En la casa de Dios(LIBRE)

por **Nereida Di Vaarsen** Sáb Sep 10, 2011 6:52 am

Aquel no era un lugar que me gustase demasiado precisamente, pero tenía que ir...para mantener mi imagen.
No es que no creyese en Dios, al contrario, estaba completamente segura de que existía, pero...no le tenía mucha simpatía. Nunca me había preguntado cómo sería, pero no le habia tenido mucha simpatía, no me gustaba eso de tener que rendirle pleitesía a nadie, el demonio era más interesante...pero tampoco le adoraba. No adoraba a nadie, lo que yo quería es que me adorasen a mí. Pero en mi situación...tenía que esforzarme por parecer una fiel devota.
Llevaba en una bolsita varias pociones para emergencias, estaba preparada para todo, por si tenía algún accidente, por si deseaba envenenar a alguien...estaba lista para todo.
Cuando llegué a la catedral junté las manos y cerré los ojos, fingiendo que rezaba. Pero en realidad no estaba haciendo eso, más bien le rezaba a otra deidad pagana de la que me servía para que mis conjuros saliesen bien.
Lo hacía muy bajito, para que no me oyese nadie, porque en otro caso...estaría metida en un buen lío, desde luego.
Pero no había casi nadie en la catedral, así que no me preocupaba demasiado. Rezaba y de vez en cuando abría los ojos, para admirar la arquitectura...lo único que me gustaba de aquel lugar. Ni su ambiente ni nada, el modo en el que estaba construido.
Era precioso.,. y me sorprendía de lo que eran capaz de hacer los hombre para rendir pleitesía a algo que...no valía la pena.
Con una sonrisita en los labios, seguí rezando.

por **Mareleine Wasenbell** Sáb Sep 10, 2011 12:38 pm

Entré en aquel lugar sintiéndome bastante incómoda. No creía en Dios, por lo que en aquel lugar me sentía como en...un sitio inútil, por decirlo de alguna forma. Pero no tenía más remedio que ir, ya que tenía que hacer algo muy importante...pero desgraciadamente, no encontré nada de lo que buscaba, lo que me puso de un humor espantoso.
Pero sí que vi algo...no había casi nadie en la catedral, aparte de una muchacha muy joven y muy hermosa que parecía estar rezando. Parecía un ángel de aquella forma, por lo que decidí interrumpirla. No soportaba a los ángeles. Me acerqué un poco a ella y fingí tropezarme, para sacarla de su distracción.
-Deberías tener más cuidado...-le dije en un tono perfectamente educado-estando ahí parada cualquiera se puede tropezar contigo.
No sabía si se molestaría pero de todos modos no me importaba demasiado. No parecía tener el aspecto de alguien que se enfadase precisamente por esa clase de cosas.

por **Nereida Di Vaarsen** Sáb Sep 10, 2011 12:42 pm

Salí de mi distracción cuando noté que alguien detrás de mí tropezaba. Algo molesta, pero manteniendo un rostro perfectamente inmutable, me giré para ver quién se había tropezado conmigo.
Era una mujer de pelo negro y de aspecto elegante, pero había algo en ella...que no sé, parecía malhumorado. No me gustó aquello, pero de todas formas decidí no aventurarme, era demasiado pronto, por lo que le dije:
-Pues creo que deberían verme...no soy tan invisible.-dije totalmente convencida. Justamente lo contrario, me consideraba una persona bastante llamativa. Probablemente me habría dicho eso para molestarme, pero para mi satisfacción, no lo logró-¿Sois nueva por la ciudad? Pues no recuerdo haberos visto antes.-dije con toda la cortesía del mundo.
Sonreí amablemente e hice una elegante reverencia. Me molesté en hacerlo porque aquella mujer parecía ser de la alta sociedad, a pesar de todo. En cualquier otro caso ni me habría molestado en hacerlo, la habría despedido con un par de frases secas y sanseacabó. Pero me convenía tener buenas relaciones por lo que decidí presentarme:
-Mi nombre es Nereida Di Vaarsen, y es un placer conocerla...de esta forma. ¿Y vos cómo os llamáis?

