Los que saben morder ~.Privado-Enmeruade.~

por **Aetos** Dom Sep 18, 2011 8:41 am

-Sus clientes iban desde los mas ricos hasta los mas pobres en este caso le habia tocado visitar a una mujer que deseaba tener hijos a toda costa engañando incluso a su marido pues lo que le habia pedido al brujo era una pocion fuerte que le aseguraria un embarazo, no estaba en su mano el juzgar el egoismo de las personas incluso meditando en cuantas cosas habria podido decirle como el hecho de que no debia de traer crios al mundo solo para jugar con ellos ¿no? era bastante claro dado a su pesima experiencia en aquel papel, un fuerte ruido asi como hedor llego a su zona al igual que algunos gritos de mujeres ¿que era lo que sucedia? facil, un poco de carne unos cuantos francos y unos vagabundos que anteriormente eran amigos peleados solo por el tema del dinero- patetico -dijo claro, incluso aunque la gente le mirase con asco "es el dinero" "el no lo entiende" eran las palabras de la gente pues el aspecto del hombre era impecable, con su chaqueta y su traje, caminando como si el mundo fuera de él incluso haciendo una marca con los zapatos por donde pisaba como un soberano de esas tierras inútiles.

El habia mamado de la pobreza cuando era joven, la leche no era de una mujer era de las manos traviesas de un hombre de dios que le daba solo unas cuantas gotas para calmar su hambre o su sed, pero nunca para darle en abundancia incluso a veces habia dias que no le daba mas que unas cuantas gotas y despues le daba su porcion a otro niño que podia serle mucho mas util. Alli si que habia jerarquía incluso debia de darle gracias a los muertos por haberle dado hoy todas las riquezas que poseía, saboreo la piel de sus labios en una mordida mientras atisbaba a marcharse mientras los vagabundos seguian discutiendo, peleando, rasgandose la piel pues lo curioso era que la gente se habia metido con el por su comentario pero ellos solo estaban apretados viendo quien se proclamaria vencedor pues no habia visto a nadie con deseos de ayudar- Dios no ayuda a nadie, solo nos ayudamos nosotros mismos -miró la hora, no tenia deseos de volver a su tienda atestada de espiritus que querian hablar con sus familiares o de hombres que solo encontraban en el brujo una solucion para las noches aburridas con su pareja-

por **Emeraude Lenmarcks** Lun Sep 26, 2011 3:49 pm

Aquella mañana había salido pronto hacia las afueras. Necesitaba encontrar cierto tipo de hierbas para mis pócimas y hechizos que solo tenía un hombre que vivía a las afueras y se dedicaba a ello. No es que el hombre en cuestión me cayera bien, además que sus precios eran desorbitados... pero era la única forma de encontrar aquellas dichosas hierbas pues guardaba su emplazamiento como oro en paño. Quizás debiera dejar de pagarle tanto... utilizar algún pequeño truco y confundirle para que me dijera el lugar donde las guardaba. Si, eso estaría bien, tendré que planearlo a fondo pues estoy segura de que ya debe saber que clase de mujer soy y no se dejará hechizar fácilmente. Ya he visto amuletos por su casa que los humanos creen que son repelentes de seres sobrenaturales... Ignorantes.

Suelto un bufido cuando al caminar por varias calles me encuentro a un par de tipos pegándose por vete tu a saber qué. Así se solucionan las cosas por estos lares: a golpes. Es la ley del más fuerte, sobre todo cuanto más bajas en la pirámide social. O comes o te comen, así de simple. Me pongo la capucha y continuo mi avance sorteando a los hombres peleándose y el grupo que los anima metiendo más cizaña que otra cosa.-Siempre igual...-suspiro ignorándoles mientras continuo mi avance esquivando a un par de chiquillos que correteaban de un lado a otro sin parar. Ah... cuanto echo de menos mi infancia, cuando mi abuela me enseñaba pequeños conjuros sin mayor importancia pero que para mi eran todo un logro.

Es entonces cuando oigo una voz conocida y levanto la vista, encontrándome a Aetos a escasos metros de mi comprobando la hora. Sonrio y me acerco sigilosamente hasta estar a su altura.-Y ni siquiera nosotros mismos somos capaces de ayudarnos-comento antes de quitarme la capucha y esbozar una pequeña sonrisa-Hola Aetos. Hacía mucho que no te veía-saludo mirando un poco de reojo la pelea, que parecía llegar a su punto álgido.-Supongo que las cosas te irán bien ¿no?

por **Aetos** Sáb Oct 08, 2011 5:26 am

-Cuando escuchó su nombre se volteó volviendo a admirar a la persona que lo habia expuesto, una bruja igual que él que siempre se veian o nunca lo hacían, habia dias que se poasaban los dos enteramente en el bosque buscando los ingredientes necesarios, nunca habia peleas, si uno lo encontraba antes lo cogía pues el otro yasabia donde encontrar más. Era una clase de amistad extraña que se habia forjado entre ambos sobre todo cuando ella compartia los puntos de vista de Aetos mucho más de lo que cualquier cliente haría- Emeraude -Tras haber dicho su nombre se inclinó caballerosamente, sacando una sonrisa de medio labio dispuesta a practicar sus propias travesuras- Nadie esta aqui para ayudarse, a veces se prefiere el patetismo de dar pena que levantarse y conseguir las cosas por su propia mano.

-El ser humano era de lo pocos animales que queria tener el trabajo hecho, los hombres trabajaban pero cuando habia algun problema no se esmeraban ellos mismos sino que necesitaban de los demás para solucionarlo, tomó con lentitud la mano de Emeraude para depositar en su palma un beso, interrumpido aquel silencio por el grito de una mujer, parecia que uno de los vagabundos habia caido sobre ella que horrorizada le apartaba y se miraba más la sangre que el cuerpo que habia caido en su vestido- todos desean ponerse en primera fila pero no quieren ser salpicados despues - aunque habia cumulo de emociones, otros que estaban participando con gritos en la pelea tenian ojos avariciosos, esperando al perdedor para quitarle lo poco que tenia, otros veian la sangre y bucaban más porque asi darian o mas pena o podrian presumir mas-

No me ha ido mal, como siempre -Dicho eso señalo a los lados y al cielo claramente se referia a sus espiritus, a los guardianes, a los fantasmas que diariamente hacian su vida con Aetos ya acostumbrado a ser el curandero de los vivos y el noticiario de los muertos, siguió caminando invitando a su acompañante bruja que le siguiera, sabia como acabaria el espectáculo, con uno inconsciente o quizás los dos, despojados despue de la ropa y del cuchillo incluso puede que asesinado, el canibalismo era una de las formas mas entretenidas que tenian tanto los animales como los humanos de sobrevivir incluso en el horfanato, los niños se comian entre ellos porque sino, serian lo proximos en morir, la anarquia de la supervivencia, el que era mas fuerte, se alimentaba de la carne, los que eran mas debiles buscaban a los otros que tuvieran su mismo nivel y finalmente, devorarlos- ¿y a ti?

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