bien dentro de sus entrañas, pero cuando ella se movia como debia de hacerlo el solo movia sus caderas siguiendo obedientemente el ritmo que imponía era como si el brujo tuviese las facetas de "obediencia" y "rebeldia" bastantes impuestas al mismo tiempo usandolas sin avergonzarse formandose una media sonrisa en los labios esperando al orgasmo de esa mujer.

Bajó una mano acariciando esos muslos ajenos, pellizcandolos dejando marcas rojas en sus muslos e incluso apretandolos con los dedos para que sintiera como desbordaba pasion e incluso esa pasion que solo se relataba en bocas de fantasia, le gustaba presumir de amante un amante paciente pero satisfacctorio y siempre con crecientes ganas de cumplir deseos tanto de su amante como los suyos propios. No se podia estar quieto mordiendo el cuello de esa cortesana dejando bien humeda su piel de las lamidas que le prodigaba subiendo una vez a aquella boca besandole humedamente, sin cansancio aparente en la boca sino como si hubiera recuperado la vitalidad fornicandole por la boca con el uso de la lengua que se metia y salia completamente de su boca, al mismo ritmo que su virilidad entraba y salia de su sexo-

-No solo él estaba disfrutando sino también ella al menos sabía como entretenerle sin mostrar ni una pizca de vergüenza, para que servía esa palabra si convertía a los humanos en un reflejo de lo que son ellos mismos, no se conseguía a menudo vislumbrar bien a los hombres cuando tapaban su caracter con una sonrisa de métodos tímidos, engañaba tanto a hombres como mujeres que una vez mostraban su auténtico caracter era demasiado tarde como para darse cuenta de lo que había sucedido, la timidez a veces era el juego de los mentirosos también, por eso se disfrutaba esas sesiones de placer al completo donde tanto uno como otro se mostraban como eran unos animales que se vestían de humanos.

Después de que ella pronunciase aquellas palabras le miró fijamente a los ojos, tenia la boca con restos de saliva por aquel beso humedo que habia llevado a cabo, su lengua se relamía orgullosa de aquel trabajo que había realizado en la boca ajena, su mirada no se apartaba de ella mientras sus hombros y su cuerpo se tensaba, sus músculos parecían incluso más llamativos desde esa posicion sintiendo los fluidos de la cortesana bañar su hombria, estaba satisfecho pero no plenamente, habia solo empezado ese juego, le sonrió suavemente entonces y se separó de ella, alejando su hombria del sexo ajeno.- Espera - le ordenó con voz grave encaminándose a donde estaban las ropas, cogió una prenda de la mujer suficientemente larga, despues se acercó una vez más a ella colocando la prenda en forma de mordaza en la boca de la mujer.

Sonrió suavemente, dejó un nudo largo detrás de modo que cuando apretaba ese nudo, la mordaza apretaba la boca de la cortesana, tambien hacia que sus hombros se inclinasen hacia atrás casi con violencia mostrando esa espalda y esas caderas, le hizo quedarse boca-abajo de aquel sitio donde habian empezado ese vaiven, acariciando una vez más su sexo con los dedos, la lengua de Aetos corrigió cada centímetro de dermis ajena, saboreando el sudor y el sabor a agua mientras su dedo acariciaba el interior de su vagina. No iba a detenerse, era de los hombres que le gustaban los juegos asi que con un mordisco en la cadera inicio lo siguiente separando esta vez las nalgas de la muchacha dandole lamidas a cada cual más certera, más dura, más sensual.

Su torso procuraba chocar todo lo que podia contra su vagina, de ese modo le daba roces obscenos en su vagina y con los dedos procuraba placer a la siguiente entrada que sería suya, le miraba fijamente, pareciando los dedos por la mordaza dándole un tirón como si quisiera hacer una vez más esa apreciación de quien era el que mandaba allí-¿Ya tienes una idea de lo que deseo? -Comentó con cierto retintín vago, no de humillación sino de sensualidad, acariciando con los dedos, con su lengua así como con todo lo que podía sus gluteos, sus caderas, su ano y algunas ocasiones también su sexo aunque era un secundario ahora mismo-