por **Mareleine Wasenbell** Sáb Sep 10, 2011 12:51 pm

No pareció haberse molestado, por lo que deduje que sería una señorita bien educada. Así que procuré mostrarme amable, sonreí con educación, y dije, haciendo otra reverencia:
-Yo me llamo Mareleine Wasenbell, es un placer conocerla, y no, yo ya llevo un tiempo rondando por aquí...-dije con una sonrisa divertida.
Nereida Di Vaarsen...¿de qué me sonaba ese nombre? Bueno, podría decir que el apellido no me sonaba de nada, pero el nombre sí. Lo había oído en alguna parte pero...¿dónde?
Bueno, aparte de en los libros de mitología, en ninguna otra parte creo yo, era un nombre bastante curioso para una muchacha tan joven como aquella, y tan...no sabía como decirlo, pero parecía misteriosa. Había algo en ella que no me gustaba. Y que me sonaba.- Algo así como una especie déja vú, así que la observé con más cuidado...
-Pero a vos si que no os había visto...

por **Nereida Di Vaarsen** Sáb Sep 10, 2011 1:00 pm

-Por supuesto que no, ¡qué tonta!-dije soltando una carcajada.-He llegado hace apenas unos pocos días a París, casi no he tenido tiempo de asistir a ningún evento social, así que es imposible que sepáis de mi, señorita Wasenbell...pero será todo un placer conoceros.-dije. Luego le pregunté:
-¿Y habés venido para rezar? Hoy no toca misa. Yo he venido porque necesitaba comunicarme con el Señor...para encontrar respuestas a mis preguntas. El Señor ilumina nuestro camino.-dije con una voz que decía que estaba completamente convencida de lo que decía.
Me aparté el pelo de la cara y observé más detenidamente a aquella mujer mientras pensaba. Era una muchacha hermosa, pero de una solaz extraña, había algo en ella que delataba qué...
Y entonces lo supe. Sonreí ampliamente, como una niña que acaba de encontrar lo que quería, y decidí que le tiraría de la lengua para que confesase. Veía lo que emanaba de ella, por pura intuición, y me aseguraría de que confesase...sería divertido jugar con ella un ratito. Muy pero que muy divertido.
Así que esperé su respuesta con paciencia. Aquello iba a ser bastante divertido...sobre todo si lograba hacerla enfadar. Muy pero que muy divertido. Me lo estaba imaginando y me entraban ganas de echarme a reír alegremente.

por **Mareleine Wasenbell** Sáb Sep 10, 2011 1:06 pm

Negué con la cabeza. No había venido por eso, aunque tampoco podía decirlo, por supuesto, no delante de aquella niña que seguramente se escandalizaría. Así que dije:
-Pues no exactamente. Venía a rezar por el alma de un viejo amigo que en paz descanse...-dije fingiendo que miraba hacia el cielo y rezaba una rápida oración.
Por suerte no era así, no tenía ningún amigo que hubiese fallecido allí, aunque sí que tenía varios amigos desaparecidos y un hermano del que no sabía nada.
Fruncí el ceño, no me gustaba nada pensar en eso, por lo que le eché un rápido e inconsciente vistazo a la bolsita que llevaba Nereida encima. Era curiosa, ¡a saber lo que llevaría allí!
Pero luego meneé la cabeza, ¿en qué estaba pensando? Últimamente me estaba distrayendo con demasiada facilidad, y eso no podía ser, así que dije...
-Deberíamos esperar a que viniese más gente...a saber quién podría entrar aquí.

por **Nereida Di Vaarsen** Dom Sep 11, 2011 12:36 pm

En mi rostro apareció una expresión apenada y triste, como si quisiese conmoverme por ello:
-Lo siento mucho, entonces.
Luego dije, tratando de no sonreír:
-¿Tenéis miedo de que entren ladrones aquí? ¿De que encuentren a dos damas solas...y nos puedan atacar? No creo que entren aquí. La mayoría le sigue teniendo miedo al Señor, a pesar de todo lo que han hecho...
Aquello era completamente cierto. Más de una vez se había visto a un ladrón o a un fiero criminal pidiendo clemencia a los cielos antes de morir...que les perdonasen por todos los pecados que cometieron en vida, pecados que probablemente no les serían perdonados...eso era algo tan triste y tan patético...que a veces hasta me entraban ganas de vomitar.
-El Señor lo ve todo y no permitirá que nos hagan daño.-dije juntando las manos de nuevo.-No es nuestro momento de sufrir...ahora no-susurré en un tono muy incitante.

