Biblioteca (Asagi)

Esto seguía haciéndome sentir extraño, pero últimamente parecía que lo que yo hacía no parecía tener ningún sentido. No es que fuese el caso, me daba la impresión de que así se percibía. ¿El realmente se había molestado esta vez? Eso era lo que sentía al escucharle, pero claro, no podía estar seguro de haber vislumbrado bien a través de aquella postura, aún cuando sentía que debía tener más idea de la que creía tener ahora.

La noche apenas había caído. Él había dicho que estaba harto y yo me preguntaba qué tan en serio era eso. Me estaba volviendo loco con mis propias ideas. Ahora estaba aquí, apenas había caído la noche había salido intentando encontrarle. Ahora estaba de pie a lo que sabía era la biblioteca de aquel lugar. Siempre me habían gustado este tipo de sitios, pero no había puesto un pie en una en mucho tiempo.

Aspiré y entré en aquella estancia, buscando con la mirada, como lo haría cualquier humano, a la persona que quería ver más que nada en ese instante, hasta que mis pupilas fueron capaces de enfocar su imagen en el interior del recinto. Ver su rostro pálido pareciendo tan concentrado me hizo quedarme viéndole por un momento antes de avanzar hasta él y ponerme justo delante. Le sonreí y muy a mi pesar solo dije un tonto ‘Hola’ como saludo.

La verdad es que quería tocarle, pero no sabía si eso estaba bien en ese instante. La brecha entre mis acciones y mis pensamientos sin embargo hizo que mi mano acariciara levemente su rostro con mis nudillos. La sensación de su piel era sin duda inigualable y mi propio movimiento aunque no había sido planeado tampoco me sorprendió-¿Te molestaría hablar conmigo? -No quería dejar las cosas tal y como estaban ¿Tenía un plan? La verdad que no, porque no sabía a lo que me enfrentaba. Aún teniéndolo, tomando en cuenta mis sentimientos involucrados, la verdad es que no podía predecir mi propio comportamiento.

No pudo moverse. Sus manos temblaron, pero solo eso. Le seguía observando. No tenía sentido decir nada, eso era lo que parecía. No podía culpar a nadie por haber hecho caso a algún comentario. Maldita fuese la hora en la que en su mente se grabó esa idea… Por haber escuchado que él no sería capaz siendo como era… al final había sido por escuchar que estaba siendo pasivo, que el egoísmo que no poseía iba a hundirlo. Qué chiste y que idiota había sido. Ya no debía hablar, aunque no era posible hundirse otro poco diciendo algo más. Eran sus propias palabras, su propia necedad lo que le hacía escuchar lo que le decía ahora. Era justo eso lo que no quería provocar, pero sabía bien que no había forma de echar marcha atrás en el reloj.

-… no quise ser egoísta… -Pronunció casi con lentitud y solo con el volumen de voz necesario. No, de hecho no lo había hecho a propósito. Había sido inconscientemente, quién sabe, tal vez había sido indecisión, miedo o alguna otra cosa que había dejado y ayudado que aquello se albergara en su alma y le hiciera actuar de aquella manera. Desde el inicio él solo quería estar a su lado… Aquella actitud, aquella mirada altiva que había visto en él desde el primer instante era lo que le había cautivado… La libertad con la que se movía, la forma en la que sonreía…

Tantos comentarios habían abrumado su mente y no le habían dejado actuar como quisiese. Pero incluso ahora, no estaba haciendo bien al hablar ¿no era así? Él no quería saberlo ahora. No quería una confesión suya en este momento, acababa de decir algo que era cierto, era como dar patadas de ahogado en ese momento. Eso no tenía sentido, era cierto… Fue por eso que no pudo más que decir eso. Tampoco había porque pedir disculpas, eso sin duda a èl le hubiese molestado de estar en sus zapatos.

No tenía idea de por qué sus ideas y sus palabras no parecían concordar en momentos como ese, aunque en realidad no eran muchos por los que había atravesado siempre le pasaba eso. Quería decir una cosa y había salido con aquel monólogo que nadie deseaba escuchar. Lo fácil lo había convertido en complicado en tan solo un instante. Pero no había excusas, no había pretextos…

Suspiró y se acercó a él, besándole sutilmente los labios, aun cuando los suyos temblaban ligeramente. Había sido solo un momento. No sabía si aquello le enfadaría, había sido apenas un roce que suponía no tendría significado según sus palabras, había cerrado los ojos, pero la expresión en su rostro no era de serenidad, aun cuando no quería verse de aquella manera. Se había apartado dando un paso atrás.
… No quería ser el error de nadie, no quería ser un mal recuerdo del que quisiese olvidarse…
No era tan idiota, sabía que era imposible forzar las emociones, eso lo había tenido claro desde el primer momento. Sabía que aun cuando hubiese tenido esperanza al ir allí, era porque los sentimientos que guardaba en su corazón, pero bien sabía que no tenían que ser correspondidos, algo que era imposible saber con certeza al no ser algo que él guardara, era por ello que estaba allí. Pero no podía ir en contra de la persona a la que le profesaba amor en aquella forma. No importaba cuánto doliese o si traicionaba a su propio ser con ello. Lo había dicho claramente, el habría dado su existencia a cambio de una simple sonrisa en su rostro. Y ahora aquello era aún más fuerte, tan solo por verle tranquilo…

Cuando se había encontrado con esos ojos, cuando se había dado cuento de lo que en él mismo ya guardaba… no había esperado nada, aun si fue insistente no esperaba que le devolvieran nada… lo único que había buscado era permanecer a su lado. Eso era lo que a él lo animaba. Si antes le hubiese dicho que no le amaba, habría dicho algo como ‘Esta bien. Solo déjame amarte’. Eso, a pesar de todo no había cambiado. SI había querido observarle y permanecer cerca era porque una parte de él no podía contenerse. Todo aquello ahora jugaba con la expresión de su rostro, con los pensamientos que se desbordaban, dejando sin barreras aquella mente… No iba a mentir, le dolía, porque no hay forma en que las palabras que te dirige alguien que te importa en demasía no sean las que lleguen hasta lo más profundo de tu alma.
-¿Eso devolverá la serenidad a tu mirada? –Había extendido su mano hasta su rostro, pero no llegó a tocarle en ningún efímero instante. La voz le temblaba, quería escuchar simplemente una cosa –Mi único deseo, desde un inicio era ver que estuvieras bien… verte sonreír, si era posible verte feliz… - Hizo a su mano retroceder al irse acercando a su rostro. No veía más que una imagen borrosa -… aunque no fuese junto a mí…- Su voz menguó en aquella frase, casi apagándose. Aquello era lo que se había ocultado detrás de sus palabras llenas de seguridad cada vez que pronunciaba las palabras diciendo que lo amaba. Ahí estaba, la verdad de su deseo… que si no había dicho era por la forma en la que podía escucharse… porque uno nunca sabe si sus deseos pueden realizarse. Aquello no era cosa suya, era algo que ambos debían compartir, pero cuando le conoció y le vio un par de veces, aquel deseo se hizo más fuerte del mismo modo que sus sentimientos, a los cuales al inicio creyó imposible que le correspondiesen. La felicidad le había alcanzado cuando se le permitió estar con él… había despertado en èl aquella parte que creyó no existir... porque antes no habìa dsido capaz de sentir...