por **Mareleine Wasenbell** Dom Sep 11, 2011 12:56 pm

-No, no tengo miedo de eso, pero podrían pasar cosas muy extrañas, en este mundo no te puedes esperar que nada pase como tú te esperar. Aunque ahora que lo pienso, podría ser también al contrario...-dije pensativa, y con algo de tristeza incluso. O las cosas podrían ser tal y como nadie se esperaban, o seguían en una rutina aburridísima que durarían hasta el fin de los tiempos.
Me acerqué más al altar, sintiéndome incómoda con aquella jovencita. Me sentía incómoda con su presencia, no sabía por qué...como si estuviese tratando de decirme algo.
O lo que era peor, como si quisiese algo de mí.
Fingí rezar también una breve oración, y luego la miré con los ojos fríos, pero inmutables.
-La vida no es justa, niña, ni Dios tampoco. Sino...¿cómo permitiría tanta muerte y tanta miseria?

por **Nereida Di Vaarsen** Lun Sep 12, 2011 6:27 am

Nereida estuvo a punto de soltar una pequeña carcajada ante lo último que dijo Mareleine. Era algo tan típico...aquella mujer no era sino una más entre aquellas personas que dudaban de Dios por las miserias que habían en el mundo...una más. Aquello era algo tan típico que era casi aburrido. Tanto que tuvo que contener un pequeño bostezo.
-Esto sería un castigo divino por algo que hicimos en el pesado...o por culpa de Eva.-le dijo encogiéndose de hombros y suspirando. Pensar en el pecado original era algo que la extasiaba.
Aquela historia la fascinaba, pero Nereida no veía a Eva como la que había traído el mal al mundo sino como su hacedora...después de Lilith. Había un par de cosas que Nereida conocía acerca de aquella leyenda que nunca le revelaría a nadie, pues podría meterse en problemas muy serios, y ella no quería líos. Pero pensar en ello la extasiaba sobremanera.
-¿Lleváis mucho tiempo por París, mademoiselle?-le pregunté para sacar un poco más de conversación. Saber de dónde era aquella mujer me podría dar alguna pista acerca de lo que podría ser o del misterio que aguardaba.

por **Mareleine Wasenbell** Mar Sep 13, 2011 12:42 pm

Puaj. Cómo odiaba oír esas cosas. Todo por culpa de Eva, y un castigo de Dios...algo que hacía que me diesen arcadas. Pero procuré disimularlo, y dije, sonriendo más ampliamente.
-Tres meses...¿y vos, Nereida, cuánto tiempo lleváis danzando por aquí?-dije en un tono divertido.
No le di respuesta a lo de antes porque en esos temas solía pronunciarme de un modo que dejaba bastante claro cuál era mi posición, y yo en aquel momento no tenía ganas de discutir con nadie, ni con aquella niña.
Suspiré y miré a mi alrededor durante un momento. No me gustaba aquel sitio y lo más seguro es que pronto me marchase de allí, por lo que mientras esperaba la respuesta de la joven observé su bolsita. ¿Qué contendría?
Me entraron ganas de quitársela y de revolver su contenido, para ver lo que habría, pero me contuve.
Por lo menos ahora...aunque tal vez luego lo hiciese, aunque fuese sólo para satisfacer mi curiosidad y para hacerla rabiar un poco. Eso me alegraría un poco el día.

por **Nereida Di Vaarsen** Dom Sep 18, 2011 1:59 pm

Ladeé la cabeza, como una niña curiosa, y con un poco de parsimonia, mentí descaradamente.
-Casi un año...pero todavía ando un poco perdida...es que esto es muy grande,madame...-en aquel momento parecía más niña de lo que ya parecía, con aquellas palabras, aquel rostro contrariado y al mismo tiempo inmutable...era perfecto. De todos modos no me importaba lo que pensase aquella mujer o no, porque acababa de recordar que tenía asuntos más importantes que resolver...
-Lo siento mucho, madama, pero he de irme, tengo una reunión muy importante...pero estoy segura de que pronto podremos vernos...vivo por el centro de París, así que estoy segura de que me podrá encontrar por las tardes por allí...a esas horas nunca estoy en casa. Lo sigo por si algún día desea encontrarse conmigo de nuevo, aunque estoy segura de que nos veremos muy pronto...-dije marchándome de allí y diciéndole adiós con mucho respeto. Y tenía el presentimiento de que, efectivamente, pronto iba a volver a verla, por mucho que ninguna de los dos lo desease...ni siquiera ella.

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